Archivo de la categoría: Despertando al projimo

Una cosa lleva a la otra

Como paso previo a leer/comprender este post, te pido que leas y estudies este anterior: Amor en tres fases.

El amor interesado, aquel que realiza buenas obras para conseguir un beneficio concreto, eventualmente dejará paso al amor agradecido, que es el que está consciente de las bondades recibidas y por ello las retribuye con demostraciones de amor.
Y éste, a su vez, dará paso al amor puro, aquel que se brinda genuinamente, generosamente, sin esperar ninguna retribución.
De la bondad motivada en el interés egoísta (pero no perjudicial), se crece para pasar a la bondad generada como auténtico agradecimiento, y de aquí se trasciende hacia el amor genuino.

Esto lo corroboramos con la famosa sentencia de los Sabios:

“Dice Dios: que me dejen a Mí pero que no abandonen el cumplimiento de los mandamientos,
porque de cumplir con ellos sin creer en Mí,
eventualmente terminarán también por creer en Mí… (lamed Torá shelo lishmá shemitoj shelo lishma at ba y etc.)”
(T.I. Jaguigá perek 1 halajá 7)

Más al respecto en este link: http://serjudio.com/personas/etica/imitatio-dei-actuar-como-dios.

En cierta forma descubrimos cómo nuestras acciones modelan nuestros pensamientos.
¿Esto contradice a los que impulsan el sentido contrario: tus pensamientos definen tus acciones?
Sería interesante poder obtener alguna respuesta.

Cual fuera la relación pensamiento-acción, podemos encontrar que si actuamos de determinada forma de manera constante y reiterada, aunque no estemos realmente convencidos o resueltos al respecto, lo más probable es que terminemos viviendo según nos hemos entrenado con la práctica repetida
No solamente a causa del hábito que creamos por la reiteración de la conducta; sino también porque elaboraremos justificaciones para nuestro proceder, o encontraremos real sentido que sustenta nuestra conducta.

Por supuesto que este principio puede ser usado también para mantener a la persona cautiva en su celdita mental, en la zona oscura de la existencia. Lo cual saben o intuyen todos los clérigos, estafadores de la fe, manipuladores varios, quienes adoctrinan a sus esclavos/sectarios demandando de ellos todo tipo de acciones alocadas, estereotipadas, que someten a vejaciones y privaciones múltiples y variadas, porque así obtienen la parálisis del pensamiento creativo y crítico, la auto censura de la libertad. Generan hábitos tóxicos, enfermizos, que infectan el pensamiento con los puntos de vista del manipulador, ciegan la conciencia, oscurecen el entendimiento. El hábito formado a instancias de los mandatos del “amo” controla no solamente la conducta física, sino también el mundo mental, y por tanto impide el intento que pudiera haber por liberarse.

En resumen, cuídate mucho, en lo que haces, en lo que escuchas, en lo que ves, en lo que conversas, en lo que repites, en todo lo que es usado por el EGO para adoctrinarte y mantenerte en impotencia, aunque delires con súper poder.

Ree 5775

Así comienza la parashá:

«Mira, pues; yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: la bendición, si obedecéis los mandamientos del Eterno vuestro Elohim que yo os mando hoy; y la maldición, si no obedecéis los mandamientos del Eterno vuestro Elohim, sino que os apartáis del camino que yo os mando hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido…»
(Devarim / Deuteronomio 11:26-28)

Uno de los principios que destaca el judaísmo es que el hombre tiene libre albedrío, que es la posibilidad real de escoger entre el bien y el mal. Varias veces lo manifiesta la Torá y nos recuerda el deber de conocer entre una cosa y la otra, para así poder optar conscientemente, libremente, por el bien, lo cual trae como consecuencia el bienestar y la bendición.

Hay multitud de doctrinas que afirman que carecemos de libre albedrío. Sin él, no se puede exigir responsabilidad por las acciones, porque, ¿qué culpa tiene la persona si reacciona de acuerdo a un programa preestablecido e inmodificable? Sea una conducta generada por instintos o tendencias biológicas; o sea un destino metafísico que opera por sobre la humana voluntad. Si no puede elegir, no puede ser responsable, pero aun así, muchos de esos credos encuentran la excusa para condenar al hombre a sufrir de culpa, a pesar de no contar con mecanismos para escoger otra alternativa.

