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Amar al ser, no a su mal actuar

El gran maestro, el Rav Kook enseñó:

אדם נשחת ראוי לשנאתו רק מצד חסרונו, אבל מצד עצם צלם-אלהים שלו ראוי להוקירו באהבה, גם לדעת שמציאות יקרת ערכו היא יותר עצמית לו ממציאות מקריו הפחותים.
(מידות ראיה, אהבה)

“El hombre corrompido es pasible de ser odiado, pero solamente por aquello que está en falta, pero su esencia es a imagen de Dios y por tanto digna de amoroso aprecio;
también hemos de saber que su esencia es más real y preciosa, que aquella realidad eventual y humillante.”
(Midot Reia, Ahava)

¿Es necesario repetir nuestras insistentes lecciones acerca de las identidades de la persona?
Creo que no, por lo que solamente haré una breve síntesis y luego te pido que estudies con detenimiento la sección dedicada a tal fin, que encuentras haciendo clic aquí.

Está el Yo Esencial, la NESHAMÁ, el espíritu, que proviene directa y completamente del Eterno.
Es nuestro ser eterno, el que nos acompaña aquí y en la eternidad.
Es el canal de conexión constante con Dios, pero también con el resto de la creación, sin límites de espacio o tiempo.
Nada de lo que hacemos lo afecta, ni se ve perjudicada por acciones y omisiones. No hay factor humano que le dé existencia o le provoque variaciones.
Su presencia se intuye, nunca se impone. Su acción es casi silenciosa, al punto que los que niegan su existencia parecen tener la razón.
Es lo más propio que somos, al mismo tiempo que lo más ajeno.
La NESHAMÁ del gentil (no judío) tiene un punto de conexión diferente a la NESHAMÁ del judío, por ello es que existen estas únicas dos identidades espirituales: la noájica, de gentiles; la judía, de judíos. Cada una de estas identidades espirituales recibe su nutriente correspondiente, con los Siete Mandamientos Universales para los gentiles, y los mandamientos acordes a los 613 de la Torá para judíos. (Por ser este de las identidades espirituales un tema complejo, no ahondaremos más, encuentra lo que ya hemos explicado en varias oportunidades anteriormente).

Está el Yo Auténtico, formado por la NESHAMÁ y por el material genético que recibimos de nuestros progenitores. Su existencia depende de otros, está determinada por otros y no por nuestra voluntad o deseo. Nacemos con esta identidad y nos acompaña por el resto de nuestros días, pautando todos los aspectos de nuestra identidad.

Por sobre Yo anterior se construye el Yo Vivido, el cual es el que habitualmente denominamos “yo”.
Está formado por las vivencias, recuerdos, acciones, decisiones, conflictos internos, elementos reprimidos, etc.
Son múltiples máscaras que ocultan el verdadero rostro, el de la NESHAMÁ.
Cuanto mayor es la distancia de las máscaras con ésta, mayor es nuestro grado de exilio interno, de enfermedad. Al contrario, cuando se encuentra sintonizar las máscaras para que representen la esencia, se está en estado saludable. La dificultad radica en descubrir y vestir las máscaras que mejoren representen al rostro esencial.

Ahora, al haber repasado esto, podemos comprender mejor las palabras del gran maestro que citamos al principio.

Es aborrecible la mala conducta, aquella que afecta a la persona y a otros, o al ambiente.
Es detestable y despreciable lo que causa el mal. No debe ser admitido ni promovido.
Para tener una guía, contamos con la Torá (judía y noájica).
Pero, si no conociéramos dicha guía, la ética espiritual, la que irradia la NESHAMÁ, debiera ser suficiente para mantener a la persona alejada del mal evidente.

Las máscaras negativas que usa la persona, que lo aferran al mal, que le imponen la mala conducta, deben ser quitadas del rostro, eliminadas del reportorio vital.
Aunque puedan proveer de ciertos beneficios temporarios, a largo plazo son malignos; y a plazo eterno, contraproducentes.
Llevan a la persona a estar en un exilio torturante, alienado de su identidad, en falsa existencia.
Es por ello tan tajante el maestro en determinar que es esto lo que debe ser aborrecido.

Pero, no podemos olvidar que la esencia de la persona es divina, es un hijo de Dios, aunque esté pecando.
A diferencia de las religiones, no se considera a la persona en oposición a Dios, desconectada de él, en estado de pecado perpetuo y sin remedio. No precisa de fe, salvadores mágicos, sacrificios milagrosos, y otros malabarismos para despojarse de la mancha del pecado.
Sino la TESHUVÁ.
Porque, sigue siendo un Yo Esencial puro, luminoso, conectado a Dios.
Aunque esté sumergido en el lodo del pecado, de la mala acción, de la religión, de la idolatría, del EGO en cualquiera de sus versiones nefastas y desubicadas.

No podemos olvidar que esa persona, incluso el pecador frecuente, en su esencia es LUZ.
Pero, tampoco podemos dejar de lado el imperativo de establecer justicia, también en términos humanos.
Y hasta, aunque suene feo decirlo y repetirlo, aborrecer aquello que es odioso en la persona.

No es dando la otra mejilla como se establece el bien y la justicia.
Ni esperando que sea Dios quien juzgue.
Ni siendo misericordioso con el que actúa malignamente.
Tales no son caminos espirituales.

