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Que te sean de disfrute, aprendizaje y bendición.
Todas las entradas de: Yehuda Ribco
Clave de éxito real
Insistimos con nuestra enseñanza de vivir construyendo SHALOM, por medio de acciones de bondad Y justicia, siendo leales al Eterno.
Es el camino sagrado, milenario, que tiene un profundísimo arraigo espiritual y que se manifiesta en el equilibrio interdimensional.
Es la escalera de Iaacov, la que unía los cielos con la tierra, por la cual subían ángeles y bajaban también.
Las acciones de construcción de SHALOM no se limitan a lo que obramos con el cuerpo, sino también en el plano del pensamiento y en el de la palabra.
Cuando nos entrenamos en la construcción de SHALOM, conseguimos poner en orden también los sentimientos y las emociones.
Por supuesto que el EGO seguirá estorbando con sus intromisiones fuera de lugar, pero le será más difícil hacerse dueño del palacio cuando el rey está saludable y atendiendo su reino.
Hablando de reyes y de fortaleza, presta atención a esta palabra inspirada por Dios:
«De esta manera hizo Jizkiá [Ezequías] en todo Yehudá [Judá]. Él hizo lo bueno, lo recto y lo verdadero delante del Eterno su Elohim.
Él buscó a su Elohim en toda obra que emprendió en el servicio de la casa de Elokim y en la Torá y el mandamiento. Lo hizo de todo corazón y fue prosperado (exitoso).»
(2 Divrei Haiamim / II Crónicas 31:20-21)
¿Qué podemos aprender de esta breve, pero intensamente espiritual, pasaje?
Que el rey Jizkiá de todo corazón construía SHALOM, hacía lo bueno, lo justo y lo leal para con el Eterno.
Todo lo que hacía, según consta en el libro, estaba enmarcado en el intento de construir SHALOM.
El resultado fue la prosperidad, el éxito.
¿Entiendes?
No es un consejo místico, que de manera rebuscada, religiosa, pretende someterte a la pobreza, a la mendicidad, a satisfacerte con poco y malo.
¡Por el contrario!
Es un camino brillantemente espiritual, por tanto, que unifica y da vida plena a todas las dimensiones del ser: físico, emocional, social, mental y espiritual.
Cada paso del rey estaba a la búsqueda del Eterno, que es lo que debemos aspirar nosotros a hacer: buscarLo incesantemente.
Con conocimiento, con práctica, con virtudes, que es el triunvirato necesario para no estar en desequilibrio.
Aprende de la historia del rey Jizkiá, tendrás buenas pistas para aclarar tu vida.
En resumen, ¿quieres ser exitoso?
Toma conciencia de lo que estás haciendo y evalúa qué tan lejana de la construcción de SHALOM está tu conducta.
Encamínala, entonces el resto vendrá como consecuencia necesaria.
El dinero espiritual
La riqueza, entre ellas el dinero, es solamente un instrumento, como tal puede ser empleado con un fin constructivo o caótico.
Además es un símbolo y para muchos un ídolo al cual adorar y por el cual morir.
Desde la perspectiva espiritual, es bueno disfrutar de lo que adquiere el dinero, así como de cualquier otro beneficio material que nos ha tocado recibir,
siempre y cuando ello sea dentro de lo que es lícito y no perjudica.
En ocasiones es necesario restringirse, aunque se tenga abundancia a disposición,
pero esa no es la norma general, sino solamente cuando sea oportuna la impuesta limitación.
Lo habitual es gozar de los frutos materiales, pero sin estar pendientes, obsesionados, por ellos.
Es bueno cosechar plata, a través de mecanismos legales y saludables, sin sentirse acomplejado por ello; pero tampoco desvivirse para ganar un peso más, comprar una prenda más, tener el último modelo de auto o celular, etc.
Saber vivir construyendo SHALOM, con acciones de bondad y justicia, en la riqueza así como en la pobreza,
he ahí una gran manera de sembrar bendición en este mundo y gozo en la eternidad.
Porque el éxito, en definitiva, no se juzga por el acopio de patrimonio, sino en el ejercicio de la construcción de SHALOM.
Con tu dinero podrías seguir el consejo de los expertos, los que en verdad lo son, para que no sea una fuente de malestar ni de ruina,
sino motor de prosperidad, crecimiento y deleite.
