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Resp. 866 – La bendición para ti, la verdadera bendición para ti

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Estimado Yehuda:

reciba un cordial saludo. No soy judía, pero me encanta todo lo que tenga que ver con el judaismo. En mi país los dueños de los negocios más prosperos son judíos. Trabajo en bienes raíces. Siempre que muestro propiedades de judios en venta noto que estos tienen cuadros de plata con letras en hebreo que dicen ser bendiciones. En esta semana visite una tienda donde solo venden articulos judíos, la propietaria la cual es judía me dijo que aunque yo no fuera judía podia comprar las bendiciones y tenerlas en casa. Ella me ofrecio varias y las compre todas. No se si me lo dijo solo para que yo comprara. Me vendio una bendicion con letras hebreas impresas en un fondo de plata muy linda. y la otra que compré es una bendicion para negocio.

Me sentí contenta con la compre que hice aunque inverti mas de cien dolares en las dos que compre, y tengo las bendiciones en mi apartamento.

Fue un placer escribirle.

Atentamente,

Julissa Jaén
Ciudad de Panamá

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El teclado qwerty y las religiones

La mayoría de nuestros teclados de computadora, antaño de máquina de escribir, tienen una caprichosa distribución, en lo que se conoce como teclado tipo qwerty.
¿Nunca les ha intrigado tal disposición antojadiza de las letras?
Les confieso que a mí sí.
Siendo muy joven, hace muchos años me cuestionaba sobre el qwerty, y me ilusionaba con idear/encontrar un sistema más “natural” en el que estuvieran ubicadas las letras quizás por orden alfabético, o tal vez de forma que la mano derecha tuviera mejor acceso a las letras más frecuentes (digamos a,e, s) en lugar de la izquierda y así otras ideas y preguntas que me fueron surgiendo en esas horas de ocio juvenil.
Ahora, ya mis dedos están habituados a la locación de las teclas, pero igualmente a veces, en esos raros momentos de vagancia mental, suspiro por un teclado más racional, según mi buen parecer y entender.
Como por casualidad hace un tiempito me topé con un articulito en la web, de un sitio que ya ni recuerdo (lo siento, debiera explicitarlo, pero no lo tengo registrado en mi memoria), del cual copié y guardé en mi PC, y ahora pasteo lo siguiente:

¿Sabían que la distribución qwerty se creó a propósito para que la gente escribiera más lento?
Estamos hablando de máquinas de escribir, claro, de dónde creen que provienen los teclados de las computadoras.
Resulta que había una distribución de teclas para máquinas de escribir que les permitía a las dactilógrafas teclear tan rápido que las palancas que unían a cada tipo con la correspondiente letra no tenían tiempo de volver a su lugar al golpear el papel y se encontraban con la que ya venía subiendo, y entonces se trababan.
Era una configuración demasiado eficiente, y entonces a alguien se le ocurrió separar las letras que se utilizaban con más frecuencia (en el idioma inglés) y diseñó el qwerty.

Mira tú lo que nos venimos a enterar.
Creo que en otras webs leí que esta idea era un mito, no lo sé, tampoco me preocupa tanto como para hacer una investigación profunda y sistemática (te invito a que si tú tienes tiempo ocioso, y quieres hacerlo, que lo hagas, a no ser que encuentres algo más trascendental que esta tarea).

Si tal motivo fuera el cierto, si se diseñó el qwerty para entorpecer la velocidad de escritura, en épocas de palancas metálicas accionadas por el golpeteo de los dedos, ¿no hubiera sido más razonable, eficiente y hasta saludable cambiar por una distribución más moderna cuando se dejó de usar el sistema de martillos móviles?
Hace décadas que existen máquinas de escribir eléctricas, sin palanquitas, o hasta incluso tecnología como para hacer que los brazos metálicos no se entorpezcan en su funcionamiento.
Ni que hablar de esta era en la cual ya no precisamos mover ningún objeto físico para digitar letras, sino que tan solamente manipulamos puntos de energía en una pantalla luminosa (y ni siquiera estoy recordando aquí los teclados virtuales, los teclados de láser, entre otras maravillas modernas).
Pero, aunque tú y yo entendamos esta “fidelidad” a un sistema obsoleto (de acuerdo al motivo expresado más arriba) y pretendamos hacer un cambio en la realidad del mercado para obtener un teclado más ajustado a nuestra necesidad, a pesar de esto, el teclado qwerty sigue siendo el que lidera.
Vaya uno a saber la razón… (lee aquí si gustas y luego pensar en imperialismos, dominios económicos, pasión por el poder, religiones, sumisión al EGO, etc. Gracias.)

¿Qué podemos aprender de noajismo sobre esta breve historia?
Yo te propongo ahora algunas breves ideas, tú si quieres puedes aportar más en la zona de comentarios.

