El Problema… (De Actitud)
Una hermosa Fábula que les comparto Seguir leyendo La Ratonera
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El Problema… (De Actitud)
Una hermosa Fábula que les comparto Seguir leyendo La Ratonera
Primero que todo
Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace en menos tiempo de lo esperado.
Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones, la gente que no deja las soluciones al azar.
Me gusta la gente estricta con su gente y consigo misma, pero que no pierda de vista que somos humanos y nos podemos equivocar.
Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo, entre amigos, produce más que los caóticos esfuerzos individuales.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó.
Me gusta la gente que al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente; a éstos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no fallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente que trabaja por resultados. Con gente como esa, me comprometo a lo que sea, ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido
Apreciados señores.
Solicito amablemente su guía en cuanto al problema que desde hace algún tiempo he tratado de enfrentar solo, pero que leyendo su artículos me doy cuenta que lo enfrente mal.
Soy casado hace varios años, la sexualidad con mi esposa es casi inexistente, sin embargo la amo y no quiero separarme de ella, porque eso significa perder a mi hija y echar a la basura nuestros sueños y lo que hemos construido juntos.
En sus artículos dicen que la masturbación es pecado y que por ende se debe evitar y lo entiendo, aún así he preferido hacerlo en lugar de ir a buscar otras mujeres o tener que discutir con mi esposa sobre el tema (como cientos de veces ha sucedido).
He orado, pidiendo al Eterno me ayude con esto, pero tal vez en mi desesperación no he podido ver Su respuesta.
Agradezco su amable orientación.
Roger C., Colombia.
¿Es interesante lo que decimos para quienes nos escuchan o nos leen? ¿Es coherente, lógico, racional, sugestivo, revelador?
Hablamos el idioma del lugar en que nos encontramos. Bien sea en un banco, en el mercado, en el hospital, en una fiesta, y otros. Si esto no fuera así, nuestra comunicación seria ineficaz. Y como ya se dijo antes, una comunicación efectiva se caracteriza porque lo que se piensa se dice bien, además de decirlo con un ánimo tranquilo, seguro de si mismo y agradable.
La manera en que decimos las cosas se compara a bailar. Cuando hay swing de parte y parte, no se sabe quién está dirigiendo. Es decir, en una buena comunicación hay entendimiento entre ambas partes. Pero a veces se baila con alguien al que le cuesta llevar el ritmo. O lo que es, a veces cuesta escribir para alguien que no sepa comprender lo que lee. Leer lo hace cualquiera (mientras no sea analfabeta), pero comprender lo que lee, muy pocos lo hacen.
¿Y cuál es el resultado de la falta de compresión?
Les doy un ejemplo:
Recientemente estuve hablando por chat con una persona respecto a un viaje que teníamos planificado. Le pregunte si ya había conseguido el dinero para el viaje. Me explicó que tenía muchos gastos. A lo que respondí con una “carita llorona”. El resultado fue molestia por parte de la otra persona, me dijo que no lo tratara de llorón, que lo comprendiera. Le pedí que me permitiera ver en dónde lo traté de llorón. Efectivamente no lo había hecho. Le pregunté que me señalara donde lo había dicho. Y su respuesta fue: “la carita llorona deja mucho que pensar”. Me dio mucha risa que me respondiera eso, puesto que inserté la carita llorona para expresar que YO era el que estaba triste y llorón porque esa persona no podría ir al viaje.
Así que, si una simple “carita llorona” causó molestias, con mayor razón lo hará un comentario producto de una deficiente compresión.
Existen cuatro habilidades en cualquier idioma: Hablar, oír, escribir y leer. En la Internet el 95% de las comunicaciones se hacen de manera escrita. Eso significa que para quienes publicamos artículos se demanda de nosotros 95% de habilidad ‘escritora’, y para quienes se dedican con exclusividad a leer artículos se precisa 95% de habilidad lectora..
El problema surge cuando aquellos que nunca en su vida cultivaron el habito de la lectura (y por lectura no me refiero a la prensa, el horóscopo o la lotería) se conectan a un computador y navegan y leen cualquier cosa o leen a fulvida.com, y ven que debajo de cada artículo existe la opción de dejar un comentario. ¡Y comentan!
En lo personal considero que la primera señal de deficiencia a la hora de leer, es dejar un comentario que los hace ver como victimas de las palabras escritas en el artículo. La segunda, dejar un comentario aplastante que pretende hacer ver al escritor como el perfecto ignorante.
