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Nuestro tiempo

” El tiempo es oro”, reza un viejo dicho y quizás lo sea entendido de manera metafórica. Aunque si lo piensas bien, tu tiempo, el mío, el de quienes nos rodean, vale infinitamente más que el oro.

Tu tiempo, el nuestro, es tiempo de vida y vida, que sepamos con certeza, solo hay una.

Puede que haya otra existencia, reencarnación, otros planos o puede que no. Eso entra en la especulación o en todo caso está más allá de nuestro entendimiento.

Hoy estamos aquí, en esta realidad, en este mundo.

Tu tiempo es ahora y lo único seguro y sobre lo que puedes actuar es el momento presente; este preciso instante en el que lees estas líneas, en el que se te agolpan las ideas, en el que estas de acuerdo o en desacuerdo con lo que escribo. Ahora que llenas tus pulmones de aire y oyes los sonidos que te rodean, ahora que puedes interactuar con tu entorno.

Para hacer o dejar de hacer, para aprovecharlo o para derrocharlo. Este es tu momento.

Es ahora cuando tienes la oportunidad de actuar sobre el mundo, sobre las personas.

El antes, ya pasó y el después es incierto.

Como dijo Benjamin Franklin,   “Un hoy vale por dos mañanas”

¿Ves el enorme potencial que cada instante tiene en si mismo y que está ahí, esperando a que lo recojas a que te decidas  a usarlo?

¿Entiendes que el mundo no va a cambiar por si solo y que el rumbo que tome dependerá de nuestras acciones?

¿A que esperas para corregir lo que ves mal si está a tu alcance el hacerlo? ¿Cuándo será buen momento para reparar injusticias y ayudar y compartir y disfrutar?, ¿para realizar esa idea que te ronda desde hace mucho en tu cabeza?

Hay mucho por donde empezar; tus padres, tus hermanos, tus vecinos, tus amigos, tus compañeros…la humanidad, el mundo.

Y ahora que ya has comenzado (o no) ten presente esta máxima:

” Tan a destiempo llega el que va demasiado deprisa como el que se retrasa demasiado”

William Shakespeare 

Simplemente miedo

Vivir con miedo, con desasosiego, con inseguridad. Podríamos pensar que es un mal de nuestra época pero es algo intemporal.

El ser humano vive con temor por que todo es incierto a nuestro alrededor, lo ha sido siempre, ahora y antes. Con mejores épocas o con peores pero siempre con incertidumbre.

¿Que hacer cuando no se sabe que hacer?

Guerras, crisis, enfermedades, hambre, ¿quién sabe que más?

En los medios de comunicación se transmite miedo y manipulación… pero tampoco eso es nuevo.

La gente, la masa, vivimos como podemos… o como queremos en la medida de lo que es posible.

Cada día nos bombardean con una andanada; más paro, más deuda, más impuestos…menos humanidad.

Nos atemorizamos, quizás nos deprimamos pero sobre todo y en la mayoría de los casos nos paralizamos. Al no saber que hacer, no hacemos nada.

Cuando todo va mal, no hacer nada puede ser igual a dejar que todo siga igual; que todo vaya a peor.

El pensar que en general “hacen lo que quieren”, “nos manejan como quieren”, y nuevamente el “no podemos hacer nada”, es el primer paso a despersonalizar muchos problemas concretos y conjuntarlos como una masa ingente e incontrolable y por lo tanto justificarnos a permanecer en la inactividad caminando a la deriva y siguiendo el rumbo que otros marcan para nuestras vidas.

¿Vivimos con miedo?, ¿con temores? No con un terror visceral, más bien con desasosiego, con intranquilidad permanente, con sensación de impotencia.

Pensemos un momento, ¿Quiénes son ellos? Los que manipulan, los que nos dirigen, los que marcan tu vida.

Pensemos… “ellos” son en realidad “nosotros”.

