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Cambiar la creencia

Imagina el escenario.
Alguna persona de tu cercanía tiene una creencia muy profunda y errónea, que la lleva a vivir en la oscuridad, en una falsa imagen de la realidad, en conflicto, en sufrimiento, etc.
Tú quieres darle una mano, porque te duele su dolor, y más te apena que sea la misma persona la que participa en su quebranto.
Sabes, o intuyes, que es necesario que deje de lado su ideología, que lo arrastra hacia el abismo, que lo mantiene atrapado, que lo revuelca en el fango, mientras él la alaba, la defiende, lucha con desespero para sostenerla.
Tal vez ya te diste cuenta de que te será difícil ayudarle a cambiar de creencia y por tanto a ser libre.
Ser socio en su liberación y fortalecimiento se presenta como una tarea inmensa y destinada al fracaso, particularmente por la forma en que la persona se esfuerza por atarse a su ideología.
Si tú te opones abiertamente a esa creencia, el otro se aferrará aún más a ella.
Si tienes la osadía de manifestar tu oposición, aunque fuera levemente, te devolverán furia, acritud, pesadez, culpas e incluso cosas más violentas.
Si intentas señalar los evidentes errores, aquellos que siendo relativamente objetivos se pueden observar sin dificultad, chocarás contra el muro de la negación.
Si eres un poco más agudo en tus comentarios, seguramente la respuesta agresiva será mayor.

Es dudoso que a esta altura de tus intentos sigas en una posición amable, de buen ciudadano tratando de ayudar desinteresadamente. Casi te puedo asegurar que ya te has transformado en un guerrero, alguien que lucha para tener la razón, para no fracasar, para obtener la victoria. Si comenzaste siendo buena onda, con el deseo de colaborar generosamente, ahora estarás cegado por tu deseo de triunfar, aunque en el proceso te lastimes o lastimes a aquel que quieres (querías) ayudar a ser libre de la distorsión intelectual y emocional. Ahora también tú estarás en guerra. Como el otro, negarás tus acciones, reprimirás tus sentimientos, te encadenarás a tus creencias e ideas, darás excusas para lo que hagas, siempre con el lema de que lo haces por el bien del otro, que tú solamente quieres ayudar, que el otro te ha agredido, que no se deja ayudar, que…

No, no es fácil que la gente quiera o pueda cambiar su mundo interno. Peor cuando esas creencias son relativas a tener un supuesto poder sobre las cosas, a dominar dioses y elementos, a obtener salvaciones y curaciones, a evitar maldiciones y condenas, a ser librado del mal. Porque esas creencias de poder invitan a encerrarse en ellas, a bloquear todo lo que pudiera poner de manifiesto que en verdad la persona es débil, endeble, vulnerable, rompible, mortal, impotente. Así, la persona se esfuerza en rodearse de lo que la asfixia y va matando, se abriga con ello, creyendo tener poder y superioridad, pero no tiene más que miseria y muerte.

¿Qué hacer?
Unos pocos tips:

  • Usar la Comunicación Auténtica, obviamente.
  • No convertir el asunto en una guerra.
  • No querer vencer, ni convencer.
  • No querer controlar aquello que no se puede controlar.
  • Dominar aquello que está bajo tu dominio.
  • Admitir que el otro tiene esas creencias, aunque uno no las admita para sí mismo ni las considere saludables o necesarias.
  • No intentar cambiar las creencias del otro, porque el otro no está capacitado para que eso ocurra.
  • Encontrar un terreno en común, compartible y compartido, para no cortar el lazo de unión.
  • Recordar que más allá de las máscaras del Yo Vivido, todos somos Yo Verdadero, NESHAMÁ, seres de luz.
  • No permitir actos, palabras, etc. de odio, rencor, violencia, agresión, etc., hacia uno mismo, colectivos, etc.
  • Ten en cuenta que tú también eres esclavo de tus creencias y que en tanto no las tamizas ni filtras, puedes estar en situación similar a la que está el otro.
  • Es casi imposible que uno se libere por sí mismo de la celdita mental.

Pero… ¿entonces?
¿El otro seguirá esclavo de sus creencias y sumará más trabajos forzados a los que ya cumple?
¿Será que no tenemos nada para hacer?
¿Rezar no serviría de algo?

Como respuesta a estas preguntas te dejo con una tarea, que si la cumples y quieres nos compartes luego los datos, aquí debajo en la sección de comentarios.
Estudiar el proceso de liberación de los judíos de la esclavitud de Egipto.
Estudiar el proceso de la liberación de los judíos de la esclavitud que cargaban en su interior desde Egipto.

Llorar de impotencia

Algunas personas creen que llorar, o manifestar de otra forma el dolor, es contrario al camino espiritual.

Entre sus argumentos se encuentra que podría verse como una falta de confianza en el Eterno, ¿cómo permitirse llorar si Él es quien controla todo y ordenó que eso malo sucediera? Eso es lo que ellos creen y defienden, aunque las evidencias y multitud de Sabios expongan algo diferente. Es más, estas personas empecinadamente religiosas hasta niegan que lo malo lo sea, porque “todo lo que hace el Señor es bueno”; así que, negarse a expresar el sufrimiento, o incluso hasta reprimir sentirlo, es parte de una supuesta senda de elevación espiritual. Llaman placer al dolor, bien al mal, y si no tienen evidencias racionales para confirmarlo, entonces reniegan de la razón y se apoyan en la fe, en la ceguera, en la creencia y la obediencia a quien adoptan como líder.

O tal vez consideren que llorar ante un desastre real e inapelable, como la muerte de un familiar, o un grave accidente, o cuando se enteran de portar una enfermedad terminal, o al ser despedidos del trabajo, etc., es una forma de estar sometido al EGO, y por tanto se recurre a alguna de sus herramientas para manipular el entorno. Siendo ellos tan religiosos, tan atormentados por no pecar (o al menos no ser descubiertos pecando), entonces, ¿cómo admitir que se exprese en sus vidas el EGO?
¡Mejor defender a capa y espada ideas irracionales, antes que reconocer nuestra limitada capacidad, nuestra modesta existencia!
Se retuercen con tal de no llorar, advierten que apenarse es ser carnal y por tanto abandonado de Dios y cosas por el estilo.

O quizás sean de aquellos que afirman que la persona debería tener una sonrisa perpetua, como idiotizada, para hacer de cuenta que se es feliz todo el tiempo, a salvo de cualquier contrariedad.
Porque aquel que confía en Dios es más que ganador, o frases similares, que refuerzan la creencia en negar la realidad para dejarse conducir con fantasías de súper poderes redentores y protectores.