Pero, el judaísmo tradicionalmente afirma que en verdad SÍ somos responsables, porque Hashem nos ha creado de tal manera que tenemos un cierto control sobre nuestras decisiones y podemos elegir entre el bien y el mal. No tenemos un poder ilimitado, pero en aquello que somos poderosos, es nuestro deber escoger y hacerlo bien.
Por eso, es tan importante instruirnos, aprender, estudiar y esforzarnos; porque se nos pide rendir cuentas de aquello que está bajo nuestro dominio. Y si nos hemos equivocado, existe la TESHUVÁ, hasta el último momento tenemos la oportunidad de escoger el bien, aunque adolezcamos un pasado lleno de errores. Como indica el párrafo citado al comienzo, cada día es ese “HOY” en el cual elegimos hacia qué lado marchamos.

Podemos ser obstinados y profundizar el error, o podemos librarnos de él por medio de la TESHUVÁ. Porque Hashem nos ha dado este regalo gigante, que es el poder arrepentirnos y volver a la senda correcta sin depender de milagros o ángeles, sino solamente comprometernos a dejar lo negativo y dedicarnos a lo positivo.

Por ello, mucho cuidado para no “ir detrás de dioses que no hemos conocido”, que es inventar cualquier justificación para apartarse del correcto camino, usando como excusa “dioses”, que parecen ofrecer soluciones mágicas, respuestas satisfactorias, permisos increíbles, pero que no corresponden a una vida ética/espiritual.

¿Qué podemos y queremos hacer nosotros para elegir bien y disfrutar de sus resultados?

(Publicado originalmente en SERJUDIO.com pero con importantes enseñanzas noájicas, por lo cual fue republicado también aquí).

¿Hay algo malo en ti/mí?

Quien construye SHALOM seriamente, en todo momento, ¿es capaz de ver algo malo en los demás?
El haber alcanzado un cierto estado de armonía multidimensional, orientado desde el plano espiritual, ¿impide reconocer las malas acciones que las personas ejecutan?

Humildemente considero que es todo lo contrario, y abunda el TANAJ de buenos ejemplos demostrando mi parecer (toma cualquier profeta, estúdialo, ya está el punto demostrado).
El constructor de SHALOM no nubla su intelecto ni se esconde detrás de excusas.
No justifica el mal, porque no quiere ni puede ser cómplice de ello.
No cacarea desde el facilísimo, slogans como “todo es para bien”, “detrás de todo mal hay una semilla de bien”, “es un camino largo y difícil para que brote el bien”, aunque quizás alguna de estas ideas tengan un núcleo de verdad, no por ello se cumplen a rajatabla en todo momento.

El constructor de SHALOM denuncia lo malo, señala el error, exige el cambio hacia lo positivo, lucha con esfuerzo y bondad para extirpar el mal y así liberar al “malo”.
Ve lo negativo en lo demás, porque está alerta a ver lo negativo en sí mismo.
No delira creyéndose sobrenatural, con poderes mágicos, que le hacen incorruptible y perfecto; sino que admite su debilidad, pero no sucumbe a los cantos de falso éxito del EGO.

Usa el espejo de los otros para verse a sí mismo, y trata de ser un buen modelo para espejar a los demás.

Y no deja de ayudar a que el malo deje de serlo, porque la naturaleza humana NO es mala, nuestro “corazón” ES bueno.
Por eso existe la TESHUVÁ, incluso para aquel que no comete pecados.
Porque somos NESHAMÁ, hagamos lo que hagamos.

A no confundir misericordia (justicia teñida por bondad) con justificar el mal.
A no pretender dictar clases de moral cuando con ellas se tapa lo que no debe ser.
A no asociarse al caos, sino mejor construir SHALOM en todo momento.

El Hogar primero, el Centro después.

El Hogar primero, el Centro después.

La siguiente reflexión está basada en un comentario al artículo del Moré Yehuda Ribco “Hogar Noájico”. http://serjudio.com/personas/sociedad/hogar-nojico

La idea de formar centros noájidas antes que familias noájidas solidas quizás no sea tan saludable. (Digo ‘quizás’ para no ofender a quienes intentan poner su granito de arena fundando y liderando tales centros.)

