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No soy feliz, vamos que la vida es una fiesta

Acompaña este texto otra de esos mensajes con aparente contenido de conciencia e iluminación, como si de una verdad celestial revelada se tratara. La gente corre a poner “likes” y a compartirla, es que es el cliché dulzón y apático que gusta, pero que perjudica a la postre el crecimiento de la persona y del colectivo en su multidimensionalidad.
Ahora te explicaré, si me permites y acompañas.

“En la vida, en ocasiones, hay que decidir entre lo que debes hacer y lo que quieres hacer.
Haz lo que debes y harás feliz a los demás,
haz lo que quieres y te harás feliz a ti mismo”.

Sí es cierto, en la vida hay ocasiones que debemos decidir entre lo que queremos y lo que debemos hacer.
Claro que sí.
De manera normal y despierta, si no estamos adoctrinados y/o empobrecidos internamente, creo que no pasa un minuto sin entrar en el conflicto entre el querer y el deber.
La puja entre las dimensiones de nuestro ser, es natural. Es lo esperable (http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/padre-de-la-religin).
Lo saludable es aprender a nutrir cada dimensión cuando y como corresponde, evitando caer en acciones perjudiciales para uno y/o los demás (http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/decisiones-para-tomar).
Y lo ideal es conseguir la armonía derivada de permitir que cada dimensión ejerza el rol para el cual fue creado (http://serjudio.com/cterapia/cab051228.htm).
Entonces, estamos de acuerdo con la primera de las frases.

El problema explota luego, con el resto de la prédica.
¿Cumplir con el deber es para hacer feliz a los demás? Y si fuera así, ¿es eso negativo?
El deber social está pactado para permitir que cada uno desarrolle su vida, sea en conjunto o en solitario. Que hagamos nuestra vida, sin por ello afectar a otros con nuestras decisiones o falta de ellas. Entonces, si actúo según el deber, estoy participando de un contrato que me beneficia, tal cual beneficia a mi vecino.
¿Hay algo de nocivo en ello?
Por otra parte, si cumplimos con nuestro deber de ayudar al prójimo, colaborar con el orden social, respetamos las leyes, actuamos con responsabilidad para construir una mejor convivencia. ¿Es eso algo para censurar?
Entonces, si mi deber ayuda a hacerte feliz, y a mí no me perjudica injustamente… ¡bienvenido sea el deber!
Es lo que surge de acatar el mandamiento de “amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No lo debo hacer si me da placer,sino porque es una orden. Al cumplirla, se espera que me regocije yo junto a mi compañero, y de esa forma prospere una sociedad saludable.

Claro, por supuesto que si el deber es sinónimo de mandatos aberrantes, de cuestiones que torturan al ser o al conjunto, de trampas manipulativas en formato de códigos legales, de compulsivas acciones que afectan la integridad, y que se cumplen por miedo, o a fuerza del adoctrinamiento, entonces se debe tener mucho cuidado para no caer en ellas… ¿o sí, dependiendo de las circunstancias?
Pero, no estaríamos haciéndolas para hacer feliz a nadie, sino sencillamente para escapar de un temido mal peor.
De cierta forma, nos mitiga un sufrimiento, lo que puede equivaler a un pequeña dosis de alegría. Pero… nada bueno hay en esto al final del día.

Y, la última frase, la que seguramente fue escrita para obtener la aprobación de la gente: “haz lo que quieras y te harás feliz a ti mismo”.
¿En serio?
¿Realmente, alguien que la piensa un par de segundos puede estar de acuerdo?
¿Es necesario que la rebata y demuestre su completa falsedad, e incluso horrorosas consecuencias?
Así que hacer lo que el deseo personal impulsa, es la manera de obtener auto satisfacción siempre, placer, felicidad.
¿Esta afirmación más falaz a qué grados de enfermedad, caos y destrucción personal y colectiva puede conducir?
Escucho las respuestas en la zona de comentarios.

Pero claro, a muchos les encanta creer que el querer es poder, que el pensamiento mágico positivo es la clave de un secreto de poder, que hay deidades que son manejables según la humana voluntad, que el deseo es lo principal de todo y nada más importa.
Como niños sin conciencia ni real poder, que solamente buscan el placer y evitan el sufrimiento.
Como gente sin compromiso, que solo están interesados en disfrutar el momento.
Interesados en llenar la propia panza, con la excusa de cumplir el ideal del propio deseo.
Triste, pero es lo que se ve a menudo, en todos los ámbitos, dominados por el egoísmo y no por el SHALOM.

Malabares del circo religioso

Recibí una carta plagada de errores, prejuicios, preconceptos, creencias fútiles, odio disfrazado de piedad, alusiones a Dios pero con alto grado de idolatría e ignorancia, muchísima soberbia mal maquillada como humilde misionerismo; es decir, las típicas de cierto sector de la población. En este caso identificado en su email como “juventud por cristo mexico”.
Esta aburrida y hueca misiva debería haber seguido el destino de sus innumerables hermanas, ser enviada sin más que una rápida mirada al tacho de basura, al olvido más profundo y sin retorno.
Pero no sé el motivo, quizás lo descubra al escribir estas líneas, pero esta vez quise compartir algunos pensamientos o sensaciones que me surgen de su lectura.

Decía tal cual lo siguiente:

Ignora usted la Escrituras que usted mismo se jacta, bien dijo Jesus: ignora usted las Escrituras y el poder de Dios. Hay varias profecías que dicen que el Mesías vendría antes de la destrucción del Templo, dicho templo seria destruido por un príncipe, ese príncipe se llamo Tito el emperador romano, también dicen las Escrituras  que las monedas por las que traicionarían al Mesías serian lanzadas al tesoro del templo. La pregunta es ¿si Jesús no es el Mesías y es según usted un impostor, si ustedes esperan todavía al Mesías , en que Templo se harían estas cosas, le recuerdo que ustedes no tienen Templo?. Piense lo y estudie Las Escrituras. La Biblia si habla de otro templo, el que ustedes quieren volver a construir, solo que el que se presente ahí será el anticristo y si usted no habré su corazón a Jesús será engañado y peor aun, sera condenado por la eternidad, porque el que ni tiene al Hijo de Dios no tiene la vida si no la ira de Dios está sobre su cabeza.

Reflexione y preguntarle a Dios, él es encontrado por los que le buscan de verdad.

Dios le bendiga “.