Lo cierto es que, el camino espiritual NO rechaza el llanto, el gemido, la vacilación, el miedo, cuando realmente chocamos contra muros que nos demuestran nuestra debilidad, nuestro fracaso, nuestra impotencia y vulnerabilidad.
De hecho, es bueno llorar cuando no queda otra cosa para hacer, si es que la persona siente que descarga así su dolor y va dejando lugar en su interior para pensamientos y sentimientos más luminosos. Lo mismo con el gemido, la pena, la duda, etc. Es normal, es natural, es comprensible.
Claro está, no con intención de manipular; tampoco como única respuesta ante la adversidad; ni como excusa para no emprender con responsabilidad las acciones constructoras de shalom necesarias.

En el judaísmo, cuando ocurre la muerte de un familiar, hay muchas reglas y costumbres que sirven para canalizar el dolor, para expresarlo, para dejar que se exteriorice, y no se debe imponer silencio, ni siquiera ofrecer condolencias o explicaciones metafísicas cuando aún se está en el primer tiempo del impacto emocional. Incluso se considera de erróneo proceder el no quebrarse y expresar el dolor abiertamente ante el fallecimiento del ser querido y cercano.
La costumbre es tan sabia que hasta habilita en ese momento la duda sobre Dios o como Él conduce el mundo, porque es parte de las cuestiones que suelen emerger. Pero luego, de manera sensible, medida, sin presiones ni amenazas, se conduce a la persona hacia la moderación de sus sentimientos, hacia la aceptación, e incluso la afirmación del poder y sabiduría de Dios.
Todo en su tiempo, en su medida, considerando que no somos robots, y también que nuestra NESHAMÁ precisa del ser corporal con sus deficiencias y limitaciones para llevar a cabo su pasaje por este mundo.

De acuerdo a la visión mística, que la familia sufra y se duela es positivo para el espíritu que ahora ya no cuenta con el cuerpo para actuar en el mundo. Aunque se podría creer que el espíritu se dolería al presenciar el dolor de sus dolientes, lo cierto es que se complace porque es la demostración de el pasaje terrenal no ha sido vacío y sin sentido. Sí, es triste que el familiar llore y sufra, pero por algo está así; porque ha perdido a alguien importante y que deja una sensación de vacío y soledad.

Pero, las manifestaciones exageradas, estrambóticas, desmedidas, alocadas, no deberían consentirse, al menos no públicamente. Tal como tampoco es admisible la blasfemia, maldecir a Dios, amenazar con venganzas, intentar el suicidio, provocar daños a otros, etc.
Una cosa es la expresión natural, normal y saludable de la impotencia real; otra muy diferente es generar desequilibrios innecesarios y perjudiciales.

Los que acompañan a los deudos, pueden ofrecer su presencia, y en ciertos momentos la sola presencia sin palabras es mucho más poderosa que cualquier justificación, intento de explicación, orden de apagar el dolor, etc.
Estar junto al doliente, ayudarle con la presencia y con acciones que le sean necesarias.
Y si fuera necesario hablar, hacerlo, pero con medida, sin teología, sin filosofía, sino con comprensión.
Y si fuera necesario callar y ser quien atiende, hacerlo; esto suele ser lo más importante.

Otro detalle está en aquellos que consideran como una maldición o castigo cuando acontece el evento terrible.
Realmente somos seres muy endebles, limitados, débiles, sumergidos en un océano de impotencia.
La muerte, el accidente, la enfermedad, no son extrañas a la vida cotidiana.
¿Por qué apresurarse a declarar que es a causa de una maldición o castigo, cuando existen muchísimas evidencias que demuestran otra cosa?

Como sea, ante la impotencia se dispara automáticamente el llanto, grito, pataleo y desconexión de la realidad. Eso es lo normal, y a veces saludable.
La cuestión es no generar daños con ello, ni dejarse hundir en la impotencia, ni aumentar el malestar, ni manipular, ni dejar de hacer aquello que se debe de hacer.
La tarea es construir shalom, sí, también cuando la impotencia nos ha vencido, también cuando caemos y no tenemos como recuperar aquello que hemos perdido. Porque, tenemos otras áreas para trabajar, más para construir, mucho por compartir y unificarnos en justicia y bondad.

Link recomendado: http://www.jewishvirtuallibrary.org/jsource/Judaism/death.html
Otro: http://serjudio.com/creencias/breve-introduccin-a-una-perspectiva-juda-acerca-de-la-muerte

Aguas y seres

El agua es esencial para la vida, según la conocemos en casi todas las criaturas que habitan este mundo. No sabemos si hay otros seres en los diversos cuerpos celestes, ni podemos conjeturar si dependen del agua como nosotros. Pero, es un hecho, nosotros, los humanos, somo aguadependientes por completo.

El judaísmo no es ajeno a conocer y reconocer este hecho, y en diversas narraciones, anécdotas, leyes, reglamentos, rezos se encuentra el agua como eje de referencia. No daré ahora ni siquiera una breve lista, ni siquiera mencionarñe que se compara a la Torá con agua, pero con gusto leeré la lista de quien desee compartirla en la sección de los comentarios, aquí debajo.

Solamente me detendré en un par de pasajes del TANAJ, que creo son bastante conocidos.
En el Salmo 23, el inspirado salmista menciona en el párrafo 2: «En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas de reposo me conduce

Junto a aguas de reposo, aguas calmadas, aguas que calman.
Ese lugar que sirve como un refugio, como un hogar.
Donde se satisface la sed, probablemente se encuentre algo de sombra reparadora, haya alguna opción para alimentarse.
Un sitio seguro y que asegura.
Donde el caos parece ajeno, alejado, detrás de una barrera invisible y protectora.
A diferencia de las aguas rugientes, esas que son caóticas, que atormentan, que atemorizan, que confunden, que no brindan descanso ni seguridad. Como las que se arremolinan y succionan hacia la perdiciñon, el abismo, el olvido. Como cuando se está delante del océano que es misterioso, inmenso, peligroso. Aunque a sus orillas podamos creer que lo tenemos dominado, igualmente es una aventura ingresar en él con desmedida confianza, sin la cautela del sabio. Los conocedores no se atreven a faltarle el respeto, porque saben que de un instante al otro las condiciones varían, allí en donde era llano se abre una fosa profunda, donde estaba calmado existe una corriente subterránea que arrastra sin compasión, donde parecía que el océano perdía su vigor de repente se transforma en un gigante sediento de vidas.
En palabras del salmista (124:5): «entonces las aguas nos hubieran anegado, un torrente hubiera pasado sobre nuestra alma, hubieran pasado entonces sobre nuestra alma las aguas impetuosas«.

