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¿Iguales ante los ojos de dios? ¡¡dios me libre!!

En los tiempos modernos, como consecuencia negativa de la globalización[1] se ha estandarizado y masificado al hombre, reduciéndolo a un objeto de consumo que se rige por las leyes del mercado.

Vivimos intentando alcanza los mismos sueños: estudios universitarios, trabajos bien remunerados, pensiones de jubilación jugosas, viajes de vacaciones en las mismas fechas, paseos domingueros a los mismos malls, el ultimo celular Iphone  o Samsung Galaxy, etc, todo en una perfecta sincronización.

El individuo no importa, lo que realmente tiene valor es la masa, la colectividad, las fuerzas de las muchedumbres que consumen lo mismo.

Pero ese fenómeno de masificación fue primeramente desarrollado por La Religión. Anuló la individualidad de las personas para redirigirlas a una personalidad prefabricada.

La religión le impuso a las masas a un dios para que lo consumiéramos. Impuso normas, reglas, ritos y castigos para mantenernos como rebaños de animales a un mismo ritmo de creencia, de comunicación con dios y con los demás.

Nos creímos iguales porque vendimos la individualidad a cambio de la seguridad del rebaño. Si todos piensan que creer en dios es bueno para el hombre, no cabe la duda, la interrogación o la negación. Porque cualquier intento para recobrar la individualidad o la verdadera identidad tiene que ser tratada como sublevación.

Y aun así, hoy en día, a pesar de que muchos se han purgado de la religión en que fueron educados, sin saberlo siguen sincronizados con ideas venenosas. Equivocadamente creen que emulando los servicios judaicos encontraran consuelo espiritual por el vacío que dejó su divorcio con la religión.

Nada más alejado de la verdad. Si la persona que dio ese paso, tiene la oportunidad que no tuvieron los antepasados: la posibilidad de saber quien se es y que se quiere; de reencontrar la verdadera identidad.

Pero esa identidad no se desenterrará en los fundos de los judíos. Hasta donde se me ha educado, dios hizo separación en los humanos, entre otras cosas, con señales. A los NO JUDIOS les dio un fenómeno natural por señal. A los JUDIOS les dio, entre otras señas, un día. Lo que hagan ese día, sea lunes, domingo, Sabbat o jueves, es asunto judío. A los NO JUDIOS les dio un compendio legal que se debía trasmitir y desarrollar por vía oral. A los JUDIOS les dio otro escrito.

Sería una actitud del religioso entrenado tratar de imitarlos; y si se tiene ahora la oportunidad de educarse con un maestro judío, lo razonable sería aprovechar la oportunidad para redescubrir quien realmente somos.

Y No. No somos iguales ante los ojos de nadie y nunca lo fuimos. Somos diferentes.

 

Alegria

[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Globalizaci%C3%B3n

Ecuación de la efectividad de la religión

La gente tiene (¿tenemos?) una imperiosa e impresionante necesidad de experiencias religiosas.
¡¿Cuántas veces oí “me siento vacío sin religión”?! O frases similares.

Esas aparente necesidad por lo religioso y el sentimiento de vacío al estar libre de religión podrían obtener alguna satisfacción de:

  • religiones establecidas y organizadas (cristianismo, islam, etc.),
  • sectas nuevas y estrambóticas (cabalisteros, grupos new age, gurús orientales, etc.),
  • organizaciones no teológicas pero de evidente corte religioso (algunos partidos políticos, algunos grupos de entusiastas seguidores de artistas, algunas pandillas de fanáticos de equipos deportivos, “cosas” como la cienciología, etc.),
  • creencias propias, familiares, grupales que se afirman como valiosas y efectivas (supersticiones varias, iglesia maradoniana, rituales locales, etc.),
  • e incluso en aquellos ateístas férreos y convencidos que hacen de su lucha contra “dios” una forma de religión (algunos evolucionistas, algunos cientificistas, algunos debunkers, etc.),
  • sin olvidarnos de los otros ateos, esos que viven su ateísmo atrapados por sus ídolos a los cuales no llaman dioses (chavistas, leninistas, estalinistas, nazis, comunistas variopintos entre otros).

Es necesario que tengamos más o menos claro que entendemos nosotros por religión.
Es sentir que existe un corte, una interrupción, un quebranto de una conexión con algo superior.
Este algo puede ser una deidad, una potencia metafísica, una realidad supranatural, un estado de perfección o conocimiento, un pasado paradisíaco, o cualquier otra manifestación de superioridad a lo meramente humano.
Como parte de lo religioso, se siente y/o cree que el lazo perdido solamente se puede reparar, religar, solucionar por medio de adoptar unos ciertos dogmas y creencias, por tener conductas codificadas para concretar tal reunificación de lo cortado.
Entre las creencias o sentimientos se encuentra habitualmente el interés por obtener poder a través de la manipulación del algo superior, entonces, el hombre desde su impotencia encuentra rituales u otros mecanismos para hacer uso de la entidad superior y de esa forma ser (o sentirse) poderoso.

Seamos sintéticos:

  1. Sentimiento de impotencia.
  2. Sentimiento o creencia que existe una entidad poderosa interesada en dotarnos de poder.
  3. Sentimiento o creencia que con determinadas ideas, palabras, ritos, conductas se obtiene control, o al menos influencia vigorosa, sobre la entidad poderosa.
  4. Suspensión de la evaluación racional y tendiente a lo objetivo en lo que a sus creencias y sentimientos religiosos se refiere.
  5. De existir una referencia externa (iglesia, cofradía, secta, grupo, etc.) afiliarse a ella, someterse a sus dictados, asumir sus mandatos, entregarse a su voluntad en su rol de representante de la entidad poderosa.

