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Ser noájida y compartirlo

Ser noájida es ser persona, uno que integra el 99.98% de la población mundial, es decir de los humanos que no son judíos.
En sí es un sinónimo de gentil, o miembro de las naciones del mundo.
No hay una clasificación particular para los “noájidas ortodoxos”, o “noájidas renacidos” o cosas por el estilo.
Ser gentil es ser noájida.
Sin embargo, por cuestiones que no me quedan muy en claro, se suele usar “noájida” para referir a aquel que es consciente de su identidad espiritual, así también como aquel que es leal al Eterno por medio del cumplimiento de los Siete Mandamientos para las Naciones.
Es como si “noájida” se aplicara a un pequeño grupo, a aquel que está en sintonía con su esencia espiritual, cuando lo cierto es que toda persona no judía es por derecho de nacimiento “noájida”.
Pero bueno, de acuerdo al uso un noájida es aquel consciente y coherente en su conducta con su identidad espiritual.

Recuerda, un noájida "completo" es consciente de su identidad espiritual y activo en ella, pero todos los gentiles son por derecho noájidas. Quizás no lo sepan, no lo crean, no se comporten de acuerdo, opinen diferente, pero noájida es lo que eres cuando no eres judío.

La voz noájida es la forma castellana de decir “ben Noaj” (bat Noaj para mujer, benei Noaj en plural), que en hebreo significa “hijo de Noé”, tal la manera tradicional judía para mencionar a los gentiles leales al Eterno.
Así pues, noájida no es un palabra moderna, sino una castellanización de un término tan antiguo que se pierde en los orígenes de la civilización.
Moderno es el concepto de constructor de Shalom, aunque tiene sus raíces en lo más profundo y sagrado de la Tradición.
Porque la persona espiritual, la persona equilibrada, necesariamente debe ser un constructor de Shalom en todo momento, d dentro hacia fuera.

Pareciera ser que también en el pasado surgía dificultades para indicar a aquellos noájidas conscientes y coherentes, por ello se les solía señalar a éstos como “gentiles piadosos”, “gentiles justos”, gentiles reverentes del Eterno”, entre otras denominaciones que apuntaban a lo mismo: la consciencia y lealtad del gentil a su destino sagrado, de servir al Eterno de acuerdo al camino noájico, el de los Siete Mandamientos Universales.

Como paralelo para comprender lo de los nombres te comento que a los judíos en su origen se los llamó “benei Israel”, “hijos de Israel”, porque eran todos descendientes de un señor cuyo nombre era Iaacov/Israel.
Todo judío, creyente o no, observante de los preceptos o no, leal o no, coherente con su esencia espiritual o no, es un “ben Israel”. A los que se comportan en sintonía con su esencia espiritual se les puede decir “judío piadoso”, “judío justo”, judío reverente del Eterno”, y con el craso y absurdo nombre de “religioso” o también errado de “ortodoxo”.
Recuerda, la religión siempre es EGO, que es lo contrario al AMOR, que es lo no espiritual.

En cuanto a la actitud que un noájida ha de tomar con respecto a difundir su identidad, es un tema largo para exponer, pero permíteme darte mi idea sintetizada en pocas líneas.
Por ser breve, seguramente dejaré cosas de lado, tampoco pretendo que sea la verdad revelada, sino mi idea basada en años de trabajo y experiencia sobre el asunto. Pero a la hora de la hora, hay dos hechos que no puedo modificar:
1- Nunca fui de ninguna religión ni tengo familia en religiones, así que no sé qué es eso, como se siente, qué se sufre.
2- Cada uno puede hacer lo que puede hacer, sin aspirar a la vida de otro, pero tampoco a satisfacerse con lo mínimo o escaso. Cada cosa en su tiempo y lugar.

Ahora te cuento que mi idea es que el noájida debiera (si puede) conversar de noajismo, compartir, difundirlo, hacer proselitismo (en el exacto sentido de la palabra, según la Real Academia), pero no ejercer presión, ni amenazas, ni violencia, ni engaños, ni astucias, ni… toda “alma que se consiga” por medios oscuros, es otro siervo del EGO que sigue esclavo de la mentira. Por más que por fuera acepte la postura, seguirá siendo el mismo por dentro. Habrá mucho más dolor, excusas, magufadas, pero poco de lo que es bueno y de bendición.
El compartir que sea con respeto siempre, respeto por uno y respeto por el otro. Llegar hasta donde se puede llegar, admitir que el otro piensa, cree, siente, opina tal como lo hace y no por ello debemos demandarle que cambie, que vea como nosotros vemos. Todo a su tiempo. Con paciencia, con verdadero amor. Unir, amar, y no ser un cómplice del EGO.

Mira lo que te digo ahora. Con el pastor, con el clérigo religioso que difunde el error, también  hay que tratar de ser respetuoso, no todos los pastores son malandrines o mala gente e incluso hay muchos de ellos que precisan de esa mano amiga para salir del estiércol del EGO. Siguen siendo clérigos del mal porque no saben, no pueden, hacer otra cosa; porque tienen miedo; porque están tan aprisionados que también precisan de comprensión y ayuda amorosa y no del rigor y la severidad del fanático.
Una palabra dulce, una palabra de aliento, un palabra bondadosa seguramente te gana más amigos y abre más puertas que la queja, la amargura, el rencor, la avaricia, el encono, la desvergüenza, la ofensa, etc.

Pero con el enemigo, con el traficante de la fe, con el terrorista, con aquel que a sabiendas actúa maliciosamente, o que se entrega al mal y provoca daños (consciente o no) no se puede ni debe ser blando, pero tampoco injusto. La justicia ha de primar siempre, porque ESA es LA bondad real para con el que no se puede ser bondadoso.
Todo tiene su tiempo, también la dureza, también el imponer la autoridad por medio de la fuerza, siempre y cuando sea la opción necesaria.

Eso creo, tú lo evalúas y actúas según tu parecer.

Magia, misterio, autoritarismo y destrucción

Para destruir tan solo hace falta una piedra. Nada más. A veces hasta menos, tal vez con una palabra perversa ya es suficiente.
Para construir, es necesario esfuerzo, ingenio, trabajo, compromiso, responsabilidad, energía, planificación, estudio, tiempo…
El constructor incluso puede tomar esa misma roca lanzada por el emisario del caos, pero para hacer la tarea de ordenar, de mejorar, de cuidar, de desarrollar el mundo. El mundo interno, de pensamientos, sentimientos, emociones, creencias, anhelos; como también el mundo externo, de la relación humana, del ambiente.

Sí, es fácil destruir, cualquiera puede hacerlo.
Pero construir, construir en verdad, para eso es necesario ponerse uno mismo en obra.

Así, vemos que abundan los criticones, los que (realmente o en apariencia) demuelen las posiciones de otros, pero arduamente son capaces de defender con integridad algo de su propia posición.
Son muy hábiles para mentir, difamar, traicionar, enlodar, fastidiar (etcéteras negativos ad infinitum), pero sumamente incapaces de hacer algo positivo, coherente, provechoso, constructivo, a favor de lo que piensan o creen.
El grito, el golpe, la queja, la falsedad, recursos del EGO desde el inicio, allí está pronto, servido, al instante, como respuesta, como reacción. Es lo que se tiene a mano, lo que se aprendió, lo que se hace. Así se manipula, así se es manipulado.
Se busca sobrevivir, en vez de vivir, en base a la destrucción.
En términos ecológicos, se usa sin conciencia de la sustentabilidad ni compromiso con ella.
En palabras de Héctor Schmucler (referido a la tecnología pero aplicado a nuestro tema): “Para la tecnología moderna no hay otro futuro que el de su propia multiplicación dominadora”.
Se vive el aquí y ahora de manera falaz, errónea, porque en verdad se está en permanente huida, se está fuera de línea, descentrado, sin armonía, en caos.
Oh sí, en el caos primordial, aquel que se fue ordenando y edificando para llenar de vida y sentido el cosmos.
El EGO es retorno al caos, en tanto que el AMOR es la creación en su plenitud.
El EGO es una máquina de supervivencia, en ello labora constantemente, pero al perder su sitial, su sentido, lleva a una existencia vacía, a la muerte en vida, a la extinción.

En palabras de una de las dos parshiot de la semana: "Pero si no me escucháis y no ponéis por obra todos estos mandamientos… serán sometidos al castigo de sus iniquidades, porque menospreciaron Mis decretos y porque su alma detestó Mis estatutos" (Vaikrá / Levítico 26:14, 43).

Tenemos el otro camino, el verdadero camino.
Porque, reconozcamos que es fácil arrojar una piedra, atine en el blanco o no, el daño ya fue hecho.
Pero, cuan duro es hacer lo que es bueno y justo, con lealtad, incluso consigo mismo.
Sobran los mentecatos, los mercachifles, los mercaderes de vidrios de colores, los piratas, sobran… porque no requiere de mucho el ser cómplice o activo destructor.
Pero, son tan pocos los que hacen el cambio positivo, los que alumbran, los que dan vida.

El EGO se vale de la ignorancia, sin dudas.
Aunque la persona abunda en conocimiento, en tanto no sea consciente de su ser, en tanto no logre unificar su Yo Vivido con su Yo Auténtico, estará en ignorancia.
La ignorancia también incluye a los falsos saberes, tan habituales entre los “creyentes” de cualquier especie y modelo.
En base a la ignorancia, procede el EGO a secuestrar el pensamiento, para hacer de las suyas. Entonces se inventan excusas, se elaboran teorías disparatadas, se cree en ridículos, la magia y superstición son adoradas, todo puede ser creído porque todo da lo mismo, en tanto se mantenga al hombre sumiso, impotente, pero con fantasías de súper poder.
Tomemos un ejemplo, que confieso no sé si es completamente verídico, pero me parece muy instructivo.
En la edad media, lo”normal” y hasta considerado “sano” era tener piojos. ¿Cómo llegaron a tal conclusión? Porque todas las personas sanas tenían piojos. Eso era lo “normal”. reyes, caballeros, damas, curas, obispos, pobres, ricos, mendigos, campesinos, burgueses, artesanos, rateros y “santos”, todo llenos de piojos. Pero había un grupo que ocasionalmente se libraba de tal plaga. Eran los enfermos con fiebre, pues parece que a estos parásitos no les agrada la alta temperatura y abandonan a su huésped en busca de otro cuerpo en el cual habitar.
Entonces, la “inteligente” conclusión era: los sanos tienen piojos, los enfermos no. Por lo cual, tener piojos es signo de salud.
¿Suena descabellado?
Sí, para nosotros que entendemos un poco más cómo funcionan las cosas, que tenemos un orden más racional y claro. Pero, para aquellos medievales, su pensamiento era el correcto. Pobre desgraciado del que se atreviera a opinar o siquiera suponer otra cosa. No tardaba en perder a todos sus piojos, por ser quemado vivo en las “santas” hogueras de los extremistas defensores de la fe y las “sanas” doctrinas.
Pero, no miremos con desprecio a aquellos bárbaros ignorantes de estas cosas. ¿Acaso hoy en día es diferente?
¿Acaso el amplio acceso a la información, los mayores conocimientos de los asuntos del mundo, nos ha llevado a ser mejores como individuos y como sociedad?
¿O seguimos siendo la misma bestia atada, esclavizada por el EGO, incapaces de desarrollar a pleno nuestra multidimensionalidad humana, nuestra esencia sagrada?
Piénsalo, mira al mundo, mira a tu alrededor, mírate al espejo y confiesa si somos en algo mejores que aquellos fanáticos oscurantistas de mil años atrás…

Dostoievski nos cuenta que El Gran Inquisidor creía que la humanidad quiere “magia, misterio y autoridad”.
Cierto, muy cierto.
Si le damos a la gente el buen pan espiritual, la luz de sus propias esencias para que les alumbre, rechazan amargamente, prefieren seguir arrastrados bajo la bota dolorosa del faraón, del EGO.
Prefieren el circo de la iglesia, con su magia, misterio y aires de autoridad.
Adoran a un supuesto rabino, más payaso que otra cosa, porque les vende a precio carísimo magia, misterio y seudo autoridad.
Escapan de FULVIDA, de nuestro mensaje libertario, porque renegamos de ser autoritarios, negamos la magia, negamos el misterio.
Nosotros tratamos, en la medida de nuestras posibilidades, de manejarnos por la senda del bien y la justicia, no por el modo EGO. Entonces, no recurrimos a artificios, no precisamos de tramoyas, no nos disfrazamos, no clamamos versos grandilocuentes, no nos escondemos detrás de mafias, no alentamos a que se nos siga con fe… por ello no somos “exitosos”, en los términos cotidianos.
Nosotros no seguimos al EGO, seguimos al AMOR, en la medida de lo posible, cosa que no es sencillo ni constante, por supuesto, pues no somos “santos”, solo personas normales.
Y eso, precisamente eso que libera, es lo que la gente más repugna.
La gente quiere farsas, actos circenses, palabras que representen poder sobrenatural, milagritos, truquitos de mago de barrio… ah… eso les encanta. Porque eso es destrucción, demoler la esencia personal, dejar el espíritu embadurnado por el estiércol del la religión y las doctrinas perezosas de la muerte.
¿Sabes por qué mesiánicos, netzaritas, noajudas, cabalisteros y otros fantoches tienen tanto “éxito” (en términos terrenales)?
¿Sabes por qué la gente dilapida su vida en Facebook, Twiter y otras aldeas de chismosos?
Relee lo que puso el genial autor ruso y tendrás una de las respuestas.