Podemos estar ante la misma agua, y sentirla como un lugar seguro, de reposo, de shalom; pero también puede ser la corriente que nos hunde y ahoga, que en su ímpetu nos asfixia y niega la paz.

A veces esto solamente depende de nuestra actitud.
Cómo evaluamos las situaciones y cómo reaccionamos ante ellas.
Las misma aguas de muerte pueden ser convertidas en símbolo de vida; tal como las del río que llevaron a la muerte a muchos niñitos hebreos pero alcanzaron a Moshé hacia el refugio y la educación que le permitió ser el líder que necesitaría Israel para su liberación.

Podemos dejarnos arrastrar por el caos interno-externo, hacia la potestad del EGO y actuar a su merced, como títeres, monigotes, autómatas dominados. O podemos dejar fluir lo incontrolable y hacernos maestros en la construcción de shalom.
Mucho depende de nosotros, no todo, no siempre, pero sí mucho.

Si tenemos la oportunidad, sentémonos al lado del mar, del océano, del río, de un lago, laguna, arroyo… lo que tengamos cerca. Veamos la infinita grandeza del Eterno reflejada en el Cosmos y percibamos Su rastro sagrado en nuestro ser. Optemos por seguir siendo payasos en papel de dictadores, envueltos en caos y desesperación, o quizñas mejor optemos por disfrutar de las aguas del reposo, de la tranquilidad, de la serenidad de la mente que aquieta la agitación de las emociones.
Construyamos shalom, con acciones de bondad y justicia. ¿Es fácil? Seguramente que no, pero se hará mucho más sencillo con la repetición, con el entrenamiento, con la adquisición del hábito del verdadero dominio.

SILOGISMOS A LOS SIETE PRINCIPIOS UNIVERSALES

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A continuación ponemos a su disposición la sección «Silogismos a los Siete Principios Universales» del libro «Luz para la Vida» de la filial Fulvida México.

Para bajar el archivo de click en el siguiente link:

SILOGISMOS A LAS SIETE LEYES UNIVERSALES 1

Esta sección forma parte del curso que en este periodo 2014-2015 se desarrolla en nuestra filial.

Es un tratado elaborado de forma sencilla en forma de tabla, sin embargo es especial y con una profundad temática extensa sobre los siete principios Universales y la lógica Aristotélica. El mismo incluye varios temas en un solo documento por lo que es recomendado para alumnos ya muy avanzados en el tema. Los asuntos que trata esta sección, por ejemplo son;

1. Los niveles de bondad explicados por Yehuda Ribco en su libro anatomía de la felicidad,
2. Los silogismos de la herramienta del pensamiento de Ely Goldratt,
3. Los 7 principios de Fe noajicos explicados por Rabí Itzjak Ginsburg en su tratado Cabalá y Meditación para las Naciones del Mundo.
4. Los 7 derechos Universales explicados por Yehuda Ribco para el simposium en México en febrero de 2012.
5. El tema del miedo y el Ego en forma de silogismo y explicado puntualmente para cada ley.
6. Las 7 dimensiones internas de los poderes emocionales del alma explicadas por Rabí Itzjak Ginsburg en su tratado Cabalá y Meditación para las Naciones del Mundo.
7. Lógica Aristotélica.

Les recomendamos compartirlo con sus familiares, conocidos y amigos.

¡Que sepamos construir Shalom!

Identidades mosaicas

Hablamos en el texto previo a este del dolor cuando la conciencia despierta.
La parashá de esta semana nos trae un vivo y fascinante ejemplo, el de Moshé. Criado entre dos mundos, el de los hebreos esclavizados y el palacio del faraón de Egipto. Llegó un momento en el cual entró en conflicto interno, cuando tuvo que escoger adonde pertenecía, cuál sería su destino.

«Aconteció cierto día, cuando Moshé [Moisés] había crecido, que fue a sus hermanos y les vio en sus duras tareas. Entonces vio a un hombre egipcio que golpeaba a un hombre hebreo, de sus hermanos. Él miró a uno y otro lado, y viendo que no había hombre, golpeó al egipcio y lo escondió en la arena.»
(Shemot / Éxodo 2:11-12)

Cuando se lee el párrafo en el original hebreo con suma atención, uno descubre que no queda para nada claro quienes son los hermanos de Moshé, con cual pueblo él se identifica.
“Él miró a uno y otro lado”, hay sabios que lo interpretan diciendo que Moshé miró para el lado de los egipcios y se sintió en casa pero extranjero, y vio para el lado de los hebreos y se sintió extranjero pero en casa.
No sabía a cuál bando pertenecía.
Estaba confundido, y eso duele.
Eso sume en la impotencia.
¿Y que hace de manera natural y automática la persona cuando siente impotencia?
Reacciona desde el EGO: llanto y/o grito y/o pataleo y/o desconexión de la realidad.
¿Qué hizo Moshé?
La respuesta está ante ti…

Tras varias aventuras, la menor de las cuales no fue hallar su identidad, finalmente logró llegar hasta el pueblo de Midián, primos lejanos de los hebreos, pues también eran descendientes de Avraham.
Allí sintió que podía quedarse y estar en paz.
Podía amoldarse a esta otra identidad, la de midianita.
Lo que queda expresado en las palabras:

«Moshé [Moisés] aceptó vivir con aquel hombre, y él dio su hija Tzipora [Séfora] a Moshé [Moisés]. Ella dio a luz un hijo; y él le puso por nombre Guershón [Gersón], porque dijo: ‘Fui forastero en tierra extraña.'»
(Shemot / Éxodo 2:21-22)

Antes era forastero y en tierra extraña.
¿Entiendes?
Hebreo nacido en Egipto, criado en su tierna infancia como hebreo, luego como egipcio y de la nobleza más encumbrada. Más tarde tropezó con su indefinición.
Ahora, ahora era midianita, aunque su mente mantenía conceptos egipcios y su esencia más pura se preservaba hebrea (por siempre).

Cuando le llegaron los momentos de despertar, sufría.
Entonces rebuscaba para volver rápidamente a la inconsciencia, a olvidar, a vivir una vida que le era ajena con sufrimientos en apariencia más tolerables.