Ignora usted la Escrituras que usted mismo se jacta
Me gustaría saber de cuáles escrituras me jacto pero ignoro, pero, este buen samaritano no me ayuda al respecto. Es una pena, porque así no me deja más que en mi supina ignorancia y carente de la posibilidad de mejorarme, si eso fuera posible. Porque, de poco vale señalar un error si no se ayuda a corregirlo. Claro que con el simple señalamiento ya se está haciendo un favor, porque podría ser el primer paso para el cambio, al tomarse conciencia de estar en el error. Sin embargo, acusar agresivamente de algo, sin indicar con alguna mediana precisión cuál es ese algo, realmente de poquito sirve.

bien dijo Jesus: ignora usted las Escrituras y el poder de Dios.
En su lugar, y en vez de darme una mano para corregirme, prefiere citar a un personaje que él seguramente adora servilmente y reverencia como una potestad celestial.
Cosa que no puedo, ni debo compartir en lo más mínimo.
Es que Dios me lo impide, igual que a él, ser sumiso a falsas deidades, adorarles, seguirles.
Por tanto, flaco favor me sigue haciendo al involucrar como evidencia de mi ignorancia a un personaje sin relevancia alguna en el plano espiritual (y de hecho, que perjudica a quien quiera brillar a pleno con la Luz del Espíritu), sin valor para fundamentar principios de ética o moral, sin aportes a la cultura o el conocimiento, y que para peor… ¡es solamente un personaje ficticio, que ni siquiera tuvo existencia! Su existencia está en las creencias de sus seguidores, o en la mente de los que sin conocimiento repiten lo que estos seguidores afirman que es verdad y por ello ya debe ser respetada como tal.

Hay varias profecías que dicen que el Mesías vendría antes de la destrucción del Templo, dicho templo seria destruido por un príncipe, ese príncipe se llamo Tito el emperador romano, también dicen las Escrituras  que las monedas por las que traicionarían al Mesías serian lanzadas al tesoro del templo.
Sería genial tener una lista precisa y correcta de cada una de estas supuestas profecías. Por supuesto, que sean parte del TANAJ y no de obritas idolátricas y usurpadores. Que además, no dependan de la mediocre y pésima interpretación de los desleales al Eterno, sino que sean claras y evidentes en sí mismas, y que no contradigan las explicaciones tradicionales y mayormente aceptadas por los verdaderos Sabios del TANAJ (que, por supuesto, no son miembros de iglesias o sectas foráneas al judaísmo).
Estaré a la espera de tal lista para conocer dónde informa Dios que el templo debe ser destruido tiempito antes de la venida del Mesías.
Quiero comprobar que realmente esas varias profecías digan que un príncipe es el culpable de tal destrucción.
Corroborar que se trata de profecías relacionadas al Segundo Templo y no al Primero.
Encontrar que las tales profecías dicen que el príncipe debe llamarse Tito y ser romano.
Ver dónde dice que alguien traicionaría al verdadero Mashiaj por unas monedas, y que éstas serían lanzadas al tesoro del Templo.
Si alguna de estas supuestas profecías no existe, está tergiversada, no son varias como afirma, no aplican realmente al sujeto ficticio (y creado adrede con profecías a mano, para tratar de hacerlas coincidir) que adora el emisor de esta carta; ¿tendrá la nobleza para apartarse de su falsa creencia, abandonar definitivamente la idolatría, ser finalmente fiel a Dios y no a las fantasías de su EGO?

Piense lo y estudie Las Escrituras. La Biblia si habla de otro templo, el que ustedes quieren volver a construir, solo que el que se presente ahí será el anticristo
Supongo que en la torpeza habitual del fanático, traerá a colación la visión de Daniel 9:24-27.
Si partimos de este punto, ya queda demolida la tramoya del misionero; porque, Daniel NO ERA profeta, y sus visiones son de un grado ínfimo, casi nulo, en lo que respecta a valor profético. Es por ello, que no en vano, los dueños y poseedores del TANAJ, que son los judíos, NO LO tienen en la sección dedicada a los profetas; sino en la que está destinada a libros inspirados. Así pues, tomar a Daniel el visionario como fuente de profecía, indica desde el inicio un fracaso conceptual.
Pero, si seguimos analizando un poquito, veremos que la tan manida visión (alias profecía) de las 70 semanas nada tiene que ver con el personaje mitológico que el escribiente adora y reverencia hasta el fanatismo ciego.
Como el tema de las 70 semanas ya lo explicamos en extenso (http://serjudio.com/exclusivo/respuestas-a-preguntas/resp-4299-%C2%BFlas-setenta-semanas-profeticas-de-daniel), obviamente que no dedicaré una línea más al respecto.
Por supuesto, alguien tan sumergido en sus creencias, no querrá ver la luz, preferirá dar excusas, repetir lemas, enojarse, insultar, maldecir, condenar al infierno, negarse a pensar un poquito en que quizás gente más sabia e inteligente que le ha precedido supo hacer bien los cálculos y las interpretaciones. Ya sabemos como funciona el EGO cuando secuestra el pensamiento. Supongo que en el caso del escribiente no habrá muchas diferencias con lo habitual. Entonces, se empecinará en su “verdad”, y hará malabarismos y piruetas en un nuevo intento por defender lo indefendible. Como ya ha hecho, al mencionar un anticristo constructor del templo y otras rarezas que obviamente no encuentran una letra de confirmación en el TANAJ.
¿O sí?
¿Se menciona en el TANAJ al mesías anti mesías?
¿Dónde?
Entonces, ante tanta evidencia de pobreza argumental, de fanatismo, de odio mal disfrazado, de idolatría enmascarada como santidad, ¿qué podemos hacer? ¡Desearle de todo corazón que se mejore pronto!
Y de paso, seguir esperando una lista detallada de VARIAS profecías al respecto, y repito que no estén adulteradas, y que estén en sintonía con la interpretación judía tradicionalmente aceptada.

y si usted no habré su corazón a Jesús será engañado y peor aun, sera condenado por la eternidad, porque el que ni tiene al Hijo de Dios no tiene la vida si no la ira de Dios está sobre su cabeza.
Bueno, la tradicional prédica iracunda y amenazante de los adoradores de un dios y salvador imaginario.
En sus creencias erróneas tienen a un dios superior que odia a sus criaturas, con tanta saña y asco que los condena a un fuego eterno, ¡sí eterno!, simplemente por no tener fe en un muchachito de una novela mal redactada.
Un dios tan bajo, tan miserable, tan patético, tan inspirador de repugnancia, tan idolátrico, necesariamente NO ES DIOS.
No es el Dios que retrata el TANAJ.
No es el Dios que liberó a mis antepasados y les reveló en directo la Torá.
No es el Dios de los patriarcas del pueblo judío.
No es el Dios de los gentiles que Le son leales.
La repulsiva marioneta que llaman dios los fieles del falso redentor, evidentemente no es el Creador ni Señor del universo; sino solamente una figura mojigata y vengativa de sus mentes acaloradas y extraviadas.
Una imagen fraudulenta, idolátrica, ofensiva, blasfema, que por supuesto no encuentra un punto siquiera de relación con el Uno y Único.
Ya que tanto pregona en otros ignorancia en Escrituras, espero pronto que indique con precisión donde en el TANAJ ordena que el judío, o el gentil, deben tener fe en un falso redentor, o si quiere en el Mesías verdadero, o en caso contrario se va uno a freír en el infierno eternamente. Dónde se habla de fe. Dónde se habla de condenación a los faltos de fe. Dónde que el Mesías es el que salva de una condena eterna posterior a esta vida. Dónde que Dios odia a Sus hijos, la humanidad, y por ello nos condena eternamente antes siquiera de haber hecho cualquier cosa errónea nosotros.
Por supuesto, no hay nada de ello en el TANAJ. Pero, otra vez, saltarán los saltimbanquis a agarrarse de una letra, mal entendida y pésimamente interpretada por ellos y sus amos, para con ello demostrar sus absurdidades y venenos mortales.