Tenemos pues que trabajar en el AMOR, ser AMOR.
Pero eso NO es de ninguna manera ser sentimentalistas, permisivos, todo vale, necios que no saben pensar ni inquirir por la verdad.
Vivir en AMOR, ser AMOR, es un acto multidimensional (cuerpo, emociones, lazos sociales, mente y esencia espiritual) y no un trastorno emocional pasajero.
Para amar en verdad es imprescindible conocer, hasta donde sea posible hacerlo. Porque el que no conoce, difícilmente ama; por ahí siente algo, tiene “buena onda”, lleva buenas intenciones, está enamorado, pero amar no ama…
Amar implica conocer y hacer aquello que es bueno y justo con quien se ama, al tiempo que no se daña a uno mismo ni a otros.
No es tarea simple, pero hacerla es la cuestión que no hace humanos, libres del EGO.

Martín Heidegger en La pregunta por la técnica expresó: “Preguntar es estar construyendo un camino. Por ello es aconsejable fijar la atención en el camino y no estar pendiente de frases y rótulos aislados. El camino es un camino del pensar”.
(Me desvió por un instante. El lector informado habrá percibido que he citado aquí algunos autores que son, digamos algo así como, controversiales. En este caso tomamos sus expresiones que consideramos provechosas, el resto, lo que no contribuye al Shalom, es lo que no usamos. Tal como hizo el gran Maimónides, quien usaba ideas de pensadores “extranjeros”, mucha veces sin citarlos por sus nombres, porque sabía que eso levantaría críticas nefastas e inútiles, siendo que había mucho que aprender de los aportes de los sabios “extranjeros”.)
Nuestro camino debe incluir el pensar, el cuestionar con respeto, el analizar, el preguntar, el avanzar y no detenerse en idolatrar a nada ni nadie.
Toda idolatría es producto del EGO, en tanto que el amor es espiritualidad.
Y la espiritualidad es multidimensional. Incluye a todo lo de la persona. Unifica, une, hermana y no separa lo que debe estar unido cuando debe estarlo.
Lo espiritual no agrede, no lleva a “guerras santas”, no daña, a no ser que no haya otro camino posible y sea absolutamente necesario.
El espíritu indaga, no teme a las preguntas, tampoco a las respuestas, porque está para aprender, para enseñar, para cerrar las brechas que deben cerrarse y separar lo que debe ser separado.
Eso es AMOR.
Pero el EGO, el EGO, hace todo al revés. Siente, desea y secuestra el pensamiento. La creatividad es usurpada, se la destina a inventar excusas que justifiquen la maldad, la pereza, el error, la mentira. El cuerpo es adorado o aborrecido, pero siempre sentido como una ropa prestada y no como el sagrado yo terrenal durante nuestra travesías en este mundo. Así marcha el EGO, entre sombras, en ignorancia, en desconexión de los sentidos para perder la ruta espiritual.
Y por más que lo alimentes, no te da descanso, no te libera de su esclavitud… ¡todo lo contrario!
Cuanto más lo sirves, más te aprieta el pescuezo y te esclaviza.

Veamos una cita del salmista: “Él les dio lo que pidieron, pero envió a sus almas debilidad.” (Tehilim / Salmos 106:15).
En ocasiones la persona obtiene lo que su EGO anhela, pero eso no le da felicidad, de hecho, la llena de mayor pesar.
Nada le conforma, quiere más, se vuelve más adicto.
En vez de fortalecerse, se debilita. En lugar de dicha y paz, solo hay resentimiento, quejas, amargura, falta de agradecimiento, muerte en vida.
Se puebla la mente de religión, de superstición, de magia, de deseos de autoridad.
Debilidad, impotencia, culpa, arrogancia, menosprecio, odio, gritos, trampas, podredumbre, más y más miseria, aunque se tenga “éxito” terrenal, el alma se vacía, la vida se ahueca, es un hoyo depresivo que ni siquiera la mágica píldora del psiquiatra parece resolver.
El EGO pide más, demanda, exige, protesta, hace paros y huelgas reclamando más… más… más… para ser menos, menos, menos…

Para los que construyen shalom (y si empiezan de dentro para fuera, es lo mejor), es bueno que recuerden que no tiene porqué hacer todo, saber todo, conocer todo.
Cada cosa a su tiempo.
Primero hay que darse tiempo para des-aprender, para conocerse, para amarse, para respetarse. Si se corre como ciego, cargando la mochila del pasado, lleno de pretextos, de textos corruptos, de idiosincrasias enfermas, difícilmente se deje de lado el sometimiento al EGO, raro que se pueda hacer las cosas con bien y justicia.
Los q se apuran lo hacen para seguir en huida, no en dedicada construcción de shalom.
Dele a cada tiempo su pan, SU pan y no otro.

Creo que es un texto más largo de lo que planifiqué, más complejo, yo quería algo sumamente breve, conciso, concreto, pero me quedó esta obra que tiene ante ti.
Me gustaría recibir tus comentarios, tus aportes, tu ayuda edificante para seguir avanzando.
Gracias.

(Recomiendo la lectura y comprensión de: http://es.wikipedia.org/wiki/Post_hoc_ergo_propter_hoc)

Espiritual, te lo repito

Es un tema simple, pero que la cultura humana ha tergiversado y oscurecido.
Es un tema fundamental, pero se hace equívoco y difuso a causa de las pésimas definiciones.
Es un asunto esencial, pero que se la pasa disfrazado de otra cosa.
Espiritual.
¿Qué es en realidad?

Espiritual es aquello que nos conecta (positivamente) con Dios, con el prójimo y con nuestra esencia (Yo Auténtico).

Dar plata a un pobre, espiritual.
Pagar al trabajador como corresponde en tiempo y forma, espiritual.
Educar a los hijos para ser personas de bien y justos, espiritual.
Pasar un tiempo de valor con la familia, espiritual.
Rezar, sí, también lo es.
Cuidar de la salud, espiritual.
Hacer ejercicio, de manera moderada, espiritual.
Estudiar lo que nos sirve para mejorar como personas y comunidad, espiritual.
Cumplir los mandamientos, aquellos que Dios nos ha dado a cada cual, espiritual.
Lo que es parte del estilo de vida judío para los judíos, el judaísmo, es espiritual para el judío.
Lo que es idiosincrasia nacional, que no contradice los mandamientos del Eterno, es espiritual para todos.
Hacer terapia, o tomar consejería para asuntos emocionales, espiritual.
Trabajar con corrección, espiritual.
En resumen, espiritual, el camino a casa. El camino a la unidad. Al ser.
Tan simple, tan entreverado por creencias ajenas, dogmas, doctrinas, religiones, ideología, deseos… tan oscurecido y entorpecido por el EGO.

¿Se comprende la idea?
Y si no, ¿qué es lo que no se comprende?

Ya la trabajamos, te paso el link: http://fulvida.com/varios/temas-frecuentes/espiritual

Emor, ser salvos

Ni arriba ni abajo, en tu lugar
Al EGO no le sirve que crezcamos.
Le conviene hacernos sentir impotentes y que nos creamos todopoderosos o absolutamente incapaces, para que de esa forma soportemos constantes tropiezos, contrariedades, sufrimientos.
Es que, si la persona se siente capaz, libre, responsable, apta, con el sano orgullo de poder lo que puede, bien pronto se quita de encima la bota tiránica del EGO.
Entonces, el EGO lo somete a la tortura de sentirse ignorando, poca cosa, fracasado, imposibilitado, destinado al dolor y sin mecanismos para sobresalir. O le hace fantasear con tener poderes que realmente no tiene, dominios que le son ajenos, y por consiguiente chocará tarde o temprano con la realidad que le dice: “no, tú no puedes”. En esa circunstancia ya no es solamente un sentimiento de impotencia, sino la impotencia concreta, materializada, el límite de nuestras capacidades reales.
Entonces, se suma el sentimiento, la creencia fantástica y la realidad, se hace un combo amargo que degustar.
La soberbia, el creerse más de lo que uno realmente es y puede llegar a ser; tal como la falsa modestia, el rebajar el propio estatus a un nivel inaceptable, incongruente con la real capacidad y potencial; son caras de la misma terrible moneda del EGO.
Imaginar y hasta delirar con estar a un nivel que no se está, ni se puede llegar, sea alto o bajo, son formas del EGO para mantenerte en impotencia, sometido, esclavizado, ajeno a tu verdadera identidad, aferrado a máscaras del Yo Vivido en lugar de abrazado y en paz a tu Yo Auténtico.
Es triste, pero es la regla casi general de la humanidad. Pocos son los que saben y pueden zafar de la esclavitud del EGO y potenciar su vida al máximo.
Al conocimiento de su real valor y lugar, a la autoestima adecuada, en la Tradición se le suele nombrar como “humildad”.

El origen de la religión
Nuestras primeras reacciones ante la impotencia inicial, en el traumático momento del nacimiento, son instintivas.
Son las herramientas básicas del EGO: grito, llanto, pataleo y desconexión de la realidad.
Con ellas procura mantenernos con vida, sortear el amargo trago de la impotencia y sobrevivir.
Desde ese instante nos vamos  programando, a partir de estas herramientas, a través de las relaciones con el medio y las otras personas.
Vamos usando ciertos instrumentos, los vamos conociendo, perfeccionando, cambiando, desechando, mejorando. Pero la raíz permanece la misma: llanto, grito, golpe, inconsciencia.
Vamos sumando los mandatos de la sociedad, a reaccionar de acuerdo a lo que nuestros padres nos entrenan.
Vamos formando creencias, decodificando al mundo de acuerdo a lo que estamos conocimiento y entendiendo, se tejen redes neuronales, nos vamos haciendo como personas.
Allí en el fondo está nuestro primer salvador, el EGO, con sus demandas, con sus exigencias, sus manipulaciones. Es un “dios” que se interpone a nuestra conciencia de Dios, son las múltiples cáscaras que recubren nuestra neshamá (esencia espiritual), para que no tomemos contacto, para que no nos conectemos, para que no seamos uno y unificados.
Allí fuera están los primeros “dioses” que vamos adorando, por lo general la madre (o más bien debiera decirse la o las personas que cumplen la función materna de proteger, alimentar, higienizar, etc.).
El dios interno, el EGO, se presenta como el dios externo, las personas de nuestro entorno en nuestras edades más tiernas.
En esos momentos aprendemos a manejarnos con los dioses, a manipularlos, a ser manipulados. A conseguir las cosas que deseamos con rabietas, con enojos, con estafas emocionales. Esos dioses están a nuestro servicio, pero dependemos por completo de ellos. Es como una relación bastante enfermiza, sin ellos morimos, ellos sin nosotros es como que no tienen sentido de ser.
Así es como, en general, vamos fabricando el sentimiento religioso en nuestro ser.
Por ello decimos que la religión, la fe ciega, es derivado del EGO. Porque no se asienta en la espiritualidad, en la conexión, en la unidad, en el ser en plenitud, sino en el toma y daca, en el negociado, en las necesidades de ambas partes, en jueguitos de poder y dominio. Eso es la religión, nada sagrada, nada trascendente, puro EGO.
Así comprendemos cómo en el nombre de las religiones se hacen las peores barbaridades, se excusan la peores miserias humanas. En este siglo y en todos los anteriores.
Porque, si la religión fuera del reino espiritual, nunca estarían a la defensa de la corrupción, de los “poderosos”, de la amenaza como mecanismo, etc.

