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Comentario al consejo diario 136

«Si todos fuéramos solamente agradecidos, no se precisaría nada más…»

¿Porque basta con ser agradecidos? ¿Qué cosas involucra el ser agradecido?

Basta, es suficiente y saludable, porque si eres agradecido estas dejando en su respectivo lugar al ego, no tiene ni posee el control de tu vida ni te invade con sentimientos o pensamientos negativos, no te pones a mirar ese punto negro en la sabana blanca, sino que aprecias en su totalidad la blancura de la sabana y ese punto negro es solo lo que es… no hay quejas amargas ni estériles o tormentas en un pequeño vaso de agua, tu atención esta puesta en lo positivo, no ignoras que existe maldad y cosas negativas en este mundo pero tu atención esta centrada en lo bueno y en el bien, lo cual es mucho en este mundo, claro que desearíamos perfección que la sabana blanca estuviera totalmente blanca pero centrarnos en el punto negro no hace que este se esfume o se evapore, si nos dejamos de centrar en lo que es negativo estaremos habilitados para apreciar lo positivo, me parece que este es el autentico pensamiento positivo centrarse en lo que da vida… en el bien.

Una saludable costumbre que tiene el pueblo judío es que todas las mañanas al levantarse recitan el Mode ani que comienza así…

Te agradezco, Rey viviente y Eterno…

No es una cuestión casual que los Sabios hayan establecido como una manera de empezar el día un agradecimiento, como si la jornada debiera comenzar en esa dirección, reconociendo y agradeciendo por todas las bondades, dejar emerger las características del espíritu, apaciguar y dejar dormitar al ego, agradecer empezando por las cosas esenciales.

Comenzar el día reconociendo las bondades del Eterno es una gran manera de iniciar el jornal, la mirada puesta en lo bueno y lo bello de la vida sin caer en las oscuras tramoyas del ego, despertar y activar el espíritu, no por nada los sabios instituyeron esta recitación como la primera del día, los Noajidas leales al Eterno también pueden hacer de esta bella costumbre un habito saludable para dejar de ver con los ojos del ego y mirar el mundo con una mirada calida y solaz, aquí en el sitio se cuenta con un excelente sidur (libro de rezos) adaptado desde el prescrito para los judíos pero con lo que precisa el Noajida.

Reconocer y agradecer es un gran bálsamo para el alma dolida y la principal herramienta para empezar a construir Shalom.

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¿Lo que vale es la intención?

Muchas veces oí aquello de: “no importa el regalo, sino la intención”.
Sí, tal vez, podría ser, quién sabe.
El hecho es que, solemos suponer que al actuar movidos por buenas intenciones ya debiera ser suficiente para satisfacer a los demás.

Entonces, ¿por qué se queja el hipertenso cuando le ofrecimos comida saturada de sal?
¿O el diabético cuando lo único que había en el menú eran azúcares y harinas?
¿O el judío respetuoso de la kashrut al no tener nada para llevar a la boca, quizás tan solo agua?
¿No es acaso la intención lo que vale?

Y, si al pobre le damos ropa cuando está angustiado por conseguir alimento o medicación, ¿es suficiente?
¿O si regalamos sabiondos consejos a quien solamente anhela ser escuchado y tal vez comprendido?

Sí, nadie puede negar las buenas intenciones, si es que allí están, pero, ¿son eficientes y efectivas?
¿No sería mejor tomar en consideración las necesidades del receptor de nuestras acciones, evaluar de acuerdo a su perspectiva o expectativa, cimentar la buena intención con grandes dosis de conocimiento y atención?

Si la buena intención se quedara solamente en una chispa que inicia un movimiento, en lugar de ser también la mecha, la flama y la explosión, ¿no sería mejor?
Integrar la multidimensionalidad, en equilibrio, para andar balanceadamente y alcanzar una meta dichosa y agradable, quizás fuera más provechoso que actuar impulsado simplemente por la buena intención.

