Una de las principales críticas que se realiza con respecto a la pena en los sistemas penales de Occidente está relacionada con la inconsistencia que se da en el discurso jurídico a la hora de incluir la sanción penal bajo un concepto de rehabilitación cuando en realidad es todo lo contrario.
La tendencia moderna jurídicopenal se basa en utilizar los mecanismos sancionatorios penales como medios rehabilitadores y no sólo como mecanismos de castigo, es decir, la pena busca que el individuo se regenere y pueda vivir en sociedad y no sólo que sirva como un instrumento de castigo que viene a condensar la venganza del Colectivo Social contra quien cometió un delito.
Empero, a la hora de revisar las estadísticas carcelarias y de vivencias que experimentan los encarcelados en los centros penitenciarios, sobre todo en América Latina, vemos que la realidad es muy diferente. En ningun momento una persona en su sano juicio podrá decir que aquéllos que viven los prisionalizados en los centros carcelarios en Latinoamérica tienen siquiera algo que se asemeje a un estilo de vida digno.
Pese al discurso jurídicopenal y de política criminal que pregonan los políticos de turno y los juristas enfrascados en los libros pero que no ven más allá de las páginas de los mismos, donde se sienten orgullosos de los “avances” que el Derecho Penal ha experimentado, lo cierto del caso es que la realidad es otra. El liberado después de haber cumplido su condena o bajo el régimen de libertad condicional se convierte en una paria para la sociedad.
Es interesante analizar este último punto pues como se verá, la influencia que la doctrina cristiana ha tenido sobre el desarrollo de políticas occidentales de criminalización y de prisionalización ha venido también a permearse en la poblacion en general, quienes lejos de adoptar una postura de apoyo hacia aquél que cumplió la condena y que, en buena teoría, saldó su cuenta con el Estado y el Colectivo Social, más bien sigue siendo penalizado aunque ya no por los órganos estatales directamente sino por la reputación a la que es sometido y que afectará sus oportunidades laborales y sociales.
De hecho, si lo viéramos desde un punto de vista cristológico, el perdón es algo que en realidad no existe y se denota en la forma en que las diferentes tendencias religiosas cristianas se han conducido a lo largo de los tiempos. Bajo la óptica moderna del Derecho Sancionatorio Penal material, si alguien se propina una incisión involuntaria con el cuchillo de cocina, la herida jamás sanaría.
Detengámonos por un momento y analicemos este último supuesto. Esa herida que jamás sanaría necesariamente implicaría pérdida de sangre y advenimiento repentino de la muerte, o sea, de existir en la naturaleza un mecanismo de este tipo, lejos de asegurar la vida más bien estaría asegurando la muerte y por, ende, un mundo completamente distinto al que conocemos.
Se ha logrado demostrar con estudios serios de universidades serias que el azúcar ejerce gran influencia sobre la formación de cánceres que las personas modernamente experimentan. En efecto, es tal esa incidencia que los mismos médicos han logrado vincular un excesivo consumo de azúcar con la ocurrencia de la mayoría de los cánceres. Una mayor ilustración que se ha dado es que muchos de esos cánceres también ocurren debido a que ciertas lesiones no sanaron bien, como vemos, las terribles incidencias oncológicas, según los médicos, van vinculadas a la no sanación de una herida de forma completa y al excesivo consumo de azúcar.
Enfoquémonos en el asunto del azúcar por un minuto. En la Universidad de Johns Hopkins en el Estado de Maryland, en los Estados Unidos de América, se logró determinar que la mayoría de las personas obesas consumían mayor cantidad de alimentos en orden para satisfacer las menores cantidades de secreción de dopamina que en general el cuerpo secretaba. La dopamina es un neuroquímico que va asociado con el grado de satisfacción que el ser humano experimenta con la realización de cierta actividad, en este caso la ingestión de alimentos.
Se logró establecer un patrón conductual donde la persona obesa, a la hora de ingerir los alimentos, secretaba menor cantidad de dopamina que sus contrapartes más delgadas. De hecho se logró establecer un ligamento entre la práctica moderna de ver televisión a la hora de ingerir los alimentos y el grado mucho menor de satisfacción que experimenta la persona que sufre de obesidad.
