Archivo de la categoría: Creencias

Resp. 994 – ¿SI SOY ATEO ME VOY AL INFIERNO?

Sebastián nos consulta:

HOLA, ES LA PRIMERA VEZ QUE HAGO UNA PREGUNTA.
1- DEACUERDO A LOS QUE HE LEÍDO EN ESTE SITIO, SOY NOAJIDA, PERO SOY ATEO,
2- ¿ME IRÉ AL INFIERNO?.
3- TRATO DE SER BUENA PERSONA, NO ROBO NI HE MATADO Y TRATO DE SER UN BUEN CIUDADANO,
4- PERO SI NO ACEPTO LA CREENCIA EN UN SER SUPERIOR EN MI CORAZÓN, COMO EN EL CRISTIANISMO, AUN ASÍ UN DIOS ME JUZGARÁ Y HARÁ QUE YO ARDA EN UN INFIERNO?
5-  O A ¿DONDE VAMOS LOS NOAJIDAS JUSTOS, PERO ATEOS CUANDO MORIMOS,DESDE EL PUNTO DE VISTA JUDÍO?
espero su respuesta y desde aho
sebastian sanabria, 20 años,polítologo ciudad de méxico

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Mundo venidero

Debemos preocuparnos por cada cosa en su justa medida. El tema del mundo venidero con todo lo que eso conlleva es causa de preocupación en muchas personas. ¿Herencia del cristianismo, de sus miedos?, tal vez.
Mantuve una conversación con una persona sobre el tema, obtengo algunas reflexiones que comparto con vosotros.
En lo personal, llevo mas de 14 meses sin trabajo, viviendo en un país donde la tasa de desempleo supera el 20 % y la de paro juvenil el 46 %. Mi hijo mayor con casi 25 años ha perdido hace tiempo ya su trabajo y no encuentra otro, debió vender de urgencia su coche y lo sigue pagando sin tenerlo. Tengo una hipoteca de la cual me quedan aun 15 años por pagar, sobre la cual pedí dos años de carencia y abono solo los intereses. Tengo dos prestamos personales, la amenaza de acciones judiciales esta a la vuelta de la esquina. Vivo en un lugar que no me agrada, gris lluvioso con nieblas, deprimente, con una calidad humana bastante baja. Tengo incertidumbre por mi futuro y el de mis hijos. Debido a mi carácter o EGO, me enfado y a veces me desboco. A todo esto vamos a sumarle los problemas del entorno de amistades, que pueden afectar en mayor o menor forma a la vida diaria.
A todo esto sumemos la situación en el mundo, guerras, hambrunas, crisis económica, delincuencia, drogas y un largo etc, y por si todo esto fuera poco, estemos pendientes de lo que ocurre en el sur de Ysrael con los terroristas de hamas.
Tal vez me quedaron cosas en el tintero, ¿ os digo esto para contaros mi vida ?, en realidad no, pero, con todo esto, ¿ debemos preocuparnos por el mundo venidero, como o donde sera o que hará cada uno alli? mas bien ¿ no debemos buscar las herramientas para hacer de este mundo que vivimos un lugar mejor para nosotros y nuestros semejantes ? ¿ tal vez no sea una especie de entrenamiento para el mundo venidero ?.
No lo se, y realmente no me preocupa el saberlo, ¿ voy a agregar mas preocupaciones a las que ya tengo ?, sería masoquismo.
Que pronto podamos estar en el Olam haba, cuando estemos allí, ya se nos dirá lo que debemos hacer, donde y como.

Resp. 991 – Ceremonias religiosas

Mauricio Gallego nos consulta:

Espero se encuentre bien querido Moré, mi inquietud es la siguiente;
1-  es correcto por parte de un noajida asistir a una ceremonia religiosa cualquiera, es decir, una boda o un bautizo?
2- La pregunta se debe a que dos muy buenos amigos míos las van a realizar, uno es cristiano evangélico y se casa en diciembre y quiere que asista a su ceremonia
3-  y el otro, y mas difícil para mi es católico y quiere que sea padrino de su bebe recién nacido, espero me pueda ayudar, gracias.
Mauricio Gallego, 28 años, Tec. Maquinaria textil, Valencia, Venezuela

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Es el amor… amor profundo

Esta semana corresponde a los hijos del pueblo judío que lean la parashá llamada Ekev ("Como consecuencia").
Es una lectura para los judíos, del libro judío llamado Torá, con preceptos para judíos, con enseñanzas de judíos y para judíos.
Pero, podemos tomar para los noájidas sabias lecciones de vida, que nos lleven a un mejor relacionamiento con el prójimo, proximidad con el familiar, encuentro consigo mismo y fidelidad con el Eterno.
Veamos pues cual es el buen pan que hemos horneado para ti con los sabrosos ingredientes que te harán bien aquí y en la eternidad.

Amar es cumplir
En esta sección se indica reiteradamente que el amor verdadero por Dios se expresa exclusivamente en el cumplimiento de los preceptos que Él nos encomienda. En el caso específico del noájida son los Siete Mandamientos Fundamentales, que no debe el noájida usurpar nada del judaísmo, ni atribuirse mandamientos que no son tales para él. Es bueno tomar normas de conducta positivas, especialmente en lo que refiere al trato bueno y justo, ético con el prójimo, así como todo aquello que potencie el cumplimiento de los Siete sin llevarlo a desnortarse.

Así pues, el amor es un eje central, de acuerdo a lo que esta sección manifiesta.
Tal como comprobamos:

"Amarás al Eterno tu Elokim,
¿cómo?
guardarás Su ordenanza, Sus estatutos, Sus decretos y Sus mandamientos,
¿cuándo?
todos los días.
"
(Devarim / Deuteronomio 11:0)

Cuanto más preceptos se cumplen,
conduciéndose lealmente según su propia identidad espiritual,
entonces,
más alto es el grado de amor que está manifestando la persona,
y mayor el amor que recibe (ver Irmiá / Jeremías 31:2, y TB Ioma 54a).

El amor es…
Ahora bien, es imperioso que quede claro el concepto de "amor".

El amor verdadero no es un torrente de emociones, ni sentimientos que se escapan de control, ni siquiera bellas palabras, o pensamientos obsesivos en torno al amado.
Tampoco es una intensa confesión de fe y fidelidad, pero que carece de materialización.
Ni es una pasión del alma, o una entrega desenfrenada y sin objetivo.
Ni siquiera es alcanzar un vasto conocimiento intelectual del sujeto amado, de sus cualidades y circunstancias.

El verdadero amor queda definido por la Tradición sagrada como: actuar de acuerdo a lo que es de mayor beneficio objetivo para el amado y el amador.

Como Dios no precisa nada de nadie,
ni se beneficia absolutamente en nada como consecuencia de los actos/sentimientos humanos;
entonces,
nuestro amor por Él se halla en actuar conforme a Sus mandamientos eternos que nos corresponden,
ya que es ESO lo que Él nos reclama.
Así pues, para amar a Dios los gentiles deben cumplir lo mejor posible con sus 7 preceptos, en tanto que los judíos deben abocarse a los 613 mandamientos de la Torá (TB Menajot 43b, Rosh Hashaná 4a).
Por su parte, el amor de Dios por Su creación se reconoce por la misma existencia de todo lo creado (Hoshea / Oseas 14:5), ya que nada existe si Dios no lo permite, ni nada hay perfecto y sin tachas, excepto Él.

