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Un sentido a la Crisis Existencial

En tanto observo a las personas, a algunos conocidos, a lo que publican mis contactos del Facebook o en este hogar, a mí mismo, más me convence que de la sensación de falta de ubicación, de sentido, o de crisis existencial nadie se escapa.

También me convence que a la mayoría esa sensación nos aterroriza.

A nadie le agrada y la detestamos completamente de manera no consciente; la sublimamos hacia religiosidad, la reprimimos negándola, o bien sea, la evadimos temporalmente.

Sea cual sea la actitud que se asume frente a la crisis de existencia y a la duda, lo cierto es que está presente y más activa que nunca. Porque es parte de la esencia humana; de mi esencia y de la tuya, es lo que nos conecta a ti y a mí. Podemos discrepar en todo, ser físicamente diferentes, hablar distintos idiomas, estar en desacuerdo con confesiones de fe o divinidades, pero del vacío existencial, de la falta de sentido de las experiencias de vida, de la sensación de falta de soporte en algo más a lo terrenal nos hace idénticos.

El vacío existencial nos hermana. El dolor que produce esa desubicación nos hace uno; equivalentes a ti y a mí. No hace falta que lo digas, ni que lo confieses, ni que lo niegues. Con solo leer lo que publicas, mirarte unos minutos, o simplemente conversar pocos minutos contigo a la luz de una taza de café y un cigarrillo, podré conéctame contigo por medio del vacío.

Yo no tengo la respuesta a la crisis existencial. Desconozco si alguien la tiene o si existe algo o alguien que de seguridad en esta existencia.

Pero, personalmente, me canse de sublimarla, reprimirla, negarla o temerle. Cuando me empoderé de mi libertad y reconocí la crisis existencial descubrí mi humanidad. Cuando trato con personas y les descubro que entre sus propios velos esconden la misma crisis, les encuentro su humanidad y me identifico; me conecto.

Y en función de llenar tanto vacío me he puesto en marcha; para, de mi parte, intentar no dejar sin una chispa de luz tanta densa oscuridad que nos hermana.

Hice memoria para intentar identificar, en mi caso, el momento justo en que por primera vez note la presencia del vacío negro de la existencia, y no lo pude datar.

Pero concluí que un niño no lo puede experimentar, racionalizar, pensar, imaginar, ni siquiera creer en el vacío existencial. La duda existencial se presenta luego en la persona, es la bienvenida que da la Vida a la persona que crece y se responsabiliza. Que intenta apropiarse de su vida y de su futuro, es decir, para el que vive buscando una vida y no solo sobrevivir.

Una primera razón que le he dado a la crisis existencial es que marca la madurez. Ya las fantasías de niño y su visión del mundo quedaron atrás; ahora su propio vacío le demostrará que su etapa infantil quedó atrás, ahora es maduro, y parte de su nueva etapa es la responsabilidad de responderle al vacío que está experimentando. Cualquier respuesta que le de la persona madura le conectará con sus semejantes. Ya sea con sus semejantes de la iglesia, la congregación, la familia o el clan; o con toda la humanidad.

Algunos siendo personas maduras se inclinan por no responderles al vacío existencial que experimentan y lo reprimen negándolo siguiendo los patrones familiares heredados (la religión de la familia); otros lo subliman hacia otras confesiones de fe en dios o en dioses (gracias a la gama religiosa que ofrece la sociedad); por otro lado, otro tanto la evaden por algún tiempo, porque da miedo observar la crisis. El hecho dudar de dios, de la vida después de esta vida, de la seguridad de las tradiciones de la familia, del líder espiritual de confianza, del more, o de cualquiera que ha significado cierto anclaje seguro, es pavoroso. Sencillamente es una duda infartante.

Sea cual sea el mecanismo que se escoja para acogerse en seguridad contra la crisis existencial en una persona madura, sigue siendo una actitud pueril.

Si la crisis de existencia, entonces, marca la etapa de adultez, lo mejor sería asumirla, observarla y reconocerla como un adulto, explorando los otros mecanismos que como humanos tenemos para responder, y no con los que un niño dejó atrás.

Porque si como niños respondemos a la crisis de la existencia, como niños nos consumirá su negra presencia. Si como adultos respondemos a la crisis existencial, al menos tenemos la posibilidad de darle un sentido a su extraña negritud.

De mi parte, hasta aquí. Si quieres acompañarme en este viaje hacia el agujero negro, bienvenido, y gracias por no dejarme solo. Pero si no quieres, no te voy a juzgar y te entiendo. Prometo que si salgo vivo y cuerdo de mi viaje hacia el agujero negro, te contaré lo que vi.