  1. El hombre es un animal de hábitos, para bien o para mal.
    Al principio nos cuesta aprender cosas nuevas. Tenemos que concentrarnos, poner voluntad, lentamente ir adquiriendo habilidad y destreza. Con el entrenamiento el hábito se va formando y deja de precisarse de fijar la atención, de rebuscar, de equivocarse para aprender, pues se automatiza, se convierte en hábito.
    Sea esto para lo bueno como para lo malo.
    Alguien que ha sido adoctrinado en alguna religión o superchería, ya no hace preguntas, no se cuestiona, no indaga, no descubre las falsedades (si es que le “dan permiso” para hacer esto sus “mayores”, sean padre, tutores, pastores, clérigos, etc.).
    La persona se somete a los dictados de la religión, de la ideología, de la creencia, del hábito mental, y no hace más que vivir en piloto automático, aceptando silenciosamente cualquier cosa que esté dentro de su estrechito marco de conceptos adquiridos y habituados.
    El sano ejercicio de interrogar, investigar, criticar positivamente, rechazar lo negativo no se obtiene, se aminora, se apaga, se enlentece, se bloquea, se niega para aquel que ha sido adoctrinado en cualquier religión o ideología obtusa.
    Hasta los que se hacen llamar “libre pensadores” y “progresistas” no escapan de tales esquemas mentales, de rutas trazadas por otros, de hábitos mentales que han adquirido y ni siquiera tienen en cuenta que pueden ser erróneos, pesados, removibles, mejorables, etc..
    Existe el qwerty aprendiste a escribir en él y por eso das por sentado que es el único sistema infalible, el mejor, lo más eficiente y beneficioso. Ni se te ocurre indagar el origen, alternativas, mejorías, etc..
    ¿Estás dispuesto a destruir el hábito que te tiene encarcelado a tu religión, a tu ideología, a tus dogmas?
    ¿Serás capaz de ayudarte a ser libre para entonces vivir según el camino del gentil justo?
    ¿Dejarás de temer a todas esas fantasías con que te han corrompido, ideas tales como Jesús que te salva, el demonio que te castiga y etc. varios?
  2. Los mitos.
    El invento del teclado es reciente, muy humano, aparentemente pasible de ser registrado y verificado, y sin embargo… ¡cuántos mitos y cuentos que parecen reales pero no podemos confirmarlos!
    Si esto acontece con temas tan cercano, tan banales, tan intrascendentes, ¿cómo no dudar de esas historias fantásticas que te presentan, repiten y machacan, acerca de súper hombres sagrados que son enviados en misión de rescate por su padre del cielo? (pareciera que estoy hablando del Superman, pero es una referencia directa al cuento del tal Jesús).
    Los mitos, las leyendas, las fantasías, las inventadas anécdotas, las supuestas confirmaciones, se van acumulando y acumulando, son repetidas hasta el cansancio por los clérigos de la religión, luego difundidas sin cesar por los que aceptan tales ilusiones como sistema de vida y creencia religiosa. Pero, no dejan de ser mentirijillas, a veces bien intencionadas, pero muchas veces planificadas para someter, para dominar, para manipular, para obtener el poder sobre las mentes y almas de las personas.
    ¿No te da deseo de romper con esos esquemas que te han inculcado?
    ¿No quisieras encontrar un camino sagrado y ético, que te aparte de la programación automatizada que recibiste y consideras santa?
    ¿No crees que sería muy bueno hacer una profunda revisión de tus creencias, aceptar que tienes que revisar eso que crees “por fe”, para encontrar más fundamentos que solamente “la fe”, lo que dice el pastor o falso rabino falso mesiánico, lo que dicen los medios de comunicación, etc.?
    Por supuesto que también debes tener una postura sanamente crítica cuando te ofrecen alimento noájico, o que quieren hacerte creer que es tal.
    Tampoco tienes que creerme a mí, porque yo te lo diga, o a lo que se dice por internet, o a lo que algún patán (o quizás alguna persona correcta) te barbota desde el YouTube o similar.
    Estás en tu derecho y es tu deber interrogar, preguntar, indagar, descubrir, llegar hasta el límite saludable y razonable para encontrar la chispa de verdad que te está esperando y alumbrando.
    No caigas en cuentos bien intencionados o bien tramados, no te sigas comportando como un ingenuo, no sigas los pasos de los “religiosos” que aceptan hasta lo más extravagante escudándose en “la fe”.
    Ten presente que si al respecto del diseño de un teclado, inventado hace pocas décadas, se elaboran tantas historias fantásticas, ¿no será mucho peor cuando se trata de cuestiones religiosas?
    Por supuesto que eres bienvenido a indagar acerca de noajismo, tratar de descubrir si hay “trampas”, si hay “cuentos”, si es como una religión más.
    Como el noajismo no tiene nada que ocultar, no teme las preguntas ni se deja devorar por las críticas saludables, aunque no debiera admitir que se difundan mensajes y supuestas dudas de los burlones, de los misioneros que traman trampas en las sombras pero se presentan como amigos deseosos de aprender, de los que buscan beneficios personales egoístas y no tienen consideración por aprender y enseñar, entre otros peligrosos pozos en el camino del que busca acercarse lo más que pueda a la Luz.
  3. El reducido espacio de tus decisiones.
    Como hemos dicho, tú puedes querer otra cosa para tu vida, quizás el teclado Dvorak, o algún otro que ya está inventado, o tal vez desarrollar tu propio diseño.
    Tú puedes estar seguro de que el qwerty debiera ser reemplazado, pero el mundo de los negocios no siguen tus ideas, sino que van detrás de sus propios intereses.
    Así pues, debes acomodarte a la realidad del mundo en el que vives.
    Pero, no eres una oveja, ni un tonto, ni un impotente que no sabe, no entiende, ni puede; sino que eres una persona completa, que tienes tu capacidad para tomar decisiones y llevarlas a cabo, en la medida de lo que te es posible.
    Tú puedes optar, y debes hacerlo.
    A cada rato estás en ocasión de tomar alguna decisión, más o menos importante, más o menos vinculante, pero siempre ante una toma de decisión.
    Quizás no seas tú quien cambie el mundo, o quizás cuando tú cambies promoverás que el mundo cambie contigo.
    No lo sé, pero tampoco tú lo sabes.
    Por eso, debes estar consciente de tu poder, de tu responsabilidad, de tu obligación de escoger a cada momento, y que tu decisión sea coherente con la meta de construir Shalom en el mundo, empezando por tu propio interior.
    Tú decides cambiar hacia un lado o hacia el otro, sin pausas, sin excusas. Cuando crees no decidir o no poder hacerlo, de hecho estás tomando igualmente un camino.
    Así pues, tal vez sigas escribiendo en el mismo teclado qwerty porque no fabrican otro tipo de teclados, o quizás encuentres que puedes ir contra la corriente para hacer lo que es mejor para ti, sin por ello causar un daño a nadie.
    Descubrirás, tal vez, que no tienes porqué seguir esclavizado de dogmas, de religiones, de iglesias, de pastores, de fantoches que se hacen llamar “líderes” espirituales, de tus propias creencias infantiles, que son teclados inventados por otros, que buscan beneficiar a otros y perjudicarte a ti. Puedes optar por quitarte la máscara de las religiones, dejar de cargar la pesada mochila del adoctrinamiento religioso, de usar las formas que no te corresponden por derecho de Dios, para empezar a escribir con tu propio teclado, el que Dios quiere que uses, el que no es el más difundido, pero que sin dudas es el mejor.
    Tú decides, si te sumas a los que son una masa anónima de seguidores de lobos disfrazados de ovejas, o te separas del rebaño y moras a la Luz del Eterno.
  4. El conocimiento ante ti, pero no te percatas.
    Desde el inicio, lo más probable, es que te hayan adoctrinado para que no pienses críticamente, para que no indagues, para que no desenmascares lo oculto (oculto por perverso o por velado).
    Es típico de padres/educadores prepotentes (en realidad, sumamente impotentes) dominar por la violencia, manipular, atemorizar, amenazar, castigar, violentar, silenciar las divergencias, etc.. Por lo que sé, es el procedimiento habitual que también esgrimen los clérigos de la idolatría cuando alguna persona bien intencionada cuestiona alguna cosa de sus doctrinas oscuras.
    Presionan a más no poder, niegan el acceso al conocimiento, prohíben la preguntas, castigan la voz que desentona, y así un sinnúmero de estrategias para someter y dominar a sus devotos.
    Los clérigos de la idolatría están bien entrenados para ejercer sus astutos planes de dominación, han sido ejercitados en ellos por sus maestros.
    Y tú, vaya uno a saber por qué, te sientes amordazado, maniatado, imposibilitado, ridículo, pecador, malvado, poseído, etc. si es que siquiera se te ocurre hacer alguna preguntilla que no mira con buen ojos el pastor.
    Te callas, te anulas, te cohíbes, te reprimes, te censuras, te ridiculizas, te insultas, te castigas si es que siquiera se te cruza alguna duda por entre tus ojos.
    No quieres saber de nada, te encierras, repites los lemas que te adoctrinaron, te escudas en “creo por fe”, aunque en el fondo (cada vez más apagada) resuena una vocecita que te habla de que puedes ser libre, que estás siendo sometido a un adoctrinamiento feroz, que tienes posibilidad de rescatarte… esa vocecita de tu conciencia espiritual se va apagando, hasta que ya ni la puedes oír y si la sigues oyendo, la mandas a callar. Es mayor tu miedo que tu compromiso con la verdad, con el bien, con la justicia.
    Prefieres el elogio fácil del pastor, el dinerillo dulce de la congregación, el puchero lleno antes que el ser leal para contigo, para con Dios.
    La Luz está ante ti, a veces dentro de ti, pero prefieres mirar para otro lado, prefieres no mirar, prefieres bajar la cabeza y levantar tu mano derecha para decir “amén hermano” a algo que sabemos que es mentira.
    Ante ti está el teclado qwerty, quizás alguna vez tuviste un rayo de curiosidad para preguntarte por qué es así, o quizás ni siquiera tuviste esa alma libre como para hacerlo.
    Pero la pregunta siempre estuvo ante ti, lo quieras o no.
  5. Gozas de lo permitido, cuando sabes y admites lo que está permitido.
    Aquí pudiera surgir una duda interesante: ¿acaso los devotos de religiones no son personas inteligentes, no hay gente con pensamiento crítico entre los religiosos, no son famosas algunas mentes brillantes (científicos, literatos, líderes políticos, etc.) que aparte eran fieles a sus falsos dioses?
    La respuesta es que sí, que por supuesto que sí.
    Pero, estamos apuntando a usar las capacidades de descubrimiento, de crítica positiva, de reflexión madura, de “método científico”, también a otras áreas. Es decir, no dejarnos dominar por emociones, no ser esclavos de pasiones carnales, no adular por pretensiones sociales, no cegarse ante “palabras reveladas”, no quedarse callado y sabiendo que se está en conflicto espiritual solamente porque un pastor o un librito “sagrado” lo diga.
    Es llevar el deseo de conocer la verdad, en la medida de nuestra capacidad, a todas las áreas, sin por ello contaminar cada plano con racionalizaciones e intelectualizaciones constantes. Te explico, si vas a gozar de tu encuentro con un riquísimo pastel, no es hora de que te pongas a analizar racionalmente al respecto, sino que simplemente disfruta de lo permitido. Pero, ANTES de sumergirte en aquello que tanto quieres, o aquello que tanto te adoctrinan para querer, mejor te tomas un rato para pensar acerca de si será correcto o no, si te está permitido o no, si no resultarás dañado (o alguna otra persona) por el acto que harás. Así, en el ejemplo del pastel, si eres celíaco, diabético, obeso, etc., por supuesto que sigues teniendo el deseo por paladear el sabroso pastel, y lo harías con todo gusto, pero si mides las consecuencias te detendrás, porque admitirás que no es un disfrute permitido, por lo cual, si aplicas tu inteligencia y rigor, no lo comerás e igualmente estarás contento, pues has hecho lo correcto.
    Cambia la palabra “pastel sabroso”, por religión que me han entrenado a creer, que te hace sentir bien estar rodeado de los otros feligreses, que te sientes protegido por el pastor, que te hace sentir superior el saberte hermano de un hijo colgado que te salva de pecados, que no te presionan pues eres una oveja más del montón, etc. Estarás disfrutando de muchos beneficiosos, sin dudas, algunos reales y otros imaginarios, pero es un pastel que tienes prohibido, que te enferma, que te llena de placer pero conduce directamente a la frustración eterna.
    Así pues, emplea cada plano en su justo lugar, para gozar de lo permitido y apartarte de lo prohibido.