Tal es la regla del amor que se establece en nuestras relaciones sociales.
Amamos en verdad cuando
nuestras acciones sirven para ayudar a desarrollar las mejores potencialidades de nuestro amado,
y de paso,
sacamos a relucir lo mejor que hay en nuestro interior.
Es decir, en el encuentro con el otro, tal como él es realmente, es cuando comenzamos a esbozar nuestro amor.
Y recién cuando actuamos en provecho del otro, sin esperar nada a cambio, es que le estamos amando.

Al respecto, un famoso psicólogo y pensador judío (instruido en nuestra Tradición, aunque bastante apartado de su cumplimiento) alguna vez escribió: "El amor sólo comienza a desarrollarse cuando amamos a quienes no necesitamos para nuestros fines egoístas." (Erich Fromm, "El arte de amar").
Esta frase es un eco de la antiquísima enseñanza de nuestros Sabios, expresada en Tanna Debe Eliahu 26: "El amor ha de ser perfectamente generoso (no egoísta), y ha de regular todas las relaciones entre las personas".

Otro judío contemporáneo, famoso por su comprensión de los recovecos de la espiritualidad moderna, que suele estar apartada del mensaje de la Torá, dijo alguna vez: "El amor intuye algo que no existe todavía en el otro… intuye las posibilidades personales que todavía no han sido realizadas, posibilidades que todavía están escondidas… y entonces trabaja para realizarlo…" (Viktor Frankl, "Logoterapia y análisis existencial").

El soporte del amor
Por otra parte, es un fundamento muy endeble el amor sin el contrapeso del juicio y la justicia.
Según aprendemos de la enseñanza cabalística, para alcanzar el equilibrio es imprescindible contar con el adecuado balance entre ambos principios.
Ya que el juicio excesivo, conlleva rigidez y temor, lo que dificulta el crecimiento y el desarrollo de las cualidades placenteras de la vida.
Pero el amor sin reglas claras, precisas, objetivas y trascendentes, se convierte en una trampa que engolosina y termina por extraviar.
Para el humano son indispensables los límites al amor, para no transformar una relación trascendente, en algo tóxico, perjudicial.

Así pues, para que tanto el amor como el rigor sean saludables y de bendición, necesariamente deben estar enmarcados por las reglas expuestas por la Torá, sin concesiones extrañas, ni apelar a facilismos que terminan por engañar.

Amor con justicia y justiciero amor.

El placer de amar
Aunque parezca increíble, cuando estamos movidos por la generosidad y pureza de intención, cuando menos nos interesan las ganancias y el gozo egoísta, es cuando más oportunidades tenemos de encontrar satisfacción y felicidad objetiva.

En parte esto es así porque siguiendo la ley de la "acción-reacción" (también conocida como mida kenegued mida, o de la justa compensación) , obtenemos aquello que damos. Si proveemos generosamente, estamos en condiciones de recibir ampliamente.

Otra causa la descubrimos cuando comprendemos que todos somos parte de un gran organismo, de la creación del Eterno, y que provenimos de la misma Fuente.
Cuando nuestro prójimo se beneficia por nuestra acción, en realidad estamos colaborando indirectamente con nuestro bienestar, puesto que el bien de uno es el bien del conjunto (a partir del Sefer Tania, Hisvaadiyus 5745, Vol. 3, p. 1423).

Otra causa, según el mismo Frankl dijera: "La felicidad no se puede buscar nunca directamente. Sólo puede venir como consecuencia de haber entregado lo mejor de nosotros mismos por una causa noble". ("El hombre en busca de sentido").
Es decir, el placer solamente se alcanza cuando no lo está persiguiendo afanosamente, ni cuando el gozo es la única finalidad de la vida.
Sino que el placer real surge como un producto derivado de una acción que es beneficiosa para otra persona, y/o que está en correspondencia con lo que Dios demanda de la persona (al respecto ver Rambán a Devarim / Deuteronomio 6:4).

Milenios antes, y con una Sabiduría superior, hallamos este mensaje en la perfecta Torá de Israel, pues le enseña a los judíos, y a través de ellos a los gentiles, que cuando actuamos movidos por el verdadero amor, finalmente llegamos a obtener diversas bendiciones espirituales y materiales, tal como está dicho:

"Y será que por haber obedecido estos decretos,
por guardarlos y ponerlos por obra,
el Eterno tu Elokim guardará para contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres.
Él te amará, te bendecirá y te multiplicará…
Así comerás y te saciarás.
"
(Devarim / Deuteronomio 7:12-13; 11:15)

El compendio de Hillel el anciano
El sabio Hillel resumió todo esto que hemos visto en una breve sentencia, digna de ser recordada y llevada a la práctica asiduamente:

"Sé uno de los alumnos de Aarón,
que ama la paz y la persigue,
ama a las criaturas y las aproxima a la Torá
"
(Avot 1:12)

¿A cuál Torá?
Pues, al judío a la Torá escrita y oral, tal cual es heredad y posesión de Israel desde que Dios la entregara al pueblo judío.
Para el gentil es la Torá noájida, que son los Siete Mandamientos Fundamentales.

Moré Yehuda Ribco

 

Relato

Luego de mucho tiempo de espera, aquel hombre por fin se presento frente a su Rebbe. Estaba esperando recibir una bendición de parte del iluminado varón, para de ese modo transitar mejor por la vida.
Sin embargo, se llevó una sorpresa, pues ni bien estuvo parado ante el maestro, éste le dijo: ‘Moishe, ¿qué haces que aún no te has puesto a enseñar Torá?’
Y él contestó: ‘Pero Rebbe, ¿qué puedo enseñar yo? ¡Si apenas conozco el alef-bet!’
A lo que el Rebbe indicó: ‘Moishe, Moishe. Mientras no avances en tus estudios, si eso es lo que sabes, debes enseñar la bet al que solo conoce la alef’.

Preguntas para meditar y profundizar:

  • ¿Cómo se puede relacionar este relato con el comentario que brindamos de la parashá?

  • El profeta dice: "Le castigaré por sus caminos y le pagaré conforme a sus obras." (Hoshea / Oseas 4:9).
    A partir de esto, ¿podemos reconocer que son las acciones lo que determina la retribución que Dios da a la persona, o acaso son los sentimientos o creencias?

Dónde estás y qué haces

Hola, buena semana amigo noájida.
Comparto nuevamente contigo del buen pan espiritual que nace en el horno del judaísmo y es compartible con el noájida.
En esta ocasión se trata de la lectura semanal de la porción denominada Ekev, de la cual he seleccionado para compartir contigo los siguientes temas:

1. Nuestras acciones conllevan reacciones. Lo que consideramos un “castigo” de Dios suele ser la necesaria conclusión a lo que hicimos o dejamos de hacer.

2. Es sumamente meritorio agradecer por lo que se obtiene, incluso aunque uno se crea merecedor o que le corresponde. Agradecer a Dios pero también al prójimo. No hay que comportarse como esos religiosos, llenos de rituales y dogmas pero cero de espiritualidad, que se la pasan hablando de su dios y poderes varios, pero desprecian al prójimo y son incapaces de decir “gracias” a quien corresponde.

3. La idolatría está absolutamente prohibida. Son muchas las causas, entre otras porque es engaño, es abrir la puerta a las malas acciones, es justificar el mal, es negar la Autoridad de Dios.

