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Tu sentimiento de culpa

¡Ah, el sentimiento de culpa!
Sí, ese sentimiento oscuro y lóbrego de culpa.
Arma favorita de los manipuladores.
Esos que te instilan sentimientos culposos para usarte y luego arrojarte a un costado.

Ah, el sentimiento de culpa, fuente de dolor y descontento, látigo del EGO para castigarte, para esclavizarte.
Por el cual sientes que no tienes derecho a disfrutar de nada,
por el cual cuando gozas temes que algo malo ocurra,
por el cual eres lastimosamente complaciente,
por el cual rehúsas cualquier placer,
por el cual encuentras formas más o menos macabras para auto-castigarte o llevarte a situaciones de vergüenza y dolor.

No importa realmente qué es lo que usas como excusa para sentirlo, lo que sea sirve para paralizarte, para aterrarte, para atormentarte, para sufrir y huir de tu verdadero ser, del esplendor y la bendición.

Entiende bien la diferencia entre culpa y sentimiento de culpa.
Culpa es uno de los resultados naturales de una acción errónea, o de una omisión que termina en algún perjuicio, cualquiera de ambas situaciones no han sido corregidas, reparadas o se ha transitado el proceso de perdón por ellas. Por lo cual, surge la culpa y se mantiene allí, consciente o no, hasta realizado el necesario proceso de corrección.

El sentimiento de culpa, por el contrario, no nace de una acción u omisión de tu parte, sino de asumir sobre ti la carga de algo que no has hecho y te han (o has) endilgado.

La culpa es saludable, nos avisa que tenemos algo que revisar, algo que corregir, algo que mejorar.
Con la culpa podemos darnos cuenta de lo que está mal por nuestra causa, y entonces hacer lo que está a nuestro alcance para construir shalom, interna y externa.

Pero, el sentimiento de culpa es enfermizo, nos lleva a encadenarnos a fantasías perjudiciales, nos vicia de impotencia, nos priva de la posibilidad de gozar de aquello que es lícito y permitido.
Hasta en ocasiones el sentimiento de culpa se monta sobre una verdadera culpa, para que de ese modo no podamos hacer lo necesario para que retorne el bien.

Sí, el infundir sentimientos de culpa es una de las armas preferidas de los manipuladores, lo sepan ellos o no.
Te hacen sentir culpable, y por lo general son ellos los que tienen la solución para librarte de la pesadilla del remordimiento sin motivo real. Emplean hábilmente el discurso para victimizarse, para hacerte sentir un ogro, para que te percibas como alguien malvado y sin remedio, pero mágicamente ellos te pueden conceder el don de la salvación, claro a cambio de que entregues cosas que son valiosas para ti o codiciadas por ellos.

Te pongo un ejemplo sencillo, muy difundido entre las gentes.
Algún clérigo, una “autoridad” religiosa desde su alto púlpito declara que tú eres pecador, que has nacido pecador, que tu destino es el infierno, que no hay obra o acción que repare tu terrible pecado, que ciertamente tú eres una escoria igual que tus ancestros. Se te niega toda posibilidad de escape, porque no has hecho nada realmente, sino que tu pecado es el “pecado original”, algo misterioso y no muy claro que ha cometido un supuesto antepasado hace milenios y que por cuya causa tú ahora naces pecador, vives pecador y mueres sin redención. No tienes escape, eres de lo peor, simplemente por haber nacido ya estás condenado al peor de los infiernos. Cuando este mensaje espantoso penetra bien profundo en tus huesos, cuando ya ni te preguntas sobre la lógica o autenticidad de esta prédica maligna, cuando ya asumes como un hecho el pesado sentimiento de culpa que te han cargado, cuando reconoces que nada puedes hacer para salvarte, es cuando el mismo predicador te ofrece la panacea, la salvación, el escape tan ansiado. ¿Cuál es? Pues claro… tener fe en lo que él te enseña, no cuestionar, no preguntar, no criticar, no indagar, no investigar, no contradecir, no perder la fe. Solamente tener fe en lo que el clérigo te afirma como cierto y no apartarte de ello. Tener fe en cualquier absurdo, no importa, ya que tienes prohibido cuestionar. Tener fe y entregarte de cuerpo y alma a lo que el predicador te ordene. No importa que sea doloroso, pecaminoso, criminal, antagónico al camino del constructor de shalom, nocivo para ti u otros. Nada importa, solo ser manipulado como una marioneta por aquel que te ha manipulado inyectando en ti el sentimiento de culpa con el consiguiente remedio mágico que te provee, con el cual te esclaviza.
¿Te suena conocido?
¿Te suena improbable?
¿Te suena ridículo?
¿Te suena paranoico?
¿Crees que cosas así se dan en la realidad o es solamente un delirio que estoy compartiendo ahora contigo?

Por supuesto que no solamente a nivel religioso, grupal, masivo, se maneja el sentimiento de culpa.
También en las relaciones individuales, y especialmente en aquellas más cercanas y en las cuales alguno de los participantes está sumergido en su EGO (que es lo mismo que decir: cualquiera de nosotros, de los humanos).