Reflexione y preguntarle a Dios, él es encontrado por los que le buscan de verdad.
Ya lo hice, y me dijo que usted está equivocado en TODO.
Le volví a preguntar, por si acaso no había entendido, y me contestó claramente y sin lugar a dudas que TODO lo que usted pregona es una terrible distorsión, sino una completa y total mentira.
Ahora que hice lo que me recomendó, y obtuve este resultado: ¿qué hacemos?
¿Es acaso Dios hombre para mentir?
Más bien, creo que usted ha sido engañado, por su EGO y por sus amos de religión.
Ahora es usted su propio esclavista, y según me parece se ha entrenado para esclavizar a otros.
Difícilmente dará el brazo a torcer, aceptará con humildad su fracaso completo y será digno como retornar al Padre, abandonando por completo la miseria que es su vida (no sé en lo económico, estoy hablando de lo espiritual).
Sería bueno que dedicara su tiempo a mejorar de su mortal enfermedad, a ayudar a curar a aquellos que ha infectado, a construir SHALOM con acciones de bondad Y justicia, cosa que SÍ ha sido varías veces profetizado por profetas de la verdad como el único camino a la vida.

Que pase usted bien, que el verdadero Dios le bendiga y por favor, atrévase a salir de su celdita mental, verá que tiene tanto por desaprender y muchísimo por aprender para poder realmente por primera vez disfrutar de todo lo bueno que Dios le ha dado. Especialmente la Presencia de Dios en su interior, que usted ofende y repulsa cada vez que adora a su ídolo.
Tenga paz, salud y prosperidad.

No temas

De esas cosas seudo espirituales que la gente difunde por Facebook y similares, y que no tienen empacho en usar la voz DIOS, como si supieran de qué o quién están hablando, y por ello ya ameritan que la gente responda “amén”, “alelusha”, “alabado sea el dios de moda”, “BH hermana”, “Chalón chaverín” y cosas por el estilo.

“No temas al tiempo, nadie es eterno…
No temas a las heridas, te hacen más fuerte…
No temas al llanto, te limpia el alma…
No temas a los retos, te hacen más ágil…
No temas equivocarte, te hace más sábio…
y no le temas a la soledad, Dios está contigo siempre.”

Lo copie tal cual, con las faltas incluidas.

No sé el motivo ni la finalidad, pero unas humildes reflexiones de mi parte.

Temer, no hay que temer a nada.
Pero, el temor surge forma espontánea y natural.
Es totalmente normal.
Es una reacción típica ante cualquier cosa que nos produce expectación de impotencia.
Ordenar a alguien que “no tengas miedo”, es como decirle “no dilates tu pupila cuando la luz impacte tu ojo”.
El miedo se siente, punto.
Qué hacemos con el miedo, esa es la gran cuestión.
Y luego, cómo hacemos para mitigar sus efectos, así como el nivel en que nos puede afectar.
Pero, obviamente, el miedo siempre estará, en tanto estemos vivos y con algo de conciencia de nuestro entorno.

Yo no sé si le temo al tiempo.
Es algo que ni siquiera me planteo.
Hasta donde conozco, y es bastante poco lo confieso, el tiempo es una función del espacio y del movimiento.
En tanto hay espacio y movimiento, hay tiempo.
No depende de mi voluntad, ni de tu deseo.
Ni siquiera el tiempo es fijo, ya que como “profetizó” don Einstein, el tiempo es relativo a la velocidad en la cual nos estemos moviendo (lo cual en modo alguno quiere decir el disparate aquel de “todo es relativo”).
Si me equivoco en conceptos de física, por favor acepto ser corregido.
Así que, yo en lo personal creo que no, definitivamente no le temo al tiempo.
Lo que sí puede angustiarme, quizás y tal vez, es cómo vaya a envejecer, la manera en que mi cuerpo se desgaste, las funciones que pueda ir perdiendo. Digamos, al deterioro, la enfermedad, los achaques, la impotencia que implica ser humano.
El no haber aprovechado el irrecuperable tiempo, también.
Entonces, más que obligarme a no temer, mejor me pongo en campaña para hacer que mi vida tenga sentido, y cuando eventualmente mi cuerpo marche diferente/peor, ya veremos entonces cómo me arreglo. Mientras tanto, a cuidarme, comer saludable, descansar, hacer ejercicio, controlar las variables que están más o menos al alcance dominar, fomentar relaciones sociales, construir SHALOM a cada momento.
Parece buen prospecto, en lugar de meramente ordenarme no temer al tiempo, y además dar como excusa “nadie es eterno”.
Porque, este… hmmm… ¡sí somos eternos!
Nuestra NESHAMÁ, que es lo más auténtico que somos, es eterna. No perece con la muerte en este mundo, ni tampoco desecha las buenas  memorias de esta vida.
Entonces, mejor lleno mi valija de eternidad con recuerdos que ameriten ser nombrados así.
Es decir, nuevamente: ¡Construir SHALOM aquí y ahora!
Sí, ciertamente esto me suena mucho más verídico, profundo, trascendente y espiritual que la somnífera, cursi y atrevida “No temas al tiempo, nadie es eterno”.

Yo sí sé absolutamente que no quiero heridas, de ninguna clase.
De hecho, Dios me ha ordenado que me cuide mucho, en todas mis dimensiones de existencia, y que no provoque daños innecesarios a mi organismo.
Y, hasta donde sé, las heridas no fortalecen a nadie; cuando cicatrizan, y si es que lo hacen, el daño ya está causado. No es lo mismo una piel marcada por una cicatriz, a una tersa y sin fracturas. Algo parecido, supongo, ocurre con los huesos. ¡Y qué decir cuando las heridas son a nivel emocional!
Si ando errado, por favor en mis suposiciones que algún médico me corrija, será bienvenido.
No, la verdad que no supongo que las heridas me ayudarán en algo a crecer; más bien, todo lo contrario. Me dejarán de lado en mi entrenamiento por un cierto tiempo, ese que decidí aprovechar a full. Me dolerán. Y hasta incluso lleguen a dejarme incapacitado, o disminuido.
Sí, prefiero evitar al máximo las heridas.
Claro que para aprender a andar en bici, o a patinar, dicen que hay que caerse, para levantarse y así aprender. Cierto, probablemente funciona porque uno adquiere cierta confianza. Sé que si me caigo, me duele, me avergüenzo, pero tengo el poder de levantarme y seguir para adelante. A eso le dicen los inteligentes actuales “resiliencia”. Y me encanta la idea.
Igualmente, prefiero eludir las heridas, si me dan la opción para elegir. Prometo tratar de agarrar confianza a través del compromiso, de la responsabilidad, de enfocarme en la tarea, de disfrutar de hacer lo que estoy haciendo sin entorpecerme con creencias de heridas fortalecedores o catástrofes redentoras.
¿Puedo?
¡Gracias!

