Todas las entradas de: Yehuda Ribco

Fallo en el sistema 18/8/11

El dia de hoy por un inconveniente tecnico –ajeno a nuestra responsabilidad- perdimos posts, comentarios y cambios realizados en la base de usuarios (nuevos, modificaciones, nuevos autores, etc.).
Gracias a un tremendo esfuerzo hemos rastreado y creemos que conseguimos recuperar los posts perdidos, pero no asi los comentarios, ni modificaciones en usuarios.

Disculpas del caso, y gracias por la comprension.

Ahora, a construir mas y mas Shalom!

Resp. 991 – Ceremonias religiosas

Mauricio Gallego nos consulta:

Espero se encuentre bien querido Moré, mi inquietud es la siguiente;
1-  es correcto por parte de un noajida asistir a una ceremonia religiosa cualquiera, es decir, una boda o un bautizo?
2- La pregunta se debe a que dos muy buenos amigos míos las van a realizar, uno es cristiano evangélico y se casa en diciembre y quiere que asista a su ceremonia
3-  y el otro, y mas difícil para mi es católico y quiere que sea padrino de su bebe recién nacido, espero me pueda ayudar, gracias.
Mauricio Gallego, 28 años, Tec. Maquinaria textil, Valencia, Venezuela

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Resp. 990 – masturbacion como prescripcion medica

clara nos consulta:

Shalom!A consecuencia de hechos traumaticos y ajenos a mi voluntad,durante años rechace toda relacion con hombres.Ahora quisiera formar una familia.No podre sin superar lo pasado.En Terapia me indican practicas de masturbacion junto con otras tareas.¿Se admite?1)No proporciona placer,de hecho me causa mucho dolor.2)No sere aceptada asi por ningun hombre, salvo que mienta deliberadamente.3)Pensar que puede ser incorrecto dificulta aun mas.4)El objetivo es «desear» la compañia masculina. Gracias.
cdr. Madrid. España.

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Resp. 988 – hacerse oficialmente benei noah

Wandacv nos consulta:

1- Que hay que hacer para ser oficialmente un noahide?
2- Lei en wikinoah que uno tiene que testificar ante tres rabinos ortodoxos y firmar unos papeles para eso.
3- Es asi o simplemente reconocer y aceptar las 7 leyes de Noe uno es un noahide?

4- Queria tambien preguntar si un noajida es mejor comer carne kosher o no importa, pues dice que no debe comer la sangre que es su vida?
Wanda Castro, 57 años, comerciante, San Sebastian, Puerto Rico

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Es el amor… amor profundo

Esta semana corresponde a los hijos del pueblo judío que lean la parashá llamada Ekev ("Como consecuencia").
Es una lectura para los judíos, del libro judío llamado Torá, con preceptos para judíos, con enseñanzas de judíos y para judíos.
Pero, podemos tomar para los noájidas sabias lecciones de vida, que nos lleven a un mejor relacionamiento con el prójimo, proximidad con el familiar, encuentro consigo mismo y fidelidad con el Eterno.
Veamos pues cual es el buen pan que hemos horneado para ti con los sabrosos ingredientes que te harán bien aquí y en la eternidad.

Amar es cumplir
En esta sección se indica reiteradamente que el amor verdadero por Dios se expresa exclusivamente en el cumplimiento de los preceptos que Él nos encomienda. En el caso específico del noájida son los Siete Mandamientos Fundamentales, que no debe el noájida usurpar nada del judaísmo, ni atribuirse mandamientos que no son tales para él. Es bueno tomar normas de conducta positivas, especialmente en lo que refiere al trato bueno y justo, ético con el prójimo, así como todo aquello que potencie el cumplimiento de los Siete sin llevarlo a desnortarse.

Así pues, el amor es un eje central, de acuerdo a lo que esta sección manifiesta.
Tal como comprobamos:

"Amarás al Eterno tu Elokim,
¿cómo?
guardarás Su ordenanza, Sus estatutos, Sus decretos y Sus mandamientos,
¿cuándo?
todos los días.
"
(Devarim / Deuteronomio 11:0)

Cuanto más preceptos se cumplen,
conduciéndose lealmente según su propia identidad espiritual,
entonces,
más alto es el grado de amor que está manifestando la persona,
y mayor el amor que recibe (ver Irmiá / Jeremías 31:2, y TB Ioma 54a).