Por el contrario, es obligación trabajar para extirpar al mal del mundo, de esa forma también estamos ayudando al malo a que retorne a su verdadero rostro.
Y cuando decimos malo, obviamente tenemos todos una pesada mochila, quien más quien menos, la cual revisar y de la cual expulsar las costras horrendas, así como las piedras siniestras.
Por supuesto, cada uno con la gravedad de sus acciones, sin minimizar la verdadera culpa, ni excusar lo que no merece misericordia alguna.

Entonces, tenemos un inmenso trabajo para hacer con nosotros mismos y con el prójimo.
Amar al ser, pero odiar su mal actuar.

¿Cómo hacer para no confundir las cosas?
Sabiendo de nuestras múltiples identidades y atribuir adonde corresponda lo que corresponde.

Aquel que peca, realmente ha hecho el mal. Aunque su esencia siga siendo pura, merece el “castigo” acorde a sus acciones. Que se encargan los tribunales de hacerlo, cuando es de su competencia. O nos encargamos cada uno de lo que está a nuestro justo y legal alcance.

Está también la misericordia, cuando el mal no es a causa del deseo de hacerlo. Sin por ello obviar la necesidad de hacer responsable al culpable y de ayudarle en el proceso de reparación.

Y está la TESHUVÁ, en todo caso.
Porque la TESHUVÁ no es un regalo exclusivo para quien ha pecado o se ha apartado de la buena senda, sino que es una manera de denominar el encontrar y andar el camino hacia la unificación del ser.

Lo que llamamos realidad, este mundo, es eventual y pasajero, sin embargo, nuestras acciones tienen fruto en la eternidad.
Hagamos lo que podemos, aquí y ahora, para convertir este mundo en un verdadero paraíso.
Revisemos el catálogo de nuestras caretas, dejemos de usar las que nos empobrecen y dediquémonos a encontrar el canal para irradiar la LUZ de la NESHAMÁ en nuestra vida y en la del entorno.

Construyamos SHALOM.

Como planificar encuentros noájicos en cada país

Como planificar encuentros noájicos en cada país, en cada filial FULVIDA.
Apuntes de Edgardo Roca, de Chile.

Todo comenzó 10 días atrás, un día viernes por la tarde saliendo de mi trabajo decidí ir a descansar un rato a la plaza de armas de Santiago centro.
Estaba en eso cuando de improviso me topo casualmente con un antiguo amigo, investigador bíblico, escritor, profesor por muchos años y comprometido ben Noaj , Don Juan Hernández, de inmediato nos pusimos a conversar.
Estábamos hablando de los preceptos, de lo que ha significado ser noájidas en nuestra vida, cuando en eso una mujer simpática que estaba sentada al lado nuestro nos dijo: “Perdonen, ¿ustedes, de qué religión son? No pude evitar escuchar lo que que estaban conversando. ¿Me podrían explicar que es el noajismo?”

Allí mismo, en minutos le dijimos que no era una religión, sino una forma de vida espiritual, la que corresponde para cualquier persona que no es judía. Porque noájida es toda persona que no es judía, y como tal tiene un pacto sagrado y eterno con Dios, y el compromiso de guardar 7 preceptos universales.

Rápido  pudimos notar su interés en estas cosas espirituales.
Al despedirnos le dijimos que tenía a si disposición la plataforma en internet de la fundación FULVIDA, que podría profundizar allí lo que habíamos conversado.
Esa amable mujer se retiró; realmente habíamos pasado los tres una agradable tarde.
Así que planificamos con Don Juan a empezar a juntarnos todos los viernes a aquella misma hora.
Don Juan me preguntó si yo tenía Facebook, y me hizo ver de convocar a un evento de noájidas que vivan acá en Santiago, paras juntarnos a reforzar nuestros conocimientos, compartir, difundir el noajismo a quien se mostrara interesado.
Fuimos haciendo un plan para ver como podríamos implementar este encuentro.

Paso 1) un lugar físico: una plaza, una calle céntrica resguardada donde transite mucha gente, un lugar que se preste para reunir gente y tenga alguna comodidad, sombra etc. (lo teníamos).

Paso 2) Convocar un evento usando las redes sociales Facebook, Twitter, etc., llamado «Primer encuentro noájida. Reunión de noájida. Los noájidas nos reunimos en… (según sea el lugar o país)”.

Paso 3 ) Revisar la página fulvida.com y sacar estudios, imprimir los que hablen acerca de lo que le pide el Eterno a los gentiles, u otros estudios al respecto que sea de interés para reforzar los conocimientos de hermanos. Algo contundente. El Moré Yehuda tiene estudios extraordinarios al respecto ya con formación noájica y encaminados; así como otro estudio más liviano, como un folleto con lo básico que explique desde un inicio lo que es el noajismo de una manera sencilla en pocas paginas 2, máximo 3, con los link de FULVIDA. Donde claramente sean explicados los 7 preceptos permanentes de los Bnei Noaj. Con el fin de poder sacar copias masivas y ser entregadas personalmente a personas que estén alrededor de las reuniones que se puedan efectuar.

Paso 4) Convertirnos en unos pequeños publicistas. Buscar los logotipos en internet, imágenes de Google hay muchas y muy bonitas de FULVIDA, hacer banderas, letreros, mandar a hacer camisetas que adelante digan www.fulvida.com o fundación FULVIDA internacional o ambas .