Hasta que el Eterno lo confrontó, lo vapuleó, obligándolo a despertar para que alcanzara eventualmente su máximo potencial:

«Yo soy el Elohim de tus padres: el Elohim de Avraham [Abraham], el Elohim de Itzjac [Isaac] y el Elohim de Iaacov [Jacob]. Entonces Moshé [Moisés] cubrió su cara, porque tuvo miedo de mirar a Elohim.»
(Shemot / Éxodo 3:6)

En un primer momento tuvo miedo y se escondió.
Pero, Dios tenía un plan para él, por lo que lo llevó a cumplirlo, sin aceptar excusas ni evasivas.
Así Moshé fue el ser humano más importante de toda la historia, gracias al cual el mundo es completamente diferente a lo que fuera antes de él.

Llegado nuestro propio momento para despertar, ¿qué haremos?
¿Esconder el rosto llenos de temor?
¿Volver a la inconsciencia?
¿Escapar?
¿Inventarnos nuevas máscaras que nos perturben la conciencia?
¿Mentirnos y mentir?

Y, si no llega de fuera ese momento para el despertar, ¿cómo lo podemos motivar?

Síncope y despertar

La zona de confort es sinónimo (o casi) de parálisis, adormecimiento, embotamiento.
Tal como antes de la cirugía se procede a anestesiar al paciente, para cortar el nexo de la persona con la conciencia, para que no perciba con sus sentidos, para que se anule su sensibilidad, para evitar el conocimiento al contacto con el dolor. El paciente queda sumergido en una espesa nube de inconsciencia, como si no fuera nadie, tal como un objeto a merced de los elementos y de aquellos que se encargan de él.
Tal como ocurre cuando malvados y perversos, en un ejemplo contrario al de la cirugía, emplean drogas tremendas que anulan la conciencia de sus víctimas, como en el caso de la burundanga o escopolamina. O se aprovechan del estado de ebriedad profunda para aprovecharse y satisfacer bajas pasiones. Todo bajo el manto cobertor del desfallecimiento.

Muchos viven, vivimos embotados, como alejados de la percepción, y más aún del conocimiento, de las cosas que nos atormentan y amargan realmente.
Por ahí nos quejamos, criticamos, lamentamos, gritamos, lloramos, pataleamos, por asuntos que sí, que nos duelen, que nos martirizan. PERO, un gran PERO, eso no es más que una distracción, otro elemento más para mantenernos en la celdita mental, en embobamiento, en exilio de la realidad.

Estamos en síncope, que significa la pérdida repentina del conocimiento y de la sensibilidad. De desmayo en desmayo, dormidos, apagados, alelados, insensibles, mirando hacia otra parte, con tal de no confrontar el terrible sufrimiento, del cual huimos todo el tiempo y por lo cual estamos apresados todo el tiempo.

Cuando por algún motivo uno despierta a la realidad, sufre. Sufre como nunca antes.
Todas las quejas anteriores parecen triviales, aunque fueran por asuntos de importancia.
Todo lo conocido pierde su referencia, es como encontrarse en un mundo de cabeza, o en otro universo.
Hasta ahora X era la verdad, de pronto abrimos los ojos, nos duele muchísimo la claridad que penetra, hasta que de a poco nos acostumbramos a la claridad. Pero el dolor no se va, por el contrario, parece aumentar. Sufrimiento, por notar que tan alejados estamos de nosotros mismos, cuanto hemos desperdiciado de nuestro irrecuperable tiempo en vanidades, como nos han marcado esas decisiones cobardes y que seguimos justificando.
Duele despertar, mucho, por eso se hacen tremendos esfuerzos para seguir narcotizado, para de esa forma creer que no se sufre.

Cuando despierta, se da cuenta cuánto es el sufrimiento que estaba negando.
Si se tiene la valentía y la disposición, se avanzará, a pesar del terror, de las dudas, del conflicto con los que siguen dormidos.
No es fácil, lo sencillo es dejarse caer nuevamente, negar el sufrimiento aunque se esté en carne viva, tener un síncope para encerrarse en la celdita mental que es espantosa, asfixiante, suicida, pero brinda un poco de apariencia de paz a lo que se ve estando despierto y a la luz.

Podemos despertar para volver al desmayo.
Podemos despertar para regresar a dormir y padecer pesadillas atroces sin fin.
Podemos despertar y pasar el trance del primer momento, hasta que encontremos puntos de referencia, cuando descubrimos que en verdad el dolor real es millones de veces más provechoso, beneficioso y saludable que la falsa calma de la zona de confort.

Cuando despierta y lo reconoce, está en camino de encontrar la cura a su enfermedad mortal.
¡Adelante!

Querer no es poder

Tu sector racional del cerebro, la corteza prefrontal, ha llegado a un acuerdo: cambiarás para mejorar desde ahora.
Se compromete, resuelve y anuncia de manera contundente. Su mensaje se esparce desde la boca hacia fuera, con ánimo y agitación sabe que no será sencillo avanzar fuera de su zonita de confort, pero está decidido y, como dicen los “grandes sabios místicos”, al estilo Coelho o algún personaje religioso: si piensas positivamente ya el universo (Dios, el destino, algo) se complotará para darte lo que quieres, tú solo afírmalo con ganas, decreta (es esa la palabrita poderosa que usan) que los ángeles, demonios o fuerzas sobrenaturales harán el resto.

Pero, a los dos minutos ya estás en el mismo viejo sendero, equivocándote, empeorando, amargándote por estropear tu autoestima con promesas incumplidas, te justificas, echas culpas, te declaras ateo o pecador, o miras para otro lado haciéndote el distraído.

Nos olvidamos de un pequeño detalle: el hábito, que no se evapora por la mera presencia de la intención, o los buenos deseos, ni el pensamiento positivo.
Los hábitos se forman con la repetición de conductas, una y otra y otra, hasta que finalmente se internalizan, perdemos la conciencia sobre ellas, las ejecutamos sin más.
Se consolidan de tal forma que pasan a ser como una naturaleza automática que nos gobierna.
Los hábitos positivos, así como los negativos.
Positivos: no mirar el teclado al tocar piano, o al escribir en la computadora, o poner las marchas mientras se aprieta el pedal del embrague, entre tantos cientos que nos acompañan y facilitan la vida cotidiana.
Negativos: encender el cigarro ni bien despiertos, encender el cigarro ni bien apoyado el trasero en el auto, encender el cigarro para acompañar el cafecito, creerse poca cosa, aceptar ser humillado, participar del hostigamiento hacia otros, cientos de ellos que nos perjudican y suelen dañar al prójimo.

Para empeorar el asunto, detrás de los hábitos negativos se esconde el EGO, con su escaso poder pero enorme influencia.