El eterno volver
Si pudieras ver tu vida desde fuera, desapasionadamente, con frialdad, con desapego, encontrarías que una y otra vez repites conductas.
Como si estuvieras programado a volver a repetir lo que ya viviste con apenas variaciones.
Pueden ser las mismas u otras caras, pero en el fondo las situaciones se repiten, apenas si con cambios.
La tonada es la misma, aunque sean otros los instrumentos que la ejecutan.
Y vuelven, o quizás nunca se van, los mismos sentimientos de desamor, de impotencia, de limitación, de desamparo, de apego, de desconexión de no poder ni valer, de fracaso.
Parece que decides, pero no.
Haces de cuenta que eres libre, pero estás esclavizado al EGO, y sigues mandatos externos, creencias infantiles, programas que te hacen ejecutar automáticamente las cosas.
En las pequeñas y en las grandes cosas, allí saltan los programas a los que nos hemos acostumbrado, que son nuestra “segunda naturaleza”.
Observa, pero con desapego, desde fuera, sin reaccionar, sin responder, sin querer tener el control, observa… ¿qué ves?

Observa y registra
Observa cómo actúas, como un personaje de obra teatral, como siguiendo un libreto escrito por ajenos.
Obsérvate en tu multidimensionalidad:

  • qué sientes en tu cuerpo, en qué parte precisamente;
  • cómo te sientes emocionalmente; cómo te valoras; cuáles personas, cosas, situaciones, ideas te hacen sentir esas cosas;
  • de quién te ocultas o a quién quieres vencer; qué posesión quieres obtener para sentirte apreciado; qué trofeo quieres demostrar;
  • cuáles son tus pensamientos; qué afirmas acerca de ti mismo y de las cosas; qué recuerdas, qué esperas; qué inventaste para excusarte;
  • cómo actúas, qué dices, qué callas, con qué lo asocias.

Observa con calma, sin pasiones, sin justificar, sin excusas, sin negar, sin rechazar.
Observa y admite lo qué estás viendo. Regístralo, no confíes en tu memoria, te hará trampas el EGO.
Por el mero hecho de hacer esto, de tomar distancia, de no apegarte, de aceptar lo que sucede, de fluir, ya estarás aprovechando mejor tus energías vitales.
Aún no habrás hecho nada, activamente, pero estás en la onda del cambio positivo.
Tomar conciencia, despertar, saber lo qué sucede es uno de los primeros pasos para tu liberación.
Antes está el admitir que uno está mal, en desbalance, fuera de foco, no sincronizado con la existencia, sufriendo. Porque si estamos anestesiados al punto de ni siquiera reconocer nuestro malestar, difícilmente emprendamos un camino hacia la redención personal.

Entrénate
Puedes ir descubriendo los patrones de conducta que se repiten, que son cadenas que te atrapan en la esclavitud al EGO.
Revelar los pensamientos negativos, las creencias falsas, las infantiles fantasías de poder, el egoísmo, la falta de solidaridad, el perpetuo jueguito por alcanzar el poder y ser sumiso, entre otras cosas.
Ir despertando, es un paso esencial.
Te da más energía, te abre la cabeza, de limpia el pecho de opresiones.
Pero, aún está lejano el mar Rojo para que se abra y te deje pasar fuera de la celdita mental del EGO y aún más lejana la Tierra Prometida, de paz y placer.
Es necesario entrenarse y no dejarse arrastrar por el hábito, no someterse al guión, salir del esquemita mental repetitivo.

Es evidente que no podrás hacer esto de buenas a primeras, a fuerza de buena voluntad o pensamientos positivos.
No existe la magia.
Tienes años enroscado a una cadena, no esperes quitártela de encima de un momento al otro.
Te advierto que muchos han tomado conciencia para luego volver a dormir, aún más pesadamente que antes.
Es que, el EGO atenaza con fuerza, a pesar de que es intrínsecamente débil.
Precisarás esfuerzo, constancia, trabajo, alegría, optimismo, agradecimiento, valor, paciencia, amor, respeto entre otras cosas para seguir adelante, para ser libre, para obtener paz, para gozar, para estar unificado y en armonía interna y externa.
Sí, muchos quedan por el camino, la mayoría quizás, pero eso no es excusa para que tú no seas de los que alcanzan la Tierra Prometida y disfrutan de ella.
Todo lo que crees que te cuesta, lo que te pierdes, lo que te esfuerzas igualmente será poco, barato, comparado con lo que gastas manteniéndote en la celdita mental del EGO, con lo que malgastas y derrochas para tapar agujeros, con lo que desperdicias al pasar por la vida sin vivirla realmente.

Entrénate en valorar al prójimo, en hacerlo sentir bien sin esperar nada a cambio, en ser justo, en no responder automáticamente sino desde un punto de vista que beneficie a ti y al prójimo.
No quieras ser el que tiene la última palabra, no pretendas ser el que domina, no pidas la cabeza del otro, no trabajes para el EGO.
Disfruta de aquello que está a tu alcance y propón al otro que haga lo mismo.
Deja fluir aquello que no puedes ni debes controlar.
Repara lo que está bajo tu dominio para que funcione correctamente.
Relájate, no quieras comandar todo y a todos.
Entrénate para ser bueno y justo, gozar de lo permitido y apartarte de lo nocivo.
Haz esto, entonces estarás en camino a la Salvación, a la Redención, a la Era Mesiánica, a la Tierra Prometida.

Emor
Para los judíos, en la lectura semanal que corresponde a este Shabbat (parashat Emor) encontramos:

"Guardad, pues, Mis mandamientos y ponedlos por obra. Yo soy el Eterno.
No profanéis Mi santo nombre, pues Yo he de ser santificado en medio de los Hijos de Israel.
Yo soy el Eterno, el que os santifico, que os saqué de la tierra de Egipto para ser vuestro Elokim.
Yo soy el Eterno.’"
(Vaikrá / Levítico 22:31-33)

Se nos muestra la puerta para salir de nuestra celdita mental, de la tiranía del EGO.
Es Dios el que quiere nuestra salvación.
Pero somos nosotros los que debemos levantarnos, abrir la puerta –que está sin llave-, y pasar a la libertad.
No seremos arrancados de la prisión, nadie vendrá a sacarnos. Debemos salir por nuestros medios.
Tenemos la ayuda de Arriba, contamos con la fuerza interna, se nos brindan hermosos consejos, se nos dio la oportunidad.
Ahora, a avanzar.
Si no llegas a la Tierra Prometida pero hiciste tu parte, santificaste tu vida por medio de la bondad y la justicia, entonces ten por seguro que desde lo Alto serás buenamente recompensado. Será completada tu travesía, no en esta vida, pero si en la eterna.
Cada paso que des, cada obra que realices, cada instante que saborees la libertad de forma comprometida, estarás sembrando gozo eterno.
Ahora, levántate y avanza.
Actúa, sé solidario, haz el bien, ¿a qué esperas? ¿A que tu EGO te dé permiso?
A construir Shalom.

Ajarei mot y Kedoshim-אחרי מות וקדושים

Este texto es largo y en algunas secciones complejo.
Para ayudarte en su lectura, para no aburrirte, le pondré títulos que diferencian secciones.
Espero que encuentres algo que te sea de provecho, que lo vivas, que lo compartas y si quieres nos dejas un comentario aquí debajo, porque tener retorno de los lectores es agradable y necesario.
Que pases un excelente día, el mejor de tu vida.

Parshiot de la semana.
Esta semana en el pueblo judío (fuera de Israel) se leen dos parshiot juntas, Ajarei mot junto con Kedoshim (אחרי מות קדושים).
De Kedoshim es un clásico de los comentaristas la sección del versículo tan mentado y manoseado que expresa: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." (Vaikrá / Levítico 19:18).
Sabemos de su trascendencia, de su centralidad, de su importancia por lo cual lo hemos trabajado en numerosas ocasiones previas. Es bueno recordarlo, releerlo, revisar lo ya enseñado porque es maravilloso encontrar nuevas ideas, mejores acciones incluso en aquello que uno ya creía conocer y asumía como aprendido. Así pues, te invito a que hagas clic aquí, para que se abra una lista de textos que sería bueno repasar.
Mientras tanto, vamos a continuar con una nueva lección, fresca, renovada, que se añada a las ya ofrecidas por nosotros en todos estos numerosos años que trabajamos gratuitamente para difundir la “Luz de Vidas” a quien quiera recibirla de nuestras parte.

Relaciones humanas y con Dios.
Al comienzo mismo de Kedoshim encontramos lo siguiente:

"El Eterno habló a Moshé [Moisés] diciendo:
‘Habla a toda la congregación de los Hijos de Israel y diles: Sean santos, porque Yo, el Eterno vuestro Elokim, soy santo.
Cada uno de vosotros respete a su madre y a su padre.
Guardad mis shabatot.
Yo soy el Eterno, vuestro Elokim."
(Vaikrá / Levítico 19:1-3)

Respetar a los padres, guardar los shabatot (los días consagrados por Dios para ser celebrados por los hijos de Israel), son mandamientos que el Eterno ha dado al pueblo judío, parte de los 613.
Uno de ellos corresponde a los preceptos que regulan las relaciones entre las personas, los que se denominan בין אדם לחברו.
En tanto que la que concierne a las fechas consagradas está dentro del grupo de las relaciones del hombre con Dios, que son denominadas בין אדם למקום.
Apreciemos que ambos grupos son relevantes, fundamentales.
Ambas selecciones son de similar peso y valor, con la consigna de hacer santa la vida del judío, porque tal es la orden emitida por la Divina Voluntad.
No debemos proceder como aquellos que solamente ven la porción ética de la Torá y desechan o disminuyen el valor de las reglas que conectan con Dios sin pasar por el prójimo.
Pero tampoco es correcta la posición de los que pretenden imponer un reinado monopólico de mandamientos de relación con Dios, despreciando lo que refiere a la ética, al buen comportamiento, a desplegar el potencial humano a su máxima capacidad, lo que conocemos como דרך ארץ.
Unos y otros son pilares del judaísmo, fortalezas de nuestra identidad, valores irrenunciables, que nos conectan con nuestra esencia, con el prójimo y con Dios.
Los dos conjuntos de mandamientos valiosos, aunque son desde siempre considerados los que nos relacionan correctamente con el prójimo los prioritarios. Dios puede vivir sin nuestra alabanzas, sin nuestras oraciones, sin nuestros ruegos, sin nuestra dependencia en Él; pero el prójimo que nos necesita, nos necesita…
Igualmente recordemos, los que ganamos SIEMPRE somos nosotros al cumplir con los mandamientos que nos competen, aunque no es por la ganancia que debemos proceder.

Notemos otros aspectos muy interesantes.