Paso 5) El día del evento dar un pequeño aviso a las autoridades municipales, contándoles lo que se piensa realizar (en la mayoría de los países de América se pueden hacer reuniones sin aviso previo eso depende de cada país).

Paso 6 ) Una vez impresos los estudios que se quieren repartir,  ir a centros de fotocopiado que estén cerca de recintos educacionales que por lo general hacen trabajos muy rápido, pueden sacar cientos de copias en cosa de minutos y por lo general el costo es la mitad o más barato que en otras partes. Así lo hicimos nosotros sin muchos recursos pero con la ayuda y lo bueno que es el Eterno con Sus hijos cuando quieren difundir la emuná. Así lo realizamos nosotros el viernes 13 en pleno centro de Santiago y se obtuvieron plenamente los objetivos dar a conocer las 7 permanentes leyes del Creador para los gentiles y dar el link de FULVIDA, una excelente plataforma que nos apoya a todos los que con corazón sincero estamos por esta causa.

Es mi experiencia, es lo que viví hace poco, y fue muy provechoso y lo mejor es que tú también puedes llevar a la práctica.
A difundir, difundir, a difundir, a difundir que la verdad corra como ríos por las calles.

Un abrazo.
Si quieres preguntarme algo ponte en contacto y te ayudaremos cuenta con eso: https://www.facebook.com/francisco222273500
La historia se hace con valientes.

¿Hay algo más espiritual que esto?

En la parashá Mishpatim se nos brindan leyes que fueron dadas por el Eterno antes de la Revelación en Sinaí, que se cuenta en la parashá anterior, Itró.
Pero también se dan detalles que no fueron mencionados anteriormente y que hacen al momento único e irrepetible de la Revelación.
Entre los puntos de la narrativa encontramos una descripción impresionante de la visión imaginativa de lo que el Eterno manifestó de Sí:

«Luego Moshé [Moisés], Aarón, Nadab, Abihú y setenta de los ancianos de Israel subieron, y vieron al Elohim de Israel. Debajo de sus pies había como un pavimento de zafiro, semejante en pureza al mismo cielo.
Y no extendió Su mano contra los principales de los Hijos de Israel. Ellos vieron a Elohim, y comieron y bebieron.»
(Shemot / Éxodo 24:9-11)

Recuerda a la visión profética que tuvo Iejezkel / Ezequiel, y queda relatada en el capítulo primero del libro que lleva su nombre.
Aquí y allí no hubo visión material de Dios, porque Él no es materia, ni forma, ni se aparece en este mundo con cuerpo o figura; aunque los mitómanos e idólatras así lo expresen y lo vociferen.
El Eterno se niega a “ser” una cosa, ni siquiera para revelar Su Ser ante los testigos fieles.
Tal como se encarga con precisión de declarar la propia Torá:

«Entonces el Eterno os habló de en medio del fuego. Vosotros oísteis el sonido de Sus palabras, pero aparte de oír Su voz, no visteis ninguna imagen.»
(Devarim / Deuteronomio 4:12)

Pero, basta de “teología”, porque abundar en estas cuestiones no aporta demasiado y por el contrario, puede llevar a lugares inhóspitos.
Por ello, te propongo que nos detengamos en las palabras finales del párrafo citado: “Ellos vieron a Elohim, y comieron y bebieron.”

¿Notas algo raro en esta frase?
¡Yo sé!
Ellos estaban presenciando, en su vívida imaginación, a Elohim y la reacción fue “comieron y bebieron”.
¿Entiendes?
No dice que se enclaustraron a adorar a Dios, ni que se convirtieron en fanáticos ascetas, ni que se dedicaron a predicar la teología revelada, ni que renunciaron al mundo para ser del “otro mundo”, ni que despreciaron la buena vida del “más acá”.
Dice: “comieron y bebieron”.

Los Sabios explicaron esto de diversas maneras:

  • El poder espiritual fue tan tremendo que les sirvió también para satisfacer sus necesidades biológicas, sin recurrir a lo natural. Es decir, la energía espiritual fue suficiente para nutrirles, tal como si hubieran bebido y comido materialmente. Ejemplos de esto encontramos en otras partes del TANAJ, sin ir más lejos, con los cuarenta días y noches que Moshé estuvo sin comer ni beber, por estar recibiendo la Torá directamente de Dios.
  • Los que critican amargamente a este grupo de ilustres, que no estuvieron a la altura de su situación, y pronto dejaron de lado la visión espiritual para hundirse en el fango del materialismo más corriente.
  • Y están aquellos que encuentran un mensaje claro, positivo, de vida, para compartir y aprender: estamos en un mundo en el cual debemos espiritualizar lo material, materializar lo espiritual. Ellos vieron la visión de Elohim, pero también tenían necesidades físicas que cumplir, y lo hicieron. El solo hecho de alimentarse, para nutrirse, y con la energía realizar buenas y justas obras, ya eso es un hecho sagrado, de espiritualidad plena. Si además se le suma agradecer por el alimento antes y después, preocuparse del necesitado, y todo el resto de actividades positivas que rodean al acto de comer, entonces mucho mejor aún.
    Por tanto, ver a Elohim, comer y beber no eran cuestiones antagónicas, separadas, divergentes, mutuamente excluyentes. Eran ingredientes necesarios para una única receta: ¡construir shalom!