Al visualizar con claridad esta estructura, y al estar conscientes de la naturaleza y funcionamiento del EGO, no es difícil percibir su presencia aquí.
Esto ya lo hemos trabajado en extenso en otras oportunidades y no volveremos a repetirnos ahora. Si te interesa, aquí tienes algunos textos para estudiar:

Vivimos en una prisión religiosa formada por las tensiones generadas por el EGO, y por las doctrinas y acciones que provienen de entidades religiosas con las que somos invadidos, adoctrinados, sometidos, embarullados y atormentados.
Se nos promete un paraíso perdido a recuperar, una salvación, una esperanza, una mejor vida, un mundo restaurado, un mundo perfecto, cualquier cosa que nos dé apariencia de seguridad y control.
Sí, poder, mucho poder, y ser atendidos.
Eso es lo que prometen las religiones, todas ellas, cada una según sus modismos y características.
Y al mismo tiempo se nos promete/amenaza con perdición, tormentos, infiernos, sufrimiento, pobreza, maldición, dolor, impotencia y más impotencia; si es que no nos convertimos en fieles y constantes seguidores de la religión.´
Es una ecuación bastante sencilla pero efectiva y mortal:

ECUACIÓN DE LA EFECTIVIDAD DE LA RELIGIÓN

  1. Sientes impotencia.
  2. Tus esfuerzos por alcanzar total poder y atención fallan.
  3. Te confirman que eres impotente, y eso a causa de algún pecado insolucionable por tus medios.
  4. Te ofrecen salvación  = poder.
  5. Además de brindan atención y te dan la bienvenida gratamente, te hacen sentir parte de un algo especial y poderoso.
  6. Si no aceptas lo que te ofertan, te aseguran seguirás siendo impotente y aún más por haber rechazado la salvación. Existe violencia, que puede ir desde la más evidente y grosera, hasta la sutil y hábilmente camuflada; pero nunca falta.
  7. Si aceptas, seguirás siendo adoctrinado, sometido, esclavizado y probablemente deberás ser promotor activo de la religión, para atraer a los que están por fuera o o retener a los que están en duda.
  8. Deberás realizar actos irracionales, o innobles, o tontos, o carentes de sentido real, o que implican un caro sacrificio para ti para mantenerte dentro del grupo religioso.
  9. Deberás enfocarte con fuerza en destruir, oponerte, agredir, negar, desprestigiar, aislar, etc., a lo que la religión te muestra como “el enemigo”. Nunca falta ese ser, grupo o entidad oscura a la cual hacer culpable de los males y foco de atención negativa.
  10. Si no percibes mejorías en tu vida, ni que se realicen las promesas mágicas, te responden que es tu culpa, por no esforzarte, por dudar, por pecar, por tener pensamientos herejes, o cosas similares. O te lanzan a promesas improbables, en otras vidas, otras realidades, etc., para lo cual deberás abandonar todo análisis y asumir tu sometimiento con humildad y negación de la realidad.

Más al respecto:

Hay muchísimos textos más, si te interesa continúa buscando y aprendiendo.

Nada de lo religioso es espiritual.
De hecho, la religión es un obstáculo inmenso para desarrollar una vida de plenitud y por tanto de despliegue de la espiritualidad.
Aunque se repitan infinitos lemas con la palabra “Dios” o “D-os” o cualquier otra cosa, aunque se usen símbolos sagrados, aunque se disfrace de santidad, aunque se menciona a la Torá y los profetas, no hay en la religión espíritu.
Los mercaderes de la fe lo saben, o lo intuyen, por eso se aplican a copiar lo espiritual para vender su mercancía podrida en envases de santidad.
Por tanto, ¡mucho cuidado!

En lugar de abocarse a la religión, o a la destrucción de la misma, lo interesante es llevar una vida acorde al Eterno, lejos de toda cosa que nos desvié del verdadero camino de santidad.

Pero, ocurre que mucha gente que ha podido tomar un sorbo de vida, al apartarse de la religión, pronto se siente vacía, como si les faltara algo, como si extrañaran el peso de la religión.
Entonces, lamentablemente vuelven a ella.
Sea a la organización religiosa que habían abandonado, a cualquier otra, o a formas religiosas particulares pero tan perniciosas como la religión organizada. Incluso fabrican sectas a su medida, con elementos del judaísmo y/o del noajismo (que recordemos ninguna de ambas es una religión, aunque se confundan con ellas).
Los motivos no te los diré, porque ya te los expresé en la “ecuación de la efectividad de la religión” más arriba. ¿Te animas a comentarnos cuáles elementos de esa ecuación provocan que la persona se sienta vacía, sin religión, y entonces neciamente opten por volver a paralizarse en alguna de ellas?

Des-religion-arse

A mí me gustaría cantar victoria en una proclama de no haber sido nunca religioso; de no haber creído nunca en ningún dios o religión que afectara mi conciencia de ser, mi forma de pensar-razonar, o mi forma de actuar.

Y estoy completamente seguro que muchos quisieran pensar como yo. El creer que se nació sin influencias parentales sobre ningún dios y ninguna religión para muchos de nosotros resulta como una medalla que con gusto llevaríamos casi que encarnada.

Y de hecho si hubiese sido así, si no hubiésemos recibido, como herencia y tradición, la religión y a dios, y si no hubiéramos tenido influencia de ninguna religión en ninguna de nuestras edades y etapas, ¡! Que alturas personales y sociales hubiésemos alcanzado ¡!

Seguramente estaríamos viviendo niveles de conciencias inimaginables, casi de ciencia ficción. Probablemente hasta físicamente fuésemos diferentes por no tener prejuicios que hayan detenido el proceso evolutivo, o científico, tecnológico, o ético, o vaya a saber qué.

A ciencia cierta hasta los sistemas políticos y jurídicos hubiesen sido distintos por haber sido céntricos en los derechos y deberes inalienables al ser humano, que no nacieron ni van a acabarse, sino que siempre han existido por ser inherentes a la condición humana. Que ningún dios se los dio y que ninguna religión reafirmó, sino que el hombre descubrió; tal y como descubrió la ley de la gravedad.

¡! Y ni hablar de la historia ¡! Cuan diferente hubiese sido la historia de la humanidad de no haber existido nunca la religión y su infeccioso dios. Creíblemente hoy fuésemos miles de millares de personas habitando nuestro planeta… y quizás en unos cuantos otros mundos tambien ¡¡ Con toda seguridad el computo de los años y las eras partirían del año cero del nacimiento de la primera persona, y fuese una celebración mundial (y planetaria) cada cumpleaños del hombre ¡¡. (Y si el que me lee quiere acompañarme en mi viaje utópico, le invito a que responda en los comentarios a la pregunta donde estaríamos hoy sin religiones).