Ser santos: el motivo central de la parashá Kedoshim, de toda la Torá en realidad.
Primero, hay una orden directa por parte de Dios hacia los judíos, deben ser santos.
Y expone un claro motivo, porque Dios es santo. Sabemos el porqué, porque Dios así quiere de Su hijo primogénito, de Israel. Es la Divina Voluntad que los judíos alcancen un grado santidad, de distinción, de actitud especial.
Porque eso es ser santo, diferente de lo corriente, que sobresale positivamente de la norma.
Tal como Dios, que es Uno y Único, por completo diferente a todo lo que conocemos o creemos conocer. Así como el es santo, debemos ser nosotros.
Que nuestros actos, nuestra postura en la vida demuestre nuestra grandiosa interioridad, nuestra conexión con Él.
Recordemos que todos somos Sus hijos, hechos a Su imagen y semejanza. No una material, pues Él no es material, no con una forma física, pues no hay forma o materia que lo represente. Pero ciertamente, ese lazo espiritual, esa potencia creadora, es lo que nos identifica como hijos de Dios, aptos para la santidad.
A mayor cercanía con Dios, mayor el grado de santidad.
Y esta cercanía no se produce por un movimiento en el espacio, no es por estar en tal o cual lugar. La cercanía a Dios se manifiesta acorde a nuestra conducta. Si estamos actuando en sintonía con Él, si emulamos –en lo humanamente posible- Sus acciones, estamos elevando nuestro grado de santidad.
Porque, podemos hacer como Él hace, dentro de nuestro limitado marco de acción.
Tal como está dicho:

“Hacer como hace el Eterno.
Así como Él viste a los que no tienen ropa, uno debe vestir a los que no tienen ropa…
Así como Él visita a los enfermos, uno debe visitar a los enfermos…
Así como Él consuela al que está de luto, uno debe consolar al que está de luto…
Así como Él entierra a los muertos, uno debe enterrar a los muertos…
El comienzo de la Torá es actos de bondad desinteresada y su finalidad son los actos de bondad desinteresada…”
(Sota 14a).

Por más información al respecto de esta interesante temática, recomiendo seguir el texto que se abre haciendo clic aquí.

La santidad, una cuestión de la vida cotidiana.
Entonces, llegamos a la santidad. Que, repito, no es un estado de éxtasis, no es apartarse de la sociedad, no es vivir en negación de lo material, no es mortificación del cuerpo, no es palabrería santurrona en idiomas incomprensibles, no es solitario encierro de meditación, no es vestirse de modo simpático, no es hacerse adicto a una religión o líder religión, no es cambiar de país o costumbres nacionales, sino, tal y como expresan con total limpieza y claridad los Sabios de la Verdad: actos de bondad desinteresada, ayudar al necesitado, consolar al sufriente, dar una mano al que precisa de nuestro auxilio, sonreír al amargado, dar un hombro al que llora, en fin… toda buena obra para con el prójimo que puede parecer poca cosa, poco espiritual, poco santo, pero realmente es el camino dorado hacia la verdadera santidad. No lo declara este humilde maestro, sino los grandes Sabios de la Verdad. Es posible hallar infinidad de citas que vuelven al mismo punto, a la cúspide espiritual que es el servicio hacia el prójimo de manera desinteresada, el altruismo, el verdadero amor.
¿Entiendes cómo se relaciona todo?
El amar al prójimo como a ti mismo es la clave para la santidad.
El altruismo es la manera correcta de vivir.
Por lo tanto, aquello que niega al prójimo, que lo desmerece, que lo lastima, no es el camino sino el abismo.
El EGO, ese que nos hace sentir impotentes pero creer todopoderosos, es la perdición.

Tristemente el corazón del hombre lo lleva hacia la religión en lugar de hacia el espíritu.
Se erigen ídolos para usurpar el trono de Dios.
No solamente los dioses de las religiones, sino todo aquello que el EGO impone como objeto de adoración, lo que esclaviza al hombre, lo que lo narcotiza y desconecta de sí mismo, del prójimo y por ende de Dios.
Hasta lo que puede ser en su origen sagrado, termina siendo profanado por el afán del EGO.
Entonces, y tal como ya enseñamos (y es bueno repasar y volver a analizar): “Lo que libera es lo que suele ser repudiado.”
Sí, liberan las buenas acciones desinteresadas que hacemos para con el prójimo.
Libera el verdadero amor, el de las acciones generosas.
Libera el actuar como Dios, con bondad y justicia.
Pero… eso es despreciado.
Pronto se izan banderas de fanatismo ideológico, de religiosidad, de sectarismo. Entonces se infama, se injuria, se maldice, se profana, todo en el nombre de algún dios, e incluso de Dios.
Se deja de lado el amor, el verdadero y no el de las revistas o novelas, para esgrimir armas, para vociferar consignas, para preparar trampas, para acarrear el mal.
Es una historia que se repite, una y otra vez, desde Caín, o incluso desde Adam y Java, hasta aquí.
Porque el EGO, siempre el EGO, sigue dominando, controlando, manipulando y nosotros como esclavos trabajando tristemente para él.
Aunque la Torá (noájica y judía) nos dan las claves para ser libres, para retornar del exilio del espíritu, para evidenciar la Era Mesiánica personal y colectiva, sí podemos hacerlo, tenemos las claves, pero siempre derivamos hacia donde el Ego nos comanda.
Entonces, rechazamos lo que nos puede liberar, nos anclamos a lo malo, lo hacemos nuestro destino, nuestro dios.

Y por ello, sufrimos.
Estamos en celditas mentales, pequeñitas, sucias, malolientes, con la puerta cerrada pero sin llave. Si quisiéramos podríamos ser libres, ser “salvos”, vivir nuestra Era Mesiánica, estar conectados, ser uno.
Pero no, se nos antoja seguir en el Egipto interior, en desprecio, en malhumor, en enojo, en amargura, en quejas, en dolor, en exilio.

Pudiendo ser santos, nos lanzamos de lleno al fango del odio y la miseria. Parece que nos gusta olvidar que somos hijos de Dios para actuar como necios siervos del EGO, nuestro dios.

Perls y Horney nos definen a los neuróticos.
Miren la interesante definición que el Dr. Friedrich Salomon Perls nos regala:

“Neurótico es todo hombre que usa su potencial para manipular a los demás en vez de crecer él mismo. Usurpa el control, se enloquece de poder y moviliza a amigos y parientes en lugares donde él es impotente para usar sus propios recursos”.

Interesante, ¿sí?
Cuando nosotros vamos viendo cómo actúa el EGO, tenemos bien en claro lo que el Dr. Perls está describiendo.
Tal cual, es el EGO en funciones, que controla a la persona, la que está maniatada por su sentimiento de impotencia, para lo cual recurre a lo que sea para delirar que es poderoso, que tiene el control, cuando realmente nada controla.
Pobre diablo, manipulador, tejedor de tramas, infamador, acusador desde las sombras, resentido, impotente, que cree manejar los hilos de las historias, que hasta cree venir en nombre de su dios, cuando en los hechos ni siquiera en su propia casa es el amo.
Pobre diablo. Pero, tristemente así parece que somos la mayoría de los humanos. Desde Adam hasta aquí. En exilio.

Por su parte, Karen Horney nos brinda esta explicación:

“Uno de los rasgos predominantes de los neuróticos de nuestro tiempo es la excesiva dependencia de la aprobación o del cariño del prójimo… Además existe una notable contradicción entre su deseo de recibir cariño y su propia capacidad de sentirlo o de ofrecerlo…”.

Oh sí, el hombre que se siente impotente pero pretende controlar el universo.
Control, control, control… eso desea, para sentirse en poder, pero no puede ni siquiera consigo mismo… pobre diablo… en celo, en venganza, en revancha, mascando odio, inventando estafas inexistentes, quejándose, haciéndose el pobrecito… pobre diablo, impotente… esclavo por gusto de su EGO…

Hombres larva.
Ciertas personas que se la pasan pidiendo, sin reconocer lo que se les da, y hasta se enojan cuando no reciben en tiempo o forma lo que creen merecer.  Gente ingrata, amargada, desconectada de su esencia. Se quejan amargamente, porque sienten que se les debe algo, a lo cual nunca se hicieron merecedores. Piden, reclaman, exigen, se quejan, echan culpas, están en desequilibrio, no son funcionales al ecosistema. No aportan, pero igual, se quejan.
Insufriblemente se quejan.
Y algunos pasan la raya limítrofe, y entonces de quejosos llegan a actuar con mucha malicia y descontrol que aparenta ser un control sobredimensionado (te recomiendo que releas la frase, porque es complicada de comprender si no se tiene clara la noción del EGO y cómo opera).
Algunos intentan demostrar su poder ejerciendo el control sobrepasado, todo es impostura, lleno de falsedad, muy falso.
Son larvas, que en su origen significa espectro, enmascarado, fantasma. Pues esconden su esencia sagrada detrás de numerosas máscaras, rostros falsos. Algunos de ellos pueden parecer sonrientes, otros espantosos, otros indiferentes, como sea, todos ellos ocultando al verdadero ser, el Yo Auténtico, ese que es puro e intocado, su esencia espiritual. Sin embargo, su conducta es terrible, molesta, perjudicial, enfermiza. Eso es lo que manifiestan, eso es lo que hay.
Algunos llevan su intento de conquista y manipulación aún más lejos, puesto que entran en un jueguito terrible, en donde se dice o se hace entender que: “yo no soy nada, no tengo nada, no puedo nada”, así que el mundo les debe dar, sostener, tolerar todas las insolencias, mantener, etc.
Es como un estado de infantilidad sin fin, en donde se admite la propia impotencia para dejarse caer en brazos de otro, uno que se hará cargo, que cargará con las vicisitudes del impotente.
De esa manera se crea un enfermizo lazo de dependencia, de sentimientos de culpa, de manipulación, de malicia inyectada una y otra vez.
Si por alguna de esas casualidades aquel que se ha hecho cargo de llevar aupado al otro no quiere o no puede responder a las abusivas quejas, entonces se producen pataleos, berrinches, llantos, gritos, acusaciones, accidentes, enfermedades, depresión, en fin, todo lo que esté dentro del abanico de opciones de los que viven parasitando a otros.

En este estado, esas personas se pueden transformar en auténticas déspotas, pequeños sátrapas, faraones en pañales, pretenden manejar como marionetas a los demás usando los hilos de la lástima, la vulnerabilidad, la discapacidad, la ineptitud, la victimización. Andan “pobreteándose” continuamente, murmuran o susurran, o tal vez proclaman: “pobrecito yo, el mundo me hizo mal”. Hay quienes tienen la actitud contraria, “yo puedo todo” y secretamente buscan que le devuelvan, que la reconozcan, que le digan lo fuerte y buena que es (este papel lo suelen jugar los que ayudan a los que abiertamente no pueden).

El peligro de esta conducta es que, muchas veces, termina provocando una ira interna, lo que en el lengua de la Cabalá se llama “pan de la humillación”. Comemos gratis, pero no satisface, sino que perturba, porque estamos actuando negativamente, desde la impotencia, reconociendo nuestra ineptitud, poniendo nuestra vida en manos de otro.
Esto genera ese movimiento oscuro interno que es profundo malestar con uno mismo, pero que se expulsa como reacción agresiva en contra del dador.
Porque el que recibe se siente doblemente impotente, más que al principio, mucho peor porque a su impotencia primera le suma el reconocerla, el deberle a otro, el no haber hecho nada más que manipular para obtener ventajas.
Entonces, este hombre larva se venga haciendo daño al que tanto le dio.
Nosotros lo hemos vivido en carne propio innumerables veces, desde hace años venimos alimentando con buen pan espiritual,  mucho de los que se hicieron pasar por amigos llegado un momento se fueron enojados, insultando, maldiciendo, agrediendo injustamente, difamando, creando discordias… pero agradecer, reconocer, valorar, pagar… no, eso no…
Su EGO es demasiado grande como para que puedan abrir los ojos, despertar, tomar conciencia, crecer, vivir, ser libres.
Prefieren la muerte en vida, ejercer el falso control, dañar, odiar, vengarse, ser ridículos… EGO… EGO…
En el caso contrario, el del que da indiscriminadamente, también puede suceder un cansancio en su cruzada solidaria y terminar enojado con los que ayudó porque no lo reconocen o no lo ayudan.
Se agota, llega al límite, no recibe, explota… Sí, también es EGO dar y dar y dar y dar y dar hasta explotar… ¿entiendes por qué?