La enseñanza que comparto contigo es la que ha compartido la familia judía desde siempre: la vida espiritual se vive en los hechos cotidianos, desde lo simple y necesario para sostener la existencia, hasta lo menos cotidiano y accesorio.
Así, no hay fiesta judía sin comida y bebida. Ni tampoco duelo en el cual no participe de una u otra forma.
El rezo también se vincula al comer. El comer al rezo.
Cada acción debiera estar llena de materialidad y espiritualidad, no de religión o abstención innecesaria. Tampoco de mera animalidad, sea en su aspecto positivo o en su aspecto negativo.

Así pues, a disfrutar de lo permitido.
A apartarse de lo prohibido.
A vivir a pleno.
A materializar lo espiritual y espiritualizar lo material.
A descubrir la santidad en las cosas corrientes, porque, tal como enseña el gran Rav Kook: la santidad de lo profano es mucho más elevada que la santidad de lo santo.
A construir shalom, por medio de acciones de bondad Y justicia.

¿Hay algo más espiritual que esto?

(Texto original publicado en SERJUDIO.com compartido aquí por su gran valor para la identidad noájica).

Historia en espejos infinitos

Por motivos que no vienen al caso, me atraganté con varias películas estos días.
La mayoría de ellas de fantasía, ciencia ficción, que es el género que me gusta a mí.
En todas ellas, todas sin excepción (de las que no interrumpí por hartazgo de mal gusto a los dos o tres minutos), el cuento es el mismo, variando la decoración.
¿Adivinas cuál?

Si tuviera posibilidad y ganas de ver de otro género, estoy casi seguro que la trama sería, en su base, siempre la misma (a no ser que sea realmente malísima, pero incluso en ellas también).
Y en los libros de ficción, novelas, cuentos, etc.; según recuerdo, se encuentra exactamente la misma historia, desdibujada y vuelta a dibujar según criterio y arte del autor.
En la narrativa sacra, del TANAJ (mal llamado “Viejo Testamento”) obviamente, también se descubre; como no podía ser de otra manera.

Yendo un poco más lejos, creo que en cada situación de nuestra vida (aunque quizás exagero), al simplificar la trama, quitar los excesos, evitar las añadiduras anecdóticas, finalmente está el mismo meollo.

La pregunta que te dejo para que tú me respondas, si quieres y puedes: ¿cuál es?

Con gusto leeré, y tal vez comentaré, lo que compartas aquí debajo, en la sección de los comentarios.

Luego, otra pregunta: cuando tienes claro esto, ¿cómo te sirve para mejorar tu vida y la de tu sociedad y entorno?

¿Cuántas acciones motivadas por el AMOR puedes señalar en tu historia?

Un ejercicio bastante fácil de proponer; pero que suele traer dificultades para realizar a fondo (y asumir sus resultados).

Cuando tengas tiempo, y ganas, responde por favor a esta pregunta:

¿cuál es la acción que hice, o hago de forma habitual, realmente de manera desinteresada y sin obtener, o esperar, por ella algún beneficio personal (concreto o imaginario, en este mundo o en otra vida)?

La pregunta va dirigida a acciones en todos los planos de tu existencia, en lo individual, en tus vínculos cercanos, con la gente de tu entorno, con la sociedad, con el extraño, mascotas, ambiente, Dios, dioses, correligionarios, etc.
Descubre la acción, o acciones, que no reciban o conciban (abiertamente o de modo velado) algún interés egoísta de tu parte.

Entonces: ¿Cuántas acciones motivadas por el AMOR puedes señalar en tu historia?

Será de mucho beneficio para ti, para mí, para los lectores (silenciosos o presentes), si compartes aquí (en los comentarios debajo) lo que obtengas como respuesta.
Pero, sé meticuloso en descorrer cualquier velo que te impida ver siquiera una partícula de egoísmo motivando tu accionar.

Gracias.

Celosías

No, los celos en modo alguno son un signo de amor.
Los celos son demostración de profunda vulnerabilidad, escaso amor propio, violencia más o menos contenida, un apego desmedido al EGO y por tanto a una imagen ilusoria de sí mismo.
De amor, poco y nada.

¿Por qué será, entonces, que tanta gente crea que el celo es una forma del amor?
¡Qué buena pregunta!
¿Es necesario darle respuesta?
Supongo que no la daré, al menos directamente.

Mejor, pensemos juntos.
Si tratamos de hacer ver a un celoso que en el fundamento de su creencia y vivencia se encuentra el EGO y no el AMOR, ¿lograremos algún avance?
Estando tan aferrado el celo a la impotencia, a la desvalorización, a la dependencia tóxica, a la inestabilidad emocional que repercute en lo mental; resulta evidente que el EGO estará manejando los hilos de esa vida, llenando de miedos, dudas, angustias, excusas, violencia de todo tipo. Así, difícilmente admita el celoso su des-amor; por el contrario, se refugiará aún más en sus creencias nocivas, en sus conductas perjudiciales, se hundirá en su impotencia. Se apartará, sea recluyéndose, o huyendo, o insultando, o reforzando sus creencias con más ideas perturbadas y secuestradas por el EGO. Al sentir la amenaza de su modo de vida, la respuesta no será pacífica, casi seguro. Aunque quien traiga la lámpara tenga la mejor de las intenciones, aunque solamente se busque el beneficio del prójimo enclaustrado en el celo, es improbable que logremos que avance siquiera un paso fuera de su celdita mental.