Nosotros manipulamos, nosotros robamos, nosotros mentimos, nosotros nos desentendemos de los demás, de los que necesitan ayuda, de los que van perdidos y sin rumbo. Cuando digo nosotros, no quiero decir tú (que estas leyendo estas líneas), entiéndase de una forma amplia “nosotros” como esa masa de la cual formamos parte.

 

Cuando se camina en pos del egoísmo, el resultado es dolor. Para uno o para los demás.

 

El que sean los grandes dirigentes o lo haga el vecino o el tendero o quienquiera que sea, no es más que una cuestión de oportunidad y por lo tanto de mayor o menor alcance, con más o con menos implicados.

Por ejemplo, si fumo en una habitación con tres personas, perjudicaré a menos que si fumo en un salón con cincuenta personas. Y si esas cincuenta fuman en un cuarto ¿os imagináis cuanto humo?

¿Cuál sería ciertamente el acto que provocaría el mal?

 

La incertidumbre que al principio mencionaba sobre la causa de la mayoría de nuestras preocupaciones es en realidad algo maravilloso. Es el marco para que gocemos de algo tan extraordinario como  el libre albedrío.

Para que podamos tomar nuestras decisiones y moldear la realidad acorde con lo que debe de ser.

 

Para nuestros desvelos y ansiedades también hay cura, es sencilla. Hacer lo correcto.

 

Cuando haces lo correcto y eres consciente de ello, acallas ese rumor producido por el deambular de ideas difusas, de incertidumbres y titubeos.

Dejas de ser una “masa” y te conviertes en un individuo.

¿Hacer lo correcto?

Seguir las Leyes que nos dio el Eterno, construir Shalom, disfrutar del regalo de vivir cada día y saber agradecerlo y compartirlo.

 

¿Quiere eso decir que entonces no tendrás más miedos y temores?, no. Los tendrás por que es lo normal. Pero sabrás qué hacer, hacia donde caminar, no te sentirás perdido.

 

Mientras otros desperdician su tiempo, su momento, en conflictos sin solución, en cavilaciones eternas, en problemas fútiles, en objetivos equivocados, en temores infundados o incontrolables, en creencias imaginarias,  tu tienes la gran oportunidad de marcar el ritmo.

 

Sabes que lo primero es lo primero, sabes el orden de las cosas, tienes el recuadro para enmarcar tu vida. Ahora depende de ti seguirlo, en todo, en parte, o en nada. Esa es tu decisión… pero conoces el sendero que te deja ver la luz y alumbrar a los demás.

 

Aprovecha tu oportunidad de convertirte en la letra de una estrofa memorable en esta gran Obra.

 

 

 

 

 

 

Sobre la mentira y el mundo

“La primera de las grandes fuerzas que mueven el mundo es la mentira”

–         Jean- Françoise Revel (en su obra: El conocimiento inútil)

 

Hace unos días me encontré por casualidad (o no) con esta aseveración.

Sé que se ha escrito mucho aquí sobre la mentira y no me voy a extender.

Solo quiero dejaros la cita reseñada y saber vuestra opinión.

 

¿Estamos de acuerdo con la afirmación?, ¿es la primera fuerza?

¿Es una fuerza más?

¿Es una fuerza?

¿Es algo inherente al ser humano en mayor o menor medida?

¿Está presente en todo o solo en las relaciones humanas?

¿Es bueno o malo que así sea?

¿Soportaríamos siempre la verdad?

¿Puede ser buena una mentira o mentir siempre es malo?

 

Os dejo con estas dudas y reflexiones así como todas las que queráis aportar al respecto

Miedo a la verdad

Hace unos meses, mantuve una conversación con un amigo.

Ya desde hacía algún tiempo, veníamos hablando sobre el Noajismo y sobre la cantidad de errores en los que se asentaba la iglesia predominante en nuestro país.

El caso es que aunque no es una persona religiosa, y por motivo de placer, estuvo de viaje en Roma y en el Vaticano, entre otros sitios.