¿Temer al llanto? ¡Cada cosa hay que escuchar hoy día!
Para algunas culturas se ha vedado el llanto para los hombres, como si fuera signo de debilidad. ¡Cosa contraria a la razón! Pero bueno, así es como funciona el EGO a cargo de manipular con tal de obtener apariencia de poder.
El llanto tiene su utilidad, pero seguramente no la de limpiar el alma.
El alma no se limpia, tampoco se ensucia, porque el alma es la manera antigua de denominar la energía que nos permite realizar los procesos biológicos que sostienen la vida.
Así pues, alma es energía vital.
Seguramente que no se obtiene una energía más poderosa a través de las lágrimas, sino con ejercicio, nutrición adecuada, descanso reparador, seguridad y todo aquello que provea al organismo para su sustento y estabilidad.
Pero, el llanto sí puede servir, a veces, como mecanismo para disminuir presiones emocionales; pero solo a veces. Porque, el llanto es usado perversamente, como mecanismo de manipulación, y no precisamente para estar menos congestionado emocionalmente.
Entonces, temer al llanto… ¡seguro que no! Pero absolutamente ser precavido para no usarlo para manosear relaciones interpersonales, ni ser usado abusivamente con la excusa de “he llorado” o “me haces llorar”.

¿Los retos hacen más ágil?
¿Ágil?
Yo pienso que cuando uno se esfuerza, y a través del esfuerzo se supera algún obstáculo, es entonces que uno obtiene mayor fuerza, poder, control, confianza, y por ahí tal vez también agilidad. Pero no creo que sea la primera ni más importante opción.
Si me caigo de la bici, pero me levanto, me vuelvo a subir y comienzo a pedalear, no he ganado en agilidad, ni creo haber bajado dos gramos de mi eterna pancita; pero seguramente he obtenido un certificado interior de autoconfianza. Siento que a pesar de la caída, es posible levantarse y avanzar cada vez con mayor seguridad.
Entonces, bienvenido sea el reto, pero cuando estamos preparados para atravesarlo, aunque sea con dificultades; porque, sin preparación y con tan solo buena voluntad es como se termina fracasando estrepitosamente, provocando mayores traumas, impidiendo el crecimiento. Como el que tiene lesionado un músculo de la pierna y pone toda la buena onda para seguir corriendo, lastimando más gravemente su carne de esa forma. Tal vez llegue a la meta, pero será solamente esa vez; puesto que el cuerpo se negará a continuar en esa tortura sin sentido. Claro, se podrá decir que emocionalmente se ha vencido un tremendo reto, que se cruzo la línea de llegada a pesar del padecimiento infernal del músculo destrozado; ¿y cuál es la ganancia de ello? Cuando nos topamos con muros reales, contra los cuales no tenemos modos para cruzarlos, lo sabio no resulta seguir rompiéndose la cabeza una y otra vez, sino parar y analizar las opciones apropiadas y acordes, para entonces ponerlas en práctica.
En resumen, el reto en sí mismo es una oportunidad para evaluar si estamos en condiciones de hacer algo o no.
Si no tenemos un trabajo interno previo, de confianza, de autovaloración, podremos seguir enfrentándonos como necios al reto una y otra vez, que seguramente no llegaremos a superarlo, pero sí a sumergirnos más y más en impotencia y dolor.

Por supuesto que hay que tener cuidado para no equivocarse, porque los errores pueden ser terribles, incluso provocar la muerte o daños incluso mayores.
No, no se aprende de los errores.
Porque si ese dicho superficial y mentiroso fuera cierto, no tropezaríamos más de una vez con la misma piedra. Estaríamos en un paraíso terrenal, pero es evidente que no lo estamos.
La sabiduría no proviene del error.
Por supuesto que en el camino al conocimiento (que no es lo mismo que sabiduría), habrá tropezones, contratiempos, desvíos, malos entendidos, aburrimiento, falta de cordura, todo lo que afecta el entendimiento y nubla la razón. Lo sabio no está en no temer al error, sino en advertirlo, reconocerlo, y a pesar de él recuperarse para volver a una senda de mejoramiento y crecimiento.
Si llegamos al conocimiento sin errores, qué bueno que así sea, pero no es lo habitual en el humano.
Entonces, para ser sabio debemos estudiar de los que supieron y compartieron, o saben y comparten.
Si queremos conocimiento, debemos estudiar lo que acontece, analizar, evaluar, razonar, preguntar, investigar, descubrir, repasar, reparar, corregir, volver a investigar, en un proceso casi sin fin.
Si queremos entender, debemos suspender el prejuicio, dejarnos llevar mentalmente por los postulados que se nos presentan, sin aferrarnos a ninguno, hasta que encontremos la respuesta que congenia a la situación expuesta.

Aunque es cierto que Dios es una presencia constante, eso no evita que tengamos necesidad de contacto con otras personas. Es parte de nuestra naturaleza, así nos diseñó ese mismo Dios.
Somos seres construidos por lo social, y que lo construimos.
Por tanto, aquel que padece la soledad, no tiene que avergonzarse, ni tampoco fantasear que por estar Dios presente está pecando por sentirse solo.
La compañía de Dios no sirve, ni vale, para desplazar la compañía de otras personas.
Entonces, obviamente que no hay que temer a la soledad, pero tampoco negarla con la presunta frase espiritual (que es solamente un malabarismo religioso): “Dios está contigo”.

E n resumidas cuentas, se nos plantea un absurdo tras el otro.
Un manual de autoayuda reducido, que más que ayudar embota y enferma.
Con la apariencia de espiritualidad y sabiduría, simplemente nos dan recetas de cocina que no tienen valor.

Eso sí, ponen de manifiesto alguna de las impotencias que nos suelen aquejar:
a la muerte, a la decrepitud, a la enfermedad, a la lesión, a la debilidad, a la contrariedad, al error, a la locura, a la ignorancia, a la soledad, al dolor.
Impotencia.
Pero, la respuesta mágica que brindan, son solamente trampas del EGO, para seguir atrapados en las redes de la impotencia, negando la realidad, ignorando el camino verdaderamente espiritual y de vida plena.
No dan la clave de construir SHALOM, por medio de acciones de bondad y justicia.
Sino solamente la habitual droga de las religiones y otras manifestaciones del EGO.

Él mora, y tú sin saberlo

Bereshit / Génesis 5:1
El Eterno tiene Su morada en cada uno de nosotros, los humanos, y no depende de nuestras acciones o voluntad.
Hagamos o dejemos de hacer, pensemos o sintamos, confesemos o guardemos para lo más privado, cualquiera fuera la creencia o la renegación, nada cambia este hecho; puesto que en cero absoluto depende del hombre, solo de Dios.
Una “chispa” de Él nos da la identidad espiritual, nuestra NESHAMÁ divina.
Sin ella, no somos humanos.
Por ser ella, somos descendientes de Adam.
Todos somos hijos de nuestros padres biológicos, pero también de nuestro padre espiritual que es el Eterno.

Zejariá / Zacarías 14:9
Pero, esa residencia del Eterno no es percibida por nosotros, no hay un órgano sensorial disponible (al menos en la actualidad) para detectar y comprobar Su presencia.
Cuando el área de la profecía de nuestro cerebro se active nuevamente, en algún futuro cercano si Dios quiere, en la Era Mesiánica; entonces tendremos una sensación cierta del Eterno; obtendremos en algún grado la revelación de Su Voluntad de manera más o menos directa. Ya nadie podrá dudar de Su existencia y Su relación constante con Su creación, será el momento en que toda boca confesará que “Dios es Uno y Su Nombre Uno”.

