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El universo… del hombre

el universo

Podrías responder a éstas preguntas con certeza, con argumentos válidos,  y  sin dudar:

¿Cuál es  edad del universo y cuál la del hombre?,

¿Evolucionamos ó des – evolucionamos?

¿Es el hombre acaso resultado de la evolución?

¿Podemos hablar de Evolución?

¿Se contradicen la Ciencia y los textos que a través de los sabios judíos conocemos de la Torá?

¿Tendríamos que saber “todos” Torá y Ciencia?

 

Seguramente podríamos hacer un listado extenso de preguntas, pero déjame hacer una más:  ¿Resultaría útil  saber  esas  respuestas? Esta  última es la que espero responder finalizado éste texto..

 

Para algunos  éste puede resultar un tema interesante, de un lado para satisfacer el Ego, bien para manipular, para hacer ver grande al pequeño, sabio al carente de conocimiento, para distorsionar la realidad y alimentar fantasías, por ejemplo.

 

No puedo negar que es un tema que me gusta,  ello no  significa que sepa todas las respuestas, ni que las esté buscando, me resulta interesante  precisamente por las grandes explicaciones que no podría dar, y  por reconocer  lo pequeño y limitado  de mi conocimiento en relación a “algún” tema,…

 

Ni todas las ciencias juntas, ni la Torá.  Definitivamente no podemos abarcarlo todo, y no todo nos corresponde.  Me atrevería a decir  que desde los aportes particulares de cada materia quizás sea posible obtener algunas respuestas, no todas, pero si,  aquellas que el Eterno en su infinita sabiduría nos permite conocer a cada uno.

 

Y en relación a las ¿Contradicciones?, es mejor hablar de:  Egos encontrados, puntos de vista,  diferencia de opiniones, interpretaciones, equivocaciones, aciertos,  todo ello  susceptible de convertirse en  útiles  puentes que conectan una pregunta con la  respuesta correcta.

Si deseas http://fulvida.com/ajenos/israel/la-edad-del-universo-y-la-del-hombre#comment-56847  puedes encontrar algunos aportes de lo sabios de Israel que hablan de   la Edad del Universo y la del hombre,  en un artículo del moré, que  para nada contradice lo que en ciencia se ha descubierto por lo menos hasta el momento, de a poco, re – formulando, revisando una y otra vez una teoría, una hipótesis, un registro  o un hallazgo.

 

Así por ejemplo para la ciencia la edad del universo es de aproximadamente 15.000 millones de años, la evolución va de lo simple a lo complejo, pero ya se sabe que éste proceso no se dio en todos los casos tan lenta y paulatinamente.

 

No hace mucho se pensaba que el planeta Venus podía ser similar a la tierra, por su  cercanía  y similitud en tamaño  y por las primitivas observaciones a través de telescopios, hoy  no solamente lo hemos visto en la distancia, han llegado hasta allí naves espaciales a explorar, desde entonces ese planeta solamente es un indicador de lo que sería la tierra,  si seguimos nuestra carrera depredadora, devastando el frágil ecosistema  que habitamos, es el ejemplo más cercano y  a la vez aterrador que tenemos de  las condiciones extremas del efecto invernadero.  Quizás hubo mundos anteriores al nuestro,   tal vez ese fue uno.   El hombre se ha adentrado a las profundidades del espacio para descubrir que por el momento la tierra es el único lugar que ofrece las condiciones óptimas para ser habitado por los seres humanos.

 

Cuanto más conocemos, más carentes de conocimiento parecemos, más insignificantes y pequeños, somos tan pasajeros y  es tan efímera nuestra existencia en comparación a la edad del universo, pese a ello hemos sido dotados de emociones y de inteligencia, para descubrirnos  y para hacer cosas que bien pueden mejorar nuestras condiciones de vida o que también podrían  auto – destruirnos.

 

La ciencia, no siempre envanece,  a veces puede ayudarnos a poner los pies en la tierra, y también acercarnos para reconocer la mano creadora de nuestro Hacedor.  Es  la carencia de conocimiento real en  algo, (no de todo) la que nos aleja de la verdad. 

 

En relación a la edad del universo en este link   http://www.youtube.com/watch?v=R_5VIzLAGko ,   encontrarás una de las explicaciones más sencillas e interesantes desde la ciencia,  es  una parte de  un capítulo extraordinario  de la serie cosmos, que también te explica breve mente el proceso evolutivo, esa parte la encontrarás aquí:   http://www.youtube.com/watch?v=tlRO2jzrUV0

 

Estas explicaciones no son respuestas improvisadas, lo que allí se menciona es el resultado de cientos de años de investigación.  Desde luego es un tiempo que parece  “nada” si lo relacionamos con la edad del universo, y sin embargo esto puede considerarse un gran logro, que denota la increíble capacidad del ser humano.  En tan poco tiempo de historia, ninguna otra especie en la tierra ha hecho tal muestra de conocimiento, ni para construir ni para destruir.  Somos diferentes, no cabe la menor duda.

 

Es posible que ya tengas algunas respuestas a las preguntas planteadas al iniciar el post,  ¿en qué cambia esas respuestas la razón de tu existencia?

