El noájida consciente ha de conocer la razón por la cual recibe el nombre de Benei Noaj (hijo de Noé), y es en el relato del libro del Génesis desde el capítulo 6 dónde se cuenta la historia acerca de Noé, el diluvio, y de como el Creador establece un pacto; cuyo sello nos acompaña desde entonces, “un arco” que dibujado en el cielo con su singular belleza; impregna el alma de todo aquel que lo contempla, y a través de sus siete colores nos invita a conocer y escudriñar nuestro legado, los siete preceptos.
Es del relato del diluvio, de dónde hoy quiero tomar un detalle que sin duda nos aportara mucho, una vez terminado el diluvio, pero antes de que Noé bajará con su familia y todos los ocupantes del arca, aparece una paloma, que se hace protagonista en esta historia y de la cual podemos aprender algo para nosotros.
Noé envía a una paloma para estableces si las aguas ya habían descendido, lo interesante del texto es que la paloma regresa, pues no halló donde posar, Es cierto que actualmente el diluvio paso, y el Eterno prometió que no volvería a ocurrir; pero… “el mundo está inundado, de hombres y mujeres que han olvidado su esencia” que sobreviven en un mundo desolado, debido a la injusticia, al egoísmo, a la falsedad, y a todas aquellas cosas negativas que agobian al hombre, que aquejan al mundo, que entristecen el alma que se halla lejos de la verdad , lejos de Dios.
Y al igual que esa paloma, que no hallo donde reposar, hoy muchos hombres y mujeres no hallan reposo, no existe un lugar de descanso verdadero para nuestras almas en el mundo que conocemos, pues lo que el mundo ofrece como tranquilidad, reposo, conocimiento de Dios, no deja de ser un gran espejismo, un disfraz , una pancarta de supuesta santidad, de “bueno”, de mentiras pintadas de verdad que lo único que hacen es apartar al hombre de lo verdaderamente importante, y esa supuesta paz, esa tranquilidad ofrecida no deja de ser pasajera y superficial.
Algunos hemos regresado al arca para descansar, para tomar aliento, para reposar, para descubrir la verdad de nuestras vidas, para entender nuestra identidad, para estar a salvo verdaderamente. El Arca es ese “puente” que ha puesto Dios para salvarnos, para que desde allí le conozcamos, porque: “ni el mundo, ni las religiones, ni los actos de fe, ni los falsos dioses, ni la nueva era, ó cualquier cosa de las que pululan, de las que se ofrecen, de las que se compran porque nos las venden” , NINGUNA SALVA. Mientras el mundo siga lejos de la verdad, del conocimiento de la Unicidad de Dios, del Verdadero y Único, la miseria, el dolor, el hambre, la injusticia, y todo lo que ensucia el mundo prevalecerá.
Pero, retornar al arca, reconocernos hijos del Único Dios y entender su voluntad, aceptarla y vivirla nos dará verdadero reposo, y nos preparara para salir de ella (arca) transformados, y con el único objetivo de hacer de este un mundo diferente. No creas que es algo utópico, ten presente que es Real, que es posible, claro de la mano del Creador, del verdadero Dios; mientras seguimos esa senda que ha delineado para cada ser humano.
Si te sientes cansado y agobiado, “no has de refugiarte en lo que no ofrece reposo verdadero” como lo venden tantas religiones, el verdadero descanso lo alcanzaras de regreso al arca, a tu identidad, cuando te reconozcas como lo que eres, cuando aprendas lo que debes, cuando vivas los siete mandamientos universales dados por Dios a toda la humanidad, así te prepararas para salir del arca, para cambiar el mundo, para cambiar tu mundo, para hacer tu parte y hacer de este lugar una verdadera morada para el Eterno.
Es URGENTE que el mundo sea diferente, que vivamos y no que nuestras vidas sean solamente ejemplos de supervivencia, urge “que sepamos quiénes somos y actuemos”.
¡No esperes más, es tiempo de encontrar reposo!
Un abrazo.