Shemot / Éxodo 25:8
Por ahora, y sin recurrir a la inspiración profética, podemos llegar a ser conscientes de ser morada del Eterno cuando vivimos de acuerdo a los mandamientos que Él nos ordena, los Siete de las Naciones para cada uno de los gentiles (no judíos), y los que correspondan de los 613 mandamientos de la Torá para los judíos.

Shemot / Éxodo 29:45-46
No tenemos acceso a sentir a la NESHAMÁ, podemos racionalizarse o tal vez intuirla. Nuestra naturaleza nos impide acceder a captarla, no tenemos ninguna capacidad perceptiva de ella, pero sí estamos constantemente siendo esa NESHAMÁ, que nos nutre, nos orienta, nos da vida eterna. Además de nuestra incapacidad, se añaden las cáscaras y obstáculos a su LUZ, que vamos formando cada vez que nos desviamos del buen camino.
Así mismo, es inconcebible la Divina esencia, absolutamente diferente a todo lo creado, y por tanto fuera de cualquier registro intelectual, imaginativo, asociativo. Él es y el conocimiento de Su ser nos es negado por siempre.
Son grados de ocultamiento: Su esencia fue/es/será impenetrable; Su morada en nosotros, con claridad puede ser sentida por medio de la dote profética (inactiva desde hace unos 2500 años hasta la fecha); Su morada en nosotros, conocida cuando estamos actuando en total armonía con los mandamientos que nos competen; y podemos darnos cuenta de Su poder, amor, sabiduría, presencia atendiendo a Sus obras, así como a las palabras de los verdaderos profetas de antaño, aquellos cuya voz quedó registrada para las generaciones en el TANAJ.

1 Melajim / I Reyes 19:9-13
Al llevar una vida de armonía interna/externa, es decir, de cumplimiento de los mandamientos, encontramos de pronto que no estamos realizando acciones meramente con nuestro cuerpo, es decir rituales vacíos de trascendencia, o que esos actos nacen de un decreto social, o que tienen origen en el intelecto del hombre; sino que de alguna manera percibimos una realidad diferente, cotidiana pero sagrada. Es una presencia permanente, pero silenciada por el bochinche de la vida sin compromiso espiritual (que es el cumplir los mandamientos, y así unificarnos con el Eterno y Sus cosas).
Cuando logramos acallar el bochorno de la falta de espiritualidad, o de su perversión que es la religión; descubrimos un suave murmullo que proviene de la NESHAMÁ.

Es lo que el Eterno quiso que entendiera el profeta Eliahu/Elías, a las afueras de la cueva del monte Sinaí, pero lo que el profeta no consiguió hacer plenamente consciente.

Devarim / Deuteronomio 4:4
Él está con nosotros, en nosotros.
Estamos unidos a Él, sin necesidad de religarnos, porque nada rompe la ligadura brillante con Él.

Ieshaiá / Isaías 1:13-15
Pero contaminamos nuestra vida con acciones que se desvían de la ruta trazada por Él a través de sus mandamientos.
Por ejemplo los seguidores de la idolatría, como la del falso dios y falso mesías en cualquiera de sus versiones, tal como cualquier otro desvarío religioso. O los que asesinan adrede. O los que roban. O los que son infieles a su cónyuge. O los que estafan. O los que corrompen el juicio. O los que se burlan del inocente. O los que ingieren lo prohibido para ellos. O los que se esfuerzan en rituales pero están vacíos de caridad. O los que repiten lemas de textos sagrados pero no los practican en su vida cotidiana. O los que están sumergidos en corrupción. O los que anhelan el mal y lo provocan. O… toda la larga lista de pecados y errores, en cualquiera de sus cuatro grados posibles.
Incluso, o especialmente, aunque estemos llenos de piedad externa, o sinceramente nos creamos santos y consagrados, pero realmente no llevamos a la práctica los mandamientos que nos corresponden.

Irmiá / Jeremías 2:32
Los pecados y errores tienen efectos negativos multinivel, entre otros provocar cáscaras y máscaras que van impidiendo que que Su Luz nos alcance.
Así, faltos de conciencia y entendimiento, podemos imaginar que estamos sin Dios; o que se ha roto nuestro lazo; o que cargamos una culpa colectiva por un supuesto pecado original; o que Él no existe; o quizás nos detesta y abandonó a nuestro destino; o que es una deidad perversa que nos castiga con una Ley imposible de ser cumplida; o quizás que algún fantástico dios dio su vida para nuestra salvación y con ello volvemos por mera fe a ser aceptados por el Padre… ¡todo estas ideas erróneas son producto de la ignorancia de las cosas del Eterno y Sus caminos!
Porque, aunque estemos hasta el tope hundidos en pecados, Él sigue siendo nuestro Padre; puede tener oculto “Su rostro”, pero no nos despoja de nuestro lugar de ser Sus hijos, y como tal mantiene siempre abierta la puerta del retorno, de la TESHUVÁ. Que no implica fe, ni sacrificios sanguinarios, ni adoración teológica, ni piruetas para explicar lo ridículo, ni ceguera de la razón, ni negar nuestras dimensiones, ni aferrarse a figuras de autoridad eclesial, ni nada de lo que habitualmente mercan las religiones para seguir obteniendo poder.Sino, simplemente el camino de la TESHUVÁ, del verdadero retorno a nuestra identidad esencial, que es el regreso a tomar la mayor conciencia posible del Eterno.

Ieshaiá / Isaías 1:16-20
Él aguarda, con paciencia, a que retornemos a la senda.
No por medio del vacío de la fe; ni con extraños sacrificios; ni por medio de rituales y malabares teológicos; nada de esto es lo que Él propone como remedio para el hijo que anda extraviado y debe volver al hogar.
El camino del retorno se llama TESHUVÁ, y está abierto, por lo general, para todos.
No hace falta fe, ni creencias complejas, ni amargar la vida con pensamientos rebuscados y malabares intelectuales.
Simplemente hace falta reconocer nuestra lejanía del camino del bien, decidir abandonar el mal, ¡hacerlo! Es necesario enmendar lo dañado, reparar al que hemos lastimado, confesar nuestro desvío para que tengamos claro el compromiso de no volver a caer en el opacamiento de nuestra Luz.

Tehilim / Salmos 34:15
Apartarse del mal para hacer el bien.
Y luego seguir confiados y convencidos, construyendo SHALOM por medio de acciones leales de bondad Y justicia.

Mishlei / Proverbios 12:15
Para muchos esta verdad clara que hemos expuesto con sencillez, será incomprensible, puesto que chocarán contra un muro durísimo, debido a estar encarcelados en sus celditas mentales, producto de los aprendizajes y del adoctrinamiento al cual se han visto sometidos.
Se les inyectó el veneno de la fe en la magia, en dioses al servicio del hombre, en la fantasía del querer es poder, en la efectividad de la superstición, en la reverencia incondicional a textos o personajes religiosos, en otros delirios que nacen del EGO y se aprovechan del intelecto secuestrado y de las emociones desequilibradas. Son religiosos en lugar de vivir su espiritualidad a pleno.
Creen, y por creer ya tienen por seguro que sus creencias son las que valen, y quien las ponga en duda o las contradiga, es un infiel, maldito, hereje, digno de terribles escarmientos. Con esa creencia necia y ciega, se cierran también a sí mismos la posibilidad de pensar y librarse. Viven bajo la amenaza que ellos mismos lanzan hacia los demás.