 

Desde la ciencia, quiero invitarte a ir más allá de las posibles respuestas que ya tengas, usando las palabras de  Carl Sagan,:

 

«Somos el legado de 15.000 millones de años  de evolución cósmica, podemos elegir entre enriquecer la vida y conocer el universo o dilapidar nuestra herencia autodestruyéndonos sin sentido.  El primer segundo de nuestro próximo año cósmico dependerá de lo que hagamos aquí  y ahora con nuestra inteligencia y conocimiento del cosmos”.

 

No conocemos la vastedad del  universo, ese que menciona Sagan, pero lo triste es que tampoco conocemos  «aquel universo» que está contenido en cada uno de nosotros.  Desde este sentido la frase citada anteriormente  podría referirse  también de seres individuales y particulares… a nosotros mismos, y al universo que representa el hombre.

 

Pocas veces  el ser humano a merced del Ego elige entre “enriquecer la vida y conocer – se” y por el contrario   dilapida su  herencia  autodestruyéndose sin  sentido.    El futuro dependerá de lo que hagamos aquí y ahora, de reconocer y usar las  herramientas con las que hemos sido dotados “sin trabajar en algo distinto”   a construir shalom mientras procuramos cuidar y mantener el entorno que nos rodea, y ésta si es una respuesta que nos resultaría muy útil.

 

¿Y tú, qué pregunta eliges responder?

Un abrazo, y que sepamos construir shalom.

Ese punto azul pálido… ¡La tierra!

Al mirar la historia de la humanidad, su devenir parece estar tan fuera de nuestro alcance, el mundo y lo que nos depara a sus habitantes parece incierto cuando nos asomamos para descubrir las páginas atroces y tristes  que hablan de nuestra historia, en su mayoría son producto de las cubiertas que le envuelven al ser dominado por el Ego.…

Quizás reconocerlo, nos haría pensar en la importancia de re – descubrirnos, de vivir a plenitud, de tratarnos bien los unos con los otros; de preservar y cuidar  de “este punto azul” mientras trabajamos desde nuestra limitada y a la vez potente condición para convertirlo en el paraíso terrenal…

La  fotografía que acompaña éste texto es de la Tierra, tomada por la sonda espacial Voyager 1 y que es conocida  en el ámbito científico como “Un punto azul pálido”.  Fue registrada desde 6.000  millones de kilómetros de distancia y  muestra a la Tierra como una mota o punto de luz casi imperceptible debido al fulgor del Sol.   La foto fue tomada el 14 de febrero de 1990, una pieza que bien prodía servirnos  para reflexionar, para reconocer nuestra minúscula posición en el universo.

La reflexión de Carl Sagan a partir de ésta imagen, no deja de tocar parte de esa sensibilidad que me invita a reflexionar en la razón por la que existimos, y sobre todo en lo que hacemos mientras vivimos.

“Tuvimos éxito en tomar esta fotografía, y al verla, ves un punto. Eso es aquí. Eso es casa. Eso es nosotros…

 Desde este punto de vista lejano, la Tierra puede carecer  de cualquier interés particular. Pero, para nosotros, es diferente. Consideremos de nuevo ese punto. Eso es aquí. Eso es casa. Eso somos nosotros. En él,  todos los que amamos, todos los que conoces, y  todos los seres humanos que han existido.

El conjunto  de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de religiones seguras de sí mismas, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y cada recolector, cada héroe y cada cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y cada plebeyo, cada joven pareja enamorada, cada niño esperanzado, cada madre y cada padre, cada inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y cada pecador en la historia de nuestra especie vivió allí  – en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol. La Tierra no es más que un pequeñísimo grano que forma parte de una vasta arena cósmica.

Piensa en los ríos de sangre derramados por cientos de  generales y emperadores, para que, en gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueldades cometidas por los habitantes de una esquina de éste píxel hicieran sobre  los apenas distinguibles habitantes de alguna otra esquina del punto. La frecuencia de  sus malentendidos, cuán ávidos están por matarse los unos a los otros, cuán  fervientes son sus odios.

Nuestras posturas, nuestra presunción imaginada, la falsa  ilusión que tenemos de que ocupamos una posición privilegiada en el Universo… son  desafiadas  por este pálido punto de luz. Nuestro planeta es un solitario grano de polvo en la inmensa oscuridad cósmica que todo lo envuelve. En toda esta inmensa oscuridad -en toda esta vastedad-, no hay ningún  indicio de que la ayuda vendrá de otra parte  para salvarnos de nosotros mismos.

La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora capaz de albergar vida. No existe  ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo, al cual nuestra especie pudiera migrar.

¿Visitar?, …sí.  ¿Colonizar?, … aún no.

Nos guste o no, en este momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos. Se ha dicho que la astronomía es una experiencia constructora de humildad, y formadora del carácter. En mi opinión, no hay quizá mejor demostración de la locura de la presunción  humana  que “esta distante imagen de nuestro minúsculo mundo”.

Para mí, recalca nuestra responsabilidad de compartir más amablemente  los unos con  los otros y de preservar y cuidar  ese punto azul pálido, el único hogar que  hemos conocido”.  

Carl Sagan 1934 – 1996.

 Video:  Ese punto azul pálido  

 ¡Por un mundo más noájida!, Construyamos shalom en nosotros y hagamos lo que esté a nuestro alcance para construir allí… afuera, donde también es imprescindible, necesario y urgente.

¡Un abrazo!  y que sepamos construir Shalom.