Desde pequeñitos te han dicho que hiciste algo malo, que no colmas las expectativas de tu madre/padre, que no te mereces ser amado, que no eres bueno, que no sirves para nada, que… en resumen, que no somos lo que nuestros padres quieren que seamos. Se nos culpa de lo que no hacemos, se nos inmoviliza por medio del sentimiento de culpa. Se trata de controlarnos con estos mensajes cargados de EGO, para hundirnos en impotencia y que nos entreguemos al dominio de nuestros padres. Ellos son los grandes, los inteligentes, los que saben, los experimentados, los que estudiaron, los que tienen el dinero, los que tienen voz, los que votan, los que pegan, los que anulan, los que califican, los que descalifican, los que premian con amor o indiferencia, etc.; nosotros, los pequeños, somos todo lo contrario, todo lo incapaz y defectuoso; personitas; locos bajitos; personas en desarrollo y otros mensajes demenciales pero que son útiles para doblegar la voluntad y quebrar el espíritu de autenticidad en el niño.
Ellos nos hacen creer que somos impotentes, más de lo que realmente somos, para de esa manera ejercer su control.
Nos hacen sentir culpa, variada, surtida, para luego ofrecernos la panacea: si obedeces entonces eres bueno, eres lindo, eres inteligente, eres amado, eres el mejor hijo.

La manipulación puede ser más o menos evidente, más o menos explícita, más o menos consciente. Pero, ¿dudas de que se dé?
¿Te parece que en tu crianza no la han usado?
Y tú, si eres padre, hermano, tío, maestro… ¿no la has usado alguna vez?
Vamos, revisa tus archivos, examina… ¿o te sientes culpable antes de comenzar a reconocer tus culpas y entonces estar capacitado para enmendarlas?

En la infancia, las respuestas pueden ser variadas, porque no hay reacciones lineales, no hay un determinismo mecánico.
Una respuesta al sentimiento de culpa es la adaptación, ceder, ser un niño “bueno”, conformarse, ser cooperador, dejar de luchar, adoptar la máscara que ofrece el padre manipulador. No sabemos qué ocurre por dentro, el conflicto interno, aquello que se ha reprimido y cuánta energía se está malgastando en mantener la represión. Acatan los mandatos, se someten a los deberes que les imponen, se estresan para alcanzar el aplauso ajeno, se insensibilizan a su identidad, hacen negocitos mentales para obtener algún mimo, buscan la aprobación de otros, se desesperan por controlar aquello que no pueden controlar por medio del ser “buenitos”, “adaptados”, “exitosos”.
No sabemos qué tan profundo y doloroso es el exilio interno, cuánta enfermedad emocional se está causando, cuanta miseria mental se está sembrando, cómo explotará está mascarada el día que lo haga (y si es que lo hace, porque recuerda, no hay determinismo lineal). ¿Cuánto sufren como adultos? ¿Cuánto se sumergen en impotencia, en EGO? ¿Cuánto manipularán a quienes estén en inferioridad de condiciones? ¿Cuántas trapisondas harán cuando crean que nadie los vea? ¿Qué tan éticos serán? En fin… ¿qué tan bueno es un niño bueno a causa del castigo o de la manipulación?
La desdicha es u pan cotidiano, el auto desprecio, el reproche, el vacío, el no saciarse con nada, el autocastigo, las adicciones variadas, la frigidez, el falso orgasmo, la hipocresía, el suicidio… ¿Qué no? Lo que fuera, en tanto alguien les dé atención y les haga sentir parte de algo bueno. Quieren encontrar esa magia que los salve, pero se sienten tan culpables que nada les libera.

Otra respuesta es la del niño rebelde, el pegador, el burlón, el pendenciero, el desajustado, el problemático, el que no aprende, el torpe, el agresivo, el que rompe las reglas. Son los que consiguen atención con sus conductas desalineadas, los que demandan a los demás a través de hacer lo injusto e incorrecto. Si el niño “bueno” obtiene la atención ajustándose, perdiendo su identidad, siendo una marioneta del manipulador; el niño rebelde también es una marioneta, aunque haga lo contrario a lo que se espera. Porque, no es rebelde con causa, ni por conciencia, ni por luchar voluntariamente por su libertad, sino que meramente está en oposición, en rebeldía, en bravuconería. No ha roto la cadena de su EGO, ni la del EGO del que lo manipula. Él está diciendo: “mírame, soy malo, te detesto, pero no puedo vivir sin tu atención, sin tus reproches. Quiéreme, aunque sea a los golpes, porque esas palizas son el único contacto que tengo de alguien que me mira. Sin ti, nadie me miraría. Mírame, quiéreme, muéleme a palos, porque soy malo, me siento muy malo, siento una culpa enorme”. Se rodean de gente como ellos, se envician, se ensucian, o se engalanan por fuera pero por dentro se sienten como ratas inmundas, falsas, estropeadas, dignas del sufrimiento y el maltrato.

(Sí, hay niños y adultos éticos, que han aprendido a romper bloques en la muralla del EGO. Sí, hay niños y adultos perversos, sumergidos completamente en la maldad y que no esperan el cariño de los que lastiman. Solo desean destruir, que su impotencia aparezca como potencia máxima. Pero también están estos otros, los que estamos comentando ahora).