 

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(Que siga siendo en mérito por la vida del joven valiente Gerardo Cruz hijo de Patricia Barquero. Quiera La Autoridad Divina restituirle la salud, la vida y su familia.)

Crisis existencial y la auto-finalización

Las personas sentimos soledad, falta de sentido, y dudamos de dios. Para no sentir eso, y auto engañarnos con una falsa seguridad, nos afiliamos a la creencia de turno de la sociedad.

Tener el vocablo “dios” en el pensamiento, en las ideas y en las palabras, aliviana mucho el sinsentido tan profundo que padecemos. Creemos que estaremos salvos de las circunstancias; o cuando las experimentamos, creemos que con el vocablo “dios” nos salvaremos de la mala racha.

No es fácil observarse y concluir, objetivamente, que en realidad no sabemos nada de nuestra propia existencia; siempre la hemos evadido, concentrándonos en otras cosas que nos distraen de nosotros mismos. Porque observarse da miedo. Y da terror ver que no tenemos filiación con nada en el mundo.

Nadie comprende más de lo humano que los propios humanos. A nadie más que en otro humano podemos recurrir para que nos auxilie y nos explique nuestra filiación, nuestro origen, nuestro propósito de existencia, y nos de esperanza.

Porque si me tocara juzgar un lado positivo de la religión es precisamente ese, dio esperanza al hombre aterrorizado; pero el costo fue la libertad natural para esclavizarlo a ideas antinaturales, pero sin poder desarraigar la crisis existencial que pareciera estar en un lugar casi santo en el hombre.

Esa crisis existencial es la prueba mas inequívoca de dos hechos: 1. Que no nos gusta ser sinceros con nosotros mismos y prestarnos atención; 2. Que encontramos en la confesión de fe la desconcentración necesaria de nosotros mismos y la protección a la propia duda existencial.

Si en el trascurso de nuestra vida encontramos otra confesión de fe con mejores argumentos, pues sencillamente se cambia de confesión, repitiéndose el ciclo si se llegara a encontrar otra. Esto demuestra la seria crisis personal y no la veracidad de las confesiones religiosas.

Por eso se ven personas antes católicas y ahora evangélicas, luego judíos mesiánicas o netzaritas, luego noajidas, luego buscando conversiones judaicas, para luego, seguramente, querer ser extraterrestres o marcianas.

Pero, insisto: esto demuestra la seria y severa crisis de soledad e impotencia por no tener seguridad, y la falta de sincera auto observación.

Lo que nos pasa no es desprecio por la vida, ni odio por la existencia. Es el vacío, soledad, abandono y la falta de sentido lo que sufrimos y evadimos.

En una antigua enseñanza del sitio hermano serjudio.com (1) , se nos cuenta como dos escuelas de sabios judíos discutieron dos años y medio la finalidad de la creación del hombre, para concluir que si bien ya existe, lo mejor es éste haga todo lo posible para ser lo que puede llegar a ser, descubra sus potencialidades para construirse, superarse y trascender.

De su lectura integral puede deducirse que el hombre tuvo, necesariamente, un punto de inicio (aunque un poco confuso), pero el hombre mismo no está finalizado. Su falta de acabado provoca la crisis necesaria para ser empujado a construirse, finalizarse, darse “el toque final”.

Si bien esta es una conclusión prematura a la que se puede perfectamente llegar, personalmente quisiera concentrarme en la crisis, para darle algún sentido, antes de proseguir a la meta, que es la responsabilidad del auto acabado.

Esa tesis judía no esta tan lejos de las tesis seculares; ni tampoco es ilógica o irracional. El Dr. Erich Fromm (2) argumenta, convincentemente, que el ser humano rompió los lazos primarios que lo unían al reino animal y lo puso de cara a otra realidad. En dicho rompimiento, los instintos básicos ya no ordenaban lo que tenía que hacer. El sentimiento de soledad e impotencia le hizo, con sus pares, crear modelos sociales cuyas tradiciones le daban seguridad al hacerlo autómata. Sin embargo, la evolución social también le hizo romper con esas tradiciones dejándolo nuevamente solo e impotente. Ya el hombre no lo comanda el Instinto quien ordenaba LO QUE HAY que hacer; tampoco no lo comanda la tradición que le ordenaba LO QUE SE DEBE hacer. Solo le resta un camino, y ese es hacia adelante, reconstruirse por medio de la espontaneidad de ese “yo” del hombre creativo que la humanidad no hemos alcanzado, pero que lo evidencia la inspiración de un artista; evolucionar a un ser que, sin perder su identidad, lo vuelva a unir a la naturaleza y a los hombres.