Así, emplear la Comunicación Auténtica debiera resultar un paso necesario siempre.
Incrementar el conocimiento y la comprensión, reducir la ansiedad y los manejos del EGO.
Tomar en cuenta al otro, en su complejidad multidimensional, y no hacerlo receptor de nuestras fantasías, deseos, manipulaciones.

Para esto, es necesario un baño de sincera humildad, de reconocimiento.

Los hipersensibles

Hay personas que son muy sensibles, en el sentido que por casi cualquier cosa reaccionan desmedidamente.
Están nerviosas, preocupadas, en alerta, siempre listos para una respuesta emocional, que por lo general no ayuda a la comunicación auténtica, a la comprensión, a la construcción de shalom. Saltarán hechos una furia, con gritos, rezongos, palabrotas, quejas, suspiros parecidos a bufidos, llantos, gimoteos, convulsiones de sus miembros, golpes, marchas forzadas, exigencias, extorsiones, mentiras, acusaciones, cualquiera sea la forma de atraer la atención, de victimizarse, de atacar a quien culpan de sus lesiones.

Si uno se cuida mucho para no rozarlos, se enojan porque uno toma tantas precauciones. Tal vez el enojo se manifiesta como impaciencia, poca tolerancia, apuros, hastío, en agresiones pasivas, que no por ello dejan de ser ataques.
Si uno los trata de manera “normal”, sin cautela especial, también se enojan porque no se sienten el centro de atención y cuidados. ¡Ellos no son como los demás y se merecen un tratamiento distintivo!
O responden de manera directamente agresiva, porque es difícil que no se sientan violentados de una forma u otra, todo les amenaza.
Hagas lo que hagas, digas lo que digas, como nada les viene bien todo será usado en tu contra.
Hay negatividad, sufrimiento, culpabilidad, vulnerabilidad, impotencia… mucha impotencia, tanto del hipersensible como de quien lo padece.

Entrar en su juego, al responderles de manera agresiva, no sirve para zafar de esta manipulación.
Rogar perdón por un pecado que no se ha cometido, no ayuda a solucionar nada.
Evitar el contacto con ellas, no siempre se puede, ni es una verdadera resolución.
Exigirse mayor cautela, cuando uno ya está al borde de la exasperación, no resulta saludable.
Todo parece fútil, inútil, estéril, porque por cada acción tuya de su parte no habrá una devolución pacífica, sino la hipersensibilidad que agota.

¿Qué hacer?
No es fácil, nada fácil.
El EGO está a tope en estas personas, al punto que ni siquiera satisfaciéndoles sus caprichos encuentran calma y bienestar.
Apabullarlos con atenciones, será tomado como un acto violento. Rechazarlos, también. Hundirlos en una real impotencia, incrementa su inseguridad. Darles el poder, ¿para qué?

Pareciera ser un callejón sin salida.
¿Qué hacer?
No del lado del hipersensible, sino de quien trata con él/ella.
Te repito: ¿qué hacer?
Quizás puedas aportar tus conocimientos al respecto, y tal vez hayas encontrado en los textos que tenemos a disposición (categorías EGO y CTERAPIA) algunas herramientas útiles.
Quedo a la espera de tus comentarios.

Bendito sea el Juez Verdadero

Aun cuando, Dios no lo permita, uno escuchara la noticia del fallecimiento de una persona querida, a de responder diciendo, Baruj Dayan Emet (Bendito sea el Juez Verdadero)…

(El Camino del Gentil Justo; Blasfemia, Parte 1, ítem 11. http://fulvida.com/elcamino/ESblasphemy.php.html )

Las situaciones de impotencia, nos llevan a momentos desesperantes. Mejor dicho, el EGO insatisfecho produce tal desesperación que en ocasiones se es incapaz de calmarse, pensar, razonar, aceptar, percibir la vida tal y como es.