El amor es…
Ahora bien, es imperioso que quede claro el concepto de "amor".

El amor verdadero no es un torrente de emociones, ni sentimientos que se escapan de control, ni siquiera bellas palabras, o pensamientos obsesivos en torno al amado.
Tampoco es una intensa confesión de fe y fidelidad, pero que carece de materialización.
Ni es una pasión del alma, o una entrega desenfrenada y sin objetivo.
Ni siquiera es alcanzar un vasto conocimiento intelectual del sujeto amado, de sus cualidades y circunstancias.

El verdadero amor queda definido por la Tradición sagrada como: actuar de acuerdo a lo que es de mayor beneficio objetivo para el amado y el amador.

Como Dios no precisa nada de nadie,
ni se beneficia absolutamente en nada como consecuencia de los actos/sentimientos humanos;
entonces,
nuestro amor por Él se halla en actuar conforme a Sus mandamientos eternos que nos corresponden,
ya que es ESO lo que Él nos reclama.
Así pues, para amar a Dios los gentiles deben cumplir lo mejor posible con sus 7 preceptos, en tanto que los judíos deben abocarse a los 613 mandamientos de la Torá (TB Menajot 43b, Rosh Hashaná 4a).
Por su parte, el amor de Dios por Su creación se reconoce por la misma existencia de todo lo creado (Hoshea / Oseas 14:5), ya que nada existe si Dios no lo permite, ni nada hay perfecto y sin tachas, excepto Él.

Tal es la regla del amor que se establece en nuestras relaciones sociales.
Amamos en verdad cuando
nuestras acciones sirven para ayudar a desarrollar las mejores potencialidades de nuestro amado,
y de paso,
sacamos a relucir lo mejor que hay en nuestro interior.
Es decir, en el encuentro con el otro, tal como él es realmente, es cuando comenzamos a esbozar nuestro amor.
Y recién cuando actuamos en provecho del otro, sin esperar nada a cambio, es que le estamos amando.

Al respecto, un famoso psicólogo y pensador judío (instruido en nuestra Tradición, aunque bastante apartado de su cumplimiento) alguna vez escribió: "El amor sólo comienza a desarrollarse cuando amamos a quienes no necesitamos para nuestros fines egoístas." (Erich Fromm, "El arte de amar").
Esta frase es un eco de la antiquísima enseñanza de nuestros Sabios, expresada en Tanna Debe Eliahu 26: "El amor ha de ser perfectamente generoso (no egoísta), y ha de regular todas las relaciones entre las personas".

Otro judío contemporáneo, famoso por su comprensión de los recovecos de la espiritualidad moderna, que suele estar apartada del mensaje de la Torá, dijo alguna vez: "El amor intuye algo que no existe todavía en el otro… intuye las posibilidades personales que todavía no han sido realizadas, posibilidades que todavía están escondidas… y entonces trabaja para realizarlo…" (Viktor Frankl, "Logoterapia y análisis existencial").

El soporte del amor
Por otra parte, es un fundamento muy endeble el amor sin el contrapeso del juicio y la justicia.
Según aprendemos de la enseñanza cabalística, para alcanzar el equilibrio es imprescindible contar con el adecuado balance entre ambos principios.
Ya que el juicio excesivo, conlleva rigidez y temor, lo que dificulta el crecimiento y el desarrollo de las cualidades placenteras de la vida.
Pero el amor sin reglas claras, precisas, objetivas y trascendentes, se convierte en una trampa que engolosina y termina por extraviar.
Para el humano son indispensables los límites al amor, para no transformar una relación trascendente, en algo tóxico, perjudicial.

Así pues, para que tanto el amor como el rigor sean saludables y de bendición, necesariamente deben estar enmarcados por las reglas expuestas por la Torá, sin concesiones extrañas, ni apelar a facilismos que terminan por engañar.

