En una semana perdí más de dos días de esperas dentro de aeropuertos, incómodos, inhumanos, siniestros, desinformados, que te maltratan de todas las maneras inimaginables.
Dos preciosos días perdidos en esperas infértiles, aunque uno trate de hacer algo positivo en medio de tanta oscuridad.
Sin embargo, se soportan con optimismo estos dos días miserables si a través de ellos se benefician y crecen mis amigos y hermanos noájidas que he visitado.
Porque a lo largo de una semana y pico he visto a gente que ya había conocido, y repetía un y otra vez lo mismo:
te ves más feliz, no pareces preocupado, tu cara no muestra tensiones, qué hiciste que estás más joven…
Pues, ciertamente que he notado cambios impresionantes en estos pioneros del renacer noájico en América.
Los veo, y están realmente, más libres, más independientes, más constructores de Shalom, más armoniosos, más amistosos, más sinceros, más maduros, más sanos, más fieles al Eterno… más siendo lo que son: personas.
Rompieron las sucias y pesadas cadenas de la idolatría, con toda la mentira, confusión, caos, enfermedad, opresión,
malicia, maldición, rencor, etc. que conlleva.
Ahora saben que son personas y procuran actuar como tal a cada momento, porque son Hijos del Eterno,
y omo tales se deben comportar.
Me alegró reencontrarme con José Linares y su familia, con José Ramírez y los suyo, con Alfredo Zambrano,
con el querídisimo Roberto Ferreira su señora e hija, con todos los demás (recuerde sus nombres o no).
Me alegró verlos bien, benditos, de bendición para otros.
Me alegró conocer gente nueva, que retorna a la Buena Senda, y a otros que conocía virtualmente, como Mario Hinestroza y su familia, así como la gente de Porlamar.
Me alegró encontrar nuevos amigos, los de Barlovento por ejemplo (Freddy Colmenars a la cabeza, junto con su señora y compañeros), o gente de Cordero, o de otros lados de Venezuela que se me escapa el nombre de la localidad.
Me alegró saber que renacerá FULVIDA en Caracas y en Maracaibo.
Me alegró saber que la gente está trabajando, con ganas de seguir, porque por fin se han encontrado y han encontrado el abrazo con el Padre Celestial, sin complicaciones, sin complejos.
Así pues, sigo sentado enmoheciéndome en el aeropuerto de Sao Paulo, me quedan muchas horas más de espera y luego de viaje, y luego tratar de encontrar a la familia y tiempo para descansar y seguir trabajando…
Sigamos trabajando todos, los que están mencionados y los que no.
Llevemos a cabo el diezmo de todas las ideas y proyectos que manejamos en estos días, y para el año que viene
habrá más buenas novedades para los fieles del Eterno, para los gentiles justos.
Aunque tenga que perder nuevamente un par de días en aeropuertos, aunque me aleje de mi señora e hijos por unos días,
aunque no se encuentre mucho producto apto para mi alimentación, SIGAMOS SIENDO CONSTRUCTORES DE SHALOM.
Así, el año próximo, o antes si D. quiere, viajaré a Venezuela y a otras partes, EUA, México, Colombia, adonde el
Eterno guíe mis pasos y los pasajes en Clase Ejecutiva me alcancen… (esto último es chiste, pero con mi altura y peso viajo mejor en esa sección del avión).
Dos días perdidos, pero tengo la convicción de que serán bien ganados Allá, y muchos compartirán la buena LUZ por esto.
A seguir gozando de lo permitido, a seguir siendo constructores de SHALOM… y gracias a todos los que participaron,
ayudaron, apoyaron, alentaron, compartieron, fueron parte de esto tan enorme y bueno que se está desarrollando y sin pausas.