Resumiendo.
El mismo Dr. Perls, que citamos antes, nos enseña:

“El hombre se trasciende a sí mismo únicamente por la vía de su verdadera naturaleza, jamás por medio de la ambición ni metas artificiales. El darse cuenta de y la responsabilidad por el campo total por el sí mismo y por el otro le dan significado y configuración a la vida del hombre.”

Tarea.
Nos extendimos demasiado, por ello voy a terminar aquí nuestro encuentro, pero te quiero dejar una tarea.
Sabemos que el destino de muchas personas mayores es el abandono, la soledad.
¿Qué tienes para hacer al respecto tú?
Para el prójimo, para tus padres, e incluso para prepararte para tu vejez…
¿Qué tienes hoy mismo para hacer?
Y, ¿te das cuenta como la respuesta está tejida con numerosas fibras de esta parashá?
Y… ¿encuentras la conexión con la parashá Ajarei mot, que no es tan evidente pero es firme?

Tazría y Metzorá מצורע–תזריע

 

Esta semana se leen juntas las parshiot Tazría y Metzorá. En ambas se trata el tema del afectado por la enfermedad de מצורע – metzorá.
Ésta era una antigua dolencia que se manifestaba con espantosas manchas y lesiones en la piel. Se la confunde con “lepra”, sin serla.
Según dicen los Sabios, en el Talmud (Erajín 15b), aparecía como resultado de la conducta gravemente negativa. Son mencionadas las siguientes imperfecciones en su origen: maledicencia, asesinato, inmoralidad sexual, falso juramento, arrogancia, robo y avaricia. Reconocemos que son acciones causadas por el יצר הרע – Ietzer hará (EGO) que controla a la persona.
A partir de esta enumeración, la tradición (midrash Tanjuma Metzorá), ha considerado que el foco principal es el מוציא שם רע – motzi shem rá, difamar, que es decir públicamente mentiras respecto de otro con la intención de perjudicarlo.

Quizás había algún virus, una bacteria, un hongo, o alguna lesión cutánea involucrados, pero el gatillo que disparaba la afección física era el uso de la palabra para agredir a otra persona.
Suena raro, ¿no?

Realmente no, si apreciamos el poder de la palabra.
Según relata la propia Torá, el poderío del habla es inmenso. Recordemos que el Eterno “habló” y el universo fue creado. Cada etapa de la creación era precedida por una locución de Dios.
A escala mucho menor, los hombres también podemos crear y destruir mundos a través del lenguaje. Una palabra amable puede animar al decaído, fortalecer al agotado, dar vida al abandonado. En tanto que una palabra destructora tiene la capacidad de derrumbar, echar abajo, angustiar, amargar.
Según dice el salmista: “¿Quién es el hombre que desea vida? ¿Quién anhela años para ver el bien? Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño. Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y síguela.” (Tehilim / Salmos 34:13-15).
¡Cuánto cuidado debemos poner al hablar!

Además, tomemos en cuenta que nuestra comprensión del mundo se estructura a través del lenguaje. De acuerdo a nuestro acervo idiomático será nuestra capacidad para percibir y relacionarnos con la realidad. Al respecto dijo Ludwig Wittgenstein : “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente”. Es decir, nuestra mente alcanza hasta donde nuestra lengua nos permite describir, delimitar, reconocer, nombrar.

Una persona que emplea esta herramienta poderosa para arruinar, para provocar el caos, para herir, necesariamente se está poniendo en una situación terrible. Causa el mal a otros, corrompe el entorno (natural o social), pero básicamente demuestra que está alterada en su interior. Carece de paz interna, está sofocada por el EGO. Esto es enfermedad a nivel moral, emocional, mental, social que contamina también al cuerpo.
Lo de fuera termina por mostrar lo de dentro.
Al decir de Miguel de Unamuno: “La lengua no es la envoltura del pensamiento sino el pensamiento mismo”. El pensamiento negativo, la palabra vil, la conducta perversa viste al cuerpo –la persona- de metzorá.

Somos amos de nuestro silencio y esclavos de nuestra palabra, ¡gran verdad!

 

 

Agujereando el alma

Había un niño que tenía muy, pero que muy mal carácter. Un día, su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma, que él clavase un clavo en la cerca de detrás de la casa.

El primer día, el niño clavó 37 clavos en la cerca. Al día siguiente, menos, y así en los días posteriores. Él niño se iba dando cuenta de que era más fácil controlar su genio y su mal carácter, que clavar los clavos en la cerca.

Finalmente llegó el día en que el niño no perdió la calma ni una sola vez y se lo dijo a su padre que no tenía que clavar ni un clavo en la cerca. Él había conseguido, por fin, controlar su mal temperamento.

Su padre, muy contento y satisfecho, sugirió entonces a su hijo que por cada día que controlase su carácter, sacase un clavo de la cerca.

Los días pasaron y el niño pudo finalmente decir a su padre que ya había sacado todos los clavos de la cerca. Entonces el padre llevó a su hijo, de la mano, hasta la cerca de detrás de la casa y le dijo:

– Mira, hijo, has trabajo duro para clavar y quitar los clavos de esta cerca, pero fíjate en todos los agujeros que quedaron en la cerca. Jamás será la misma.

Lo que quiero decir es que cuando dices o haces cosas con mal genio, enfado y deficiente carácter, dejas una cicatriz, como estos agujeros en la cerca. Ya no importa tanto que pidas perdón. La herida estará siempre allí. Y una herida física es igual que una herida verbal.

Los amigos, así como los padres y toda la familia, son verdaderas joyas a quienes hay que valorar. Ellos te sonríen y te animan a mejorar. Te escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre tienen su corazón abierto para recibirte.

Las palabras de su padre, así como la experiencia vivida con los clavos, hicieron que el niño reflexionase sobre las consecuencias de su carácter.

Basado en relato de León Tolstoi

 

Reflexionamos juntos

1. ¿Cuál es la moraleja del cuento?

2. ¿Cómo lo relacionas con el comentario que hicimos de la parashá?

3. ¿Te pasó alguna vez que quisiste borrar algo que recién dijiste?

4. ¿Cuál te parece era la reacción de la gente al ver a un enfermo de metzorá?

5. ¿Por qué metzorá atacaba la piel y no algún órgano interno, que no fuera visible?

6. ¿Cómo podemos hacer para usar la palabra para construir shalom?

Antisemitismo en la prestigiada agencia de noticias BBC

“UNA VOZ INDEPENDIENTE”

Es el encabezado del sitio de internet de la agencia de noticias BBC, una de las más mayores y más prestigiadas agencias de noticias en todo el mundo.

El encabezado principal del sitio de internet de la BBC, bien podría reflejar lo que sería el ideal del trabajo periodístico alrededor del mundo, UNA VOZ CLARA, OBJETIVA, IMPARCIAL Y CONCRETA, bueno al menos los lectores esperaríamos eso de una agencia con seriedad y sobre todo comprometida con la verdad.

No es la excepción con BBC que cuenta con miles de visitas diarias en su conocido sitio de internet, estos medios se deben principalmente a su audiencia, a sus lectores, y su trabajo está comprometido con la verdad e imparcialidad, no con intereses mediáticos o manipuladores.

Lo que los lectores necesitamos es conocer los hechos reales, claros y concretos, para podernos así formular las opiniones correctas acerca de lo que sucede en el mundo, ese es el compromiso que cada agencia de noticias tiene para con nosotros, proporcionarnos información veraz y oportuna.

Pero en este caso en concreto (y no se en cuantos más) la prestigiada agencia de noticias BBC, juega un papel pésimo en su carácter de informadora, pues concerniente a lo que se viene dando en los últimos días con respecto a medio oriente y el asunto del potencial genocida Ahmadinejad, resulta obvia su tendencia antisemita, pero además excesivamente ofensiva su simpatía manipuladora para cuando de hablar de antisemitas (y sus fechorías) se trata.

Sonó mucho este asunto del reconocido escritor Gunter grass y su poema antisemita publicado en el diario “Süddeutsche Zeitung” de Alemania, Gunter grass premio nobel de literatura en el año 1999 y reconocido por su obra que se extiende a través de varias décadas, pero que hablando de madurez “humana” es solo otro “talentoso” con escasa madurez a la hora de hablar de asuntos que requieren cuando menos de tener “un poquito” de ética para hablar de ellos, cuando menos para emitir opiniones constructivas que sirvan de referencia a las personas y no que solo denoten, un odio profundo hacia un grupo de personas, pero hablando del premio nobel que se le otorgo en el año de 1999 a este escritor, me pregunto si la organización que otorga las distinciones nobel, las otorga a personas que contribuyen en áreas específicas, a la promoción de la cultura y el desarrollo de los valores y otros logros más, en el caso de este escritor que utiliza su talento de literato, para promover el racismo y el odio hacia un determinado grupo de personas ¿por el uso indebido de sus habilidades no le podrán retirar el premio nobel? Y más allá de eso ¿Cómo le pueden otorgar un nobel a un antiguo nazi? Porque este señor fue antisemita en su juventud y ahora en su vejez ¡lo sigue siendo! Es una reflexión personal pues me parece que no es acorde con los valores que promueve el premio nobel la actitud nazi de este escritor, aunque más allá de ello debería de existir una ley internacional que castigue con firmeza el antisemitismo y cualquier otra expresión racista que atente en contra de cualquier individuo.

Y es precisamente sobre el pasado hitleriano de Gunter grass que BBC se mostró en extremo antisemita, pues en la pobre cobertura que le dieron al asunto OMITIERON COMPLETAMENTE HABLAR SOBRE EL PASADO NAZI DE GUNTER GRASS, si especificaron que Israel lo declaro persona Non grata y que le prohibieron la entrada al país PERO NUNCA DIJERON LAS RAZONES QUE MOTIVARON ESTA RESOLUCION, sin el contexto claro y especifico de como suceden las cosas se distorsiona completamente la verdad, aun mas los hechos tienden a malinterpretarse y en lugar de denunciar al agresor se tiende a poner más peso sobre la ya agredida víctima.

La BBC dejo de lado todas las razones o al menos las más importantes, por las cuales el gobierno israelí puede negar la entrada a determinadas personas, entre ellas a cualquiera que haya participado en el movimiento nazi, Gunter grass fue recluta activo de la elite inhumana la SS en su momento pilar fuerte del movimiento nazi, que tuvo parte sustancial en el asesinato de varios millones de judíos (entre ellos 1 millón de niños), pero la BBC en su tendencioso reportaje acerca de que a Gunter grass se le declaro persona non grata en Israel, solo recalco que Israel le prohibió la entrada a Gunter grass pero nunca expuso los motivos que motivaron dicho acto, consecuentemente (y como lo acostumbran) hacen parecer a Israel “el malo” de la película.

Se podría pensar que el antisemitismo solo comprende aquellos ataques abiertos y directos hacia el pueblo Judío, pero no solo comprende eso, sino que también abarca el encubrimiento y justificación de aquellas nefastas y perversas personas que incitan al odio en contra del estado judío, recordemos que la BBC es una agencia enorme de noticias y bien pudo haber publicado un artículo objetivo y preciso, donde se expusiera con justicia y honestidad las razones que motivaron que a este inmaduro y perverso escritor, se le declarara persona non grata en Israel.

Y todas las palabras que esta prestigiada agencia de noticias dejo de decir…………… hablan mucho de ella.

Referencias

http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noticias/2012/04/120408_ultnot_israel_grass_mr.shtml

http://cnnespanol.cnn.com/2012/04/08/israel-declara-persona-non-grata-al-poeta-aleman-gunter-grass/

Sheminí – שמיני

Está escrito en nuestra parashá:

«No hagáis detestables (אל תשקצו) vuestras personas por causa de ningún reptil. No os contaminéis con ellos, ni os hagáis impuros por causa de ellos. Porque Yo soy el Eterno vuestro Elokim, vosotros os santificaréis; y seréis santos, porque Yo soy santo. No contaminéis vuestras almas…
(Vaikrá / Levítico 11:43-44).