Para concluir este encuentro de hoy, quiero agradecerte por haber compartido conmigo este momento de reflexión, espero que podamos seguir estudiando juntos acerca de cómo ser libres para llegar a serlo realmente.
Y, cuando lo seamos, sepamos hacer algo productivo con nuestras vidas y no solamente huir nuevamente hacia la esclavitud, por no saber qué hacer con nuestra libertad.

¿Saber o creer que Dios existe?

El Eterno en Su perfecta sabiduría y amor ha dado SIETE mandamientos universales, para todas las naciones.
Son siete, ni uno más, ni uno menos.
Siete, que están expresados con claridad y confirmados.

Por su carácter, por su esencia, esta “Torá noájica” (Torá = instrucción, enseñanza), de tan solo Siete Mandamientos, no fue tallada en roca por parte de Dios, tampoco declaró que fuera puesto en un rollo escrito y custodiado en algún templo, sino que exigió que se viviera a pleno en la vida de cada uno de los descendientes de Noaj/Noé.
Tal sería la manera de que esa Torá gentil estuviera viva, en el corazón de cada uno de los hijos del hombre.
Era la mejor y más pura manera de preservar el legado, de llevarlo a cabo.
No depender de objetos externos, ni de líderes o maestros, sino de la conciencia clara y firme en mantener la dorada cadena que vincula al hombre con los mandamientos de Dios.
Al estilo de lo profetizado para el futuro del pueblo judío:

"Pondré Mi Torá en su interior y la escribiré en su corazón. Yo seré su Elokim, y ellos serán Mi pueblo.
Ya nadie enseñará a su prójimo, ni nadie a su hermano, diciendo: ‘Conoce al Eterno.’ Pues todos ellos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice el Eterno. "
(Irmiá / Jeremías 31:32-33)

Tal era lo que debía hacer cada gentil, tener SU Torá en su interior, es decir, conocer y vivir los Siete Mandamientos Universales.
(Aclaro para los que gustan de confundir, digamos, mesiánicos y otros paletos, que la profecía mencionada recién trata del futuro del VERDADERO pueblo judío, que en la Era Mesiánica será leal al Eterno, con total dedicación sabrá y aplicará SU Torá; tal como en el comienzo de la humanidad debieran haber hecho todas las personas con su propia Torá, la gentil, la que contiene solamente Siete Mandamientos).