Tal vez nos sirva atender esta propuesta de un buen amigo mío, que supo crecer de la estrechez a una gran opulencia: divide todos tus ingresos en cuatro partes:
A- 10% (y hasta el 20%) para TZEDAKÁ, entre las que se incluye apoyar económicamente nuestro trabajo en SERJUDIO.com y FULVIDA.com;
B- con lo que queda dividirlo en tres tercios:
1- un tercio para los gastos y necesidades;
2- un tercio para ahorro;
3- un tercio para reinvertir en tu actividad productiva. Si no la tienes, porque por ejemplo eres empleado y no inviertes en el progreso de tu empresa, entonces puedes ver de hacer alguna inversión.
En toda ocasión, construcción de SHALOM,
que el breve pasaje por este mundo no sea lo único en tu existencia, pero tampoco dejado de lado por un anhelo fantasioso de “salvación eterna” egoísta.
Metzorá 5776
Tzaraat era una terrible enfermedad antigua que afectaba de manera severa la piel, pelo, carne, a veces ropas y paredes de las casas. No es lepra, aunque en ocasiones se traduce así. Tampoco la conocemos directamente pues desde hace siglos que no se manifiesta físicamente.
El aspecto del metzorá, enfermo de tzaraat, solía provocar asco, miedo, rechazo y por tanto se trataba de quitarlo de la vista y de todo posible contacto. Además, era obligación del cohén experto ordenarle que se separara de la comunidad, fuera a vivir aislado y apartado, sin contacto siquiera con su familia, hasta que eventualmente sanara.
¿Por qué se los trataba con tal crueldad? Ni siquiera a asesinos, traidores y otros graves pecadores se los destinaba al repudio solitario, a la marginación obligatoria.
Tratemos de responder a esto conociendo un poco más de las causas de esta enfermedad.
Probablemente intervenía alguna noxa biológica, quizás un hongo o bacteria, pero el factor principal que desencadenaba la enfermedad era una grave falta ética, que terminaba por afectar la salud física, emocional, social y mental de quien la padecía.
La infracción que se tiene por principal es el LASHÓN HARÁ, “mala lengua”, que es hablar y decir algo que puede ser más o menos cierto, en presencia o ausencia de la víctima, con mayor o menor uso de tono humorístico; pero lo que no falta es el hacer sufrir injustamente a alguien a través de la palabra. El lashón hará llena la mente de ideas prejuiciosas, destruye lazos sociales, corrompe la confianza, incentiva los rencores, amarga la existencia, hunde en la desesperación, lleva a todo tipo de acciones censurables y puede terminar en tragedias sin fin.
De acuerdo a la Tradición: “…es peor que una flecha filosa, porque mata a quien va dirigida, a quien la escucha y a quien la dice… incluso a gran distancia…” (Talmud, Arajín 15b).
Recordemos, la víctima es atacada injustamente, sin merecerlo. No son comentarios necesarios y justos, sino agresiones más o menos camufladas entre chismes y buenas intenciones.
Así pues, en la ecuación Divina, aquel que quiere perjudicar a alguien con mentiras, insultos, provocaciones, engaños, burlas, chismes, murmuraciones o cosas similares, termina dañándose también a sí mismo y a los que le prestan atención.
Así se responde a lo que preguntamos más arriba. El castigo era tan terrible, porque el metzorá recibía lo que él quería provocar a su víctima. Con lashón hará iba a excluir a un inocente, entonces terminaba siendo desterrado él. Iba a provocar injustamente el rechazo social, entonces recibía como castigo el llenarse de signos que le hacían desagradable.
Enseñó el sabio rey Shlomó/Salomón: «La muerte y la vida están en el poder de la lengua, y los que gustan usarla comerán de su fruto.» (Mishlei / Proverbios 18:21), sea éste amargo y mortal, o dulce y bendito. ¡Cuidemos lo que decimos y lo que aceptamos escuchar!
Esta parashá nos sirve para reflexionar ¿qué preferimos? En nosotros está la opción de contribuir a que haya SHALOM, con bienestar, salud, alegría, progreso; o colaborar con el caos.
Te deseo Shabbat Shalom umevoraj y todo lo bueno para ti y tu familia.
El cabrito y la impotencia
JAG GADIA, es famosa la canción que cierra el Seder de Pésaj.