Por otra parte, el Dr. Viktor Frankl (3) sostiene una posición parecida; e insiste que el humano es un ser libre. Es libre de ser impulsivo, autómata, robot o programado biológicamente, para llegar a convertirse en un ser responsable, con conciencia; con la facultad de autodeterminación porque está dotado de un inconsciente que no solamente es impulsivo biológico, sino que también de sentido. El ser humano posee un órgano de sentido que denomina conciencia, que lo impulsa y lo trasciende a algo más que un ser programado, pero que su origen es irracionalizable e inobservable. Tal como lo es el ojo humano quien no puede observarse a sí mismo, es la conciencia. Tal como lo es el ombligo, que a simple vista no tiene función, pero su existencia evidencia un origen trascendente al hombre. La crisis de libertad le produce una neurosis noogena, que no es solamente disfuncionalidad entre impulsos instintivos; sino que se traduce como falta de sentido.

Ambos, apuntan a una primera crisis, la de la libertad de ser una cosa animada, a la libertad para llegar a un ente que se trasforma. Ambos apuntan a potenciar las capacidades del hombre para su reconstrucción, o mejor dicho, para su evolución o re-creación. No como objeto de voluntades divinas sino desde la propia voluntad del hombre, y desde su propia identidad desconocida por él. No desde el “seudo yo” que creemos que somos, sino desde el Yo Trascendental que desenmascara la conciencia.

Albricias En esa medida el existencialismo vacío se difumina, y las razones de ser, aparecen ¡¡.

Por su parte, el Lic. Yehuda Ribco (4) propone que el ser humano tiene un componente irracionalizable e inobservable, que lo vincula a un estado de existencia superior e inentendible para todos (NESHAMÁ); ya que vivimos en este mundo cuatridimensional. A pesar de contar con ejemplos tecnológicos con los que podemos comprender un poco mejor dicho fenómeno (5) , resulta cierta crisis introducir lo eterno en el marco estrecho de este mundo de cuatro dimensiones, lo que da como resultado necesariamente un sentimientos de desubicación que impulsa a la búsqueda de un sentido por medio de ejecución de actos, conociendo el bien, actuando con ética universal; es decir, evolucionando hacia un estado de ser que no es símil al modelo humano propuesto por las religiones, sino que a un estado de ser que no tiene final pues pasa en continua trasformación.

De las tres teorías que modernizan la enseñanza judía antigua mensionada, se le puede dar un sentido a la crisis existencial de la siguiente forma:
1. Tuvimos un punto de inicio.
2. No fuimos acabados en ese primer inicio
3. Esa falta de finalización está acompañada por una libertad enorme e incomprensible
4. Esa libertad da terror porque nos responsabiliza en nuestro propio acabado.
5. La responsabilidad propia es estar en continuo auto definimiento y auto acabado
6. Esa responsabilidad es ineludible.

De mis crisis existenciales, y las respuestas que he intentado darles, puedo concluir que somos seres no finalizados o acabados, como semicírculos o algo sin cerrar; pareciera que nos delegaron la autorización para nuestra propia “finalización”; para acabarnos de crear nosotros mismos, sin otras autorizaciones o intervenciones adicionales. En otras palabras, somos responsables de nuestra propia post-creación, o sea, evolución.

Si somos seres no acabados, paralizar el proceso de la propia finalización no sería una opción válida; tampoco lo sería evadir el proceso del auto finalización desconcentrándonos con creencias religiosas o confesiones de fe que den la seguridad engañosa esperanzadora.

Lo más viable es enfrentar el propio miedo a preguntarse, a dudar y a observarse, para determinar los rastros religiosos que hemos comido, para vomitarlos de nuestra existencia ya que fuimos engañados con su falsa seguridad y esperanza. Tal vez ese sea el primer paso hacia una libertad mas evolucionada, más consciente, más saludable para continuar nuestra propia evolución personal.

 

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(Que sea en mérito por la vida del joven valiente Gerardo Cruz hijo de Patricia Barquero. Quiera La Autoridad Divina salvarlo de la muerte prematura a la que los matones lo pusieron.)

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1.http://serjudio.com/dnoam/rap83.htm

2.El miedo a la libertad.
3. La presencia ignorada de dios.
4.http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/insignificantes-eso-dijo-el-kohelet

5. http://serjudio.com/personas/etica/memoria-y-conciencia-tras-la-muerte

Bereshit 5776–ETZ JAIM

Comienza con esta parashá la lectura anual de la Torá, por tanto veamos un poquito acerca de este libro sagrado para los judíos, así como para miles de millones de seres humanos. En el acierto o en el error, muchos que no son los herederos ni sostenedores de la Torá, tienen una poderosa afición a ella. Incluso, tanto los cristianos como los musulmanes se presentan a sí mismos como los continuadores oficiales de los judíos, como los poseedores de un pacto renovado. Esto, evidentemente, no es correcto sino una alteración profunda de la realidad; y sin embargo, apunta a una realidad trascendente muy cierta. Ellos en su tremendo error igualmente están anhelantes por encontrar el sendero a la NESHAMÁ, el espíritu, y por tanto a Dios. Pero, en lugar de hacerlo de la manera correcta, caminando con paz y armonía por la senda del noajismo, han inventado cada uno su propio camino grotesco, con la intención de encontrar a Dios, pero perdiéndolo por no acatar Su Voluntad, por no vivir en paz como noájidas.