Me explico, el noájida promedio que se acerca a un centro noájida posiblemente termine reuniéndose con personas como él, recién salidas de la idolatría, llenos de sentimientos de vacío y desocupación espiritual, pertenecientes a familias que están sumidas en la idolatría (cualquiera de sus formas expresadas por el EGO) y que, creyendo estar en lo correcto, optan por, más que reunirse, aislarse con personas como él que aun precisan limpiarse de una gran cantidad de cosas con las que la religión le ensució el alma. Sin dejar de lado que muy probablemente terminan siendo “liderados” por personas que en otrora fungieron como pastores, lideres ministeriales, apóstoles, maestros, seudo rabinos, seudo jajam, o cualquier titulo inventado por la religión de la cual formaron parte y cuya costumbre de liderar les cuesta dejar de lado convirtiéndose en la gran mayoría de los casos en pioneros de tales centros noájidas.

Existen otros casos en los que dichos noájidas se dejan llevar por personas judías que valiéndose de tal identidad espiritual, terminan vendiendo religión (frasecitas, dichos, cantos, ropas, costumbres, etc.) pero con algunas pinceladas de judaísmo.

Más que centros noájidas terminan siendo, en el mejor de los casos, centros de rehabilitación espiritual (y en el peor un remedo del antro idolátrico de donde salieron). Y allí es donde apunto, la verdadera espiritualidad no se alcanza congregándose con otras personas que en algún punto de sus vidas des-cubrieron su verdadera identidad espiritual.

La verdadera espiritualidad, el noajismo puro se vive en y con la familia, punto. Enseñando con acciones de bondad y justicia. Dando el ejemplo. Desde un simple “buenos días” hasta “este mes aparto dinero para una obra de caridad”. Es en el hogar donde se restaura la espiritualidad y luego de eso, en mi opinión, podría considerarse la idea de un centro noájida en el cual no se imiten patrones de las religiones y mucho menos patrones exclusivos de la herencia judía sino se dé paso a reuniones de socialización saludables que complementen lo vivido en el hogar.
El hogar noájida debe ser la base del centro noájida y no al revés.
Algunos opinaran que hay que empezar con lo que se tiene a mano, dos o tres noájidas rezando y leyendo artículos, pero los hechos han mostrado que se recae en patrones propios de la religión: fe, dominio del líder, manipulación, estereotipos, sumisión, distorsión de la identidad noájida, religión… religión… y más religión. O lo que considero el PEOR de los casos: la utilización de la identidad noájida con fines de conversión al judaísmo.

Es un tema bastante amplio y de libre opinión en el cual no pretendo establecer una verdad absoluta sino una perspectiva distinta a lo que se viene evidenciando desde hace algún tiempo.
Saludos

Licdo. Jonathan Ortiz

Casi una década viviendo como noájida consciente de mi identidad espiritual, de un largo periodo de des-aprendizaje de lo que aprendí en la religión, de levantar un hogar en el que tanto mi esposa como mis hijos se sepan noájidas, me ha llevado a ver que quizás la idea de formar centros noájidas antes que familias noájidas solidas, por ahora y quién sabe por cuánto tiempo más, no sea tan saludable.

Cháchara seudo espiritual

Alguien publicó este párrafo en una red social, lo compartía como si fuera un extracto de sabiduría celestial, una especie de código superior de vida: “el justo sabe con humildad que el es responsable de todo lo que le pasa, así que cambia, crece y es capaz de enseñar a los demás de su experiencia.“

¡No estoy de acuerdo en lo más mínimo!

Se pretende inculcar la idea de que todo lo que te pasa depende exclusivamente de ti.
Relee: “él es responsable de TODO lo que le pasa”.
¿En serio?
¿De verdad?
¿Así que todo lo que pasa en tu vida depende de ti y tú eres el responsable de TODO lo que acontece en tu existencia?
Vamos, pensemos juntos un instante… ¿tiene algún valor esta afirmación?
¿Acaso somos los dueños del poder universal para que todo lo que nos acontece dependa de nuestra responsabilidad?
Este pensamiento seudo espiritual tiene todo el aspecto de la fantasía producida por el EGO, que nos hace creer más que vencedores aunque estamos hundidos en impotencia; directores de una orquesta universal que toca de acuerdo a nuestro pensamiento “positivo”; amos de dioses que están para servirnos si llegamos a un determinado pactito con ellos.
¿Es esta la idea sagrada de la Tradición leal al Eterno?

