Shalom,
«ï¿½Bendito el que viene en el nombre del Eterno!» (Tehilim / Salmos 118:26).
Bienvenido y gracias por enviarnos su interesante misiva.

Respuestas en su orden:

1- No hay una «comunidad jud�a», sino varias, que siguen los mismos principios generales, y pertenecen al mismo pueblo, pero que en los aspectos secundarios y folcl�ricos se auto-determinan.
En el asunto de la apertura hacia los gentiles, en general las comunidades jud�as acompa�an el desarrollo que se da en las sociedades en general. Actualmente est� penada la xenofobia, el racismo, el antisemitismo, etc. en muchos pa�ses. Actualmente no se suele aislar a los jud�os en guetos. Actualmente a los jud�os se nos reconocen «derechos humanos» (en muchos pa�ses, aunque no en todos), los que nos permite tener presencia en la sociedad general.
Esta apertura de la sociedad, esta conciencia de la condici�n humana de los jud�os, ha posibilitado que los jud�os podamos hablar con otras personas acerca de creencias, de modos de vida, del error horrendo de la idolatr�a, de la estafa de las religiones del mundo.
As� pues, hoy por hoy hay m�s gentiles dispuestos a o�r el mensaje de la Verdad y Luz, el mismo mensaje que se viene repitiendo incansablemente desde hace m�s de 3.000 a�os.
El criterio es el mismo, el mensaje es el mismo, han empezado a cambiar los gentiles su manera de recibir ese mensaje, su trato hacia los portadores.

2- De las decenas de rabinos que he consultado, algunos de ellos son mis maestros, otros son amigos, de las decenas solamente uno se ha opuesto a mi tarea de trasmitir el santo mensaje del Eterno para los no�jidas. Este amigo rabino se opone argumentando que debiera dedicar mis dotes como maestro y consejero hacia los jud�os, pues hay muchos hermanos jud�os que precisan de maestros con mi estilo, claro, conciso, descarnado, moderno. As� pues, estoy cumpliendo una santa misi�n, al menos esa es la idea y el motivo. Siento que debo acompa�ar el despertar espiritual de mis hermanos no�jidas. Siento el compromiso de estar al lado de ustedes, para darles una mano franca, una gu�a honesta, una direcci�n hacia el Padre. Siento y tengo bases para corroborarlo, que estoy en el camino correcto, acompa�ando a mis hermanos por el camino de Luz eterna.

3- Por supuesto. Basta informarse un poco para saberlo. Realice una sencilla b�squeda y los ver�.

Le recomiendo que adquiera y lea los libros «El camino del gentil justo» y «Los siete colores del arcoiris», pues all� encontrar� mucha m�s informaci�n y fundamentos, que por supuesto trascienden la santa pero a�n modesta labor que este siervo esta realizando. Aprender� de rabinos de anta�o y modernos que est�n en esta tarea de redimir de la esclavitud de la mentira a nuestros hermanos no�jidas, para acompa�arlos a la Verdad y la vida eterna.

Si le quedan dudas pertinentes, h�galas llegar.

Iebarejej� H’ – Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom.

Mor� Yehuda Ribco