¿Cómo curar esta brecha entre el Yo Esencial, que es puro, bello, armonioso, luminoso, pacífico, saludable, de vida; con estas máscaras espantosas del Yo Vivido?
Por una parte está el tomar conciencia de la manipulación, reconocer lo que ha estado sucediendo y lo que se mantiene actual en este trabajo de sometimiento.
Permitir el darse cuenta, el criticar, el señalar.
Ver como funciona este terrible proceso de manipulación.
Luego, perdonar, dejar ir, no querer controlar aquello que no se puede controlar.
Romper las relaciones enfermizas, no permitir que se siga sometiendo a más manipulación, rechazar actuar los personajes que se les impone, encontrar al Yo Esencial y conectarse con él.
Vivir el aquí y ahora, a pleno, disfrutando lo que es lícito. Sin querer dominar lo indomable, rechazando las jugarretas de los manipuladores.
Desarticulando las trampas del EGO, del propio, y no actuando según sus dictados.
Elevando rezos sinceros y humildes al Eterno, para agradecer, para alabar, para pedir ayuda en el tránsito hacia una identidad más integrada y armónica.
Aceptando quien eres y no actuando lo que otros pretenden que seas.
Sabiendo que no hay magia ni brujería, ni religión salvadora, sino tan solo el camino de la construcción de shalom.

Hay otras cosas para hacer, pero por aquí vamos empezando.

¿Qué pecado borra el bautismo?

Revisando las estadísticas del tráfico online del hogar FULVIDA, he visto que algunas personas formularon la pregunta del título en nuestro buscador integrado.
Por supuesto que yo no se las respondí, ya que no estoy pendiente de lo que la gente busca usando el buscador, ni me llegan notificaciones automáticas, ni las personas me han enviado esa consulta a través del sistema de preguntas que hemos desarrollado para el sitio.
Sin embargo, me pareció una pregunta muy interesante.
¿Por qué?
Realmente, no lo sé muy bien.
Igualmente, me pareció interesante y quise compartirla contigo.
Creo que cada tanto haré algo similar, haré públicas algunas de las consultas que vayan llegando, aquellas que no me son remitidas sino que los visitantes buscan que esté ya publicado en el sitio.
Quizás para dar respuesta, quizás porque me parezca un tema curioso, quizás porque yo suponga que tú querido lector tienes algo para aportar al respecto, quién sabe…

Ahora entonces te dejo para que tú consideres que hacer la pregunta: “¿Qué pecado borra el bautismo?”.
Ayúdame, por favor, a dar una respuesta interesante, instructiva, nutritiva, de bendición, fundada en la santidad, para que cuando vuelvan los visitantes a considerar esta cuestión tengan a mano respuestas basadas en el noajismo, en el judaísmo, en la construcción de shalom.

Un abrazo a la distancia, y a seguir construyendo shalom.

La posición supersticiosa

Las personas en el pasado, tal como algunas en la actualidad y los ignorantes activos de todos los tiempos, viven una existencia marcada por la inestabilidad, lo impredecible, la falta absoluta de control y previsión.
Pensemos en el ejemplo del pasado solamente, luego por extensión nos daremos cuenta de las otras implicancias más actuales.

Aquellos antiguos no tenían resguardo de sus alimentos, ni capacidad para almacenarlos en cantidades y condiciones de uso. Cualquier hongo, peste, sequía, incendio, inundación, agresión, mala cosecha, provocaba hambrunas de inmensas proporciones. No tenían conocimiento para predecir el clima, ni estudios para responder con efectividad ante las catástrofes naturales. No poseían métodos para prevenir los azotes de los depredadores, de las plagas, sean hormigas, langostas, gusanos, fieras salvajes, mosquitos portadores de virus, etc.. No conocían nada acerca de las noxas, de los agentes que causan enfermedades, ni cómo prevenir, mitigar o rehabilitar de las mismas. Estaban a la deriva, como impotentes trozos de madera que son llevados por las corrientes, por los vientos, incapaces de marcar un rumbo y aventurarse en la inmensidad desoladora. Tampoco comprendían los mecanismos del pensamiento humano, de los sentimientos y emociones, ni habían adquirido instrucción para educar a los individuos y la sociedad en la senda de la rectitud, del bienestar compartido.
Estos son solo unos pocos ejemplos de la vida de nuestros antepasados, que vivieron así por siglos y más siglos, multitud de generaciones que una tras otra seguían acorralados por la tradicional ignorancia. Los cambios positivos eran escasos, espaciados en milenios unos de otros. Apenas si la mano del hombre iba tomando parcelitas minúsculas de control sobre sus vidas.
Si viajáramos en el tiempo 5000 años atrás, y luego viniéramos haciendo pausas cada siglo o par de siglos hasta nuestro tiempo, comprobaríamos que los avances en el conocimiento y el dominio fueron realmente mínimos. Se vivía de forma muy similar en la Siria del –3000 que en la España del +1100, con muy poquitos cambios.
De hace unos 500 años a esta parte, y especialmente desde hace un par de siglos atrás, los portones del conocimiento científico fueron abiertos y entonces se sucedieron multitud de avances, pero no hablemos aún de esto.
Volvamos al hombre minúsculo, mota de polvo, nada misma sometido a los poderes externos.

En la misma base de tanta impotencia se encontraba la más completa y oscura ignorancia.
Como no sabían, ni conocían, ni entendían, difícilmente podían provocar cambios favorables.
Sus vidas estaban a merced del capricho, en apariencia arrastrados por la ceguera de un destino incierto, sin reglas ni previsibilidad.

Entonces, recurrieron a un invento “notable”, la superstición, con su hija organizada y dominatriz: la religión ((Recordemos que ni noajismo ni judaísmo son religiones, aunque a veces sean confundidas con ellas)).
Allí en donde estaban oscurecidos por la ignorancia, pretendían alumbrar con rituales, objetos, palabras mágicas, buenas vibras, dioses, seres supernaturales, amuletos, etc.. Demás está decir que en lugar de correr los velos de la ignorancia, lo que hacían era volverlos más espesos, más pesados, más opresivos.