Específicamente se está refiriendo la Torá a que la persona judía no ingiera partes de ningún reptil, porque esto “contamina el alma”, lo cual impide “ser santo, tal como Dios es santo”.
Recalco que es ordenanza para personas judías exclusivamente, al respecto de cuestiones vinculadas a la identidad espiritual judía, tal como el resto de las reglas alimentarias del kashrut que se citan en este capítulo y en otros de similar temática en la Torá.
Según comprobamos está escrito como introducción obligatoria al tema:

«El Eterno habló a Moshé [Moisés] y a Aarón diciendo: ‘Hablad a los Hijos de Israel y decidles que éstos son los animales que podréis comer… »
(Vaikrá / Levítico 11:1-2)

Y luego:

«Vosotros sois hijos del Eterno vuestro Elokim… Porque tú eres un pueblo santo para el Eterno tu Elokim; el Eterno te ha escogido de entre todos los pueblos que hay sobre la faz de la tierra, para que le seas un pueblo especial. No comeréis ninguna cosa abominable. Éstos son los animales que podéis comer…»
(Devarim / Deuteronomio 14:1-4)

Es importante tener en claro y en cuenta esta exclusividad dictada por Dios para los judíos.
Son reglas de la alimentación espiritual que rigen exclusivamente para los judíos, para los hijos de la nación que Él ha escogido para ser Sus siervos. No son preceptos para las naciones, no son reglas requeridas para los gentiles.
El gentil está perfectamente habilitado para comer cerdo, mariscos, pulpo, erizo, carne junto con leche, etc., puesto que la única ordenanza espiritual que los gentiles han recibido de Dios en lo que respecta a los alimentos es la prohibición de comer parte de animal que aún está con vida.
Me he encontrado con mucho gentil bien intencionado que pretende apropiarse de los mandamientos alimentarios del judaísmo, porque de esa manera pretenden sentirse o hacerse más espirituales. En los hechos, tal cual corroboramos con una veloz y comprensiva lectura de la Palabra de Dios, el gentil no está obligado a nada de lo que el judío está obligado en lo que respecta a la alimentación. En principio no hay ventaja espiritual o de otro tipo directa para el gentil que presuma de seguir la dieta alimenticia que Dios ha destinado para los judíos. (Aunque pudiera haber algún beneficio secundario, que no mencionaré ahora).
Así pues, el gentil que ama a Dios y anhela cumplir con Su Voluntad, no andará torturando su existencia al obligarse a seguir una dieta que le es ajena y no necesaria, ni presumirá de alcanzar grados de espiritualidad superiores por hacerlo, ya que no es parte de su herencia espiritual ni lo que Dios le demanda como estilo de vida. Es apropiado para el judío porque Dios lo ha decretado así. Seguramente que porque el alimento no kasher puede ocasionar algún desbalance en el sistema espiritual de la persona judía, pero no produce ningún efecto adverso en el sistema espiritual del gentil. Tal como el gluten afecta negativamente a la persona que padece la enfermedad celíaca, pero no altera a la persona sana. Tal como la gasolina común es la apropiada para el motor de combustión común, y el Diesel lo es para los motores a gasoil. Tal como Windows sirve para PC y no para las computadoras de Apple. No hay mejor o peor, sino lo que es acorde a las características de cada uno.
Si el gentil quiere comer kasher, bienvenido sea, pero que no se angustie si no lo hace, ni carcoma su corazón para hacerlo.

Ahora, retomando la primer cita que trajimos.
Vamos a realizar un breve análisis para aclarar conceptos y de esta forma alcanzar una mayor sabiduría y una mejor praxis.

¿Qué es contaminar el alma?
Más aun, ¿qué es alma?
¿Qué es ser santo?
¿Cómo se puede comprender esto en lenguaje moderno?

Comencemos explicando brevemente que נפש – “alma”, actualmente se define como energía vital, aquella que posibilita los procesos biológicos que nos sostienen con vida.
En el pasado se le atribuían cualidades místicas, porque el conocimiento científico, racional, mensurable, comprobable, era muy limitado y los antiguos no tenían cabal noción de la existencia de la energía y su relación con la vida. Sin embargo, en escritos de venerable data y valía se emplean en ocasiones imágenes, metáforas en donde se habla de luz, haces de luz, emanaciones, que son las maneras que los sabios de tiempos atrás podían expresar “energía”, pues la idea en sí estaba por fuera de su lenguaje y comprensión.
Por ser el factor esencial que determina la vida, se puede usar la voz nefesh para referirse al individuo (animal o humano), tal como a la persona.
Debemos hacer notar que alma no es idéntico a espíritu, si bien en ocasiones se confunden los conceptos.
Neshamá –espíritu- es una instancia diferente, asociada a la información propia de la persona, a sus recuerdos, experiencias, conocimientos, las huellas que se marcan por su pasaje por la vida. Es la neshamá la que perdura tras la muerte, la información que queda registrada y activa en la memoria celestial. Es la neshamá el nexo intenso que une al hombre con su Creador, así como con el resto del universo… pero, nos hemos desviado del tema central de este estudio (igualmente, de esto ya hemos explicado bastante en otras ocasiones, busca si deseas, seguramente encontrarás algo para ti).
Retornemos al recapitular: alma = energía.

Pasemos al siguiente vocablo que queríamos analizar.
תטמאו que tradujimos como “contaminen”.
¿Qué es טמא?
Generalmente se traduce como “impuro”, lo que lleva a numerosos mal entendidos, como por ejemplo la suposición de que se trata de algo sucio, inmundo, asqueroso.
Por ello escogimos “contaminar”, para darle más claridad al texto, mayor comprensión y practicidad, sin por ello perder el sentido original.
Contaminar, es alterar negativamente las condiciones normales.
Precisamente así se ha de comprender la voz “impuro”, en el contexto de la tradición sagrada.
Impuro es lo que está alterado en su armonía, lo que está fuera de su foco normal, siendo más precisos es lo que introduce muerte/caos en lo que debe contener vida/orden.
Por ello se llama “impura” a la menstruación, por ejemplo. NO por ser ella algo sucio, asqueroso, despreciable, ¡nada que ver con esto! Sino porque el cuerpo de la mujer ha perdido una oportunidad de procrear, se ha introducido momentáneamente la muerte (en potencia) al cancelarse la opción de traer una nueva vida.
Por ello lo más impuro que hay es un cadáver humano, porque se alteró al grado máximo la condición normal de vida.
Y sin embargo, el estar en estado de impureza no implica de por sí ningún pecado, no es un acto en contra del Eterno ni contra la persona (Ver “Moré Nebujim” 3:47).
Quizás cueste comprender un poco este concepto, por lo que es bueno releerlo, repensarlo, des-aprender las creencias antiguas y erradas para darse el placer de aprender lo que es bueno (busca en el sitio, encontrarás que ya trabajamos este tema también en otras ocasiones).

Si tomamos en cuenta lo que te expliqué recién junto a lo anterior, contaminar el alma puede entenderse como “desorganizar la armonía energética de la persona”.
O sea, provocar que la energía de vida no esté fluyendo en su máximo potencial.
Impedir que la persona alcance su mejor nivel de vida, de estabilidad, de salud multidimensional.
Recuerda, estar en estado de impureza, por el motivo que fuera, no es de por sí un pecado, sin embargo, ¡cuánto mejor se puede estar si uno se mantiene, o recobra, el estado de pureza!
Y, recuerda, pureza: estado de armonía energética. Estado en el cual no se introduce la sombra de muerte allí en donde solo debe haber luz de vida.
Si hay algo que te cuesta comprender, no sigas, por favor vuelve a leer y mastica el pan hasta que lo digieras con gozo y te de vitalidad y bendición.

Para ponerlo de otra manera, vivir de acuerdo al AMOR es vida, es pureza. Pasar por la vida esclavizado al EGO es muerte en vida, es lo impuro.
La persona que pauta su existencia de acuerdo al EGO, contamina su alma, la empobrece, la llena de oscuridad, se debilita, proclama la muerte en lugar de celebrar la vida. Son los que se aferran a sus máscaras del Yo Vivido, los que son títeres de sus caretas, ignoran su verdadero rostro o lo niegan, por lo cual están en estado de impureza, puesto que no tienen armonía multidimensional.
Por el contrario, los que conocen sus máscaras y deciden usarlas en concordancia con su Yo Auténtico, están doblegando a su EGO, están viviendo en realidad.
Cuanto más permitamos al EGO esclavizarnos, mayores manchas recubrirán nuestra Luz interior, menos energía tendremos disponible para disfrutar, para ayudar, para desarrollarnos.
Si nos aferramos al EGO nos hacemos detestables para nosotros mismos y para los demás. Aunque usemos el disfraz de bien adaptados, aunque nos crean exitosos, aunque tengamos cientos de excusas que demuestren nuestro control y poderío, en verdad nuestra alma está fuera de sincronía, suena como una orquesta enloquecida y sin director.
Es cierto, no debemos contaminar nuestras almas, no solamente con alimentos que no son apropiados, sino tampoco con conductas que nos hundan en el abismo, que nos mantengan en la celdita mental, a merced del EGO.

Ahora, regresemos a la primera de las citas que trajimos, porque queríamos comprender algunos de los conceptos.
Nos queda saber qué es “santo”.
Dentro de la tradición judía lo קדושsanto es aquello que es diferente y distinguido de lo corriente, de lo habitual. Precisamente por esto Dios es santo por excelencia, porque no hay nada ni nadie que se parezca o pueda ser semejante a Él. Tenemos el Shabat como día santo, porque es especial, sin par entre los otros días de la semana. Ierushalaim, es la ciudad santa, porque fue escogida para servir como único lugar para el Santuario del Eterno. El pueblo judío es santo, porque ha sido elegido por Dios para que sea Su pueblo de siervos, servidores, los que deben estar primeros en la fila para servirLo tal y como Él dictamina. Las exigencias de Dios para con los judíos es mayor, la severidad para medir sus acciones también, porque es una elección que conlleva mayor esfuerzo, más trabajo, más carga y responsabilidad y no precisamente mejores beneficios o licencias.
Asimismo, cada uno de nosotros está llamado a ser santo.

¿Cómo se consigue esta santidad personal?
Se puede ser santo por la conexión que se tiene con Dios y Sus cosas. Esto lo consigue el gentil al conocer y cumplir cabalmente con los Siete Mandamientos Fundamentales, que son el camino sagrado que Dios ha marcado para que las naciones sean santas, trascendentes, con sentido espiritual. Es un camino completo, pleno, perfecto. Es un camino marcado por el Amor y Sabiduría de Dios. Es la senda celestial que todo gentil debiera transitar si realmente anhela a Dios y desea serLe fiel, y por tanto alcanzar la santidad.
No es el judaísmo el camino para el gentil, sino el noajismo.
No está en las costumbres judías la identidad del gentil, ni su patrimonio.
Tampoco halla el sentido de su vida en las cuestiones de los judíos, sino que desarrolla su sentido de vida, su trascendencia, al construir Shalom en cada momento, desde dentro y hacia fuera. Al andar con fidelidad por la autopista del noajismo, diseñada y codificada por Dios mismo. Básicamente es una existencia signada por el AMOR y no por el EGO. Una conducta plena de bondad, de justicia y de fidelidad a Dios. Sin religiosidad barata, sin espectáculos bizarros, sin ropajes extravagantes, sin palabrería extraña, sin reuniones de murmuradores, sin diezmos a clérigos engordados por el vicio. Sino, AMOR, plenitud, solidaridad, altruismo, el bien propio junto al del prójimo. La Era Mesiánica cada día de vida, gracias a que nosotros lo hacemos posible con nuestras acciones.
El paraíso en la tierra, no por obra de milagros o gracia divina, sino como resultado de nuestro trabajo.

Por su parte, la persona judía debe andar por su propia senda, la del judaísmo, tratando de cumplir cabalmente con aquellos mandamientos que le conciernen dentro de los 613 que Dios ha dictado para el pueblo judío.
Cada uno en su propia senda, ambos con el mismo sentido y objetivo. Ni uno mejor que el otro, diferentes pero igualmente valiosos.