De acuerdo a este planteo extraño, se deberá proclamar inmediatamente qué liberen a todos los condenados de las prisiones, pues ellos son inocentes de sus crímenes, porque han sido utensilios manipulados por la voluntad del “justo que sabe con humildad que es responsable de todo lo que le pasa”.
¿Entiendes?
El criminal no es culpable de nada, porque solamente “el justo es responsable de todo lo que le pasa”.
Así, la mujer violada no es responsable de la depravación del malvado; ¡ella lo obligó de alguna manera mística a que el pobre inocente criminal la abusara!
El niño obligado a mendigar y rebuscar en la basura, ¡es culpable de su estado lastimoso y amargo! Los mayores que lo someten a esa vida deprivada son inocentes por completos. Porque, el justo sabe que es culpable de todo lo que le pasa… ¿no?
La pobre viejita a la que asaltaron brutalmente en la calle para robarle sus pocos pesos de jubilación, ¡es responsable de su calamidad y lesiones! El atorrante motoquero es una víctima de la sociedad injusta, es un pobre tipo sin ninguna responsabilidad, ¿cómo alguien se atreve a acusarlo de algo?

Sí, a veces nuestras acciones nos llevan a meternos en situaciones muy malas; en ocasiones de algo se nos puede acusar y se nos encantará responsables. Por supuesto que es así.
Pero… ¿de todo lo que nos pasa?
¡Esa exageración es nociva!

Creo que no vale la pena seguir con ejemplos para reconocer el disparate enfermizo de la frase que estamos analizando.
¿En qué mente confundida y corazón oscuro se puede excusar al malvado para acusar y apenar a la víctima de esta manera?
¿Así es como debe pensar, sentir, hablar, proceder alguien bueno y justo?
¡Cuánta injusticia y falta de misericordia existe en esta frase supuestamente sabia y espiritual!
¡Mucho cuidado por favor, mucho cuidado!

Humildemente, es mi parecer y he tratado de demostrarlo.
Si trabajamos para desbloquear el pasaje de la LUZ de la NESHAMÁ, podemos organizar nuestros pensamientos, equilibrar nuestros sentimientos, armonizar nuestras dimensiones, y darnos cuenta de la falsedad de esta frase que analizamos, así como sus perjudiciales implicancias.

Te propongo una frase alternativa, a disposición para ser criticada, destrozada, vapuleada, o evaluada y considerada positiva y por tanto compartida: “quien vive construyendo SHALOM, con humildad trata de encontrar sentido en todo lo que le pasa en la vida, así trata de modificar lo que está a su alcance y debe ser cambiado; se hace responsable de sus acciones e intenta corregir, por medio de TESHUVÁ, en lo que se ha desviado de la senda correcta; deja fluir lo que está fuera de su control; de cualquier forma cambia para estar más próximo a su NESHAMÁ, por ello crece y sirve de modelo para todo aquel que está dispuesto a tomarlo como tal.“

¿Quién te cura?

El EGO está para salvarnos cuando estamos en estado de real indefensión, pero nos habituamos desde pequeñitos a su modo de trabajo y entonces lo aceptamos como rey en lugar de mantenerlo como un siervo útil como último recurso.
Esta confusión de roles nos lleva a vivir una vida ilusoria.
Por esto, sufrimos, nos amargamos, luchamos inútilmente, tenemos dioses, somos religiosos, manipulamos, somos violentos, mentimos, nos negamos a crecer, obstaculizamos nuestra conexión con el Uno y Único Dios, perturbamos nuestra vida, perjudicamos nuestro lazo con el prójimo y tantas otras cosas más que son lisa y sencillamente signos y síntomas de nuestra enfermedad.

Es calamitoso, porque estando enfermos ni siquiera tomamos conciencia de nuestra situación, somos ignorantes de nuestro mal, y por tanto difícilmente hagamos lo necesario para ser felices, fuertes, benditos, de bendición, sanos.
Como el mal que nos corrompe es un hecho, no es imaginario, estamos de continuo enmascarando los síntomas. Debemos hacer de cuenta de que todo está bien. O achacar culpas. O encontrar chivos expiatorios. O justificarnos para mantenernos en nuestra celdita mental, en esa zonita de confort que es espantosa pero que conocemos y nos da cierta estabilidad.
Inventamos excusas para seguir enfermos, ¡si hasta declaramos impíos, pecadores, locos, enfermos, herejes a los que tienen un rayito de conciencia y despiertan a sus miserias para emprender aunque sea un poquito el camino de la espiritualidad!