El EGO ataca, critica amargamente, hace sentir impotencia, somete a escarnio, pone en situaciones molestas en las cuales reaccionamos como un bebe descontrolado.
Lo hace todo el tiempo, desde el momento del nacimiento. Es parte de nuestra naturaleza terrenal, la cual se ve solidificada por la formación de los hábitos tóxicos.

Cuando se critica duramente, cuando no sabe emplear la Comunicación Auténtica consigo mismo, cuando no avanza en la TESHUVÁ, está cooperando con su fracaso.
Como fracasa, o cree/supone que lo hará, se siente en impotencia. Por lo cual, de manera natural se dispara el EGO con sus herramientas. Lo cual le pone en una situación aún más incómoda. Mayor desfallecimiento, por tanto más necesidad de ejercer respuestas desde el EGO.
Sí, es un terrible, triste y lamentable círculo pernicioso, que te hunde más y más.

Es bueno saberlo, para tener el control de aquello que podemos controlar. En tanto que, lo que no podemos controlar deberemos dejarlo fluir sin apegarnos a ello.
Si aparecen los pensamientos críticos demoledores, pongamos un alto; dejemos de acusarnos, maltratarnos, culparnos, amenazarnos, acusarnos, con poca realidad detrás-
Seamos compasivos, sin por ello justificar la pereza o la desidia.
Tengamos una mirada de constructor de Shalom con nosotros mismos, de bondad Y justicia, misericordia Y dureza, flexibilidad y determinación.
Pongamos en funcionamiento la atención plena, la comprensión, la aceptación hacia nosotros mismo como medios eficaces para desvirtuar la influencia del EGO, y así encaminarnos a lograr nuestros propósitos.

Mi intención es lograr X cambio en mi vida, sé que tengo una lucha feroz contra el hábito. Si quiero dejar de fumar, tengo que modificar hábitos muy fuertes, aparte de la adicción química, además de las trampas del EGO. Por lo cual, no alcanza con desear, ni planificar, ni pagar terapias caras. Mientras no elaboremos algún hábito que reemplace al negativo, estamos a merced de seguir haciendo lo mismo y peor.
El EGO se encargará de inventar excusas para desviarnos, para tropezar, para creernos muy listos por hacernos trampa al solitario. Pero después, irrumpe el sentimiento de culpa, el castigo auto impuesto, la necesidad de escondernos de la humillación, etc. Lo que nos arrastra a mayor dolor e impotencia.
Por tanto, ¡mucho cuidado!
Seamos cautelosos, al mismo tiempo que trabajadores incansables. Tengamos compasión de nosotros, sin usarlo como mecanismo para fracasar.

  • Propón el cambio, es genial al menos hacerlo.
  • Escríbelo y léelo.
  • Tenlo siempre presente.
  • Reconoce tus dificultades, no las niegues, no las maquilles, no culpes a nadie; simplemente admite pero no actúes para tropezar.
  • Analiza tu mal hábito, date cuenta de aquello que lo hace disparar automáticamente y evita ese gatillo.
  • Sé compasivo con tu debilidad, en tanto te entrenas para adquirir destreza y poder.
  • Acepta la compasión de los demás. Admitir ante personas que construyen Shalom tu debilidad no te coloca en situación de peligro, por el contrario, recibirás el apoyo en la medida de las posibilidades. Pero claro, con gente que construye shalom.
  • Recuerda que todos los miedos se reducen en el fondo a uno solo: el no poder. Somos limitados, muy limitados. Está bien que lo sepas y lo admitas. Si tienes dificultades particulares, también es bueno que lo admitas. Pero, si te dejas llevar por el miedo (que no tiene nada que ver con la cautela), estás en el camino de la derrota.
  • Trátate con respeto y cariño. Si vas a acusarte por haber caído en la debilidad, hazlo como un padre amoroso con su hijo, como un amigo con su buen amigo. No asumas el papel de tremendo juez, verdugo sanguinario, déspota que maltrata para mantener la fachada de poder.
  • Disfruta de lo que tienes permitido y agradece.
  • Vive a pleno el aquí y ahora, sin por ello comprometer tus posibilidades del futuro.
  • Haz tu parte, con acciones que sean buenas Y justas.

Al final, no sé si alcanzarás tu meta, porque nosotros podemos hacer nuestra tarea pero el resultado no depende de nosotros.
Lo que sí sé es que estarás aprovechando a pleno la bendición que llueve sobre ti, modificando tu ser para estar en sintonía con el mundo espiritual, y esa es una victoria excelente y duradera.

El Yo Verdadero y el Sentido de la Vida.

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El Ego fue nuestro mejor aliado. De eso no me queda la menor duda, y gracias al cielo y al Ego, logramos sobrevivir. El problema comienza cuando la persona se transforma en un Ególatra que piensa, actúa, vive y respira creyendo que el universo conspira para la propia infelicidad. Esa transformación a la egolatría no se dio de una noche a la mañana; fue producto de impotencias sentidas, conductas aprendidas, respuestas de otros y propias ante las necesidades; la escuela, el colegio, etc, etc, y tiempo; hasta (de) generar en una “máscara”, alguien que creíamos que era Yo.

Súmele a eso la ignorancia de otros, cuando nos decían: “tiene el temperamento de papa”; “el carácter de mama”; “la personalidad del abuelo”, “el pensamiento de la abuela”; así ad infinitum.

Nos hicimos una careta por medio del propio EGO (y otros nos ayudaron a crearla); una personalidad distinta a nosotros, un “alguien” totalmente amorfo, que no era nosotros.

No nos enseñaron, ni quisimos aprender, a conocernos o descubrirnos quienes somos en realidad.

Y viendo la situación con lupa, cuando alguien se enoja, teme o se ansía, no es ella misma la que sufre tales desbalances, ¡! son algunas de sus caretas, de sus muchos “Yoes”, sus muchos papeles, lo que se ven amenazados ¡!

Piénsalo un minuto, cuando te enojas por ejemplo. ¿Por qué te enojas? Probablemente, y con la sinceridad del caso, fue por algo que ha puesto en riesgo alguna de tus máscaras, de tu posición, del juicio social, de tu fe, de tus propias habilidades para sobrevivir, de la imagen que otros tienen de ti, de la seguridad que pretendes; de alguna de tus caras.

Ante el propio reconocimiento doloroso de la propia egolatría y de las muchas caretas (personalidades, yoes, etc) que se han ido formando, se puede tomar una decisión: el fin de los “estados de ser” que los muchos “Yoes” han hecho que seamos, e iniciar el éxodo hacia el Yo Autentico, personal e individual.

