Archivo de la categoría: adan

Resp. 758 – Cual es la imagen y semejanza de D…

Iztvan nos consulta:

En el Génesis (Beresit?) se nos dice que Adan, el hombre, fue creado a imagen y semejanza de Hashem, si D… es espíritu, de dónde se tomó la imagen del hombre? Los mormones afirman que el Creador le dió forma al hombre: dotándolo de un cuerpo de carne y hueso a su imagen ysemejanza… Gracias por sus comentarios.
Esteban Zelaya, 37, profesor, México, D.F., México

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Resp. 739 – Padrinos judios para sede fisica y libros?

periodista nos consulta:

¿No se podria pedir colaboracion a la Comunidad Judio y/o a la Embajada de Israel, para que colaboren con Fulvida a fin de imprimir tematicamente libros que tenemos en archivoa y contar con sede para actividades sociales, comunitarias y de expansion noajica?
Nerio Quiñones,58,periodista/traudctor,Parana,Argentina

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liberacion tras 12 años de secuestro libre como los noajidas

No saben cuán asombroso es volver a ver civilización», dijo Pablo Emilio a los medios de comunicación en sus primeras palabras tras su liberación.

El sargento, que dejó entrever que analiza si sigue o no en el Ejército, dijo sin embargo que lo que vivió en estos 12 años de cautiverio lo soportó «por amor al uniforme». «En todo este tiempo he conservado mi uniforme, he soportado por amor a la institución -dijo el sargento-. Respeto la Constitución como soldado y ciudadano».

Moncayo no trajo cartas, pero sí noticias de dos secuestrados: el coronel Yesid Duarte y el sargento Libio Martínez, que era con él el secuestrado más antiguo en manos de la guerrilla de las Farc. Ahora ostenta solo ese triste reconocimiento: «Solicitan que alguna ONG internacional ayude a su libertad (…) Manifestaron que sus vidas corren peligro. Por eso este mensaje, para que tomen nota».

El suboficial, que se fue de su casa a los 19 años y que regresa como un hombre de 31, no ocultó su sorpresa por todos los avances tecnológicos. «Ha sido bello el recibimiento, no saben cuán asombroso es volver a ver civilización», dijo.

Sobre las Farc y cómo fueron sus más de 12 años en cautiverio no quiso opinar. Lo que sí dijo fue que esa guerrilla «existe, es una realidad que no se puede negar». «Parecen invisibles, pero ahí están», anotó.

Moncayo agradeció por su liberación a los presidentes de Ecuador, Venezuela y Brasil, que, aseguró, pidieron y lograron «un gesto de paz» de la guerrilla y señaló que la labor de la senadora Piedad Córdoba fue «incansable» para lograr que regresara a su casa después de todos estos años.

«Yo sé que muchos salen con el síndrome de Estocolmo, recuerdo que un periodista de Radionet nos calificaba a los de Patascoy como guerrilleros. Eso me dolió porque yo he conservado mi uniforme, he soportado estos años por amor al pueblo de Colombia y a la institución a la que pertenezco. Respeto la institución como soldado que soy y como ciudadano que soy de Colombia», señaló Moncayo.

Agregó que su familia «ha cambiado mucho. El cambio es radical, más sin embargo siguen siendo aquellos seres amorosos que siempre me han brindado su apoyo».

Sobre la caminata de su padre, desde Sandoná hasta Bogotá,  dijo que tuvo que verla sufriendo una enfermedad que lo tuvo caminando siete meses en muletas. «Para mi fue demasiado duro ver a mi padre en esas circuinstancias o, no tanto no verlas, porque oí todo por radio».

Aseguró estar maravillado con los actuales avances tecnológicos: «Todo ha cambiado, la tecnología me deja admirado, lo poco que he visto hasta ahora».

La llegada

Tras doce años de espera, Pablo Emilio Moncayo se abrazó, en libertad, con su familia. A esta hora, se dirige a los medios.

A las 5:35 de la tarde la aeronave carreteó y se abrio la puerta. Al bajar, Moncayo le hizo a su padre, quien corría a gran velocidad, una señal de ‘tómalo con calma’.

Luego se fundieron en un enorme abrazo. La hermanita, a quien el sargento no conocía, y el resto de la familia, le dieron claveles blancos.

La familia, padre, madre e hijo, caminaron tomados de la mano por la pista del aeropuerto de Florencia. Gustavo y Pablo Emilio levantaron los brazos en señal de victoria.

