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Resp. 835 – es correcto hacer un juicio a alguien y herir?

Merariita nos consulta:

1- Es correcto criticar a alguien y hacerle juicio en el momento, creyendo que sabe lo que pasa en la mente y en los sentimientos de la persona…
2- ideando absolutamente que es mas que yo
3- ¿que grado tiene de maldad?..
4- ¿es mejor comunicarse
5- O decirle cualquier cosa en la cual mezcle sentimentos parecidos al rencor?
6- ¿que tipo de razonamiento emocional es este?,
7- porque alguien haría un juicio solo porque tiene una imagen de una persona erronea y su mismo impulso de vida hace querer corregir en su idea
Mariel Merari García Vázquez,16años,D.f,México

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TESHUVA: bendición para tu vida en seis pasos

El calendario universal humano (conocido frecuentemente como calendario hebreo o judío, aunque en realidad NO es hebreo o judío específicamente), nos trae por estos días a las fechas propicias para la reflexión, el análisis de la propia vida, el reencuentro, el crecimiento, la redención personal y colectiva; pues, estamos a pocos días de comenzar un nuevo aniversario de la humanidad (en la fiesta que en el pueblo judío se conoce como Rosh HaShaná).

Como siempre, es muy extenso lo que podemos estudiar, aprender, compartir, pero quiero ser breve y centrarme en un aspecto fundamental y necesario: el arrepentimiento completo y sincero, al cual se denomina en el idioma de la creación como TESHUVÁ.

Para hablar de la teshuvá, debemos antes mencionar el “pecado”, pues es lo que determina que uno esté necesitado de teshuvá.

El “pecado”, que en el idioma de la creación se denomina JET (la “j” suena como en español) no reviste de un sentido moral o “religioso”, sino que indica una desviación del camino que está trazado y debe seguirse.
Así pues, no veamos al “pecado” como algo vicioso en lo moral, malvado en lo espiritual, sino lisa y claramente como salirse de la ruta, sea en poco o en mucho, adrede o por error, con deseo o sin él.
El jet es apartarse de la senda que ha marcado Dios para cada persona de acuerdo a su identidad espiritual, sea judía o noájica (son las dos únicas identidades espirituales humanas existentes).

Ahora bien, ¿cómo se realiza el retorno a la buena senda, es decir, la teshuvá?

La misma consta de seis pasos indispensables.

1- Reconocer que el hecho cometido es malo. (Malo es lo que la Ley determina como tal, no lo que a uno le parece, o lo que un conjunto de personas decreta).

2- Admitir que uno ha actuado mal. Esto es, aunque uno sepa que está mal el hecho, muchas veces inventa excusas para seguir haciendo lo malo. Pero con este segundo paso uno no da más excusas, sino que pone las piezas en el tablero sinceramente y admite haber hecho mal, sin justificarse por ello.

3- Compromiso para no volver a cometer el mismo acto negativo. Este paso puede darse más adelante, pero cuando fuera, es ineludible que exista este compromiso hacia futuro, pues es lo que asegura que sea un verdadero retorno a la buena senda y no meramente un amago de regreso pero sin consecuencias positivas.

4- Declarar haber actuado mal y pedir perdón.
Primero se debe hacer con la persona que uno ha perjudicado con su acción, si es que el pecado ha sido en contra del prójimo.
Recién después uno está habilitado para pedir perdón también de parte de Dios.
No se puede ir directamente a Dios a pedir perdón sin haber hecho las paces (o intentado hacerlo en la medida de lo posible) con la persona que ha sido afectada por nosotros.

5- Restituir lo que se ha roto con nuestro pecado, o pagarlo, además de pagar las indemnizaciones, multas y penas legales que correspondan por el acto cometido.
Debe entenderse que el proceso de teshuvá no implica el cese del derecho de la Justicia para actuar.

6- Dejar de hacer lo malo que se ha reconocido.

Tales son los seis pasos, sencillos pero sumamente difíciles para la mayoría de las personas.
Quien tiene la valentía, la integridad, la autoestima, el respeto como para encarar el proceso, es bendito y de bendición y recibe oleadas de energía positiva y alabanzas de lo Alto.

Así pues, aprovecha estos días para verte directamente en el espejo del alma, para identificar lo que has hecho mal, en qué te has apartado del camino, cuánto te has desviado, cuáles son las excusas que das, a quién perjudicas, cómo lo puedes reparar, cuánto ganarías regresando al buen camino.

Todo momento es oportuno para la teshuvá, no esperes a nada, no des pretextos, no te retengas de hacer el bien y ser bendito.

Adelante, a crecer, a construir shalom, a comenzar a full el nuevo año.

Sobre la Envidia

Les presento acontinuación un post de autoría del Moré Yehuda Ribco, un comentario a la Parashá Pekudei del libro Shemot – Éxodo -.