Según dicen los que saben, existen temas paralelos en muchas culturas, con similares personajes y acciones, un ejemplo de decenas: Estrella Morente – Tangos del Chavico – YouTube
https://www.youtube.com/watch?v=De9sLhelFUI
Interpretaciones se le han dado varias, desde las más ingenuas hasta las más rebuscadas; bienvenidas sean todas las que aportan al conocimiento, la buena acción, el SHALOM, etc.
Aquí tienes una, quizás te interese darle un vistazo: http://serjudio.com/exclusivo/respuestas-a-preguntas/resp-3613-jad-gadia-algo-mas-que-un-canto-para-ninos
Hoy trataremos de ver cómo se relaciona con la impotencia, aquella que nos acompaña a cada instante de nuestras vidas y activa los instrumentos automatizados del EGO.
Es interesante, me parece, este ejercicio analítico para poder dar mayor luz a los mecanismos ocultos que nos condicionan, así como ir aprendiendo modelos y técnicas para accionar de acuerdo a la NESHAMÁ y no al EGO.
Para comenzar, una traducción de la canción:
- Un cabrito que compró mi padre por dos monedas.
- Entonces vino el gato y se comió el cabrito que mi padre compró por dos monedas.
- Entonces vino el perro que mordió el gato que comió el cabrito que mi padre compró por dos monedas.
- Entonces vino el palo que golpeó el perro que mordió al gato, que comió el cabrito que mi padre compró por dos monedas.
- Entonces vino el fuego que quemó el palo que golpeó al perro que mordió al gato, que comió el cabrito que mi padre compró por dos monedas.
- Entonces vino el agua que apagó el fuego que quemó el palo que golpeó al perro que mordió al gato, que comió el cabrito que mi padre compró por dos monedas.
- Entonces vino el buey que tomó el agua que apagó el fuego que golpeó al perro que mordió al gato, que comió el cabrito que mi padre compró por dos monedas.
- Entonces vino el matarife que degolló al buey que se tomó el agua que apagó el fuego que golpeó al perro que mordió al gato, que comió el cabrito que mi padre compró por dos monedas.
- Entonces vino el Ángel de la muerte que mató el matarife, que degolló al buey que se tomó el agua que apagó el fuego que golpeó al perro que mordió al gato, que comió el cabrito que mi padre compró por dos monedas.
- Entonces vino El Santo Bendito Sea, y eliminó al Ángel de la muerte, que mató el matarife que degolló al buey que tomó el agua que apagó el fuego que quemó el palo que golpeó al perro que mordió el gato que comió el cabrito que mi padre compró por dos monedas.
El padre tiene un cierto poder, son dos monedas.
Con alcanzó para adquirir un cabrito.
Ejerció su dominio al transferir el dinero al vendedor para quedarse con el animalito.
¿Es un acto que brinda satisfacción?
Por lo general sí, ya que estamos haciendo uso positivo (si no hay compulsión) de ese poder que está a nuestro alcance.
Pero, es tan limitado el poder del hombre.
Se comienzan a suceder una serie de acontecimientos que ponen en evidencia la impotencia, varias de aquellas amarguras que nos pueden sobrevenir en cualquier momento, de forma previsible o inesperada.
El objeto poseído se pierde, desaparece, muere, es destruido, ya no está más bajo nuestro dominio.
No lo hemos vendido, ni trocado, ni prestado, ni regalado; sino algo ocurrió que lo arrebató.
La impotencia deslució aquel poder que creímos tener, que supimos disfrutar por un ratito.
El gato se come al cabrito, como símbolo de esto; de un elemento natural que ocurre y desnuda nuestra falta de poder.
Algo podría haber prevenido el padre, se pudiera haber hecho algo diferente, las precauciones parece que nunca sobran; pero, hagamos lo que hagamos, somos limitados, tarde o temprano esto salta a la vista.
Aquí ocurrió.
No quedó cabrito, ni monedas, ni felicidad, ni sentir poder; quedó el vacío, la pregunta, la culpa, el deseo, el llanto.
Pero luego, surge otra situación que dispara la impotencia, la agresión de la boca.
Puede ser una mordida física, como presumimos realiza el perro; o puede ser el insulto, la degradación, el hostigamiento, la burla, la mentira, la estafa, el grito violento. Todo aquello que la boca daña, en cuerpo y alma.
¡Cuánto sufrimiento nos sobreviene a causa de la violencia de la boca!