4. Es bueno rezar al Eterno. Pero rezar, no ponerse a dar órdenes a Dios.

5. Israel es la buena tierra que Dios ha dispuesto para que sea hogar del pueblo judío. Por tanto el noájida consciente y activo tiene la tarea de promover el establecimiento pacífico, independiente, seguro, provechoso de la nación judía en su tierra.

6. ¿Cómo se debe evaluar el “éxito”?

Dice la parashá: “No sea que digas en tu corazón: ‘Mi fuerza y el poder de mi mano me han traído esta prosperidad.’ Al contrario, acuérdate del Eterno tu Elokim. Él es el que te da poder para hacer riquezas ” (Devarim / Deuteronomio 8:17-18)

El Ben Ish Jai (Jajam Iosef Jaim de Bagdad, 1832-1909) solía enseñar que: “La gente acostumbra ir en la dirección equivocada. Cuando una persona está valorando sus aspectos materiales, generalmente se compara con otro y piensa ‘esa persona está mejor que yo’, cuando en realidad debería evaluarse en relación con alguien en un peldaño inferior y decir ‘estoy mejor que él, tengo suficiente’.
Cuando está valorando su dimensión espiritual, generalmente busca a uno menos activo y dice ‘yo hago más esto y aquello, etc.’, cuando deberíamos estar buscando a alguien que esté en algún grado superior, para tomarlo como ejemplo y tratar de imitar a esa persona en sus buenas cualidades”.

No se trata de competir con otros, ni de una carrera en la cual se demuestre que uno es mejor que nadie. Sino en tomar el modelo del que ha encontrado un sistema para perfeccionarse, adoptar ese método, adaptarlo para acondicionarlo a las cualidades propias y usarlo para mejorar. Es una relación en la cual no hay perdedores, pero sí ganadores.
Es bueno verse en otros para aprender a verse a uno mismo, saber dónde está ubicado y proponerse una meta posible para alcanzar.

 

Relato: El cuento

Como cada noche la niña compartía con su papá la lectura de algún cuentito antes de ir a dormir.
Ella sabía el dibujito de alguna letra, de a poco las iba reconociendo, quizás si se lo proponía hasta podría leerse algún cuento. Pero ella quería esos minutos únicos en toda la jornada. Era el placer de oír a su papá relatando, de las entonaciones que usaba, ver esos gestos, el sentir la risa compartida, ese momento era mágico. Antes de dormir encontraba lo que en todo el día no tenía. Entonces, dormía feliz, satisfecha, abrazada a su osito, llena de cariño, segura, confiada.

Pero, los grandes no siempre viven al ritmo de los niños.
Tiene cosas “más importantes” (acentuar estas palabras cuando se leen en voz alta), quizás un trabajo que terminar ante la computadora, un programa que ver en la tele, un partido de fútbol por el cual angustiarse durante un rato, charlas de negocios, preocuparse por “cosas de adultos”, en fin, cosas de grandes, que siempre son “más importantes” y que no pueden desperdiciarse en cuentitos para niños…

Entonces el padre compró unos cuentos ilustrados que ya venían con su lujoso CD en el cual artistas de renombre narraban las historias para niños.
Tenían efectos especiales de sonido, eran perfectos desde el punto técnico, llenos de arte y calidad (y así habían costado).
Puse la radio con lector de CD encima de la mesita de luz de su hija, le enseñó que botón presionar, cómo escuchar nuevamente, ir a otro cuento, todo lo necesario.
Le dio el besito de buenas noches sobre la frente, para estar en menos de un minuto nuevamente enfrascado en su “más importante” ocupación.

No pasaron ni tres minutos cuando la niñita se apareció junto a él, el libro en la mano y una carita de ángel pedigüeño, para decir: “¿Me lo lees, por favor?”
“Hija, tengo que hacer esto y aquello, usa el CD, ya sabes cómo” – dijo él, mientras la quitaba de delante de la pantalla, porque ella parecía no darse cuenta de que estaba tapando la película.
“Sí, pero quiero compartirlo contigo” –dijo ella casi en un suspiro.

Preguntas para repasar y reflexionar

1. ¿Cómo crees que sigue este cuento?

2. ¿Cuál es la moraleja del cuento?

3. ¿Cómo relacionas este relato con el contenido de la parashá?

4. ¿Te parece que esta enseñanza tiene alguna relevancia para la vida cotidiana de un noájida?

5. ¿Conoces algún otro relato o anécdota que tenga similar contenido?

Los “santos” estafadores

Estamos en una época lamentable.
Ahora hasta entre los que se sienten y creen fieles al Eterno ha surgido la moda de aferrarse a hombres, intermediarios, “santos”, “tzadikim”, “babas”, cabalisteros varios, “rebbes”, para que les sirvan de canal y conexión con Dios.
Bajo diversas excusas, amparándose en tal o cual concepto o frase de la antigua y sagrada Tradición, se han empecinado en doblegar su voluntad a los deseos y mandatos de otro, uno al que consideran superior en todos los aspectos a sí mismo.
Se degradan, rechazan la conexión con Dios, dependen infantilmente de lo que otro escoge.
En una total infantilización del ser, en una forma de vida ausente, son dogmáticos en predicar a su líder, reverenciarlo, defenderlo, sostenerlo económicamente, seguirlo hasta la muerte, cometer cualquier acto con tal de obtener su aprecio, etc.
Es casi como una paganización, o cristianización, fanática de lo que debiera ser una vida de simpleza, de bondad, de justicia, de lealtad a Dios, de autoconocimiento, de amor al prójimo, de respeto por los mayores, de saludable guía de algún maestro de vida sabio.
Es la desconexión con Dios y con el hombre, porque se desconecta de sí mismo para vivir apegado a su “santo líder”.
Muchas veces esta persona, el “tzadik”, es bien intencionada, honesta, estudiosa, pero sin embargo permite que se cree y preserve este sistema de adulación y reverencia.
Pero otras veces, infinidad, son artistas del engaño los que se presenten y son aceptados como el gurú a seguir. Demandan dinero en abundancia, rompen y arman familias, inventan enfermedades y curaciones inexistentes en la realidad, se hacen pasar por agentes divinos o deidades en sí mismas, presionan, amenazan, aconsejan de acuerdo a su egoísmo, etc.
Estamos plagados de supersticiones, rituales, mejunjes varios que son obra de este sistema corrupto de vida.
Rebes y babas que ponen precio a sus bendiciones, maldicen si no les pagan suculentos miles de dólares por supuestas sanaciones espirituales, que amenazan con males de ojo, que inventan enfermedades ficticias y curas que nunca llegan, que prometen matrimonios e hijos que nunca se dan, que se rodean de personas violentas que presionan, que son apoyados por el silencio cómplice de los que saben y deben hacer algo pero que no lo hacen.
Doctores cabalisteros, mekubalim, falsos rabinos, supuestos santos, todos ellos artistas del engaño, ávidos de dinero, de poder, de influencia… Charlatanes, parodistas, émulos de pastores de religiones idolátricas, sedientos de adorar a sus EGOs.
Pero también están los que siendo honestos igualmente han caído en ese remolino de creerse en el rol de sagrados mediadores entre Dios y el hombre, de ser canales exclusivos de bendición, de ser los que otorgan beneficios porque saben como manipular a Dios, etc.
Pongan en el buscador google, o cualquier otro, las palabras “mekubalim” y “fraud”, en inglés porque encontrarán muchos más resultados que en español. Si no entienden el idioma usen el traductor de google, o algún otro. Se encontrarán con centenas de casos de fraudes, extorsiones, entre otros aberrantes delitos que se cometen en el nombre de “dios”, por gente que está usando a Dios para sus negocios turbios. Se aprovechan de la necesidad de la gente, de la ignorancia, del miedo, de la manipulación, de la mentira, de la estafa, en fin, se aprovechan, cosa que es terrible, pero lo hace infinitamente peor que sea en nombre de “Dios”, del judaísmo, de la Torá, etc.