Mishlei / Proverbios 1:33
Es necesario desaprender lo que ha aprendido en los antros de instrucción religiosa/sectaria, o en los postulados sociales que con mayor o menor disimulo sostienen los mandatos religiosos patrocinados por el EGO.
Es necesario dejar de lado la repetición de creencias erróneas y que afean el alma, y dedicarse a construir SHALOM, interno consigo mismo, y con el entorno.
Menos religión y más espíritu.
Menos orto-doxia y más orto-praxia.
Cuando lo haga, seguramente no tendrá dudas acerca de la existencia y presencia del Eterno.

¿Es claro?

(Texto originalmente escrito para ser publicado en SERJUDIO.com, replicado aquí por su importante sentido para el crecimiento de cada noájida).

Aprender a ser

החנוך הפשוט מתחיל משבא הילד לכלל איזו הכרה, והחנוך המדעי מתחיל משיצא לאויר העולם, והאמוני מההתחלה היצירית, והתקדשתם והייתם קדושים
(מידות ראיה, אמונה)

La educación simple comienza cuando el niño alcanza algún grado de conciencia/reconocimiento,
la educación científica a partir del mismo momento del nacimiento,
y la educación en sus convicciones (emuná) desde que comienza su gestación,
y os santificaréis y sereis santos.
(Midat Reiiá, Emuná)

Así nos enseña el gran maestro, el Rav Kook, los momentos iniciales para cada una de las tres educaciones, que las menciona en orden cronológico inverso:

Simple – conciencia: cuando el niño alcanza algún grado para discernir entre yo y otros, entre bueno y malo, entre debo y no debo, es que se inicia la educación ética, de las acciones en la práctica y no solamente como materia de teorización. El niño debe aprender a comportarse correctamente, alumbrado por la LUZ de la NESHAMÁ, no solamente a tener ideas amorosas o grandes proyectos benefactores, sino a ser un constructor en los hechos.
La ética no depende necesariamente del caudal intelectual, pues se puede ser brillante en aspectos mentales pero totalmente deficiente en ética. Es posible hacer ciencia sin conciencia; pero lo bueno sería que toda ciencia estuviera acompañada por la conciencia.
Esta educación ética, sin embargo, se puede perfeccionar con el estudio intelectual, el cual permite una mayor libertad; aunque, como he dicho, no depende exclusivamente de lo mental.

Científica – nacimiento: comenzamos nuestros aprendizajes intelectuales, racionales, desde el mismo momento en que salimos a este mundo. Aunque nuestro sistema nervioso central esté inmaduro, aunque estemos muy lejos de tener formados nuestros órganos de los sentidos y el cerebro, igualmente ha dado inicio la educación intelectual. De a poco, con cuestiones totalmente habituales, profundizándose y ampliándose con el desarrollo y las experiencias, se va armando y cimentando la educación mental. Se van coordinando causas con consecuencias, efectos con motivos, respuestas con preguntas, reacciones con reacciones, dando un cierto orden al vaivén caótico que es la mente poco desarrollada y no entrenada. Las funciones intelectuales van madurando, las experiencias habilitarían mayores alcances, el niño va creciendo.
Es imprescindible ver las influencias que pueden llevar a que el pensamiento quede secuestrado por las emociones, por el EGO; entonces son las creencias, los preconceptos, las fantasías, la irracionalidad, la pasión, la incongruencia la que marca el ritmo y el tumbo; así se maquinará para mal, o se convertirá en maestro de las excusas y justificaciones. O puede estar el pensamiento orientado por la brújula de la NESHAMÁ (espíritu), nuestra identidad más pura y verdadera; entonces, la vida transitará por caminos más plácidos, aunque fuera pueda ocurrir una tormenta terrible.

Convicciones/Creencias (emuná) – gestación: cuando el padre y la madre se unen en el abrazo procreador, con sus ideas, proyectos, esperanzas, ilusiones, temores, apegos, compromisos, unidad, espiritualidad, conflictos, todo ello formará parte del espacio más profundo en el intelecto de la persona, allí en donde reposan las creencias. Cuando éstas se arraigan en zonas oscuras, las creencias llevarán a una vida de miseria, de celditas mentales, de impotencia. Si se arraigan a la luz, entonces la fuerza constructora moverá a la persona hacia su realización. Es por ello vital que los cónyuges como individuos y como pareja, tengan un trabajo interior para clarificar sus pensamientos y apaciguar sus emociones, de modo tal de llevar una existencia de plenitud, constructora de SHALOM con la cual se educa al niño desde su concepción. Porque se educa no solamente con grandes lecciones, palabras predicadas, repetición de frases célebres, adoctrinamiento en determinadas reglas memorizadas; sino especialmente con la vida cotidiana, con las acciones, los gestos, las cosas del diario vivir que son el ejemplo que educa con mayor poder y persistencia. Recuerda, incluso desde antes del nacimiento está en juego el futuro de tus hijos.
La LUZ de la NESHAMÁ (espíritu) irradia siempre, nada la apaga ni empequeñece, sin embargo tus acciones y pensamientos la pueden bloquear, dejar del otro lado de la cerca, por lo cual pareciera que no está; y sin embargo, está. Enseñar y aprender a que nuestras máscaras del Yo Vivido estén en sintonía con la identidad del Yo Esencial es lo que permite que esa emuná se plena, verdadera, alejada de dogmas, sin imposiciones autoritarias, sin esclavizarse al absurdo.

En síntesis:

LUZ de la NESHAMÁ (creencias) –> Teoría (pensamiento) –> Práctica (acciones).
Cuando el EGO perturba la armonía entre estas tres, se produce el caos, el malestar, el conflicto, la pena.

Aprendamos a ser lo que estamos posibilitados a ser.

(Artículo originalmente escrito para su publicación en SERJUDIO.com, compartido aquí por su contenido para los noájidas).

No tienes la obligación de ser un sabio

Enseña el Kotzker Rebbe, el Rav Mendel de Kotzk:

«Dice el profeta Ieshaiau/Isaías: “Limdu Heitev» (Isaías 1:17).
Lo cual es explicado por Rashi como «Aprendan a hacer lo bueno».
no encontramos en ninguna parte de la Torá que se ordene al hombre a ser un “lamdán” (estudioso dedicado de la Torá) ni un experto en todas las áreas de la Torá.
Porque, la finalidad del estudio de Torá no es ser un lamdán, sino ser una buena persona; hacer lo bueno y ser bueno con los otros.”