A su vuelta, me comentaba las grandes obras de arte que había visto, los magníficos monumentos que pudo contemplar y toda la magnificencia del escenario que visitó. Pero llegado a un punto me dijo en un reproche aunque risueño:

 hay que ver, que desde que hablo contigo, ya no tengo las mismas ideas cuando veo esas imágenes y esos lugares 

 

 si quieres saber la verdad, ya conoces el camino  le respondí, refiriéndome a las Leyes para las Naciones

 

Se quedó callado un momento y tras una breve pausa me contestó;

 

 lo sé, pero me da miedo…, no quiero saber la verdad, no lo soportaría 

Esta conversación es real, y si no literal, sí es lo más aproximado a la realidad que puedo recordar.

Como veis, invita a reflexionar.

¿Por qué se puede tener miedo de la verdad?, y no os engañéis; muchas personas tienen miedo de ella.

 

Quizás porque la mentira es más cómoda, quizás porque la verdad implica responsabilidad, que demanda compromiso y el compromiso conlleva esfuerzo.

 

Puede ser porque las creencias generan unos hábitos, unas costumbres que dirigen nuestras vidas, que la dotan de una dirección, de una fuerza, de una inercia.

Fue mientras meditaba en esto que me vino a la cabeza un principio de las Leyes Físicas, la 1ª Ley de Newton o Ley de inercia de los cuerpos:

 Todo cuerpo tiende a conservar su estado de reposo o de movimiento rectilíneo y uniforme mientras no se ejerza sobre él una fuerza.

Y la  fuerza es cualquier causa capaz de vencer la inercia de los cuerpos.

Nosotros no somos cuerpos inertes, somos personas y creo que nuestra fuerza viene dada en gran medida de nuestra voluntad, pero claro, para usar esa voluntad hacen falta motivaciones y estas son algo demasiado personal.

En todo caso, he pensado mucho en las palabras de mi amigo desde entonces, y de vez en cuando me vuelven a la cabeza con una mezcla de estupor, de comprensión y en todo caso, de respeto por mi parte.

¿Qué pensáis del miedo a la verdad?

 

A la luz de las 7 Leyes

Es asombroso ver como cambia todo nuestro mundo interior y la forma en la que vemos y concebimos lo que nos rodea, cuando lo alumbramos a la luz de las 7 Leyes.

De repente todo se conforma en un nuevo escenario donde multitud de cosas que antes dábamos por sentado adquieren ahora diferentes sentidos.

En tu vida cotidiana ves que estas rodeado de figuras, tradiciones y fechas idolátricas que para la mayoría terminan convirtiéndose en muletas sin las cuales se sienten inseguros o culpables.

En muchos casos proyectan sobre estos objetos, fechas o imágenes el resultado de sus acciones o de la de otros para aquietar sus conciencias; eso trae mala suerte, irá al infierno, estoy de promesa, etc.

Observamos como la sociedad vive instaurada en una belicosa confrontación de colosal magnitud entre el bien y el mal, ambos personificados en diversas figuras e imágenes pero en cualquier caso, como si el resultado no dependiera de nuestras acciones. Como si lo que hace cada individuo fuera intrascendente.

Como si la base de los males que nos rodean no radicaran en nosotros mismos tanto por acción como por inacción, dejándonos sumidos en una, quizás buscada sensación de impotencia, en un intento de que no nos demos cuenta de que tenemos un enorme potencial para cambiar e influir en lo que está bien y lo que está mal.

Cambia la forma de entender la historia y el arte, ambos tan influenciados por misticismos diversos.

Cambia, no podía ser de otra manera, la forma de entender el cine, siempre proclive a asimilar y promover la moral imperante que por firme que nos parezca, no dejará a la postre de tornarse en algo efímero y fugaz, en breves modas pasajeras.

Nos alumbran en la mayoría de los problemas cotidianos, en el trabajo, en nuestra relación con los demás.

Aprendemos que no hay que robar, que hay que respetar lo ajeno. No porque nos vayan a pillar, sino porque es lo que Él nos ordenó.