A través de su cuenta de Twitter la senadora afirmó que Pablo Emilio les trajo a sus familiares «una olla llena de carne» y «dos loritos».

La congresista Piedad Córdoba, por su parte,  explicó a los medios detalles de la liberación. Contó que llegaron a un sitio donde recogieron a dos guerrilleros. De ahí partieron con los subversivos a otro punto donde, después de una hora, se reencontraron con Pablo Emilio Moncayo.

En la zona de liberación recibieron comunicados de la población y de los guerrilleros. Una hora y media después de haber llegado al sitio apareció el sargento. Piedad Córdoba aseguró además que no se dieron cuenta en qué momento se grabaron las imágenes publicadas por Telesur.

«El Comité Internacional de la Cruz Roja expresa su gran satisfacción que ambas misiones humanitarias se hayan podido llevar a cabo con éxito gracias a los esfuerzos conjuntos del Gobierno y la Fuerzas Pública de Colombia, del Gobierno de Brasil, de los miembros de la comisión de Colombianos y Colombinas por la Paz, de la Iglesia Católica, así como de las Farc-Ep», dijo Adolfo Beteta, vocero del CICR.

Y agregó: «Como Institución humanitaria, neutral, imparcial e independiente, el CICR reitera su disponibilidad, en cualquier momento, para facilitar la liberación de otras personas privadas de libertad, así como la entrega de los restos mortales del mayor de la Policía Julián Ernesto Guevara a su familia».

Por su parte, el presidente Álvaro Uribe Vélez se mostró alegre con el regreso del sargento Moncayo, le dio la bienvenida y agregó que «Colombia recibe con los brazos abiertos a quienes regresan del cautiverio y rechaza con la mayor firmeza a los secuestradores».

También expresó su gratutud «al Gobierno del Brasil; al Comité de la Cruz Roja Internacional; nuestra gratitud a la Iglesia Católica» y «al Alto Comisionado, por la tarea que han cumplido».  

La lluvia puso en peligro la operación

La operación sin embargo, fue accidentada y por poco se frustra por culpa de las lluvias.

Desde que comenzó el día, las nubes grises que se posaron sobre Florencia despertaron la preocupación entre quienes esperaban, en la capital del Caquetá, la liberación.

Los primeros en llegar fueron decenas de periodistas, a las  5 a.m.,  que libraron una batalla campal por los mejores puestos bajo unas carpas que estaban al lado de la pista del aeropuerto Gustavo Artunduaga.

En ese momento se esperaba que la operación, como en Villavicencio, comenzara hacia las 9:00 de la mañana a pesar de que una leve llovizna caía sobre los dos helicópteros de la fuerza aérea brasileña, que desde ayer en la tarde estaban en Florencia.
Dos horas después, a las 7:00 a.m., la preocupación se sentía entre quienes esperaban que comenzara la operación. Un fuerte aguacero se desató sobre la capital del Caquetá.

El defensor de derechos humanos Iván Cepeda, quien apareció durante una corta escampada, decía que a pesar del mal tiempo tenían pensado que el operativo comenzara a la hora prevista.
Pero los fuertes aguaceros, que no dieron tregua las horas que siguieron, hicieron que los rumores llenaran de incertidumbre el ambiente.

Hacia las 10:00 se hablaba de que la operación estaba en un «punto de espera». Que en el lugar donde la guerrilla esperaba a la comisión con el militar secuestrado estaba lloviendo mucho más que en Florencia. Y que, incluso, todo podría cancelarse si el tiempo no mejoraba hacia el medio día.

Una hora después apareció en el aeropuerto, sonriente, monseñor Leonardo Gómez Serna, el representante de la Iglesia Católica en el proceso. Él, que llegó con el profesor Gustavo Moncayo y su familia, contó que se había pasado la mañana pidiendo al cielo para que la lluvia se detuviera.

«Estábamos orando para que deje de llover. Lo hice con el profesor, su familia y toda Colombia» dijo el cura. Y agregó, que a pesar del mal tiempo, Gustavo Moncayo había pasado la mañana inmensamente feliz. Las oraciones de Gómez y el profesor Moncayo, al parecer, dieron resultado.

Uno minutos después el comisionado para la paz, Frank Pearl, llegó hasta la pista del Gustavo Artunduaga para decirle a los periodistas que el clima había mejorado y que los militares brasileños que conducirían en el helicóptero, acababan de informarle que ya podían partir hacia la selva para traer al sargento de regreso.