– «Toda persona puede caer en las garras de la insana envidia,
pero cada uno tiene el potencial como para sobreponerse,
y superarla con creces.
Es necesario aprender las técnicas que organizan patrones de conducta saludables, que apartan el negro sentimiento del corazón y despejan la mente de perturbadores pensamientos.

Veámoslo con un ejemplo de la parashá.

Luego de que a Moshé le fuera ordenado que ungiera como Sumo Sacerdote a su hermano, Aarón, el Eterno le exigió que a los hijos de Aarón «los ungirás como ungiste a su padre» (Shemot / Éxodo 40:15).

Rabí Simja Mehir HaCohén explicó que Moshé estuvo dispuesto a ungir a su hermano de todo corazón, sin prurito de ninguna especie.
Moshé, que era el hermano menor, se había convertido en el líder de su nación, y se alegró sinceramente de que a su hermano también le tocara un alto rango en la jerarquía del pueblo del Eterno.
No sentía motivo como para sentirse menoscabado, o desvalorizado; por el contrario, era un honor y privilegio que ambos hermanos pudieran gozar en armonía del liderazgo de su pueblo.

Pero, en referencia a los hijos de Aarón, la situación era totalmente diferente.
Sus propios hijos no lo sucederían en su cargo, ni siquiera tendrían algún nombre destacado, ni una posición de mérito. Desaparecerían en un manto de silencio y oscuridad de los anales de la historia.
Por eso cuando debía proceder a jerarquizar a sus sobrinos, no hubiera sido extraño si su corazón hubiera estado plagado de prejuicios, sentimientos negativos, y biliosa envidia.
‘¿Por qué los hijos de mi hermano y no los míos?’ bien podría haber sido el grito del angustiado por la envidia corazón de Moshé.

Consecuentemente, el Eterno demandó que los ungiera con la misma alegría, integridad y pureza de corazón que había tenido para con Aarón.

Incluso una personalidad descollante como la de Moshé,
el más fiel y humilde de los hombres,
debió voluntariamente internalizar patrones de conducta que no le eran propios,
para que pudiera sobreponerse a la correosa envidia.

El método usado en esta ocasión fue: repetir los gestos y actitudes relacionados con una situación que no generaba envidia (la unción de Aarón), para que de esa manera la situación de envidia (la unción de los hijos de Aarón) perdiera su fuerza nociva.

Otro método implacable para vencer el aguijón de la envidia, es reconocer que el orgullo (nacido en la escasa autoestima) es el padre de la envidia.
Así pues, la lucha no ha de darse en el terreno de los envidia, sino en el de aprender a amarse a sí mismo adecuadamente.

Al superar el primer mordisco de la envidia, es posible que, entrenándonos con asiduidad y destreza, lleguemos al nivel de poder contemplar con gozo y entusiasmo el bienestar y éxito de otra persona, incluso cuando la persona alcanzó un logro que no alcanzamos, y quizás no obtengamos jamás.

Recordemos que con sabiduría Salomón el rey nos enseñó: «El de ojos bondadosos será bendito» (Mishlei / Proverbios 22:9). -«

Por Yehuda Ribco.

«Si aún no eres parte de la comunidad de fieles a Dios, eres la pieza del rompecabezas que falta.»

El prójimo

El prójimo.

El prójimo: Quien es?;  Para que lo necesitamos?; Que nos ofrece?….

En nuestra tradición se nos enseña ayudar al prójimo, respetarlo, quererlo, en tanto este tal «prójimo» se lo merezca, y aveces, aunque no se lo merezca, entendiendo que un poco de cariño ablandará su corazón, no le negamos un poco de ayuda.

Ahora, pensemos y busquemos posibles respuestas a las preguntas planteadas y tratemos de comprender: Para que el prójimo?:

Quien es?:

Cualquier individuo de la sociedad.

Para que lo necesitamos?:

Para domesticar nuestro ego, para no sufrir soledad, para poder compartir, dar, etc.

Que nos ofrece?:

La oportunidad de hacer obras de bien, de perfeccionar nuestro caracter y personalidad, etc.

Una persona no puede vivir en un mundo solitario aunque a veces se necesite un poco de soledad, los individuos necesitan a la sociedad-prójimo.

Ama a tu prójimo como a ti mismo.

En la Torá encontramos la proclama: «Ama a tu prójimo…» (Lev. 19:18) es decir, no se ordena que el individuo ame al otro partiendo de aquello que la sociedad actual entiende por amor. Sino que el amor es hacer algo positivo por el otro, voluntariamente, desinteresadamente, eso es amar y es a lo que la Torá refiere. Entonces «ama a tu prójimo» seria como algo así: «haz algo por el otro, desinteresadamente pero voluntariamente» como lo harias si tu fueras el receptor, tal como se declara: «como a ti mismo.»

