Archivo de la categoría: Identidad noajica

COLEGIO SHEM-EBER MÉXICO

ESCUDO COLEGIO SHEM EBER

Se anuncia que Fulvida México crece y se transforma hoy en el «Colegio Shem-Eber México».

El colegio Shem-Eber contará con apoyo de diversas instituciones y peritos en materia de noajismo. Tales como Breslev Israel a través del Rabino David Artzi, Fulvida Internacional a través del Moré Yehuda Ribco, También apoyo del Rabino Eliahu Birnbaum, La Morá Shirley Dobin Rosenthal, quién recibió el premio Internacional Excelsis, reconocimientos que se han entregando desde 1975 a las personas más destacadas de su ámbito en bien de la sociedad, ya sea por su trayectoria, méritos o acciones. Fundadora, directora y coordinadora del Instituto Educativo Derej Emes, Yeshive Toiras Emes.

El Ing. Ramón RQ, el fundador, explica que El Colegio Shem-Eber pretende ser un punto de encuentro para noájidas, en donde «todos» los Rabinos, Maestros y Maestras de Tora del mundo, puedan participar abiertamente para ayudar a los noájidas con programas académicos certificados y con aprobación Rabínica para estudiantes de noajismo en México.

También pretende ampliar su acción académica en otras áreas en un futuro próximo.

ACTIVIDADES
GENERALES:

CLASES
2º Y 4º DOMINGO
DE CADA MES
11:00 – 15:00 HRS

SEDE:

Colegio Shem-Eber

BANCO AZTECA
CUENTA 2256 1350 6069 92
CLABE 1271 8001 3506 0699 24
Envía tu pago al correo; fulvidamexico@hotmail.com
Costo $250 Pesos Mx inscripción
$ 100 Pesos Mx por clase

Realmente libre?

Esta es una observación del Dr. Viktor Frankl, de lo que les sucedía a los prisioneros judíos, especialmente en su psiquis, luego de ser liberados del peor campo de concentración:

“…En terminología psicológica lo que le sucedía a la prisioneros se denomina ¨despersonalización¨… Sería un error creer que un prisionero liberado no necesitaba ya ninguna atención. Hemos de tomar en consideración lo siguiente: una persona sometida a una tención psicológica tan tremenda y durante tanto tiempo corre un cierto peligro en el momento de la liberación, especialmente si esta se produce de forma brusca. Este peligro (desde el ángulo de la psicohigiene) es la contrapartida psicológica de la aeroembolia. De la misma forma que un buzo-sometido a una intensa presión atmosférica- correría serio peligro si se sacara la escafandra de repente, de la misma forma el hombre liberado repentinamente puede sufrir un daño en su salud Psíquica…”   [1]

Según las apreciaciones clínicas del Dr. Frankl, una persona que ha estado sometida durante algún tiempo a cierta presión psicológica (como por ejemplo la presión de la religión de turno) de la cual ha sido liberado por otros o por él mismo, necesariamente requiere un proceso de “descompresión controlada”; algún proceso de reajuste en sus ideas, conceptos o apreciaciones de las que fue sometido y que ha aceptado como verdades absolutas.

El panorama del liberado de la religión es claro: se encuentra en el estado de vulnerabilidad más alto del que puede suponer. Sin ningún tipo de ayuda que le guíe en su proceso de desintoxicación religiosa convertirá su recién encontrada y virgen identidad, en una apayasada parodia de la identidad judía, como triste secuela del desequilibro psíquico.

El peligro que corre en apayasar la identidad no-judía se evidencia al negar el auxilio y la ayuda en conocer y desarrollar la propia identidad. Se sigue creyendo, suponiendo y actuando con una ideología religiosa (cristianizada en la mayoría de los casos), sin desarrollar una línea de pensamiento autóctono, propio e independiente de las religiones.

Se sigue neciamente con conceptos heredados de las religiones sin provocar un desligue violento o paulatino de esas ideas; y para colmo de males, religiosos disfrazados de noajidas y judíos, impiden la purga mental al ofrecer librejos, enseñanzas en videos en Facebook desde ciudades santas, y cuanta tontería se les ocurra.

ego

Conceptos de paraísos, espiritualidad, dios, mandamientos, obediencia, etc, siguen viciados con religiosidad por las personas que han sido liberadas de sus filas; restando importancia a preguntas existenciales tales como: ¿Quién soy?, ¿que soy?, ¿dónde estoy?, ¿para donde voy?, ¿quién es mi prójimo?, ¿cuál es mi deber?, ¿cómo hay que responder?, ¿qué es ser responsable?, ¿qué es ser consiente?, ¿qué es ser persona?,¿ que es el bien?, ¿qué es ser bueno? etc, etc…; preguntas que nos ayudarían a (re) construir nuestra propia identidad sin copias y sin parodias.