Pero, ¿qué es la Torá?
Muchos confunden la Torá con un libro de historia, que ciertamente no lo es, aunque contenga algunas narraciones antiguas y particularmente de la milenaria nación de Israel.
Tampoco está para aprender ciencia, aunque haya personas que afirman descubrir revelaciones científicas entre sus líneas (con acierto o error).

Lo que sí podemos afirmar es que la Torá es el mensaje que Dios reveló directamente al pueblo judío a través de Moshé, para que sirva como un manual de vida, según leímos hace pocas semanas: “Ki hi jaieja veorej iameja” – “porque ella es tu vida y la extensión de tus días” (Devarim/Deuteronomio 30:20).
Es así porque contiene reglas que nos encaminan hacia el bien y la justicia. También porque encontramos narraciones que nos sirven como ejemplo de lo que es mejor evitar y aquello que sería inteligente emular.
Cumpliendo con sus normas y aprendiendo de sus moralejas podemos conectarnos con el Eterno y con nuestra propia esencia sagrada, la NESHAMÁ (espíritu), lo cual llena de LUZ nuestra vida.

Entonces, cuando nos encontramos con una MITZVÁ (precepto, orden) no está para proceder como un robot en su cumplimiento, sino también y especialmente para que descubramos como ella nos conecta con nuestra mejor identidad, nos solidariza con el prójimo, nos reúne en un abrazo con el Eterno. Porque el acatar la orden tiene valor en sí mismo, pero el manifestar nuestro mejor potencial cumpliéndola es extraordinario.
Esto ocurre tanto con la TORÁ NOÁJICA con sus Siete Mandamientos para cada uno de los Hijos de las Naciones, como los 613 mandamientos de la Torá que corresponden a la nación judía.

De manera similar cuando estudiamos alguna narración de la Torá, no es para pasar el rato con un cuento, ni para memorizar algún dato, sino para encontrar algún mensaje que nos permita ser más libres, felices, creativos, bondadosos, conectados, promotores de SHALOM.

Por ello, el sabio e inspirado rey afirmó acerca de la Torá: Etz Jaim Hi Lamajazikim Ba” “un árbol de vida es para los que se aferran a ella”. Y agregó Vetomjea Meushar” – “y los que la sostienen son felices” (Mishlei/Proverbios 3:18).
Para los judíos es relativamente sencillo comprender este concepto, pero, ¿cómo se aplica a los noájidas, quienes no son destinatarios de la Torá de Israel, sino poseedores de su propio código sagrado, el de los Siete Mandamientos? Si tienes ideas que sirvan para responder, publícalas en la zona para los comentarios aquí debajo. Gracias.

Entonces, cuando sostenemos la Torá, ella nos sostiene a nosotros, y nos permite encontrar el camino a la felicidad, aquella que se perpetúa y no se degrada en el tiempo.

Ahora que sabemos esto, te propongo que releas algunos de los relatos que están en esta parashá y veas cómo te pueden ayudar para traer luz a tu vida y a la de quienes te rodean. Puede ser la creación, el nacimiento de ADAM (hay dos versiones del mismo hecho), cuando el fruto prohibido fue comido, la pelea de Caín y Ebel, el desarrollo de la familia humana, o cualquier otro del variado contenido. ¡Adelante! Y comparte luego tus aprendizajes, si gustas.

Te deseo Shabbat Shalom umevoraj, con todo lo bueno para ti y tu familia.