Nuestra modesta y constante prédica es la construcción de SHALOM, por medio de acciones de bondad Y justicia.
Por supuesto que para lograr actuar con real bondad y con real justicia, es necesario tener un mínimo de conocimiento y de conciencia; para no trastocar la bondad y convertirla en paternalismo asfixiante; para no confundir la justicia y hacerla una rígida rama de castigo.
Por lo cual, cada uno de acuerdo a sus capacidades y posibilidades, debe comprometerse con el estudio. De Torá, la noájida para gentiles, la judía para judíos. Pero también todo aquello que nos permita alcanzar un mayor conocimiento y conciencia de nuestro ser, de aquello que nos motiva, de los objetivos tras los que andamos, de lo que nutre nuestros deseos y sueños, etc.
Para de esa forma, tener una mejor perspectiva y por tanto mayor libertad y poder, y que nuestra acción sea realmente buena Y justa.

Claro que habrá personas que su camino sea el de la dedicación intensa y extensa en estudio de Torá.
Estarán los que se hagan expertos y técnicos en todas las áreas de la Torá.
Pero, tal no es el destino de cada judío, y por supuesto que NO lo es de ningún noájida. Es para un grupo reducido, de gente que tiene la virtud y posibilidad para realizarlo.

La gran mayoría, e incluso también los que pertenecen a este grupo, SÍ tienen la obligación de construir SHALOM.
Para de esa forma alcanzar el máximo de plenitud personal, pero también ayudar al prójimo a alcanzarla.
Siguiendo las fieles palabras del profeta:

«Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda.»
(Ieshaiá / Isaías 1:17)

¿Ya hiciste tu parte el día de hoy en la construcción del SHALOM personal?
¿Y en el del prójimo?
¿Y en el del colectivo?

Es nuestra misión en esta vida; y es también una herramienta fundamental para disfrutar de salud integral.
¡Vamos a hacerlo!

Shir haShirim para vivir en paz y felices

Enseña el Rav Kook (Orot haKodesh, segunda parte, página 444 ), a partir del concepto cabalístico del “Shir Merubá”, que hay cinco tipos de shirim – cantos, que son lo que hace vibrar especialmente al alma de la persona.
Cuando estos cánticos ocupan el centro de la vida de una forma intensa, se van tornando en exclusivos, en excluyente de los otros; a excepción del quinto, según ya veremos.
Así, con esa intensidad se transforman de trovas en ideologías, en sistemas de creencias que filtran la manera de percibir la realidad y por tanto en mecanismos para dirigir nuestra manera de actuar en consecuencia.

Te presento como entiendo los cantos y algunas de las explicaciones y moralejas que podemos aprender de ellos:

  1. Primario: el que forma la ideología centrada en sí mismo. Todo lo encuentra en él y para él. Este canto es del individualismo.
  2. Secundario: el que centra su accionar y creencia en la relación con el prójimo, porque es prójimo, en lo del prójimo; en lo que surge de la relación emocional. De aquí proviene el basamento de la religión, el colectivismo y el nacionalismo. Por ejemplo, el que cuando la selección de su país juega un partido, él dice “hoy jugamos”, “salimos a la cancha”, “perdimos/ganamos”; aunque él no sea jugador, ni nunca haya pisado el césped de un estadio. Pero, se identifica de tal manera con el colectivo, que vive como si no fuera individuo.
    Y esto no sucede con todo lo que concierne a lo emocional, en su relación con el otro: religión, política, equipos deportivos, club, grupo de referencia, etc.
    ¿Te imaginas el grado de secuestro mental que puede sufrir cuando se sumerge por completo en este cántico? ¿A qué hazañas o desastres puede conducir, cuando se fanatiza?
    Es lo emocional controlando las otras tres dimensiones del ser, y bloqueando la dimensión espiritual. El resultado no suele ser benéfico. Sin embargo, en su medida adecuada, tiene también su valor; tal como veremos ocurre con los otros tres cánticos (sin incluir el quinto, que es de una naturaleza diferente).
  3. Terciario: el que toma en cuenta a todos los seres humanos, sin distinguir entre razas, etnias, naciones, familias; es lo que funda el humanismo.
    Como dijera el pensador Terencio, hace 22 siglos: “Nada de lo humano me es ajeno”.
    Esta perspectiva es una amalgama imperfecta entre lo emocional y lo mental, como un punto de encuentro volátil entre ambas dimensiones del ser. Esta imperfección explica cómo ideologías que en principio pueden tener objetivos sublimes, terminan convirtiéndose en abismos oscuros para sus seguidores. Por ejemplo, el ideal socialista que suele conducir a todo tipo de aberraciones e injusticias. En sí mismo, se podría descubrir que la esencia del socialismo es buena, enraizada en un humanismo que busca racionalmente el bienestar del individuo dentro del colectivo. Pero, llevado el ideal a la práctica, la raíz emocional absorbe y va dejando de lado el racionalismo constructivo, para excusar todo tipo de arbitrariedades, deformaciones y atropellos. Podemos observarlo en todos estos populismos presentes, así como en las historias no tan lejanas.
  4. Cuaternario: el que atiende todo lo existente, sea orgánico o inorgánico, y se ocupa de ello. Es la visión y acción que motiva el ecologismo. Aquí lo emocional queda supeditado al pensamiento, aunque éste puede no ser racional ni coherente ni correcto. Entonces, es posible que por “amor” al ambiente se llegue a la negación del individuo, de la sociedad, o de la humanidad. No es infrecuente que gente muy dada a considerar el cuidado del ambiente, no tenga inconvenientes en ser pasivos ante la muerte o el dolor del prójimo humano, en tanto y en cuanto con ello se libere a algún individuo (animal o plante), una especia o ecosistema del estrés producido por el hombre. Por ejemplo, entre los nazis de alto rango no faltaban aquellos que eran vegetarianos, no por razones de salud personal, sino por misericordia hacia los animales; estos mismos sujetos mientras degustaban una ensalada, no tenían ningún remordimiento para enviar a la tortura y la atroz muerte a caravanas milenarias de judíos. ¡Es solo un ejemplo, es evidente que no son los ecologistas como estos asesinos y genocidas! Pero, no faltan otros ejemplos en los cuales testimoniamos que por defensa de animales, se incurre en todo tipo de bajezas en contra de personas y sociedades.
  5. Shir haShirim: el único que comprende y unifica a todos los anteriores, es el cantar de los cantares. Es la mirada y la conducta que comprende que somos criaturas y creación de un mismo Padre, y se nutre en cada dimensión de su existencia y encuentra la armonía. Ésta es la espiritualidad. Se pasa del conflicto, a la música ordenada y agradable, como una orquesta variada y en la cual cada instrumento tiene su parte y no hay otro que lo pueda reemplazar. Hay lugar y tiempo para el individualismo, para el nacionalismo, para el humanismo y para el ecologismo; pero todo bajo la batuta y con el sentido de lo espiritual.

Como sabes, resumimos el cántico propio del camino espiritual en dos sencillas palabras: CONSTRUIR SHALOM.
Con acciones de bondad Y justicia.
Siendo leales al Eterno.
Disfrutando de lo permitido y apartándose de lo que es prohibido.
Te invito que cantes este canto, viviendo el noajismo si eres gentil, desplegando el judaísmo si eres judío.