Aquel que no puede creer en Dios, que le cuesta compenetrarse con Su existencia o Presencia, aquel que ha sido criado sin Dios (el verdadero), no por ello está abandonado y sin “salvación”.
A Dios no le importa tanto que se crea en Él, sino que la persona se se comporte como Él quiere que sea. Si se cree y se Lo sirve directamente, ¡qué bueno! Si no se cree, si no se Lo sirve directamente… bueno… igualmente hay “salvación”, hay maneras de alcanzar un grado de santidad (sí, santidad incluso sin contar a Dios directamente en la ecuación).
¿Cómo?
También por la perfección de la propia conducta, esto es, a través de las acciones que estén en sintonía con lo que es bueno y justo, y por tanto marquen un contraste, una distinción con el vivir de forma ritual, automática, carente de sentido. Al hacer las cosas de manera consciente, con la voluntad de desarrollar nuestras potencialidades positivas, estamos siendo santos. Hay constructores de Shalom también entre los que no creen en Dios, o dicen no creer…
Al respecto de esta santidad dentro de lo mundano se extendió el gran maestro de generaciones, el venerable Rab Abraham Itzjac Kook, por ejemplo al enseñar que:

צריך שכל איש ידע ויבין, שבתוך תוכו דולק נר, ואין נרו שלו כנר חברו, ואין איש שאין לו נר. וצריך שכל איש ידע ויבין, שעליו לעמול ולגלות
את אור הנר ברבים, ולהדליקו לאבוקה גדולה ולהאיר את העולם כולו.

Es necesario que toda persona conozca y entienda que dentro de cada uno hay encendida una vela, y la vela de uno es diferente de la del otro, y no hay persona que no tenga su propia vela. Y es necesario conozca y comprenda que tiene sobre sí el deber de esforzarse para descubrir la luz de su vela para los demás, y hacer que arda como una gran antorcha que alumbre al mundo por completo.

Así es, dentro de cada uno está la neshamá pura, esa luz que nos conecta con el Creador, esa vela que alumbra sin pausa. Está en cada uno descubrirla, hacerla arder con fuerza, que irradie su presencia para todos. Por supuesto que la manera excelente es a través del conocimiento de Dios y de Sus mandamientos, por medio del cual el hombre encuentra la senda privilegiada para la perfección. Pero, si no se puede, si hay obstáculos emocionales/mentales/sociales, si algo impide a la persona reconocer a Dios (al verdadero, no a las fantasías producto del EGO que la gente llama “dios”), igualmente tiene dentro de sí la llama sagrada, igualmente puede alcanzar la santidad, una de menor grado, pero santidad al fin.
Y en Orot haTeshuvá 17 claramente enseña:

גם מתוך החול יגלה הקודש, גם מתוך החופש הפרוץ יבוא העול האהוב, זו תהיה הפליאה הגדולה של חזון הגאולה

También de dentro de lo profano se revelará lo santo, también de la libertad desinhibida vendrá el yugo del amor, está será la maravilla más grande de la visión de la redención.

Sí, de lo profano puede surgir lo santo. El desenfreno se puede canalizar para ordenarlo y hacer que mane la responsabilidad, el amor, el compromiso.
Si ocurre así, es una evidencia de la Era Mesiánica, cuando no se precisan de milagros ni actos prodigiosos para reconocerla, sino que por distinguir la supremacía del AMOR por sobre el EGO.

El ideal está en vivir con bondad, justicia y lealtad a Dios, pero si la persona no alcanza el grado de conocimiento de Él y de servicio a Él, en tanto sea íntegro con el prójimo, evapore en la medida de lo posible la tiranía del EGO, estará en el rumbo correcto, quizás no de plenitud (pues falta un nexo consciente con Dios), pero sí de bendición.

Visto lo cual, es necesario respetar al prójimo allí en donde está, ayudarlo a avanzar, rescatarlo del mal, no juzgarlo (aunque llevarlo a juicio de ser necesario, ante las autoridades competentes), pero tampoco podemos ser cómplices de la idolatría, del engaño, de la estafa, del crimen. Es una posición media, de bondad y justicia, la que no se afilia al EGO sino al AMOR.

Ahora que hemos analizado algunos conceptos básicos y fundamentales, estamos en condiciones para descubrir si hay formas de aumentar nuestra energía de vida al evitar cosas detestables, tales como conflictos y malestares innecesarios con nosotros mismos y con el prójimo.

¿Qué hacemos con un judío rubio?

Hace poco leí una nota en donde una persona que se autodefine como «gentil» se explayó con las típicas quejas de los Mesiánicos o Nazarenos contra el Judaísmo verdadero. Todas, de un modo u otro, girando alrededor del asunto de la identidad judía. Sin detenerme a desglosar su texto, voy a abstraer los argumentos sustanciales que maneja para explicar por qué, en buen plan, nos parecen… tontos.

 

1. El judaísmo como una identidad que se adquiere por la vía materna.

 

Una queja frecuente de Mesiánicos y Nazarenos es que el Judaísmo Rabínico SE INVENTÓ eso de que la identidad judía se hereda por la vía materna.

 

Falso. Ignorancia pura. Incapacidad de abordar el texto de la Torá. El concepto de la identidad definida por la vía materna se origina en la Torá: «Y no emparentarás con ellas (las naciones cananeas); no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo. Porque desviará a tu hijo de en pos de Mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor del Señor se encenderá…» (Deuteronomio 7:3-4).

 

Este pasaje tiene algo muy singular, que desde la antigüedad llamó la atención de nuestros sabios: menciona DOS POSIBILIDADES de matrimonio mixto: dar nuestras hijas a los hijos de los cananeos (judía con no judío) y tomar sus hijas para nuestros hijos (judío con no judía). Pero cuando habla de DESVIARSE A SERVIR A DIOSES AJENOS, sólo menciona UNA POSIBILIDAD: «desviará A TU HIJO…». No menciona la posibilidad de «desviar a tu hija».

 

Nuestros sabios enseñaron que NADA en la Torá es accidental. Lo que dice, lo dice por algo. Lo que no dice, no lo dice por algo. ¿Por qué sólo en el caso del matrimonio entre un judío y una no judía se habla de una desviación hacia otra religión? Nuestros sabios lo entendieron bien: la identidad espiritual de la familia reside en la mujer. Por lo tanto, si la madre es judía, el hogar es judío. Si la madre no lo es, el hogar tampoco.

 

Disculpen, señores. Pueden estar en desacuerdo con LA INTERPRETACIÓN (aunque no veo cómo; el asunto me parece sobradamente claro). Pero no me vengan con el cuento de que esa norma se la inventaron nuestros rabinos. La base está en la Torá, y bastante clara.

 

2. ¿Qué aspecto tiene un judío? Es decir: ¿puede ser rubio?

 

Bueno, si yo fuera verde, con antenitas en la parte superior de mi cráneo, y con bolitas moradas repartidas a lo largo de mi piel lisa y brillante, casi todos podrían darse cuenta a primera vista que mi papá fue marciano, y me heredó su genética marciana.

 

Pero mi mamá es judía. Por lo tanto, legalmente soy judío, aunque pueda tener montones de genes extraterrestres. Entonces, ¿qué aspecto tiene un judío?

 

Cualquiera. El judaísmo jamás se ha atragantado con la cuestión racista. La «raza» (es un término inexacto, pero dejémoslo respetando la costumbre de nuestros detractores) se hereda por vía materna, por lo que uno puede heredar cualquier tipo de aspecto de su padre.

 

Pero, además, me sorprende que hagan quejas tan triviales contra los judíos rubios. Hay montones de semitas rubios, no nada más judíos. También árabes, palestinos, libaneses, iraquíes o sirios. Y si nos vamos a pueblos cercanos no semitas, el asunto sigue: pese a ser de Oriente Medio, hay un montón de turcos y de kurdos que también son rubios. Entonces ¿cuál es el problema?

 

Si se trata de ser prosaico, sería más lógico preguntar por un judío con aspecto de chino (y, sin embargo, no es lógico, porque quien entiende bien el asunto de la identidad judía, tampoco se espanta si ve a un judío con facciones más orientales de lo normal).

 

Al final del día, lo que está detrás de este bobo argumento es la urgencia de muchos cristianos para descalificarnos a cualquier precio. Como no les gusta que nuestro definido y preclaro sentido de identidad no los pueda integrar como judíos porque no son judíos, entonces se inventan cualquier modo para decidir que NOSOTROS NO TENEMOS DERECHO a opinar sobre Judaísmo.

 

Lo que subyace siempre en el argumento contra los judíos rubios es la «sospecha» de que los Ashkenazim son, en realidad, la impostura jázara. Pero da igual: cuando ya no pueden con lo de la impostura jázara (irracional en todo sentido, y en unos momentos explicaré por qué), entonces apelan a que los judíos somos una impostura babilónica del siglo IV o V, o se van más atrás y dicen que somos la impostura idumea del siglo II AEC).

 

Lo irracional es esto: para la época en la que Alejandro Janeo obligó a los idumeos a convertirse al Judaísmo, había comunidades judías establecidas desde España hasta la India. ¿Me pueden explicar cómo el grupo idumeo podía SUPLANTAR a TODOS los judíos?

 

Irracional. Máxime, porque es un hecho que los idumeos se convirtieron a los judíos, pero no se asimilaron a la sociedad judía. Siguieron siendo… idumeos. Casi DOS SIGLOS DESPUÉS, las familias idumeas seguían siendo identificadas como IDUMEAS, porque seguían siendo idumeos.

 

Sólo los escasos sobrevivientes a la guerra contra Roma se asimilaron al pueblo judío. Pero no hay dudas respecto a que fueron una minoría.

 

Bien: si esa es la situación en el siglo II AEC, ¿cómo sería en el siglo IV o V, o en el siglo X? Es IMPOSIBLE que babilónicos o jázaros SUPLANTARAN a TODOS los judíos. Es tan razonable (o irracional) como decir que yo y un grupo de personas estamos maquinando una perversa suplantación del pueblo irlandés, y a partir de la próxima década ya no va a haber irlandeses genuinos, sino mis terribles intrusos sin cara irlandesa pero con sombreros verdes, y perfectamente entrenados para disertar largas horas sobre los hombres diminutos y sobre la crisis de la patata.

 

Correcto, pero ¿qué hago con los millones de irlandeses que están regados por todo el planeta? Para desgracia mía, los irlandeses son un pueblo que vive mayoritariamente en el exilio. Sólo una tercera parte de los que hoy se identifican como irlandeses viven en Irlanda. Los demás viven en un montón de lugares (incluyendo mi colonia en la Ciudad de México).

 

Y, aunque tuviera yo un absurdo y milagroso éxito en lograr suplantarlos a todos, habría un detalle con el que fácilmente podrían descubrir mi impostura en cuestión de pocos años: el factor lingüístico. Digo, porque es obvio que aunque logra suplantar a TODOS los irlandeses, NO VOY A PODER HABLAR COMO ELLOS. Forzosamente, va a darse una ruptura lingüística que va a demostrar que, en un momento de la historia, hubo una suplantación.

 

A todos mis queridos y veladamente antisemitas conocidos que afirmar -implícita o explícitamente- que hubo una sustitución idumea, babilónica o jázara que enterró a TODOS los judíos, les he pedido UNA SOLA PRUEBA de que, en un momento de la historia, hubo una RUPTURA en la transmisión lingüística del hebreo.

 

Pero NO HAY NADA.

 

Los hebreos seguimos hablando hebreo. Punto. Esa es la evidencia histórica contundente y definitiva, y está corroborada con el hecho de que la evolución del idioma hebreo es perfectamente reconstruible, sin baches históricos, con la simple revisión de la Mishná y nuestros Sidurim.

 

Olvídense de las suplantaciones. Olvídense del aspecto de los judíos. Nosotros sabemos reconocernos, y no necesitamos que un cristiano pretencioso venga a querer dictar cátedra de algo que desconoce.

 

3. ¿Cómo podemos definir a los descendientes de judíos?

 

Pues… como descendientes de judíos. Nada más. ¿Qué otro término quieren que se invente? Al final de cuentas, un «descendiente de judíos» no es judío porque, en la misma medida (o mayor o menor) también es descendiente de otros grupos. Claro, hay de casos a casos, pero la norma es simple: si la madre es judía, la persona es judía.

