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Resp. 65 – Vestimenta y actitud recatada

Shalom More Ribco 
Es importante la vestidura de la mujer noájida debe o no usar pantalones o faldas o como debe ser, aclarenos este punto
Gracias un abrazo, sigamos construyendo shalom.
Mario Hinestroza
Isla de Margarita, Venezuela

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Resp. 44 – Objetos para la auto-sugestión

Shalom More
Necesito me explique lo siguiente sobre la idolatria ,en el libro de El camino del Gentil Justo en el capí­­tulo 6 parte 4.13, dice:
«Uno no necesita ser estricto respecto a vestir una medalla en el cuello «para la suerte» cuando viaja (por ejemplo), en tanto que la imagen sobre la medalla no es venerada.»
Mi pregunta es
1- ¿esta permitido llevar algun amuleto como suerte para un determinado fin?
2- ¿que significa aqui la palabra suerte?
Mi duda no esta en la medalla ni en la imagen, o es un todo y no lo estoy entendiendo,gracias por su respuesta.
Le saluda
Norma M.
Chile

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Ahmadinejad: su nombre dice algo.

Elias Farache es un excelente columnista del semanario de la comunidad judía de Caracas, Nuevo Mundo Israelita, les propongo leer este artículo muy detenidamente, para que nuestras observaciones sobre el conflicto que genera el Imperio Árabe-Musulmán, sean fortalecidas por las palabras del Sr. Farache.

Acoto que, tanto el artículo, como todo su contenido es propiedad de Elías Farache y de Nuevo Mundo Israelita.

 

El presidente de Irán ha resultado una figura muy triste para el mundo judío. Su nombre es también muy particular.

Ahmadinejad es un valiente, por inconsciente. Una persona capaz de expresar su profundo sentido antijudío y antisonista sin tapujos. Niega el Holocausto y llama a borrar a Israel del mapa sin vergüenza alguna. No le importan las consecuencias de sus palabras ni de sus acciones: se cree intocable. Hasta ahora lo ha sido.

Uno se pregunta si un hombre así puede andar libre por el mundo, como jefe de Estado de un país relativamente poderoso. La respuesta es sí. El mundo teme irritarlo y pagar las consecuencias de su irritación. Se sabe que tolerarlo puede acarrear males mayores después, pero se prefiere esperar ahora, cambiar tiempo por terror a futuro.

Como de costumbre en estos casos, los judíos estamos más afectados. Si somos judíos, por sionistas; si somos sionistas, por judíos.

En su última entrevista a la revista Time, que tuvo lugar en La Habana, Cuba, durante la reunión de los No Alineados en septiembre del 2006, Ahmadinejad habla sobre su programa nuclear y, sin la menor vergüenza, vuelve a afirmar que Israel no debe existir, con argumentos que tienen una profunda raigambre: los judíos no tienen derecho a un Estado, y menos aún, en el territorio entre el mar Mediterráneo y el río Jordán.

A la pregunta de si al decir que Israel debe ser borrado del mapa es mera retórica o realmente es su intención, responde:

“La gente en el mundo es libre de pensar en la forma que quiera. Nosotros no insistimos en que cambien sus puntos de vista. Nuestra posición acerca de la cuestión palestina es clara: nosotros decimos que una nación ha sido desplazada de su tierra. Palestinos son asesinados en sus propias tierras por aquellos que no son sus pobladores originales, que han venido de partes remotas del mundo. Nuestra sugerencia es que cinco millones de refugiados palestinos regresen a sus casas y que entonces el pueblo entero de esas tierras lleve a cabo un referéndum y elija su propio sistema de gobierno. Esta es una forma democrática y popular”.

A la pregunta de si cree que los judíos tienen derecho a su propio estado, Ahmedinejad responde:

“No nos oponemos a ello. En cualquier país en el cual la gente vote para que los judíos accedan al poder, es asunto de ellos. En nuestro país, los judíos viven y están representados en el parlamento. Pero los sionistas son diferentes de los judíos”.