Creo que la primera es más grave que la segunda, puesto que tiene el poder de alejar, no al que escribió el artículo, sino al que comenta. La segunda, para el buen escritor-lector, será solamente eso, un comentario más a tener en cuenta o a olvidarlo.
Existen excelentes comentaristas que saben apreciar el trabajo expuesto, además de opinar asertivamente en caso de estar en desacuerdo con alguna idea. Pero también existen aquellos que inundan los comentarios no con opiniones, sino con desatinados desahogos que bien podrían ser tratados en cabalaterapia y colaborarle al Maestro.
Lo que escribimos tiene el poder de acercar o alejar al otro. Pero lo que comentamos tiene el poder de alejarnos a nosotros mismos.
¡Arriba la comprensión!
El sábado anterior fuí a visitar a David a la salida de su trabajo, para pasar un rato ameno, en medio de las complicaciones y obligaciones cotidianas, pizza mediante que amablemente me invitó (!la próxima yo David!jeje). Y bueno, hablamos de todo un poco, de cosas de Fulvida, y de otras generales y cotidianas, alimentando nuestro sentido noájico (¿acaso no es tan simple como eso?).
Así charlamos sobre su idea de tríptico, sobre el cual posteó hace uno o dos días, le ofrecí ayuda con fotocopias en cantidad, donde le puedo pedir ayuda a algún ex compañero de mi trabajo anterior. Luego lo acompañé a elegir un regalo para su papá porque cumplió años y me dí cuenta que David NO SABÍA QUÉ REGALARLE (jajaja), así recorrimos tiendas de ropa, librerías,etc., y él se sentía apesadumbrado porque creía que yo me estaba cansando, pero nada que ver. La pasé muy bien y eso que sólo se trataba de compartir unas cuantas horas, nos reímos con los libros, muchos de los cuales eran idolátricos hasta la médula, otros en cierta medida rozaban el noajismo aunque inconcientemente, y acá fué donde pensabamos qué bueno sería poder editar un libro de noajismo de la talla de los que posteó rquezada, para que pudiera estar en la Feria del Libro que se hace en Buenos Aires cada año (hay que buscar todas las alternativas posibles).
En algún momento le comenté sobre el tema de robar, que según mi punto de vista es MAS GRAVE de lo que ya aparenta, y tomé el ejemplo de alguien que con esfuerzo y trabajo, logra comprarse una campera, sólo para que al levantarse temprano para ir al trabajo sufra menos el frío. Tanto le habrá costado comprarse esa campera; un mes, dos meses de trabajo, esfuerzo, sueño, cansancio, dinero, problemas cotidianos, etc,etc,etc,…para que luego venga un ñato con un cuchillo a revolver a arrebatárselo. Es decir, el tipo no sólo le roba la campera, sino el esfuerzo, uno o dos meses de su vida que ya no vuelven…le roba más que la campera, le roba parte de su vida.
O que la sociedad tiene tan metido e inculcado las costumbres idolátricas o erróneas, decía David, que al actuar en lo cotidiano, de alguna u otra manera se recurre a tales cosas, por más inconsciente que uno actúe. Ejemplo de esto podría ser que en chiste se aludiera a que el judío es tacaño, o que no gasta el dinero, cosas que tuvieron origen en gente que odia a los mismos. Algo que habría que erradicar.
Hablando de estas y varias cosas, estando en el restaurant o caminando en la calle, David notó y luego yo que las personas a nuestro alrededor seguramente nada sabían, de esto, de ser noájida, y lo comparamos un poco con Matrix (la película) en donde siguen mucho durmiendo sin saber de la realidad. Reconocimos que es mucho todavía el trabajo por hacer, y que es apremiante; cada uno dentro de sus posibilidades, para hacer que otros despierten, pero sin perder la calma ni ser fascineroso, inquisidor, o intolerante; sino paciente, amoroso, respetuoso, y por qué no, fuerte.
De cada cosa que hablamos surgieron ideas, las cuales esperamos pronto las podamos llevar a cabo, a pesar a veces de falta de tiempo o recursos materiales, que obviamente son necesarios.
Y algo curioso: al volver ya, estábamos en el tren de regreso, y un pobre mendigo en silla de ruedas se puso casi a nuestro lado, al instante mientras seguíamos charlando, depositamos unas monedas en su latita y seguimos charlando. Al poco rato el mendigo empieza a hablar a todos, deseándonos felicidad, recomendándonos el estudio, gracias a Di-s…y hasta que dijo »gracias a Jesús»…a lo que ni David ni yo pudimos evitar esbozar una sonrisa cómplice aunque no estoy seguro en qué sentido, pero es como si dijéramos: noooo! jajajaja. Y David me dijo en broma: »bueno, al menos las monedas se las dimos antes que lo mencionara», y yo no me animé a pedirle que me devuelva la moneda (broma!). Rara situación si las hay.