Esa decisión tiene una trascendencia suprema.

Si se decide por el re encuentro del  propio Yo (el Autentico), se utilizarán los “Yoes Vividos” como medios para tal fin.[1]

Pero esa no es la trascendencia aún; esa decisión sigue siendo un medio para un fin mayor.

El fin mayor es que solamente siendo su “Autentico Yo” se podrá construir el  ¡¡ Sentido Último de Vida Propia¡¡[2]

Vivir, estudiar, trabajar o hacer cualquier tipo de actividad para ser millonario, viajar por el mundo, para tener seguridad económica y ninguna dolencia, o para tener alguna posición social suena muy tentador[3]; pero !¿tener una vida con sentido?¡ eso supera cualquier expectativa mundana ¡

No se puede construir una vida con sentido desde una perspectiva irreal, desde las caretas, modos, posiciones o desde lo que sea que creamos ser, o nos impusieron ser, o nos entrenamos a ser. Desde el “Yo Vivido” buscamos seguridad, poder, control. Un imposible de alcanzar porque vivimos en medio de la inseguridad. Es por eso de tanto desatino emocional y frustración existencial. No se cumplen las expectativas personales por ser imposibles.

A este prototipo de personas la Logoterapia, benevolentemente,  las diagnostica como neuróticos enfermos con el Trastorno Obsesivo Compulsivo[4]; pero la Cabalaterapia profundiza al punto de diagnosticar, escalofriantemente, a la persona como “alguien sin amor[5]

Desde las caretas que creemos ser (social externada a otros, o imaginativa que nosotros mismos nos proyectamos) es donde se va a creer tener el falso poder o falso control; y se va a ejercer ese poder para mantener la careta. El Ego auxiliará a ello.

Hace poco sentí impotencia de ver amenazada una de mis tantas caretas que no era yo. Una de esas que proyecto a la sociedad, que me he llegado a creer que soy y que me da “poder”.

“Neurótico Obsesivo Compulsivo con des amor” me hubieran diagnosticado ambas escuelas; y aun así, describen un “Yo” que no soy yo.

Construir una vida con sentido implica muchas decisiones. Conocer el Ego, reconocer (volver a conocer) su verdadero Yo, y aventurarse en la construcción del sentido de la propia vida sin caretas, sin “yoes vividos” ¡

Decisiones…

(Escribo en mérito de la señora Luz Montiel M. 1923 – 2014. Su vida dio sentido a su propia existencia.)

[1]“.. Por tanto, es menester adentrarnos, conocernos, … Fortalecernos, comunicarnos auténticamente, ser buenos, ser justos, ser leales, dejar de lado las tretas de Esav, pero no para destruirlo, sino para encausarlo, dirigirlo, canalizar sus acciones para la construcción de Shalom. Pero, si somos débiles, si permitimos serlo, entonces Iaacov se esconde, se disfraza de Esav, se pierde la chance de ser auténtico. Si rechazamos conocer nuestro Yo Auténtico, entonces terminamos siendo solamente Yo Vivido…Usar la Comunicación Auténtica y no los modos propios del EGO. Tal es la tarea que debemos aprender. No es fácil, en ningún lado se prepara a la gente para buscarse y encontrarse. No hay escuelas, aún, que enseñen a valorar el Yo Auténtico, entrenar el Yo Vivido, andar por los caminos de Luz del Eterno. ..Es hora de dejar de ser Esav, de presentarse como él, de hacerse pasar por él. Es hora de saber nuestra médula, amarnos, conocernos, cuidarnos, ser Iaacov, en paz y trabajo en conjunto con Esav…” (http://fulvida.com/2011/11/20/ego-y-yo-en-la-parash-toldot/)

[2] http://serjudio.com/rap451_500/rap479.htm

[3] http://serjudio.com/rap3401/rap3440.htm

[4] “…en algún otro lugar he comentado que entre los pacientes obsesivos-compulsivos es típico que se vean dominados por el deseo..de saber al 100% que a través de sus actos de cognición y decisión conseguirán estar seguros de algo..” (Dr. Viktor Frankl. “El Hombre en Busca de Sentido Ultimo. El Análisis existencial y la conciencia espiritual del Ser Humano”. Pag 97.)

[5]  Resulta impactante como en la Cabalaterapia el “amor” se denota  mas allá de un sentimiento humano, trascendiendo el termino a casi un lenguaje, parecido a cualquier otro medio de comunicación, oral y escrito, humano, pero con la diferencia de que es universal e impacta a todo (a la materia, a la energía, a las personas, a otros seres vivos, etc). Recomiendo la lectura integral de: http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/parashot-ajar-mot-y-kedoshim-5770-el-ego-el-yo-autntico-y-el-yo-vivido

Máscaras del narcisista

En su sitio, que trata de narcisismo, adicciones y abuso, la Dra. Diane England escribe (ya traduzco):

La persona que vive como yo real está creando soluciones que beneficien a todos. De hecho, ella quiere hacer las cosas que sirven a todas las partes. Ella también entiende cómo es posible hacerlo. Después de todo, cuando uno vive como el yo real, ella recibe la guía interna que la dirige sobre cómo tomar acciones que beneficien a otros, así como a sí misma. Esto significa que no sacrifica sus propias necesidades por otros, pero ella no deja de lado las de los demás, por lo que podría beneficiarse a sí misma, tampoco.

La persona que opera como un auténtico o verdadero yo se esfuerza por ser siempre consciente de su conducta y de su impacto en los demás. Ella se esfuerza por tomar acciones correctas que son beneficiosas y no destructivas para los demás, así como el mundo en general. El individuo auténtico da cuenta de que debido a la conexión entre ella y todos los demás, cuando se perjudica a otro o algún aspecto del universo, en realidad se está dañando a sí misma también. Esto, por supuesto, es tan diferente de la percepción de que el narcisista que sólo puede ver lo que le beneficia, incluso si se trata de la destrucción de los otros así como del mundo.