El apego desesperado del celoso a su objeto de celo, no se trata de amor, sino de posesividad, de manipulación, de agarrarse a cómo dé lugar del pedazo de madera flotante que salve del hundimiento. Sentir que esa madera salvadora se pierde, es sentir el ahogo inminente, el terror, la soledad, la muerte.
Entonces, se hará hasta lo increíble para mantenerse a flote, aunque no se esté en un real naufragio, porque el naufragio se experimenta como real en el mundo interno, en la pantalla de las creencias; pero nada hay que demuestre su existencia más allá de sus creencias.

El celoso no está preocupado por su celado, sino por sí mismo.
No quiere el bienestar del otro, sino evitar su propio sufrimiento.
El celoso recurrirá a cualquier mecanismo para obtener su deseo de poder, porque no está movido por el AMOR, sino por el EGO. Habrá mentira, extorsión, amenaza, violencia física y simbólica, porque eso es lo que lo mueve.

¡Nada más lejano al amor que el celo!
Y esto sin tomar en cuenta los casos patológicos, que son afectados por desbalances en la estructura o funcionamiento cerebral, que llevan a una desconexión aún más radical con la realidad compartible.

Ahora, supongamos que tú eres la víctima del celoso, ¿qué puedes hacer?
Difícil, muy difícil.
Porque, seguramente ya lo has experimentado, hagas lo que hagas, el celoso encontrará evidencias para justificar su imposición, si es celoso manifiesto; o sus actividades de espionaje sigiloso, si es de los que sospechan pero se mantienen ocultos.
¿Una llamada equivocada a mitad de la noche? Una amante.
¿Un mensaje borrado? Una cita con la amante.
¿Maquillarse, perfumarse, arreglarse? Un encuentro furtivo.
¿Adelgazar? Estar a la pesca de romances engañosos.
¿”Me gusta” a cualquier tontería en la red social de alguien? Evidentes jueguitos de flirteo.
¿Cambiar la clave el email? ¡Por algo lo ha hecho!
¿Tardar un poquito en atender el teléfono? Algo habrá estado haciendo que tenía que esconderlo.
¿Quedarse horas extras en el trabajo? Excusas para encamarse con alguien.
A veces puede que coincida alguna de estas suspicacias con hechos reales, porque hasta un reloj parado dar correctamente la hora dos veces al día. Pero, el celoso satura con su opresión, sus conjeturas, sus persecuciones, su desconfianza, sus presiones; al punto que suelen provocar que sus miedos se conviertan en realidad, de una u otra forma.

En otras ocasiones, el celoso tiene casi toda la razón, ha sido víctima de uno o más engaños de parte de su pareja/amigo/familiar/socio quien fuera.
Lo ha descubierto, pero ha escogido seguir en esa relación, aunque ahora salpicada y sumergida en celos.
Tal vez no tenía más posibilidad que seguir en la relación; o tal vez podía haberla quebrado definitivamente. Si sigue, ¿por qué será? ¿No es mejor terminar ese vínculo torpedeado, en lugar de seguir aferrado al sufrimiento y sazonado hasta el hartazgo con los celos?

En cuanto a ti, el perseguido por los celos del celoso, aunque trates de evitar las situaciones que suscitan sospechas, igualmente el celoso se las ingeniará para convertirlas en evidencia indiscutible de tu falta de lealtad.
Tan grave es el círculo vicioso, que el celoso encontrará tus intenciones de vivir de manera abierta y clara como una confirmación de que tienes algo para ocultar.

Ciertamente, el trabajo lo debe emprender el celoso consigo mismo.
Es como si llovieran monedas de oro a tu alrededor, solamente te harás rico si abres la mano y las sujetas; pero, si te empeñas en tener el puño cerrado, ¿cómo lograrás tus monedas?
Así ocurre con el celoso, aunque el mundo se acomode a sus caprichos y enfermedad, de poco y nada sirve en tanto no sea el celoso quien se abra al cambio y lo impulse con responsabilidad y constancia.

Que el celoso se exprese, por medio de la Comunicación Auténtica.
Que no intente controlar.
Que aprenda a disfrutar de lo permitido.
Que tenga en cuenta los límites y los respete.
Que juzgue con bondad Y justicia, a sí mismo, al prójimo, a las situaciones.
Que emprenda el viaje de autoconocimiento y perfeccionamiento, por medio de CABALATERAPIA o algún otro sistema que ayude eficazmente.

He titulado este artículo como “celosías”, que en español significa: “Enrejado de pequeños listones, generalmente de madera o hierro, que se coloca en las ventanas y otros huecos análogos para poder ver a través de él sin ser visto.”
¿Tendrá algo que ver con los celos?

Para finalizar, ¿quieres compartir en los comentarios historias en los que has sido celoso, celado o testigo del dolor involucrado?
¿Pistas para resolverlo?
Gracias.