 

Correcto: hay personas cuya madre, abuela materna, o bisabuela materna por la línea de la abuela materna, fue judía. Bien, los criterios halájicos están bien definidos, y los rabinos saben quién puede y quién no puede reclamar su derecho a la identidad judía.

 

Claro que siempre hay casos extremos, pero los criterios no son tan difíciles de entender. Y con esto me remito al tema de los Benei Anusim, porque es el tema que siempre está detrás de este tipo de comentarios cuando vienen de boca de un cristiano (o de varios).

 

Empecemos por dejar algo claro: el hecho de ser un Ben Anusim no hace judío a nadie. Puede, en el más singular de los casos, darle derecho a REGRESAR al Judaísmo, pero mientras NO REGRESE al Judaísmo, NO ES JUDÍO.

 

Es decir: un pastor cristiano me puede demostrar que la mamá de su mamá de su mamá de su mamá -y así durante cinco siglos- fue una judía. Bien: eso significa que la mamá de su mamá de su mamá -y así durante cinco siglos- fue una judía. DE NINGÚN MODO significa que ÉL SEA JUDÍO. Primero, tendría que demostrar que conserva el derecho de RETORNAR. Luego, TENDRÍA QUE RETORNAR.

 

Es lógico: supongamos que yo tengo el derecho de regresar a Alemania porque mi abuelo fue alemán. Por razones obvias -el antisemitismo europeo- se vino a México, pero siguió viviendo como alemán. Horarios estrictos, hábitos inquebrantables, lector voraz, ajedrecista impecable. Todo un buen judío alemán. Gracias al tiempo que pasé con él durante mi infancia, aprendí a disfrutar la buena música alemana (Bach, Haydn, Mozart, Mahler), y heredér su pasión por la lectura. Gracias a ello, siempre me he llevado súper bien con alemanes, y más aún con yekes (judíos alemanes). Me siento como en casa con ellos.

 

Correcto, pero todo eso NO ME HACE ALEMÁN. Ni hace que cuando cierro la puerta de mi departamento y salgo a la calle ESTÉ CAMINANDO EN UNA MONÍSIMA CALLE DE STUTTGART O DE FRANKFÜRT. Estoy en México y soy mexicano. Punto. Puedo sentarme al piano horas y horas tocando a Mozar. Pero sigo en México.

 

Si quiero que eso cambie y rodearme de Alemania, sumergirme en Alemania, vivir en Alemania, o hasta SER ALEMÁN, entonces tengo que hacer un montón de cosas: preparativos, papeleos, comprar los boletos, aprender el idioma, trasladarme con todo y mi piano y mis gatos a alguna monísima calle de Stuttgart o de Frankfürt. Sólo entonces, podré decir -por lo menos- que estoy en Alemania.

 

¿Me entienden ahora por qué resulta ridículo que un cristiano venga a cuestionar a un judío bajo el tonto argumento de que hay mucha gente de descedencia judía?

 

Si quieren cuestionar al Judaísmo, que lo hagan desde su Cristianismo (y a ver cómo les va). Si quieren cuestionarlo DESDE el Judaísmo, entonces primero tienen que INTEGRARSE al Judaísmo.

 

Otro detalle: el hecho de que tengan algún vínculo con alguna familia de Judíos Conversos, NO HACE QUE TENGAN DERECHO AL RETORNO. Esa es una de las grandes confusiones en Hispanoamérica: NO CUALQUIERA ES UN BEN ANUSIM. Muchos son DESCENDIENTES de algún Ben Anusim, pero para ser Ben Anusim, se tiene que demostrar que en las últimas cinco generaciones, el Judaísmo siguió practicándose en la familia de -en el más extremo de los casos- la mamá de la mamá de la mamá de la mamá.

 

SI NO SE PUEDE PROBAR ESO, no se tiene el derecho a ser considerado un BEN ANUSIM, y -por lo tanto- NO SE TIENE EL DERECHO AL RETORNO.

 

«¡Pero casi nadie podría demostrar eso!»

 

Correcto. Casi nadie. Hay algunas excepciones, pero ciertamente son muy pocas. La abrumadora mayoría de la gente que ha podido comprobar que tiene ancestros judíos, les guste o no, no califica para ser considerada Benei Anusim.

 

Si ese descubrimiento del origen de una parte de su familia les ha acercado al Judaísmo, está bien. El Judaísmo tiene criterios claros para tratar con cada caso. Pero entendámonos. Lo mejor es que cada uno sepa en dónde está parado, para que entonces pueda decidir libre y conscientemente hacia dónde quiere dirigirse. Y, una vez definido eso, entonces podrá hacer lo necesario para llegar a donde quiere llegar.

 

Pero que un cristiano que jamás se ha acercado al Judaísmo verdadero venga a cuestionar la autoridad de los maestros judíos sólo porque «hay muchos descendientes de judíos» es, simplemente, ridículo.

 

4. La autoridad de la tradición oral rabínica.

 

Supongo que todos los Mesiánicos y Nazarenos están de acuerdo con que la Torá es Eterna. Es la Palabra de D-os. Es Eterna. El primer versículo de la Torá se remonta a la Creación misma. Por lo tanto, la Torá estuvo presente en la Creación misma.

 

Ahora bien: ¿desde cuándo disponemos del texto ESCRITO de la Torá? Desde que Moshé lo recibió en Sinai. Estamos hablando de algún punto hacia el siglo XIV o XIII AEC. Eso significa que desde Adam Harishón hasta Moshé, la única Torá que existió FUE LA ORAL. Adam enseñó a sus hijos Torá Oral. Y lo mismo sus hijos y sus nietos, pasando por los grandes patriarcas de la antigüedad bíblica, como Enok, Matusalén, Avraham Avinu, Itzjak o Yaacov.

 

Ninguno de ellos tuvo el texto de la Torá que nosotros tenemos en nuestros Sefrei Torá.

 

Entonces, que no me vengan a decir que la Torá Oral se la inventaron los rabinos. No. Simplemente, nuestros rabinos han entendido perfectamente que la Torá es mucho más que el texto escrito. Si sólo fuera el texto, sólo sería el relato de la extraña experiencia de un pueblo nómada en el desierto. Si es algo más que eso, es porque se remonta a la Eternidad, a una época en la que no existía como texto escrito, pero de todos modos estaba presente con los verdaderos adoradores del Único y Verdadero.

 

Todo aquel que niega a la Torá Oral, demuestra que NO ENTIENDE qué es la Torá, y piensa que todo se resume a un recetario que ni siquiera hay que razonarlo. Basta con leerlo.

 

Siguiente nivel del asunto: el hebreo se escribe SIN VOCALES. Y, además, el hebreo antiguo tiene un gramática muy rudimentaria. ¿Cómo sabemos CÓMO SE LEE el texto bíblico? Porque los masoretas del siglo VIII señalaron las vocales correctas.

 

¿De dónde obtuvieron ellos esa información? De un aprendizaje ORAL que fue preservado generación tras generación. Otra vez: la Torá Oral.

 

Y el de los masoretas no fue el único punto crítico. Por lo menos, el Judaísmo tiene bien identificados dos momentos claves en los que se pudo haber perdido el entendimiento más elemental de la Torá (la posibilidad de leer un texto inteligible): en las épocas de Ezra el Sófer, y en las épocas de Onkelos.

 

¿Cuál era el peligro? Simple: la Torá es un texto arcaico. Muy arcaico. Y los idiomas evolucionan. Entre Moshé y Ezra hubo, aproximadamente, ocho siglos. En ese lapso, los idiomas cambian radicalmente (simplemente, intenten leer un texto en español de hace ocho siglos, y a ver si entienden algo; en realidad, ni siquiera la letra van a entender; se necesita ser un erudito en español antiguo para poder hacerlo).

 

Y entre Ezra y Onkelos hubo otros ocho siglos.

 

¿Qué fue lo que garantizó que en su momento Ezra conociera el sentido correcto de la Torá, y ocho siglos después Onkelos también lo conociera?

 

La Torá Oral. Esa que no cambia pero se ajusta a la realidad de quien la enseña y de quien la estudia.

 

La Torá Escrita es aquello que está fijo y no cambia. Es lo que, al igual que Hashem, es Eterno e inmutable. Pero la Torá Oral es la forma en que eso Eterno e Inmutable se acerca a nuestra realidad y nos permite tener contacto con lo Eterno e Inmutable.

 

Decir que es un capricho de los rabinos es, de entrada, no tener idea de cómo evolucionan las religiones y las sociedades humanas. Y, por supuesto, no tener idea de lo que es la Torá. Tener la mira tan corta y el criterio tan limitado, que se prefiere confundir a la Torá con un recetario.

 

En el texto que leí y que me motivo a escribir esto, el autor en un momento dado dice «explíqueme, porque no entiendo…»

 

Ese es el único punto en donde estoy de acuerdo con el al cien por ciento. Realmente no entiende. Y así, sin entender, cuestiona, critica y se burla de los sabios de Israel.

 

El necio por todos lados demuestra que es necio.

 

Shalom y jag sameaj!

El árbol del MESÍAS

Ah, ¡cuánta gente anda con la idea de que la Era Mesiánica es una de milagros y maravillas!
Un mundo dado vuelta, sin sufrimiento, sin hambre, sin molestias, todo paz y tranquilidad, como un retorno mágico al útero materno.
Todo lo bueno nos lloverá desde los Cielos.
El EGO estará sometido sin esfuerzo.
El alimento será recogido y nos nutrirá sin inconvenientes.
Los buenos y justos andarán por la tierra en tanto ya no habrá gente de alma oscura.
¡Ah, que bello parque de diversiones metafísico nos pintan!

Pero, presta atención a lo que Rabí Iojanán ben Zakai expresó:

“Si estuvieses a punto de plantar un árbol y te dijesen: ‘El Mesías está llegando aquí, ven, vamos a recibirlo.’; primero termina de plantar el árbol y luego sal a recibirlo”
(Avot de Rabí Natán, Nusaj B,31).

¿Cuál es la idea que nos brinda el sabio maestro?

Pues, plantar un árbol, trabajar la tierra, ocuparse de cuidar el ecosistema, prever para el futuro, esforzarse para cumplir el proceso completo que culmina en cosechar, estará ANTES que salir a recibir al Mesías.
Sí, es importante el Mesías, habrá buenas nuevas, cosas agradables impactarán para bien al mundo, pero el mundo seguirá siendo mundo.
Con claridad lo sintetizó Maimónides en su Código Legal, a su vez tomado de la sabiduría del Talmud:

“Nuestros sabios enseñaron: (Talmud Berajot 34B) no habrá ninguna diferencia entre el mundo actual y la era de Mashiaj excepto (nuestra emancipación de) la subyugación a las naciones”
(Leyes de Reyes, Cap. 12, Ley 2)

Sí, así es como lo ven las mentes preclaras. Una época en la cual la nación judía no estará sometida a los vaivenes del humor de las naciones. Ya no temerán pogromos, ni nuevos holocaustos, ni expulsiones, ni matanzas, ni propaganda basura pro-árabe, ni asesinos en la presidencia de países ardientes en fanatismo, ni el odio enfermo del antisemita.
Será una época de paz para Israel y los judíos, porque las naciones habrán desechado la infamia de la idolatría, la maldad de las religiones y habrán adoptado el código espiritual sagrado que pertenece a las naciones: el noajismo.

Será valorado plantar árboles, porque de algún lado tiene que salir nuestro alimento, nuestro refugio, nuestro sustento, nuestra permanencia en la tierra.
Dios no hará cambios radicales en las leyes de la naturaleza, no despertaremos en un mundo diferente a causa de milagros.
Probablemente, y tal como viene el ritmo de las cosas, tendremos mucho bienestar gracias a la ciencia y la tecnología.
Cuando a esto se le suma la bondad y justicia de la conciencia ética espiritual, entonces estamos casi en un paraíso terrenal.

Todo esta preparado, pero falta que tú hagas tu parte, esa que Dios te ha codificado para que realices.
Queremos NOAJISMO puro ya para las naciones.