Una idea lateral antes de avanzar hacia el tema central.
Hasta esta mañana no conocía a la Dra. England ni había estudiado, leído o recibido indicaciones de sus enseñanzas.
En una de esas casualidades me topé con este párrafo y me resonó por su coincidencia con lo que venimos postulando y difundiendo desde hace años nosotros mismos, en sitios, en libros, en conferencias, clases, encuentros personales, etc.
En verdad, no es muy sorprendente que así sea, porque los conocimientos que humildemente compartimos tienen fundamentos firmes varios, desde la preciada y milenaria tradición, así como el trabajo de sabios y científicos de todas las épocas que hemos tenido la fortuna de conocer y aprender un poco de ellos.
De piezas refinadas y con sustento se arma el rompecabezas dinámico y activo que es la CABALATERAPIA. Tendremos más o menos claridad para expresar los conceptos, habilidad para ponerlos en práctica, destreza para sumar la participación de los directos interesados en la resolución de sus conflictos, pero la base se encuentra y es firme.
Por ello, seguimos publicando, enseñando, estudiando, trabajando, de a poco consiguiendo introducir conceptos valiosos que impulsen hacia el objetivo: formar personas dichosas, libres, responsables, constructoras de shalom por medio de acciones de bondad Y justicia.
Saber de la Dra. England no cambia nuestra visión y actividad, no nos da más o menos brillo, simplemente es grato encontrar voces que suenan (por lo menos en el texto citado) en armonía, y por ello quise mencionarlo y compartirlo contigo, apreciado lector.
Ahora, vamos a la enseñanza.

El narcisista se siente vulnerable, mucho.
Es como un barco al que le suenan alarmas de que está haciendo agua por todos lados. Incontables son las brechas por donde se está colando el agua que le está hundiendo al frío, oscuro, terrible pozo del cual difícilmente pueda salir.
Siente impotencia y cuanto más combate ciegamente, mayor cae en impotencia.

Aprendió, de algún modo desde niño, a fingir una vida de dominio, de preeminencia, de superioridad.
Se atornillo una máscara de todopoderoso, de sabio, de ingenioso, de impasible, de fuerte, de grandioso, y alimenta esas fantasías con su imaginación y tal vez con algunos pequeños rastros que usurpe de la realidad.
Está como sediento de confirmar su antifaz, por ello exprime cada datito que lo corrobore, o falsifica los datos para demostrar su punto.
Como un esclavo del EGO se creyó que tenía el poder al usar las herramientas del EGO, ya que consiguió así algo de atención, se le atendió, se le suministró alguna dosis de aquello que sentía o le era necesario. Esto le reforzó en su conducta, le confirmó que al mantener la pose de grandiosidad evitaría padecer la impotencia, entonces repitió la conducta hasta que la transformó en un hábito.

La pintura facial, el maquillaje, se fue solidificando, endureciéndose, tomando forma de máscara rígida, opaca.
El rostro se fue diluyendo.
El espejo solamente devuelve máscara.
Pero, la cara no desaparece por ocultarla y negar su existencia.

La imagen dañada que tiene de sí mismo es intolerable, por lo cual se prende con firmeza a sus máscaras, hace de cuenta que la impotencia no existe, que no siente soledad, ni abandono, ni vergüenza, ni fracaso. Llega a creer que su invención fantasiosa es real. Miente tanto para fuera, que termina creyendo sinceramente que eso que dice es verdad.
En el fondo, el sentimiento de impotencia no desaparece, por el contrario, se amplía. Lo cual le obliga a afirmarse con mayor fiereza a la mentira, a la negación, al rechazo de lo que pudiera pincharle su globito de aparente seguridad.

Los familiares, amigos, colegas, jefes, empleados, y hasta terapeutas chocan una y otra vez con esa muralla que el narcisista ha levantado.
Se le puede mostrar y argumentar cómo se está dañando y perjudicando a otros, como está destruyendo y llevándose a la destrucción.
Como es solamente un globito hinchado de aire oscuro hasta casi el límite de la explosión, y como cualquier arañazo pequeño lo podría reventar.
Se puede decir y acertar en mucho, pero todo será en vano con el narcisista, para quien la muralla es indispensable y cualquier intento de mover una parte de ella, es considerada una terrible agresión. Por lo cual las reacciones no serán agradables.

Tiene su celdita mental, la cual considera protectora, y de ella no querrá salir.
Cuanto más se muestre su vulnerabilidad, más adentro se meterá en su celdita.
Menos contacto con la realidad soportará, mayor será su enojo consigo mismo pero ocultado y desviado hacia el odio a otros.

Es un trabajo constante, que requiere muchísima energía, para que ninguna agresión le traspase y le haga sentir el espanto del que tanto huye.
Así, la imagen grandiosa que actúa y se cree también suele estar acompañada por un gran retraimiento, ensimismamiento, pero que no lleva a la reflexión curativa o creativa, sino a rumiar acerca de su grandeza y las falencias de los demás, del cosmos, de los dioses o Dios, todos ellos culpables de que la vida no sea lo que él pretende. Se queja, protesta, se burla, desmerece, destrata, agrede, pero nadie puede decirle nada, ni acotarle un poquito, porque entonces explota o se bloquea.
A veces ocupan su tiempo en actividades en las cuales puedan ostentar signos de poder, pero escasa conexión íntima con otros. Pueden ser hábiles políticos, líderes religiosos, mandos altos en organizaciones, actores famosos, carreras por el estilo en donde pueden arrasar con otros, esconderse del trato personal, doblegar voluntades sin dar explicación, recibir aplausos y halagos que son muchas veces falsos. Probablemente tengan éxito, en lo que el mundo superficial considera tal, porque manejarán los códigos para ello, porque dependen hasta el desespero de que sus planes se concreten. De fracasar, sería el desplome completo, la ruina total, aunque el traspié no fuera tan importante. Entonces, dedicarán tiempo y esfuerzo para sacar adelante lo que les hace sentir poderosos y admirados. Serán adictos a su trabajo. Gobernarán sin piedad. Destruirán lo que pudiera obstaculizarles. Seducirán con trampas expertas. Mentirán sin el menor asomo de remordimiento. Lo único que interesa es que la ficción no se desplome, que ellos y los demás sigan afirmando que grandiosos que son.
Esa manifestación de autoritarismo, que representa poder, en verdad no está sostenida por poder interno, no hay más que impotencia aparentando poder.

No tienes cómo hacerle ver su mentira atroz.
De hecho, hasta quizás por un largo tiempo tú también estés admirado de sus mentiras y seducido por creerlas.
Hasta que llega el despertar, y no es dulce.

Pero, ni tú ni yo estamos libres de las máscaras, de EGO, de reacciones incorrectas, de ser narcisistas a ratos o a menudo.
Todos tenemos que encontrar las máscaras que armonicen con el rostro, que hagamos una vida que nos lleve al encuentro de nuestra identidad pura.
Si releemos el párrafo citado de la Dra. England encontramos una descripción de la conducta de la persona armónica.
Nosotros le decimos construir shalom en todo momento por medio de acciones de bondad Y justicia.