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Y mi país… ¿Dónde estaría mi querido país sin la religión y sin su dios? Para serles sincero no puedo imaginar a mi patria sin dios, sin j-sus, sin la virgen, sin iglesias; porque todo su sistema político y de gobierno, toda su idiosincrasia e identidad se formó en torno a la religión y a su pestilencial concepto de dios.

¡¡ Que daño hace la religión en la capacidad creativa de la persona, que ni siquiera sea capaz de imaginar un país sin religión !!

Fin de mi sueño utópico. Porque la verdad es otra. Por más que se defienda el hecho de que algunos nacimos sin religión y sin dios, y pretendamos llevar esa medalla con orgullo, lo cierto es que estamos infectados de ella y de él.

Si no nos infecto la familia con religión y su dios, lo hizo la sociedad. Los 5 planos de la existencia de la persona [1] desequilibrándose y en caída libre hacia planos más inferiores que el de los animales por el hecho de haberse contaminado la conciencia del hombre con religión.

Porque la religión y su dios no dieron tiempo de que el ser humano pudiera haber explorado y explotado sus planos de existencia en toda sus dimensiones.

El prejuicio religioso castró a la persona de sus capacidades antes de que el ser humano supiera de ellas.

La religión y su dios nos convirtieron de seres humanos-personas [2], a algo parecido a un chimpancé con menos pelo, con lóbulo frontal y un poco más pensantes que un animal; con la chispa divina virgen e inalcanzable por estar en potencia las capacidades propias de la condición humano-persona, aun después de milenios de evolución.

Nuestro propio retraso, el personal y el colectivo, como sub-producto de la religión y su dios, es nuestra propia evidencia de lo infectado que estamos, aunque nos mofemos de no haber sido influenciados por la región y su virulento dios. Porque uno de mis mejores argumentos para coronarme como el no-creyente que siempre he creído que soy, se me cae cuando recapacito sobre lo influenciado que sigo estando de la religión y su emético dios.

Pero no todo tiene que ser lamentaciones y revolcones rabiosas sobre lo mal que seguimos estando. Porque negar la realidad no es sinónimo de que ésta deje de existir, ni admitir la realidad sea sinónimo de cambiarla. Hace falta hacer uso de los otros recursos humanos para regresar al estado original que tuvo la persona humana antes de su infección de religión. Un ejercicio que propone los que saben es el auto distanciamiento y la auto trascendencia (capacidad de verse objetivamente para corregirse y superarse. Y me disculpa por favor Dr. Frankl si estoy haciendo uso de su metodología ignorantemente).

Personalmente, no he encontrado mejor ejercicio para un auto distanciamiento y la auto trascendencia que las preguntas existenciales. Esas que no tienen respuesta de “si” o “no”, de “cierto” o “falso”, ni tienen respuesta inmediata; sino que su respuesta se construye en tiempo real. Preguntas existenciales tales como: ¿Quién soy?, ¿que soy?, ¿dónde estoy?, ¿para donde voy?, ¿quién es mi prójimo?, ¿cuál es mi deber?, ¿cómo hay que responder?, ¿qué es ser responsable?, ¿qué es ser consiente?, ¿qué es ser persona?,¿ qué es el bien?, ¿qué es ser bueno? etc, etc

En conclusión, no es nuestra culpa la deformación física, emocional, social, intelectual y espiritual que hoy en día nos aqueja debido a la de la religión y su dios; pero es nuestra responsabilidad des-religion-arse con el objetivo de llegar a ser lo que alguna vez fuimos antes del cáncer religioso; y no segur siendo religiosos cayendo en el autoengaño de que no se es.

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[1] http://serjudio.com/creencias/planos-de-religiosidad

[2] http://serjudio.com/dnoam/rap140.htm?hc_location=ufi , http://serjudio.com/rap2851a2900/rap2868.htm?hc_location=ufi

COLEGIO SHEM-EBER MÉXICO

ESCUDO COLEGIO SHEM EBER

Se anuncia que Fulvida México crece y se transforma hoy en el «Colegio Shem-Eber México».

El colegio Shem-Eber contará con apoyo de diversas instituciones y peritos en materia de noajismo. Tales como Breslev Israel a través del Rabino David Artzi, Fulvida Internacional a través del Moré Yehuda Ribco, También apoyo del Rabino Eliahu Birnbaum, La Morá Shirley Dobin Rosenthal, quién recibió el premio Internacional Excelsis, reconocimientos que se han entregando desde 1975 a las personas más destacadas de su ámbito en bien de la sociedad, ya sea por su trayectoria, méritos o acciones. Fundadora, directora y coordinadora del Instituto Educativo Derej Emes, Yeshive Toiras Emes.

El Ing. Ramón RQ, el fundador, explica que El Colegio Shem-Eber pretende ser un punto de encuentro para noájidas, en donde «todos» los Rabinos, Maestros y Maestras de Tora del mundo, puedan participar abiertamente para ayudar a los noájidas con programas académicos certificados y con aprobación Rabínica para estudiantes de noajismo en México.

También pretende ampliar su acción académica en otras áreas en un futuro próximo.

ACTIVIDADES
GENERALES:

CLASES
2º Y 4º DOMINGO
DE CADA MES
11:00 – 15:00 HRS

SEDE:

Colegio Shem-Eber

BANCO AZTECA
CUENTA 2256 1350 6069 92
CLABE 1271 8001 3506 0699 24
Envía tu pago al correo; fulvidamexico@hotmail.com
Costo $250 Pesos Mx inscripción
$ 100 Pesos Mx por clase

Realmente libre?