En nuestra época, pues se ha intensificado en las últimas décadas, abundan estos gurúes, que en muchas ocasiones se visten y comportan como “tzadikim”, hombres justos íntegros. Usan barbas, sombreros, ropas negras, vestimentas sagradas del judaísmo, tienen libros tradicionales, hasta pueden portar el título de rabino antes del nombre –sean títulos originales o inventados-.
Usurpando algunas de las funciones del verdaderos “tzadik” hacen su negocio.
Se enriquecen, detentan el poder, ejercen sus pasiones, todo en el nombre de “dios”.
Y las personas los adoran, los buscan, defienden, niegan los evidentes actos de corrupción y estafa, les regalan hasta sus vidas enteras con tal de seguir a la sombra de estos personajes.
Es terrible, pero tan cierto.
Afecta a muchos de los jaredim, aquellos judíos que son llamados “ultra-ortodoxos”, que cada vez se cierran más en torno a ciertos conceptos rígidos, extremos, que se imponen como de la tradición, pero ciertamente no son originales y ni siquiera deseables. Así rezan al “rebe” tal o cual, peregrinan a la tumba del sabio éste o aquel, usan amuletos con justificaciones más o menos complicadas, rechazan aspectos admisibles dentro de la Ley con tal de vivir en su gueto mental y material que los aísla y esclaviza a sus dogmas y a su líder. Se llenan de religión y apariencias en vez de espiritualidad a la vieja y sagrada usanza.
Pero también este cáncer sicosocial afecta a otras secciones del pueblo judío, y a los gentiles.
Entre estos últimos es quizás más “normal”, puesto que han vivido siglos, milenios en el pozo de la idolatría, de la negación de Dios, en relación con ángeles e intermediarios sagrados –irreales pero que ellos igualmente veneran-, sin la Luz de la Torá y los verdaderos tzadikim. Sin embargo, tampoco esa “normalidad” es saludable, puesto que el Eterno también quiere integridad de parte de los hijos de las naciones.
Así pues, es hora de tomar conciencia de esta espantosa realidad que nos rodea o de la que somos parte.
No echar culpas ni quejarse, no hacerse la víctima, no enojarse con quien señala el mal, sino hacer algo para ser libre del EGO, romper las cadenas de la idolatría y la superstición, dejar de prestar oídos a los mercaderes de la fe, denunciar a los fetraficantes que actúan de modo similar a los narcotraficantes.
Pero, sé que pocos lo harán, hay miedo en varios niveles, ignorancia, ceguera, apego a la religión en vez de a la espiritualidad.
Sin embargo, si uno despierta y se libera y entonces deja de lado la superstición, los fanatismos, los extremismos necios, podrá ayudar a otro a despertar y así se multiplicarán las personas que vivan en lealtad al Eterno, sin doctrinas de supuesta santidad que en realidad son cárceles para el alma.

Palabras duras, pero considero que necesarias. 
Como en su momento amonestara el Eterno por boca del profeta:

"Desde el profeta hasta el sacerdote, todos obran con engaño y curan con superficialidad el quebranto de mi pueblo, diciendo: ‘Paz, paz.’ ¡Pero no hay paz!"
(Irmiá / Jeremías 6:13-14)

Recomiendo el estudio del capítulo 13 de Iejezkel/Ezequiel, en donde vemos cómo estos vendedores de humo tóxico desde antaño usan similares estratagemas, trampas, mentiras para engañar, para hacerse pasar por santos, para vender sanidad y bendición, pero solamente entregan falsedad, superstición, no-paz.
Antaño contábamos con voces valientes que proclamaban la integridad del servicio al Eterno, en contra de tanta tramoya perversa, de tanto gurú santificado como semi-deidad.
Pero hoy…

Para finalizar quiero dejarles una historia de un verdadero tzadik, de alguien que podría servir como ejemplo:

En cierta ocasión un campesino y su esposa se presentaron ante el predicador de Koznitz para rogarle que rezara a favor de que tuvieran un hijo.
El sabio hombre les pidió 52 monedas de oro a cambio del milagro, y explicó que ese número correspondía al valor de la palabra ben, que en hebreo quiere decir "hijo".
El campesino rebuscó en sus bolsillos, y le entregó 10 monedas al maestro.
Éste rechazó esas monedas y recalcó, deben darme 52, sino no habrá milagro.
Un tanto alterado el campesino fue a la feria y allí vendió los objetos de valor que él y su esposa tenían. Con el dinero regresó a lo del rabino, y entonces le presentó 22 monedas, exclamando: "¡Esto es todo!, ahora rece por que tengamos un hijo".
El predicador no tocó las monedas, sino que impasible respondió: "52 monedas es lo que les he pedido, no menos".
Totalmente furioso el campesino toma a su mujer del brazo y sale gritando de la oficina del maestro: "¡Vámonos de aquí, le rezaremos a Dios directamente, sin necesidades de que haya en el medio intermediarios! El Todopoderoso nos ayudará igualmente".
Entonces los detuvo un momento el maestro y les explicó: "Ciertamente, ahora estás haciendo lo que les dará lo que tanto desean".
Y así fue.

Tu dios, tu siervo

¡Qué trastornada está la gente cuando tienen al EGO como norte!
Lamentablemente, así estamos la mayoría de los humanos… apresados por nuestros EGOs.

Seguramente te ha pasado, o conoces a alguien, o escuchaste de aquel que hace arreglitos con su dios, algo así como: “yo creo en ti, te adoro, me congrego con tus fieles, doy el diezmo al líder que te predica, me quedo en la ruina para enriquecer al pastor que te profetiza, renuncio a todo por ti, pero a cambio me DAS… (viene larga lista que incluye, por supuesto, dinero, amor, salud, sanación, salvación, prosperidad, éxito, fracaso de enemigos, enfermedad de la suegra, etc. varios, según gusto del consumidor)”.

Vamos… dime que así procediste en el pasado, o así haces ahora…
Ok, tú no… te creo, pero alguien de tus allegados seguramente que sí.