 

Inmediatamente el entrevistador le pregunta si los judíos de Irán no han de sentirse heridos por sus comentarios, que niegan que seis millones de judíos hayan sido asesinados en el Holocausto:

“Acerca del Holocausto, yo sólo he hecho algunas preguntas. Y no recibí respuestas a ninguna de ellas. Dije que durante la Segunda Guerra Mundial, cerca de sesenta millones fueron asesinados. Todos eran seres humanos y tenían sus propias dignidades. ¿Por qué sólo seis millones? Y si esto hubiera sucedido, entonces es un evento histórico. ¿Por qué no se permite investigación independiente?”.

El entrevistador le reitera que se ha hecho investigación masiva sobre el tema:

“Ponen en prisión a quienes tratan de investigar. Acerca de eventos históricos cualquiera debe ser libre de conducir investigaciones. Asumamos que el Holocausto tuvo lugar. ¿Dónde tuvo lugar? Entonces, ¿cuál es la falta del pueblo palestino? Estas cosas son bastante claras. Estamos esperando por respuestas”.

Existe un principio básico que los judíos debemos respetar: no discutir con antisemitas. No tiene sentido. Alguien que odia a los judíos porque sí no puede ser convencido de la falta de culpa de estos últimos. Cuando se aclara algo, es sólo para que terceras partes no sean influenciadas ni confundidas por estos bárbaros.

El presidente de Irán se ubica en el grupo de revisionistas del Holocausto. Trata de minimizar el evento, comparando la muerte del total de víctimas de la Segunda Guerra Mundial con los seis millones de judíos. Lo que no dice, ni nunca dirá aunque lo sabe perfectamente, es que los seis millones de judíos murieron asesinados sólo por ser judíos. Se buscó a quienes tenían hasta un abuelo judío para ser deportados y asesinados, en aras de una limpieza étnica y racial sin precedentes en la historia de la Humanidad. Se asesinó judíos de Alemania y de cada país en el cual el régimen nazi se hacía del control, se mató ciudadanos que no estaban “en combate” ni mucho menos. Se asesinó judíos que eran ciudadanos alemanes y de países del Eje, así como a judíos de países en conflicto, ocupados o en vías de ocupación… porque eran judíos. Con sus palabras, Ahmadinejad quiere confundir al mundo. No ha de lograrlo.

Para rematar su argumentación, niega la vinculación de los judíos con la tierra de Israel. Cuidado. Si el Holocausto no hubiera ocurrido, de igual manera el Estado Judío hubiera tenido que crearse. El derecho de autodeterminación de los judíos en su territorio ancestral no es un concesión del mundo al sufrimiento que le inflingió a los judíos. El Holocausto sensibilizó y aceleró quizás el proceso, pero el derecho de los judíos a su autodeterminación territorial es independiente de ello. Tratar de “reubicar” a los judíos en Europa como compensación por los daños causados es otra vil estratagema de lógica antijudía.

Lo peligroso del presidente de Irán no es sólo su posición y sus declaraciones, sino el espacio y cobertura que tiene. En una semana ha sido la vedette de los medios de comunicación: una portada en Time, la revista quizás de mayor circulación en el mundo; derecho de palabra en la conferencia de los No Alineados y la cobertura que ella tuvo; visita a Venezuela a todo trapo; derecho de palabra en la ONU, nada menos que en la propia ciudad de Nueva York, con un despliegue de televisión y prensa escrita sin muchos precedentes. Sin duda que algunas de sus declaraciones, si no convencen, al menos pueden generar cierto cuestionamiento y confusión sobre verdades históricas.