Esta es una observación del Dr. Viktor Frankl, de lo que les sucedía a los prisioneros judíos, especialmente en su psiquis, luego de ser liberados del peor campo de concentración:

“…En terminología psicológica lo que le sucedía a la prisioneros se denomina ¨despersonalización¨… Sería un error creer que un prisionero liberado no necesitaba ya ninguna atención. Hemos de tomar en consideración lo siguiente: una persona sometida a una tención psicológica tan tremenda y durante tanto tiempo corre un cierto peligro en el momento de la liberación, especialmente si esta se produce de forma brusca. Este peligro (desde el ángulo de la psicohigiene) es la contrapartida psicológica de la aeroembolia. De la misma forma que un buzo-sometido a una intensa presión atmosférica- correría serio peligro si se sacara la escafandra de repente, de la misma forma el hombre liberado repentinamente puede sufrir un daño en su salud Psíquica…”   [1]

Según las apreciaciones clínicas del Dr. Frankl, una persona que ha estado sometida durante algún tiempo a cierta presión psicológica (como por ejemplo la presión de la religión de turno) de la cual ha sido liberado por otros o por él mismo, necesariamente requiere un proceso de “descompresión controlada”; algún proceso de reajuste en sus ideas, conceptos o apreciaciones de las que fue sometido y que ha aceptado como verdades absolutas.

El panorama del liberado de la religión es claro: se encuentra en el estado de vulnerabilidad más alto del que puede suponer. Sin ningún tipo de ayuda que le guíe en su proceso de desintoxicación religiosa convertirá su recién encontrada y virgen identidad, en una apayasada parodia de la identidad judía, como triste secuela del desequilibro psíquico.

El peligro que corre en apayasar la identidad no-judía se evidencia al negar el auxilio y la ayuda en conocer y desarrollar la propia identidad. Se sigue creyendo, suponiendo y actuando con una ideología religiosa (cristianizada en la mayoría de los casos), sin desarrollar una línea de pensamiento autóctono, propio e independiente de las religiones.

Se sigue neciamente con conceptos heredados de las religiones sin provocar un desligue violento o paulatino de esas ideas; y para colmo de males, religiosos disfrazados de noajidas y judíos, impiden la purga mental al ofrecer librejos, enseñanzas en videos en Facebook desde ciudades santas, y cuanta tontería se les ocurra.

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Conceptos de paraísos, espiritualidad, dios, mandamientos, obediencia, etc, siguen viciados con religiosidad por las personas que han sido liberadas de sus filas; restando importancia a preguntas existenciales tales como: ¿Quién soy?, ¿que soy?, ¿dónde estoy?, ¿para donde voy?, ¿quién es mi prójimo?, ¿cuál es mi deber?, ¿cómo hay que responder?, ¿qué es ser responsable?, ¿qué es ser consiente?, ¿qué es ser persona?,¿ que es el bien?, ¿qué es ser bueno? etc, etc…; preguntas que nos ayudarían a (re) construir nuestra propia identidad sin copias y sin parodias.

En la medida que nos volvamos conscientes de la identidad no-judía, necesariamente y como consecuencia lógica tendríamos que asombrarnos las profundidades que eso implica [2], y no buscar la asimilación con la identidad judía.

Este sitio funciona como auxiliar terapéutico en el proceso de reencuentro de la persona con él mismo. Es claro en la diferenciación de las identidades judías y no-judías. No son iguales ambas identidades, ni admiten mezclas extrañas de una hacia la otra; ambos (judíos y no-judíos) coexistimos en este mundo con un mismo fin, pero con diferente marco normativo; aunque para algunos afectados por la descompresión descontrolada a que fueron expuestos cuando se liberaron no lo quieran aceptar.

 

 

[1] El Hombre en Busca de Sentido. Viktor Frank. Pag 112-113

[2] http://serjudio.com/sitra-ajra/idolatria/noajismo-tambien-en-antiguas-enciclopedias-judaicas#comment-11105?show=1

Un sueño, el milagro de la vida y el mayor de los conocimientos

arcaEsto que quiero compartir, empezó hace muchos años atrás. Empezó con un sueño. Un sueño que me llamaba, que se repetía, que lo llegué a considerar parte de mí, que lo llegué a considerar como una premonición que la compartí con mi esposo, Juan. Un sueño que en un momento dado, años más tarde, lo llegué a tolerar como algo simpático pero que no tenía importancia.

Llevo quince años de matrimonio y junto a mi esposo tenemos casi catorce de observancia de las Siete Leyes Noájidas, justamente la edad de mi hijo mayor, Daniel.

Poco después de que nació mi hija Keren, que hoy tiene once años, tuve un sueño que se repetía cada cierto tiempo, en el cual yo era madre de otro hijo. Parecía una locura pues mi esposo aún realizaba estudios doctorales y cada fin de mes llegábamos con la cuenta bancaria casi en cero. De hecho, mediante el control de fechas empecé a cuidarme para no quedar embarazada…

Cuando lo soñé por primera vez, mi hermana Giovanna todavía no tenía hijos. Yo tenía años orando muchas veces para que el Eterno la bendijera a ella y a su esposo con un hijo, pues habían pasado muchos años desde que se casaron y todavía Dios no les daba esa bendición…

Mi esposo obtuvo su grado de PhD en la Universidad de Chile e inmediatamente empezó un postdoctorado. No mucho después recibió una oferta para realizar un segundo postdoctorado en el Technion, Israel. En aquel tiempo recibimos con gran alegría la noticia de que mi hermana estaba embarazada. Le llamé por teléfono a Ecuador para felicitarle y me comentó que ya hasta le habían comprado una pelota de fútbol, que iba a tener un varón. No pude evitarlo y le dije que yo había soñado que iba a tener una mujercita; ella me dijo que no, que era varón, así que decidí contarle mi sueño…

El sueño sigue en mi mente con toda la claridad posible. En él, mi hermana, su esposo y yo llegamos a un lugar en donde había una casa muy antigua, parecida a un castillo. Junto a la casa había un portón grande como de garaje. La puerta se abrió y el lugar parecía estar lleno de nubes y había muchos bebés ahí. Mi hermana entró primero, después su esposo y por último entre yo. En ese momento se me acercó un bebé y a pesar que sólo le vi el rostro supe que era un varón. Me vino a abrazar y me dijo “mamá”, a lo que yo le contesté: “Todavía no es tiempo, no vengo por ti. Venimos a buscar a la hija de Giovanna”.