Responde al llamado

Hay gente (no judía, de los cuales muchos son idólatras, adoradores de un hombre ficticio con falso poder salvador) que creen que los judíos siguen elevando sacrificios al Eterno, y hasta incluso afirman que es el mecanismo único que cuentan los judíos para obtener el perdón del Señor.
Se burlan de esto, mientras sostienen que el único camino para lo que denominan salvación es la fe ciega y absurda en su dios humano, en aquel que consideran su mesías, quien según su ideología vino a traer la limpieza de los pecados por medio de su autosacrifico. Es la fe en ese falso redentor la única manera de escapar de lo que llaman infierno, pues todo aquel que no cree en ese hombre está condenado eternamente a todo tipo de sufrimiento terrible, a la ira desatada y sin contención del dios. El mismo dios que imputa un pecado original, del cual supuestamente somos todos culpables por el mero hecho de haber nacido humanos.
Así pues, para esa religión, todos somos condenados, malditos, encaminados hacia el infierno, carentes de la chispa divina. Aunque seamos buenas personas, dediquemos energías, dineros, la vida entera para ayudar al prójimo, para vivir una vida espléndida y ética, ¡nada de eso cuenta! Pues, según esa religión todos somos malditos, ya que la clave para dejar de serlo es la fe en ese dios humano que se autoinmoló para perdonar a los hombres del pecado que el dios les acusa.

Es obvio que tales propuestas religiosas no tienen ninguna validez espiritual, no son reales, no provienen de Dios y de Su Palabra. Son por completo foráneas a la Divina Verdad y llevan a una vida desastrosa, falsa, carente de sentido.
Pero, ¡qué difícil que los adoradores de tal religión puedan liberarse de su celdita mental y dejar la senda del error para reencontrar su propia NESHAMÁ (espíritu) y de esa forma reencontrar a DIOS (el Verdadero, el Uno y Único) en sus vidas!

Mira lo que afirma con Verdad el profeta del Eterno:

» ¿Con qué me presentaré al Eterno y me postraré ante el Elohim Altísimo?
¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año?
¿Aceptará el Eterno millares de carneros o miríadas de arroyos de aceite?
¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mi vientre por el pecado de mi alma?

¡Oh hombre, Él te ha declarado lo que es bueno!
¿Qué requiere de ti el Eterno?
Solamente hacer justicia, amar misericordia y caminar humildemente con tu Elohim.»
(Mijá / Miqueas 6:6-8)

Como ves, no pide Dios sacrificios, ni sangre, ni dioses muriendo por el hombre, ni fe en fantasías, ni rituales, ni religión, ni diezmos a iglesias, ni seguir líderes religiosos, ni juntarte con adoradores a repetir lemas sin contenido, ni bailotear con tus “hermanos”, ni encerrarte en un retiro espiritual, ni ir a una lejana provincia a la tumba de un hombre santo, ni… ¡nada de lo que por lo general la gente considera sagrado!
Elohim requiere de ti unas cosas bien sencillas, asequibles, cotidianas, mundanales, prácticas: que seas justo, que seas bueno, que seas leal a Dios.
Lo que nosotros llamamos, humildemente, CONSTRUIR SHALOM.

Entonces, en los hechos, en el judaísmo desde hace muchos siglos que no se hacen sacrificios de animales, y de ninguna especie.
Desde que no existe más el Templo del Eterno en Ierushalaim, o incluso quizás desde tiempo antes.
Así pues, la afirmación de que los judíos precisan y abogan por los sacrificios, por la sangre derramada de inocentes animales, para obtener perdón de Dios, es una completa distorsión de la realidad.
Lo cierto es que nunca realmente fueron los sacrificios, la sangre derramada de animales inocentes, lo necesario para ser perdonados por el Señor.

Según Maimónides la necesidad de los sacrificios era puramente cultural, sin un valor eterno, sin ser un ingrediente intrínseco.
La gente consideraba que el sacrificar a los dioses era necesario, por tanto los judíos se encontraron con esa realidad cultural a la cual se adaptaron. Por lo cual, se establecieron los sacrificios hacia el Eterno como una cuestión del momento, apropiada para estar acorde a la cultura y no como requerimiento esencial y espiritual. Ellos suponían que así había que hacer, pues eso vieron que hacían los demás; entonces el Eterno les permitió que lo hicieran, para con ciertos parámetros que debían respetar, de esa forma los iba encaminando lentamente hacia la senda correcta. Como ves, ha sido efectivo, pues, no existen actualmente muchos judíos que consideren necesario el sacrificio o la sangre del animal, aunque todavía haya algunos pocos que sueñen con restablecer el sistema sacrificial algún día.

Pero, incluso hace miles de años, cuando todavía se elevaban sacrificios, era claro para todos los leales al Eterno que eso no era lo importante, ni la base de la relación con el Eterno.
Lo fundamental era la TESHUVA, el arrepentimiento real, sincero, completo; en el caso de los que deseaban extirpar el efecto de sus pecados (SUS pecados, y no cosas que se les imputaba por el mero hecho de ser nacidos de mujer; pues NO cargamos pecados originales, no tenemos que pagar personalmente por los pecados de otros).