A veces es una pesadilla que parece no finalizar, a diferencia de la muerte con su punto final (al menos evidente en este mundo). Las vociferaciones lastiman y siguen haciéndolo incluso cuando ya ninguna boca se mueve, cuando el silencio es lo que queda.
Tremenda impotencia se siente, y se arremolina el desconcierto, el odio, el reproche, el sonrojarse y tantas otras respuestas que evidencian el daño que se ha ocasionado.
Y está la agresión física, la que lastima, la que hiere, la que destroza la carne y disloca los huesos.
Tal vez no ocasione la muerte, pero cómo estremece y ata a la víctima a la falta de poder. El estar expuesto a los golpes, el tratar –de alguna forma- de cubrirse o evitarlos. Mientras la paliza sigue cayendo y agobiando.
También existe la impotencia sentida a causa de las emociones, pensamientos, sentimientos fuertes, pasionales, arrebatadores, ígneos que están salidos de cauce.
Como un barullo interno que devora y consume.
Ideas alocadas que recorren los pasillos de la mente. Que llenan de miseria, que entorpecen, que quitan esperanzas reales, que apagan la llama de la alegría pero enciende y acrecienta la fogata de la ira, enojo, rumiar la venganza, rencor, celos, envidia, ese combustible tóxico que aviva el dolor e incinera la vida.
Aunque se trata de doblegar ese incendio, queda prendido el carbón escondido en el fondo del corazón listo para desparramar entre cenizas y fuego más miseria y violencia.
Está el verse hundido por problemas, que se convierten en tormentas, que se sienten como un océano salvaje buscando asfixiar a la persona.
No se descubren salidas, todo parece estar en contra. Nada funciona, cada vez se sumerge más y más en la desesperación de no encontrar soluciones o respuestas.
Podría ser un vaso de agua en el cual se está ahogando, da lo mismo, porque aunque fuera un mar inmenso la persona no ve, no espera, no cree que tendrá mejoría.
Y está el ahogarse en penurias, en culpas, en remordimientos, en angustias, en ansiedades, en miedos, en dudas que consumen las energías.
Se drenan las fuerzas, nada importa, todo abruma.
Es un cansancio, pero no del cuerpo, sino de los ánimos.
Se escapa la vibra, se oscurece, se apaga.
Como si por un agujero dentro del alma se perdiera las ganas de vivir. No hay problemas a la vista, sino adentro. No hay entuertos para resolver, ni damas que rescatar, ni montañas que conquistar; sino adentro. Y adentro está ese vacío que va llenando de vaciedad el resto.
Y ataca también la fría indiferencia, que es mortal.
El no encontrar con quien hablar, o peor, quien escucha y atiende.
No es solo el sufrimiento de la soledad, sino también a veces de estar solo rodado de gente.
Puede haber presencias, pero son como sombras sin figura ni consistencia.
La nada misma.
Se toca a las puertas, que quizás se abren, pero abiertas o no el resultado es idéntico: desinterés, desapego, desdén. Como un frío cuchillo que corta sin pasión, insensible. No hay deseos de maltratar, ni encono, ni alguna razón sino solamente la apatía.
Y la muerte, la máxima de las impotencias.
En todas y cada una de las manifestaciones de la impotencia, siempre se puede recurrir a Dios.
Él podrá rescatar, o no; enviar una inspiración salvadora, o no; hacer sentir Su Presencia, o no.
Como sea, Él es EL PODER.
Tú has tu parte y confía en que Él siempre hace la que Le corresponde.
Igualmente sucederán mil y unas circunstancias de impotencia a diario, pero tu reacción será diferente. El sentido que le brindes a la experiencia y cómo emerjas de ella, será tu segura ganancia.
Justica, justicia perseguir
La justicia es un ideal, una entelequia.
Debemos procurarla, hacer lo que esté a nuestro alcance para transformarla en una realidad.
Pues, sin justicia difícilmente haya paz.
Es un mandato divino, pero también una imposición de nuestra NESHAMÁ que se traduce en el sentido ético.
Pero, es imprescindible darnos cuenta de que solo somos personas que aplicamos como podemos lo que podemos.
También aquellos que han estudiado y han sido designados como jueces en sus correspondientes instituciones sociales.
Ellos también están dominados por el EGO.
Ante la sombra del sufrimiento, cuando pincha la impotencia, se disparan los mecanismos oscuros.