Experiencias de actos irracionales por sensaciones de impotencia para compartir me sobran; por razones obvias, para compartir una solamente una: recuerdo hace algún tiempo, que al querido maestro le pregunte en privado cual era la forma de conocer el futuro inmediato. ¡¡ El futuro inmediato ¡¡. Sentía tanta necesidad de saber cómo actuar, que se me ocurrió la “genial” idea de conocer el futuro para tomar la decisión ¡¡ ¿no les parece descabellado, necio, ridículo?

Así es.. esa fue mi genial idea ante la impotencia que estaba viviendo en ese momento.
Actué tal y como se había enseñado:

6. Como esa falta de poder quedó registrada corpóreamente y no en la cognición, se reactivará la sensación de impotencia terrorífica y mortal cada vez que sintamos fragilidad, falta dominio o control sobre grandes o pequeños sucesos, naturales o simplemente circunstanciales.
Esta reactivación producirá efectos corporales de mayor o menor intensidad, sentimiento de tristeza, de abandono, de angustia, de terror, de ansiedad, de desconsuelo, taquicardia, falta de aire, agitación, debilidad, dolores, etc. …, eventualmente también se podrían producir distorsiones de la percepción, de la cognición, del razonamiento, en las praxias, etc…. Aquel que no conoce el “secreto” del EGO, podrá obviar los signos y síntomas, o podrá explicarlos de modos alternativos, sin llegar a la médula del asunto….
10. El EGO secuestra el pensamiento, entonces cada vez que el EGO actúa fuera de su real área de funcionamiento, la persona inventa excusas tales como que es para protegernos, que es algo necesario o bueno, y así actuamos; pero los resultados son de fracaso…
11. La percepción de las cosas a través de los sentidos está contaminada EGO, que se ha convertido en un colador de lo bueno y malo; es decir, nos mantiene en un estado de pensamiento y existencia infantil, dependiente, aferrado a lo mágico, etc.

(Lo resaltado en negro es propio. http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/sntesis-sobre-el-ego )

No solo basta darse cuenta de la verdadera identidad, o actuar automáticamente como “gentil reformado” y forzarse a acatar nuestra propia Tora. Es necesario un trabajo personal; un análisis individual que implique “desnaturalizar” el puesto de control que ha asumido el EGO; para darle paso a la espiritualidad, o la trascendencia de la conciencia del hombre.

En otras palabras, ser consiente de que las leyes del gentil son algo más que un simple modelo de conducta del hombre que debe de seguirlas per se, porque se nos dijo, o se nos enseñó, o para irse al cielo, o por estar bien con dios, o por los motivos que sean.

Nuestra Tora es la esencia misma de la espiritualidad del ser humano. Es la que nos filia a algo más que materia y energía. El cumplirla nos trasciende de ser un elemento más reino animal.

Baruj Dayan Emet
Nuestro mandato “Prohibida La Blasfemia”, a mi juicio, implica un reconocimiento implícito de que estamos vivos, de que nada hicimos o aportamos para nacer, pero que aun así, se nos dio la oportunidad de vivir La Vida; y a la vez, de construir una propia.

Biológicamente se nos dota de recursos para empezar a vivir, y conforme nuestro crecimiento, nuestros cuidadores poco a poco nos dotan y aportan recursos para ir construyendo una vida propia.

Todo lo alcanzado y obtenido ha sido por aportes de otros en un inicio, y por la administración propia de esos recursos.
Visto desde esa perspectiva, podemos concluir que no somos dueños de La Vida pues en nada se ha contribuido para que la Vida sea; podemos definir un rumbo a la propia, podemos con nuestros actos y esfuerzos que la propia existencia tenga sentido, o hacer un propio destino al que queremos llegar con los recursos que se nos han portado y agregado; pero no somos dueños de las circunstancias ni del periodo de rotación o traslación del planeta.