Atiende al profeta de la Verdad:

«Escuchad la palabra del Eterno, oh gobernantes de Sodoma. Escucha la Torá de nuestro Elohim, oh pueblo de Gomorra.
Dice el Eterno: ‘¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados. No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos.
Cuando venís a ver Mi rostro, ¿quién pide esto de vuestras manos, para que pisoteéis Mis patios?
No traigáis más ofrendas vanas. El incienso me es una abominación; también las lunas nuevas, los shabatot y el convocar asambleas.
¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva!
Mi alma aborrece vuestras fiestas de lunas nuevas y vuestras festividades. Me son una carga; estoy cansado de soportarlas.
Cuando extendáis vuestras manos, Yo esconderé de vosotros Mis ojos.
Aunque multipliquéis las oraciones, Yo no escucharé.
¡Vuestras manos están llenas de sangre!
Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de Mis ojos. Dejad de hacer el mal.
Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda.»
(Ieshaiá / Isaías 1:10-17)

No quiere Dios rituales, sacrificios, religión, imposturas de supuesta sacralidad, ni fe.
Él es tan claro y explícito: dejen el mal y hagan el bien. Sean justos.
En resumen, CONSTRUIR SHALOM.

¿Y todavía pretendes que tu vacía fe es el camino único hacia Dios?
¿Todavía te atreves a exigir rituales, malabarismos, palabrería, bailecitos, cuando el Eterno ha hablado por intermedio de Sus profetas?
¿No te da siquiera un poquito de vergüenza peregrinar a tumbas, disfrazarte de lo que no eres, predicar palabras engañosas con aspecto de ser solidariamente santo?
¿Tienes el atrevimiento de rebelarte contra Dios y lo que Él declara es EL camino?

TESHUVÁ es la gran respuesta.
TESHUVÁ que antecede a la creación mundo (TB Pesajim 54a), y la que sigue tan vigente como siempre.
TESHUVÁ que tiene la capacidad de curar al mundo completo (TB Iomá 86b).
TESHUVÁ, que es el método santo para retornar a la esencia de cada uno y así retornar al Padre Celestial.
No el sacrificio, no la sangre de un animal derramada, no el ritual, no la fe, ni ninguna de las paparruchas que te ofrecen la religiones, sino la TESHUVÁ que implica el actuar con corrección, como constructor de SHALOM, haciendo el bien y lo justo.
TESHUVÁ que está disponible desde antes del hombre haber nacido, desde antes incluso de existir posibilidad de pecado.
TESHUVÁ que te aguarda, seas judío o gentil, sin tener que recurrir a confesiones ante clérigos, ni realizar extraños pactos, ni ofrendar nada; sino simplemente ser auténtico, comprometido, humilde, constructor de SHALOM. De dentro y de fuera.

¿Es tan difícil que lo entiendas, que entre a tu mente y corazón?
¿Tanto te cuesta aceptar la Verdad de Dios, en lugar de las tribulaciones de los hombres?

Que apacible seria el mundo si cada uno viviera de acuerdo a su identidad espiritual y no de acuerdo al EGO, el cual es el padre de todas las religiones.
Cada día es bueno para que retornes a tu NESHAMÁ (espíritu), que corras los velos que cubren su LUZ, que permitas que esa chispa divina alumbre todos los rincones de tu existencia. No esperes a grandes fechas, ni a revelaciones místicas, ni a encuentros estremecedores, ni a que se te revele mágicamente la cuestión. Porque Dios está esperando por ti; tú mismo estás a la espera de despertar, andar por el camino de la TESHUVÁ, encender las luces, construir SHALOM.

Difunde este mensaje. Compártelo. Vívelo. Ayúdanos para que más personas lo sepan y comprendan. Colabora materialmente con nuestro trabajo. Sé un constructor de SHALOM. Tanto como gentil, que conoce y ama y respeta su propia identidad espiritual de noájida; como si eres judío.
El llamado está sonando desde antes de la creación, y eres tú quien debe responderlo AHORA.

Vida después de esta vida

1- Despues de la muerte hay otra existencia
2- y es buena es como conoser los secretos espirituales del hombre
3-  y estar mas cerca De Dios;
4-  por que la promesa para los justos cielos y tierra nueva
5- no entiedo si estar cerca de Dios es lo mejor.
(Pregunta enviada a FULVIDA.com)

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Vender libros de idolatría

1- Estoy abandonando el cristianismo después de unos 20 años,
2- luego de haberlo investigado y averiguar que no se ajustaba a la verdad de Dios.
3-  En todo este tiempo compre varios libros cristianos.
4- Mi pregunta es si es lícito venderlos aclarando que los estoy vendiendo porque ya no creo en lo que dicen y porque necesito el dinero.
Gustavo
(Pregunta enviada a FULVIDA.com)

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Hace 5776 años

índice

En poco más de 24 horas se cumplirá otro ciclo anual. Parte de la humanidad celebrara el nuevo año universal 5776; otra parte ni se enterará, y otra parte le llegará a oídos pero, con sorprendida rareza, restarán importancia a tal número y fecha para continuar sus vidas y actividades según el calendario civil del año en curso.