¿Y qué tiene que ver todo esto con la finalidad de SERJUDIO.com y de FULVIDA.com?

No es decidir Ser, es decidir Hacer

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Usted no decide quién es; usted hace quien es.

Usted hace su identidad; o mejor aún, descubre sus potencialidades (y su “Yo Verdadero”) construyendo cuando decide hacer.

No me refiero a crear una careta más de lo que se ha denominado el “Yo Vivido[1] , porque los límites de la acción están claramente definidos[2]

Me refiero a las decisiones que se toman para la vida propia, que hacen que la vida que ha llevado tenga múltiples sentidos  porque involucran a terceros. Esas otras personas ayudaran a revelar su Yo Verdadero, y probablemente la relación sea mutualista: usted le ayudara a los otros a encontrarse con ellos mismos.

Probablemente nunca nos encontremos en la soledad, en la quietud,  en la solitaria meditación o reflexión, o en la paz sepulcral del ascetismo que advirtió el Rabí Moisés Ben Maimón[3]; sino que las decisiones que se tomen y que involucren a otros correrán la cortina que oculta quien realmente es uno.

Tal vez eso le ocurrió a Iosef. Posiblemente sabía que era hebreo; pero no fue sino hasta que empezó nuevamente a relacionarse con sus hermanos que recomenzó a comportarse como un hebreo, como lo que en realidad era. No era el político que había aprendido a ser, sino el hebreo que nunca dejo de ser[4].

¡¡ Son las decisiones personales que ejecutadas involucran a terceras almas donde se da el milagro ¡¡ Su verdadero Yo empieza a reflejarse en su cara ¡¡

Tal como lo expuso el Profesor Ortiz cuando dijo:

“..Al noajismo le gustaría que te apasione dar caridad, visitar a los enfermos, evitar los chismes, decir la verdad en tu declaración de impuestos. El noajismo estaría encantado si tú hicieras esas acciones desde tu corazón. ¿Pero qué pasa si tu corazón no está puesto en ello? ¿Qué pasa si realmente no tienes ganas de hacer una de esas buenas acciones? El noajismo dice: Hazlo de todas formas. ....”[5]

Todas las acciones que describe involucran a terceros. Pregúntese, ¿Por qué hacerlas de todas formas, si no quiero hacerlas? Yo respondería: porque se encontrará a usted mismo.

Y es que el egoísmo que reina en el hombre moderno, nos hace vivir aislados, de nosotros y de otros. Como mecanismo insano de protección ante la amenaza y la violencia que anuncian los medios de comunicación. Como respuesta al miedo de enfrentar la vida con sus vaivenes.

Cada vez menos familias, menos empresas, menos negocios pequeños, menos proyectos, menos espacios públicos, menos personas… Y más exilio personal ¡¡

¡! Cuando odio yo a la humanidad ¡! ¡! Pero cuanto la necesito ¡!

Del Doctor Viktor Frannkl he aprendido que es la vida la que pone en encrucijada al hombre para exigirle que dote de sentido una existencia responsable[6]. Pero esa exigencia de la vida no es optativa o facultativa; es un deber imperativo; una orden divina expresada e impuesta sin el mínimo parecer humano; orden que hay que cumplir si es que el hombre pretende el fin de su exilio:

“…. Pero, cuando se ingresa al campo de las acciones materiales, se establece lo que es norma: Hombre, ya que existes…cumple la función para la cual has sido creado…has todo lo que puedas por ser quien puedes llegar a ser…constrúyete a cada instante, no te abandones en la indolencia o el pesimismo o el vacío idealismo, porque si así hicieras…es mejor que no hubieras sido creado…” [7]

Pregúntese: ¿Cómo voy a saber mi función en soledad? ¿Cómo voy a saber quien puedo llegar a ser en el ostracismo? ¿Cómo me voy a construir alejado de otros?

En definitiva, uno se construye en sociedad, se descubre disponiendo decisiones que afectan a otros; creando situaciones que potencian reflejar su verdadero Yo.

A poco tiempo de acabar otro año civil, buena resolución sería iniciar con las decisiones personales y colectivas. El resultado va a ser su propio redescubrimiento.

Yo mismo tengo que decidir querido amigo.

¡Y que el cielo nos ayude ¡

(Escribo esto en merito de Doña Luz Montiel. Que en paz descanse. Espero volverte a ver algún día)

[1] http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/lo-ms-autntico-de-ti-es-lo-que-menos-eres

[2] “…¿Cómo vivir realmente como una persona de bien?.. Siendo Dios el Bien, ¿cómo serLe fieles, y por lo tanto conducirnos realmente como personas de bien?…La fidelidad a Él se manifiesta a través del apego total y responsable en el cumplimiento de los preceptos que Él nos ordena cumplir (7 para los gentiles, 613 para los judíos), tal como fuera dicho: «Guarda y obedece todas estas palabras que yo te mando, para que cuando hagas lo bueno y recto ante los ojos del Eterno tu Elokim, te vaya bien a ti, y a tus hijos después de ti, para siempre.» (Devarim / Deuteronomio 12:28)..” . (Yehuda Ribco, http://serjudio.com/rap1501_1550/rap1507.htm. El resaltado en negro es del original)

[3] “…la Torá nos perfecciona, tal como atestiguó un profundo conocedor de ella:  “La Torá de Dios es completa, encamina el alma, el testimonio de Dios es confiable hace sabio al ignorante” (Salmos 19:8), (y en la Torá) nunca mencionó algo así, en cambio recomendó que sea la persona natural conduciéndose por el camino intermedio: …. que cohabite con quien le es permitido cohabitar equilibradamente, que more en ciudades  rectas y justas; y no que habite en desiertos o montes…” ( Tomado de http://serjudio.com/varios/8perakim.htm)

[4] http://fulvida.com/2014/12/28/jos-revela-un-gran-secreto/

[5] http://fulvida.com/2014/08/22/sentirse-bien-o-hacer-el-bien/

[6] “…no es el hombre quien hace la pregunta “¿Cuál es el sentido de la vida?”, sino que es a él a quien se l e hace esta pregunta, ya que es la vida misma quien se encarga de hacer esta pregunta. Y el hombre tiene que contestarle a la vida con una respuesta que sea su vida misma; tiene que responder siendo responsable; en otras palabras, la respuesta es necesariamente una respuesta en acción. Al optar por este vivir en acción, estamos también respondiendo en el aquí y ahora…” (El hombre en busca de Sentido Ultimo. Pag 36. El Resaltado en negro es propio).

[7] http://serjudio.com/rap1501_1550/rap1507.htm