Por supuesto que allí estaba el omnipresente EGO, con sus limitadas herramientas, pero muy efectivas para destruir, esclavizar, someter al sentimiento de impotencia.
Porque la desconexión de la realidad que es toda superstición, suele venir acompañada por una sarta infinita de gritos, llantos y golpes, con todos sus posibles derivados, finamente acuñados por la astucia humana durante generaciones.
Observemos este relato, que hace patente lo que estamos describiendo:

"(21) Elías se acercó a todo el pueblo y dijo: -¿Hasta cuándo estaréis cojeando entre dos opiniones? Si el Eterno es Elohim, ¡seguidle! Y si Baal, ¡seguidle! Pero el pueblo no le respondió nada.
(22) Entonces Elías volvió a decir al pueblo: -Sólo yo he quedado como profeta del Eterno, pero de los profetas de Baal hay 450 hombres.
(23) Dennos, pues, dos toros. Escojan ellos un toro para sí, córtenlo en pedazos y pónganlo sobre la leña; pero no pongan fuego. Yo prepararé el otro toro y lo pondré sobre la leña, pero no pondré fuego.
(24) Luego invocad vosotros el nombre de vuestro dios, y yo invocaré el nombre del Eterno. El Elokim que responda con fuego, ¡ése es Elohim! Todo el pueblo respondió y dijo: -¡Bien dicho!
(25) Entonces Elías dijo a los profetas de Baal: -Escogeos el toro y preparadlo vosotros primero, porque vosotros sois la mayoría. Invocad el nombre de vuestro dios, pero no pongáis fuego.
(26) Ellos tomaron el toro que les fue dado, y lo prepararon. Luego invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: -¡Oh Baal, respóndenos! Pero no hubo voz ni quien respondiese. Mientras tanto ellos danzaban junto al altar que habían hecho.
(27) Y sucedió que hacia el mediodía, Elías se burlaba de ellos diciendo: -¡Gritad a gran voz, porque es un dios! Quizás está meditando, o está ocupado, o está de viaje. Quizás está dormido, y hay que despertarle.
(28) Ellos clamaban a gran voz y se sajaban el cuerpo con espadas y con lanzas, conforme a su costumbre, hasta hacer chorrear la sangre sobre ellos.
(29) Y sucedió que cuando pasó el mediodía, ellos seguían profetizando frenéticamente hasta la hora de ofrecer la ofrenda vegetal, y no había voz ni quien respondiese ni escuchase."
(1 Melajim / I Reyes 18:21-29)

Sí, el EGO manifestado en superstición, en religión.  
Sacerdotes y profetas de dioses, haciendo sus torpes rituales, invocando fueras misteriosas, repitiendo ensalmos mágicos, danzando, demandando de los dioses respuesta, y sacrificios, sangre derramada, mucho sufrimiento, mucho dolor y el deseo de control sobre lo que no se puede controlar. Y mentiras, muchas mentiras. Excusas para tapar la realidad, inventos para esconder los hechos.
Todo producto de la ignorancia.

Ellos, los amos de las religiones, los mercaderes de la fe, los vendedores de amuletos, así como sus seguidores, tenían la delirante creencia de que con sus negociados y pactos podían obligar a sus dioses a que controlaran el mundo para ellos.
Sí, los impotentes humanos, sumergidos hasta la nariz en la ignorancia, se creían con el poder para mandar a los dioses, de modo tal de controlar al mundo.
Entonces, el dios de la vida para dar vida, el dios de la salud para curar, el dios de la agricultura para la prosperidad, el dios de la lluvia para… y así, multitud de dioses, de mensajeros celestiales, de seres metafísicos con el suficiente poder como para controlar aspectos formidables de la naturaleza, pero tan pobrecitos que estaban al servicio del hombre.
Sí, como la fantasía de tener un dios que envía a su propio hijo-dios al sacrificio, para que de esa forma el hombre pecador esté libre de la consecuencia del pecado.
Más de lo mismo.
Idolatría.

"(14) Todo hombre se embrutece por falta de conocimiento. Todo platero es avergonzado a causa de su ídolo. Porque sus ídolos de fundición son un engaño, y no hay espíritu en ellos.
(15) Son insignificancia, obra ridícula; en el tiempo de su castigo perecerán.
(16) No es como ellos la Porción de Iaacov [Jacob]; porque Él es el Hacedor de todo, e Israel es la tribu de su heredad. ¡el Eterno de los Ejércitos es su nombre!"
(Irmiá / Jeremías 10:14-16)

Y no, los que son monoteístas no se libran tampoco por esto de la superstición, de la delirante creencia de que su único dios está a su servicio, que ellos dominan a su dios.
Y no, ni siquiera los que se dicen leales al Eterno están a salvo de caer en esta idolatría, porque existen infinidad de ocasiones en que el hombre que cree solamente en el Eterno también se cree con poder como para dominar al Todopoderoso.
Veamos uno de tantos ejemplos:

"(10) Escuchad la palabra del Eterno, oh gobernantes de Sodoma. Escucha la Torá de nuestro Elokim, oh pueblo de Gomorra.
(11) Dice el Eterno: ‘¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados. No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos.
(12) Cuando venís a ver mi rostro, ¿quién pide esto de vuestras manos, para que pisoteéis mis atrios?
(13) No traigáis más ofrendas vanas. El incienso me es una abominación; también las lunas nuevas, los shabatot y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva!
(14) Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y vuestras festividades. Me son una carga; estoy cansado de soportarlas.
(15) Cuando extendáis vuestras manos, Yo esconderé de vosotros mis ojos. Aunque multipliquéis las oraciones, Yo no escucharé. ¡Vuestras manos están llenas de sangre!
(16) ‘Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de mis ojos. Dejad de hacer el mal.
(17) Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda.
(18) ‘Venid, pues, dice el Eterno; y razonemos juntos: Aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
(19) Si queréis y obedecéis, comeréis de lo mejor de la tierra.
(20) Pero si rehusáis y os rebeláis, seréis consumidos por la espada; porque la boca del Eterno ha hablado.’"
(Ieshaiá / Isaías 1:10-20)

Sí, es triste pero cierto. La superstición gana terreno allí en donde reina la ignorancia.
Por ello, al EGO y a sus embajadores, les resulta insufrible el conocimiento real, la crítica saludable, la indagación científica, el honesto intento por penetrar en mecanismos de las cosas.
Demandan y exigen obediencia ciega, fe en lo absurdo, sumisión, repetición de los lemas impuestos, desaparición de las divergencias, solamente esclavitud regada con mucha confusión y falta de entendimiento. Usan la mentira, la amenaza, la charlatanería, la presión, la manipulación, el fraude, la violencia, el destierro, lo que sea, siempre y cuando sea útil a sus fines de imposición. Venden pócimas mágicas, amuletos, “segulot”, plegarias milagrosas, adulación de reverendos personajes, peregrinaciones a tumbas, negación del estudio científico, prohibición de indagar en los mecanismos de la realidad física, asco al goce de lo sensual que legalmente es permisible, entre otros mecanismos para dominar y doblegar a sus seguidores. Inventarán sacrificios, restricciones obsesivas, más y más imposiciones y rituales, supuestas negociaciones metafísicas con Dios y Sus emisarios, para seguir sometiendo a sus fieles en el horno aborrecible de la ceguera.

A los esclavos del EGO les aterra el conocimiento, tratan por todos los medios de impedir el avance científico, detener los movimientos de iluminación, porque eso implica la demolición de la superstición, la destrucción del imperio del mal.
Ese era el problema con el fruto del árbol del conocimiento, del bien y del mal. Cuando se probaba de ese fruto se permitía al EGO confundir las cosas, y llamar justo a lo injusto, y declarar puro a lo impuro. Era el conocimiento falso, en donde lo bueno y lo malo se mezclan y surgen las confusiones. Es el falso conocimiento, el de la opinión sustentada en las propias creencias, en la suposición de que por tener boca se sabe lo qué decir. El falso saber que hunde en la ignorancia. La causa de apartar al hombre de Dios para hundirlo en la superstición, en la religión.
Según compara el profeta, por orden de Dios:

"(6) Porque misericordia quiero Yo, y no sacrificios; y conocimiento de Elokim, más que holocaustos.
(7) ‘Pero ellos violaron el pacto, cual Adán…"
(Hoshea / Oseas 6:6-7)

Ciertamente que es el conocimiento verdadero el que trae luz, el que resta fuerza al impotente EGO en su sojuzgamiento.
Conocimiento con actos de bondad y justicia, con la misericordia que desea el Eterno. Porque no se compra a Dios con sacrificios, ni con negocitos, ni pactando cositas para obtener Su favor.
Uno puede hacer como Adán, que teniendo todo, perdió todo.
O puede hacer como el hombre realmente libre, que opta por cultivarse, por conocer, por aprender, por desechar la superstición, por construir shalom, por hacer actos de bondad y justicia.

Conocer, tanto el conocimiento científico junto al de la Torá (la judía para judíos, la noájica para noájidas) que restan fuerzas al EGO, detienen el avance del mal.
Tal como inmensos sabios han declarado, Maimónides, Soloveitchik, Kook, Hirsch, Lamm, entre otros rabinos ilustres de gran renombre.
(Leer: http://en.wikipedia.org/wiki/Torah_Umadda).

Porque las reglas de la naturaleza son también leyes dictadas por el Creador.
Tal como nos dictó mandamientos a nosotros, 613 para el pueblo judío y siete para cada gentil, así también ordenó y legisló las leyes naturales.
Conocer el funcionamiento del mundo, nos puede ayudar a fortalecer en el esfuerzo por mejorar la existencia propia y del prójimo.