Este fue un sueño que se repitió algunas veces, incluso después de que ya nació la hija de mi hermana.

No mucho después de nuestra llegada a Israel, Juan estableció contacto con Rabí Yirmeyahu Bindman cuyo libro “Los Siete Colores del Arco Iris” había traducido al castellano.[1] Entre otras cosas, el Rabino le dijo, “Nadie viene a Israel por nada”…

La frase del Rabino parecía tener poder. Unos días después tuve que salir de una clase de hebreo (estudiaba en un ulpán de la ciudad de Haifa) pues me sentía terrible. Para mi sorpresa la doctora que me atendió me informó que estaba embarazada y comentó, “Siempre les pasa a las parejas jóvenes pues aquí en Israel es normal que la mujer quede embarazada aún si se cuida”.

Pensamos que tendría ese niño varón que yo había soñado varias veces. Pero no fue así. El Eterno nos bendijo con una niña, Jaya.

Después de concluido el postdoctorado de mi esposo regresamos a Ecuador, con nuestros tres hijos. Pero el sueño de que yo era madre de un varón nuevamente se repetía.

Cuando Jaya tenía 4 años nuevamente quedé embarazada, pero este embarazo no prosperó y tuvieron que hacerme un legrado (véase https://jmayorga.wordpress.com/2013/03/20/no-asesinar/). Mi salud después de esto quedó afectada y el médico me recomendó ya no tener más hijos; así que, después de analizarlo bien decidí que debía hacerme la ligadura.

Busqué un médico especialista para que realizara esta intervención. Producto de los exámenes rutinarios ordenados por él, para mi sorpresa, se descubrió que tenía un problema de hipertiroidismo que estaba afectando mi corazón. Por esta razón la ligadura debía esperar hasta solucionar ese problema. El tratamiento involucró una pequeña dosis de yodo radiactivo y el médico indicó que no podía tomar ningún anticonceptivo.

Me preparé durante tres meses para el tratamiento con yodo. Después de tomar el yodo tuve que permanecer aislada diez días. Hasta saber que el yodo había provocado el efecto deseado, lo cual tomaría unos tres meses, no podía tomar otros medicamentos; así que, para no quedar embarazada, durante este tiempo use el método de control de fechas fértiles para prevenir un embarazo.

Luego de dos meses recibí con gran alegría la noticia de que el problema de mi tiroides estaba resuelto. Comencé a asistir a un gimnasio con una amiga noájida para mejorar mi salud hasta que llegara el día de hacerme la ligadura…

Pasó un mes más y Juan me pidió que le acompañe en un viaje de trabajo. Cuando regresamos me dio una infección intestinal muy fuerte que atribuí a algún alimento pasado que podría haber ingerido durante el viaje. Producto de los exámenes médicos, llegó una noticia como balde de agua helada: nuevamente estaba embarazada, y ya era un mes de embarazo. El problema está en que, de acuerdo con las cuentas, el tiempo no era el pertinente para que una mujer que haya pasado por el tratamiento de yodo radiactivo pueda quedar embarazada – lo recomendable era esperar por lo menos seis meses. El cuadro era tan complicado que estuve hospitalizada una semana, teniendo muy claro que la probabilidad de perder el bebé era extremadamente alta…

Después de lo que calificó mi médico ginecólogo como un verdadero milagro, el embarazo continuó. Acudí tan pronto como fue posible a una cita médica con mi endocrinólogo, quien hizo sus estudios de especialidad en Israel, con miedo e inquietud de que el tratamiento con yodo pudiera haber afectado de alguna manera a mi bebé. Sin embargo, con sus aproximadamente cuarenta años de experiencia, me dio ánimo y me dijo que hace poco había tenido un caso similar y que el niño había nacido bien, “así que confíe en que todo va a salir bien”.

En aquel tiempo, yo veía preocupada como se me habían presentado tantas dificultades pero en realidad eran milagros tras milagros. Una secuencia de causas y efectos que salvaron mi vida, que salvaron a mi bebé. Pero la secuencia no había terminado…

En uno de los exámenes rutinarios, ordenados por mi ginecólogo, aparecieron indicios de que nuevamente algo no andaba bien con mi tiroides. Al abordar el caso con mi endocrinólogo apareció un problema mayor pues me detectaron cáncer, un nódulo cancerígeno que debía ser extraído  lo más pronto posible. De hecho, si no hubiera estado embarazada, la intervención se la hubiera realizado inmediatamente. La operación se programó para el tiempo en que yo estaría finalizando el cuarto mes de embarazo ya que, por el cuadro, era lo más recomendable – teniendo en mente que la probabilidad de perder el bebé era altísima pues sería necesaria anestesia general.

Fueron momentos muy duros y fue el tiempo en que tuve que recargar mi cabeza con todas las enseñanzas que había aprendido durante mi vida como noájida: los consejos que había leído en artículos de Fulvida, AishLatino, Jabad, JudaismoHoy, los cds y libros que había oído y leído de Breslev, la fortaleza que me daba mi esposo, etc.

Ya más fortalecida llegué al día de la operación. Duró cuatro horas. Gracias al Eterno sacaron todo el cáncer y yo me encontraba bien. El cirujano me dijo que se oían latidos del corazón del bebé, pero que no me podía asegurar nada hasta que pase un tiempo prudencial y sea evaluado por un especialista. En la noche del mismo día llegó el especialista con todo su equipo para revisar al bebé en mi vientre y para su sorpresa el bebé estaba vivo, con su corazón funcionando de forma normal. Al parecer las cuatro horas que duró la operación no le afectaron en nada. Mi familia y yo lloramos de alegría y le dimos las gracias Dios.

En medio de todo esto recuerdo que mi ginecólogo, cuando supo lo del cáncer, me dijo, “Me saco el sombrero delante el cirujano que le va a operar porque en la mayoría de los casos, el médico no le opera si no se provoca un aborto antes”. Y también me dijo, “si su niño sobrevive a la operación es porque Dios quiere hacer algo grande con él”.

