En estos últimos días, voluntariamente realice un pequeño viaje hacia el interior de mi país (Corrientes – Argentina) para conocer a un pariente lejano. Cuán grato fue mi viaje cuando me encontré con una persona humilde, sabia y entendida, alguien que queria pero no esperaba encontrar.
Este pariente lejano, que no conoce el Noajismo, me recordó una muy linda enseñanza que yacía en mí encerrada, por ello es bueno el repaso de estudio y el constante y continuo apego a nuestras leyes divinas que nos permiten una mente brillante.
Entre charlas y mate*, como es común entre los argentinos y alrededores, si mal no recuerdo sus palabras fuerón las siguientes:
«Muchas personas priorizan el fachaje (aquello que nos hace facha) a las verdaderas prioridades de la vida. Por ej. Hay personas que priorizan el tener una moto a arreglar el techo que contiene agujeros por los cuales el agua de las lluvias mojan el interior del hogar. Prefieren lucirse con un vehiculo, eligen el ostentamiento de sus egos a la comodidad del hogar para la familia.
Mi pensamiento es que Dios nos instalo en el mundo no para actuar egoistamente de esa manera, sino para atender a las verdaderas prioridades de la vida, de la familia, de uno mismo. Vivir feliz con lo que se tiene o puede, hacer el bien a los demás sin por ello negarnos una comodidad según nuestras posibilidades.»
En otras palabras lo que el pariente lejano – cercano me decia es que las personas ponen sus metas en lo material, fijan objetivos vanos que terminan empeorando situaciones economicas y llevando a la miseria por no atender las verdaderas prioridades de la vida.
Y si prestamos atención a las palabras del pariente lejano – cercano, encontraremos una respuesta a la pregunta que suelen preguntarse muchos.
¿Cuales el fin del hombre, el objetivo, su misión?
Aqui, estoy seguro, no tengo la respuesta completa pero si una parte de ella:
– Hacer el bien a los demás sin por ello negarnos una comodidad según nuestras posibilidades. Es decir, mientras en la vida cumplimos con la Voluntad del Padre, con Sus mandamientos, con una parte de nuestra misión, también debemos esforzarnos en otra parte de la misma: Hacer el bien a los demás, sin por ello complicarnos nuestras vidas o realizar actividades o acciones que nos afecten mal a nosotros, es decir, a uno mismo.
Solo unas pocas horas del día pase con mi pariente, hasta ahora no lo conosco bien y no he tenido la oportunidad de pasar más tiempo con él, parece que no es idolatra y que transita sin saberlo el verdadero camino de Dios.
Solo unas pocas horas pero una gran enseñanza me brindó. Cuando estamos comodos en la vida o quizás no tanto, mientras cumplimos los preceptos de Dios, mientras nos perfeccionamos en mejorar, mientras trabajamos, mientras vivimos, hay una acción que acarrea mucha bendición: Hacer el bien a los demás.
Quizás ello no sea tu meta, quizás no este dentro del marco de tus prioridades, quizás no tenga tanta importancia en estos momentos de tu vida, quizás este pequeño y humilde esfuerzo que de mi parte te brindo quede solo en palabras, quizás no tengas ganas.
Pero una parte de nuestra misión es hacer el bien, más allá de lo que tu hagas o quieras. Hacer el bien, espero se encuentre dentro de tus prioridades de hoy en adelante y apartir de este día:
¿Tienes ya marcadas o fijadas en tu mente tus verdaderas prioridades?
Notas:
*Infusión preparada con yerba mate.
«Si aún no eres parte de la comunidad de fieles a Dios, eres la pieza del rompecabezas que falta.»