Amor con justicia y justiciero amor.

El placer de amar
Aunque parezca increíble, cuando estamos movidos por la generosidad y pureza de intención, cuando menos nos interesan las ganancias y el gozo egoísta, es cuando más oportunidades tenemos de encontrar satisfacción y felicidad objetiva.

En parte esto es así porque siguiendo la ley de la "acción-reacción" (también conocida como mida kenegued mida, o de la justa compensación) , obtenemos aquello que damos. Si proveemos generosamente, estamos en condiciones de recibir ampliamente.

Otra causa la descubrimos cuando comprendemos que todos somos parte de un gran organismo, de la creación del Eterno, y que provenimos de la misma Fuente.
Cuando nuestro prójimo se beneficia por nuestra acción, en realidad estamos colaborando indirectamente con nuestro bienestar, puesto que el bien de uno es el bien del conjunto (a partir del Sefer Tania, Hisvaadiyus 5745, Vol. 3, p. 1423).

Otra causa, según el mismo Frankl dijera: "La felicidad no se puede buscar nunca directamente. Sólo puede venir como consecuencia de haber entregado lo mejor de nosotros mismos por una causa noble". ("El hombre en busca de sentido").
Es decir, el placer solamente se alcanza cuando no lo está persiguiendo afanosamente, ni cuando el gozo es la única finalidad de la vida.
Sino que el placer real surge como un producto derivado de una acción que es beneficiosa para otra persona, y/o que está en correspondencia con lo que Dios demanda de la persona (al respecto ver Rambán a Devarim / Deuteronomio 6:4).

Milenios antes, y con una Sabiduría superior, hallamos este mensaje en la perfecta Torá de Israel, pues le enseña a los judíos, y a través de ellos a los gentiles, que cuando actuamos movidos por el verdadero amor, finalmente llegamos a obtener diversas bendiciones espirituales y materiales, tal como está dicho:

"Y será que por haber obedecido estos decretos,
por guardarlos y ponerlos por obra,
el Eterno tu Elokim guardará para contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres.
Él te amará, te bendecirá y te multiplicará…
Así comerás y te saciarás.
"
(Devarim / Deuteronomio 7:12-13; 11:15)

El compendio de Hillel el anciano
El sabio Hillel resumió todo esto que hemos visto en una breve sentencia, digna de ser recordada y llevada a la práctica asiduamente:

"Sé uno de los alumnos de Aarón,
que ama la paz y la persigue,
ama a las criaturas y las aproxima a la Torá
"
(Avot 1:12)

¿A cuál Torá?
Pues, al judío a la Torá escrita y oral, tal cual es heredad y posesión de Israel desde que Dios la entregara al pueblo judío.
Para el gentil es la Torá noájida, que son los Siete Mandamientos Fundamentales.

Moré Yehuda Ribco

 

Relato

Luego de mucho tiempo de espera, aquel hombre por fin se presento frente a su Rebbe. Estaba esperando recibir una bendición de parte del iluminado varón, para de ese modo transitar mejor por la vida.
Sin embargo, se llevó una sorpresa, pues ni bien estuvo parado ante el maestro, éste le dijo: ‘Moishe, ¿qué haces que aún no te has puesto a enseñar Torá?’
Y él contestó: ‘Pero Rebbe, ¿qué puedo enseñar yo? ¡Si apenas conozco el alef-bet!’
A lo que el Rebbe indicó: ‘Moishe, Moishe. Mientras no avances en tus estudios, si eso es lo que sabes, debes enseñar la bet al que solo conoce la alef’.

Preguntas para meditar y profundizar:

  • ¿Cómo se puede relacionar este relato con el comentario que brindamos de la parashá?

  • El profeta dice: "Le castigaré por sus caminos y le pagaré conforme a sus obras." (Hoshea / Oseas 4:9).
    A partir de esto, ¿podemos reconocer que son las acciones lo que determina la retribución que Dios da a la persona, o acaso son los sentimientos o creencias?