Si bien era parte de la tarea y responsabilidad de cada gentil ser fiel a su tradición y mantenerla, tristemente no pudieron cumplir tan sencilla e importante tarea, vivir de acuerdo a los Siete Mandamientos, y pronto se llenó el mundo de confusión, de oscurantismo, de religiones, de dogmas, doctrinas, ideologías, etc..
Las multitudes de personas del mundo no supieron ser leales a tan simple pero profundo deber ante Dios, ante sí mismos.
(Un aparte: es bastante frecuente que reciba emails de idólatras –seguidores del falso dios y falso mesías- que desde su odiosa perspectiva acusan a Israel de no ser fieles a Dios, de no cumplir con Sus mandamientos, tal como la Torá registró en varias ocasiones… ¿no es patético? Gente incapaz de ser fiel a SIETE mandamientos se atreven a señalar acusatoriamente a aquellos que tienen SEISCIENTOS TRECE mandamientos y que como pueden los llevan a cabo… ¿no es patético? ¿No es patético que entre esos idólatras ni siquiera recuerden SU pacto verdadero con Dios y que hace milenios perdieron la buena senda, pero pretendan dictar cátedra a quienes en penurias y diásporas igualmente siguen conscientes y fieles a su propia identidad espiritual?)

Dios, en Su infinita bondad preservó el pacto con las naciones, lo mantuvo con lealtad a pesar de no recibir respuesta de parte de la humanidad.
La gente aborrecía a Dios, a pesar de usar la palabra dios a cada rato, a pesar de hacer sacrificios “para dios”, etc., lo cierto es que estaban lejanos de Dios, pues no se vinculaban con los mandamientos que Él había encomendado, habían olvidado SU Torá, la noájica.
Solamente un puñadito de hombres y mujeres eran fieles, el más destacado en su momento fue Avraham, el primer patriarca de los judíos.

Por Su bondad, es que los Siete se han preservado con fidelidad en la tradición del pueblo judío, y que sirve como legítima “caja de caudales” para las naciones.
Por supuesto que esto no significa que los Siete sean responsabilidad de la nación judía, mucho menos un invento judaico, ni que los guardianes judíos sean los que tengan que hacer la parte que le toca a los hermanos gentiles. Significa que así como una persona deja en resguardo -en casa de un seguro guardián- un precioso objeto para luego recuperarlo, es menester que cada gentil vaya y recoja su legado precioso, el conocimiento y compromiso a cumplir con los Siete.
Esto NADA tiene que ver con pretender estudiar Torá, o convertirse al judaísmo, o inmiscuirse en asuntos judaicos, o aprender hebreo, o tener objetos de judaica, ni afiliarse a sinagogas, ni ser parte de la nación judía; sino recibir el objeto puesto a resguardo, los Siete Mandamientos para las naciones.

Es notorio que ninguno de esos mandamientos noájicos ordena “creer en Dios”, cuando aparentemente debiera ser el núcleo central del noajismo, lo que sostiene el edificio de los Siete Mandamientos.
Pues, si no creo en Dios, ¿por qué habría de cumplir con lo que Él manda?
Entonces, parece como necesario y fundamental sumar como “mandamiento” el “creer en Dios”, aunque eso no está declarado por Dios como mandamiento.
En verdad, suena muy convincente y coherente esta tesis… ¿no te parece?

Por supuesto que sobran argumentos, bien intencionados sin dudas, para aseverar que es un “deber” para el noájida creer en Dios.
Por supuesto que son pensamientos razonables, valiosos, a considerar como interesantes, en apariencia con carácter sagrado… pero no toma en cuenta un “pequeñito detallito”, y es que Dios mismo no lo ha comandado como mandamiento para las naciones.
Mira qué curioso, tampoco lo ha ordenado directamente como uno de los 613 mandamientos para los judíos; se ordena CONOCER que Dios existe, y no directamente que se CREA en Él.
De hecho, si relees la profecía de Jeremías que cité más arriba verás que se habla explícitamente de CONOCER a Dios, y para nada de creer en él.
Quizás nunca te había percatado de ello, quizás pensabas que era algo similar conocer que creer, pero ahora puedes darte cuenta de que es diferente.
 
Podríamos SUPONER que es bueno creer en Dios, que sería DESEABLE que todo gentil crea en Dios, que en nuestro pensamiento DEBIERA ser un mandamiento que el gentil crea en Dios, pero no podemos someter a Dios a nuestra voluntad, ni cambiar los mandamientos según nuestra buena intención.
Pero, creer en Dios no es obligatorio para el gentil, desde el momento en que Dios no lo ha ordenado como uno de los Siete Mandamientos.

Reitero, es bueno que el gentil crea (luego veremos un poco más esto), es elogioso, es meritorio, seguramente obtiene recompensa en la eternidad por ello, sin dudas es una base firme para apartarse de errores y esforzarse en construir un mundo de shalom; pero, sigue sin ser uno de los mandamientos que Dios decretó para los gentiles.

Ahora, ¿cuál podría ser el daño que surgiera de aseverar que es necesario y obligatorio creer en Dios por parte del gentil?
Aparentemente no hay ningún perjuicio.
¿Cómo perjudicaría afirmar que es obligatorio creer en Dios?
Sin embargo, veamos una posibilidad de error o daño a causa de añadir un mandamiento que no existe.
Alguien puede buenamente luego añadir otro mandamiento, también bien intencionado, que tampoco existe.
Y así, se iría conformando un sistema seudo espiritual, basado en numerosas buenas intenciones, pero apartado de la senda delimitada por el Eterno para el noájida.
Por supuesto que saber que Dios existe está en la base de la fidelidad a Él, en el apego a los Siete, es el núcleo del cual parten los mandamientos para las naciones, pero, no es un mandamiento para los gentiles el deber saber que Dios existe.
Si lo saben, si lo admiten, si viven con la Luz de esa Verdad, es excelente; es lo que debiera ser, sin necesidad de que nada ni nadie le obligara a hacer.