Dios, el verdadero Uno y Único o cualquiera de esos dioses que la gente sigue con fanatismo, parece estar al servicio de la persona.
Es como un abombado comerciante que vive del trueque, tú le das unas migajas para que él te dé buena mercadería.
Es tu esclavo, tu servidor, tu sirviente, ese que está para darte, satisfacerte, cuidarte, protegerte, lo que sea que a ti se te ocurra reclamar.
Tú eres el centro del universo, tu dios está anhelante por tus gritos, alelushas, plegarias, manos alzadas, lemas repetidos, palabras mal escritas en hebreo en tu Facebook, que compres libritos religiosos, que te congregues, que hables de dios todo el tiempo, tu dios está desesperado por no ser olvidado, para no perderse en el anonimato, para no morir como han muerto los dioses del pasado de Grecia, Filistea, Roma pagana, entre otros que han mordido el polvo del olvido.
Tu dios muere si tu lo dejas de lado, así que él corre para tenerte contento, para halagarte, para que lo tengas en cuenta, para que no te vayas y lo abandones… pobre miserable dios que no es nada sin tus gritos en congregación, sin tus plegarias, sin tus diezmos, sin tus ofrendas, dios es nada sin ti…

Vamos, piénsalo un poco, sé honesto contigo mismo, lo que te estoy describiendo ¿está muy lejos de lo que pasa?
Sí, puedes mentir, no te culpo, no te juzgo, puedes mentirte y negar la realidad… haz lo que te plazca, como haces en tu relación con tu dios, con tu prójimo…
Vive en la negación, porque eso es lo que puedes hacer. No puedes hacer otra cosa, ¿o sí?
Creo que no.
Porque tu vida está en desconexión.
Desconectada de Dios, el Uno y Único.
Desconectada de tu prójimo, hasta el más próximo a ti.
Porque estás desconectado de ti mismo.
Crees que tu identidad se resumen las máscaras del Yo Vivido, porque no sabes, ni quieres saber nada de tu Yo Esencial.
No te conoces, te desprecias, huyes de ti, para seguir cómodo aunque padeciendo a pleno; cómodo en la negación que no te compromete a nada.

Entonces, aparentas estar conectado a tu dios ese que es tu siervo. Ese que es capaz de morir para que tú vivas y seas salvo.
Ese que corre para darte lo que reclamas, que tiene que someterse a tus deseos.
Entonces, manipulas a los demás, así como haces con tu dios.
Lloras, pataleas, gritas, engañas, tal y como un bebe grandote, lleno de mañas, plagado de estafas al solitario.

Los demás tienen que servirte, sino, los desechas.
Lo mismo que tus dioses.
Porque un día eres católico, al otro evangélico, al otro mesiánico, al otro te crees judío ortodoxo, luego te haces pasar por noájida leal, más tarde eres noájida mesiánico, después supuesto converso al judaísmo por la rama reformista o quizás hasta conseguiste un “rabino” ortodoxo que te vendió una ilegítima conversión judaica, pero luego vuelves a tu vida de gentil resentido con la vida, y paseas por los babas cabalisteros, y te internas en un ashram, después paseas tu cuerpo por las drogas, para volver a confesarte con el curita de la otra cuadra… patética tu vida, aunque no sea tan trajinada y te quedes en algún punto intermedio.
Vagabundo, por no tener conciencia ni amor por tu verdadera identidad espiritual.
Porque desechas si no te sirven, dejas de lado a la gente como a los dioses, solamente te tienen que servir, de lo contrario pa’fuera.

Pides plata, pides salud, pides amor, pides, pides y a veces das, pero si es que a cambio tendrás alguna ventaja real o fantaseada.
Eres bueno, porque te conviene.
Eres justo, para no marchar preso.
Eres religioso, para sentirte mejor, como un drogado que se instala en su adicción para anestesiar su conciencia con la maldición que consume.
Eres ateo, porque no sabes qué hacer con tu vida.
O crees saberlo, pero si es que la vida se acomoda a tus criterios y a los dogmas que tu adoras, sean religiosos de nombre o de hecho.

Luego excusas, justificaciones, racionalizaciones, explicaciones, apologías, mascaradas, apariencias, tonteras, negaciones, mentiras para seguir aferrado al pastor que te saca hasta el último centavo, preso del EGO que te esclaviza con temor, sentimiento de culpa, angustia por el futuro, ideas peregrinas que tu consideras verdaderas.

Para finalizar, quizás lo sintetizo en una frase:

El propósito de servir a Dios no es para recibir “bendición” (dinero, amor, fama, salud, éxito, el paraíso, hijos, etc.);
sino que el propósito de disfrutar de la bendición es servir con más capacidad a Dios, a través de la bondad hacia el prójimo.

Dar sentido a la vida

Hola amigo noájida, nuevamente te ofrezco el gratuito pan espiritual que satisface tu alma.
En la ocasión te comentaré brevemente sobre la porción de lectura de Torá para los judíos que corresponde a esta semana en curso.
Recuerda, es la Torá judía, para los judíos, con mandamientos y enseñanzas judíos. Es bueno conocerlo para estar con los pies sobre la tierra y la cabeza en los cielos, también para tomar conductas saludables a partir de las antiguas y sagradas enseñanzas de Israel.
La sección se denomina Vaetjanán, de la cual he seleccionado los siguientes puntos de interés:

1. El rezo es una poderosa herramienta de comunicación entre el hombre y Dios. Podemos alabar, agradecer, pedir, conversar con Dios, conocernos profundamente por medio de buscar el canal del vínculo sagrado, pero no debemos esperar que Él nos dé todo aquello que nosotros pretendemos.

2. La comodidad, o el deseo por la misma, suele llevar a las personas a cometer errores.

3. Cuando la persona peca tiene un camino siempre abierto hacia Dios, se llama: TESHUVÁ, el arrepentimiento sincero.

4. Se recuerda la Revelación ocurrida en Sinai de Dios ante los judíos, con la consiguiente entrega de la Torá y las Tablas del Pacto para sellar la unión especial entre Dios y los judíos. Leemos la segunda forma del Decálogo.

5. Dios es Uno y Único, leemos la porción muy famosa y sagrada del “Shemá Israel”.

6. Podemos amar a Dios por medio de conocer y cumplir lo que Él desea que hagamos.

7. Todo tipo de disfrute de la bendición está disponible para aquel que se entrena en andar por la buena senda, aquella diseñada por Dios.

8. Apartarse de las malas influencias, los malos consejeros, los malos amigos, es muy saludable.

9. Dios quiere lo mejor para nosotros, lo prepara, lo entrega, pero no siempre sabemos recibirlo y aprovecharlo. Lo mejor para el noájida es el noajismo, sin dudas, pues es el legado eterno que Dios ha conferido a las naciones del mundo.

 

Relato: El hombre veloz

José iba en su nuevo automóvil a mucha velocidad. Rápido… correr… más metros devorar… velocidad… a algún lugar quería llegar…
Ah, José amaba a su auto nuevo. Reluciente, hermoso, moderno, un bólido, seguro, para que le envidiaran, para presumir, para ser alguien, el súmmum de la felicidad según la entendía José.
Avanzaba por las calles, que pasaban casi borrosas ante sus ojos, hasta que un fuerte golpe a un costado lo hizo detener la marcha por completo.
Descendió, ya con el rostro surcado de ira, rencor, angustia, presentimientos. Su gesto se enturbió a un más cuando pudo descubrir la causa del tremendo ruido que le había obligado a parar: un ladrillo había lesionado un lado de su belleza.
Observó atentamente los alrededores y descubrió allí a un niñito, con cara de asustado y culpable… ¡sí había sido él el criminal que le destrozó el alma que dañó su auto!
Corrió hasta el niño, lo zarandeó, lo sacudió, le gritó, le dijo cosas imposibles de reproducir aquí. El odio, el enojo, la impotencia, todo junto estallaron en contra del pequeñito.
El niño llorando, asustado, casi sin voz le dijo: “Mi hermanito está caído y no respira. Nadie se detuvo a ayudarme. No sabía qué hacer. Perdón… ¡ perdón! ¿Pero alguien me puede ayudar? Usted… ¿usted me puede ayudar?”.
José salió disparado hacia la casa, allí estaba el niñito, lo tomó entre sus brazos, corrió hasta su bello auto golpeado, a la carrera comenzó a devorar metros, rápido, a mucha velocidad rumbo al hospital más cercano…

Preguntas para repasar y reflexionar

1. ¿Cómo crees que terminaría este cuento?