Pero para todos y por igual, de mi parte quiero compartirles esta breve reflexión. Obra personal que no es historica, ni pretende serlo. Estará condicionada a los que sí saben del tema, y a los comentarios u observaciones de todos los lectores.

Hace 5776 años (ya casi) apareció en el mundo el primer ser (y único para ese momento) con conciencia de ser y de existir. El primer ser que actuaba no solamente según su arsenal de instintos o sus demandas razonables, sino que ahora estaba equipado de otro patrimonio natural: La Ética y La Consciencia.

Ya no era solo los impulsos instintivos los que ordenaban lo que TENÍA que hacer; tampoco era ya las tradiciones de los clanes o grupos sociales lo que le dictaban lo que DEBÍA de hacer. Ahora tenía una ética y una conciencia que lo liberaba de esos lazos primeros de la naturaleza y de la sociedad (instintos y tradiciones) y lo trascendía a alguien único y solitario de su especie.

Era parte de la naturaleza y del mundo, y no lo era al mismo tiempo. Ahora sabía que tenía que vivir dotando de sentido la existencia, la suya, y la del mundo; ahora sabía que era y que existía, que en algún momento tenía morir, que el tiempo es corto, que la justicia tenía que imperar, que la bondad tenía que ser…. ¿Cómo no sentirse solo e impotente ante tal nacimiento?

Ese primer ser trascendió de simplemente humano, a ser persona; a tener responsabilidad de su vida y su destino. A construirse y transformarse en lo que quisiera, soñara o deseara. A realizar esas mismas acciones de trasformación, con propósito, al mundo y a todo lo creado. El cielo era el límite. El mundo era suyo, y suyo la responsabilidad de su cuido. Ahora era libre de todo, incluso de dios mismo.

!¡ Qué gran acontecimiento¡!
¡! Qué gran regalo!¡

Todo eso hace 5776 años atrás. En ese ser estábamos contenidos tú y yo. Y su gran regalo, La Ética y La Consciencia, el ser creadores, creativos, artistas, responsables o conscientes, dadores de sentido nuestro patrimonio por derecho hereditario. Y recordamos la envergadura de tal acontecimiento gracias al único grupo humano que no ha permitido que ni el tiempo ni los acontecimientos borren el recuerdo. Si, gracias a los judíos.

En pocas horas recordaremos ese primer ser y ese galardón;  reflexionaremos que hemos hecho con tan enorme regalo, con tan amplia libertad, con lo mucho que se puso a nuestra disposición y cuido; y nos comprometeremos a actuar según La Etica y la Consciencia para este nuevo ciclo anual.

Gracias a todos por acompañarme en esta brevísima reflexión,  que tengan un buen año 5776, y que este nuevo año sea el que al fin iniciemos la construccón del Paraíso en el Mundo.

La LUZ detrás de la idolatría

Detrás de toda idolatría, de toda religión, se encuentra el deseo puro y sincero por conectarse con el Eterno.
Por ello en la Tradición se denomina a la idolatría como AVODÁ ZARÁ, un servicio extraño; porque, se busca servir al Señor, pero de modos que son ajenos.
Como suele ocurrir, la buena intención carente de contenido y conciencia, termina convirtiéndose más en un obstáculo que en una solución. En esto, como en cualquier otro acto humano.

El reconocer la sincera búsqueda del Eterno como su motivación básica, NO implica que la idolatría, religión, ateísmo, sectarismo, superstición y cualquier otra manifestación similar, sean correctos, auspiciosos, adecuados; sino solamente constatamos un hecho real. Es lo que es, aunque nos parezca ilógico e incluso increíble. ¿Cómo puede ser la aparente negación de Dios el efecto de una sincera búsqueda de Él?

Si fuera posible, al enterarse de la verdad, la persona debiera apartarse por completo de estos caminos erróneos y malditos, limpiarse de ideas extrañas, librarse del yugo perverso, para así estar en real conexión con Dios.
SirviéndoLo completamente, con pureza, belleza, inteligencia; no de modos chanfleados y que suelen provocar distorsiones que resultan en angustias y bloqueos.
Es decir, dejar de lado TODA religión, todo ritualismo hueco, ideologías bizarras, sectarismos y fanatismos, cualquier otra cuestión que distorsiona la existencia según es la Voluntad del Eterno para con nosotros.