Partiendo de este conocimiento, entendemos que Dios instaló la sociedad en el mundo para que nos perfeccionemos en conductas positivas y edificantes.

Donde encontramos esto en los siete preceptos, nuestro código de ley espiritual?

En todos los preceptos lo encontramos, pues si no robamos no solo estamos cumpliendo con la voluntad de Dios sino que estamos amando al otro, al prójimo. Otro ejemplo: Si la persona cumple con el precepto de no realizar relaciones sexuales ilicitas no solo esta cumpliendo con la voluntad del Padre sino que esta amando al prójimo, a la sociedad, al mundo, pues esta haciendo algo por el otro, por la sociedad, por el mundo, desinteresadamente pero voluntariamente.

Un relato.

Si no existiera nuestro prójimo no tendriamos la oportunidad de hacer obras de bien, de crear y pensar por el otro, de ayudar, de acompañar, de amar.

Una vez llegarón huespedes a la casa del suegro de Rabí leví Itzjak de Berdichov y, él salió a recibirlos ofreciendosé a ellos de cuerpo y alma. Y entre otros preparativos en vista al arribo de los forasteros, corrió incluso en busca de paja para armarles unos colchones a fin de que pudieran pasar la noche lo mejor posible.

– ¿Para que te molestas tanto? – le planteó su suegro con asombro – ¡Por unas pocas monedas el sirviente gentil hará gustoso todo ese trabajo!

-¿Acaso pretende usted que le ceda al gentil el privilegio de atender a los huespedes y que encima le pague? – Fue la tajante respuesta de Rabí Leví Itzjak.

Mi querido socio en la sagrada tarea de construir shalom, el prójimo alli esta y tu sabes porque y para que, aprovechalo, disfrutalo, hazlo sentir bien, amalo y vive Noajismo.

«Si aún no eres parte de la comunidad de fieles a Dios, eres la pieza del rompecabezas que falta.»

El error de creerse perdido sin religión

El error de creerse perdido sin religión,
es uno grave y demasiado común.
Está extendida la (errónea) creencia de que con religión o ritos religiosos

uno está «comulgando», «comunicando», «en conexión» con Dios;
cuando en realidad

es todo lo contrario.


Usted que sabe (o solía saber) la biblia de memoria
supongo que recuerda cuando el profeta de Dios dice
que Él no quiere ritos, ni sangre,ni sacrificios, sino obediencia a sus mandamientos.
Veamos:

«Entonces Samuel preguntó:
-¿Se complace tanto el Eterno en los holocaustos y en los sacrificios como en que la palabra del Eterno sea obedecida?
Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención es mejor que el sebo de los carneros.
Porque la rebeldía es como el pecado de adivinación, y la obstinación es como la iniquidad de la idolatría.
Por cuanto tú has desechado la palabra del Eterno, él también te ha desechado a ti
«
(1 Shemuel / I Samuel 15:22-23)

Amigo mío, ¿sabe usted más que Dios para sentirse perdido y quejándose para seguir enfrascado en ritos y religión?
¿Acaso a Dios le agradan los sacrificios, el sebo, la sangre, el dolor, las misas, las prédicas, los clamores parroquiales, las «danzas mesiánicas», o a Dios en realidad agradan las acciones nobles y justas de cada uno?
Comprobemos y corroboremos con el profeta de la verdad:

«Dice el Eterno:
‘¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios?
Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados.
No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos…
No traigáis más ofrendas vanas.
El incienso me es una abominación; también las lunas nuevas, los días de reposo y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva!
…  Cuando extendáis vuestras manos, Yo esconderé de vosotros mis ojos.
Aunque multipliquéis las oraciones, Yo no escucharé. ¡Vuestras manos están llenas de sangre!
Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de mis ojos. Dejad de hacer el mal.
Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda.
Venid, pues, dice el Eterno; y razonemos juntos: Aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
Si queréis y obedecéis, comeréis de lo mejor de la tierra.
Pero si rehusáis y os rebeláis, seréis consumidos por la espada; porque la boca del Eterno ha hablado.’
«
(Ieshaiá / Isaías 1:11-20)

Es muy claro y concreto el pedido de Dios para ti: apártate del mal y vive obrando con bien y justicia, siendo en todo momento leal a Él.
Ni ángeles de la guarda, ni oraciones solemnes, ni cantos de alabanza, ni invocaciones, ni mediadores muertos para redimir de pecados, ni siquiera quiere tu fe… ¿o no es esto lo que podemos leer y atestiguar de las palabras que Dios profetizó a través de sus profetas?
No te pide comunidades de fieles reunidos para leer textos «bíblicos», ni cábalas, ni piruetas emocionales, ni seguir como ovejas a pastores de fe, ni escuchar a «gentiles justos» que desde los púlpitos te explican cuestiones proféticas que carecen de cualquier relevancia para la vida diaria.

