Resp. 46 – Bendiciendo el matrimonio

Shalom moré.
Lidero un grupo de noajidas quienes me han pedido que les bendiga su matrimonio. El enlace lo celebra el Juez de Paz, pero igualmente ellos me han pedido algun aspecto espiritual. Le agradezco si puede hacerme llegar alguna idea.
Venezuela 

Shalom,
«¡Bendito el que viene en el nombre del Eterno!» (Tehilim / Salmos 118:26).
Bienvenido y gracias por enviarnos su interesante misiva.

Los noájidas no deben inventar ritos religiosos, ni consagrar fechas espirituales, pues deben ser sencillos e í­­ntegros ante el Eterno.
La boda se consagra como usted ha mencionado, a través de los procedimientos civiles de cada paí­­s o Estado.
Pero, es agradable saber que hay parejas de noájidas que no solamente se desposan, sino que además buscan la bendición desde lo Alto para sus vidas y la de la novel familia.
Le aseguro que la mejor bendición que pueden obtener es la de andar por las sendas del Eterno, que Él con Amor les ha dado como noájidas. Si actúan con fidelidad y nobleza en lo que refiere a los mandamientos para noájidas, estarán construyendo indudablemente un hogar de hijos y socios del Padre celestial.
Esta idea es oportuno que fuera mencionada al momento de la ceremonia de carácter espiritual noájida que celebrarán, con la ayuda de Dios.
Que comprenda la joven pareja que su vida depende del Eterno, y que su gozo se sustenta en sus actos, no en fe, dogmas o rituales carentes de sentido.

Ahora bien, para no innovar, y por tanto para preservarnos del error, les sugiero lo siguiente.

Luego de realizado el matrimonio civil, que la pareja con sus invitados se reúnan en algún salón, puede ser el de vuestra filial de FULVIDA, si cuenta con el espacio y equipamiento idóneo, o en un salón de fiesta, o simplemente en un hogar.
Allí­­ el oficiante dirá unas palabras introductorias, haciendo hincapié en lo que hemos instruí­­do más arriba.
Luego el novio dará a su novia un anillo, y si lo desean ella puede entregar otro a él.
En el momento de entregar el anillo, el novio dirá: «Te desposo«.
Y la novia dirá: «Yo soy de mi amado, y mi amado es para mí­­«.
Y los congregados dirán: «Sea voluntad del Eterno que formen un hogar de vida, bendición, verdad, justicia, amor, fidelidad, respeto, prosperidad y paz; que anden a la Luz de los mandamientos noájicos«.
Luego el oficiante puede decir las siguientes bendiciones:

«Bendito seas Tú, Eterno Dios nuestro, Rey del universo, que todo lo creaste para Tu gloria.

Bendito seas Tú, Eterno Dios nuestro, Rey del universo, creador del hombre.

Haz que se alegre esta pareja que se ama, como alegraste a Tus criaturas en el jardí­­n del Eden, en el comienzo de los tiempos. Bendito seas Tú, Eterno, que das alegrí­­a al novio y a la novia.»

Debe quedar claro que la bendición NO es del oficiante, sino que proviene del Eterno. El oficiante solamente transmite el deseo de la comunidad de noájidas para que la pareja reciba plenitud en su bendición.

Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar.

Iebarejejá H’ – Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom.

Moré Yehuda Ribco

 

Para enviarnos sus consultas, preste atención a las reglas de nuestro sitio, léalas haciendo clic aquí­­.

Technorati Tags:

Deja una respuesta