A veces para obtener dolosos beneficiosos; en otras para disminuir la amenaza del terror que se avecina.
La presión social suele ser inmensa, la masa apremia y desde las cúpulas de poder hay aun más intimidación.
Aunque fuera de manera inconsciente, se doblega el pensamiento de aquel que debe dictaminar para establecer justicia.
No todos los dictámenes son apegados a lo que es objetivamente justo, o se aproxima humanamente a ello.
En ocasiones queda margen de duda, en otras resulta evidente que algo no está bien.
El desvío de la justicia puede ser dentro de la ley, y hasta enmarcado por leyes que pudieran resultar benignas y sabias.
O puede ser en el filo que separa lo legal de aquello que no lo es.
O ser un acto arbitrario, sin amparo.
Como sea, falta la justicia.
¿Hasta cuando seguiremos en el CAOS, sin construcción de SHALOM generalizada?
Una oración
Ruego sea Tu Voluntad, Oh Hashem Elohai, que me protejas y guíes hacia Tu LUZ,
que pueda percibirla en mí, resplandeciendo con su firmeza y pureza constantes.
Permíteme descubrir mi NESHAMÁ y borrar los efectos del EGO,
para que me encamine con amor y honor por la senda de la TESHUVÁ.
Tú estás en mi atención en todo momento,
pero los vapores de la inconsciencia a veces me hacen perder la estabilidad y visión.
Sé que Tú has depositado Tu confianza en mí,
por ello me siento animado para desvanecer las sombras de temores y encontrar la fuerza para enfrentar los obstáculos.
Que pueda emplear habilidades y potencialidades para aprovechar al máximo las oportunidades,
de modo tal de adquirir sustento y placer,
para llevar una buena y saludable vida,
al recoger con alegría y cantos aquello que me has permitido cosechar,
sin depender de dádivas vanidosas de hombres.
Mis labios abre, para que mi boca solamente diga de Tus bondades y justicias,
llevando consuelo y dicha a mi prójimo,
reconciliación y entereza al necesitado.
Que pueda emplear la Comunicación Auténtica como herramienta de armonía y crecimiento.
Que las palabras necias y tortuosas no hagan mella en mi entendimiento,
ni mi corazón se desvíe a causa de la mentira o la habladuría.
Que la voz del EGO sea silenciada y solamente hable cuando sirva de bendición.
Ayúdame a rectificar mis hábitos, a corregir mis pasos,
para estar construyendo SHALOM en todo momento,
por medio de pensamientos/palabras/acciones de bondad y justicia.
Otórgame las cualidades para ser paciente y comprensivo,
humilde y receptivo,
que tenga la calidad para amar al prójimo sinceramente, sin dejar de amarme a mí mismo.
Salud y gozar de una existencia pacífica y plena en este mundo,
contemplando con fidelidad Tus obras y sirviendo de acuerdo a Tu Voluntad.
Gracias.
Del EGO a la Luz
La lucha constante contra el EGO se parece a la reacción de un canino cuando le arrojan una piedra o un palo, el animalito muestra sus dientes e incluso muerde la piedra o el palo, pero no se da cuenta que su reacción debería ser en contra de quien se la arrojó. Así la mayoría de las veces nosotros y nuestro EGO.
En lugar de enfocar nuestra energía en la raíz de aquello que nos causa el malestar, la enfocamos en el malestar y no solucionamos nada. Damos brazadas pero nos ahogamos antes de llegar a la orilla o tropezamos en la arena.
Llegamos a punto en que sabemos qué hacer pero no sabemos cómo hacerlo. Y es que tener conocimiento de algo no necesariamente garantiza que lo aplicaremos correctamente. Incluso rezamos como buscando negociar con el Creador: “tú me quitas el mal, yo me porto bien rezando o siendo bueno”. Y así nos hundimos más creyendo que el mal nos llegó del Cielo, quizás sí, quizás no, no lo sabemos.
Colapsamos, bien sea llorando, sintiendo nauseas, aislándonos, o cualquier otra herramienta que el EGO use.
Quizás por bondad Divina, o por aquello de que nuestra raíz es espiritual y eso la hace inquebrantable, logramos tener un poquito de luz. Y así después de perder mucho tiempo y energías, solicitamos ayuda. Esto asumiendo que quien está en el proceso del EGO a la Luz sea alguien consciente de su identidad espiritual judía o noájida.