Y entonces, pocos minutos después, apareció Piedad Córdoba. Vestida completamente de blanco, caminó a paso rápido hacia el Super Cougar que los llevaría a la zona de la liberación. No dio declaraciones, tan sólo se asomó por la ventana de la aeronave y saludó.

Acompañándola estaban seis miembros de la tripulación de Brasil, dos delegados del CICR, un médico y monseñor Leonardo Gómez Serna.

A través de su cuenta de Twitter, la congresista contó algunos detalles del despegue, como la oración que hizo el obispo de Magangué quien dijo que hablaría «con su jefe en el cielo» para que la operación humanitaria fuera exitosa.

Y entonces, a las 11:18 de la mañana, tras más de tres horas de incertidumbre, por fín el helicóptero alzó vuelo. De inmediato, el padre del sargento, el profesor Gustavo Moncayo, su hija Yuri Tatiana y la mamá del oficial, Estela Cabrera, se fundieron en un abrazo en el que no faltaron las lágrimas.

En el aeropuerto ya no se respira un ambiente de incertidumbre. Y el profesor Moncayo espera con su familia sobre la pista que llegue, de una vez por todas, el sargento, su hijo.

ALBERTO MARIO SUÁREZ
CARLOS ALBERTO GONZÁLEZ
Enviados especiales de ELTIEMPO
Florencia (Caquetá)

¿Qué te dice el profeta Isaías, hermano noájida?

Hay noájidas que prefieren desoír la ley del Eterno, con muy buenas intenciones por cierto, y se ponen a estudiar Torá, a disertar sobre profetas, a balbucear acerca de pasajes del Zohar, o referirse al Talmud como si fuera su libro de cabecera.
Cuando, sin lugar a un milímetro de duda, la ley del Eterno es muy clara: la Torá (Escrita y Oral, escritos proféticos, escritos sacros, escritos rabínicos, etc.) son del pueblo judío y para el pueblo judío y el gentil que se apropia de ellos está incurriendo en delito grave. Terrible es el perjuicio espiritual para el gentil que se dedica al estudio de la Torá, tal como queda certificado por la norma sagrada:

Un gentil que se dedica al estudio de la Torá, se hace merecedor de la pena de muerte (judicialmente). Solamente debe dedicarse el gentil a estudiar de la Torá aquello que refiere a los Siete Preceptos Universales.
Así mismo, un gentil que hace shabbat incluso en cualquier otro día de la semana, si lo propone como Shabbat se hace merecedor de la pena de muerte (judicialmente).

Ni que decir si ha hecho para sí una festividad de guardar.En general no tienen derecho a inventar una nueva religión ni ejecutar los preceptos de los judíos (que están en la Torá) según su voluntad.Si quiere cumplir con los preceptos de los judíos, que se convierta legalmente al judaísmo y tome sobre sí la responsabilidad de cumplir con los preceptos; si no se convierte, que solamente se dedique a sus mandamientos universales, que no añada a ellos ni les quite.

Si se dedicó al estudio de la Torá (usó tefilín, vistió talit, puso mezuzá, se circuncidó “religiosamente”), o al Shabbat, o inventó mandamientos o festividades religiosas, debe ser castigado; y se le informa que se ha hecho legalmente merecedor a la pena de muerte, pero que su pena no se lleva a ejecución”.

(Maimónides, Mishné Torá, Hiljot Melajim 10:9)

No hay excusas, no hay justificaciones, no hay argumentos, no hay reclamos que valgan, puesto que la ley es muy específica y no deja lugar a pretender otra cosa.
El gentil que hace algo diferente, por más buena voluntad que ponga, está violando la ley de Dios.
El gentil que sabiendo esto se deja arrear como oveja a supuestas clases de Torá -que no corresponden a los límites noájicos- está también violando seriamente la ley de Dios.
El judío que sabiendo esto corrompe el camino del noájida, está pecando seriamente y peor aún, haciendo pecar a otros, cosa que es detestable en gran manera por el Eterno.

Así pues, si desde el púlpito, desde la internet, desde tu grupo de amigos, desde el antro en donde se reunen algunos a rumiar sobre el Tania o jasidut o Cabalá, etc., desde donde sea, cuando no se está respetando este mandato, se está yendo directamente en contra de Dios.