Ahmadinejad es un peligro porque revierte la carga de la prueba. Somos víctimas de la Shoá, con millones de familias que sufrieron la pérdida de familiares y debemos salir a explicarlo y demostrarlo. Somos judíos y los únicos en tener un Estado (reinado) independiente en lo que hoy es Israel, con derechos religiosos, históricos y nacionales… y debemos argumentarlo. Es como si alguien nos reclamara en la calle que la camisa que vestimos no es nuestra, y so pena de no presentar en el acto la factura, se nos acusara de vestir una camisa que no es propia. Y el mundo le da mucha cancha, mucho escenario a semejante personaje.

Ahmadinejad es un nombre que se presta a un juego de palabras en hebreo: Ahma-Din-Ejad. Ahma tiene las letras de Amán, el célebre ministro del rey Asuero en la Persia de la historia antigua, que quiso eliminar (borrar del mapa) a todos los judíos. Una serie de casualidades (causalidades divinas) impidieron que llevara a cabo esa fechoría. Murió en la horca, de la misma manera que pretendía ejecutar a su archirival judío y miembro de la corte del rey, Mordejai (Mardoqueo). Para todos los “Amanes”, los enemigos del pueblo judío, los antisemitas de profesión y convicción, hay un juicio único, un Din Ejad (juicio único en su traducción del hebreo). Curioso este nombre. Ahmadinejdad: Ahmad, tu juicio es uno, único.

Quiera Dios que el presidente de Irán quede sólo en las palabras, y además, que estas nos sean oídas, mucho menos creídas.

 

 

 

Elías Farache S.

 

Amor Fraternal

Hace mucho, mucho tiempo, en la región donde se levantaría Ierushalaim, la ciudad sagrada, vivían dos hermanos. Eran labriegos, y cultivaban la tierra que habían heredado de su padre. El hermano mayor era soltero. El menor era casado y vivía con su esposa y cuatro hijos pequeños. Los hermanos se amaban tanto que no querían dividir el campo entre ellos. Araban, sembraban y cosechaban juntos. Y el producto del trabajo en común era repartido por partes iguales.

Cierta noche, en tiempo de cosecha, el hermano mayor se acostó a dormir. Más no pudo conciliar el sueño. “Heme aquí – se dijo – solo, sin mujer y sin hijos. No tengo que alimentar ni vestir a nadie. Mi hermano, en cambio, tiene la responsabilidad de una familia. ¿Es justo entonces que compartamos nuestras cosechas en la misma proporción? Sus necesidades son mayores que las mías”

A medianoche se levantó, tomó una pila de gavilla de trigo y las llevó al campo de su hermano. Luego volvió a su tienda y se durmió en paz.

Esa misma noche tampoco pudo dormir su hermano, pues pensaba en él. “He aquí que cuando sea viejo mis hijos me cuidaran, pero ¿qué le sucederá a mi hermano? ¿Quién cuidará de sus necesidades? No es justo que compartamos nuestras cosechas del mismo modo”. Así que se levantó, reunió un montón de gavillas de trigo y las condujo al campo de su hermano, dejándolas allí. Hecho esto, se acostó nuevamente, y se durmió en paz.

Cuando vino el alba ambos hermanos se extrañaron sobremanera de encontrar la misma cantidad de trigo cosechado que había dejado la noche anterior. Pero no se comunicaron el asombro que les había causado el suceso.

A la noche siguiente repitió cada hermano lo que había hecho antes. Y a la madrugada tuvieron motivo nuevamente para asombrarse. El número de gavillas en cada campo no había variado.

Pero en la tercera noche, cuando ambos hermanos repetían el traslado de gavillas, se encontraron en la cima de una colina. Inmediatamente comprendieron lo que había ocurrido. Embargados por la emoción, dejaron las gavillas y se abrazaron, llorando de gratitud y felicidad. Luego retornaron a sus tiendas.

El Señor contempló con suma complacencia esta demostración de amor fraterno, y bendijo el lugar donde se había llevado a cabo. Y cuando el Rey Salomón construyó el Templo, lo hizo precisamente en ese sitio, del cuál la paz y el amor confluyen hacia todo el mundo.