Comienza el proceso de reparación, entre muchas fases se incluye la aceptación de la situación: “Estoy mal, no sé qué hacer”. Lo cual es muy liberador.
Paso siguiente comenzar a trabajar en aquello que es poco visible a nuestros ojos. Esto guiado por un profesional que esté capacitado para tal tarea.
Luego de ejercicios, terapias, etc. , comenzamos por fin a ver algo de luz, aunque sea un poquito. El cambio interno se hace evidente. Ya no sentimos angustia, el EGO se sienta en el trono pero no por mucho rato porque esta vez sabemos qué hacer para quitarlo de la silla.
Va a ser muy probable que aquello que nos atormenta vuelva pero ya sabremos cómo mirar para otro lado, cómo pensar con claridad, cómo reemplazar por pensamientos basados en la razón aquellos sentimientos que nos reducían. Ya no seremos como el canino que le muestra sus dientes a la piedra o al palo, esta vez fijaremos la mirada a lo que nos lastima para evitar que vuelva a hacerlo. Esta vez nuestro proceder será espiritual. Rezaremos pero no para negociar, actuaremos con bondad pero sin segundas intenciones.
Y por fin, la solución o gran parte de ella llegará a nuestras manos. Aquello que estaba oculto a nuestros ojos ahora se hace evidente. Si es de recurrir a otro profesional lo haremos. Aquella falla del carro ya no nos quitará más el sueño púes un mecánico capacitado solucionó el error. La computadora volverá a servir. Nuestro cuerpo se sentirá mejor luego de corregir la alimentación e ir al gimnasio. Ya el teléfono fue reparado y podemos seguir usándolo.
O mejor aún, el matrimonio mejoró, algo nos hizo ser mejores esposos, mejores jefes, mejores hijos, mejores hermanos, mejores administradores de nuestro dinero, mejores emprendedores, mejores judíos, mejores noájidas, mejores seres humanos.
(Agradezco al Moré Yehuda por permitirme compartir mi más reciente experiencia y la gran ayuda que recibí a través de la Cabalaterapia y los invito a usar esta herramienta para su beneficio. El proceso del EGO a la Luz es mucho más complejo que lo anteriormente expuesto, espero sea de ayuda para quien nos lee).
Jonathan Ortiz.
Tradición y Dengue
Este texto lo escribí para publicar en SERJUDIO.com, allí pertenece.
Pero me encantaría que los noájidas lo analizaran para descubrir aquello que les corresponde y me dieran una mano en difundir la bella vida noájica, la espiritualidad sagrada que les concierne por amorosa y sabia decisión del Eterno.
¡A construir SHALOM!
Tristemente está “de moda” la enfermedad Dengue en mi país, Uruguay.
Podría parecer que no tiene mucha, o ninguna relación, con la Tradición espiritual del judaísmo; ya que para muchos el judaísmo es cuestión de ciertas creencias, rituales, sinagoga, festividades o cosas similares. Sin un contacto vital y con sentido con la vida cotidiana. Sin embargo, la Tradición espiritual abarca todos los aspectos de la existencia, por ello te invito a que encontremos algunas relaciones entre ambas: Tradición y Dengue.
El único requerimiento es que sean asociaciones coherentes, nada traído de los pelos.
Piensa y comparte más abajo, en la sección de los comentarios aquí debajo, será un placer leerlos.
Luego si deseas puedes ver las que se me ocurrieron a mí en el lapso de tres minutos.
- Es ley judía preservar la salud y la vida.
Cuando nos enteramos de que estamos expuestos al contagio de un causante de una enfermedad y que tenemos a mano acciones para prevenirlo, es nuestra obligación judía hacer lo posible para cumplir con las recomendaciones de los expertos. En el caso del Dengue, el Vector es el mosquito Aedes aegypti, las autoridades de salud pública nos indican procedimientos para evitar su propagación. Asimismo nos informan de mecanismos para evitar su picadura. Más que buena voluntad, es obligación judía hacer caso a estas indicaciones. - En Shabat está prohibido matar, a no ser en caso de extrema necesidad. ¿Es permitido matar los mosquitos en Shabat? Es una duda halájica que fue respondida hace unas semanas por un rabino en Brasil, el cual autorizó a matar mosquitos en Shabat, lo cual hasta el momento era una acción prohibida.