Costumbre de hijas

En la parashá de esta semana se encuentra el siguiente pasaje:

«(7)Cuando alguien venda a su hija como esclava, ésta no saldrá libre de la misma manera que suelen salir los esclavos varones.
(8) Si ella no agrada a su señor, quien la había destinado para sí mismo, él ha de permitir que ella sea rescatada. No tendrá derecho de venderla a un pueblo extraño, por haberla decepcionado.
(9) Pero si la ha tomado (como esposa) para su hijo, hará con ella como se acostumbra hacer con las hijas.
(10) Si él toma para sí otra mujer, a la primera no le disminuirá su alimento, ni su vestido, ni su derecho conyugal.
(11) Si no le provee estas tres cosas, entonces ella saldrá libre gratuitamente, sin pagar dinero.»
(Shemot / Éxodo 21:7-11)

Habría bastante para estudiar y aprender de estas frases, pero, en principio, quisiera concentrarme en estas palabras:

«hará con ella como se acostumbra hacer con las hijas.»
(Shemot / Éxodo 21:9)

¿Qué quiere decir?

El sentido llano es evidente: existían costumbres, claramente conocidas en su tiempo y lugar, de cómo tratar con las hijas propuestas para matrimonio. Tal cual también debe hacerse con esta chica, aunque hubiera sido vendida anteriormente por su padre como esclava al padre del “novio”. El exégeta Ibn Ezra lo remarca sencillamente: se la debe tratar tal cual se hace habitualmente con las chicas vírgenes judías propuestas para matrimonio. No se la discrimina por su condición social, a causa de las acciones de su padre, el cual se vio en una situación extrema y desesperada para llegar a hacer lo que hizo con su hija. No es aquí el momento ni lugar para profundizar más sobre esto, continuemos con “lo que se acostumbra hacer con las hijas”.

RASHI nos amplía con su explicación, que está vinculada al siguiente versículo, cuando menciona:

«no le disminuirá su alimento, ni su vestido, ni su derecho conyugal.»
(Shemot / Éxodo 21:10)

Es decir, actuar con la joven tal como se acostumbra hacer con las esposas, como es obvio y evidente.
La chica fue esclava pero ahora es esposa, con los mismos derechos y obligaciones.
Su pasado no marca su presente, ni su futuro.
Es esposa, como toda hija de Israel que ha llegado al matrimonio, y como tal debe ser cuidada y valorada.

Profundizando, podemos encontrar en el libro del Zóhar (II, 97a) la siguiente enseñanza:

“Dentro de una roca poderosa, un cielo/paraíso escondido, se ubica un palacio llamado el Palacio del Amor. Allí, hay tesoros ocultos y todos los besos de amor del Rey. Las almas queridas del Rey entran allí. Y cuando el Rey entra al palacio, “Iaacov besa a Rajel” (Bereshit/Génesis 29:11). Él descubre cada alma, la besa, la abraza, la lleva con Él, se deleita en ella. Esto es «hará con ella como se acostumbra hacer con las hijas.», así como un padre trata a su amada hija, besándola y abrazándola, y dando sus regalos…”

Te lo explicaré rápidamente.
La NESHAMÁ (espíritu, Yo Esencial) que somos reposa, habita, se conecta, da sentido, al ser que estamos siendo en este mundo. Somos humanos porque somos NESHAMÁ.
Esa NESHAMÁ es la hija vendida como esclava, que ya no disfruta de los placeres del palacio paterno, de las delicias de su vida plena en el mundo del espíritu.
Ahora está confinada a las limitaciones de ser humano encarnado. Entre otras cosas, debe soportar un duro capataz, el EGO, el cual se las rebusca para dominar y hacer sentir su apariencia de poder. Pero, realmente no tiene autoridad sobre ella, el EGO es en verdad el esclavo, el que está al servicio, aunque se rebele y se transforme en un usurpador y déspota.
NO es gobernar y maltratar su finalidad, por el contrario, la misión del EGO es cuidar de la NESHAMÁ, al preservar al cuerpo de los ataques de la impotencia, otorgándole un lugar para que resida y pueda desplegarse; para que durante el pasaje terrenal la NESHAMÁ adquiera la conciencia y memoria de las experiencias sensoriales, y puedan éstas luego ser disfrutadas en el mundo espiritual con mayor deleite que meramente como datos teóricos.
El Padre ha hecho “descender” a Su hija a este mundo, de entrecruzamiento material-espiritual, para otorgar mayor beneficio y bienestar a la chica.
Pero, las leyes del mundo pueden causar dolor, malestar, sufrimiento, agotamiento, lo cual podría hacer creer a la doncella que merece el mal que está padeciendo. Pero, ¡no es así!
Ella tiene el derecho a disfrutar de lo permitido, a gozar a pleno de las bendiciones que le son propias.

Tenemos derecho a llevar una buena vida, a pesar de los inconvenientes.
Debemos encontrar el camino para que la NESHAMÁ gobierne, con su LUZ iluminando cada rincón de nuestro ser y del entorno.
Cuando el EGO se imponga, es necesario darse cuenta para desarmar su falso poder, ubicándolo en su correspondiente sitio de servidor y no de amo.

Para lograrlo, es imprescindible aprender del EGO y sus herramientas, así como los mecanismos y costumbres para dotarnos de poder y no caer en sus engaños.
Las “costumbres de las hijas” son (entre otras):

  • construir SHALOM, por medio de acciones de bondad Y justicia;
  • Comunicación Auténtica;
  • disfrutar de lo permitido;
  • apartarse de lo prohibido;
  • no querer dominar aquello que no puede ser controlado;
  • lealtad al Eterno, al andar por Sus caminos;
  • estudiar para desaprender y aprender y nutrir de esa forma nuestra mente y emociones;
  • TESHUVÁ.