Mi embarazo continuó. Fue milagro tras milagro.

Por mi misma situación, al final del embarazo me dio preclamsia y fue muy duro el parto. A mi bebé lo llevaron a la unidad de neonatología, el pasó ocho días allí. A mí me dieron el alta a los cinco días.

Pero los milagros nunca pararon. Dentro de mi hospitalización requerí dos pintas de sangre en una madrugada. Juan fue al Banco de Sangre, para recibir las dos últimas pintas allí disponibles de mi tipo de sangre, AB+.

Mi cuarto hijo, el bebé soñado, se llama Jaim Gamliel y tiene tres meses. No toma ningún medicamento si bien requiere un control mensual de un urólogo pediatra pues tiene un pequeño problema que en muchos casos se resuelve por sí mismo durante el primer año de vida. Por mi mente nunca se me hubiera ocurrido circuncidarle a mi hijo, pues tengo bien claro que soy noájida y no judía, pero el urólogo tuvo que realizarla para evitar posibles infecciones.

Respecto a mi salud: como parte del tratamiento para el cáncer me dieron una nueva dosis de yodo radiactivo, mucho más potente que la vez anterior. Todo esto lo estoy escribiendo en estos 15 días de aislamiento que tengo que pasar. Creo que compartir esta historia con ustedes es una forma de agradecerle al Eterno por todo lo bueno y por todo lo aparentemente malo que nos ha sucedido.

Ahora he comprobado en mi vida que todo está en manos del Creador, que Él tiene el control y que cada cosa que nos sucede tiene un propósito. Este es el mayor de los conocimientos que haya podido vivenciar.

______

Notas.

[1] Para este tiempo, a más del libro de Rabí Bindman, Juan había traducido “El Camino del Gentil Justo” (Clorfene & Rogalsky) y “¿El Verdadero Mesías?” (Kaplan).

ENTREVISTA A FULVIDA MÉXICO EN EL PERIÓDICO ENLACE JUDÍO.

ENLACEJUDIO

Hola a todos,

En esta ocasión fuimos convocados por el periódico Enlace Judio para dar un mensaje principal.

El mensaje principal es Noajismo NO ES JUDAIZARSE.

Noajismo es:

1. Que la persona reconozca los derechos que hacen que su vida sea más plena
2. Hacer que la persona trabaje en tener una mejor vida a través de estos derechos
3.Luego lograr que los individuos protejan su vida a través de los siete principios universales los cuales son las armas para defender la vida plena que se va construyendo en todas las facetas de la persona.
Noajismo no tiene que ver con judaizarse o convertirse u observar leyes judias sin ser judío.

ALZO LA VOZ

Hace poco se publico en serjudio.com un artículo que surgió debido a un E-mail que fue enviado al señor Ribco plagado de una intolerante violencia[1], y que me hizo pensar (y recordar) los múltiples ataques que ha recibido tanto el More Ribco como también el profesor Ortiz[2], a través de décadas de servicio gratuito y desinteresado que han brindado en serjudio.com y en Fulvida.com.

Pero también me ha hecho pensar la posición de indolentes y pasivos en que muchos de nosotros los no-judíos[3] nos atrincheramos, mientras observamos como a ambos los han querido conducir al “paredón de fusilamiento” debido a sus luchas para que el espíritu humano no se extinga en los hornos de la religión.

Hemos sido muchos (cientos, miles o millones; no lo sé) los no-judíos que nos hemos visto beneficiados de manera gratuita. Unos han abandonado sus vicios eclesiásticos, otros han encontrado sendas apropiadas para la vida; unos otros han confirmado sus sospechas razonadas de que la religión de turno los estaba estafando (y matando literalmente), mientras que otro tanto han encontrado una fuente de Moral y de Ética (¿y por qué no decirlo? de espiritualidad también. Porque bueno… hasta los ateos nos hemos espiritualizado).

Pero lo cierto es que sin obligación alguna, el compromiso de ambos ha sido notablemente visible a lo largo de los años.

¿Será que el judío tiene obligación con un no-judío de mostrarle su camino e identidad, y tras de eso soportar sus insultos?

No. Suficiente con sus propias obligaciones. Es más, en el caso del señor Ribco, sus padres milenios antes lo comprometieron con un adeudo serio con Dios, Israel y con él mismo[4] ¿Qué se gana con una obligación “de hecho” y no legal que ha asumido para con el no-judio? Nada, exceptuando el cariño y amor de muchos.

Y del Profe Ortiz, ¿tendrá obligación para con el no-judío también, en mostrarle la senda correcta; la vía jurídica divina de su proceder y vida?

Tampoco. Suficiente con las obligaciones divinas y legales que ha asumido para con él, su familia, y su identidad. Y al igual que el More, el profe Ortiz no gana nada, exceptuando el cariño y amor de muchos.

Pero como en ambos casos, por los buenos sentimientos de unos despiertan el lado negativo en otros.

¿Y por qué?

Envidia en el caso de Yehuda pareciera ser la respuesta[5].

Estar chismeando en lo que hace el profesor pareciera ser la respuesta en su caso[6]

O tal vez, eso es lo que personalmente quisiera yo creer.

Pero sea cual sea la respuesta a tan innecesarias preguntas, lo cierto es que nuestra posición no debería ser pasiva, observadora, arremetedora de inactividad, de espectador circense.

Hoy en día, somos más que hace décadas atrás. Ya tenemos una voz más fuerte y sonora por ser muchos los que defendemos nuestra libertad que como no-judíos tenemos.

No deberíamos permitir más esos arremeteos de violencia que quieren callarnos o intimidarnos; ni contra Yehuda, ni contra el Profe, ni contra de ninguno de nosotros.

Y que éste sea uno de muchos de los artículos que alzan la voz.