Claro, el conocimiento puede ser trastornado por el EGO, lo que lo vuelve un arma en contra del hombre.
Tal como enseña la neurociencia, el lóbulo frontal es un excelente filtro y mediador de los impulsos, pero su actividad ocurre instantes después de las acciones de la vía corta, aquella que aloja al EGO. Por lo cual, la razón no es el amo indiscutido, sino que antes, durante y después las emociones están ejerciendo su impulso, su seducción.
Recordemos nuevamente a Adán, como su introducción al conocimiento contaminado por el EGO lo llevó a la catástrofe y no a la elevación multidimensional.
Así pues, la ciencia con conciencia.
Apartar la superstición, desechar la ignorancia, encender la luz del conocimiento al tiempo que se equilibra con la ética espiritual.
Para que se haga realidad la visión mesiánica:

"Porque la tierra estará llena del conocimiento de la gloria del Eterno, como las aguas cubren el mar."
(Jabakuk / Habacuc 2:14)

Dice el salmista:

“¡Cuán admirables son tus obras! Por tu gran poder se someterán a ti tus enemigos.”
(Tehilim/Salmos 66:3)

El verso también puede leerse como:

“¡Cuán admirables son tus obras! Por tu gran poder te negarán tus enemigos.”
(Tehilim/Salmos 66:3)

En esta segunda forma de comprender el verso, la cuestión radica en que es tan fuera de lo normal el poder del Eterno, que parece imposible que exista.
De hecho, su propia esencia escapa a todo entendimiento y razonamiento, no hay modo posible para que la mente humana siquiera roce a comprender lo que el Eterno es. Por lo cual, la persona perpleja bien puede carecer de convicción en Su existencia, pasar a ser agnóstico o ateo. Así vive exiliado de su Yo Esencial, hundido en fantasías de maníaco control o de depresiva impotencia.

En resumen, el camino no se encuentra en la superstición, tampoco en la negación del Eterno.
No está en la ignorancia, tampoco en la presunción de que el poseer algún conocimiento libra del error o el mal.
Realmente las acciones solidarias, el altruismo, la bondad, la justicia, el estudio de lo que es accesible, la investigación científica y la divulgación de su conocimiento, la meditación introspectiva, la comunicación sincera con el Eterno, la comunicación auténtica con el prójimo, el agradecimiento, tales son claves indispensables para permitir que emerja la Luz, lo que posibilita el bienestar, la plenitud, la felicidad, el shalom.

Presidente antisemita

No era de sorprenderse. Lo vengo sosteniendo de hace rato…

Para vergüenza de quienes somos ecuatorianos y conocemos de la trágica historia del siglo XX de la Era Común, el presidente de Ecuador ha sacado sus dotes antisemitas comparando a Israel con Irán, comparando a las inocentes víctimas de la AMIA con un grupo de terroristas libios.

Mi rechazo más fuerte a este individuo.

Resp. 1093- la primera comunión

osaida nos consulta:

buena tarde, tengo dos hijos una niña de dos años y un niño que va a cumplir 8, lo que sucede es que mi mamá es muy católica y quiere que el haga la primera comunión, mi esposo que no cree en nada ahora si le ha dado por sentir un impulso religioso y quiere meter al niño en clases de catecismo, yo me opuse pero lo que aconteció fue una gran discusión, y no se que postura tomar, el mismo cuento sucede con las novenas de navidad y el cuento del niño dios, yno se como actuar para que comprendan.
osaida mindinero 24 años Pereira Colombia

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Resp. 1092- puedo participar en el ritual del bautismo cristiano

dorca sara nos consulta:

mi mejor amiga quiere que sea la madrina de su bebe, yo le explique mi negativa de participar en en ritual como el bautismo cristiano (yo no soy bautizada) y ella dice que no tiene nada de malo. usted que que opina? ¿tiene algo de malo que sea la madrina del bebe?
Dorca Sara. 24, estudiante, maracaibo Venezuela

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¿Dios limpiando tu pasado?

«Cuando comienzas tu jornada espiritual, puedes hallar que tus problemas se incrementan – ¡No te preocupes! – es el Creador limpiándote de tu pasado…».
Con esta frase un “amigo” del FaceBook engalanó hace un rato su muro, añadiendo que está basado en una enseñanza de Rabí Najman de Breslev.

Humildemente me gustaría añadir algunas ideas, para no quedarnos petrificados con una única perspectiva, correcta o no, sino que podamos ampliarnos y entender la complejidad del universo.
Quizás, tal vez, por ahí nos demos cuenta de que nosotros podemos hacer nuestra parte, nuestra misión sagrada, como constructores de Shalom.
Porque, puede sonar muy bonito que el Eterno se está encargando como una madre sobreprotectora de limpiarnos de nuestro pasado por medio de aumento de complicaciones, pero, ¿es eso lo que debemos esperar del Rey de reyes, del Creador y Sostén de todo el universo?
Por otra parte, ¿es aumentando el pesar, los conflictos, las dudas, las trabas, los obstáculos, la esclavitud, la miseria, el dolor, es esa la forma de limpiarse del pasado?
¿No sería esperable que si fuera Dios el que está ayudándonos a corregir (más que limpiar) nuestro pasado, fuera minimizando el mal para que el bien rompa la cáscara que lo rodea y resplandezca?

Además, ¿dónde queda el libre albedrío del prójimo? ¿No será que algunos de los problemas se incrementan porque otros hacen daño a causa de las decisiones que toman?
¿O es que los que perjudican con sus acciones son meras herramientas, carentes de voluntad, títeres en manos de un dios que juega a divertirse con la vida de sus criaturas?

O tal vez, hemos preferido mirar a otro lado, no encarar nuestras dificultas, escogimos negar nuestros problemas, y por ello no los resolvemos, por lo cual crecen y se multiplican.
Porque, los problemas que no solucionamos, no desaparecen por milagro, ni se esfuman con magia, tampoco al negarnos a reconocerlos dejan de existir.
Más bien, cuando no nos hacemos cargo, cuando no realizamos los pasos necesarios para controlar aquello que está en nuestro control, terminamos hundidos en mayores dificultades, alejándonos de las soluciones, multiplicando nuestros dolores.
Los problemas no se van con rezos, ni tampoco con magia, ni cerrando los ojos, ni esperando sentados a que algún dios venga a nuestro socorro, cuando la solución depende de nuestras acciones.

