Shalom,
"¡Bendito el que viene en el nombre del Eterno!" (Tehilim / Salmos 118:26).
Bienvenido y gracias por enviarnos su interesante misiva.

Respuestas en su orden.

1- ¿Cuál es la diferencia?
¿Cuál es la ventaja o bendición de discernir esta cuestión meramente semántica?
¿Será mejor persona, más fiel noájida, mejor siervo del Eterno, mejor compañero de su prójimo al saber la respuesta a esta consulta?

El "alma" es lo que le da vida a las personas.
No es algo "espiritual", en el sentido de trascendente, sino la manera de expresar la energía que vivifica un cuerpo, que da vida a lo que de otra manera es inerte.

Por otra parte, en hebreo "nefesh" que es como dice "alma", también quiere decir "persona" y también "vida".
Por tanto, "ser viviente" o "alma viviente" quieren decir lo mismo, al menos en el hebreo original de la Torá.

2- El alma es la vida misma (Ver Génesis 9:4, en donde dice "nefesh" en el original hebreo se puede entender como "vida" o como "alma", ya que ambas acepciones son acertadas).
Por supuesto que se la puede desarrollar, ¿de qué manera?
Viviendo de acuerdo a los mandamientos que el Eterno ha ordenado a cada uno, y siguiendo con fidelidad la ordenanzas que se derivan de esos mandamientos.
Pues esta es la única manera de desarrollar a plenitud todas las facetas de la vida.

Por su parte, el espíritu no se puede desarrollar, ya que es el vínculo que nos une al Eterno y que nos ha sido otorgado desde el momento de la concepción (40 días después de ésta, para ser precisos).
No se desarrolla, pero podemos crecer espiritualmente al quitar errores, pecados, malas conductas, etc. que nos apartan de la senda buena que el Eterno nos ha trazado a través de sus mandamientos.

Recuerde que los mandamientos de la Torá son para los judíos, no son para los noájidas. Si bien de estos mandamientos hay muchas conductas y actitudes positivas que los noájidas pueden implementar en sus vidas para hacer lo que es bueno y ser benditos y de bendición.

3- Anuncio Dios a través del profeta:

"El alma que peca, ésa morirá.
El hijo no cargará con el pecado del padre, ni el padre cargará con el pecado del hijo.
La justicia del justo será sobre él, y la injusticia del impío será sobre él.
Pero si el impío se aparta de todos sus pecados que cometió, guarda todos Mis estatutos y practica la justicia y la misericordia, ciertamente vivirá; no morirá.
No le serán recordadas todas sus transgresiones que cometió; por la justicia/misericordia que hizo vivirá.
¿Acaso quiero Yo la muerte del impío?, dice el Señor Elokim. ¿No vivirá él, si se aparta de sus caminos?"
(Iejezkel / Ezequiel 18:20-23)

Creo que la cuestión es clara, si leemos el texto citado en su contexto.
No se precisa grandes divagaciones "teológicas" ni palabras rebuscadas de la metafísica, ya que el texto se explica en sí mismo.
La persona, el alma, que vive de acuerdo a los mandamientos del Eterno (de los mandamientos que le corresponde cumplir), que es justa, que es buena, que es leal, esa persona tiene una verdadera vida.
En tanto que la persona que vive pero apartado del camino de Dios (por ejemplo, sigue a Jesús, desprecia al judaísmo, no cumple con los mandamientos que le corresponde, etc.) entonces existe, respira, come, se reproduce, etc. pero no tiene una vida verdadera.
Es como un muerto en vida, como una especie de conde Drácula que se alimenta de la vida de otros, puesto que no tiene una propia vida.
Es una cáscara que se mueve y agita, pero que no está realmente sembrando una vida de eternidad, que no está adquiriendo su porción de Paraíso, y tampoco está llevando una vida de plenitud en Este Mundo.
¿Lo comprende?
Esto quiere decir que a su lado puede haber cientos o miles de personas que, figuradamente, están muertos, aunque hablen y respiren.
Por ejemplo, todo aquel que hace de Jesús una deidad, su salvador personal, su intermediario con Dios, está muerto en vida. Seguramente que también hace algunas buenas cosas, se comporta correctamente y por eso la gran Misericordia de Dios atenuará el castigo sobre tal persona. Pero, su alma está muerta, aunque siga con vida.

Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar.

Iebarejejá H’ – Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom.

Moré Yehuda Ribco