Todo esto, y algunas cosas más que no hemos mencionado aquí, se resumen alegóricamente en los derechos de las esposas “alimento, ropa y unión conyugal”; aquel que comprende no precisa de más explicaciones.
El resumen del resumen: construir SHALOM en todo momento.

Como verás, partimos de unas reglas muy antiguas, bastante extrañas para nuestro mundo actual, (al menos en gran parte de la cultura occidental), pero que eran perfectamente comprensibles en el mundo donde fueron entregadas.
Y llegamos a descubrir secretos eternos, de salud integral, de crecimiento, que empoderan nuestra actividad de CABALATERAPIA, en procura de un mundo interno y externo mejor.
En donde reine el AMOR, y no el EGO.
Al dar un vistazo a las noticias del día, parece difícil conseguir un mundo de SHALOM, una Era Mesiánica, con tanta injusticia, maldad, arbitrariedad, corrupción, desespero, etc.; tanto en lo micro como en lo macro.
Sin embargo, ahí sigue presente la NESHAMÁ, con su vocecita, con su LUZ, con su perpetua conexión al Padre.
Podemos ser nosotros el granito de arena que falta para doblar la historia, llevar a que el platillo de la balanza cósmica esté del lado del Bien.
Así pues, construye SHALOM, aunque parezca que es inútil, aunque tengas contratiempos, aunque tropieces, aunque a menudo sientas que sigue siendo el EGO el señor en tu comarca. Tú sigue haciendo tu tarea, la TUYA, que nadie más puede hacer.
Sigue adelante, aprendiendo y desaprendiendo, construyendo SHALOM.
El resultado final no depende de ti, ni de mí; pero el proceso sí.

(Texto original publicado en SERJUDIO.com, republicado aquí por considerarlo pertinente para la espiritualidad noájica).

¿Cambia, todo cambia?

Ni bien se termina de leer el Decálogo (los mal llamados “Diez Mandamientos”, puesto que son 14) en la parashá Itró, nos encontramos con un versículo que podría resultar curioso si nos detuviéramos a contemplarlo:

«Y el Eterno dijo a Moshé [Moisés]: ‘Así dirás a los Hijos de Israel: ‘Vosotros habéis visto que Yo he hablado desde los cielos con vosotros.»
(Shemot / Éxodo 20:19)

Recién concluyó el imponente espectáculo de la Revelación del Eterno para todo el pueblo de Israel en la zona de Sinai.
Todavía arden sus almas por el contacto con la Presencia.
Vibran aún por la conmoción de ser atravesados por las voces celestiales convertidas en ondas energéticas visibles.
No pasó inadvertida la Revelación, el mundo entero se estremeció hasta sus raíces, ¡cuánto más aquellos judíos allí presentes!

Ellos, nosotros, un pueblo entero, de unos tres millones de individuos, que testimonian haber experimentado la Divina manifestación.
No como un cuento, no por tradición, no por habladurías, no por fe; sino ellos mismos estaban allí presentes, nuestros espíritus también, en contacto directo y cierto con la expresión de Dios en la tierra.
No hubo, ni habrá, otra circunstancia parecida, única, de unificación de lo celestial con lo terrenal de manera tan masiva e incontrovertible.

Entonces… ¿a qué viene este versículo?

Pues, pareciera estar demás.
¿No?
¿Acaso ellos no sabían al 100% que era Dios el que se había manifestado allí, ante ellos, en ellos?
¿Podrían quedar dudas?
¿Dependerían de la vanidad de la fe, o de esclavizarse a ideologías, habiendo tenido recién esa única e irrebatible experiencia?

¿A qué viene esa frase entonces?

Sabemos que un concepto básico de la Torá es que no contiene nada extra, decorativo, carente de sentido.
Por ahí, nosotros no alcanzamos a comprender o desvelar algunos misterios. Está bien que así sea, pues cada uno alcanza al nivel que le corresponde.
Pero, una frase tan obvia, evidente, redundante, ¿cómo explicarla?

Una de las maneras es muy simple, a la vez que profunda.
La Torá la dio Dios al pueblo judío, Él es su autor, Él su codificador, Él quien decretó que tal fuera el texto.
Por consiguiente, solamente Él puede modificarla o anularla.
Pero, Él mismo se ha encargado de cancelar tales opciones, ya que fue Él quien declaró:

«No está en el cielo»
(Devarim / Deuteronomio 30:12)

Ya no depende más de Dios la Torá, ahora es del pueblo judío, el depositario, quien se encarga de preservarla, de estudiarla, de vivirla. De interpretarla y llevarla a la práctica de acuerdo a los parámetros acordados y consagrados.
Uno de los elementos claves es que la propia Torá se encarga de negar su posibilidad de cambio:

«Tendréis cuidado de hacer todo lo que Yo os mando; no añadiréis a ello, ni quitaréis de ello.»
(Devarim / Deuteronomio 13:1)

Así pues, ni Dios puede anular o cambiar la Torá; ni tampoco sus verdaderos dueños, que son el pueblo judío.
La Torá de Israel, es y será.

Pero entonces, ¿cómo entender la famosa profecía del profeta Irmiá/Jeremías?

