La poderosa verdad

¿Cómo sabemos que los profetas mencionados en el Tanaj fueron realmente profetas?
¿Alguna vez te lo preguntaste?
¿Cómo sabes que Isaí­­as, Ezequiel, Jeremí­­as, Amós, Jonás por mencionarte algunos, fueron realmente profetas del Eterno y sus palabras expresan un mensaje celestial?

La respuesta es muy simple.
Porque las autoridades rabí­­nicas de su época los aceptaron en su rol profético, guardaron como tesoros sus palabras, y las compilaron con amor y reverencia en el Tanaj.

Hubo centenas de falsos profetas, de aspirantes a profetas, de tontos y locos que deliraban con que eran profetas, profetas de dioses falsos… hubo centenas de esos, y ninguno pasó el riguroso filtro de las autoridades rabí­­nicas de su época.
Todos los que no eran emisarios del Altí­­simo, pero que se auto-proclamaban profetas, fueron excluí­­dos de ser parte de la Tradición y del Tanaj.
Sabemos que existieron, algunos de sos tristes personajes son denunciados en algunos pasajes de nuestro santo Tanaj, pero nadie que desee permanecer en el redil de los fieles da crédito a sus nefastas prédicas.

Es tal como te digo, ¿no?
Puedes revisar el Tanaj y me darás la razón, si eres sincero y objetivo.

Ahora, yo te pregunto, y debes ser sincero nuevamente: ¿Jesús, Pedro, Pablo y el club de timadores y delirantes que eran de su grey, alguna vez fueron aceptados o admitidos como profetas por las mismas autoridades que declararon como verdaderos profetas a Isaí­­as, Ezequiel, etc.?
Sabes la respuesta: nunca fueron admitidos como profetas de Dios, pues no pasaron los estrictos e inmutables filtros.
Fracasaron en todos sus intentos por hacerse pasar por mensajeros de Dios y los santos varones que debí­­an probarlos los declararon claramente como lo que eran: rebeldes en contra de Dios, estafadores, profetas de perdición, apóstatas o pobre gente que no estaba en sus cabales.

Esa es la poderosa verdad con respecto a estos personajes oscuros.

Ahora bien, si tú te guí­­as por profecí­­as contenidas en el Tanaj (al que enfermizamente llaman «antiguo testamento»), y consideras profetas a aquellos que los sabios rabinos judí­­os han declarado que ciertamente eran profetas… ¿puedes tener el atrevimiento de decir que estos sabios judí­­os se equivocaron con respecto a todos los cabecillas de la religión ajena que adora a un supuesto crucificado?
Porque si estos sabios no tení­­an la capacidad de darse cuenta de que Jesús y su club eran falsos profetas, promotores de la idolatrí­­a e inmoralidad, tampoco tení­­an la capacidad para declarar como verdaderos profetas a Isaí­­as y toda la corte de santas personas elogiadas como mensajeros verdaderos de Dios.
¿Entiendes?

Por tanto, debes aceptar que Jesús y su club son lo que los sabios han indicado: falsos y rebeldes;
porque si no aceptas esta poderosa verdad,
debes declarar que no hubo ningún profeta válido.
Y si no hay profetas válidos, porque los sabios no tienen discernimiento… ¿en que supuestas profecí­­as del Tanaj se basan los misioneros para seguir reclamando superioridad para Jesús?

Por donde lo veas, si eres libre, si usas tu intelecto, si no te dejas dominar, si no eres esclavo de otros o de tus emociones, solamenete puede declarar: los profetas del Tanaj son verdaderos,
Jesús y su clan son promotores del mal.

Meditalo con calma, sin pasiones, sin declarar eslóganes, sin enojos… medí­­talo con la vara de la verdad en tu mano…

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