Ahora bien, hay gente que sabiéndolo igualmente inventan pretextos para eludir el texto de la ley, y se ponen a inventar con que el profeta Isaías si es permitido leer y estudiar por parte del gentil.
¿Qué excusa elaboran para hacer convincente esto?
Realmente, no se me ocurre ninguna, porque, leyendo y releyendo cada uno de los párrafos del profeta, solamente veo temas referidos directamente al pueblo judío, a su presente (de hace 2700 años) de ellos, a su futuro, a sus problemas, a su sociedad, a su relación con Dios, a sus despistes, a su gobierno -presente y futuro-, a promesas de una Era Mesiánica que dará al fin armonía y paz a la nación judía, etc.
Circunstancialmente, escasamente, en pocas veces se menciona a los gentiles, la más de las veces para condenar a aquellos de entre las naciones por sus abusos , sus agresiones, su maldad hacia los judíos. Y en algunas oportunidades, contadas con los dedos de una mano quizás, se refiere a los gentiles de forma positiva.
Y esto no es a causa de racismo espiritual por parte del profeta, no es porque Dios no se acuerda de sus hijos de las naciones, no es porque se desprecia a los gentiles, sino lisa y llanamente porque el profeta trabajaba para, entre y por sus hermanos: los judíos.
Al igual que el resto del Tanaj, se trata de asuntos judíos, para judíos, por judíos.
No es una obra dedicada a la humanidad, sino directamente a los judíos y sus circunstancias.
Claro, como los judíos están en el mundo, y el mundo es obra de Dios, y parte de la tarea judía es de ser guías para sus hermanos gentiles, a veces también se toca al pasar la relación con las naciones.
Pero, y que quede claro, el mensaje del Tanaj va dirigido a los judíos, trata de temas de interés para judíos y no se pretendía en su origen (ni en su historia, ni en su destino) que se convirtiera en el best-seller de las naciones del mundo.
Por supuesto que aquello que es apropiado para los noájidas, enseñado por quien corresponde y como corresponde, resulta de enorme bendición para todos.
Pero, esto no da carta libre para que cualquier predicador o ayudante de pastor evangélico se crea capacitado para hacer del Tanaj SU libro, ni dar clases referentes a él, ni tampoco un mesiánico, ni un noájida leal, ni un noájida confundido, ni un budista, ni…. ni ningún otro gentil.
Reitero, para que nadie se sienta ofendido, no es por una cuestión de discriminación negativa hacia los gentiles, sino sencillamente porque los temas no son dirigidos a los hijos de las naciones. Tal como ningún boliviano se puede sentir ofendido o discriminado su la constitución y códigos legales de Indonesia no dice ni una letra acerca de Bolivia y los bolivianos, o si las leyes no se aplican en suelo boliviano y a ciudadanos bolivianos. ¿Se comprende?
Espero que sí, porque teniendo la mente limpia y clara, no castigada por los eslóganes enfermizos de la idolatría y del EGO, es muy sencillo de entender, admitir y compartir.

Ahora, ya que hablamos del profeta Isaías, quiero comentar brevemente un pasaje del mismo:

«Los ajenos estarán presentes y apacentarán vuestras ovejas, y los hijos de los extraños serán vuestros labradores y vuestros viñadores.
Y vosotros seréis llamados sacerdotes del Eterno; servidores de nuestro Elokim os llamarán.
«
(Ieshaiá / Isaías 61:5-6)

Perstemos atención a lo que es una VERDADERA profecía mesiánica, y no esa payasadas que los seguidores del patético colgado quieren hacer creer.
En esta profecía, de la que extrajimos solamente un parrafito, se menciona a los gentiles en la Era Mesiánica, y se menciona a los judíos.
Los gentiles, llamados aquí «ajenos» e «hijos de los extraños», ¿a qué se dedican en la Era Mesiánica?
Veamos… sí, a cuidar del ganado, a trabajar en las cuestiones de la tierra.
Y los judíos, ¿a qué se dedican, según profetiza Isaías?
Veamos… sí, a ser ministros del Eterno, a ser Sus «representantes» en la tierra.

Dime tú querido noájida que te crees valiente como para arremeter con el libro de Isaías, sabiendo que no debes hacerlo; dime, ¿que te enseña este pasaje?
¿Acaso no te enseña que te dejes de hacer religión y te dediques a las cuestiones productivas de este mundo?
¿No te dice, sin dudas, que tu rol sagrado, realmente mesiánico, como gentil es cuidar de que este mundo esté en orden?
¿No está profetizado que debes trabajar la tierra, desarrollarla, hacer que la construcción de shalom sea una realidad en este mundo?
¿No ves que te indica claramente que dejes de usurpar identidades, que dejes de pretender lo que Dios no te ha dado y que no te vengas a mandar la parte de que eres un ministro o líder religioso, cuando eso está absolutamente por fuera de tu competencia  y destino sagrado?