Nos embarga la seguridad de que sin artificios, cumplimos con lo ordenado por el Creador.

Así como la luz blanca de descompone en los 7 colores del arco iris al atravesar un prisma, toda nuestra realidad adquiere nuevos matices y tonalidades al observarla a través de las 7 Leyes.

Os invito en estas líneas a que a continuación describáis  algún aspecto especial en el que ha cambiado vuestra forma de ver, entender o hacer, tras comprometeros con el cumplimiento de las Leyes para las Naciones.

ES FÁCIL

En un mundo tan influenciado por  la idolatría y por  costumbres y tradiciones relacionadas con ésta, nos puede parecer difícil comportarnos de manera acorde con el Noajismo.

Veremos que hay bautizos, comuniones, etc. que llenan casi todos los aspectos sociales de nuestro entorno y quizás muchos de nosotros nos preguntemos como lidiar con eso y qué espacio nos queda, como llenar esos vacíos.

Lo percibiremos acaso como una tarea difícil y quizás lo parezca, pero a poco que lo pienses dos veces encontrarás que es realmente fácil.

Es fácil ya que  te moverá un poderoso impulso, ¿por qué hay algún impulso que fluya con más inercia en el ser humano que la tendencia a la libertad?

Solo tienes que querer sentirte libre de las cadenas, libre de esos ritos que llaman fe, libre de esas imágenes inertes que te alejan de la verdadera vida, libre de esas costumbres que vistas en la distancia que nos otorga nuestro libre albedrío, nos parecerán  ridículas.

Cuando entendamos y comprendamos que al igual que el entorno nos influye, nosotros también lo hacemos en él, advertiremos que desde nuestra perspectiva la verdad adquiere un nuevo significado lleno de luz.

Frente a sus ceremonias y cultos, nosotros sabemos que nuestros semejantes, como nosotros, somos seres resplandecientes en esencia.

Más o menos confundidos y quizás obscurecidos por nuestras obras, por nuestras acciones, pero en esencia luminosos.

Conociendo esto tendremos claro que lo natural es que nuestras acciones persigan alcanzar la máxima luminosidad posible y prender con ella la llama que brilla en cada ser humano.

Sabremos  que lo sagrado es cumplir con las Leyes que el Eterno nos ordenó, sabremos que lo sagrado es fortalecer los vínculos con los demás; celebrar los cumpleaños de tus seres queridos, reunirte con tu familia  y amigos para una comida, para un café.

En realidad no hay vacíos.

Una ocasión especial puede ser ir al teatro, dar un paseo por un bonito parque o simplemente reír con tu gente.

Una ocasión especial es ayudar a quien lo necesita.

Una ocasión especial es estar cuando en realidad tienes que estar.

Lo sagrado es sentir la vida fluir cada segundo, cada instante y dar gracias al Creador por permitirnos disfrutar de ello.

Así que defendamos con respeto nuestros puntos de vista sin entrar en polémicas sobre  religiones que no llevan a nada. Que los demás sepan lo que pensamos y que lo respeten.

Podemos compartir nuestros escritos, hablar con sinceridad, relacionarnos. En resumen vivir cada día de manera que nuestra luz interior  deje ver a los demás las sombras que en múltiples formas los rodean y encadenan impidiéndoles desarrollar toda  su plenitud.  Que vean el albor del Noajismo  y aunque no sepan que se llama Noajismo que aprendan en nuestras obras como servir al Eterno.

Y si por el camino nos caemos…, pues nos levantamos y a seguir.

Como veis, en realidad es fácil.

 

“Donde hay voluntad hay camino”

– proverbio inglés-

¿Es difícil?

Es difícil.

Es difícil levantarse cada mañana en un país y en una región en la que todo está impregnado de idolatría.

Es difícil intentar caminar recto cuando todos tratan de desviarte. Cuando todas las costumbres, las tradiciones, las festividades, los usos y las creencias giran en torno a los principios idolátricos que confunden a tantas personas.