Dónde estás y qué haces

Hola, buena semana amigo noájida.
Comparto nuevamente contigo del buen pan espiritual que nace en el horno del judaísmo y es compartible con el noájida.
En esta ocasión se trata de la lectura semanal de la porción denominada Ekev, de la cual he seleccionado para compartir contigo los siguientes temas:

1. Nuestras acciones conllevan reacciones. Lo que consideramos un “castigo” de Dios suele ser la necesaria conclusión a lo que hicimos o dejamos de hacer.

2. Es sumamente meritorio agradecer por lo que se obtiene, incluso aunque uno se crea merecedor o que le corresponde. Agradecer a Dios pero también al prójimo. No hay que comportarse como esos religiosos, llenos de rituales y dogmas pero cero de espiritualidad, que se la pasan hablando de su dios y poderes varios, pero desprecian al prójimo y son incapaces de decir “gracias” a quien corresponde.

3. La idolatría está absolutamente prohibida. Son muchas las causas, entre otras porque es engaño, es abrir la puerta a las malas acciones, es justificar el mal, es negar la Autoridad de Dios.

4. Es bueno rezar al Eterno. Pero rezar, no ponerse a dar órdenes a Dios.

5. Israel es la buena tierra que Dios ha dispuesto para que sea hogar del pueblo judío. Por tanto el noájida consciente y activo tiene la tarea de promover el establecimiento pacífico, independiente, seguro, provechoso de la nación judía en su tierra.

6. ¿Cómo se debe evaluar el “éxito”?

Dice la parashá: “No sea que digas en tu corazón: ‘Mi fuerza y el poder de mi mano me han traído esta prosperidad.’ Al contrario, acuérdate del Eterno tu Elokim. Él es el que te da poder para hacer riquezas ” (Devarim / Deuteronomio 8:17-18)

El Ben Ish Jai (Jajam Iosef Jaim de Bagdad, 1832-1909) solía enseñar que: “La gente acostumbra ir en la dirección equivocada. Cuando una persona está valorando sus aspectos materiales, generalmente se compara con otro y piensa ‘esa persona está mejor que yo’, cuando en realidad debería evaluarse en relación con alguien en un peldaño inferior y decir ‘estoy mejor que él, tengo suficiente’.
Cuando está valorando su dimensión espiritual, generalmente busca a uno menos activo y dice ‘yo hago más esto y aquello, etc.’, cuando deberíamos estar buscando a alguien que esté en algún grado superior, para tomarlo como ejemplo y tratar de imitar a esa persona en sus buenas cualidades”.

No se trata de competir con otros, ni de una carrera en la cual se demuestre que uno es mejor que nadie. Sino en tomar el modelo del que ha encontrado un sistema para perfeccionarse, adoptar ese método, adaptarlo para acondicionarlo a las cualidades propias y usarlo para mejorar. Es una relación en la cual no hay perdedores, pero sí ganadores.
Es bueno verse en otros para aprender a verse a uno mismo, saber dónde está ubicado y proponerse una meta posible para alcanzar.

 

Relato: El cuento

Como cada noche la niña compartía con su papá la lectura de algún cuentito antes de ir a dormir.
Ella sabía el dibujito de alguna letra, de a poco las iba reconociendo, quizás si se lo proponía hasta podría leerse algún cuento. Pero ella quería esos minutos únicos en toda la jornada. Era el placer de oír a su papá relatando, de las entonaciones que usaba, ver esos gestos, el sentir la risa compartida, ese momento era mágico. Antes de dormir encontraba lo que en todo el día no tenía. Entonces, dormía feliz, satisfecha, abrazada a su osito, llena de cariño, segura, confiada.