«‘He aquí vienen días, dice el Eterno, en que haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Yehudá [Judá].
No será como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto, Mi pacto que ellos invalidaron, a pesar de ser Yo su señor, dice el Eterno.
Porque éste será el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Eterno: Pondré mi Torá en su interior y la escribiré en su corazón. Yo seré su Elohim, y ellos serán Mi pueblo.
Ya nadie enseñará a su prójimo, ni nadie a su hermano, diciendo: ‘Conoce al Eterno.’ Pues todos ellos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice el Eterno. Porque Yo perdonaré su iniquidad y no Me acordaré más de su pecado.'»
(Irmiá / Jeremías 31:30-33)

La respuesta es bastante simple, a la vez que profunda.
En la Era Mesiánica, el EGO (conocido en la Tradición como Ietzer haRá) estará sometido al AMOR.
Ya no dominará el miedo, ni la falsedad, ni la amargura, ni la malicia, ni la violencia, ni todo lo que afea nuestro hermoso mundo.
Por el contario, la LUZ de la NESHAMÁ irradiará y colmará los confines de la existencia individual y colectiva.
No viviremos en sombras, apartados de la LUZ, en tristeza y agonía, sometidos al EGO.
Ya no sentiremos la Torá y sus mandamientos como algo externo, que se nos impone desde fuera.
En la Era Mesiánica será comprendido que el camino de todo ser humano es el cumplimiento de los mandamientos que le corresponden de acuerdo a su identidad espiritual, los Siete Universales para la mayoría de la humanidad, los gentiles; los 613 de la Torá para el pueblo judío en exclusiva.
No será necesario apartar la idolatría, ni demostrar la mentira de las religiones, ni la torpeza de las supersticiones; puesto que será el espíritu quien comandará y no una pequeña porción de nuestro cuerpo (el EGO). Estaremos libres, y por tanto en sumisión a Dios, en armonía con Sus preceptos, aquellos que nos pertenecen por derecho de identidad espiritual.
Ciertamente será un nuevo pacto, aunque NO un “nuevo testamento”.
Será el pacto renovado, tanto para los noájidas como para los judíos.
La alianza eterna que se respetará por AMOR, por el deseo de cumplir la Voluntad, y no para obtener beneficios o codiciar librarse de castigos.
El conocimiento del Eterno será evidente, puesto que será la LUZ de la NESHAMÁ la que alumbrará, y no más los espejismos del EGO.
No será necesario que se nos tome de la mano para arrancarnos de las angustias, de los Egiptos, porque ya habremos madurado nuestra espiritualidad en la experiencia humana.
Seremos partícipes activos de nuestra tarea sagrada, de construir SHALOM en el mundo.

No se cambiará la Torá, se mantendrá vigente como el primer día.
No se reemplazará, tal como tampoco otra nación desplazará a Israel de su misión específica en este mundo, de su relación particular con el Padre y Rey.

Cada uno vivirá a plenitud, en bendición, disfrutando de su propia porción, en paz.
¿Cómo lo sé?
Porque nosotros, los judíos, hemos visto personalmente que desde los Cielos Dios nos ha hablado y nos ha ordenado Su Torá.
No es un cuento, no es una tradición sostenida en la fe, no es un mito, no es una creencia.
Es un hecho.

Ahora que lo sabes, ¿cómo cambiarás tú y ayudarás a cambiar a otros, para bien?

(Texto publicado originalmente en SERJUDIO.com, compartido aquí por tener sumo valor para el fortalecimiento de la identidad noájica).

Rompiendo los límites

Los niños y también los adolescentes en muchas oportunidades van hasta el borde… y lo cruzan.
¿Por qué?
Puede ser por varios motivos:

  1. Porque no tienen idea de que existen los límites, por ello precisan darse con ellos para ir adquiriendo el conocimiento a través de la experiencia.
  2. Porque no saben cuál es límite exactamente y hasta que no chocan con él no aprenden a reconocerlo.
  3. Porque prueban con ello la reacción de los adultos, ¿qué pasa cuando hago esto, qué dice o hace mi papá-mamá-maestra-etc.?
  4. Porque quieren auto castigarse, como una forma mágica de preservarse de imaginarios castigos que pueden provenir de otras fuentes.
  5. Porque buscan confirmar el cariño, apoyo, confianza, del entorno, de las figuras de autoridad, de sus pares, de quien consideren valioso y aprobatorio. Si traspaso, ¿me seguirá queriendo?
  6. Porque rechazan esos límites, al considerarlos ajenos, extraños, abusivos, maliciosos; con razón o sin ella.
  7. Porque anhelan hacer lo malo, lo incorrecto.
  8. Porque quieren experimentar el lado oscuro de la vida, pero sin dejarse caer en el abismo.
  9. Porque les da lo mismo el límite tal o cual, lo que les importa es obstinadamente oponerse a la figura de autoridad, o al sistema, o a lo que consideren el enemigo del momento.
  10. Porque hacen tonterías sin sentido, sin otra motivación profunda.

Probablemente puedas encontrar más motivos, con gusto los leeré si los comparte aquí debajo en la zona destinada a los comentarios.

También me encantaría leer tu comentario al respecto de la siguiente propuesta: ¿cómo seguimos actuando de esta manera aún siendo adultos y maduros –en apariencia-?