Estimado More. buen día le saludo una vez más, tengo una pregunta un tanto intrigante para mi
1- ¿Qué tan cierto es que la Torah permite a los gentiles creer en otras cosas?
2- Le comento, hable con un judio y me dio esta referencia de la Torah
«o no sea que alces tus ojos a los cielos y veas el sol, y la luna, y las estrellas, con todo el ejército de los cielos, y seas impulsado a postrarte ante ellos y darles culto; cosas que el Eterno, tu Dios, destinó para alumbrar a todos los pueblos que hay» (Devarim / Deuteronomio 4:19)
Él me dijo que según este versiculo, al gentil le está permitido creer un sin fin de cosas, ¿será esto posible a la luz de éste versiculo?
Saludos Cordiales
Miguel de León
Bienvenido y gracias por enviarnos su interesante misiva.
Antes de responder a sus dos preguntas, una advertencia.
Que una persona sea judía no quiere decir que tenga conocimiento de Torá, ni que tenga capacidad como para enseñar de la misma. Mucho menos para determinar reglamentos. De hecho, la mayoría de los judíos de la actualidad no son conocedores de Torá.
Por otra parte, incluso aquellos que tienen algún conocimiento suelen ser ignorantes en lo que respecta a la legislación correspondiente para los noájidas. Pueden ser expertos en custiones de Torá, saber mucho de midrash y halajá, y sin embargo no tener en claro los principios y reglamentos que corresponden a los noájidas. Cuando los que tienen buena voluntad no cuentan con claridad de concepto, el resultado puede ser muy negativo.
Por tanto, no acepte cualquier consejo o enseñanza, aunque provenga de una persona (supuestamente) judía; solamente admita las que le den maestros de Torá o rabinos, que sustenten sus palabras con citas de las sagradas fuentes y que estén conscientes de los preceptos y reglamentos para los noájidas.
1- Dios con claridad ha ordenado a los noájidas que solamente lo sirvan a Él y que no blasfemen.
No es lícito para el noájida creer en deidades ajenas a Él.
El noájida que pone su fe en deidades o emisarios celestiales, está incurriendo en un grave pecado.
Debe estudiar y profundizar en el conocimiento de este texto.
Recordemos que, de acuerdo a algunas autoridades, en escasas circunstancias podría ser tolerable que un noájida crea en alguna fuerza «asociada» al Eterno.
Pero, para los noájidas actuales que están informados y tienen acceso a la guía espiritual apropiada, no es lícito que crean en fuerzas «asociadas».
Por tanto, el gentil moderno que atribuye divinidad a los astros, o a cualquier otra entidad que no sea el Padre Celestial, está pecando y poniendo en serio riesgo su esencia espiritual.
Era comprensible que para ciertas naciones de antaño, que habían quebrado su tradición noájica y no tenían conciencia de su existencia ni de su identidad espiritual, buscaron al Eterno
por medio de «asociados» (ángeles, ídolos, astros, etc.).
Es comprensible pero no era el camino, ni lo que el Eterno había decretado para ellos.
Pero, esto era comprensible en el pasado, no en nuestra época cuando el monoteísmo es conocido y difundido y la unicidad del Eterno proclamada abiertamente.
2- El versículo en cuestión es claramente explicado en la Tradición Oral, que no está disponible para estudio del noájida, pero que sí debe ser parte del arsenal cultural y formativo del judío. (Su amigo, supuestamente judío, debiera tener la prudencia de indagar un poco en las fuentes legales ANTES de emitir opiniones licenciosas, que provocan dudas, malestar y son incitaciones provocativas hacia la rebelión contra del Eterno).
Me remito a las palabras del excelentísimo Rashi que explica el versículo de la siguiente manera: «… de ninguna manera debe el hombre convertirlos en objetos de culto, como la idolatría o la astrología. Cada pueblo decidirá si desea usar la bendición de la luz de los astros y luminarias para el desarrollo de sus vidas, controlando y sometiendo las fuerzas físicas que estos representan, o si van a someterse a ellas, esclavizando sus mentes y su razón para creer en su falsa divinidad«.
Son palabras simples de comprender, pero las resumo.
Si los pueblos prefieren el camino de la estupidez, harán de los astros y cuerpos celestes sus dioses, inventarán dogmas y doctrinas, seguirán las sendas de los astrólogos.
Si los pueblos prefieren el camino de la cordura recta, emplearán los cuerpos celestes de modo racional, para beneficio del individuo y la sociedad.
Desgraciadamente sabemos que en el pasado la mayoría de los pueblos no escogieron la cordura y la rectitud, se abandonaron a sus tontas supersticiones, adoraron planetas y estrellas, y condujeron sus vidas de acuerdo a doctrinas vacías de inteligencia y llenas de maldición.
Ciertamente, eso no es lo que el Eterno dicta para Sus hijos noájidas.
El príncipe de los sabios, Maimónides, expresa al respecto: «… los cuerpos celestes que el Eterno ha destinado para que gobiernen a las criaturas y no para que sean adorados» (Guía de los Perplejos, 2:5).
Nuevamente el sentido es claro. El sol, la luna, los planetas, etc., están allí cumpliendo una función que afecta en mayor o menor medida nuestras vidas. Estaciones, calor, mareas, etc. Los prudentes los emplean para beneficio. Los extraviados creen que son dioses y les rinden culto.
¿Queda claro que el versículo de ninguna manera habilita al noájida a perderse detrás de la rebelión y necedad que es la idolatría, en cualquiera de sus aspectos?
Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar.
Dios te bendiga, y que podamos ser constructores de Shalom.
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