Cuando la mayoría de las veces, las reuniones familiares son motivadas como consecuencia de esas mismas creencias.

Cuando corres el riesgo de que las personas que te quieren y a las que quieres, te vean como alguien extremista e intransigente, no ya por impedir que ellos participen de tanta confusión, sino por no querer ser cómplice de  ello.

El caso es, que los seres humanos somos costumbristas. Incluso sin creer en una determinada creencia ni entender lo que implica o significa, nos resistiremos a alejarnos de las rutinas que ésta ha impreso en nuestro ser.

Nos da sensación de seguridad, aunque sea falsa.

Desde que somos niños crecemos haciendo caso y siguiendo las enseñanzas de nuestros mayores y de nuestro entorno. En general será ciertamente para nuestro bien, pero cuando no es así, persistiremos en el error porque es lo que nos inculcaron.

La comunidad en la que uno se desarrolla ejerce un poderoso efecto moldeador en la persona, para bien y para mal.

Remar contra corriente es verdaderamente agotador, si no imposible. El riesgo de quedar desconectado de la gente que te rodea no es algo a menospreciar ni algo deseable.

Supongo que la mayoría os identificareis con la situación descrita y cada uno a su manera habrá hecho lo posible por solucionarlo y adaptarse.

La cuestión es; ¿Cómo permanecer fieles a las 7 Leyes y a la vez no fracturar el resto de aspectos que conforman tu vida?

Creo que no hay respuesta fácil.

Quizás a veces la solución no está entre bueno y malo sino entre malo y menos malo, o dicho de otra manera, entre bueno y menos bueno.

¿Cómo llenar ese espacio social- mental- familiar que han ocupado ceremonias como bautizos, comuniones, procesiones idolátricas, etc. de una manera efectiva?

¿Y como hacerlo cuando para tu entorno y las personas más cercanas a ti, estos ritos siguen teniendo vigencia?

Este post es una reflexión abierta en la que busco sugerencias e ideas para llenar esos vacíos que antes refería  de manera acorde con el Noajismo.

En todo caso, un bombero apaga el fuego y no quiere decir que a veces no sufra quemaduras, un mecánico arregla cosas y a veces puede golpearse al reparar alguna máquina.

Si tuvieran miedo de sufrir alguna quemadura o  algún golpe, ¿podrían realizar su labor?

No nos salgamos del camino, pero si no podemos afinar en cada aspecto del mismo todo lo que desearíamos, que esto no nos impida hacerlo en lo que sea posible.

Como decía al principio; es difícil…pero para nada imposible.

 

Citando a Séneca:

“Las cosas no son difíciles, son difíciles porque no nos atrevemos”

 

Mi acercamiento al Noajismo

Hola a todos.

Aunque llevo mucho aprendiendo de este sitio hasta hoy no me decidí a escribir.

El hacerlo ahora es quizás  una muestra de implicación con la difusión del Noajismo y con vosotros.

Me gustaría relataros como fue mi acercamiento a las Siete Leyes y como su cumplimiento ha enriquecido mi vida y la de la gente más cercana aunque a veces ni ellos mismos lo perciban.

Espero que este texto ayude a las personas que son nuevas en estos conceptos o las que buscan o simplemente leen por curiosidad aunque no compartan todo lo que se dice.

 

Como muchos de vosotros supongo, me crié en idolatría y cuando pienso como acabé llegando hasta Fulvida no puedo evitar ruborizarme un poco.

Todo empezó con búsquedas puntuales de temas que no entendía, que me eran incongruentes tal y como los había aprendido o que sencillamente me intrigaban.

Buscaba sobre profecías, Apocalipsis, etc.

Buscaba argumentos que me aclarasen aspectos contradictorios de la religión que me enseñaron; celibato sacerdotal, confesión, etc.

Ante la gran cantidad de versiones y de dudas decidí como  alguno de vosotros, buscar partiendo de la fuente original, el  Judaísmo.

