Resp. 19 – Sed de Ti

Inquietud recibida

"Hola Licenciado Yehuda, que Hashem le bendiga sabe soy un joven de
Colombia y a la verdad ya se la respuesta a las preguntas usted me las respondio por medio de otros articulos que encontre en su comunidad en Internet. Pero a la verdad quiero establecer un contacto con usted pues me interesa cambiar mi  forma de vida, y esto lo encuentro en el Judaismo en el seno de Isrrael, 
Lic. lo que le quiero expresar es que no me vasta con cumplir las 7
mistvots para la Humanidad, pues para Hashem es todo o nada, y esta es mi creencia, ya le ire contando mi transito por religiones variadas (cristianismo) que a la verdad no me dejaron nada productivo, lic no piense que hay algun
interes de ninguna indole, al menos no material pues en lo espiritual necesito de Hashem, por favor respondame Profesor estoy ancioso por que comencemos a escribirnos y contarle de mi vida.

Bendiciones para usted y los suyos de Colombia
R. A. E.
"

Colombia


Respuesta

Gracias por confiar en nosotros.

En un principio la Humanidad era conocedora y servidora de Dios.
Luego, nuestros pretéritos antepasados comenzaron a venerar a los emisarios del Eterno (o lo que ellos consideraban tales) como modo de expresar su devoción al único Dios.
Pero, la tal veneración es un degradación del servicio a Dios, que tarde o temprano degenera en adorar ídolos, cosas que no son Dios. Y… eso es lo que ocurrió.
Durante algunas generaciones las personas continuaron recordando la existencia del Uno.
Pero, cuanto más se separan las líneas de una "V" del punto de origen, más distantes se convierten entre sí.
Y así las personas fueron abandonando el recuerdo -ni que decir el servicio- del verdadero Dios.
Sin embargo, el alma de todo ser humano -creado a Su imagen y semejanza- tiende a Dios.
Lo anhela, en palabras del salmista: "
mi alma está sedienta de Ti" (Tehilim 63:2).
Así que detrás de las adoraciones paganas, de los ídolos, de incluso el ateísmo acérrimo, reposa inquieta la búsqueda del único Dios.
Es por eso que el judaísmo rechaza -para sí- terminantemente la idolatría y toda manifestación, incluso mínima, que pueda tender a ella. Pero al mismo tiempo, no condena al "infierno" a los no judíos, o a los no creyentes en nuestro Dios. Acepta plenamente que las naciones vivan de acuerdo a sus ideas e ideales, sin querer imponerles nuestras metas, misiones y valores. Solamente resalta que Dios (entendamos esto, es Dios y no nuestros Sabios) ha dado a la humanidad Siete Principios Universales, que son la base de una vida social civilizada. Aquel que las cumple, es parte del Más Allá, y de la vida en Este Mundo. 
Empero, a veces la incomodidad del alma que procura acercarse plenamente a Dios, aflora a nuestra conciencia, y reconocemos que nuestra vida está carente del sentido trascendente, y quizás ensayemos algún modo distinto para encauzar nuestra vida. Algunos por medio de drogas, otros de más o diferente idolatría, algunos con meditación, otros con psicoterapia, y entre las opciones está la de querer pasar a ser miembro de la Familia de Israel.
Indudablemente, el método judío de adhesión a Dios, es el que Él nos ha encomendado en Su Torá, a través de Sus mitzvot, y siguiendo lo que son nuestras tradiciones.
Y tenemos la convicción de que es el más adecuado para el judío, pues eso es lo que ha sido enseñado en nuestra Torá.
Pero, no lo es per se y originalmente para el gentil.
¿Por qué no?
¿Acaso por intolerancia, racismo, discriminación, etc.?
Para entenderlo sólo debemos observar, por ejemplo, el cuerpo humano.
¿Cumplen sus distintos órganos idéntica función?
¿Son de igual estructura?
¿Responden a los mismos estímulos?
¿Se nutren de los mismos nutrientes?
Sabemos que para que el organismo funcione cabalmente toda la estructura debe estar coordinada, y que las partes diferenciadas se  mantengan así, por el bien del sistema.
De modo semejante, el judaísmo no pretende que las otras naciones sean como nosotros, piensen como nosotros, sientan lo que sentimos, cumplan lo que cumplimos, etc.
Cada nación es valiosa por sí misma, en tanto no se oponga al sistema total. Tal como cada miembro es útil y necesario en el cuerpo humano, pero, en el momento que se enferma y daña a otros, es imprescindible buscar el remedio, de acuerdo al padecimiento, la situación, las posibilidades, etc. Acaso, cuando un diente cariado está destruyendo la encía y provocando un daño al organismo, ¿no es incluso preciso usar métodos agresivos para solucionar el problema? 
Y, para que no queden dudas, lo que daña al organismo de la humanidad es el incumplimiento de los Siete Principios Universales… nada más.
El judaísmo no se opone a religiones, etnias, razas, creencias, personas particulares, etc. Sino que está en contra de los que atentan contra nuestro organismo, contra la ecología implementada por Dios.

Y a pesar de esto que hemos expuesto, el judaísmo no se opone a que personas no judías pasen a formar parte de nuestra Familia, en tanto cumplan con requisitos básicos para hacerlo (estudio, preparación, circuncisión, inmersión, estricto apego a la Torá y las mitzvot, interés genuino, etc.) Tal como cualquier padre responsable -comúnmente- indaga acerca del pretendiente de su hija… y -a veces- el suegro considera que el pretendiente no está aún apto para formar parte de su familia…

Para concluir, si usted, mi amigo, siente que necesita beber de Dios en el manantial de Israel, haga todo lo que tenga que hacer para lograrlo.
La puerta está entreabierta, pero, es menester esforzarse por pasar por ella…
Los impedimentos pueden ser variados, desde el lugar donde vive, pasando por el rechazo de su propia familia y conocidos, hasta la mentalidad de gueto de algunos judíos, con un sinnúmero de factores adversos más…
Y, si no lo logra, no desespere… obstáculos son escalones…
Y si finalmente, luego de innumerables esfuerzos, no lo logra… no se decepcione, pues, sin dudas usted sabe que es una buena persona y que Dios lo ama igualmente -sea judío o gentil-, y que es respetado por su integridad y valentía.

Iebarejejá H’ – Dios te bendiga.


3 comentarios sobre “Resp. 19 – Sed de Ti”

  1. ¡Que respuesta tan bonita, y tan llena de verdad, para alguien que necesita ser oido!

    «…Y, si no lo logra, no desespere… obstáculos son escalones…
    Y si finalmente, luego de innumerables esfuerzos, no lo logra… no se decepcione, pues, sin dudas usted sabe que es una buena persona y que Dios lo ama igualmente -sea judío o gentil-, y que es respetado por su integridad y valentía.»

    A veces el reencuentro con nuestra identidad no es fácil,…

    hemos estado bombardeados con lo que debiamos ser ó creer, que cuando encontramos ese «destello de luz» anhelamos el resplandor, sin darnos cuenta; que también resplandecemos.

    un abrazo.

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