2. ¿Cuál es la diferencia entre la carrera del principio y la del final?

3. ¿Cuál es la moraleja?

4. ¿Estuvo bien lo que hizo el niño para llamar la atención?

5. ¿Cómo relacionas este relato con el contenido de la parashá?

6. ¿Te parece que esta enseñanza tiene alguna relevancia para la vida cotidiana?

7. ¿Conoces algún otro relato o anécdota que tenga similar contenido?

¡Te deseo un feliz séptimo! Moré Yehuda Ribco

Volver y arrepentirse

Uno de esos misioneros mesiánicos, aquellos que usan un disfraz judío pero que no son otra cosa que cristianos, pretendió demostrar la necesidad de su “dios, mesías, rabino” (o el rol que le quieran inventar, de acuerdo a con quien están hablando) al mostrar un versículo de la Torá en el cual parece (recalco: parece) que el arrepentimiento no es suficiente para obtener el perdón divino. Por tanto, el “cordero de Dios” es imprescindible, su sangre derramada en brutal muerte, su sacrificio por el pecador, es lo único que “salva” del pecado.
El misionero, que se hace pasar por “rabino, haham, moré, roé, ioresh, líder” o lo que le venga en gana, estaba sumamente feliz por su descubrimiento “teológico”.
Ahora sí, para él quedaba perfectamente vendido el paquete promocional de “Jesús, Ieshu, Yeshuah, Yahushuauahua” (o la pamplina que inventen según el consumidor) como único camino para la vida, la salvación, el paraíso, el perdón de Dios de todos los pecados.

El versículo es:

"Entonces volvisteis y llorasteis delante del Eterno, pero el Eterno no escuchó vuestra voz ni os prestó atención."
(Devarim / Deuteronomio 1:45)

Con los habituales malabarismos, piruetas, falsedades, ocultamientos, medio verdades, prestidigitación de mago, este señor mostraba a quien quisiera ver que los judíos “volvieron”, es decir (según él: “se arrepintieron”) y no solo eso, también lloraron delante de Dios, pero no fue suficiente. Él no los perdonó. Lo cual demostraba, para este señor mesiánico, que a Dios no le sirve el arrepentimiento de la gente, sino que es requisito indispensable es el sacrificio de Jesús en la cruz para redimir de pecados.
Para ponerle un moño al regalo teológico, el muchacho se tomó la molestia de hacerse pasar por sabio bíblico con manejo del hebreo de la Torá, por lo que también demostró que la palabra usada para decir “volver”, es la misma que se usa para “arrepentirse”.
Gracias a San Google Traductor, caso cerrado para este payaso de la religión.

Debo confesar que con el versículo así mostrado, me costó unos cinco segundos poder darle la respuesta correcta, aquella que desarticula por completo la estúpida maldad que este señor pretende vender como iluminación sagrada.
Porque, de verdad, el versículo “pelado” parece confirmar lo que el sujeto manifiesta, en lo que respecta a que a veces Dios no perdona al que se arrepiente.
Parece confirmar eso, repito: parece.
Pero, NO, EN ABSOLUTO NO, confirma o siquiera señala que sea Jesús la solución a la “falta de perdón” por parte de Dios. Eso queda por completo excluido, puesto que si en verdad el versículo indica que Dios no perdonó en aquella oportunidad ante el arrepentimiento de los judíos, en modo alguno eso implica que sea Jesús la solución.

Como dije, el impacto me tomó cinco segundos para desbaratarse por completo.
Fue tan simple como poner en contexto al texto:

"Entonces el Eterno me dijo que os dijera: ‘No subáis ni peleéis, porque Yo no estoy entre vosotros. No seáis derrotados delante de vuestros enemigos.’
‘Yo os hablé, pero no escuchasteis. Al contrario, fuisteis rebeldes contra lo que había dicho el Eterno; actuasteis con arrogancia y subisteis a la región montañosa.
Pero los amorreos que habitaban en aquella región montañosa salieron a vuestro encuentro, os persiguieron como lo hacen las avispas, y os destrozaron desde Seír hasta Horma.
Entonces volvisteis y llorasteis delante del Eterno, pero el Eterno no escuchó vuestra voz ni os prestó atención."
(Devarim / Deuteronomio 1:42-45)

¿Qué es lo que dice el texto?
Que un grupo de judíos, no todos ellos de paso lo explico, recibieron la orden de no ir a tal lugar, porque Dios les advirtió que Él no quería eso, que sería un fracaso.
Pero ellos fueron.
Pasó lo que tenía que pasar.
Fueron destrozados.
Entonces “volvieron”.
Cuando llegaron nuevamente, lloraron por la derrota dolorosa.
Dios no los perdonó.

¿Ya viste el error del misionero que se las viene de educador y santo maestro?
Equivocó, por ignorancia y maldad, el verbo “lashuv” (volver y/o arrepentirse).
En donde claramente, dado el contexto y el sentido del relato, el verbo debe entenderse como regresar a un determinado sitio, del cual se salió, el traficante de la fe interpreta y enseña e inventa teología a partir de explicarlo como “se arrepintieron”.

Claramente, no fue lo que hicieron.
Y no es cuestión de opinión, me parece, me conviene, me suena, el “señor me dijo al oído”.
Es mera comprensión del texto, tal y como se debe comprender en su sencillez.

El grupo de judíos no lloró como parte de un proceso sincero de arrepentimiento, sino por dolor, por frustración, como niño chico, títere del EGO.
El grupo de judíos no regresó en el sentido espiritual, emocional, de conducta, ético, como sinónimo de arrepentimiento, sino que retornó físicamente después de haber ido adonde no debían.
Ellos no estaban implorando perdón desde el abismo, sino llorando para liberar presión o para tratar de manipular a Dios, algo que es imposible.

Si aquel grupo rebelde hubieran dejado de lado la rebelión, se hubiera hecho cargo de su error, se hubiera encaminado en un proceso de arrepentimiento sincero, en el cual uno regresa a la buena senda, entonces ciertamente que Dios les habría perdonado, tal como Él hace siempre que la persona se arrepiente por completo y se quita de encima el morral perverso y se compromete a llevar una vida de fidelidad.
Tal y como expresa con extrema claridad y verdad el profeta:

"¡Vuelve Israel al Eterno tu Elokim, porque por tu pecado has caído!
Tomad con vosotros palabras y volved al Eterno. DecidLe: ‘Quita toda la iniquidad y acéptanos con benevolencia; en lugar de vacunos te ofrecemos [el fruto de] nuestros labios.
No nos librará Asiria; no montaremos sobre caballos, ni nunca más diremos a la obra de nuestras manos: ‘Dioses nuestros’; porque en Ti el huérfano alcanzará misericordia.
‘Yo los sanaré de su infidelidad. Los amaré generosamente, porque Mi furor se habrá apartado de ellos."
(Hoshea / Oseas 14:2-5)

Entonces, me tomó cinco segundos descubrir la trampa del misionero y desactivarla.
Pero, ¿qué te hubiera sucedido a ti?
¿Hubieras caído en la sucia astucia del tramposo?
Te lo dejo para que pienses.