No dejemos que el EGO nos haga sentir impotentes, pero tampoco todopoderosos, cuando los problemas nos rodeen. No permitamos que el EGO siga dominando, con fantasías de solucionar las cosas con buenos deseos y poco de acción positiva.

La “limpieza” de nuestro pasado, más bien dicho la corrección de nuestras acciones, no se debe fundar en la espera pasiva e irresponsable de soluciones milagrosas. No es eso lo que la sagrada y milenaria Tradición enseña. Más bien, se nos informa que está en nuestro deber y derecho el andar por el camino de la TESHUVÁ, el proceso del arrepentimiento total y sincero. Está en trabajar por quitarnos las piedras de nuestra mochila, en reparar lo que está a nuestro alcance arreglar, en pedir perdón, en hacer nuestra parte de la tarea.

Sí, seguramente que la confianza en el Eterno ayuda muchísimo, así como el rezar, también el estudiar del ejemplo que nos provee la Tradición, como el recibir de Su parte la ayuda en aquello que no podemos hacer ni controlar.
Pero, pretender que el incremento de los problemas es un favor de Dios, que Dios es el encargado de “limpiarnos” de nuestro pasado, en ser sujetos irresponsables y pasivos… no, no creo que sea el mensaje más provechoso y de bendición.

Hay problemas, entonces no achaquemos a Dios los mismos.
Veamos qué hay de nuestra parte en ellos, qué hacemos, hicimos o dejamos de hacer, para que los problemas estén o aumenten.
Reconozcamos lo que hacen o dejan de hacer las personas que nos rodean, no para echar culpas o quitarnos de encima la responsabilidad, sino para comprender la situación, para encarar las cosas con eficiencia y capacidad resolutoria.

Esperemos menos milagros mientras aprendemos más y hacemos mejor lo que es nuestra tarea.
Son mis humildes reflexiones.
Gracias por permitirme compartirlas contigo hoy.

¿Vencido o vencedor o ninguno de los dos?

Uno fuerza y “vence” a otro, usando las herramientas del EGO (grito, llanto, pataleo y desconexión de la realidad, o algunos de sus derivados).
Ciertamente parece haber obtenido lo que deseaba y además seguir tranquilo, en paz.
Aquel que fuera manipulado, forzado, llevado a la acción u omisión, puede parecer también calmo, sin reclamos.
Lo cierto es que ninguno de los dos ha sido beneficiado, no han habido ganadores, ni tampoco reina la paz. No hay paz, ni interna, en cada uno de ellos, ni entre ellos.
Existe una paz aparente, un conflicto tapado, violencia silenciada, agresión sin demostración.
Son dos los perdedores, aunque a la vista superficial aquel que uso del EGO se haya quedado con el trofeo.
Si hay manipulación y se cede por presión o engaño, aunque reine una apariencia de paz, no hay ganancia real ni paz.
Eventualmente explotará el rencor, se desbordará el odio contenido, surgirá la venganza, el sufrimiento se hará patente, la vergüenza disimulada estallará. Violencia duplicada, triplicada, centuplicada, porque se ha ido acumulando, porque se suma al primer dolor todo lo nefasto que brota a causa de él.
Si no se exterioriza la negatividad, por dentro irá corroyendo, enfermando, empobreciendo, degradando. Es la violencia dirigida a sí mismo, aquella que se enquistó, se convirtió en un mal que mata desde las entrañas.
Si se exterioriza, se está en situación de golpes de ida y de vuelta, de cobrarse cuentas pendientes, de devolver golpe a golpe, trampa a trampa.

No, no hay paz en donde comanda el EGO y la persona está sometida.
Aunque no corra sangre, aunque nadie se queje, aunque todos parezcan en calma, no hay paz.

Por el contrario, cuando se conduce desde el AMOR, entonces se construye Shalom.
En base a la verdad, a la justicia, a la bondad, a la lealtad.
Se emplea la Comunicación Auténtica, se perdona, se pide perdón, se agradece, se beneficia al prójimo sin esperar nada a cambio. Se pide, pero sin pretender controlar lo que no está en capacidad de ser controlado.

Hay tanto por aprender, pero mucho más por des-aprender.

Tu parte en el conflicto

Veo por estos días a muchos noájidas conscientes apoyar la justa causa de Israel para defender a sus habitantes y su derecho a la existencia. Se expresan a través de las redes sociales, con mayor o menor empuje y asertividad. Les agradezco mucho.
Ahora, me gustaría ver masas de noájidas manifestar este apoyo, públicamente, en plazas, calles, avenidas, levantando la bandera del noajismo, a favor de la vida, del bien, de la justicia, del shalom.
Reclamando de sus políticos que dejen de ver para otro lado, o peor, que ellos apoyen a los soldados del imperialismo árabe musulmán en sus agresiones en contra de la población indefensa israelí.
Difundiendo la realidad de lo que acontece, y no las mentiras que una y otra vez se repiten desde los medios masivos de des-información.
Despertando las conciencias, y no siendo cómplices con el silencio de la maldad e injusticia que acontece a diario en contra de los indefensos israelíes.
Recuperando a los que se perdieron detrás del EGO, de los engaños, de las falsas máscaras de pacifismo y humanismo, pero que solamente actúan para defender a los que atacan a los israelíes y nunca en otras situaciones.

