El dí­a de América, un dí­a para seguir uniéndonos

Un día como hoy hace ya 514 años ocurrió un hecho sin precedentes, un hecho que nos haría dar el paso más grande de la historia, un hecho donde se vieron involucrados cientos de miles de personas que hicieron y ayudaron a hacer al mundo un lugar propicio para que el hombre creciera y al fin se hiciera hombre.

Por muchos años, milenios antes del encuentro maravilloso de Oriente y Occidente, los seres humanos vivían aislados entre si, enemistados entre si, bajo una percepción del mundo que no les permitía apreciar al otro, lo llaman muchos: la razón primera, donde el etnocentrismo predominaba, donde el beneficio entre culturas estaba sometido a la usurpación por las fuerzas, donde se instigaba a la erradicación de etnias, de culturas.

Tanto predominó esta forma de ver al mundo que entonces lo llevaron al quiebre, durante mil años el mundo permaneció dormido, embelezado en una forma de percibir su entorno aún más apegada al círculo que lo rodeaba, hasta tal punto demostraban la apatía por conocer a otros que pensaban que en el horizonte se acababa el mundo.

Un resurgimiento de la vida ocurrió a finales de ese milenio de oscuridad, donde muy pocos veían luz, donde un Pueblo llevó la luz a dondequiera que fue; tal evolución en las mentes de muchos, coadyuvados por la necesidad imperiosa de sobrevivir a la usura de un pueblo que pretendía erradicar con el mundo por las vías del ventajismo más cruel permitió que dos países fuesen los pioneros en tejer la historia futura, cuáles parcas se lanzaron al mar los Reinos ibéricos, algunos no les dan todo el crédito a ellos, pero al final no importa quién descubriera a quien, el hecho relevante, notorio y que generó la evolución de la raza humana fue el encuentro y posterior aportación mutua de bienes, tanto materiales como esenciales.

Aunque debamos lamentar que la codicia haya imperado en tan admirable acontecimiento, no debemos dejar que esto opaque los resultados que trajo como consecuencia, cien años después de la Alianza entre las culturas de América y Europa, en la cual se vio envuelta África, había tal nivel de sincretismo social que era humanamente imposible apartar del léxico de un ibérico la palabra chocolate, y de un cacique americano la palabra castellana.

Dicen que los cambios duelen, y los procesos de conquista y colonización de nuestra América fueron como la etapa de adolescencia, muy dolorosa, signada por la rebeldía, las ansias de figurar, la codicia, los choques emocionales, las dualidades de amor-odio.

La generación que surgió de la colonización nació para darle un nuevo matiz a la que ahora consideraban su patria, una patria salida del sentimiento de unidad continental que se fomentó en nuestra América, no habíamos dejado de ser europeos, no habíamos dejado de ser indígenas, había en nosotros parte de un continente sometido a participar de nuestra alianza, había incluso para esta época mucho de otros pueblos, que con la misma suerte que corrieron los africanos fueron despertados a la fuerza para que entraran en el prodigioso baile que daría como resultado una armonía de culturas sin igual en la historia.

Hoy es un día para festejar el milagro de América, hoy es un día para sentirnos orgullosos de ser Americanos, para sentirnos orgullosos de ser Humanos y de haber dado y recibido de nosotros mismos para convertirnos en un mundo que al fin esta listo para afrontar la vida con una conciencia adulta.

¡Festejemos el día de América y los pueblos del Mundo!

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