Luego David se despidió, bajó del tren, para seguir con su vida familiar, igual que yo. ¡Qué simple y lindo!
Bueno, sólo tenía ganas de improvisar contando algo ameno y cotidiano, que no sé si contruye o no, pero al menos quise dar a conocer la simpleza con que podemos llevar nuetras vidas, y el aprendizaje que somos capaces todos de llevar a partir de una charla común. Shalom.
PD: seguimos hablando a medida que comenten. Bendiciones.
PD 2: hubiera escrito esto en la sección »charlemos», pero como era algo extenso y no tan rápido de leer, lo posteé. Más bendiciones.
Recién un amigo me mostro este video, que me pareció genial y lo quiero compartir, puesto que tiene pequeñas grandes enseñanzas, muchas de ellas coinciden con lo que nos manifiesta siempre el Moré.
Para que aprendamos todos.Shalom.
El sistema educativo, particularmente en Venezuela, ha venido caracterizándose por su deficiente capacidad a la hora de transmitir Valores a las generaciones de relevo.
Miedo, por parte de los maestros, a corregir aquellas actitudes irreverentes que ponen en riesgo el sano desenvolvimiento de la jornada educativa, indiferencia frente a las actitudes violentas de y entre el alumnado, sinvergüencería de parte de los padres y representantes que ven a los docentes como los enemigos de sus hijos, son algunas de las constantes que se presentan en el ámbito pedagógico.
Como docente en ejercicio, he tenido que presenciar y experimentar en carne propia malos tratos provenientes de aquellos que se nos han asignado para formar como “el futuro del país”. Desde las más leves hasta las más graves faltas.
La defensa más común del maestro que confronta a sus alumnos es pedirles respeto: “Yo soy tu profesor, merezco respeto”, decimos. Sencillamente porque nuestro radio de acción está bastante limitado. Algunas veces creemos que seria bueno darle “uno solo, pero bien dado, a ver si aprende a respetar”. Lo cual seria inapropiado, pero no dejaría de brindarnos un mórbido gustico a justicia.
Resultado de tanta falta de respeto es una desmotivación a la hora de prepararse para enseñar y al momento de enseñar. Querer salir corriendo del aula, dejar todo atrás, puesto que nadie agradece lo que haces. Aunque para eso te pagan diría alguno.
En la vida siempre tendremos, de manera implícita o explicita, profesores. También fungiremos (o fingiremos) como tales.
A estas alturas de la vida entiendo que formar pataletas y berrinches por lo que el Moré diga, tratarlo como si fuera “un compinche más del barrio”, subestimarlo a la hora de leer sus críticas, darle la espalda cuando no nos gusta lo que hace, creer que es una obligación suya responder todas mis preguntas y brindarme solución a todos mis problemas, eso y más, son graves faltas de respeto.
Lo vine a entender ahora que en Venezuela terminó el año escolar, y experimenté en cierto sentido lo anteriormente mencionado. Por tal razón volví para trabajar con el Moré Yehudá. Porque como docente me complace encontrarme en la calle a aquél alumno que se mal comportó conmigo, pero que me sigue reconociendo en cualquier lado como su maestro. Y a pesar de todo, aun así, reconoce que mis enseñanzas fueron valiosas.
Ninguno de los que nos concentramos aquí, estamos exentos de dar la espalda, pero de la misma manera, todos estamos en capacidad de volver y corregir, enmendar lo dañado.
Cuando se está en los zapatos del otro, es relativamente fácil entender al otro.
La conclusión: como dicen las mamás “hijo, respete a su profesor”.
Nota: no hay dólares gratis, despierte.
Aunque echando la culpa a otros de lo malo que nos sucede trae como consecuencia que la visión del mundo se cierre, menospreciamos la idiosincracia de la vida, reducimos nuestra imaginación y perdemos capacidad de descubrir como avanzar de manera creativa en la vida, hoy no le vamos a echar la culpa a la vaca, puesto que la culpa no es de ella. Asi que señora vaca, no llore más, no fue usted, fue el que le dicen «el cordero».
¡Así es! Pero, y ¿cómo?
Bueno, la culpa es del «cordero» porque:
Por culpa de él, millones de personas se han desentendido de su misión en la vida y se extraviaron en algo llamado religión.