El pedido, la orden, la fórmula sagrada es apartarse de lo que Dios ha declarado como malo y hacer lo que Él señala como bueno: la justicia y la bondad para con el prójimo.

No hay nada que pueda contradecir esta verdad absolutamente «bíblica».
Especialmente para el alma del gentil, para quien los rituales, sacrificios y otros quehaceres «religiosos» no fueron comandados por Dios, sino que fueron elaborados por la tradición de hombres a lo largo de las generaciones.
Él te exige la fidelidad a los Siete Mandamientos Fundamentales, y no que te dediques a explorar en religión, en Torá, en malabarismos de la fe, en cuestiones ajenas a tu sagrada misión en el mundo, que es la de constructor de Shalom.

Tú puedes inventar todas las excusas que quieras, creer lo que te parezca, dar mil y una justificación a tu actuar desviado de la senda marcada por Él.
Puede oponerte, hacerte el tonto, cambiar exprofeso, encontrar una mota de verdad que te sirva como argumento, escaparte de tu misión, pero la verdad no la cambiarás con tus infantilismos religiosos.

En lugar de creerte perdido sin religión, a ojos de Dios te estás encontrando y salvando cuando te apartas de las religiones.
Es un error vagabundear mendigando religiosidad, cuando lo que tienes por delante es un camino sagrado y real de fidelidad, bondad y justicia.

¿Quién se puede sentir bastardo y abandonado como huérfano por estar haciendo al fin lo que Dios le manda?
Seguramente quien confía en Dios y no se desprecia a sí mismo, no se sentirá así.
Sino que se sentirá cálidamente abrazado internamente por el sano orgullo, la autoestima adecuada, el aplauso del alma, que le expresa que no hay otra razón para la vida, más que servir a Dios tal y como Él demanda.


El que ha conocido el noajismo y se sigue quejando, reclamando por ritos, rituales, adornos de religión, es que ciertamente actúa con la típica conducta quejosa y enfermiza del adicto en proceso de rehabilitación.
Tal persona dice con plena creencia que la droga, el alcohol, el cigarro, las apuestas, etc., le hacían bien y que ahora sufre, cuando en realidad por fin su vida se está limpiando y hallando significado.
Es extraño que se añore lo que tanto mal hace a la persona y a la sociedad, en tanto se repudia lo que bendice y beneficia, el camino que Dios ha diseñado con amor y sabiduría para cada uno.


Así pues, amigo mío, es cuestión de que seas firme y no te dejes embaucar por la sinuosa voz del tentador, que te convencerá de que debes retornar a la religión, a ser una ovejita, a ser uno más de la iglesia, a prosperar entre la junta de los que se apartan de Dios pero se hacen llamar santos y benditos.

 

Sé fuerte y valiente, que ni bien encuentres tu rostro y confíes en ti y aprendas, estarás limpio de la maldición de la religión, de la droga que envilece aunque se disfrace de luces sagradas.

Resp. 827 – Nombre propio impropio

Mauricio81 nos consulta:

Tengo un amigo al que sus padres le pusieron el nombre de Eli..
1- Es correcto q le llame por ese nombre xq tengo entendido q es una de las denominaciones q se le la a Dios…
2- Y tambien otra persona q conozco q se llama -donay, lamentablemente no tienen un segundo nombre, pero siento q ofendo a Dios cuando me dirijo a ellos.. Q hago?
Mauricio Martinez, Bodeguero, 25 años, Guatemala

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Resp. 826 – Sobre la \»crudeza\» al responder

Juan_25 nos consulta:

Buen día Moré Yehuda:

Le pido por favor me ayude en esto: Probablemente tenga que responder con DEMASIADA «crudeza» a una persona, lamentablemente otro colega mío, en los próximos días, es una situación muy difícil para mi por mi profesión, pero si de esa manera se construye Shalom, debo obedecer al Eterno. Me preocupa mucho meterme en problemas legales en un país extraño. Espero me de un consejo prontamente.

Un saludo y Shalom.

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EGO

Vanidosa En la sagrada Tradición se menciona al Ietzer HaRá, que puede ser traducido como mala tendencia, inclinación al mal, lado oscuro, el «Satán» (como fuerza emocional interior), impulso o instinto primitivo, entre otras formas de llamarlo.
Pero también se le puede decir con propiedad «EGO».
Pero, ¿qué es el EGO?
En una breve descripción, es el deseo de recibir, sin más.
Cuando el EGO está en su lugar, como subordinado al plano espiritual y al plano mental, domesticado por las circunstancias sociales, entonces cumple una función vital y necesaria para el sostén y desarrollo tanto del individuo como de la especie.
Pero, cuando el EGO es colocado en la posición de dominancia, siendo la persona esclavizada a sus antojos, entonces es que la persona sufre un desequilibrio, una alteración, una «posesión», que le impide actuar a pleno de acuerdo a sus potencialidades.
Cuando el EGO es el director, el deseo se enfoca en erigir al Yo Vivido como centro y finalidad de toda la existencia. Para que el Yo Vivido sea receptor, sin ulterior desvío de lo recibido hacia fines altruistas.
Bajo el imperio del EGO, no se toma consciencia de la presencia o necesidad de otros, ni de lo que es justo y bueno, ni de ser solidario, ni de lo que es saludable, sino solamente de aquello que se desea y que sirve para saciar el anhelo de sí mismo.
Si se hiciera algo por otro, en el fondo (o en el frente) la intención no es bondadosa, sino como medio para obtener algún beneficio egoísta.