Comprendo que puede ser un concepto difícil de entender y/o o compartir para personas que han padecido el nacer y criarse en entornos religiosos, en los cuales se adoctrina para creer en dios (adrede con minúscula), en donde se agrede a quien no cree, en donde es pecado no creer, en donde la duda es silenciada y castigada, en donde se hace que la persona crea, que tenga fe, aunque luego no viva de acuerdo al ideal espiritual diseñado por Dios.
Comprendo que puede parecer “blasfemo”, arbitrario, extraño que te diga que no tienes obligación de creer, de acuerdo a los mandamientos que Dios te ha comandado.
Quizás hasta en cierta forma te puedas sentir como un huérfano, creyendo que para los judíos es un deber, que ellos tienen a su “Padre” y tú no; si es lo que sientes, te comprendo, pero no tiene un punto de contacto con la realidad de acuerdo a lo planteado por Dios.
Dios es Padre de todos, judíos o gentiles, creyentes en Él o no, fieles a Sus mandamientos o contrarios, Lo conozcan o lo rechacen, Él sigue siendo Padre de todos.
Dios es una realidad, o más LA realidad. Somos nosotros pasajeros, fugaces, sombras de pájaros que pasan, nubes llevadas por el viento, inconstantes, desleales, torpes, etc. Pero Él es firme, una roca, eterno, fiel, perfecto, real.
Dios existe y no precisa de nosotros en lo más mínimo. Tampoco Le afecta si tú crees en Él o no, no es menos o más Dios gracias a ti o a mi.
Ahora bien, ¿por qué no te ordena creer en Él?
La respuesta, una de ellas, es bastante simple: uno cree acerca de lo que no puede comprobar, pero no se cree en aquello que se comprueba, que se SABE que existe.
Te lo pongo más claro: tú no crees que estás leyendo estás líneas, tú lo sabes.
¿Y cómo lo sabes?
Eso, no me lo respondas a mí ahora.

Dios no te pide, ni a ti ni a mí, que creas en Él, porque no se puede demandar creer en lo que es evidente, está “a la vista”; tal como no te pudo pedir que creas que estás leyendo este texto, pues sería un pedido ridículo de mi parte. Dios no comete actos ridículos ni inútiles.
Por tanto, tú puedes llegar a saber que Dios existe; repito, A SABER, pero no a creer…
¿Cuál es el método que Dios dejó en manos de las naciones para que ese conocimiento de Él exista?
Pues, el cumplimiento de los Siete Mandamientos Universales.
Te explico.
Adam, el primero en recibir los mandamientos universales, no precisaba que le dijeran que creyera en Dios, él mismo había hablado con Dios.
Noaj, del cual salimos los humanos luego del Diluvio, no precisaba que le ordenaran creer en Dios, él mismo recibía instrucciones directamente de parte de Dios.
Así mismo los hijos de Noaj, Shem, Jam y Iafet, quienes fueron testigos de la devastación, de la salvación, del pacto eterno del arcoíris, etc..
Ellos no podían ni debían recibir la orden de “creer” en Dios, pues para ellos era natural SABER que Dios existe.
¿Qué era lo que debían hacer?
Vivir de acuerdo a los Siete Mandamientos, desarrollar reglas justas a partir de los mismos, comprometer a sus descendientes en el noajismo, en tanto relataban con fidelidad como ELLOS mismos habían recibido “su Torá” (los Siete Mandamientos) directamente de Palabra de Dios.
Los hijos de los hijos debían recibir este legado, este recuerdo, este testimonio, esta evidencia de la existencia de Dios por medio del testimonio fiel e inquebrantable, tal era la tarea de cada personas en lo sucesivo… pero… la gente se dejo someter por sus vanidades, adoraban al EGO en lugar de ser fieles a Dios, por lo cual, pronto fueron toqueteando los mandamientos, los acomodaban a su antojo, los eliminaban, iban elaborando religiones, adoctrinando en “la fe”, inventando dioses, cubriendo de oscuridad y olvido el CONOCIMIENTO de la existencia de Dios y el DEBER de cumplir con Sus mandamientos. Tal fue lo que aconteció.
Así pues, no era necesario ni razonable que Dios demandara de los gentiles creer en Él, pues hubiera sido una orden imperfeta, ridícula.
Hoy, sumergidos en tanto fango de ideas y religiones, puede parecer loable el creer en Dios, cuando en verdad lo que debiéramos hacer es SABER que Dios existe.
Por supuesto, mejor creer que nada, o negarlo, o inventar dioses, o vaya uno a saber que otras terribles alternativas.
Pero, no pidamos –movidos por buenas intenciones- que consideremos como mandamiento noájico el creer en Dios, pues no lo es, ni lo fue.
Sí hagamos el esfuerzo por conocer más acerca del legado espiritual que nos motiva, a los judíos el judaísmo y a los gentiles el noajismo, conozcamos de nuestro pasado sagrado, comprometamos nuestra existencia a cumplir con los mandamientos que nos competen, revelemos la historia tal cual fue, para reconocer que Dios existe, que lo sabemos, que no precisamos de fe ni de creer, sino que es un hecho que SABEMOS.

Recuerda que cuando se agrega un mandamiento, sea cual fuera, da pie para que se agregue cualquier otro.
El sistema ya está confeccionado, tiene sus partes en su lugar, tal cual el Diseñador decidió, ¿cómo pretender modificar el sistema diseñado por Dios?
Otro perjuicio posible sería el que la persona se sienta pecadora, fracasada, en falta, lejana a Dios por no creer en Él… y en la realidad no es pecadora, ni fracasada, ni está en falta, ni se alejó de Dios… pero, a causa de agregar un mandamiento a lo ordenado por Dios, la persona pasa a vivir en conflicto, en una vida falsa, en lejanía cuando no debiera estar así.
Podríamos seguir buscando y encontrando beneficios de no añadir a los mandamientos, pero la idea ya está propuesta.
De paso, para los judíos, que tienen 613 mandamientos en lugar de sólo 7, hay explícito un mandamiento de no añadir ni quitar mandamientos:

"No añadáis a las palabras que yo os mando, ni quitéis de ellas, de modo que guardéis los mandamientos del Eterno vuestro Elokim, que yo os mando."
(Devarim / Deuteronomio 4:2)

Éste no es un mandamiento para los noájidas, pero bien puede ser un reglamento a tener en cuenta.
Recuerda que los reglamentos, las normas, las leyes derivadas, los consejos de vida, tus decisiones espirituales NO son mandamientos, aunque algunos de ellos pueden tener carácter muy grave y necesario, igualmente NO son mandamientos y no deben ser considerados como tales.
Así pues, una buena norma es no agregar ni quitar de los Siete Mandamientos universales. Puedes desarrollarlos, aplicar las reglas derivadas con total dedicación, pero a sabiendas de que no son mandamientos.