Así pues, te invito a que salgas a la calle, a las plazas, delante de edificios públicos, a manifestar pacíficamente tu apoyo a Israel, tu deseo de que en el mundo no reine más la violencia y sí el verdadero shalom.
Tú puedes hacer tu parte para derrotar a los enemigos de Dios, a los terroristas.
Y tu parte no es dar más excusas, sino actuar.

¿Será posible algún día?
Mejor aún, ES posible que lo hagas hoy.
Sal tú, lleva a otros contigo, y si nadie te acompaña, ve tú. Toma fotos, súbelas a las redes sociales, vamos a contagiar de optimismo, de ánimo de construcción de shalom.

¡Adelante!
Hazlo también por este niño, pobrecito palestino educado en el odio y la muerte por sus padres, siervos del imperialismo árabe musulmán.

Vamos.
Es tu parte, y solo tú la puedes cumplir.

Grados de opinología negativa sobre Israel

Hace tiempo habíamos enseñado y explicado los cuatro niveles de pecado, de peor a menos malo:

  1. Rebeldía
  2. Comodidad
  3. Ignorancia
  4. Error

Podemos ver un enorme paralelismo con los que opinan desfavorablemente al respecto de Israel, en sus acciones medidas y limitadas de defensa y resguardo de su población.
Tenemos así cuatro categorías de “opinólogos” que agreden a Israel, a los judíos, cuando tienen el “descaro” de defenderse:

  1. Los que odian a Israel y a los judíos.
    Para estas personas  todo lo que hizo, hará y hace Israel es negativo, nefasto, criminal, genocida, aberrante, diabólico, imperialista, y cualquier epíteto que demonice a Israel y le niegue sus derechos.
    Encontrarán cualquier justificativo para censurar a a Israel y evidenciar que no tiene el derecho a la existencia, a la seguridad, a la integridad, a la paz.
    Pondrán al agresor, terroristas del imperio árabe-musulmán por ejemplo, al mismo nivel moral de Israel, que es la víctima. Las agresiones violentas de los terroristas, que atacan civiles indiscriminadamente y se escudan cobardemente detrás de niños y enfermos, con las respuestas mesuradas y calibradas de un ejército profesional y que se rige con altos códigos de conducta y de acuerdo a las convenciones internacionales.
    Inventarán acusaciones, basados en sus opiniones, en sus “altos” valores morales, en sus creencias, para omitir la existencia de agresiones en contra de Israel y por consiguiente prohibir que los judíos tengan oportunidad para la defensa.
    Es interesante que si les preguntan que es el “M23” y qué está pasando con ellos, no tengan ni idea; pero mágicamente son expertos en la situación de los “pobres refugiados palestinos y el ogro imperialista de Israel”. Es evidente que no levantan ni un dedo para defender a las centenas de víctimas diarias en las mascares en Siria, por poner uno de decenas de ejemplos, pero están activos a más no poder para negar a Israel el derecho a defenderse de una constante agresión. Sí, son muy humanistas y pacifistas, de boca para afuera, siempre y cuando sea excusa para atacar a los judíos y al Estado judío.
    En resumen, el EGO en su más violenta y descarada expresión. Pero casi siempre, y como buen derivado del EGO, se disfrazara de pacifismo, humanismo, lucha por la justicia, los pobres “refugiados”, etc.
  2. Los que encuentran algún beneficio el agredir a Israel.
    Entre estos seguramente que se encuentra muchos de los medios masivos de des-información, agentes políticos que prefieren desviar la atención hacia Israel en lugar de en los problemas locales, los que reconocen que el mercado potencial de mil quinientos millones de consumidores del imperio árabe musulmán es más jugoso que el modestísimo mercado de solo catorce millones de judíos en todo el mundo.
    Para estas personas, los acomodaticios, los interesados, no importa quién es víctima y quién agresor, ni derechos, ni justicia, ni paz. Lo único que importa es obtener algún tipo de rédito, material, cultural, emocional, político, lo que fuera.
    Otros cómodos son los que pudiendo hacer algo a favor de la paz, se rehúsan con excusas, negándose a ser participantes en la construcción de Shalom.
    Por supuesto, detrás está el EGO, manipulando, acaparando, instilando medio. Siempre el EGO.
  3. Los que se dejan llevar por lo que consumen en medios masivos de des-información, los que siguen la corriente generada por aquellos que odian y son activos en propalar su odio y usan a los interesados para sus fines.
    Estos son ignorantes, pero activamente persisten en su ignorancia. Pudiendo encontrar material de esclarecimiento, poco y escaso, pero existente, se mantienen en su ignorancia que agrede a Israel y le niega sus derechos. En este caso caso ya puede estarse en una situación límite con la comodidad, porque es más cómodo ser parte de la masa que opina violentamente, pero con apariencia pacifista, que ponerse a investigar seriamente, a conciencia, sacando el prejuicio y el odio ancestral.
    No estudian, creen por fe, en lo que escucharon, en lo que muchos repiten, en lo que les parece, en lo que suponen, porque les cuesta salir de su EGO.
  4. Los que han hecho un esfuerzo por conocer, por descubrir motivos, por reconocer las facetas de los que están involucrados, pero finalmente han equivocado honestamente sus conclusiones.

Es hora de evaluar en cuál de estas categorías te encuentras tú.