Así pues, zapatero a tus zapatos.
Dios, en su infinita bondad y sabiduría te ha dado un rol excelente: construir shalom en este mundo, a través del cumplimiento de los Siete Mandamientos y sus derivados.
Si haces eso, que los «religiosos» desprecian por considerarlo «poco espiritual», si vives construyendo Shalom, estás siendo 100% espiritual, estás viviendo como Dios te manda, estás ganando tu porción enorme de placer en la eternidad.
Debes dejar que la Torá, la parashá, el shabat, las festividades judías, los símbolos judíos, el idioma de los judíos, la modalidad espiritual de los judíos, sean de los judíos, porque es es lo que Dios ha mandado que hagas.
Pero, si te pones terco en seguir con las mañas del evangélico-mesiánico, que pretende ser mejor judío que el judío, que pretende que todos somos Israel en espíritu, que pretende y pretende lo que no es ni le pertenece… te estarás apartando de la sagrada senda que Dios te ha dado.

Puedes mirar para otro lado, tapar tus oídos, inventar maledicencias acerca de este humilde maestro, burlarte de la sagrada obra de FULVIDA, creerte superior porque te sabes un par de versos del Talmud, amigarte con un rabino mediático, puedes hacer lo que te plazca, pero no es a mí ante quien rendirás cuentas, sino ante Dios.

Ese Dios al que dices servir, al que dices desear adorar, y creo que sinceramente es lo que deseas hacer, pero estás fallando por dejarte llevar por tu ambición, por tu torpeza espiritual, por tu vanidad, por tus sentimientos infantiles, aunque tengas edad para ser mi padre…

Resumiendo, en la sociedad con Dios puedes hacer tu parte, o inventarte otra.
Si haces tu parte, eres realmente un socio de Dios.
Si inventas, pasas a ser una piedra en el camino, un estorbo, o peor aún, un pozo abierto delante del ingenuo que te sigue por el camino de falsedad que con total buenas intenciones has abierto.

Tienes tu porción sagrada, que se llama Siete Mandamientos.
Tienes las noble y sagrada tarea de construir Shalom, de dedicarte a pleno a este mundo, para vivir bien aquí y en la eternidad.
Deja a los judíos con sus cosas, que ellos ya tienen suficiente con sus propios asuntos como para tener que estar ocupándose de los tuyos.

Adelante, a crecer, a construir Shalom.


¿Dónde encuentras la bendición?

Hay una mentalidad sometida por el EGO que supone a la «bendición» como un asunto netamente material.
De esto se aprovecha la astuta religión, para hacer ver que aquella persona que es exitosa materialmente (tiene salud o la recupera, tiene dinero o lo obtiene, cambia de auto por uno más grande, etc.) es bendita por el dios de esa religión.
Ellos dirán astutamente que si el rico/sano/próspero/exitoso es alguien que no sigue esa doctrina, seguramente es porque tiene un pacto con satanás, o algo malo habrá hecho para parecer «bendito», tal dirán los sometidos a la religión de los que son libre de ella y aún así exitosos.
Por supuesto que si alguno deja de ser parte del rebaño de los adoctrinados por la fe, se libera, adopta su condición de noájida, y no le va tan bien en lo material, de inmediato dirán los difusores de la idolatría que es a causa de haber dejado la «bendición» de Jesús.
Pero, si el que se ha liberado prospera, se sana hasta del cáncer, fortalece su familia, lleva una vida de plenitud, entonces los seguidores del dios colgado dirán que es obra de satanás, o le harán un cerco para no permitir que nadie se comunique con esta persona. Claramente harán todo lo que puedan para hacer fracasar al liberado de la religión, hablarán mal de él, lo insultarán, amenazarán, presionarán, dejarán de comprarle, arruinarán sus negocios, todo lo que puedan, casi casi al mejor/peor estilo mafioso.
Ustedes pueden corroborar lo que digo viendo alrededor y contando sus historias personales o de personas que ustedes conocen.