En este mismo orden de ideas, en otra universidad de prestigio se realizaron estudios que vincularon la ingestión de azúcar con las mismas reacciones cerebrales que experimenta este órgano a la hora de consumir cocaína. Se habla que en épocas modernas, la vasta mayoría de los estadounidenses consumen cantidades excesivas de azúcar y de glucosa y los iberoamericanos no nos quedamos muy atrás, pues el azúcar contiene fructosa que también es glucosa y los carbohidratos se convierten en glucosa, entonces, ese plato de arroz que es muy típico en la dieta de los latinoamericanos o la ingestión de pastas y patatas termina haciendo que después de realizar los procesos bioquímicos correspondientes, el cuerpo convierta todos éstos en glucosa. Mucha de esa glucosa es desechada hacia los riñones pero gran parte es convertida en lípidos que tienden a almacenarse en las áreas próximas al abdomen y a los glúteos.
Lo que es más interesante de todo es que en el caso de los estadounidenses, los médicos realizadores de los estudios que hemos mencionado con respecto a los efectos de la glucosa en el sistema neurológico, han llegado a la conclusión que la mayoría de los habitantes en los Estados Unidos son personas adictas al azúcar y que muestran muchos comportamientos similares a los farmacodependientes. Inclusive se habla que los posibles efectos pandémicos del azúcar han llegado ya a oídos de congresistas que se encuentran analizando la posibilidad de limitar el consumo de la misma recurriendo al Derecho y a la coerción que éste ejerce para salvaguardar a la población pues en esos mismos estudios se logró demostrar que la mayoría de los tumores se producen por lesiones no sanadas correctamente y que esos tumores son alimentados por la glucosa que fluye a las células cancerosas.
¿Cómo se relaciona esta información con el noajismo?
La mayoría de los noájidas en tiempos modernos pero no así de avance, hemos sido prisionalizados en las celdas mentales de la religión idolátrica. Sus manifestaciones son diversas pues en Occidente impera el cristianismo aunque cualquiera que se dé una vuelta por Londres o París discordará un poco con este último comentario ya que la presencia de árabes y de musulmanes es notable hasta el punto que mucha de la política estatal de los países europeos poco a poco cambia para adecuarse a las exigencias de los musulmanes, quienes lamentablemente con los petrodólares de los emires y jeques, poco a poco van inculcando sus aberradas creencias en las mentes de los europeos pese a que muchos de ellos lo nieguen.
Esa prisionalización mental se extiende por todos los continentes del mundo y los tentáculos de la idolatría permean a todas las clases sociales. Unos por un lado se consideran ateos pero no lo son, pues creen en la magia y en las fuerzas del universo, en este caso sustituyen un punto de apoyo por otro, otros clara y llanamente adoran ídolos como lo hicieran los primitivos pueblos de antaño, otros se adoran a sí mismos y esperan que todos los demás les rindan pleitesía, otros son más tontos aún y adoran a esos que se adoran a sí mismos y así sigue la lista de encarcelados quienes se enajenan mentalmente con tal de satisfacer esa dopamina egocéntrica que necesita de la glucosa del EGO para satisfacer su EGOdependencia.
Así es, inclusive el farmacodependiente llegó a ese nivel por su EGOdependencia, pues podrá ir a rehabilitación para que le liberen de su sujeción a las drogas pero no así del EGO. De hecho, si nos ponemos a observar, la mayoría de los farmacodependientes que son sujetos a un proceso de desintoxicación terminan acudiendo a un centro cristiano donde a través del estudio bíblico y de compromiso con el carpintero crucificado encuentran “una nueva vida en cristo” y terminan cambiando una dependencia por la otra.
Este es un buen momento para hablar de la espiritualidad y la luz que traería al mundo un centro de rehabilitación para drogadictos que fuera manejado por una asociación noájida donde lejos de adoctrinar a una persona en X o Y religión, no solamente se le libere de su dependencia física a los fármacos sino de su dependencia psíquica a la dopamina espiritual. La mejor forma de establecer asociaciones noájidas es a través de la figura de la Asociación cultural que en otras oportunidades veremos con más detalle.
La liberación de la EGOdependencia que al fin y al cabo es el origen de los demás males, debe de ir vinculada con un compromiso de ayuda y de liberación adicional de otros EGOdependientes o mejor dicho, EGOadictos, que están bajo el vejamen del EGO y de sus nefastas consecuencias. Es sumamente importante poner atención a las palabras que mencionaba nuestro querido Moré con respecto al EGO y la forma en que a éste le conviene hacernos impotentes, es como el sátrapa que a través del miedo, del engaño, del maquiavelismo se hace del poder y subyuga a todos aquéllos que se encuentran en la vecindad y que tuvieron la mala suerte de topar con él.