Quien se somete al EGO ignora que la fuente de placer no se encuentra fuera de uno mismo, por lo que lo busca externamente.
Como un sediento en mitad de un árido desierto, persigue aquello que saciará su ardor, pero ni bien alcanza su objeto o hecho satisfactor, la sed retorna con más ansias y sufrimiento.
¿Cuál es esa agua que está persiguiendo?
El EGO busca alguna forma de atención como el reconocimiento, la alabanza, la admiración, el poder, la adquisición, la posesión, la riqueza, el aplauso externo, en resumen su deseo fundamental es ser notado de alguna manera, lograr que se reconozca su existencia.
Cuando tal no ocurre, o no siente la persona que lo sacie, entonces se redoblan los esfuerzos para alcanzar ese reconocimiento tan necesitado. A la par, se suele acompañar de reacciones emocionales e incluso fisiológicas. Reacciones que van desde la más profunda depresión -no la diagnosticada como clínica- hasta la agitación más pronunciada.
Es que, realmente se siente morir, carente de satisfacción, desnutrido, desfalleciente.

Pareciera una paradoja, que la persona esclavizada al EGO y que se centra en sí misma sufra tanto de la dependencia de otros.
Que no le baste su aplauso interno, sino el reconocimiento externo.
Que no sea satisfecho, sino que esté apenado por la angustia del no tener ni poder.
Alguien que se mira todo el tiempo a sí mismo pero no se ve ni se comprende ni procura desarrollar sus mejores potencialidades.
Es realmente paradójico: centrado en sí mismo pero ignorante de su ser; ansioso de aplauso e incapaz de admitirse en su realidad.

En este recorrido detrás de la vanidad, del reconocimiento como ser valioso, el papel de víctima es uno de los preferidos por los esclavos del EGO.
En parte es comprensible, ya que en realidad está siendo víctima de sí mismo, es un esclavo, alguien sometido, sin libertad ni independencia; por lo que el papel de víctima le queda a la perfección.
Sus emociones sobredimensionadas lo ponen en situaciones patéticas, de real sufrimiento, de dolor y no encuentra camino para superarlo.
El desequilibrio emocional producto de este sometimiento no tarda en repercutir en los otros planos de existencia, así por ejemplo la mente se colma de obsesiones, el cuerpo se fatiga, los lazos sociales se intoxican, etc.
En su rol de víctima puede explayarse para hablar de sí mismo y de sus problemas, justifica con sus males su dolor y aprovecha para centrarse más aún en su deseo y en absorber energías y recursos de los otros para tratar de satisfacer su insaciable apetito.
Su conducta y actitud, autocentrados, lo llevan a sentirse maltratado por la vida, por las demás personas, por el destino o por Dios; por lo que se excusa así para reclamar, quejarse, demandar, renegar, sentirse ofendido, injuriado, etcétera.
En vez de pararse sobre sus pies con dignidad, asumir su 100% de responsabilidad, enmendar sus faltas, el esclavo del EGO se sigue sumergiendo en banalidades, en infelicidad, en infidelidad, en ceguera.

Sin embargo, la persona que está aprisionada por el EGO no parece reconocer que éste es quien causa el sufrimiento, sino que ve a su apego por el EGO como la única respuesta posible para adquirir reconocimiento, importancia, poder, sentido de vida, etc.
En su cegue­ra, el esclavo del EGO es incapaz de ver el sufrimiento que se inflige a sí mismo y que inflige a otros. Justifica su malestar echando culpas a otros, siempre son otros los que algo habrán hecho para dejarlo en ese estado de incapacidad e insatisfacción.
La infelicidad es una enfermedad mental y emocional, con serias derivaciones sociales, creada por el EGO.
Los estados negativos como la ira, la ansiedad, el odio, el resentimiento, el descontento, la envi­dia, los celos y demás, no se ven como consecuencias negativas de las propias decisiones, sino que se toman como agresiones ocasionadas inmerecidamente por algún factor externo (el otro, la sociedad, tal o cual grupo, el destino, Dios).
«Tú eres responsable de mi sufrimiento» es lo que dice el preso del EGO, de una u otra manera.