Así pues, hay gente encerrada en la religión que tiene abundancia material, pero también los hay entre aquellos que se reconocen como noájidas y han roto los lazos con la religión.
Como que hay gente seguidora de Jesús, o de cualquiera otra idiolatría, que viven en la miseria más espantosa, tal como puede haber noájidas pobres.
A la vista está que la abundancia material no depende de la creencia.

De hecho, suponer que la bendición verdadera del Eterno se mide exclusivamente con una vara material, es una aberración suprema, basada en las doctrinas de la fe errada que a su vez se basan en el EGO.

La bendición se mide en los cinco planos de existencia: material, emocional, social, mental y espiritual. Siendo este último el mojón fundamental que determina la verdadera bendición celestial.

Ahora, si no es en la fe en dioses colgados, en redentores que de nada salvan, en dogmas místicos cabalísticos, en cintitas rojas, en repetir lemas de libros religosos, en tener medallitas, en dar platita para el pastor y su iglesia, si nada de nada de esto es lo que te brinda la verdadera bendición celestial, ¿en dónde se encuentra para ti la bendición?

Como siempre Dios, el Uno y Único, el verdadero, provee de respuesta cierta para quien quiera oírla y admitirla en su vida.
Presta atención a la clara palabra de Dios.
Prometió Dios al patriarca hebreo Abraham, y con él a sus descendientes, es decir a los judíos de todas las generaciones:

«Yo haré de ti una gran nación. Te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra
«
(Bereshit / Génesis 12:2-3)

¿Ves tú dónde está esperando por ti la bendición?

Sí, eso mismo… cuando actúas con bien con los verdaderos descendientes de Abraham, cuando te asocias con ellos en los caminos de Luz.
Si bendices, si bien dices, de los judíos, si te alías con ellos, si trabajas junto a ellos en la obra del Eterno, entonces tu recompensa será la bendición de Dios.
Pero, si haces algo diferente, entonces no obtendrás bendición, y si te conviertes enemigo de Israel, entonces todo lo que tienes es maldición.

De este mismo pasaje descubres que medir la bendición de acuerdo a cómo vayan tus riquezas y negocios es una falacia, puesto que han habido inmundos enemigos de los benditos de Dios, antisemitas que les dicen, que han tenido gloria, fama y riqueza.
Porque, la bendición verdadera no se mide egoístamente, contando las moneditas en tu cuenta bancaria; sino que se mide por tu conexión con Dios, tu apertura con el prójimo, tu equilibrio emocional, tu limpieza de mente, tu estabilidad familiar, tu fidelidad para con Dios y los mandamientos que Él te ha dado.

Así pues, la próxima vez que gente cercana o lejana a ti te quieran manipular diciéndote que como has dejado la iglesias y no te congregas más allí serás pobre y sin bendición, NO HAGAS CASO. Ni siquiera lo dudes un instante, ellos estarán diciendo cualquier cosa, aunque sea con buena intención, pues sus corazones están atrapados por las doctrinas malvadas de la religión y sus mentes oscurecidas por las hábiles trampas de los lacayos de Pablo el de Tarso.

¿Quieres bendición?
Súmate a los que trabajan en FULVIDA, comparte tu dinero con quien lo necesita, trabaja con honradez, se leal a tu cónyuge, presta atención a tus hijos, aprende cómo mejorar en tu vida, no anheles la identidad del judío, no te reúnas en congregación de burladores (iglesias, falsas sinagogas mesiánicas), colabora con FULVIDA, no dejes de hacer tu parte en tu ocupación laboral, se un digno ciudadano, cuida tu salud, estimula al vecino a progresar, apoya a los judíos e Israel para que no sean más víctimas de los esclavos del Mal… si haces todo esto, entonces vivirás a plenitud, serás bendito, tal como Dios te ha prometido.

¿Te quedan dudas?
¿Quieres compartir tu historia personal?
¿Algo para comentar?

Sé fuerte y confía en Dios, haz tu parte y no te dejes manipular por los que abusan de ti de muchas maneras.
Y, si estás pasando por un momento de pobreza o enfermedad a pesar de ser leal a Dios como corresponde, recuerda que Dios te ha marcado para ser de bendición y quizás el mal momento es lo que está preparando una recompensa que nada ni nadie te podrá quitar. Recuerda que no hubo gentil más leal que Job, y sin embargo tuvo que pasar por un momento tormentoso y de mucho dolor y miseria. No por ello dejó de ser bendito.
Tenlo presente y a construir Shalom.