Pero, los grandes no siempre viven al ritmo de los niños.
Tiene cosas “más importantes” (acentuar estas palabras cuando se leen en voz alta), quizás un trabajo que terminar ante la computadora, un programa que ver en la tele, un partido de fútbol por el cual angustiarse durante un rato, charlas de negocios, preocuparse por “cosas de adultos”, en fin, cosas de grandes, que siempre son “más importantes” y que no pueden desperdiciarse en cuentitos para niños…

Entonces el padre compró unos cuentos ilustrados que ya venían con su lujoso CD en el cual artistas de renombre narraban las historias para niños.
Tenían efectos especiales de sonido, eran perfectos desde el punto técnico, llenos de arte y calidad (y así habían costado).
Puse la radio con lector de CD encima de la mesita de luz de su hija, le enseñó que botón presionar, cómo escuchar nuevamente, ir a otro cuento, todo lo necesario.
Le dio el besito de buenas noches sobre la frente, para estar en menos de un minuto nuevamente enfrascado en su “más importante” ocupación.

No pasaron ni tres minutos cuando la niñita se apareció junto a él, el libro en la mano y una carita de ángel pedigüeño, para decir: “¿Me lo lees, por favor?”
“Hija, tengo que hacer esto y aquello, usa el CD, ya sabes cómo” – dijo él, mientras la quitaba de delante de la pantalla, porque ella parecía no darse cuenta de que estaba tapando la película.
“Sí, pero quiero compartirlo contigo” –dijo ella casi en un suspiro.

Preguntas para repasar y reflexionar

1. ¿Cómo crees que sigue este cuento?

2. ¿Cuál es la moraleja del cuento?

3. ¿Cómo relacionas este relato con el contenido de la parashá?

4. ¿Te parece que esta enseñanza tiene alguna relevancia para la vida cotidiana de un noájida?

5. ¿Conoces algún otro relato o anécdota que tenga similar contenido?

Los “santos” estafadores

Estamos en una época lamentable.
Ahora hasta entre los que se sienten y creen fieles al Eterno ha surgido la moda de aferrarse a hombres, intermediarios, “santos”, “tzadikim”, “babas”, cabalisteros varios, “rebbes”, para que les sirvan de canal y conexión con Dios.
Bajo diversas excusas, amparándose en tal o cual concepto o frase de la antigua y sagrada Tradición, se han empecinado en doblegar su voluntad a los deseos y mandatos de otro, uno al que consideran superior en todos los aspectos a sí mismo.
Se degradan, rechazan la conexión con Dios, dependen infantilmente de lo que otro escoge.
En una total infantilización del ser, en una forma de vida ausente, son dogmáticos en predicar a su líder, reverenciarlo, defenderlo, sostenerlo económicamente, seguirlo hasta la muerte, cometer cualquier acto con tal de obtener su aprecio, etc.
Es casi como una paganización, o cristianización, fanática de lo que debiera ser una vida de simpleza, de bondad, de justicia, de lealtad a Dios, de autoconocimiento, de amor al prójimo, de respeto por los mayores, de saludable guía de algún maestro de vida sabio.
Es la desconexión con Dios y con el hombre, porque se desconecta de sí mismo para vivir apegado a su “santo líder”.
Muchas veces esta persona, el “tzadik”, es bien intencionada, honesta, estudiosa, pero sin embargo permite que se cree y preserve este sistema de adulación y reverencia.
Pero otras veces, infinidad, son artistas del engaño los que se presenten y son aceptados como el gurú a seguir. Demandan dinero en abundancia, rompen y arman familias, inventan enfermedades y curaciones inexistentes en la realidad, se hacen pasar por agentes divinos o deidades en sí mismas, presionan, amenazan, aconsejan de acuerdo a su egoísmo, etc.
Estamos plagados de supersticiones, rituales, mejunjes varios que son obra de este sistema corrupto de vida.
Rebes y babas que ponen precio a sus bendiciones, maldicen si no les pagan suculentos miles de dólares por supuestas sanaciones espirituales, que amenazan con males de ojo, que inventan enfermedades ficticias y curas que nunca llegan, que prometen matrimonios e hijos que nunca se dan, que se rodean de personas violentas que presionan, que son apoyados por el silencio cómplice de los que saben y deben hacer algo pero que no lo hacen.
Doctores cabalisteros, mekubalim, falsos rabinos, supuestos santos, todos ellos artistas del engaño, ávidos de dinero, de poder, de influencia… Charlatanes, parodistas, émulos de pastores de religiones idolátricas, sedientos de adorar a sus EGOs.
Pero también están los que siendo honestos igualmente han caído en ese remolino de creerse en el rol de sagrados mediadores entre Dios y el hombre, de ser canales exclusivos de bendición, de ser los que otorgan beneficios porque saben como manipular a Dios, etc.
Pongan en el buscador google, o cualquier otro, las palabras “mekubalim” y “fraud”, en inglés porque encontrarán muchos más resultados que en español. Si no entienden el idioma usen el traductor de google, o algún otro. Se encontrarán con centenas de casos de fraudes, extorsiones, entre otros aberrantes delitos que se cometen en el nombre de “dios”, por gente que está usando a Dios para sus negocios turbios. Se aprovechan de la necesidad de la gente, de la ignorancia, del miedo, de la manipulación, de la mentira, de la estafa, en fin, se aprovechan, cosa que es terrible, pero lo hace infinitamente peor que sea en nombre de “Dios”, del judaísmo, de la Torá, etc.