Por supuesto que las religiones son un vehículo fabuloso para diseminar el modo de vida negativo del EGO.

Recomiendo la lectura del texto que se abre haciendo clic aquí, y otro más aquí, para continuar el estudio y profundización.
Espero tus comentarios que permitan ampliar el conocimiento y nos sirvan para mayor análisis y crecimiento.

Libérate de la carga y sé feliz

ImagenEstamos trabajando estos últimos días algunos temas que refieren a la actividad mental, a los nexos mente-espíritu, a los lazos mente-emociones, a la comunicación, entre otros.
Espero que tales textos te sirvan para aprender, reflexionar, conocerte, conocer al prójimo y especialmente construir shalom, comenzando desde dentro, desde tu ser, hacia fuera.
Ahora veremos una técnica ancestral empleada para corregir o resolver ciertos errores de actitud y acción.

Recordemos rápidamente que estamos formados por:

  • Una esencia pura, el plano espiritual, a la que podemos «Yo Auténtico», verdadera identidad individual y conexión directa con el Eterno y el universo.
  • El plano mental, que es nuestro timonel quien elige entre las opciones que se nos presentan y nos abre el panorama a otras opciones que no aparecen a primera vista.
  • El plano social, que nos vincula con los demás, son el entorno social, con el lenguaje, la cultura, las instituciones, la ley, etc.
  • El plano emocional, que sirve como motor para nuestras acciones, núcleo básico de identidad y fuente de la comunicación.
    El plano físico, la estructura material que nos permite realizar nuestra actividad en este mundo.

La salud, el estado óptimo del ser humano es el equilibrio dinámico, cuando cada plano está nutrido como corresponde y en armonía consigo mismo así como con el resto de los planos.
Con este equilibrio dinámico es que podemos establecer contacto verdadero con nosotros mismos y con el prójimo.

En los casos en que se establece un marcado desequilibrio, o cuando alguno de los planos interfiere en la tarea de otro de los planos, es que la persona sufre de alguna enfermedad.
Recordemos que a cada uno de los planos le corresponde sus propios tipos de enfermedad.

En este texto trataremos de la técnica que nos habilita a lograr el equilibrio entre los planos, sus herramientas nos permiten conectar con nuestra esencia pura, adecuar las tareas de los planos y permanecer en paz.

Una de las grandes dificultades que trastorna el sano equilibrio suele ser la incapacidad o dificultad de dejar libre, de soltar, de descargarnos, de limpiarnos de recuerdos que no proveen de energía positiva, sino que actúan como pozos en donde se drena y malgasta la energía vital.
Para ser concretos, hablamos de recuerdos activos negativos tales como resentimiento, celo, envidia, no perdonar, deseos de venganza, pasiones enfermizas, obsesiones, engaños, usurpación de identidades, etc.

Existen patrones de conducta que facilitan el borrado, la liberación de aquello que pasa y estorba y hasta hace vivir una perpetua agonía.
¿Qué pasa cuando borramos?
Cuando admitimos la orden superior, del plano espiritual, que nos exige soltar la mochila, descargar las piedras, entonces canalizamos la energía para que recorra nuestros recovecos y borre y sane y nos habilite a gozar de la vida.
Pero, tenemos que estar dispuestos a «dejar ir».
Dispuestos a cambiar de patrón de conducta, despojarnos de esos lemas que nos acompañan y justifican en la permanencia en el dolor y la enfermedad.
Hay gente que prefiere seguir en el pozo por miedo al cambio, porque desconfían de que pueden vivir de otra manera, o porque tienen la impresión de que «el otro» se «merece» ser odiado, repudiado, etc.

Tenemos que estar atentos para limpiar constantemente y conscientemente, porque no nos es posible saber los innumerables pensamientos que tenemos al día y las memorias que esos pensamientos están intoxicando y que conllevan una carga de sufrimiento perpetuo.
Hay que ser activos y entrenarse hasta formar el hábito automático de «soltar lo negativo», dejar de atesorarlo como si fuera un preciado cofre de riquezas, cuando en realidad es un pozo oscuro y asfixiante.

Así pues, no es solamente un trabajo de recuperar lo dañado, limpiar lo ya ensuciado en el pasado y que permanece mugriento por nuestra falta de «soltar»; sino además es imprescindible tener una defensa activa constante, para detener cualquier nuevo impulso de añadir otro registro turbio a nuestra memoria.

Es como el antivirus de tu PC, que puede realizar un escaneo de los archivos ya guardados, para reconocer y eliminar los perjudiciales virus que ya contaminan tu sistema; pero además cuenta con barreras de defensa que advierten de la intrusión de las diversas afecciones que actualmente pretenden acceder a nuestro sistema y dañarlo.
Si estamos conscientes de que tenemos que tener, activar y actualizar el método de protección de nuestra PC, ¿cómo obviar el que se merece nuestro sistema más precioso, que es nuestro ser?