 

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[1] http://serjudio.com/sitra-ajra/jesus/malabares-del-circo-religioso

[2] http://serjudio.com/personas/re060306.htm  solo por poner un ejemplo de los muchos más que se pueden leer en la página web de antaño http://fulvida.com/nosotros/sernoajidacom/

[3] Si me permiten, usaré el término “No-Judio” en lugar de otro, para incluir a todos lo que se han beneficiado de las paginas web en mención. Sea los que creen que el noajismo o judaísmo es una religión, lo que hacen de ambas identidades una religión, lo que nos hemos identificado a pesar de no tener una religión, los que tienen religión y a pesar de eso nos siguen leyendo, los que se han identificado como noajidas pero se comportan como religiosos, los ateos, los agnósticos, los cristianos, los musulmanes, los judíos, y todos aquellos de todas formas siguen visitándonos y beneficiándose del buen alimento que ambas paginas desinteresadamente tiene servido.

[4] “…Los judíos, recién liberados de la esclavitud de Egipto, vieron a los Cielos y dijeron al Eterno: ‘Si Tú nos entregas tu Torá, nosotros te entregamos a nuestros hijos’. Respondió Dios: ‘Ya que ustedes me ofrecen a vuestros hijos, Yo les entrego mi Torá’”. Rabbi Meir en http://serjudio.com/personas/pueblo-judio/secreto-de-continuidad

[5] http://serjudio.com/sitra-ajra/idolatria/¿que-descendio-para-los-gentiles-en-sinai-cuando-descendio-la-tora-para-los-judios

[6] http://fulvida.com/2013/01/08/el-no-vivo/

Shir haShirim para vivir en paz y felices

Enseña el Rav Kook (Orot haKodesh, segunda parte, página 444 ), a partir del concepto cabalístico del “Shir Merubá”, que hay cinco tipos de shirim – cantos, que son lo que hace vibrar especialmente al alma de la persona.
Cuando estos cánticos ocupan el centro de la vida de una forma intensa, se van tornando en exclusivos, en excluyente de los otros; a excepción del quinto, según ya veremos.
Así, con esa intensidad se transforman de trovas en ideologías, en sistemas de creencias que filtran la manera de percibir la realidad y por tanto en mecanismos para dirigir nuestra manera de actuar en consecuencia.

Te presento como entiendo los cantos y algunas de las explicaciones y moralejas que podemos aprender de ellos:

  1. Primario: el que forma la ideología centrada en sí mismo. Todo lo encuentra en él y para él. Este canto es del individualismo.
  2. Secundario: el que centra su accionar y creencia en la relación con el prójimo, porque es prójimo, en lo del prójimo; en lo que surge de la relación emocional. De aquí proviene el basamento de la religión, el colectivismo y el nacionalismo. Por ejemplo, el que cuando la selección de su país juega un partido, él dice “hoy jugamos”, “salimos a la cancha”, “perdimos/ganamos”; aunque él no sea jugador, ni nunca haya pisado el césped de un estadio. Pero, se identifica de tal manera con el colectivo, que vive como si no fuera individuo.
    Y esto no sucede con todo lo que concierne a lo emocional, en su relación con el otro: religión, política, equipos deportivos, club, grupo de referencia, etc.
    ¿Te imaginas el grado de secuestro mental que puede sufrir cuando se sumerge por completo en este cántico? ¿A qué hazañas o desastres puede conducir, cuando se fanatiza?
    Es lo emocional controlando las otras tres dimensiones del ser, y bloqueando la dimensión espiritual. El resultado no suele ser benéfico. Sin embargo, en su medida adecuada, tiene también su valor; tal como veremos ocurre con los otros tres cánticos (sin incluir el quinto, que es de una naturaleza diferente).
  3. Terciario: el que toma en cuenta a todos los seres humanos, sin distinguir entre razas, etnias, naciones, familias; es lo que funda el humanismo.
    Como dijera el pensador Terencio, hace 22 siglos: “Nada de lo humano me es ajeno”.
    Esta perspectiva es una amalgama imperfecta entre lo emocional y lo mental, como un punto de encuentro volátil entre ambas dimensiones del ser. Esta imperfección explica cómo ideologías que en principio pueden tener objetivos sublimes, terminan convirtiéndose en abismos oscuros para sus seguidores. Por ejemplo, el ideal socialista que suele conducir a todo tipo de aberraciones e injusticias. En sí mismo, se podría descubrir que la esencia del socialismo es buena, enraizada en un humanismo que busca racionalmente el bienestar del individuo dentro del colectivo. Pero, llevado el ideal a la práctica, la raíz emocional absorbe y va dejando de lado el racionalismo constructivo, para excusar todo tipo de arbitrariedades, deformaciones y atropellos. Podemos observarlo en todos estos populismos presentes, así como en las historias no tan lejanas.
  4. Cuaternario: el que atiende todo lo existente, sea orgánico o inorgánico, y se ocupa de ello. Es la visión y acción que motiva el ecologismo. Aquí lo emocional queda supeditado al pensamiento, aunque éste puede no ser racional ni coherente ni correcto. Entonces, es posible que por “amor” al ambiente se llegue a la negación del individuo, de la sociedad, o de la humanidad. No es infrecuente que gente muy dada a considerar el cuidado del ambiente, no tenga inconvenientes en ser pasivos ante la muerte o el dolor del prójimo humano, en tanto y en cuanto con ello se libere a algún individuo (animal o plante), una especia o ecosistema del estrés producido por el hombre. Por ejemplo, entre los nazis de alto rango no faltaban aquellos que eran vegetarianos, no por razones de salud personal, sino por misericordia hacia los animales; estos mismos sujetos mientras degustaban una ensalada, no tenían ningún remordimiento para enviar a la tortura y la atroz muerte a caravanas milenarias de judíos. ¡Es solo un ejemplo, es evidente que no son los ecologistas como estos asesinos y genocidas! Pero, no faltan otros ejemplos en los cuales testimoniamos que por defensa de animales, se incurre en todo tipo de bajezas en contra de personas y sociedades.
  5. Shir haShirim: el único que comprende y unifica a todos los anteriores, es el cantar de los cantares. Es la mirada y la conducta que comprende que somos criaturas y creación de un mismo Padre, y se nutre en cada dimensión de su existencia y encuentra la armonía. Ésta es la espiritualidad. Se pasa del conflicto, a la música ordenada y agradable, como una orquesta variada y en la cual cada instrumento tiene su parte y no hay otro que lo pueda reemplazar. Hay lugar y tiempo para el individualismo, para el nacionalismo, para el humanismo y para el ecologismo; pero todo bajo la batuta y con el sentido de lo espiritual.