En nuestra época, pues se ha intensificado en las últimas décadas, abundan estos gurúes, que en muchas ocasiones se visten y comportan como “tzadikim”, hombres justos íntegros. Usan barbas, sombreros, ropas negras, vestimentas sagradas del judaísmo, tienen libros tradicionales, hasta pueden portar el título de rabino antes del nombre –sean títulos originales o inventados-.
Usurpando algunas de las funciones del verdaderos “tzadik” hacen su negocio.
Se enriquecen, detentan el poder, ejercen sus pasiones, todo en el nombre de “dios”.
Y las personas los adoran, los buscan, defienden, niegan los evidentes actos de corrupción y estafa, les regalan hasta sus vidas enteras con tal de seguir a la sombra de estos personajes.
Es terrible, pero tan cierto.
Afecta a muchos de los jaredim, aquellos judíos que son llamados “ultra-ortodoxos”, que cada vez se cierran más en torno a ciertos conceptos rígidos, extremos, que se imponen como de la tradición, pero ciertamente no son originales y ni siquiera deseables. Así rezan al “rebe” tal o cual, peregrinan a la tumba del sabio éste o aquel, usan amuletos con justificaciones más o menos complicadas, rechazan aspectos admisibles dentro de la Ley con tal de vivir en su gueto mental y material que los aísla y esclaviza a sus dogmas y a su líder. Se llenan de religión y apariencias en vez de espiritualidad a la vieja y sagrada usanza.
Pero también este cáncer sicosocial afecta a otras secciones del pueblo judío, y a los gentiles.
Entre estos últimos es quizás más “normal”, puesto que han vivido siglos, milenios en el pozo de la idolatría, de la negación de Dios, en relación con ángeles e intermediarios sagrados –irreales pero que ellos igualmente veneran-, sin la Luz de la Torá y los verdaderos tzadikim. Sin embargo, tampoco esa “normalidad” es saludable, puesto que el Eterno también quiere integridad de parte de los hijos de las naciones.
Así pues, es hora de tomar conciencia de esta espantosa realidad que nos rodea o de la que somos parte.
No echar culpas ni quejarse, no hacerse la víctima, no enojarse con quien señala el mal, sino hacer algo para ser libre del EGO, romper las cadenas de la idolatría y la superstición, dejar de prestar oídos a los mercaderes de la fe, denunciar a los fetraficantes que actúan de modo similar a los narcotraficantes.
Pero, sé que pocos lo harán, hay miedo en varios niveles, ignorancia, ceguera, apego a la religión en vez de a la espiritualidad.
Sin embargo, si uno despierta y se libera y entonces deja de lado la superstición, los fanatismos, los extremismos necios, podrá ayudar a otro a despertar y así se multiplicarán las personas que vivan en lealtad al Eterno, sin doctrinas de supuesta santidad que en realidad son cárceles para el alma.