Por culpa de él, millones de judíos fueron humillados con los métodos más aberrados jamás conocidos.
Por culpa de él, millones de personas se han desligado de la vida social, optando por recluirse en sectas que los han aislado de la realidad (cristianos, evangelicos, católicos, seudo judio-mesiánicos, netzaritas, testigos de J, mormones, y un largo etc).
Por culpa de él ,millones de personas se han sentido el excremento de la tierra cuando les restregan en la cara que son unos pecadores perdidos a menos que acepten al «cordero».
Por culpa de él, millones de personas han perdido años valiosos de su vida, por ocuparse en difundir las podridas y retorcidas enseñanzas del «cordero».
Por culpa de él, millones de personas han perdido su dinero, fruto de su esfuerzo, donandolo a los propósitos nefastos del «cordero».
Por culpa de él, millones de personas han muerto creyendo que fueron predestinados antes de la fundación del mundo para cumplir un inexistente propósito «divino» dirigido por el cordero.
Por culpa de él, millones de personas han vivido pensando que son ‘salvos’, que están ‘limpios de pecado’, libres de sus irresponsabilidades por que creen que «el cordero» les quita la culpa, y así no asumen las consecuencias de sus actos con la responsabilidad que deberian.
Por culpa de él, millones de familias se han dividido: los mundanos y «los salvos por el cordero».
Por culpa de él, en nombre él, gracias a él, por él, muchos han sufrido la muerte física y espiritual.
Por culpa de él, millones han optado por el escapismo, anhelando irse al ‘cielo’, dejando de lado la relevancia de sus vidas aqui en la tierra.
Por culpa de él, millones se desviaron hacia una falsa humildad, viviendo llenos de mugre, poniendo la otra mejilla, «sembrando» sus bienes, despojandose de sus pertenencias, creyendo que eso es ser espiritual.
Por culpa de él, millones de mujeres hermosas dejaron de lado el labial, el tinte de cabello, la ropa bonita, porque habia que lucir «virginal» para ser la esposa del «cordero», y trajo como consecuencia que muchos esposos optaran por ser infieles y mirar hacia afuera donde estaban las bonitas, quedando asi muchos hogares destruidos.
Por culpa de él, millones de jóvenes cambiaron el nombre de sus hormonas, ahora les llaman ‘satanas’. Todo lo que huela a adrenalina es satanizado.
Por culpa de él, millones dejaron de disfrutar su sexualidad, viviendo ‘castos’, con tal de agradar al «cordero».
Por culpa de él, millones de personas, luego que fueron decepcionadas por sus pastores, tomaron la via del libertinaje, cayendo en la prostitucion, homosexualismo, drogas, alcohol, vicios, vicios, vicios…
Por culpa de él, millones se hicieron pasar por judíos sin serlo, cambiaron sus nombres, sus vestimentas, sus costumbres, todo por «el cordero».
Por culpa de él, millones usan frases como: gloria a dios, dios le bendiga hermano, en bendición hermana; creyendo que por decirlas serán más espirituales.
¡Por culpa de él!
Así que, seamos sinceros, la vaca es inocente. La culpa el del ser más despreciable que ha podido existir (si en realidad existió, no creo), ese criminal yeshu -jesús.
No vale la pena desgastar, consumir, usar, debilitar, extenuar, marchitar energias en ese despreciable ser que ha convertido a muchos humanos en automatas que a todo responden sí y amén.
Después de todo, es innegable que la culpa sí es de él.
Nota: El único cordero que me gusta es el que viene acompañado de arroz, papas y ensalada.
El asunto no es decir las cosas, sino como se dicen. No hay palabras mal dichas sino mal interpretadas. ¡Vaya clichés! Excusas que usamos para escudarnos cuando se nos recalca un error por algo que dijimos.
Enojos, iras, frustraciones, y demás actitudes infantiles frente a nuestro corrector, son muestras que en eso de la era de la comunicación no estamos muy al tanto.
Y es que alguien dijo alguna vez que: «la intención es lo que cuenta…» y dimos fe de que asi era. Magna excusa para no concentrarnos en buscar la excelencia en nuestra vida.
Algunos luego que «fracasan» en sus intentos de decir de manera escrita lo que piensa y sienten, optan por dejar de hacerlo y mucho menos por esmerarse en apreder a hacerlo. Se inclinan más a hizar la bandera de la acción, de las obras, del hacer.