- En Shabat no se permite usar ungüentos, cremas. etc., para la piel.
En este caso, ¿sería permitido usar repelentes? - ¿Si uno siente los síntomas y percibe los signos de la enfermedad, puede consultar al médico en Shabat?
¿Debe hacerlo rompiendo así con las reglas de “reposo” sabático? - Los repelentes, ¿deben contar con alguna certificación de kashrut?
- ¿Cómo manejarse en Pesaj con los repelentes y otras cremas indicadas por los expertos?
- Hay personas que no tienen acceso a los repelentes, sea por dificultades económicas, o la carencia de los mismos en su zona. Es una norma judía ayudar al prójimo necesitado, especialmente cuando está en riesgo la salud y la vida. Por lo cual, sería apropiado donar los productos adecuados a los que no pueden adquiridos, así como también realizar campañas de solidaridad al respecto.
- Pero el ocuparse por el bienestar del prójimo no se reduce a lo material, sino que también es oportuno informar a los que no tienen conocimiento del tema, o aclarar las dudas, o remitirlos a fuentes de información confiables. No es un asunto menor, pues depende en gran medida el bienestar del individuo y de la población y los instrumentos para evitar el daño son bastante accesibles.
- En caso de sospechar haber sido contagiado, es obligatorio consultar al médico especialista y seguir las indicaciones del mismo. No se debe quedar con la buena voluntad de las vecinas, ni con las opiniones de los indoctos, sino requerir el dictamen de los expertos.
- Si conocemos gente que está enferma de Dengue, es aconsejable hacer tefilá por su pronta recuperación.
- Cuando es posible, se debería cumplir la mitzvá de bikur jolim, que es visitar al enfermo y ayudarle en lo que precise, en la medida de nuestras posibilidades. La presencia debe ser positiva y no ocasionar molestias al enfermo. Podemos darle una mano en cuestiones prácticas, o a veces con conversar y estar presente ya es de gran importancia.
- Debemos estar atentos a no incomodar al enfermo, a su familia, al personal que lo atiende. A veces las personas no captan que están molestando cuando tienen toda la buena voluntad de ser cooperadores.
- No se debe visitar al enfermo si eso está contraindicado por los especialistas. Consultar previamente pues en el caso del Dengue podría estar en cuarentena el enfermo, por su seguridad y la de otros.
- Si el enfermo debe permanecer en aislado, ¿cómo hace con la lectura de la Meguilat Ester?
- ¿y con el toque del Shofar?
- De hecho, ¿de cuales mitzvot queda exento en tanto se encuentre en cuarentena?
- Y si no consigue alimentos kasher en el lugar de aislamiento, ¿cómo deberá comportarse?
- Cuando hay una persona enferma, la familia puede atravesar todo tipo de dificultades, por lo cual es regla del judaísmo ponerse a disposición de ellos, de acuerdo a las posibilidades, para ayudarles en lo que se pueda
- Está muy bien confiar en Dios y esperar que Él nos ayude, tanto a protegemos como a curarnos, pero no podemos depender solamente de milagros; por lo cual, las tefiIot y la emuná deben ser acompañadas por todas las acciones necesarias para prevenir y curar.
- En la historia judía muchas veces se nos ha acusado, maligna e injustamente, de ser los agentes que provocan plagas que afectan a la población general. Aprender de nuestra historia y estar alertas para que no aparezcan estos otros focos infecciosos, que no son causados ni por virus, ni por bacterias, sino por el EGO del ser humano.
- Los consejos a seguir para prevenir la proliferación del mosquito son bastante sencillos. Sin embargo, muchos conociéndolos no los respetan. ¿Explica el judaísmo clásico esta conducta autodestructiva del hombre?
- La manera tradicional judía de vestir, con tzniut, protege determinadas zonas del cuerpo de la mirada de otros así como de picaduras de insecto; sin embargo, el mosquito igualmente puede agredir al humano y transferirle el virus. Por tanto, sea vestidos con tzniut o no, se debe usar repelente y los otros métodos indicados por los expertos, así como proceder de acuerdo a los consejos de los sabios en la materia.
- Podría haber gente que supusiera que el Dengue es un castigo enviado por Dios, por lo cual es necesario evaluar nuestras acciones y ver si tenemos que hacer teshuvá, como otro mecanismo para disminuir el riesgo de infectarse y/o sufrir. Pero esto no evita seguir las consejos de los expertos en las Ciencias Biológicas.