Palabras duras, pero considero que necesarias. 
Como en su momento amonestara el Eterno por boca del profeta:

"Desde el profeta hasta el sacerdote, todos obran con engaño y curan con superficialidad el quebranto de mi pueblo, diciendo: ‘Paz, paz.’ ¡Pero no hay paz!"
(Irmiá / Jeremías 6:13-14)

Recomiendo el estudio del capítulo 13 de Iejezkel/Ezequiel, en donde vemos cómo estos vendedores de humo tóxico desde antaño usan similares estratagemas, trampas, mentiras para engañar, para hacerse pasar por santos, para vender sanidad y bendición, pero solamente entregan falsedad, superstición, no-paz.
Antaño contábamos con voces valientes que proclamaban la integridad del servicio al Eterno, en contra de tanta tramoya perversa, de tanto gurú santificado como semi-deidad.
Pero hoy…

Para finalizar quiero dejarles una historia de un verdadero tzadik, de alguien que podría servir como ejemplo:

En cierta ocasión un campesino y su esposa se presentaron ante el predicador de Koznitz para rogarle que rezara a favor de que tuvieran un hijo.
El sabio hombre les pidió 52 monedas de oro a cambio del milagro, y explicó que ese número correspondía al valor de la palabra ben, que en hebreo quiere decir "hijo".
El campesino rebuscó en sus bolsillos, y le entregó 10 monedas al maestro.
Éste rechazó esas monedas y recalcó, deben darme 52, sino no habrá milagro.
Un tanto alterado el campesino fue a la feria y allí vendió los objetos de valor que él y su esposa tenían. Con el dinero regresó a lo del rabino, y entonces le presentó 22 monedas, exclamando: "¡Esto es todo!, ahora rece por que tengamos un hijo".
El predicador no tocó las monedas, sino que impasible respondió: "52 monedas es lo que les he pedido, no menos".
Totalmente furioso el campesino toma a su mujer del brazo y sale gritando de la oficina del maestro: "¡Vámonos de aquí, le rezaremos a Dios directamente, sin necesidades de que haya en el medio intermediarios! El Todopoderoso nos ayudará igualmente".
Entonces los detuvo un momento el maestro y les explicó: "Ciertamente, ahora estás haciendo lo que les dará lo que tanto desean".
Y así fue.

El impulso del noájida “bien intencionado”

Comparto contigo una enseñanza judía, para judíos, en contexto judío, al respecto de la Torá y de los 613 mandamientos para los judíos.
NO ES para que te confundas y asumas que la Torá y los 613 son parte del tesoro de las naciones, pues no es así. Tampoco para que te creas en potestad para estudiar Torá como deben los judíos, ni para que te pongas a predicar “la Palabra”, ni para que te impongas limitaciones que Dios no quiere para ti.
Sino que es para que entiendas el mensaje universal que porta, aquel que es provechoso y de bendición para cualquier persona, sea judía o noájida, y a partir del sentido del mensaje puedas fortalecer tu propia identidad, crecer en todos tus planos, afianzarte y desarrollar todos tus potenciales.
Ahora, la enseñanza.

El rabino Gifter (en «Pirkei Torá», traducido libremente por nosotros) nos enseña:

«Dice la Torá:
No añadáis a las palabras que Yo os mando, ni quitéis de ellas, de modo que guardéis los mandamientos del Eterno vuestro Elokim, que Yo os mando.’
(Devarim / Deuteronomio 4:2).
La tendencia natural del hombre es de abstenerse a ser sometido a la voluntad ajena.
Nosotros queremos auto-gobernarnos.
Esta tendencia puede impedir grandemente nuestro servicio a Dios, ya que el verdadero servicio a Dios demanda una completa sumisión al gobierno de la Torá.
Añadir o quitar de los mandamientos -que son la manifestación de nuestro servicio a Dios- está para satisfacer la propia voluntad, pero no la voluntad de nuestro Creador.»

¿La voluntad de quien vas a cumplir?
¿La tuya?
¿La de tu pastor?
¿La de tu seudo rabino?
¿La de tu sociedad?
¿La de tu secta?
¿La de tus amigos?
¿La de tu pareja?
¿La de tus hijos?
¿La de tu patrón?
¿La de tu religión?
¿La de tu partido político?
¿La de aquel o ese otro?
¿La de los dioses?
¿La de DIOS?