“Discutí con Dios, pero en el fondo sabía que lo que me hicieron , lo hicieron los hombres”


David Galante, sobreviviente griego del sitio de exterminio de seres humanos más grande de todos los tiempos, cuenta su odisea 65 años después de que el lugar llegara a su fin, el 27 de enero de 1945.
 
 
 
 
 
 

Enero 27 de 1945. “Vimos un movimiento en la nieve, era gente que se movía con sábanas blancas, eran los soldados rusos. Les hicimos señas para indicarles que se podían acercar, vieron cómo estábamos, la cantidad de muertos, se descomponían”.

Enero 27 de 2010. El mundo mira hacia Auschwitz, un antiguo cuartel de la monarquía austro-húngara situado en inmediaciones de Cracovia, en Polonia. Un complejo de 40 kilómetros que, entre sus paisajes forestales y pantanos, fue utilizado por la Schutz-Staffel, mejor conocida como la S.S. (la élite de la Gestapo) para cometer los peores crímenes de los que la humanidad tenga registro, los mismos conocidos como la Shoah o el Holocausto.

“Arbeit macht frei”, que significa ‘El trabajo los hace libres’, es un cartel de desprecio y sarcasmo visible a la entrada de este campo de concentración, que en época de guerra abrió “sucursales”. El 18 de diciembre pasado, cuatro ciudadanos polacos hurtaron la placa que porta el lema y hace unos días la recuperaron cortada en tres pedazos. “¿Dónde estaba Dios en aquellos días, cómo pudo tolerar ese exceso de destrucción, ese triunfo del mal?”, dijo el papa Benedicto XVI cuando conoció, en 2006, ese sitio de exterminio.

Allí, en medio de ese infierno donde murieron seis millones de personas por el simple hecho de nacer judíos, estuvo David Galante. Oriundo de la Isla de Rodas, en Grecia, este hombre de voz pausada y con el acento que le ha dado vivir en Argentina la mayor parte de su vida, recuerda lo que pasó.

“Tengo 85 años de edad, soy griego. Tengo una esposa y dos hijos y vivo en Buenos Aires hace 62 años. En 1944, durante la guerra, los alemanes invadieron la Isla y nos tomaron a los judíos. Éramos padre, madre, tres hermanas y dos hermanos. A todos nos llevaron a Auschwitz”.

Luego, por su condición de civiles judíos, tuvieron que vivir lo que nadie imaginó. “En el campo de concentración perdí a mi padre y a mi madre (Abraham y Rebecca) porque apenas llegamos fueron enviados a la cámara de gas. Junto a mis hermanas y hermano (Rosa, Juana, Matilde y Moshe) nos llevaron a trabajar. Nos iban desahuciando para reducirnos a cenizas y cuando alguien no servía lo eliminaban. Trabajábamos en la nieve durante 12 horas y nos daban de comer una vez por día un pedazo de pan o un tazón de caldo. Mis hermanas no aguantaron y fallecieron”.

“Nos desnudaban y los que no estaban sirviendo los iban eliminando en las cámaras de gas o crematorios. Yo estaba jovencito y esto quizás me ayudó mucho porque tenía muchas ganas de vivir, a pesar de todo. Las matanzas eran comunes, se vivía al día. Éramos miles de personas”.


Al borde de la muerte



Y dejó de ser conocido como David Galante. En adelante sería llamado B7328. “Nos pusieron un número en el brazo. Nuestro nombre no existía más, nos llamaban por ese número. Lo tengo todavía en el brazo grabado con una tinta”, asegura. “Era un problema porque no hablábamos alemán, polaco y tampoco idish, un idioma de los judíos de Europa Oriental, así que adaptarnos era difícil. Nos daban una orden y como no entendíamos nos pegaban”, agrega.

En medio de esas adversidades llegaron dos momentos en los cuales estuvo a punto de morir. “Estábamos en fila y un oficial nos estaba contando, sacó un revólver y disparó. Me rozó la nariz, sangré un poco y quien estaba al lado mío fue asesinado. Diez centímetros más adelante y yo moría”.

De la otra situación, sostiene, aún no sabe cómo se salvó. “Estaba enfermo porque fui a trabajar con un grupo de soldados rusos prisioneros y en determinado momento fui al baño y cuando salí no podía abrocharme los pantalones porque tenía los dedos medios congelados del frío que hacía: 10, 20 grados bajo cero en Polonia. Había un fuego cercano donde estaban soldados nazis y me acerqué. Uno de ellos me dio una patada y quedé dentro del fuego, se me quemaron los pies”.