Ya hemos visto varios importante temas en este texto, que amerita relectura, repaso, estudio profundo, crítica saludable; pero aún quiero mencionarte un par de datos más.
En el idioma de la Creación, el que conocemos ahora como hebreo, creencia es EMUNÁ.
Esta palabra se asocia con entrenamiento, con ejercicio.
Creer no es tener una idea de algo, sino entrenarse para confiar en algo.
En el caso de la creencia en Dios, es entrenarse, ejercitarse, para confiar en Él.
¿Cómo se entrena uno en esto?
Pues, al cumplir con los mandamientos que a cada uno le compete, los Siete para los gentiles, los 613 para los judíos.
Si vives los mandamientos, aunque no conozcas a Dios, aunque no creas en Él, si igualmente vives de acuerdo a los mandamientos, llegarás a tener una vida noble, buena, justa y eventualmente descubrirás que también crees en Dios, aunque nadie te haya dado clases de “doctrina teológica”.
Esa creencia basada en el ejercicio de una vida saludable espiritualmente, conduce al conocimiento de Su existencia.
Tal es como ha subsistido a lo largo de los milenios, a pesar de las penurias, a través de las diásporas, con altibajos, el pueblo judío, el pueblo que es cercano a Dios.
No por creer en absurdos porque la fe lo exige; no porque se tiene el dominio y el poder para acallar a los contrarios; no por ser ciegamente fieles y sin rebeldías… nada de esto es parte de la nación santa de Israel.
No se vive teniendo fe en disparates, ni se ha tenido el poder para dominar y someter a los demás, ni se ha sido un pueblo de dóciles ovejitas que no se sobresaltan y retoban a cada rato. Y sin embargo, el pueblo de Israel VIVE y EXISTE, sigue siendo leal a Dios, sigue preservando su tradición, sigue estudiando y preservando SU Torá, sigue teniendo identidad, sigue siendo siervo fiel, a pesar de los pesares.
Cosa que no se obtiene por fe, ni por aplastar a los “herejes” en “guerras santas”, ni por ser sumisos hasta el absurdo; sino que se obtiene por entrenarse a diario en lo que le corresponde, hacer los ejercicios que fortalecen los “músculos” espirituales por medio de cumplir con los mandamientos que le competen.
Tú, hermano gentil, también puedes entrenarte, por supuesto que NO con la Torá judía ni con los mandamientos judíos, sino reencontrando TUS mandamientos, llevando tu confianza hacia Dios con sinceridad y pureza.

Así pues, a conquistar tu mundo interior por medio de lo que te corresponde.
Siendo orgulloso de lo que te toca, leal a tu identidad, fiel a Dios, constructor de Shalom.
Sin pretender saber mejor que Dios lo que te corresponde, sin adjudicarte prerrogativas que no tienes.
Tal vez no te resulte fácil, al principio, pero si te entrenas conocerás a Dios y se hará realidad la profecía de los últimos tiempos, una profecía que atestigua la presencia del verdadero Mesías:

" Entonces el Eterno será rey sobre toda la tierra. En aquel día el Eterno será único, y Único será Su nombre."
(Zejariá / Zacarías 14:9)

Resp. 862 – Como expiar estos pecados?

nos consulta:

1- Como obtener perdón por haber tratado mal a mi madre (ya fallecida hace 17 años) cuando ella estaba enferma?
2- Como enmendar el pecado de haber hablado graves calumnias de alguien (pecado cometido hace 15 años)? ( la persona probablemente lo sepa). Debo presentarme personalmente aun a riesgo de ser agredido o rechazado, o involucrarme en problemas?
(Ruego no publicar mis datos en la respuesta si es posible)
R., Argentina.

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TESHUVA: bendición para tu vida en seis pasos

El calendario universal humano (conocido frecuentemente como calendario hebreo o judío, aunque en realidad NO es hebreo o judío específicamente), nos trae por estos días a las fechas propicias para la reflexión, el análisis de la propia vida, el reencuentro, el crecimiento, la redención personal y colectiva; pues, estamos a pocos días de comenzar un nuevo aniversario de la humanidad (en la fiesta que en el pueblo judío se conoce como Rosh HaShaná).

Como siempre, es muy extenso lo que podemos estudiar, aprender, compartir, pero quiero ser breve y centrarme en un aspecto fundamental y necesario: el arrepentimiento completo y sincero, al cual se denomina en el idioma de la creación como TESHUVÁ.

Para hablar de la teshuvá, debemos antes mencionar el “pecado”, pues es lo que determina que uno esté necesitado de teshuvá.

El “pecado”, que en el idioma de la creación se denomina JET (la “j” suena como en español) no reviste de un sentido moral o “religioso”, sino que indica una desviación del camino que está trazado y debe seguirse.
Así pues, no veamos al “pecado” como algo vicioso en lo moral, malvado en lo espiritual, sino lisa y claramente como salirse de la ruta, sea en poco o en mucho, adrede o por error, con deseo o sin él.
El jet es apartarse de la senda que ha marcado Dios para cada persona de acuerdo a su identidad espiritual, sea judía o noájica (son las dos únicas identidades espirituales humanas existentes).

Ahora bien, ¿cómo se realiza el retorno a la buena senda, es decir, la teshuvá?

La misma consta de seis pasos indispensables.

1- Reconocer que el hecho cometido es malo. (Malo es lo que la Ley determina como tal, no lo que a uno le parece, o lo que un conjunto de personas decreta).

2- Admitir que uno ha actuado mal. Esto es, aunque uno sepa que está mal el hecho, muchas veces inventa excusas para seguir haciendo lo malo. Pero con este segundo paso uno no da más excusas, sino que pone las piezas en el tablero sinceramente y admite haber hecho mal, sin justificarse por ello.

3- Compromiso para no volver a cometer el mismo acto negativo. Este paso puede darse más adelante, pero cuando fuera, es ineludible que exista este compromiso hacia futuro, pues es lo que asegura que sea un verdadero retorno a la buena senda y no meramente un amago de regreso pero sin consecuencias positivas.

4- Declarar haber actuado mal y pedir perdón.
Primero se debe hacer con la persona que uno ha perjudicado con su acción, si es que el pecado ha sido en contra del prójimo.
Recién después uno está habilitado para pedir perdón también de parte de Dios.
No se puede ir directamente a Dios a pedir perdón sin haber hecho las paces (o intentado hacerlo en la medida de lo posible) con la persona que ha sido afectada por nosotros.

5- Restituir lo que se ha roto con nuestro pecado, o pagarlo, además de pagar las indemnizaciones, multas y penas legales que correspondan por el acto cometido.
Debe entenderse que el proceso de teshuvá no implica el cese del derecho de la Justicia para actuar.

6- Dejar de hacer lo malo que se ha reconocido.

