La persona que se siente vacía por dentro,
tiene terror de lo simple.
Se llena de complicaciones y complejidades
para tratar de ocultar su oquedad interna.
La persona que se siente vacía por dentro,
tiene terror de lo simple.
Se llena de complicaciones y complejidades
para tratar de ocultar su oquedad interna.
Prefiero una persona simple que es responsable,
a una instruida que huye de la realidad.
El autoritario presiona, amenaza, cohíbe, demanda, espanta y es aborrecido.
El que posee autoridad hace sentir confianza a los que están bajo su guía, los estimula a desarrollarse, juzga con bondad y es humilde.
Cuando tu hijo no te hace caso, ¿por qué te enojas y le gritas?
¿Porque te apena que él se esté equivocando, o porque te das cuenta de que no tienes verdadera autoridad sobre él?
Si te apenas por él, ¿por qué le gritas, por qué te enojas?
¿Acaso te harás más caso de esta manera?
¿Acaso comprenderá a los gritos que tú le amas?
Y si te alteras porque no tienes autoridad, al enojarte y gritar lo único que demuestras es que no lo quieres sinceramente y que no posees el don de la autoridad.
Corrige a tu hijo con amor.
Que tus reprensiones estén motivadas exclusivamente en el deseo
de ayudarlo a crecer con mayor armonía.
El Eterno te pide fidelidad, respeto y amor.
Las tres se manifiestan de una sola manera:
al cumplir lo mejor que puedas con los mandamientos que Él te ha dado.
Guárdate de promesas,
no sea que manches tu honor
y dañes a tu prójimo.
Si actúas movido por tu miedo,
debes saber que probablemente caerás
en las garras de eso que tanto temes.
Rezar (orar, elevar tu plegaria) es dialogar con Dios,
aunque no oigas Su respuesta.
No lo olvides.
¿Ya agradeciste hoy por todo lo bueno que te ha tocado?