Como sabes, resumimos el cántico propio del camino espiritual en dos sencillas palabras: CONSTRUIR SHALOM.
Con acciones de bondad Y justicia.
Siendo leales al Eterno.
Disfrutando de lo permitido y apartándose de lo que es prohibido.
Te invito que cantes este canto, viviendo el noajismo si eres gentil, desplegando el judaísmo si eres judío.

Enemigos de Dios

[1]“ …(Al Monte Sinaí) no se le denominó “monte de la luz”, ni “monte del encuentro con Dios”, ni “monte de la recepción de la Torá”… se le llamó y se le conoce luego de milenios como “monte donde descendió el odio/envidia de los gentiles en contra de Israel“…”

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Parece impensable que alguien, en su uso de razón y lógica, se declare enemigo de Dios.

Algunos posiblemente no han medido las consecuencias de sus palabras; otros se han declarado enemigos de Dios y los judíos abierta y conscientemente por razones ideológicas o políticas [2] .

Pero lo cierto es que la gran mayoría no lo hacemos por temor, otros por prejuicios religiosos, otros por su ateísmo, o bien, por las razones que convengan.

Lo cierto es que en nuestra Tora, la de los Hijos de Noe, existe un mandamiento que explícitamente prohíbe la blasfemia, donde no solamente debe de entenderse como inadecuado referirse (o específicamente actuar) negativamente hacia el Creador, sino que además reglamentariamente puede entenderse como prohibitivo constituirse enemigo de Dios y de sus elegidos[3]

Pero por otro lado resulta totalmente ilógico que alguien se quiera constituir enemigo de Dios o los judíos, y que ponga la razón que quiera el lector

Resulta ilógico e innecesario constituirse enemigo con alguien a quien no va vencer, ni con otros que posiblemente no le han declarado la guerra primeramente.

Pero parece que la cosa no es tan simple.

Pues si objetivamente la cara que mostramos a la sociedad es ser socios de Dios y los Judíos, subjetivamente y en nuestro mundo interno y de sentimientos existe grados de disconformidad con lo que somos. Disconformidad que nadie quiere aceptar, pero que los hechos externos los ponen en evidencia.

Pareciera que las palabras de los sabios que se mencionan el texto trascrito arriba son atemporales, ya que están completamente vigentes al día de hoy.

Seguimos envidiando, odiando, maldiciendo y celando a Israel, a Dios y a los Judíos; pero no de forma expresa y explicita; sino que camuflada por actos inconscientes, o bien intencionados, pero lo que demuestra es celos por la tradición judía, sus costumbres, historia, nacionalismo y unión.

Seguimos guerra contra Dios, los judíos y la Torá cuando “de facto” insistimos en usar nombres judíos, comprar cosas judías, imitar a los judíos, querer ser judíos por “amor” a Dios, por creerse judíos mesiánicos, por negar las leyes universales, por ver el Código Noajido soso o escaso en comparación a la Tora de Israel, por negar la identidad, y por otras razones más que dejo abiertas como “Numerus apertus” para los que quieran poner sus opiniones en los comentarios.

Porque lo que refleja algunas actitudes de TODOS nosotros es una lamentable envidia y un lamentable celo, que lejos de una sana admiración por la fortaleza judía que ha soportado de todo, nos carcome la pasión insana por formar parte de ellos (aunque fuese un poquito) a cualquier costa o precio, porque no nos queremos e invalidamos nuestra identidad y, por ende, no los queremos pero deseamos su identidad, sus tradiciones, sus fiestas, sus dichos, sus nombres, sus costumbres… deseamos ser ellos y no nosotros.

En definitiva, no nos gusta ser nosotros y queremos ser ellos. Así usamos sus dichos, sus locuciones idiomáticas, los nombres que utilizan para referirse a Dios[4] en los actos propios de sus costumbres y obligaciones, etc; que reflejan una pasión celosa y envidiosa que hay que admitir, erradicar y corregir con alguna humildad y con la ayuda apropiada.

Antes de terminar, y antes de cualquier (contra)ataque, quiero aclarar que lo que escribo es para llamar la atención hacia lo que por derecho nos corresponde.

Tenemos una identidad que hay que nutrir, hacer valer, dar a conocer, ejercer y desarrollar; tenemos un Compendio Legal que, al igual que el de los judíos, fue dado divinamente; tal vez no a 3 millones de personas, pero sí a las UNICAS personas que existieron en su momento de dación.

Y en la entrega de la Tora Noaj, no descendió la envidia; sino el Derecho y la Justicia; la identidad y el sentido de la existencia; la fórmula del paraíso y de la Era Mesiánica:

http://fulvida.com/2008/03/27/un-texto-fundamental/

Queda en nosotros su robustecimiento

Y que sirva yo de mal ejemplo si fuera el caso, pero hagamos algo.

Gracias por sus comentarios, observaciones y opiniones.

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[1] El resaltado en negro es del original. http://serjudio.com/sitra-ajra/idolatria/¿que-descendio-para-los-gentiles-en-sinai-cuando-descendio-la-tora-para-los-judios

[2] http://serjudio.com/sitra-ajra/idolatria/¿que-descendio-para-los-gentiles-en-sinai-cuando-descendio-la-tora-para-los-judios

[3] Véase a modo de ejemplo los reglamentos del 1 al 8 sobre la Ley de Prohibición de la Blasfemia, en  http://fulvida.com/2008/02/01/reglamentos-de-los-mandamientos/

[4] En estos momentos acabo de ver en mi Facebook una invitación realizada por un grupo de noajidas que en propaganda a su reunión, postearon una fotografía donde se utiliza el nombre de Dios que en lo personal no creo que debiera de usarse.