No es que hacer no sea importante, lo es. Pero saber decir es hoy tan necesario como saber hacer, porque el decir forma parte importante de la tarea humana.
Así que no se trata solamente de martirizarnos con lo qué hacer, sino saber decir por qué lo hacemos, por qué lo creemos, por qué lo pensamos, por qué lo sentimos.
El dia a dia, la rutina, el vaivén diario, demanda cada vez más el uso de adecuadas y correctas formas de expresión y/o entendimiento.
Muestra de esto es los tropiezos aun prevalecientes en algunas ocasiones para comprender y llenar un simple formulario que indica que aun no se ha hecho lo preciso por dominar con gracia esta demanda actual que es la comunicación.
Para todos aquellos que tienen un hermano mayor, este artículo podria resultar interesante. Para todos aquellos que saben que el pueblo Judío es el hermano mayor de nosotros los gentiles, podria ser significativo.
Estudios recientes han demostrado que, a través de la prueba habitual del cociente intelectual (CI), se ha encontrado que los hermanos mayores obtuvieron un resultado ligeramente mejor que sus hermanos menores.
Se concluyó que aunque el hermano mayor no lo sea biológicamente, por perdida o fallecimiento de uno o más hermanos antes que él, la diferencia en el CI está presente, siempre que se haya criado como hermano mayor. Significa que la categoria social marca la ventaja intelectual y no el lugar biológico en el que se llegó a este mundo, dejando de lado que la diferencia sea de orden genético.
¿Y por qué esto es así?
-Se dice que el rol de tutor que ejerce el hermano mayor, le ha otorgado mejoramiento en las habilidades cognitivas que luego se hacen evidentes al confrotarlas con situaciones que demandan soluciones.
-Tambien se supo que los hijos únicos no sobresalen como los hermanos mayores, puesto que a diferencia de ellos, no tienen a quien tutelar.
-Curiosamente se encontró que al realizar la prueba antes de los 12 años de edad, los hermanos menores salieron mejor que los mayores, esto se debe a que hasta esa edad, el hermano mayor degrada su entorno intelectual, pero la situación cambia cuando el mayor comienza a enseñar lo que sabe al menor.
Hasta aqui lo interesante.
Ahora pasemos a lo edificante a base de lluvia de ideas:
– El pueblo judío es nuestro hermano mayor. Por tanto son ligeramente mejores que nosotros.
-La inteligencia del pueblo judío no está basada en genes. Muestra de eso es que si un gentil quiere pasar a ser ‘hermano mayor’, existe la posibilidad de hacer conversión, lo cual implica acceso total al legado, o sea a ser ligeramente más inteligente. Sabiendo que se enfrentará a situaciones nuevas que demandarán mayor y mejor capacidad de su parte.
-El pueblo judío es nuestro tutor. Queramos lo gentiles aceptarlo o no, de Tsión saldrá la Torá. A ellos se les reveló la Torá, esto es: Sabiduria, Conocimiento, Entendimiento y más. Así que a oir con atención al hermano mayor comprometido con la responsabilidad que el Padre le dio, a dejarlo cumplir con su parte, a ayudarlo con todo lo necesario en el cumplimiento de su tarea, pero sin estorbar.
-Los hijos únicos, digamos, los que son mayores pero no asumen compromiso de tutela, podrian ser aquellos que no han aceptado que tienen un hermano menor a quien guiar. Aquellos que siendo hermanos mayores son indiferentes con los gentiles.
-Los gentiles, un dia en la historia, fuimos tan sabios como el hermano mayor, hasta que nos desviamos del camino correcto y rechazamos la Torá, pero el hermano mayor asumió con responsabilidad el compromiso que el Padre les planteaba.
-Si todos los gentiles asumieramos completamente el compromiso con las Siete Leyes dadas a papá Noaj, entonces nuestro hermano mayor podria dedicarse con absoluta entrega al estudio mucho más profundo de su herencia.
Conclusión:
No se trata de aceptar que somos menos inteligentes que el hermano mayor, ni que estamos privados de ser como él, puesto que quien piense así no ha entendido de qué se trata su identidad.
Se trata de saber que tenemos a un hermano mayor en quien confiar, a quien acudir, en quien refugiarnos. Tenemos a un hermano mayor que nos puede enseñar como afrontar las nuevas situaciones.
Y, el hermano mayor que se ha dedicado a tutelarnos con tanta paciencia, Yehuda Ribco, gracias por ser el hermano mayor que está ahi, a pesar de las pataletas que como hermanos menores armamos.
¿Alguna idea para compartir?
Basado en este artículo.