Como quiera que sea, el caso es que cuando buscaba acerca de cualquier duda casi indefectiblemente terminaba llegando a la misma página; que no era otra que “Serjudio.com” y allí me encontraba a un tal Yehuda Ribco (desde el afecto) aclarando de una forma concisa y coherente aquello que necesitaba saber e invitándome a continuar creciendo correctamente en Fulvida.

 

A veces me dolía lo que leía; entiéndase que entonces pensaba como idólatra, pero no podía evitar rendirme ante las respuestas tan lógicas y asépticas como a la vez directas y cálidas.

Confieso que me dolía en mi orgullo eso de que la Torah no debe ser estudiada por gentiles así como el Talmud. Pero cuando leía la explicación no podía por menos que reconocer la validez de los argumentos.

Os reconozco que al ir asumiendo como propios muchos de los dictados noájidas sentía que una parte de mi mismo moría a la vez que nacía algo nuevo y luminoso.

Sentía temor ante la incertidumbre de dejar de lado lo que me enseñaron desde la niñez y a la vez confianza ante la sensación de estar en el camino correcto y ante la  solidez de lo que aprendía.

 

Al principio fue duro, difícil. Constantemente me asaltaban dudas y un cierto sentimiento de traición. Recuerdo que durante algunos días estaba bastante perdido y angustiado y que incluso me costaba dormir.

Recuerdo una noche en concreto que estaba dándole vueltas a  todo lo que acababa de aprender y cuestionándomelo todo.

En mi fuero interno le pedía al Eterno que me ayudase a mitigar esa angustia y me aclarara el camino. Era un sentimiento sincero pues no le pedía ninguna prueba pero necesitaba algo de luz.

Al día siguiente, mientras me encontraba trabajando y pensando aun en todo aquello, salí a una pasarela exterior que está al descubierto y grande fue mi sorpresa cuando alcé mi vista al cielo y me encontré con un gran Arco Iris luciendo majestuoso sobre mí.

Hacía años que no lo veía. Quizás fue lo que ha dado en llamarse casualidad (aunque yo no creo en la casualidad) pero en cualquier caso para mi constituyó un alivio, un impulso.

 

Desde entonces ha llovido mucho y de llevar una vida anodina sin compromiso con los demás, de dejar pasar el tiempo y menospreciar a los que rodeaban  he cambiado a ser alguien que valora la humanidad que lo rodea.

Dejé de perder mi tiempo y empecé a estudiar, a mejorar en la medida de lo que podía mi ambiente de trabajo, el de las personas que me rodean. Cambié mi percepción sobre los mendigos, sobre los drogadictos y sobre tantas criaturas que por una causa o por otra se ven necesitados de la caridad de los demás.

Se que sigo siendo una persona con grandes errores a sus espaldas; algunos herencia del pasado y otros por mi debilidad en el presente, pero ahora sé que soy una persona que intenta hacer lo que debe y que como mínimo hace más bien que antes.

Ahora me siento como el que despierta de un sueño hipnótico y se encuentra con una desbordante realidad llena de santidad en sí misma, en cada acto hacia los demás, hacia nosotros y en general hacia todo y todos los que nos rodean.

Ya no necesito buscar la magia en objetos pues en cada objeto, cada color, cada ser que nos rodea, cada suceso y cada sentimiento están llenos de algo tan complejo e ininteligible, tan maravilloso y extraordinario como es en sí misma la obra del Creador.

 

Gracias estimado Yehuda Ribco por su paciencia y constancia, por sus lecciones  y gracias a todos vosotros, amigos noájidas por participar en el mundo y mejorarlo.

No siempre estoy de acuerdo con lo que aquí se escribe pero creo que si no verdad absoluta lo que aquí se aprende es verdad auténtica.

Os pido disculpas por la extensión de este primer post y os prometo más brevedad en lo posible para los próximos.

 

Un abrazo a todos amigos constructores de Shalom.