- ¿Habrá algún midrash u otro relato de fuentes antiguas que refiera a enfermedades similares?
- ¿Y alguna cura o ritual que se pudiera emplear para estas ocasiones?
- ¿Y alguno que haya advertido que somos parte de un ecosistema muy complejo?
- ¿Dicen algo los sabios, antiguos o modernos, acerca del cuidado que se debe tener cuando se proceden a cambios drásticos en los ecosistemas? Por ejemplo, si se quisiera aumentar la población de murciélagos para combatir al mosquito, y eso derivara en una modificación del equilibrio dinámico peor que la situación actual.
- ¿Para qué Dios habrá hecho enfermedades?
- ¿Cómo explicar que si Dios es Todopoderoso, existan tantas cosas que nos hacen sufrir en el mundo?
- ¿Hay experiencias en Israel de haber combatido contra infecciones similares? ¿Tenemos algunos modelos para tomar en cuenta de allí?
El Templo construido y en funcionamiento
El Templo era majestuoso, estremecía ya a la distancia con su belleza y santidad. ¡Cuánto más al aproximarse, hasta la zona permitida!
Expertos artistas lo realizaron con gran detalle, siguiendo el plan de Elohim. Inspiración divina no faltó. A lo que se sumo la experticia, el amor, la perfección en el trabajo artesano.
Fue creado y surgió un sitio único, poblado de belleza y espiritualidad. Espléndido, glorioso, digno asiento para la Presencia.
Lo objetos más ricamente decorados, fabricados con los productos más caros y refinados. Metales y piedras preciosas, cueros y marfil, telas gloriosas. Esplendor por todas partes.
Con generosa nobleza la gente del pueblo dedicó de sus riquezas, y pobrezas, para brindar los elementos que fueron transformados en esa maravilla majestuosa.
Sí, sin dudas era el santuario construido y elevado para que el Eterno repose en medio de Israel, para faro de las naciones.
Y sin embargo, no era suficiente.
Era imprescindible que se realizara a diario el servicio estipulado.
Cada día los servidores (los cohanim acompañados por los leviim) y la gente ofrendaban y daban vida con su actividad a ese Templo.
Porque la divina Presencia encontraba a Su nación allí.
El servicio daba sentido a todo ese lujo y portento.
Era necesario conocimiento, para saber qué hacer, cómo realizarlo, cuál era la conducta apropiada, cómo se repartían los roles y tareas. Tanto los detalles como lo más grueso se debía estudiar, memorizar, retener en la mente, para poder plasmarlo.
Porque el conocimiento debe traducirse en obras, pues sin ellas el saber es estéril. Así pues, los encargados trabajaban afanosamente, cada uno en su correspondiente cargo. Se ejercitaban, entrenaban, preparaban, repasaban las lecciones con su memoria, pero también ejecutando las acciones.
Y sin la actitud adecuada, poco y nada harían el saber y la acción. Humildad, constancia, esfuerzo, atención, dedicación, empeño, respeto, cariño, interés, ganas, paciencia y muchas otras actitudes se debían aprender y usar en todo esto.
Así con las actitudes, el saber y la práctica es que el Santuario tenía sentido.
Y como en él, en todas las áreas de nuestra existencia, desde lo que es considerado más sagrado hasta lo más profano.
En el estudio de Torá, o de cosas que no lo son.
En el trabajo, o en el rezo.
En el deporte, o la conversación amistosa.
En el paseo distendido, o la misión importante.
En todo es imprescindible conjugar actitudes, conocimiento y acción.
Tal como se representa en los tefilín que en los días comunes usan los varones judíos. La caja de la cabeza en el nacimiento del pelo, en medio de los ojos, con la cinta rodeando firmemente la testa. Representado el conocimiento, la inteligencia, el pensamiento.
La cinta envolviendo con fuerza amable el brazo y la mano, para simbolizar la acción medida y concreta.
Y la caja en el antebrazo, a la altura del corazón y enfocado en él, como queriendo indicar que sin las actitudes algo fundamental está faltando.
Tomemos en cuenta esta enseñanza, para que todo sitio y lugar sean espléndidos; no solamente por sus materiales y confección, sino especialmente por nuestra tarea bien realizada, de construcción de SHALOM en base a conocimiento, acción y actitudes de bondad y justicia.