El tema de los mandamientos para los gentiles es digno de ser debatido en profundidad. Para mi han sido reveladoras las enseñanzas que se han discutido en fulvida, a raíz de una pregunta contestada por el More Yehuda Ribco el 24/11/2011. Antes no habia comprendido igual, me parece ahora mucho mas claro el fondo de los 7 Mandamientos. No se si hay algún error, pero entiendo: Los mandamientos dados por Dios a los gentiles son vinculantes, pero los reglamentos que se derivan de ellos son recomendaciones del modo que a El le gustaría que realicemos nuestras conductas, desde el punto de vista de los sabios o algún sabio en particular conocedor de la tradición Judía, definiendo así el modo en el cual obtendríamos mayor crecimiento espiritual y provecho de nuestra pasantía por esta vida. Cuando le hacemos añadidos a estos mandamientos principales, es cuando juzgamos al transgresor mediante una visión que tiende a lesionar la dignidad humana del transgresor, la imagen de Dios que él tiene.
Allí comienza la problematica del entendimiento y la reglamentación de la Ley Divina, así serian añadiduras indebidas las derivadas de nuestra subjetividad, cuando son inspiradas por el ego o son consecuencia de la manipulación religiosa, causa de muchas leyes injustas que hemos sufrido.
Las penas para los gentiles, en caso de incurrirse en violación de cualquier precepto rector o principal de las Siete Leyes son parecidas a las que se detallan en el hermoso libro El Camino del Justo Gentil, maravillosa guía para el gentil, mas no una fuente de derecho dogmatica y vinculante, ya que presenta distintos criterios establecidos desde la óptica de algún sabio o grupo de sabios expertos en la Ley Judía, la cual prevé estándares mucho mas exigentes de los que nos son propiamente aplicables a los gentiles, pero que en definitiva apuntan hacia nuestro refinamiento; así los gentiles tenemos la posibilidad de establecer reglamentaciones autonomas sin dejar de cumplir con el espíritu, propósito y razón del mandamiento principal reglamentado, cual es castigar al transgresor por el hecho que realizó, pero no dignidad parte de su imagen divina.
Ahora, en nuestras sociedades de gentiles como consecuencia de interpretaciones individuales o colectivas dadas por personas inescrupulosas que se han tomado por la fuerza la atribución, sin conocimiento alguno de la Ley Judía, de aplicárnos esa Ley, adecuada a sus intereses, a los gentiles de las Naciones, escondiendo el hecho de que la Tora solo es para el pueblo Judío, con lo cual nos hacen cómplices y victimas del robo de un patrimonio ajeno. Han interpretado la ley, han hecho sus propias creencias que son solo historias de fantasía inaplicables, convirtiendo la escritura mas sublime en celdas de castigo eterno llenas de fuego y sufrimiento, todo por una ambición desmedida de lograr poder y dinero, dominando al prójimo con mentiras altamente destructivas, y creando una forma de esclavitud con cadenas y grilletes puestas en el mismo centro de la multidimensionalidad existencial del hombre: su alma, bien por creer ciegamente en sus falsos postulados o por sufrirlos al transgredirlos. Así se le dictamina la pena de muerte a un homicida, lo cual sería justo, pero se le desprecia y se le deshora antes de la ejecución y post mortem, tanto a el como a su familia, y así a cualquiera que transgreda sus creencias inventadas, según la religión, grupo filosófico, etc. En lo personal puedo decir que he visto casos de delitos fabricados en medio de la violencia familiar y social que nos agobia, en buena medida tipificados en leyes injustas derivadas de concepciones religiosas.
En nuestra cultura occidental, el sistema legal esta influenciado por el cristianismo, en el oriente el islamismo también permea toda la estructuras destinadas a impartir justicia en varios países, y así nación por nación, cada una con su religión.
Uno de los temas interesantes, desde el punto de vista histórico en occidente, es la legislación que regula el matrimonio, siendo este un aspecto emblemático de añadiduras en la norma rectora. En ella, siguiendo la opinión de algunos tratadistas cristianos, el matrimonio es perpetuo y no hay divorcio, ya que así lo deja entrever su texto fundacional, el llamado nuevo testamento, que es un mal plagio de las Sagradas Escrituras del pueblo Judío. De manera que hasta hace pocas décadas no era posible divorciarse sino por decisión o bula papal, de lo contrario no se podía. Famosas son hoy en día las ocho esposas de Enrique Octavo, las cuales murieron ya que el papa de la época le negó sistemáticamente la posibilidad de divorciarse y él las mataba para poder casarse de nuevo, en su desespero por tener un heredero varón legítimo que le sucediese en el trono de Inglaterra. Así esta percepción distorsionada, que imita mal los preceptos de la Tora fue en parte causa de nuevas divisiones dentro del propio seno del cristianismo, ya que la indignación de Enrique Octavo llego al extremo de sumarse a la causa de la guerra orquestada por Lutero, proclamandose papa de su propia iglesia, la iglesia anglicana, todo ello en medio de una espantosa batalla campal llamada históricamente como La Reforma, que costo muchas vidas y devastación a las naciones Europeas.
Estos son criterios personales, agradezco cualquier reparo o corrección. No me quedan dudas que el Noajismo puro es el camino para crear la Paz con Dios en el hombre y en la sociedad, pero el noajismo verdadero, como el que se explica aquí, en fulvida.