Algo maravilloso es que cuando entrenamos nuestro sistema activo de defensa y no permitimos que más registros se dañen, paulatinamente otros registros que ya han sido dañados encuentran un canal para recuperarse, liberando al ser de tensiones, quitando peso, mitigando la amargura, equilibrando el ser.

¿Cuál es la técnica?
Decir «lo siento», cuando eres parte activa de cualquier situación inarmónica.
Deja de lado el orgullo, las justificaciones, el enojo, el ego y con honestidad di: «lo siento».
Sé cauteloso para no tomar responsabilidad de aquello que no eres responsable, que tu admisión sea justa y no se convierta en una actitud de apertura a la manipulación emocional por parte de otros.
Pero, ten en cuenta que en ocasiones el otro no sabe hacer otra cosa y eres tú quien puede hacer el cambio positivo, pidiendo disculpas aunque no seas en justicia «culpable» de nada… es para considerar cuando se aplica esta estrategia de constructor de shalom.
Cabe añadir que en ciertas condiciones el disculparse y disculpar no se hacen cara a cara o ante otra persona, sino consigo mismo, con Dios como testigo.

La contraparte es admitir el pedido de disculpas por parte del otro, sin aumentar la herida, sin reclamos fuera de límites.
Cuando el otro dice honestamente «lo siento», se terminó el debate.

Luego habrá que ver como solucionar los daños, restaurar el equilibrio perjudicado, devolver lo tomado sin permiso, etc.
Pero, sin ánimo negativo, sin venganzas, sin atribuirse perfección, sino con deseo sincero de restablecer la armonía interna y externa.
Es sencillo, aunque pudiera parecer complicado o bastante inútil.
Siglos de experiencia demuestran el valor del perdón.

Como refuerzo debes agradecer cuando corresponda, a quien corresponda, hasta por aquello que pudiera resultar mínimo y de poco interés, o cotidiano por lo cual pareciera que ya no es más necesario reconocer el gesto o hecho bondadoso por parte del prójimo.

Cuando se practica esta antigua y eficiente técnica se producen cambios en el entorno, gana uno y ganan los demás.
Con estos sencillos pasos se modifica el medio y el ser, se contagia la «buena onda», se instala un registro positivo en la memoria que alienta la creación de más acciones y actitudes positivas.

Ya dijimos en más de una ocasión que es una técnica antiquísima, ¿quién la inventó?
La respuesta quizá te sorprenda, el mismo Dios.
Atiende:

«Caín se enfureció mucho, y decayó su semblante.
Entonces el Eterno dijo a Caín: -¿Por qué te has enfurecido? ¿Por qué ha decaído tu semblante?
Si te enmiendas, ¿no serás enaltecido? Pero si no te enmiendas, yacerá el pecado a la puerta. Y hacia ti será su deseo; pero tú lo puedes dominar

(Bereshit / Génesis 4:5-7)

Enmendar el decaimiento producto de un EGO que ha tomado el control y no permite pensar con claridad, actuar con bondad, conectarse con el cosmos con justicia.
El Eterno te manda a que te enmiendes, porque tú puedes y debes hacerlo.
Mientras no sueltas el peso, mientras te aferras, estás sometido a fuerzas adversas que te hunden.

Recuerda que el registro negativo en tu ser, tú lo creaste, por tanto eres tú exclusivamente quien lo puede cambiar.
Por lo cual, debes aceptar el 100% de responsabilidad por tus actos.
Cuando buscas excusas, inventas historias, tramas engaños, perduras en tus enojos, solamente te hundes más y te alejas de la salud y el bienestar.

Gracias y lo siento/estás perdonado.
Hay que utilizarlas conscientemente, con pleno conocimiento de lo que estamos expresando y admisión de lo que conlleva.
Sin hacerte expectativas, sin esperar del otro que reaccione como tú deseas; sino simplemente siendo tú el responsable por tu parte, de ser el luminoso ser que sabe limpiar sus registros negativos, que no se aferra al dolor, que deja ir lo que no tiene verdadero valor.
Lo que le toca al otro, le toca al otro y tú no puedes hacerte cargo de ello.
Por tanto, tú perdonas, tú admites tu parte, tú agradeces y tú no esperas NADA del otro.
Tú serás constructor de Shalom, obtendrás shalom, aunque el mundo no te acompañe.
Sin embargo, tus actos y actitudes tendrán repercusión (mayor o menor) en el entorno, por lo que será una onda expansiva de buena energía, de salud.
Pero, si esperas tal o cual cosa del otro, si crees que el otro debe pedirte perdón, si el otro debe agradecerte, si el otro esto y aquello, entonces probablemente no has aprendido a soltar, sigues aferrándote a lo que no tiene valor, sigues esclavizado a tu EGO…
Entrénate para ser libre.