Tales son los seis pasos, sencillos pero sumamente difíciles para la mayoría de las personas.
Quien tiene la valentía, la integridad, la autoestima, el respeto como para encarar el proceso, es bendito y de bendición y recibe oleadas de energía positiva y alabanzas de lo Alto.

Así pues, aprovecha estos días para verte directamente en el espejo del alma, para identificar lo que has hecho mal, en qué te has apartado del camino, cuánto te has desviado, cuáles son las excusas que das, a quién perjudicas, cómo lo puedes reparar, cuánto ganarías regresando al buen camino.

Todo momento es oportuno para la teshuvá, no esperes a nada, no des pretextos, no te retengas de hacer el bien y ser bendito.

Adelante, a crecer, a construir shalom, a comenzar a full el nuevo año.

El error de creerse perdido sin religión

El error de creerse perdido sin religión,
es uno grave y demasiado común.
Está extendida la (errónea) creencia de que con religión o ritos religiosos

uno está «comulgando», «comunicando», «en conexión» con Dios;
cuando en realidad

es todo lo contrario.


Usted que sabe (o solía saber) la biblia de memoria
supongo que recuerda cuando el profeta de Dios dice
que Él no quiere ritos, ni sangre,ni sacrificios, sino obediencia a sus mandamientos.
Veamos:

«Entonces Samuel preguntó:
-¿Se complace tanto el Eterno en los holocaustos y en los sacrificios como en que la palabra del Eterno sea obedecida?
Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención es mejor que el sebo de los carneros.
Porque la rebeldía es como el pecado de adivinación, y la obstinación es como la iniquidad de la idolatría.
Por cuanto tú has desechado la palabra del Eterno, él también te ha desechado a ti
«
(1 Shemuel / I Samuel 15:22-23)

Amigo mío, ¿sabe usted más que Dios para sentirse perdido y quejándose para seguir enfrascado en ritos y religión?
¿Acaso a Dios le agradan los sacrificios, el sebo, la sangre, el dolor, las misas, las prédicas, los clamores parroquiales, las «danzas mesiánicas», o a Dios en realidad agradan las acciones nobles y justas de cada uno?
Comprobemos y corroboremos con el profeta de la verdad:

«Dice el Eterno:
‘¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios?
Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados.
No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos…
No traigáis más ofrendas vanas.
El incienso me es una abominación; también las lunas nuevas, los días de reposo y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva!
…  Cuando extendáis vuestras manos, Yo esconderé de vosotros mis ojos.
Aunque multipliquéis las oraciones, Yo no escucharé. ¡Vuestras manos están llenas de sangre!
Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de mis ojos. Dejad de hacer el mal.
Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda.
Venid, pues, dice el Eterno; y razonemos juntos: Aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
Si queréis y obedecéis, comeréis de lo mejor de la tierra.
Pero si rehusáis y os rebeláis, seréis consumidos por la espada; porque la boca del Eterno ha hablado.’
«
(Ieshaiá / Isaías 1:11-20)

Es muy claro y concreto el pedido de Dios para ti: apártate del mal y vive obrando con bien y justicia, siendo en todo momento leal a Él.
Ni ángeles de la guarda, ni oraciones solemnes, ni cantos de alabanza, ni invocaciones, ni mediadores muertos para redimir de pecados, ni siquiera quiere tu fe… ¿o no es esto lo que podemos leer y atestiguar de las palabras que Dios profetizó a través de sus profetas?
No te pide comunidades de fieles reunidos para leer textos «bíblicos», ni cábalas, ni piruetas emocionales, ni seguir como ovejas a pastores de fe, ni escuchar a «gentiles justos» que desde los púlpitos te explican cuestiones proféticas que carecen de cualquier relevancia para la vida diaria.

El pedido, la orden, la fórmula sagrada es apartarse de lo que Dios ha declarado como malo y hacer lo que Él señala como bueno: la justicia y la bondad para con el prójimo.

No hay nada que pueda contradecir esta verdad absolutamente «bíblica».
Especialmente para el alma del gentil, para quien los rituales, sacrificios y otros quehaceres «religiosos» no fueron comandados por Dios, sino que fueron elaborados por la tradición de hombres a lo largo de las generaciones.
Él te exige la fidelidad a los Siete Mandamientos Fundamentales, y no que te dediques a explorar en religión, en Torá, en malabarismos de la fe, en cuestiones ajenas a tu sagrada misión en el mundo, que es la de constructor de Shalom.

Tú puedes inventar todas las excusas que quieras, creer lo que te parezca, dar mil y una justificación a tu actuar desviado de la senda marcada por Él.
Puede oponerte, hacerte el tonto, cambiar exprofeso, encontrar una mota de verdad que te sirva como argumento, escaparte de tu misión, pero la verdad no la cambiarás con tus infantilismos religiosos.

En lugar de creerte perdido sin religión, a ojos de Dios te estás encontrando y salvando cuando te apartas de las religiones.
Es un error vagabundear mendigando religiosidad, cuando lo que tienes por delante es un camino sagrado y real de fidelidad, bondad y justicia.

¿Quién se puede sentir bastardo y abandonado como huérfano por estar haciendo al fin lo que Dios le manda?
Seguramente quien confía en Dios y no se desprecia a sí mismo, no se sentirá así.
Sino que se sentirá cálidamente abrazado internamente por el sano orgullo, la autoestima adecuada, el aplauso del alma, que le expresa que no hay otra razón para la vida, más que servir a Dios tal y como Él demanda.


El que ha conocido el noajismo y se sigue quejando, reclamando por ritos, rituales, adornos de religión, es que ciertamente actúa con la típica conducta quejosa y enfermiza del adicto en proceso de rehabilitación.
Tal persona dice con plena creencia que la droga, el alcohol, el cigarro, las apuestas, etc., le hacían bien y que ahora sufre, cuando en realidad por fin su vida se está limpiando y hallando significado.
Es extraño que se añore lo que tanto mal hace a la persona y a la sociedad, en tanto se repudia lo que bendice y beneficia, el camino que Dios ha diseñado con amor y sabiduría para cada uno.


Así pues, amigo mío, es cuestión de que seas firme y no te dejes embaucar por la sinuosa voz del tentador, que te convencerá de que debes retornar a la religión, a ser una ovejita, a ser uno más de la iglesia, a prosperar entre la junta de los que se apartan de Dios pero se hacen llamar santos y benditos.

 

Sé fuerte y valiente, que ni bien encuentres tu rostro y confíes en ti y aprendas, estarás limpio de la maldición de la religión, de la droga que envilece aunque se disfrace de luces sagradas.