Pareciera que la Prohibición a la Blasfemia nos sugiere que estemos consientes en todo momento, incluso en los momentos de duelo, de que existe La Vida; que la muerte aunque nos alcance, nunca podrá alcanzar Toda La Vida; o bien, todo lo que signifique La Gran Corriente de Vida.
Aunque se pasen momentos de dolor y tristeza, y aunque no se tenga palabras de consuelo en esos momentos amargos que producen los decesos, aunque los “¿por ques? sean el único pensamiento, nuestro Mandamiento de Prohibición a la Blasfemia nos eleva y trasciende a una idea superior: La muerte, aunque nos alcance, nunca podrá exterminar la Gran Corriente de La Vida.

(En merito al hijo del querido amigo Emmanuel Sanabria. Que descanse en paz.)

Metzorá: poder de vida y muerte

Esta semana para la nación judía corresponde leer la sección de la Torá llamada Metzorá מצורע, que es la quinta del tercer tomo de la Torá, el sefer Vaikrá  ספר ויקרא, conocido en español como "Levítico".

Comienza con el tratamiento de la enfermedad que se denominaba tzaraat צרעת, la cual algunos traducen como “lepra”, aunque tal parece que no era exactamente ese padecimiento.
Según sabemos, el agente patógeno de ésta es una bacteria baciliforme llamada Mycobacterium leprae, la cual, dadas determinadas condiciones, provoca la enfermedad con sus úlceras cutáneas desfigurantes, daño neurológico periférico y debilidad progresiva.
En su manifestación externa pudieran ser idénticas, tzaraat y lepra, e incluso en su noxa biológica; sin embargo, según nuestra Tradición, tzaraat era originada como resultado de alguna grave conducta pecaminosa de la persona que la padecía. Por lo general, aunque no exclusivamente, se asocia como terrible consecuencia del lashón hará -habladuría, murmuraciones, chismes-, que es cuando hablamos de gente, cosas ciertas o que no lo son, estando presentes ellos o no y que no hay real necesidad de ser dicho/escuchado. (Recordemos, entre otras halajot, que hablar lo necesario, bueno y justo para evitar el perjuicio del inocente es lo correcto, aunque lo dicho pudiera ser negativo acerca de alguien).

Chismear pudiera parecernos de poca importancia como para provocar tan espantosa enfermedad, porque, ¿quién no habla de otros? Es una conducta bastante habitual, por lo cual no nos damos cuenta de su tremendo impacto perjudicial, por ello es bueno tomar conciencia de que: “…es peor que una flecha filosa, porque mata a quien va dirigida, a quien la escucha y a quien la dice… incluso a gran distancia…” (Talmud, Arajín 15b).
Es que, de cierta forma a través del chisme, de las habladurías, de llevar cuentos de otros de un lado para el otro, las personas pueden resultar gravemente dañadas, se producen peleas, distanciamientos, rencores, separaciones, desconfianza, malos entendidos, entre otros efectos lesivos. Es por ello de suma importancia conocer la gravedad del lashón hará para evitarla al máximo posible.

El mecanismo prescrito por la Torá en nuestra parashá para luchar contra el tzaraat, incluye el estar en cuarentena, aislado y fuera del contacto con otras personas. Así el afectado tiene tiempo para reflexionar acerca de la conducta negativa que le llevó a esa triste situación. En este obligatorio recapacitar solitario se puede aprender acerca del valor que tiene la palabra, ya que una sola palabra es capaz de destruir una vida entera, de liquidar socialmente a una persona intachable, de provocar daños más allá de los imaginados.
Al contrario también es cierto, ya que una palabra bendita es capaz de aportar luz, salud, alegría, vitalidad a los días de la persona.