Pero, el enfermo se aferra a su malestar como si fuera precioso. Se fanatiza aún más en su religión. Anda por el mundo haciendo de misionero, sea con modales amables o con cruzadas sangrientas y crueles. Todo vale para el enfermo con tal de mantenerse acurrucado en su cloaca a la que llama “salvación”. Tiene tanto miedo. Es tan esclavo del EGO, al que adora como un dios. Está tan derrotado y carcomido por esa pestilencia que le cuesta aceptar que tiene oportunidad de liberarse y sanar.

A veces es necesario que lo muevan un poquito, con dulzura pero severidad, para que se dé cuenta como se está hundiendo más y más en la enfermedad.
Por ahí, quien sabe, pueda abrir un poquito un ojo y darse cuenta de lo terrible de su estado de exilio espiritual, de decadencia multidimensional, de lejanía del camino de la NESHAMá.
¿Quién lo puede saber?
Tal vez el amoroso zarandeo fuertecito pueda ayudarle a romper alguno de los eslabones que lo tienen atado al EGO. Son eslabones tan frágiles, pero al mismo tiempo tan duros.
Pero, es posible.
¡Claro que es posible!

Pero, salir de la celdita mental, curar de la enfermedad terrible, solamente lo puede hacer cada uno por sí mismo.

¿Génesis 1:28?

Una pregunta sobre Barak o bendecir.
Muy estimado Yehuda Ribco.
Mi nombre es Yvan Figueroa.
He visto sobre su página Web respuesta muy sabias en cuanto a interrogantes de la biblia.
Tengo una pregunta sobre la palabra bendición de Génesis 1:28. Y los bendijo Dios.
1- En este caso a Adán. Que quiso decir Dios en esta palabra?
2- Cual es el significado y como se entiende la palabra BENDICIÓN O BENDIJO?
3- Hasta donde se entiendo es que Dios trajo un regalo a Adán para que trabaje en toda la tierra.
4- Si es así… ¿Cuál es este regalo?
5- Después de esto Dios le dijo a Adán una vez ya creado que fructifique, se multiplique señoree, sojuzgue y llene la tierra. Cómo se entiende esto?
Por favor ayudame a entender esto.
6- Escuche a una persona que dijo que bendecir es poder que Dios le dio a Adán. ¿Es cierto esto?
7- Si es cierto las cinco cosas que Dios le dijo a Adán ¿es autoridad para gobernar toda la tierra?
Le agradezco su ayuda y su pronta respuesta. Atentamente, Yvan.
(Pregunta enviada a SERJUDIO.com)


Seguir leyendo ¿Génesis 1:28?

Profeta en medio del pueblo judío

En deut 18:18, se menciona a un profeta que vendría.
Ya vino?
Cuál será la función de ese profeta. Qué clase de mensaje será el que ese profeta traiga?
gracias,
juan jaime gutierrez reyes piedras negras, coahuila, mexico
(Pregunta enviada y respondida originalmente en SERJUDIO.com)

Seguir leyendo Profeta en medio del pueblo judío

¿Faraón o Moshé?