¿Cómo puede ser que teniendo el deseo puro por Dios se termina andando por las sendas oscuras de la AVODÁ ZARÁ?
Todos los humanos somos NESHAMÁ (espíritu) encarnados en este plano dimensional.
Esa NESHAMÁ es nuestro lazo constante y sin interrupciones con el Eterno y el universo completo.
Ser NESHAMÁ es nuestra identidad fundamental, esencial; lo que somos antes, durante y luego de nuestro pasaje por este mundo.
Sin embargo, la NESHAMÁ permanece oculta, revestida por las máscaras y cáscaras que vamos vistiendo durante nuestra vida.
Vivimos en este mundo, con todas las limitaciones, con las constantes impotencias, soportando nuestra endeble existencia.
Como recurso de supervivencia contamos con el EGO, cuya función natural e instintiva es llamar la atención y reaccionar automáticamente para preservar la vida.
Nos llenamos de ideas y creencias, suponemos que somos tal o cual, nos adoctrinamos en esto o aquello, nos adherimos a sectas y grupos, nos abrazamos a imágenes de lo que imaginamos ser nosotros, nos abarrotamos de las imposiciones del EGO, pecamos y por ello ponemos barreras a la LUZ de la NESHAMÁ que sigue tan bella y espléndida pero no la podemos ver ni sentir.
Es así como estamos a oscuras, a pesar de que somos una LUZ imponente.
Nos acostumbramos a someternos al EGO, lo ubicamos a él en el lugar de amo, lo endiosamos, lo consideramos nuestro salvador, inventamos dioses que lo representan, lo adoramos, las religiones son manifestaciones sociales de su presencia.
Porque, eso son las religiones, solamente EGO.
(Hemos explicado con más detalle y profundidad el origen de las religiones y su base en el EGO, por lo cual te sugiero que busques en este sitio mayor conocimiento y amplitud de visión).

Es curioso, pudiendo contactarnos con el Padre Celestial de modo directo, inventamos las religiones para hacer de cuenta que estamos en control de los dioses y con ello en realidad nos hundimos más en la impotencia y la incomunicación.
Así, en el fondo, en su origen santo, la AVODÁ ZARÁ es un anhelo sincero por Dios; pero en su construcción se encuentra el EGO, por lo cual se desvía y tergiversa, obviando a Dios para endiosar lo que es falso.

Ahora que sabemos esto, ¿qué podemos hacer?
Obviamente que no promover ninguna AVODÁ ZARÁ, porque eso es antagónico a la senda del Bien.
Pero, se podría ser paciente y tolerante con aquel que está perdido en la noche, sometido a ella. Se puede/debe ser duro, sarcástico, hiriente con la idolatría, si ello redunda en beneficios reales para los que están esclavizados por ella o en riesgo de serlo. Ya que el Eterno aborrece la idolatría y manda su desaparición. También ser completamente firmes para no permitir a los promotores del mal operar y difundir su veneno maldito.
Pero, repito, ser amables y amorosos con los pobres extraviados que de buena fe están atrapados por las religiones, siguen a sus diositos con ingenuidad, hacen caso a sus amos adoctrinadores con simpleza; para poder darles una mano generosa y justa así tienen la ocasión de despertar a la pesadilla y librarse del EGO y todos sus cómplices.
Llevarles amorosamente hacia el buen camino, para que puedan desprenderse de las sanguijuelas que le están chupando la vida. Mostrarles el camino de la LUZ, sea el noajismo para los gentiles así como el judaísmo para los judíos.
Para que la AVODÁ ZARÁ sea solo un mal recuerdo del pasado, como un salvavidas maltrecho que usaron mientras no encontraron la verdadera salvación.

Ten presente que todos, hasta los más perdidos difusores del mal en su esencia también son NESHAMÁ. Ellos también pudieran ser rescatados de las garras del mal, si lo permitieran.
¡Cuánto más la buena gente que de manera torpe y sin conciencia están en la casa de la idolatría queriendo estar en la Casa de Dios!

Por lo cual, te ruego que sigas aprendiendo y viviendo a pleno tu identidad espiritual. El noajismo si eres gentil; el judaísmo si eres judío.
Difunde el camino correcto, por medio de tus acciones y por las prédicas de palabra.
Construye SHALOM a cada instante con obras de bondad Y justicia.
Sigue aprendiendo, sigue compartiendo, sigue siendo un motivo para que otros despierten y se fortalezcan en su identidad.
Seguramente tropezarás cientos de veces por día, ¡¿y eso qué?!
Tú eres NESHAMÁ, una chispa de Dios y puedes estar feliz y ayudar a otros a estarlo realmente.

Te deseo para ti y los tuyos un excelente año 5776.