Al rescate

Siempre la traducción es una cierta forma de creación. A veces tendenciosa adrede, otras basada en la ignorancia, otras en la incapacidad de transferir eso más que gramática que es el lenguaje, y en ocasiones por la propia profundidad y dificultad del texto.
Las obras del gran maestro, el Rav Kook, suelen ser de una complejidad extrema, incluso para gente que domina el hebreo con extrema facilidad; ¡mucho más al querer traducirlo!
Hice un modesto intento en este párrafo que quisiera estudiar junto a ti:

הוי! כמה עשוקה היתה הנפש, בעוד משא החטא, קדרותו, גסותו וסבלו האיום מונח עליה! כמה היתה ירודה וסחופה, גם אם עושר וכבוד חיצוני נפל לה לחבל! מה יועיל כל הון, אם התוך הפנימי, תוך החיים, הוא מדולדל ויבש?
(אורות התשובה ג)

¡Ay! ¡Cuán privada (desposeída, carente, despojada) estaba el alma, en tanto carga el pecado, su miseria, su grosería y su terrible sufrimiento recargado sobre ella!
¡Cuán grande es su descenso y desvarío, aunque le caiga riqueza y honor externo, es en vano!
¿De qué le vale todo el poder, si en su profunda interioridad, incrustado en su vida, él está empobrecido y seco?

Bien, me disculpo nuevamente por no ser una traducción literal, sino apuntando lo mejor posible a su sentido.

Ahora, una rápida mirada comprensiva.

La NESHAMÁ, el espíritu, el Yo Esencial, irradia su LUZ de manera constante, nada ni nadie puede oscurecer o apagar su brillo.
Pero, alrededor de la NESHAMÁ, no en ella sino rodeándola, se van formando costras, manchas, velos, coberturas, cáscaras, klipot, que impiden o dificultan que la LUZ alcance todos los rincones de nuestro ser.
Esas cáscaras son el producto de nuestros pecados.
Recuerda que pecado no es un concepto religioso, sino el desvío de la senda correcta que Dios ha trazado para cada uno de acuerdo a su identidad espiritual.
Cada pecado ensucia y por tanto obstaculiza el pasaje de la LUZ celestial en nuestra vida.
Como es una cuestión metafísica, no tenemos máquinas que realicen el diagnóstico del nivel de iridiscencia que disfrutamos, ni detectamos la ubicación y grosor de las cáscaras; pero sus efectos los podemos percibir, en nuestro interior, en el debilitamiento en otras dimensiones de nuestra existencia.
Te repito, la LUZ sigue tan brillante y pura como siempre, pero los efectos benefactores se ven bloqueados como resultado de nuestro accionar.
Estamos sufriendo del exilio interior, como si Dios nos hubiera dejado abandonados; cuando en verdad Él sigue tan firme y leal como siempre, pero somos nosotros los que a causa de nuestro pecado nos sentimos solos, enfermos, despojados, miserables.
Así, podemos llenar nuestra existencia de todo tipo de poder externo, sea fama, dinero, contactos influyentes, autoritarismo, belleza, lo que sea; pero a la hora de hacer un honesto análisis de nuestro estado de satisfacción y felicidad, debemos reconocer nuestra tristeza y pobreza. Claro está, si somos honestos y tenemos un poquito de conciencia de nuestro ser.
Al poder atisbar el sufrimiento, esa estaca atravesada en nuestro corazón, quizás queramos otra vida, una mejor.
Entonces, por ahí dejaremos de estar cayendo y sin rumbo, para enfocarnos en la TESHUVÁ.
Una que nos lleve a nuestro verdadero hogar, finalizar el exilio y disfrutar de la Era Mesiánica personal.

Así estamos nosotros.
En el conflicto que se genera por el dominio del EGO, alias Ietzer haRá, que nos lleva a asumir máscaras acordes con las cáscaras, y por tan seguir sumergidos en la impotencia aunque aparentemos honra, riqueza y poder.

No novedoso si eres habitual lector/estudiante de nuestros artículos en la sección de CABALATERAPIA.
Y también sabes qué acompaña a la TESHUVÁ: la construcción de SHALOM, por medio de acciones de bondad Y justicia.
Son claves para deleitarte en el jardín del SHALOM, aquí y en la eternidad.

(Escrito para ser publicado en SERJUDIO.com, compartido aquí por su gran valor en espiritualidad noájica).

Falsas lealtades

Hay mandatos familiares que se pasan de una generación a la siguiente.

Están los explícitos, aquellos que son marcados y codificados, decretados y grabados a fuego. Esto es lo que debes, esto es lo que no debes. Esas son las reglas de esta familia. Cual barrotes de una prisión, determinan, limitan, marcan la pertenencia.

Y están los mandatos que no son explícitos. Son transmitidos por gestos, insinuaciones, tonos, silencios, rituales sin explicación, repeticiones sin contexto ni sentido, palabras que encubren significados, secretos de familia.
Entonces, los miembros del grupo se encuentran enredados, en esa tela pegajosa que los tiene atrapados, inmovilizados, ahuecados, inmóviles pero al mismo tiempo golpeando al vacío para destruir fantasmas enemigos.

Así podemos descubrir diversos personajes que viven y reviven similares situaciones, como si estuvieran detenidos en un espejo que congela el tiempo.

Gente que vive sus propias circunstancias, pero de acuerdo a los reglamentos que les inscribieron y ellos adoptaron como verdad; sin resolver las cuestiones, puesto que no las enfrentan en verdad, sino solamente como referencias a esos asuntos familiares que les dan forma. Con finalidades que les son ajenas, aunque pudieran sentir el éxito y la victoria como propios.

Sin saberlo, sin reconocerlo, lo habitual es continuar repitiendo esas tradiciones familiares, al pensar, sentir, hablar, criar, actuar, responder, huir, etc.
Sin preguntas, sin cuestiones, sin evaluaciones, solamente cumpliendo el programa armado con los mandatos, más las reacciones que se producen de manera natural desde el EGO.
Quien se queja, sufre el destierro.
Quien pregunta, es un enfermo.
Quien cambia, un rebelde.
Quien rompe el mandato, alguien merecedor del peor destino.

Así, los lemas que mantienen la manipulación se fortalecen.
Uno es parte del sistema de sometimiento, sometiendo a otros, sometiéndose a otros, sometiendo la propia conciencia al mandato.

Hay maneras de crear una realidad alternativa.
Una de ellas la provee este pasaje (parte de la Haftará de esta semana, parashá Terumá):

«Entonces vino la palabra del Eterno a Shelomó [Salomón], diciendo:
‘Respecto a este templo que tú edificas, si caminas en Mis estatutos, y pones por obra Mis decretos, y guardas todos Mis mandamientos andando de acuerdo con ellos, Yo cumpliré contigo Mi palabra que hablé a tu padre David: Habitaré en medio de los Hijos de Israel, y no abandonaré a Mi pueblo Israel.'»
(1 Melajim / I Reyes 6:11-13)

Supongo que lo que he explicado en estas pocas líneas debe ser bastante denso, de dificultosa captación, por lo cual te pediré que comentes aquí debajo qué es lo que has podido entender hasta ahora de esta temática. Gracias.

(Escrito originalmente para ser publicado en SERJUDIO.com, pero considero que contiene enseñanzas de importancia para la identidad del noájida).