Cuanto más te quejes,
mortifiques,
hables,
señales,
des vueltas,
critiques,
mofes,
recuerdes,
luches,
destruyas,
trates de olvidarte
de lo que es perverso,
menos te concentras en lo que es bueno.
Dedica tu vida a construir Shalom,
si puedes que sea construcción efectiva en su totalidad.
Apártate del mal, para hacer el bien.