Ahora, te cuento que la variada significación del verbo “lashuv” no pasó inadvertida a los sabios verdaderos.
Por supuesto que en el contexto se nota claramente lo que te explique, pero cómo se puede explicar en sí mismo el versículo, y en específico el verbo “regresar”.

Sforno (R. Ovadia ben Iaakov Sforno, c. 1470-c. 1550) nos fundamenta que en ocasiones el arrepentimiento no es suficiente en sí mismo, según él,:

  1. incluso el arrepentimiento sincero no habría sido aceptado, ya que el pecado de los exploradores incluye una profanación del nombre de Dios (Jilul Hashem), este pecado gravísimo requiere de arrepentimiento pero sólo a la muerte del transgresor es que se rectifica por completo del pecado (ver Ioma 86a y Rambam Leyes del Arrepentimiento 1:4). Dios lo perdona con el arrepentimiento, pero el efecto del perdón solamente se alcanza tras la muerte.
  2. el decreto de Dios era irreversible ya que se combinó con un juramento (ver Rosh Hashaná 18a; Ievamot 105). Dios lo perdona al arrepentirse pero el efecto negativo no se modifica, pero seguramente que sí se dulcifica, se empequeñece, se mitiga.
    Como ocurrió con David: "David respondió a Natán: -He pecado contra el Eterno. Y Natán dijo a David: -el Eterno también ha perdonado tu pecado; no morirás.
    Pero como en este asunto has hecho blasfemar a los enemigos del Eterno, el hijo que te ha nacido morirá irremisiblemente."
    (2 Shemuel / II Samuel 12:13-14).
    El mal ya estaba incubado, ya no se podía cambiar su presencia, ni siquiera con el arrepentimiento sincero. Pero se disminuyó, no causó tantos daños como hubiera acontecido sin el arrepentimiento sincero.
  3. el grupo pecador no se arrepintió realmente, sino que trató de negociar el perdón por medio de las lágrimas y apariencia de arrepentimiento. No tenían conciencia del daño provocado, ni compromiso de rectificarlo, ni deseo de andar por la senda del bien, sino temor al castigo, lo que los llevó a un falso arrepentimiento, o al menos parcial.

Es interesante notar que las dos primeras opciones parecieran ser muy severas por parte de Dios, pero cuando lo vemos con una mirada más amplia y espiritual podemos descubrir que es otra manifestación de la infinita misericordia de Dios.
Para nosotros, menudos seres finitos y limitados, el sufrimiento de este mundo nos parece insoportable, terrible, un castigo de Dios. Pero para Dios el “castigo” es parte de la rectificación, del proceso para equilibrar aquello que el pecador ha trastocado con su incorrecta acción.
A veces el balance se consigue con un procedimiento sencillo, en oportunidades se precisa de mucho más esfuerzo y en algunas oportunidades aunque el perdón divino haya sido concedido igualmente el efecto negativo –el castigo- debe ocurrir, es parte del proceso de rectificación, de limpieza, de arreglar lo que el pecado corrompió.
A ojos nuestros puede resultar doloroso, imposible de tolerar, demostración de la “ira de Dios”, pero para la mirada espiritual obtenemos un orden superior.

Algo así es lo que se desprende del enigmático comentario de Rashi al versículo citado en primer término:

“Es como si ustedes hubieran hecho del atributo de la Divina Misericordia como si fuera cruel”

Sí, a nosotros nos puede parecer cruel, porque somos ínfimos, nuestros pensamientos no son los de Él.
Pero ciertamente Él es Misericordia, aunque a nosotros nos parezca cruel.

Comprendamos, Él hace Su parte, pero nosotros debemos hacer la nuestra.
Cuando nos afiliamos al caos, provocamos el desorden, traemos el mal, corrompemos nuestra vida, usurpamos, molestamos, servimos al EGO, etc., es imprescindible hacer todo lo que esté a nuestro alcance para hacer regresar las cosas a su orden, rectificar, construir shalom.
Pero nuestro arrepentimiento no siempre logra recuperar lo que hemos destruido, no daremos vida al abortado o matado, no devolveremos la salud al que perjudicamos, no restañaremos el honor del que blasfemamos, etc., en estos casos (no solo en los que mencionamos, en todos los que no podemos volver las cosas a su cauce) cuando el proceso iniciado o amplificado por nuestra acción es imparable, debemos asumir las consecuencias. Éstas serán mitigadas por Dios, pero las consecuencias allí estarán.
Ningún ritual mágico, ni sacrificio, ni sangre, ni fe, ni voltereta intelectual sirve para equilibrar lo que hemos trastabillado.

Hasta aquí nuestro encuentro.
¿Qué aprendimos?

  • Los mesiánicos mienten, es esencia, su destino, su vida.
  • Los textos se deben leer en su contexto.
  • Saber leer letras en hebreo, o usar el traductor online, no es sinónimo de saber hebreo o traducir correctamente.
  • Las enseñanzas espirituales se deben tomar de buenas fuentes, para no envenenar la vida.
  • Las palabras de los mesiánicos deben ser silenciadas, no permitir que los incautos se contaminen.
  • Dios ama a Su creación.
  • Dios desea que el pecador se arrepienta.
  • El arrepentimiento sincero es el mecanismo para rectificar el pecado.
  • En ocasiones el pecado es tan grave que es totalmente perdonado al morir la persona.
  • En ocasiones el pecado es perdonado luego del arrepentimiento sincero, pero las consecuencias ya se han puesto en marcha y no se pueden evitar, aunque sí mitigar por la Divina Misericordia.
  • Las patrañas religiosas, idolátricas, no tienen razón de ser para el que lleva una vida de espiritualidad sincera.
  • El arrepentimiento es hacer lo posible para retornar al camino correcto y equilibrar lo que hemos trastocado.
  • Dios no suele hacer actos de magia, ni siquiera para el que se arrepiente sinceramente. Él ha dictado leyes y hace que se cumplan.

¿Algo más que hayamos aprendido?

¿Sólo Siete?

La pasión de las “buenas intenciones” que llevan al desastre nos acompaña desde que el hombre es hombre.
Cuando Eva asumió que comiendo del fruto prohibido las cosas serían mejor en adelante, siempre andamos pretendiendo saber más que Dios y terminamos desbarrancando por quebrar los límites.
Te brindaré una breve lista de ejemplos del Tanaj, aparte del ya mencionado.
Casos no faltan, pero para no extenderme ni aburrir me limitaré a dos que supongo son bastante conocidos.