Y prosigue: “Con los días las quemaduras fueron empeorando, se infectaron y llegó la fiebre. No estaba en condiciones de trabajar y fui a la enfermería, que era la antesala de la muerte porque el que entraba no salía. Por esos días había llegado una orden de Berlín de destruir las cámaras de gas y los crematorios porque las tropas soviéticas estaban muy cerca y no querían dejar evidencia. Un médico judío me ayudó mucho, permanecí en la enfermería, hasta que los alemanes evacuaron el campo. De no ser por eso me habrían matado”.

Y aunque este sufrimiento parecía no tener fin, estaba a punto de culminar. “Teníamos rumores de que los aliados estaban avanzando, que ganaban la guerra, pero eso no era ningún aliciente, pensábamos que nos iban a matar a todos. En la mañana del 27 de enero vimos un movimiento en la nieve, era gente que se movía con sábanas blancas, eran los soldados rusos que avanzaban. En Auschwitz pesé 38 kilos, era un esqueleto cuando me liberaron y de los 1.800 judíos que salimos de Rodas nos salvamos 150”.

El infierno había terminado, muchos alemanes huyeron, otros fueron capturados y unos más abatidos. “Volví a Rodas a ver si encontraba a un familiar. No encontré a nadie, pero me enteré, a través de la radio del Vaticano, que un hermano mío, Moisés, estaba en Roma. Dos años después vinimos a Argentina, un hermano (Hizkiá) estaba aquí desde antes de la guerra”.


Fin del silencio

 

 

Dicen quienes conocen a David Galante que luego de su liberación duró 50 años en silencio. Sólo pensaba en rehacer su vida y para ello se vinculó a una fábrica de bicicletas en Buenos Aires. Durante todo ese tiempo se enamoró de Raquel, su esposa, con quien tuvo a Sandra y Ezequiel, quienes a su vez le dieron a sus nietos Daniel y Yamit.

No hablé sino hasta 1995, me costaba mucho. En ese entonces se comentaba la película La lista de Schindler y la gente quería saber más de lo que pasó. Entonces nos juntamos un grupo de sobrevivientes y empezamos a contar. Se fundó en Argentina la Fundación Memoria del Holocausto y ahora trabajamos con testimonios”, asevera. “Discutí con Dios, pero en el fondo sabía que lo que me hicieron en Auschwitz lo hicieron los hombres”, explica.

Ahora que el mundo conmemora 65 años del fin de ese campo de exterminio, este hombre reconoce que, aunque duerme tranquilo, no todos los sobrevivientes han logrado superar el trauma. “Hay gente que no quiso tener hijos por temor a que les ocurriera lo mismo que a ellos”.

Finalmente, este judío insta a quienes administran el mundo a conocer historias como la suya para evitar desgracias. “La humanidad no ha aprendido la lección. Después de la II Guerra Mundial pensé que no iba a haber más guerras. Sin embargo, los genocidios siguen. El mundo debe aprender de esto para que no se repita y nuestros hijos tengan un mundo mejor”.

El Museo del Holocausto de Buenos Aires

 

Considerado como el único de su tipo en Suramérica, el Museo del Holocausto de Buenos Aires desarrolla a través de textos e imágenes los sucesos antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Además, cuenta con muestras itinerantes propias y de museos de Estados Unidos e Israel. También produce materiales educativos para docentes y alumnos, como son ‘El Holocausto en 10 láminas’ y la revista académica Nuestra Memoria, editada de manera ininterrumpida desde 1994.

Tomado del periodico el Espectador de colombia.



Resp. 703 – Leyes Noájidas en la Torá?

Bachita nos consulta:

Hay alguna razón por la que las 7 Leyes Universales no son explícitas en la Toráh , igual que los 10 Mandamientos?.
Bachita Calahorrano, 63, comerciante, Quito,Ecuador

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Proponen «perder» un libro para que otra gente lo encuentre y lo lea

Buen día amig@ noájida.
Leí esta noticia y me pareció interesante compartirla contigo, pues quizás pudiéras hacer algo similar con libros y material de difusión de noajismo y FULVIDA.
¿Qué te parece aprender de un buen ejemplo para ampliar nuestro marco y dar más luz y libertad a quien conoces y a quien no?
Te dejo la propuesta:

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