En el caso del EGO hay que realizar una distincion y es que, contrario al déspota, el topar con el EGO no es mala suerte, pues la misma palabra lo dice, EGO, o sea, parte de mí, es como decir que es mala suerte tener extremidades y que es mejor cortárselas, el único lugar donde modernamente he escuchado semejante aberración y abominación es en la biblia cristiana y en su hijo pervertido, el corán, pero en realidad el pensar en que hay que cortarse una extremidad para mantener la incolumidad, hasta donde sea posible, es tan abominable y desagradable que es evidente que es completamente contrario a nuestra naturaleza humana.
Y ahora muchos estarán preguntando, bueno, todo lo que hemos leído hasta el momento no es nuevo y ¿qué relacion tiene con el título de este post? Pues muy fácil, la sumisión al EGO es una prisión. Veáse que en la modernidad, una persona que no haya cometido ningún crimen y que vaya a la oficina del Ministerio Público local y le pida al fiscal que lo meta a la cárcel sin haber cometido crimen alguno, es muy probable que más bien dicha persona sea sometida a una valoración psiquiátrica para determinar si está en sus cabales y en su sano juicio pero nunca se le llevaría a prisión porque eso sería ilógico.
Sin embargo, todo aquél que sigue sumido en la idolatría es precisamente lo que hace. Pudiendo ser libre, pudiendo disfrutar del mundo que nos rodea, prefiere encerrarse en una prisión mental y lo peor de todo es que ni siquiera requiere de la asistencia de un fiscal para ello, pues su encierro se da por su propia convicción y por su adherencia a la idolatría. Hace unos días sentí un profundo dolor cuando una amiga quien estuvo a pocos pasos de ver la luz, en el medio de su depresión decidió contarme su situacion y le di consejo.
Inclusive se mostró abierta al cambio y a la superación pero luego dejó de contactarme y que habláramos del noajismo, se propinó a sí misma la estocada finalcuando puso en la portada de su Facebook que iba «de camino a misa» y comenzó a poner fotos del colgado en su perfil personal. Eso es el EGO amigos, escapar de la realidad, no afrontar las cosas. Esa es la prisión mental. En la modernidad vivimos en un mundo que no perdona al prisionalizado, cuando éste sale de la cárcel con una hoja manchada a buscar empleo, la gente le mira con recelo y usualmente le despachan de la misma manera en que el solicitante entró.
Nuestras sociedades que han sido construidas sobre bases idolátricas lidian con los problemas de manera salvaje. Nótese el caso de los inmundos narcotraficantes en México que después de haber decapitado a quién sabe cuántas personas, entran a una iglesia y oran porque impera el cínico refrán del que peca y reza empata. Hay muchos noájidas a los que se les enseña la puerta, tienen pan gratis de FULVIDA y de los servidores que sacamos de nuestro tiempo para reunirnos con ellos personalmente pero ellos no lo aprecian y prefieren seguir encerrados en su enajenación auto-infligida.
Y esto no sólo ocurre en México. Vemos como las maras en Centroamérica asesinan y andan tatuada una virgen en sus espaldas o cómo los políticos en el resto de iberoamérica roban fondos del erario público y tienen una foto de la trinidad idolátrica en los escritorios o en sus oficinas, y es que no es para menos, con esa clase de ejemplos como el de un rebelde que según la leyenda termina crucificado por revoltoso y una trinidad de un dios sanguinario que manda a su propio hijo a ser sacrificado y demás mentiras asquerosas que le inculcan a la poblacion para poder subyugarla, es de esperar que los profesantes de este tipo de creencias se encuentren en completa disonancia y que sigan el ejemplo de sus pastores y sacerdotes y roben y engañen como lo hacen sus marioneteros.
¿Qué se debe hacer una vez que se ha liberado de la prisión espiritual? Pues lo primero es ser libre, sentirse libre. Voy a tomar las palabras de Luis y las voy a contextualizar un poco. Si el estudiante de medicina se gradúa de medicina y pasó los exámenes de incorporación al colegio de médicos, ¿sigue siendo universitario? La respuesta es un rotundo no, al menos no un universitario en medicina general, diferente sería si fuera a ingresar a realizar una especialidad. Entonces ¿qué consejo le podemos dar al recién liberado de la EGOdependencia?
Amigo, amiga, siéntase noájida, viva a pleno, como dice el Moré, apártese de lo prohibido pero goce de lo permitido. Con moderación casi todo es bueno. Hay cosas con las que definitivamente no se debe de entrar en contacto, pero hay muchas con las que sí se puede. En efecto la vasta mayoría. Este mundo podría ser el Jardín del Edén si tan solo dejáramos de estar enfocados en el EGO propio y en el ajeno pero para ello debemos comenzar ya.
Que pasen una excelente semana y sigamos activamente construyendo Shalom.
Saludos,
Felipe G. Flores