Como leemos de la inspirada pluma del sabio Shlomó/Salomón: "La muerte y la vida están en el poder de la lengua, y los que gustan usarla comerán de su fruto." (Mishlei / Proverbios 18:21), sea éste amargo y mortal, o dulce y bendito. ¿Qué eliges?
Aquel que se entretiene con el lashón hará, pone su vida y salud en riesgo, así como la del prójimo; al respecto, con gran sabiduría expresa el salmista David: "¿Quién es el hombre que desea vida? ¿Quién anhela años para ver el bien? Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño. Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y síguela." (Tehilim / Salmos 34:13-15).

De acuerdo a la Tradición, desde hace siglos ya no enferma la gente de tzaraat (aunque sí de lepra).
Pero, se continúa haciendo lashón hará, así como las otras conductas nocivas que también producían antaño esta triste enfermedad.
¿No te parece que podríamos hacer algo para cambiar esto?

Si tuviéramos que pensar que lleva a hacer lashón hará, ¿tú que mencionarías?
¿Cuáles pudieran ser tus reacciones si te encuentras en una conversación en la cual se la está haciendo?
¿Qué podríamos des-aprender y aprender para evitarla?
¿De qué se hablaría si el tema no fuera otras personas?
¿Cómo se entiende el funcionamiento de la justicia divina cuando la consecuencia del lashón hará era el tzaraat?

Será interesante conocer tu punto de vista, y si está acompañado por reflexión y fuentes te agradeceré doblemente.

Bondad y misericordia

Alguien quería saber la diferencia entre bondad (jesed) y misericordia (rajamim), intentaré dar una breve idea según lo que comprendo de la tradición judía.

Bondad son las acciones en beneficio de otro que no tienen motivo ulterior, simplemente el benefactor desea beneficiar y el receptor es el destinatario.
No hay intercambio, ni espera de algún retorno, o sentimiento de lástima o cuestión similar hacia el que recibe.
Solo el deseo de hacer el bien, ser gracioso, hasta con aquel que en apariencia de nada carece.
El ideal es que el dador ni siquiera obtiene un beneplácito de creerse superior, o asumir que tiene potestad alguna sobre el otro.
Dar, por el simple hecho de hacer el bien en las diferentes dimensiones de la existencia.

Por su parte, en la misericordia el benefactor se asume en una posición privilegiada, en tanto que el receptor está en una posición o estado disminuido.
El primero se compadece de alguna situación de miseria del segundo, así se genera un sentimiento de identificación que mueve al acto (o actitud) bondadoso.
Notamos que se distingue de la bondad por este componente de indefensión, de error, de falta, de crisis, de necesidad, que impulsa a la acción.
Aquí si se presenta el dador como potente, en tanto que el receptor está en un lapso de impotencia. Es esta diferencia de poder la que dispara el sentimiento y luego el acto misericordioso, compasivo.
La misericordia también es multidimensional, porque no se limita a dar dinero o bienes materiales, también incluye el consuelo, el aliento, la orientación, el refugio emocional, el perdón, pero siempre condicionado porque uno está en posición de poder sobre el otro, quien está pasando una carencia que conduce al acto.

¿Podríamos deducir que la misericordia es una mezcla de bondad Y justicia?
¿O podríamos deducir que a veces es la bondad sometida al EGO?
¿Cómo reconocerlo?

Por otra parte, es evidente que hay una escala graduada y no un único escalón, en donde esto es bondad o no; esto es misericordia o no.

Un detalle interesante es advertir que ninguna de las dos es lástima.
Ésta es una sensación pasajera y que no pasa de ello, de ser una sensación. No se traduce en un acto bondadoso.

Me encantaría obtener alguna idea de tu parte, para darme cuenta si he sido claro en la exposición y estas ideas tienen alguna utilidad para ti.

Shalom, shalom

Shalom se traduce como paz.
Es un estado de completitud, de integridad, de estar a mano.
Equilibrio o armonía son conceptos íntimamente vinculados.

El Shalom es una base esencial para la convivencia humana,
con uno mismo,
con el prójimo.
Entre individuos, entre grupos.

