Desarrollando tu propia técnica

Hace un par de días tuve el agrado de almorzar con un amigo a quien no veía desde hacía un tiempo. El almuerzo fue refrescante porque él es una gran persona y se aprende mucho cuando se conversa con él. Me dejó una enseñanza que deseo compartir contigo.
Hace muchos años en la China de las dinastías, había un sabio que era instructor de artes marciales y tenía su propia academia. En ella enseñaba a los mejores prospectos de todo el imperio y durante muchos años de entrenarlos les transmitía todo su conocimiento.

Llegó el día en que el maestro consideró que sus alumnos estaban listos para graduarse y que habían adquirido todo el conocimiento que él les pasó. Así que los reunió a todos y les hizo saber la nueva y les dijo que ya estaban listos para comenzar a fundar sus propias academias y establecerse a través de todo el imperio y transmitirle sus conocimientos a nuevos pupilos.

Los alumnos comprendieron el mensaje y se marcharon. Al cabo de un tiempo uno de ellos se dijo a sí mismo:

“Cómo es que ese viejo se las da de sabiondo y me viene a decir a mí, un hombre mucho más joven que él, que me gradúa cuando él casi ni se mueve?”

Y así la mente de este pupilo dio vueltas y vueltas hasta que ya su ego ya no pudo más y el recién graduado se echó a la marcha y partió rumbo a la academia de su maestro. Después de una ardua jornada, el muchacho cruzó la entrada y se encontró a su maestro meditando y con voz altanera le dijo al anciano:

“Te reto a una pelea”.

El anciano se quedó anonadado y le dijo:

“Me retas a una pelea? Qué no ves lo viejo que soy y en cambio tú eres un joven?”

El muchacho, completamente elevado por su ego le dijo:

“Ya ves? Eres un viejo decrépito y enclenque!. No entiendo cómo es que siquiera te atreves a enseñarnos de artes marciales cuando ni siquiera te puedes mover.

El maestro se le quedó viendo y le dijo:

“Está bien, si así lo quieres, pelearemos”.

Con gran dificultad el anciano se levantó y su pupilo no desperdició instante y se lanzó contra el anciano, pero éste en un brusco movimiento lo tiró al suelo y cuando ya estaba listo para darle el toque de la muerte paró a centímetros del corazón de su pupilo, quien yacía en el suelo sudoroso y pálido y le preguntó al viejo:

“No lo entiendo, cómo es que si eres más viejo que yo y nos has pasado todo tu conocimiento, porque me consta que así fue durante todos estos años, vas a ganarme con los mismos movimientos que vimos ejecutar una y otra vez?”

El anciano se levantó del suelo y le dijo al pupilo:

“Tienes toda la razón, durante todos estos años no escatimé en pasarte mi conocimiento, es más, te lo pasé todo, pero has cometido un grave error, tienes el conocimiento pero no la técnica. Al no haber desarrollado tu propia técnica, el conocimiento se ha quedado inerte”.
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Ahora que te he compartido esta enseñanza de mi querido amigo te hago una pregunta y te dejo el espacio de los comentarios para que me contestes, cómo se puede aplicar esta enseñanza al noajismo? Quedo a la espera de tus respuestas.

6 comentarios sobre “Desarrollando tu propia técnica”

  1. Saludos amigo Felipe

    Yo lo veo sencillo, pues si bien todos bebemos de la misma fuente de conocimiento, cada cual con nuestras experiencias diarias, totalmente distintas entre si, nos permiten desarrollar nuestra propia técnica para llevar a cabo nuestra vida, siempre respetando aquello que aprendimos de la misma fuente.

    Un abrazo

    1. Excelente respuesta Jorge, ahora te hago una pregunta, por qué tiene que haber distintas técnicas? No sería más sencillo que fuera solo una para todos?

      Abrazo.

      1. En mi humilde opinión, asi es, la técnica es la misma para todos, pues todos venimos de la misma fuente, y somos nosotros como individuos quienes a través de nuestras experiencias las hacemos ligeramente distintas.

        Todos tenemos muy claro por ejemplo, los 7 preceptos, y los cumplimos, los respetamos, los enseñamos, lo único que cambia es nuestra forma de vivirlos, porque mis experiencias diarias como paramédico son muy diferentes a como pueden vivirlo por ejemplo, un bróker de bolsa.

        Aun llevando a rajatabla lo que aprendemos, la forma de vivrlo es lo que hace la diferencia.

        No se si me he sabido explicar bien, por favor, disculpadme si es asi.

        Un abrazo

  2. Muchas gracias por el comentario. Siendo paramédico estás muy cercano a situaciones a los que un corredor de bolsa normalmente no las estaría simplemente por los contextos en que uno y otro se desenvuelven. Cómo aplicás los Siete Mandamientos en tu profesión?

    Un abrazo

  3. Lo hago sin diferencia al resto de facetas de mi vida. Siempre trato de ser justo, incluso en situaciones limite, creo que el secreto esta en no darse por vencido, y por ello he sufrido algun que otro percance en la vida, tanto en general como enel ambito laboral. No darse por vencido no significa imponer mi voluntad, si no mas bien el no rendirme ante la adversidad y sobre todo, no traicionar mi integridad.

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