Dios ordenó al rey Saúl que exterminase por completo al pueblo de Amalec, no se debía dejar con vida ni a los animales. Tampoco se podía traer botín de guerra. (Los motivos y explicaciones para tan drástica determinación no son tema para este artículo).
El rey Saúl dejó con vida al más perverso de todos, al propio rey de Amalec llamado Agag. Por si fuera poco, dejó escapar a la joven esposa de Agag, quien estaba embarazada y de cuyo seno saldría años más tarde el asesino y genocida Amán, aquel del relato de Esther.
También a instancias de las quejas del pueblo que lo siguió a la batalla trajo buen ganado.
Ambas cosas estaban prohibidas por el directo mandato de Dios dado a Saúl por intermedio del profeta Samuel.
Sin embargo, al regresar de la guerra el rey dice –honestamente- al profeta: "¡El Eterno te bendiga! He cumplido la palabra del Eterno." (1 Shemuel / I Samuel 15:13).
Sí, se presenta en nombre de Dios. Bendice en Su nombre. Dice haber cumplido Su mandato. Honestamente lo dice… ¿no?
Pero es evidente que no ha hecho lo que Dios ha mandado.
Sino que sus acciones fueron negativas, muy negativas.
Así se lo hace notar drásticamente el profeta, el que incluso le anuncia que Dios le ha quitado el cetro del reino y le fue entregado a otro. ¿Por qué? Porque Saúl no era apto, no era leal, no era un buen rey. Era un “buen tipo”, lleno de “buenas intenciones”, pero sin la adecuada fidelidad a cumplir con lo que debía cumplir.
Él añadió porque quiso, porque lo presionaron, porque lo engañaron, porque se dejó manipular, porque era débil emocionalmente, porque quería hacer algo más de lo mandatado pero en honor a Dios.
El resultado fue el fracaso personal, el descalabro familiar, la ruptura de Israel y eventualmente provocaría la amenaza casi cumplida de la desaparición del pueblo judío por medio de Amán, el descendiente de Agag que sobrevivió a pesar de que Dios había dicho que ninguno de Amalec viviera.
Sí, buenas intenciones tenía el rey, buenas excusas se inventó, muy “religioso” pretendía ser a pesar de contradecir a Dios, porque él dijo: "El pueblo perdonó la vida a lo mejor de las ovejas y de las vacas, para ofrecerlas en sacrificio al Eterno tu Elokim." (1 Shemuel / I Samuel 15:15).
Oh sí, el era religioso, no era culpable de nada, eran los demás los que hacían mal. Él tenía intenciones muy religiosas, quería elevar buenos sacrificios en honor a Dios, al mismo Dios que le había ordenado que no trajera esos animales, que nada quería de allí… pero Saúl pretendía saber mejor que Dios lo que era bueno.
Añadió al mandamiento de Dios, con la excusa de que era para mejor servir a Dios.
La clara respuesta de Dios fue: "Porque la rebeldía es como el pecado de adivinación, y la obstinación es como la iniquidad de la idolatría. Por cuanto tú has desechado la palabra del Eterno, Él también te ha desechado a ti, para que no seas rey." (1 Shemuel / I Samuel 15:23).
Así es, las buenas intenciones no cuentan cuando se hacen traspasando los límites impuestos por Dios.
El religioso, ese que añade lo que nadie le exige ni quiere, termina por despreciar a Dios, de tanto que dice amarlo.
Eso pasa tan a menudo, a cada rato.
Aunque no lo creas, la mayoría de los idólatras no están en ese estado de carcoma espiritual a causa de la rebeldía y oposición a Dios, sino porque de tanto “amar” a Dios sin conocimiento cabal y sin educación para dominar a sus EGOs, terminan andando por la senda de la derrota, del mal, de la enajenación, de la negación de Dios.
¡Terrible! Cierto.
Recuerda, la religión nace cuando se carece de sentido de lo espiritual.
¿Te pasa a ti?

Otro ejemplo de las santas escrituras del pueblo judío.
El profeta Jonás fue enviado por Dios a la gran ciudad para advertirles de que si no se arrepentían de su mal proceder, Él los destruiría pronto.
El profeta por varios motivos prefirió desoír a Dios (tampoco son tema de este estudio, así que no los pidas encontrar aquí).
Sin embargo Dios forzó al profeta a cumplir con su misión.
La gente de Nínive se arrepintió, el espantoso castigo no fue enviado, miles se salvaron del desastre gracias a la poco simpática intervención del profeta.
Éste, en vez de celebrar que miles no murieron, se enfadó.
En lugar de festejar que por un instante muchos gentiles encontraron el camino correcto al Eterno, el noajismo, se ofuscó.
El profeta se enojó muchísimo con… Dios.
¿Por qué?
Él mismo lo dice: "Porque sabía que Tú eres un Elokim clemente y compasivo, lento para la ira, grande en misericordia y que desistes de hacer el mal. Ahora, oh Eterno, por favor, quítame la vida, porque mejor sería mi muerte que mi vida." (Ioná / Jonás 4:2-3).
¿No te parece increíble?
A Jonás le molesta que Dios sea compasivo, que perdone, que no castigue al que se arrepiente, que tenga piedad del pecador –incluso aunque no crea en Él-.
¿Cómo se atreve Dios a actuar de esa manera tan bondadosa?
Tal sería la queja amarga del profeta.
Para vivir de esta manera, mejor la muerte, confiesa el profeta.
¿De qué vale una vida cuando Dios es misericordioso hasta con pecadores, que ni siquiera llegan a creer en Él, pero se arrepienten de la maldad que hicieron y prometen no volver a cometerla?
Para vivir así, mejor morir… ¿te parece amigo lector?
Yo creo que no, pero bueno… de esta clase de religiosos abunda el mundo. Los fanáticos religiosos, que nuevamente por carecer de sentido espiritual se enfrascan en teología, rituales, dogmas, extremismo, odio… desprecian al hombre, desprecian a Dios.
Jonás tenía “buenas intenciones”, no hacia el prójimo gentil, pero sí hacia Dios. Al menos eso era lo que él creía.
Para él era indispensable que esos malvados gentiles tuvieran fe en Dios, e incluso que fueran sacrificados, ¡aunque hubieran comprometido su honor a no volver a maltratar al prójimo!… con tal de que Dios fuera alabado y adorado por todos los demás, tal y como Jonás tenía en mente que debía ser.
Sus buenas intenciones, su religiosidad, le nubló el entendimiento, le oscureció el corazón, le llevó al fracaso.
Con ironías muy finas el relato del libro nos demuestra que a Dios en poco agrado ese extremismo, ese dogmatismo, esa religiosidad.
Dios prefirió el sincero arrepentimiento, aunque motivado por el miedo a la destrucción, de los idólatras de Nínive antes que el cuadrado fervor religioso del profeta.
Recuerda, la religión adora ídolos –aunque lo llamen Dios, el de Israel, el único-; la espiritualidad conecta con Dios.
¿Qué es lo que haces tú?

Ejemplos, podemos seguir mentando, pero hasta aquí por hoy.

En nuestra época, ¿qué pasa con los noájidas que sienten que “deben” bucear en Torá, enroscarse en supuesta Kabbalah (porque a la verdadera te aseguro que ni siquiera la rozarán) y fraguados “centros” cabalisteros, judaísmo en varios sabores y colores, sectas jasideas, supuestas conversiones al judaísmo, ponerse nombres en hebreo o algo que suena parecido, en refunfuñar para añadir mandamientos “de la Torá” a los Siete que ciertamente ha dado Dios para los noájidas?
Esos noájidas que bailotean y saltan de sitio web en portal judío o que parezca tal, que ponen candelabros y estrellas en sus perfiles personales, que compran libritos y libretes, que se inscriben en cursos y seminarios, que se la pasan mensajeando noticias de Israel o de rabinzagos aquí y allá, que repiten como lelos lo que rabinos o gente que se hace pasar por tal predican… ¿qué vacío emocional y corruptela mental tratan de llenar con estas buenas intenciones plagadas de ignorancia supina?
(Sí, los que estamos estudiando sabemos que es el EGO lo que se encuentra por detrás, pero no nos quedemos con la respuesta simple y cierta. Indaguemos un poco más.)
¿No siguen el mismo patrón de los bien intencionados que a lomos de la ignorancia acarrean el desastre?

¿Quien se anima a continuar este artículo?