El tiempo corre cual agua…

Vuestro patriarca Noaj recibió de Dios el anuncio de que el mundo tal como él lo conocía se terminaría.
Quedaba un tiempo todavía.
Un tiempo precioso antes del fin.
En ese lapso Noaj debía hacer lo necesario para salvar y salvar a los suyos, así como dar vida a su entorno.
¿Cuáles opciones tenía vuestro patriarca?

  • Podía desesperarse y cometer suicidio. Pero eso no era, ni es, jamás una solución. Siempre es ahondar el sufrimiento y el problema.
    Otra forma de sucidio era mostrarse indiferente, hacer de cuenta que todo estaba bien. Delirar con que era bueno el horror que se estaba viviendo y el peor que estaba por llegar. Mirar para otro lado. O ser parte de los que estaban en la senda de la corrupción. Por supuesto que esto podía hacer vuestro patriarca, ser uno más de la masa de ignorantes, rebeldes, desquiciados, ambiciosos, prepotentes, fríos… podía ser uno de ellos y negar así su pureza espiritual, negar el mensaje que Dios directamente le había dado.
  • Pero, podía esforzarse por trabajar para difundir la noticia de la catástrofe que se aproximaba. Podía enseñar las herramientas morales y espirituales que darían a la sociedad su salvación. Podía predicar a los suyos y a los ajenos, hablando de esperanza, de justicia, de luz, de bondad, de verdad, de tantas cosas provechosas. Podía señalar a los estafadores, corruptos, locos, abusadores, extraviados, a todos los que estaban llevando al mundo a su destrucción. Podía fundar centros de educación y unidad para buscadores de Dios. Podía dedicar de su dinero, de su tiempo, de su trabajo, de sus placeres, de todo lo mejor que tenía para conseguir que la causa del Bien prevaleciera. O al menos hacer el mejor de los intentos. A riesgo de parecer fuera de onda, diferente, en fin, algo ajeno a la podredumbre de su sociedad. Podía dedicarse por completo a la Obra del Eterno, para ser socio en la construcción. Podía… pero no lo hizo. Se quedó en silencio. No buscó la unidad. No quiso sumar gente al barco. No pidió ayuda para que entre muchos remaran con fuerza a favor de Dios y en contra de la corriente. No amó a su prójimo. No cumplió con su misión principal. Y como consecuencia, luego de la catástrofe se dedicó a ser borrachín, enemistado con su familia, enfermo, apático, un pobre hombre que tenía a su alcance la grandeza pero escogió la oscuridad de los débiles.
  • Pero, podía dedicarse a hacer lo que tuviera a su alcance para salvarse, y salvar a los suyos. Es decir, construir un arca, una nave para escapar al naufragio mundial. Esta opción marcada por el egoísmo, sabemos que es la que escogió. A causa de esto, la sociedad no recibió su parte de trabajo, el mundo pereció. Sabemos que él contribuyó a preservar la vida en la tierra, gracias a Dios, sin embargo, el mensaje moral que dejó fue escaso. Su mensaje para la posteridad fue: la ética del egoísmo, la de alzarse solamente para ser reconocido, o solamente luchar por la propia ganancia en lugar del beneficio colectivo.
    Y así está el mundo. Donde cada uno prefiere salvarse a sí mismo solamente, aunque eso ocasione el mal de muchos. En vez de esforzanos para compartir, unirnos, crecer, remar todos juntos, amar al prójimo, olvidar rencillas, servir al Eterno con dediación… en vez de todo esto que es tan hermoso, seguimos mirando nuestro ombligo para ver que tan poderosos podemos ser… ¡qué patético!

El tiempo corre cual agua.
Un nuevo Diluvio se avecina, no de agua, pero sí de devastación social.
Estamos percibiendo hace años las señales de esta catástrofe. La idolatría que es poderosa, la mentira que es comprada como verdad, los crímenes que crecen a diario, el miedo, la depresón, la droga, la guerra, la opresión hacia el más débil, el imperialismo que se presenta como víctima y redentora, en fin,  tanto mal que está en el mundo y lo está llevando a un punto de aniquilación.
Y tenemos cada uno la obligación de hacer algo, tal como Noaj la tuvo.
Y podemos escoger, tal como lo pudo hacer Noaj.

  • Podemos ser parte de los que corrompen el mundo, ser "mesiánicos", palurdos, estafadores, terroristas, depresivos que no buscan ayuda, demagogos, indiferentes, corruptos y corruptores, mentirosos, etc. Y si escogemos ser esto… no tenemos salvación, el mundo caerá en un abismo cruel, y la Posteridad será de dolor, mucho dolor.
  • Podemos ser parte de lo que quieren quedarse cómodos en su propia arca. Con su "salvación personal", y quizás dando una mano a alguien en las cercanía. Tránquilos en nuestra pequeña isla de serenidad, creyéndo que por eso no somos parte del mundo que se está yendo a la perdición. Y con este egoísmo estamos siendo colaboradores de los demoledores.
    Y no sirve como excusa el decir que uno no quiere ser parte, o que quiere otro lugar en la organización de noájidas, o que espera que un "rabino" lo salve, o que espera alguna señal, o que todavía no es tiempo, o que no le gusta tal o cual persona de la comunidad de noájidas de su localidad, o que el líder no tiene un pasado perfecto… TODAS EXCUSAS para no hacer otra cosa que buscar fabricarse la propia arquita personal, pequeñita, de salvación propia. Llena de egoísmo y falta de amor. Que finalmente provoca el dolor…

  • Podemos ser parte del gran movimiento que está creciendo a cada minuto. Podemos sumarnos a la gran Arca Mundial que estamos construyendo, que es FULVIDA. Podemos sumar nuestros esfuerzos, para remar todos juntos, unidos, bajo el mismo ideal de servir con amor y fidelidad al Padre celestial. Podemos unirnos a FULVIDA, para difundir la noticia de los tiempos, para dar vida a los que están en penumbras, para sumarnos en vez de restar. Podemos ser socios en la construcción, trabajadores por la salvación colectiva.
    Podemos hacer muchas cosas, aún nos queda un tiempo… pero el tiempo corre cual agua. Cada minuto perdido, es un minuto ganado por los corruptos. Cada no dado a la Causa, es un sí ganado por los destructores. Cada excusa, es un empuje para el mal.

Únete, brinda de tu tiempo, de tu capacidad, de tu inteligencia, de tu trabajo, de tus ideas, de tu dinero, de tus contactos.
El tiempo está corriendo, y no lo podemos detener.
Pero sí podemos detener la calamidad que se está formando.
Podemos y debemos aprender de los errores de Noaj, para que está vez seamos socios en la llegada de la Era Mesiánica, de paz, amor, justicia, prosperidad, vida, bondad y bendición para todos.
Está en ti la decisión.
Únete a los que trabajamos del lado de la Luz.

4 comentarios sobre “El tiempo corre cual agua…”

  1. Que hermosa oportunidad tenemos los Noajidas de construir! que hermoso es el despertar Noajida!; me encantó eso de ser socios en la llegada de la era Mesiánica. Hoy fue un día un poco difícil para mi en lo laboral y emocional sin embargo hoy mismo vi algunos errores y faltas y lo que más me gustó es que tuve la oportunidad de corregir algunas cosas gracias a fulvida mi hogar que me ha ido instruyendo y entrenando.

    Gracias Yahudá!

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