El hombre saludable comprende y toma para sí el consejo de los sabios, aunque ni siquiera lo conozca:

“Haz que Su voluntad sea tu voluntad”
(Pirkei Avot 2:4)

Hacer nuestra la voluntad de Dios.
Estar en perfecta armonía con Él.

Esto implica que el noájida debe tomar conciencia de que Dios ha dictado solamente Siete Mandamientos Universales para él, ni más, ni menos.
Comprender que esos siete mandamientos son raíces de los cuales se enarbolan diversas reglas saludables de conducta, buenas para la persona y para la sociedad.
Tales son los mandamientos, no otros, ni más, ni menos.

Cuando el noájida asume mandamientos de los judíos como si fueran propios, está estafando a su ser, mintiendo para afuera, provocando el caos, llevando destrucción al mundo.

Sí, es cierto, hay mandamientos judíos que pueden ser tomados como buenas costumbres por el noájida, tales como rezar, dar caridad, respetar a los padres, amar al prójimo, entre otros, pero en modo alguno el noájida tiene derecho a decir que eso es lo que Dios le ha mandado, pues no es así.
Seguramente que se podría encontrar formas de sintonizar todas estas buenas acciones que son mandamientos para los judíos para que sean reglas de vida –opcionales- para el noájida. A excepción de aquellos mandamientos que expresamente dice la Ley que quedan absolutamente por fuera de los noájidas, tales como el Shabat con sus formalidades, el uso de tzitzit (digamos, el manto ritual, para comprendernos fácilmente), las festividades con sus modismos, el estudio de la Torá (solamente aquellas porciones limitadas que conllevan el reforzamiento de la identidad noájica están permitidas), entre otros que hemos expresado en otras ocasiones.

Así pues, querido hermano noájida, que nadie te lleve a añadir o quitar de tus Siete Mandamientos.
NADIE.
Pues nadie tiene la autoridad de Dios.
Él ha decretado, es Su Voluntad, que sean para ti los siete mandamientos universales, no otra cosa.
Por tanto, cuando algún “iluminado” oscuro te exija celebrar festividades judías como los judíos, actuar como judío, disfrazarte como judío, o hacer cualquier de los mandamientos para los judíos “o te vas al infierno”, debes ponerle un freno a tal persona, no caer en el error, fortalecerte en tu belleza interior y no corromperte detrás de las “buenas intenciones” sin conocimiento que suelen desmoronar al mundo.

Sé humilde, sé sabio, sé bueno, sé justo, al aceptar con alegría tu sagrada porción que se llama “noajismo”.
Que no es sucursal del judaísmo, que no es mala copia del judaísmo, que no es un paso hacia la conversión al judaísmo, que no es el hermano bobo del judaísmo, que no es servil del judaísmo, que no depende del bastón del rabino judío.
Sé feliz con la sagrada herencia que Dios mismo ha diseñado para ti y te la ha regalado.
No pretendas saber más que Dios, no hagas caso a tu EGO que te indica que eres tú el que decide cómo debe ser la realidad.

Sométete a la Voluntad de Dios, en lugar de presumir que eres “religioso” porque te pones algún gorrito, farfullas palabras hebreas, dices predicar en nombre de algún rabino, pones a algún rabino como pretexto para sostener con vida a tu sectita…

Dios no quiere tus disfraces, ni tu palabrería, ni tu jasideismo, ni tu cabalismo, ni tu torpe locución en algo parecido hebreo, ni tu aspiración a ser un ser especial… nada de eso quiere Dios de ti.
Él te ha indicado lo que quiere: que cumplas los Siete Mandamientos.
Que seas humilde, que seas bueno, que seas justo.

Sí, para el que está sometido al EGO estas palabras duelen, porque les obliga a ponerse en su lugar.
Se armarán mil invenciones para mantener al EGO en el poder, para seguir ejerciendo la prostitución de la religión en vez de santificar la vida con espiritualidad.

Ahora, haz tu vida.