Podemos llevar una vida pretendiendo mantener una seguridad ilusoria, como si fuéramos rocas firmes y estables; imaginar que poseemos el control total y negar infantilmente (o de manera enfermiza) cuando la realidad nos golpee en nuestra impotencia. Como cuando te atreves a criticar, aunque sea levemente, alguna cosilla de un niño o jovencito, que de inmediato se arma un altercado impresionante, una ráfaga de violencia e incomprensión. O, la ira se esconde, se la traga y pasa a ser violencia interna, que carcome desde el interior, que va consumiendo a la persona.
Así nos llenamos de ira, respondemos con enojo, estamos en constante huida, escapando por no atrevernos a sufrir y reconocernos en nuestra limitación. Nos cubrimos con capas de mentiras, para no someternos al cambio que nos trastornará pero finalmente resultará en una mejor calidad de vida.
Pero rechazamos el cambio liberador, porque implica admitir nuestra debilidad y la obligación de hacer cambios.
Preferimos, a sabiendas o no, atarnos al EGO, reaccionamos ante el sentimiento de impotencia con el automatismo que proviene de él. La agresión en sus variadas formas, la manipulación, el odio, la dulzura venenosa, el engaño multiforme, todo lo que es ausencia del control en un desespero por tenerlo. Porque, a mayor apego al deseo de poder y control, más nos hundimos en la desesperación.
Encarcelados en la celdita mental, rehuyendo del cambio saludable, evitando el despertador de la conciencia, dentro de las fronteras de la zonita de confort, en esa precaria comodidad de aparente invulnerabilidad. En caos, al que llamamos orden.
Enmohecidos por atarnos a lo poquito que tenemos a mano (aunque seamos ricos y físicamente fuertes), apartando lo que amenace con desatar lo que pudiera llegar a cuestionar y demoler los cimientos de nuestra patética fortaleza.
Nos hacemos fanáticos, de religiones, dioses, rituales, rezos, libros, panfletos, partidos políticos, nacionalismos, sectas, banderas, empresas, marcas, clubes, atletas, estrellas del espectáculo, ideales, creencias, imaginería, lo que fuera que nos sirva para sentirnos poderosos, protegidos, seguros a resguardo de crecer y madurar.
Encontramos o inventamos adversarios a los cuales culpar, detestar, odiar, aborrecer, humillar, avergonzar, maltratar, expulsar, aniquilar, el famoso chivo expiatorio (no el bíblico) que se usa como la excusa para embrutecernos, perder la cordura, realizar cualquier acto aberrante pero en apariencia justificado. Porque, hacemos notar que es ese enemigo el motivo de nuestro sufrimiento, el que nos obliga a una vida detestable. Ponemos así por fuera de nosotros el mal, para castigarlo y tratar de seguir impunes, en la ilusoria seguridad, libres de tener que cambiar y dejar de lado nuestra endeble vida amurallada.
Porque el EGO se regodea con lo poquito que tiene y conoce, en tanto quiere recibir más y más, ser atendido, ser satisfecho, a costa del sufrimiento y la opresión.
Recuerda al Faraón en la historia del Éxodo de Egipto; o estudia la personalidad y acciones del perverso Amán, el de la historia de Purim, entonces tendrás ejemplos de este estilo de vida fracasado, aunque rodeados de lujos materiales y con todo el poder externo al alcance.
¿Qué fue de ellos?
Y tienes a los patéticos personajes de mitos y novelas, pretendidos santos héroes salvadores o manifiestos rufianes terribles, que agotaron su incapaz vida pretendiendo un poder que les era ajeno. Emisarios de dioses y redentores, que proponían revoluciones para llevar las cosas a un mayor desorden y exilio.
O abiertos tiranos, dictadores impíos, que pisoteaban a quien pudieran con tal de mantener su cuotita de poder externo, aparente.
Son modelos de conducta negativa, de lo que podemos encontrar en cualquiera de nosotros, porque cada uno de nosotros está actuando como ellos, en mayor o menor medida. Cada uno a su escala, según sus posibilidades, manteniendo nuestra imaginada potencia a costa de no ser auténticos ni llevar una vida con sentido.

Pero, hay otra manera de vivir.
Podemos aceptar nuestro dominio escaso, reconociendo cuales son nuestras fuerzas y cuales nuestras debilidades, para entonces ser activos, responsables, cumplidores, transformadores de la realidad, optimistas y dejaremos fluir sin aferrarnos al dolor cuando lleguemos al punto de nuestra falta de poder.
Al conocer y admitir nuestra impotencia, y al no recurrir a los mecanismos del EGO para simular poder, entonces estaremos siendo realmente poderosos.
Podremos emplear el caos para que el instinto creativo lo organice y nos lleve a un grado mayor de conciencia.
Podemos conectarnos con el llamado constante de nuestra NESHAMÁ, y encontrar en su brújula ética/espiritual un aliciente para dejar la comodidad incómoda y ponernos a evolucionar seriamente pero con alegría.

¿Recuerdas cómo fueron, y son, tratados aquellos “revolucionarios” que proponen cambios reales que apuntan a adquirir un mayor y más generalizado estado de bien y justicia?
Los profetas de Israel suelen ser el mejor ejemplo de estos enviados del compromiso con la vida, los que atienen al llamado ético/espiritual.
El más grande de ellos, Moshé, si estudias sus conflictos, sus obras, entonces estarás viendo a lo que se enfrenta alguien que propone llevar una vida pentadimensional, auténtica, no adoctrinada por el EGO ni esclavizada a él.