Depende de nosotros

En un artículo reciente me referí a  la voz interior que nos habla siempre y  marca en buena medida nuestros reflejos. Somos responsables por el programa que, activo en nuestra cabeza, dirige esa voz. Podemos introducir software de optimización,  de justicia, de caridad, etc. y también podemos meter virus de rudeza, de idolatría, de blasfemia, etc. ¿Ha usado un computador comprado de paquete? ¿Qué es más fácil de instalar –  un software o un virus?

Para empezar un buen software usualmente requiere una inversión monetaria en tanto que los virus por lo regular son gratis. Por otro lado, para que uno pueda usar el software usualmente se requiere trabajo, se tiene que leer alguna ayuda o guía de usuario. Los virus, en cambio, trabajan solos.

¿Intuye por dónde viene el paralelo?

Para  que nuestra voz interior nos hable asiduamente de justicia o bondad tiene que haber una inversión vestida, por ejemplo, de instrucción de padres a hijos, motivación escolar de  valores o trabajo y estudio propios – esto es tenemos que hacer funcionar nuestro instinto hacia el bien. Por otro lado, para que nuestra voz interior se programe de  rudeza o altanería o pasiones incontroladas no más tenemos que ceder a nuestro instinto hacia el mal.

Ahora bien,  no es suficiente con tener intención si no hay conocimiento. Hoy en día mucha gente está sinceramente preocupada por los  niveles de pobreza y miseria que padece (por culpa propia) una buena porción de Latinoamérica y no dudaría en eliminar la propiedad privada con tal de "distribuir la riqueza".  Pero esto es robar… Pero cuando uno se instruye de un buen maestro, las cosas parecen aclararse: justicia no es lo mismo que igualdad. Si se aplicara el principio de igualdad a raja tabla, no deberían haber entradas preferenciales y apropiadas para discapacitados en los edificios y oficinas públicas. ¿Se entiende la idea?  

Es la Torá con las explicaciones rabínicas la fuente más preciosa de conocimiento práctico, valores morales y éticos diseñados por el Creador para mejorar nuestra vida y, via nuestro cumplimiento, para mejorar el mundo y hacerlo un lugar más acogedor: "Busca y Revisa en la Torá ya que absolutamente todo está en ella".

Volviendo a las computadoras…   Obviamente un computador no funciona nada bien si no tiene un buen sistema operativo instalado pues este guía el comportamiento de todo el PC. Para los gentiles o no-judíos el sistema operativo consiste en el Código Noájida – las Siete Leyes de los Hijos de Noé. Tenemos que aprender sobre su funcionamiento, aplicar tal conocimiento y buscar aprender más – para aplicar más… Luego, como es natural, buscaremos adicionar más software a nuestra observancia.

Uno escoge que software adicional instala o no en el computador y uno decide si vale o no la pena invertir en software antivirus, antipirata, etc.
Depende de nosotros el buscar mejorar constantemente nuestra felicidad.
 Depende de nosotros buscar acercarnos cada vez más a nuestro Hacedor.
Dios nos da la oportunidad y si nos esforzamos recibimos ayuda de la Providencia Dívina – que "trabaja tras bastidores"…
Depende de nosotros. 

 

 

 

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