Es la bendición por excelencia que El Eterno otorgó al pueblo de Israel:

"Hashem dará fuerza a su pueblo;
Hashem bendecirá a su pueblo con paz"
(Tehilim / Salmos 29)

Porque, ¿de qué valen las otras bondades y bienes si no se puede disfrutar de ellos?
¿Hay mayor pobreza que tener a disposición y disponible los recursos, pero no tener la capacidad –interna/externa- para gozarlos?

Es tan supremo su estatuto, que la Tradición reconoce la voz Shalom como uno de los nombres del Eterno.

Al ser tan valioso, ¿cómo puede ser que no paladeemos Shalom a cada instante?
¿Cómo explicar nuestras amarguras, descontentos, desconfianzas, desánimos, sensaciones empobrecidas?
¿Cómo comprender que pequeños contratiempos ajenos nos perturben?
¿Cómo puede ser que cositas sin importancia se transformen en terremotos con consecuentes tsunamis?
¿Cómo, habiendo tanto para compartir y deleitarse, cómo terminamos encerrados en celditas mentales, de odio, angustia, rencor, deseos de venganza, malestar, malas acciones, actitudes mortales?
Y, aunque le bienestar material sea escaso, ¿cómo dejar pasar la oportunidad para satisfacerse con el SHALOM?

Sí, la respuesta, aburrida respuesta, la que hace rato brindamos, se reduce al EGO (que es otra manera de llamar al Ietzer haRá).
En esta ocasión no me extenderé en explicarte de la temática, si buscas encontrarás decenas, centenas, de posts publicados al respecto. Con un poco de paciencia, esfuerzo, inteligencia, que apliques podrás descubrir lo que se cocina por detrás de tanta miseria y malestar; hasta tal vez te encuentres con alguna vía de mejorar tu vida y la de tu entorno.
Si quieres compartir los links del sitio (serjudio.com y fulvida.com), bienvenidos sea. Así como tus comentarios, opiniones, ideas, impresiones, que tengan relevancia y sumen a la comprensión y perfeccionamiento. Gracias.

Tal vez te has dado cuenta que la dificultad de establecer Shalom no es con aquellos con los que no mantenemos ningún tipo de relación.
¿Por qué pelearíamos con ellos?
¿Por qué habrían de molestarnos con su absoluta otredad y ausencia?

La prueba verdadera es con nuestra familia, con el vecino, con los de nuestra proximidad y con la sociedad con la que convivimos.
(Y sí, con nosotros mismos… pero sobre esto no hablaré en particular ahora).

Con la gente que está a nuestro alcance es que surgen las distintas ideas y opiniones sobre temas comunes que pueden provocar la separación, la confusión, la discusión, el enojo, la falta de shalom.
En muchos casos, luego de la pelea no se recuerda ni siquiera cómo comenzó, lo cual demuestra así la falta de importancia del tema en cuestión.

Todas las peleas tienen un común denominador: la falta de humildad de sus protagonistas, que se consideran superiores e intentan justificar el motivo de la discordia.
No se discute para encontrar algo de verdad, para ubicarse en un plano de conciencia compartida. ¡No! La lucha es por el poder, para ver quien tiene la razón, quien supera al otro, quien es vencido y quien vencedor.
Es una batalla por el poder, en donde se sacrifica al shalom, y con él a los participantes.
Porque, cuando se quiebra el shalom, ya nadie puede ser triunfador. Quizás se obtiene alguna ventaja material, un sorbo de apariencia de poder.

En muchos casos, la inclinación a pelear del ser humano es la que encuentra los motivos para hacerlo. Pelear por pelear, por aparentar poder.
¿Entiendes la idea?
¿Cómo la valoras?
¿Te sientes identificado?
¿Qué me cuentas?

