¡Una suerte el ser diferentes!

Se acerca la festividad de Purim, y hay algo interesante en lo que respecta al Purim y que puede dejarnos una gran enseñanza.

La festividad como todos (o la mayoría) sabemos se debe a que el Pueblo Judío fue salvado de haber sido exterminado por el más irremisible odio contra una cultura diferente. Precisamente ahí esta la enseñanza, precisamente ahí es donde voy a afincar mi pluma.

Hamán se quejó al Rey Ajashverosh de que "existe un pueblo singular, esparcido y fragmentado entre las naciones de todas las provincias de tu reino, cuyas leyes difieren de las de todas las naciones".

Una "nación singular", admitió Ajashverosh, diferente y única a pesar de su dispersión, no puede tolerarse; concordó con Hamán en que "no merece que el Rey la deje existir… debe decretarse que sea destruida".

Todos (o la mayoría) sabemos cuál fue el resultado; gracias a la intensificación de la singularidad, todos agrupados bajo el liderazgo de Mordejai renovaron su compromiso de ser Pueblo de D’’s.

Hay varias costumbres en esta fecha que recalcan su valor fundacional; una de ellas es el disfraz, la gente suele disfrazarse para no sentirse igual al otro, las máscaras nos hacen diferentes del resto, en cierta medida las máscaras nos dan la sensación de tener individualidad. Algún día comprenderemos que mientras más auténticos somos más diferentes nos volvemos, cada uno es un universo inmenso lleno de capacidades distintas, cada uno tiene habilidades increíbles y gustos variados que incrementan la pluralidad dentro de la raza humana. Israel cuando se vio amenazado por la xenofobia no huyó escondiéndose detrás de la máscara que, más bien apeló a su autenticidad, a la verdad, y es por eso que logró diferenciarse del resto. La autenticidad no es lo que nosotros queramos ser, es lo que por esencia somos, la originalidad no es algo adquirido con el tiempo y por nuestra voluntad, es nuestra marca de fábrica, mientras más auténticos somos más nos acercamos a ser lo que D’’s eligió para nosotros.

Purim fue un milagro gracias a la singularidad, la suerte de Israel fue echada a su criterio como unidad nacional. A diferencia de Pesaj, Purim fue un milagro cocinado por el mismo pueblo, un acto de madurez, una muestra de valor.

Purim es para nosotros, el resto de las naciones, una pauta de vida.      

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