Recuerda que los registros negativos o positivos tuyos te pertenecen, tú eres su amo.
Pero recuerda también que formas parte de una gran memoria colectiva y si se añaden a tu ser registros positivos y se borran los dañados, entonces estás acumulando bondad para TODO el universo también.
Quizás sea una pequeña gota en un inmenso océano, pero sumadas esas pequeñas partículas son las que forman el océano completo.

Perdona, libérate de la carga.
Pide perdón, libérate de la carga.
Agradece, bendice, reconoce lo bueno, libérate de la carga.

Cuando vinculas tus pensamientos…

Lindsay LohanHemos trabajado en numerosas ocasiones el valor de la palabra.
Quisiera tratar contigo en esta oportunidad alguna idea provechosa, para clarificar tu lenguaje, para que de esa manera puedas tener más energía en tu actitud hacia la vida.
Recuerda que un lenguaje positivo, edificante, pleno, conectado a la vida, permite dibujar en tu mente y en tu corazón un sentido de vida beneficioso.
Tu realidad se plasma en tu ser, y por tanto te relacionas con el mundo, de acuerdo a como vas recibiendo la información y la vas acoplando a tu ser.
De modo similar, repercutes en tu entorno en gran medida de acuerdo a cómo te comunicas.
Ten en cuenta que lo que acompaña a las palabras tiene mucho más que las propias palabras, pero que lo verbal y aquello que lo acompaña es un poderoso instrumento que debes conocer y usar con eficiencia para llenar de bendición tu existencia y la de quienes te rodean.

Usamos muy a menudo los siguientes nexos: “pero”, “y”, “aunque”.
Se emplean para conectar ideas, y si bien pueden resultar similares en ciertos aspectos, en realidad pueden ser determinantes para establecer enfoques diferentes de nuestra atención.

Demos ejemplos, para que de esa manera veamos cómo operan estas palabras y en qué divergen.

Pongamos dos frases y vinculémoslas con “pero”, con “y” y con “aunque”, y entendamos cómo se operan el enfoque en cada caso.
La primer frase es “Me quiero comer ese pastel”,
y la segunda es “no es bueno para mi salud”.

Digamos entonces: “Me quiero comer ese pastel Y no es bueno para mi salud”.
La atención se distribuye entre ambas secciones de la frase, los que nos da oportunidad para evaluar qué escogeremos, si deleitar nuestros sentidos a costa de nuestra salud, o actuar racionalmente para apartarnos de aquello que en este momento nos está vedado.
Es decir, la forma en que hemos construido la idea nos ayuda a realizar una elección más consciente que si la hubiéramos planteado de otra manera.

Veamos cual: “Me quiero comer ese pastel AUNQUE no es bueno para mi salud”.
En este caso el cerebro procesará con mayor fuerza la primer parte de la sentencia, lo que nos dejará al borde de consentir nuestro placer y apartarnos de la senda del bienestar saludable. Si bien es bueno disfrutar de los placeres permitidos de la vida, es nuestro deber cuidarnos de aquello que tenemos limitado o que nos puede llevar a situaciones de riesgo de cualquier índole. Por tanto, deslizarnos hacia la zona de peligro no es una actitud positiva ni edificante, así pues, cuidado en cómo planteamos las cuestiones, pues quizás “sin querer queriendo” estamos tomando una senda antes de llevar a cabo una evaluación veraz.

Y tenemos la tercera forma: “Me quiero comer ese pastel PERO no es bueno para mi salud”.
Es claro, me parece, que se acentúa la segunda parte del enunciado, lo que lleva a que tomemos parte quizás aún antes de considerar lo que está siendo juzgado.
Tal vez en el ejemplo simplón y concreto que plantemos, de un pastel o la preservación de la salud, el uso del “pero” que está negando algo sea positivo a posteriori, pues tiene la intención de cuidar de nuestra salud. Sin embago, ¿cuántas veces el uso del “pero” está para dejarnos inmovilizados, petrificados, empantanados en situaciones poco saludables y que son enfermizas?
Así pues, es común usar el “pero” para huir, para negar el avance, si es que no se usa también como arma de ataque hacia otros o hacia uno mismo.
Están los que parecen adictos al “sí pero”, que se la pasan escatimando lo positivo para poblar el pensamiento de oscuridad, dudas, miedos, fracasos, que no siempre están para un servicio real y protectivo, sino como recurso del EGO.

Así pues, amigo lector, tenga presente y en cuanta que según como interprete la realidad es como usted responderá y actuará.

Piense bien antes de hablar y antes de actuar.
Juegue con el uso de estas tres palabras de nexo, para poder encontrar cual de ellas le sirve a los fines de construir shalom a cada momento de su vida.
Para que el lenguaje esté al servicio de la vida y el bien, y usted tenga más recursos a mano para servir al Eterno en la que es su misión principal en la vida: construir shalom.