Construir Shalom es nuestra tarea constante,
por medio de acciones y actitudes de
BONDAD Y JUSTICIA,
de ambas al unísono,
y con la Tefilá (la comunicación con el Eterno, el rezo) aprendemos herramientas para conseguirlo.

Versus

Creo que casi no hay excepción a la regla que te mencionaré ahora.
Toda relación interpersonal es una en la cual se lucha por el poder.
Quien es el conquistador, quien el conquistado.
Quien cede, quien avanza.
Quien estipula, quien accede.
Quien es impotente y quien es potente.

Las luchas pueden ser encubiertas o a la vista.
Menos o más cruentas.
Con mayores recursos e ingenio al servicio de la batalla, o con un primitivismo abismal.
En apariencia civilizada, o con la rusticidad del indomesticado animal.
A sabiendas de lo que se está invadiendo, o confundidos todos.
Con vencidos y otros vencidos, aunque algunos canten victoria.

Cada relación, cada vínculo, tristemente hasta cuando ambas partes emplean Comunicación Auténtica, en marcos rígidos y formularios o en la apertura “progresista”, en cada intercambio se está en esa pugna por el poder.
Aunque el tema sea trivial, aunque se proclame disputar por conocer la verdad, aunque se use la palabra “dios o Dios” en cada frase, no deja de estar la lidia en la ecuación.
Si se habla de amor, si hay rosas en vez de palos, si las caricias fluyen sin lugar a los golpes, hasta si el respeto y la intención cuidadosa son las que se asumen como prevaleciente, yo te digo, ahí subyace la rivalidad por la supremacía.
Hasta en donde parece más que sobradamente demostrado quién manda, el juego del poder está presente.

No te quiero convencer de nada.
Tampoco explicarte qué subyace ni cómo se produce.
Tan solo dejarte planteada esta realidad, a mi entender, que puedes aceptar y compartir, o puedes encumbrarte en opositor pero también compartir para que más gente se sume a la tarea de aprender del tema.

Nada más.
Que tengas bello día y puedas disfrutar de la bendición que llueve constantemente sobre ti.

Alégrate alegrándolo

Éste es un texto que escribí recién para serjudio.com, pero me parece que su mensaje ético es compartible por los hermanos noájidas plenamente.

Las cuatro reglas de Purim, para los judíos, según establecieron los Sabios son:

  1. Lectura de la historia narrada en el rollo de Ester.
  2. Un banquete con alegría.
  3. Enviar comidas a los amigos.
  4. Dad dádivas a pobres judíos.

Al respecto nos parece importante hacer notar el dictamen de Maimónides:

יט  [יז] מוטב לאדם להרבות במתנות אביונים, מלהרבות בסעודתו ובשלוח לריעיו–שאין שם שמחה גדולה ומפוארה, אלא לשמח לב עניים ויתומים ואלמנות וגרים, שהמשמח לב האמיללים האלו מידמה בשכינה, שנאמר "להחיות רוח שפלים, ולהחיות לב נדכאים" (ישעיהו נז,טו).

Es bueno que la persona aumente en las dádivas a los pobres, en vez de aumentar en su banquete o el envio de comidas a sus amigos. Porque no hay mayor alegría y dicha que alegrar el corazón de los pobres, los huérfanos, las viudas y los extranjeros, porque el que alegra el corazón de los desprotegidos se parece a la Presencia Divina…
(Mishné Torá, Hiljot Meguilá 2:19)

Sí, así es.
Con nuestros recursos podríamos darnos una panzada, beber sin moderación, comer hasta el hartazgo, puesto que Purim pareciera ser el día en el cual los excesos están permitidos.
Y con esos mismos recursos podríamos halagar hasta el empacho a nuestros amigos, brindándoles golosinas (superfluas e innecesarias como sustento), y así alegrarles y alegrarnos.