Deseo y Miedo


«Bienaventurado el hombre que teme al Eterno y Sus mandamientos desea en gran manera.«
(Tehilim / Salmos 112:1)

En toda persona existen dos polos de movilización:

  • el polo de atracción, que llamamos DESEO o AMOR,
  • y el polo de repulsión, que llamamos MIEDO.

Permanentemente estamos actuando entre estos dos polos.
Siendo movidos, o impulsados, o proyectados, o atraídos, hacia uno o el otro.

Piensa en ti.
Reflexiona sin prejuicios.
Trata de verificar o desmentir esta afirmación.
Si alumbras con sinceridad las cuestiones de tu vida, alcanzarás a admitir que es una afirmación certera.

«Ahora pues, Israel, ¿qué pide el Eterno tu Elokim de ti? Sólo que reverencies al Eterno tu Elokim, que andes en todos Sus caminos, que ames y sirvas al Eterno tu Elokim con todo tu corazón y con toda tu alma«
(Devarim / Deuteronomio 10:12)

La raíz del DESEO y del MIEDO es única: la conexión con el Eterno (Ver Mishné Torá, Iesodéi haTorá 2:1,2).
Nuestro espíritu tiene sed por la Presencia Divina, anhela la adhesión con Él, se siente atraída hacia la infinita Luz celestial. Se nutre nuestro espíritu solamente cuando está en sintonía con la Divina Voluntad. A esto tendemos, éste es el origen de todos los otros deseos. Ante la manifestación del JESED (Misericordia, Generosidad) del Eterno, la reacción «natural» del espíritu es el DESEO / AMOR.
Por su parte, el temor ante la infinita Presencia hace tremolar el espíritu íntegramente. Como temblorosa hoja estremecida por el huracán imponente. Tal el origen de todos los miedos. Ante la manifestación de GUEVURÁ (Poderío, Severidad) del Eterno, la reacción «natural» del espíritu es el MIEDO.

Debes saber que tanto el DESEO como el MIEDO se manifiestan de acuerdo a los cinco niveles de los que estamos formados.
Así todos tenemos cinco miedos básicos, como cinco deseos básicos.
Todos los tenemos, pero los vivimos con mayor o menor intensidad, con más o menos presencia consciente en nuestras vidas.
En una medida equilibrada, son de construcción, de bendición, de crecimiento.
Cuando se convierten en una carga, porque están en desequilibrio, ambos son perjudiciales.
El MIEDO equilibrado mueve a la precaución, al respeto, al apego a los mandamientos restrictivos.
El DESEO equilibrado mueve a la cooperación, al cariño, al apego a los mandamientos de hacer.

Como dijimos, estas manifestaciones de DESEO y MIEDO en los cinco planos derivan de la misma raíz, pero en tanto se van apartando de ella, van perdiendo su identidad, haciendo ajeno a la persona de la relación que tal deseo o miedo en particular tienen con el Eterno.
En estas situaciones, el DESEO o el MIEDO están dominando a la persona, apartándola de su esencia, haciendo que se concentre más en su «Yo Vivido» o «Yo Sentido», en vez de en su «Yo Esencial».

Solamente los TZADIKIM (personas justas e íntegras) logran supremacía sobre sus miedos y deseos, dominan sobre sus impulsos, en vez de que éstos dominen sobre ellos.
Esto lo consiguen con un constante y esforzado trabajo de perfeccionamiento personal, no hay atajos ni vacaciones. Su tarea es armonizar todos sus deseos con la Divina Voluntad, todos sus temores aplacarlos para temer (reverenciar) exclusivamente al Eterno.
Cumplen cabalmente con los mandamientos de amar y temer al Eterno:

  • «amarás al Eterno tu Elokim«
    (Devarim / Deuteronomio 6:5)
  • «al Eterno tu Elokim temerás«
    (Devarim / Deuteronomio 10:20)

Te presento ahora una breve lista de los miedos básicos y luego de los deseos básicos.

MIEDOS básicos:

  • Plano Físico.
    Miedo a la IMPOTENCIA, que se presenta con diversos rostros: miedo a la enfermedad, a la muerte, a los accidentes, a la pobreza, al hambre, a la parálisis, a la impotencia sexual, a la debilidad, etc.
    Todo lo que represente una falta o carencia de dominio sobre los factores físicos – materiales.
  • Plano Emocional.
    Miedo a la SOLEDAD, que puede emerger como miedo al dolor en general, que toma distintas variantes, tales como ansiedad, angustia, enojo, ira, agresividad, pasividad, intolerancia, paternalismo, etc.
    Todo lo que sea falta o carencia de dominio sobre otra persona, cercana y significativa.
  • Plano Social.
    Miedo al RECHAZO, que lo sentimos por ejemplo al ser anónimos, ignorados por el grupo, humillados en público, de casta o clase inferior, degradados, fuera del patrón social aceptable o de moda, etc.
    Todo lo que implique falta o carencia de dominio sobre un grupo de personas que es sentido como importante, pero que no mantiene una relación íntima con el individuo.
  • Plano Intelectual.
    Miedo al CAOS, obsesión, compulsión, detallismo, pensamiento referencial, incapacidad o dificultad en la creatividad, huida hacia la fantasía, etc.
    Todo lo que demuestre una falta o carencia de dominio en la capacidad para organizar los hechos de acuerdo a patrones específicos.
  • Plano Espiritual.
    Miedo a lo DESCONOCIDO, desconfianza, terror, pánico, resistencia al cambio, fanatismo, extremismo, etc.
    Todo lo que indica una falta o carencia de dominio sobre lo que no entra en los planos anteriores.

Hay una esencia en común que atraviesa el MIEDO en sus cinco planos de
manifestación, y que paradójicamente es un DESEO: el deseo de DOMINIO.
Cuanto mayor es mi deseo de dominio, mayor es mi MIEDO.
Contempla esta realidad operando en ti, des-cúbrela para que no seas más esclavo y pases a ser amo.

DESEOS básicos:

  • Plano Físico.
    Deseo de ACOPIO de elementos materiales.
  • Plano Emocional.
    Deseo de DOMINIO sobre otra persona, por lo general alguna que sea cercana y significativa.
  • Plano Social.
    Deseo de PERTENECER a un «algo» más grande que uno mismo.
  • Plano Intelectual.
    Deseo de IR MÁS ALLÁ de lo manifiesto.
  • Plano Espiritual.
    Deseo de CONFIAR, de CONEXIÓN sin interferencias.

¿De qué nos puede servir en el aquí y ahora este conocimiento, para perfeccionar nuestra vida y darnos mayor plenitud?