Pero, con su mesura, sabiduría, delicadeza, comprensión, espiritualidad, el gran maestro nos advierte de cómo debiera ser nuestra elección.
Atender al menos favorecido, aquel que tiene las necesidades a la orden del día.
Si aportamos a que pasen un día más plácido, con satisfacción, con alegría, entonces estamos haciendo una gran obra, que sería necesaria cada día, pero especialmente en esta festividad.

Y allí es cuando el EGO susurra:
¿Le vas a dar a los pobres?
¿Tanto?
¡Si son pobres, con poco les alcanza!
¡Vamos!
Es tu dinero, ¡tuyo!
Tú lo ganaste con el sudor de tu frente.
Tienes la oportunidad de pasarla bien, con amigos, con la familia, darte gustos y luego no sentirte con culpa ya que es la propia ley la que te habilita a tomar y comer de más.
¿Qué el pobre tiene hambre?
Bueno, será que prefiere estar en la calle en vez de conseguir trabajo.
Seguramente usa el dinero para vino, drogas o vaya uno a saber qué.
Dale un par de pesos, con eso es suficiente.
Vamos, no te dejes embaucar por el EGO –Ietzer haRá- que te quiere someter y dejar en estado de impotencia. ¿Cómo vas a dejar de disfrutar de lo permitido? ¡Es el EGO el que te hace sentir culpita si no le das más plata a esos pobres… que por algo son pobres…!

Esto, o parecido, te susurra el EGO.
Y te deja convencer, y no abres con generosidad tu mano para beneficiar a tu prójimo en penurias.
Te gastas tu plata en engordar, en regodearte con lo que no precisas, en falsa santidad, en religión.
Mientras, al lado tuyo puede haber alguien que está sin comer, un hermano que no tiene siquiera para llevar un pan a la boca. O le falta para el alquiler, la renta. O no puede comprar los medicamentos. O vive en la calle y pasa frío. O… pero claro, el EGO tendrá el mensaje sulfuroso con apariencia de santidad, lleno de religión para que te excuses y creas que tienes el poder, cuando en verdad estás sometido a tu celdita mental, egocéntrica, egoísta, limitada, de falsedad.

Puedes alegrarle el día al hermano judío necesitado, y acrecentar lo que darás para tal fin.
O puedes hacer lo que te venga en gana, en obediencia y fe, a instancias del EGO.

¿Qué crees tú que es más valioso?

Si quieres, puedes darnos una mano para que continuemos ayudando a más gente. Con lo que donas mantenemos el sitio, seguimos trabajando, pero también usamos el dinero en donaciones directas a personas con carencias y que precisan del sustento, del aliento, de esa alegría que no les llega por otro lado.
Si quieres, puedes enviarnos tu aporte a través de alguno de los método que ofrecemos, aquí tienes el link; o puedes darle tú mismo, personalmente a la persona judía necesitada de alegría para festejar este Purim y para llevar un vida digna el resto de los días.

Excusas no te faltarán, te aseguro que ya estás mascando algunas.
Si te hacen feliz, quédate con ellas.
Si son solamente anclas que no te dejan crecer, entonces déjalas de lado, abre tu corazón, abre tu mano, abre tu mente y alégralos para alegrarte.

Hay otra gente que precisa tu presencia, tu abrazo, tu palabra o tu silencio, aquello que no es dinero ni dádivas materiales, pero que implican una actitud y una conducta de construcción de shalom.
La familia en duelo, el amigo angustiado, el desesperado, el dubitativo, el enfermo, como tantos otros.
Para ellos quizás el dinero no sea la respuesta, porque no están necesitados de él precisamente, sino de otro tipo de atención.
Tampoco te cierres a ellos, cuando sea el momento de alegrarles, ayúdales, pero si es el tiempo de la seriedad, respétalo.
A cada uno lo que precisa, con bondad y justicia.
De esa forma, tu creces junto a tu prójimo.
Eso es construir shalom.

Jag Purim Sameaj.

 

Leilui nishmat del querido amigo KIKE KATZKOWICZ, Z”L.