En la medida que nos volvamos conscientes de la identidad no-judía, necesariamente y como consecuencia lógica tendríamos que asombrarnos las profundidades que eso implica [2], y no buscar la asimilación con la identidad judía.

Este sitio funciona como auxiliar terapéutico en el proceso de reencuentro de la persona con él mismo. Es claro en la diferenciación de las identidades judías y no-judías. No son iguales ambas identidades, ni admiten mezclas extrañas de una hacia la otra; ambos (judíos y no-judíos) coexistimos en este mundo con un mismo fin, pero con diferente marco normativo; aunque para algunos afectados por la descompresión descontrolada a que fueron expuestos cuando se liberaron no lo quieran aceptar.

 

 

[1] El Hombre en Busca de Sentido. Viktor Frank. Pag 112-113

[2] http://serjudio.com/sitra-ajra/idolatria/noajismo-tambien-en-antiguas-enciclopedias-judaicas#comment-11105?show=1

Un sueño, el milagro de la vida y el mayor de los conocimientos

arcaEsto que quiero compartir, empezó hace muchos años atrás. Empezó con un sueño. Un sueño que me llamaba, que se repetía, que lo llegué a considerar parte de mí, que lo llegué a considerar como una premonición que la compartí con mi esposo, Juan. Un sueño que en un momento dado, años más tarde, lo llegué a tolerar como algo simpático pero que no tenía importancia.

Llevo quince años de matrimonio y junto a mi esposo tenemos casi catorce de observancia de las Siete Leyes Noájidas, justamente la edad de mi hijo mayor, Daniel.

Poco después de que nació mi hija Keren, que hoy tiene once años, tuve un sueño que se repetía cada cierto tiempo, en el cual yo era madre de otro hijo. Parecía una locura pues mi esposo aún realizaba estudios doctorales y cada fin de mes llegábamos con la cuenta bancaria casi en cero. De hecho, mediante el control de fechas empecé a cuidarme para no quedar embarazada…

Cuando lo soñé por primera vez, mi hermana Giovanna todavía no tenía hijos. Yo tenía años orando muchas veces para que el Eterno la bendijera a ella y a su esposo con un hijo, pues habían pasado muchos años desde que se casaron y todavía Dios no les daba esa bendición…

Mi esposo obtuvo su grado de PhD en la Universidad de Chile e inmediatamente empezó un postdoctorado. No mucho después recibió una oferta para realizar un segundo postdoctorado en el Technion, Israel. En aquel tiempo recibimos con gran alegría la noticia de que mi hermana estaba embarazada. Le llamé por teléfono a Ecuador para felicitarle y me comentó que ya hasta le habían comprado una pelota de fútbol, que iba a tener un varón. No pude evitarlo y le dije que yo había soñado que iba a tener una mujercita; ella me dijo que no, que era varón, así que decidí contarle mi sueño…

El sueño sigue en mi mente con toda la claridad posible. En él, mi hermana, su esposo y yo llegamos a un lugar en donde había una casa muy antigua, parecida a un castillo. Junto a la casa había un portón grande como de garaje. La puerta se abrió y el lugar parecía estar lleno de nubes y había muchos bebés ahí. Mi hermana entró primero, después su esposo y por último entre yo. En ese momento se me acercó un bebé y a pesar que sólo le vi el rostro supe que era un varón. Me vino a abrazar y me dijo “mamá”, a lo que yo le contesté: “Todavía no es tiempo, no vengo por ti. Venimos a buscar a la hija de Giovanna”.

Este fue un sueño que se repitió algunas veces, incluso después de que ya nació la hija de mi hermana.

No mucho después de nuestra llegada a Israel, Juan estableció contacto con Rabí Yirmeyahu Bindman cuyo libro “Los Siete Colores del Arco Iris” había traducido al castellano.[1] Entre otras cosas, el Rabino le dijo, “Nadie viene a Israel por nada”…

La frase del Rabino parecía tener poder. Unos días después tuve que salir de una clase de hebreo (estudiaba en un ulpán de la ciudad de Haifa) pues me sentía terrible. Para mi sorpresa la doctora que me atendió me informó que estaba embarazada y comentó, “Siempre les pasa a las parejas jóvenes pues aquí en Israel es normal que la mujer quede embarazada aún si se cuida”.

Pensamos que tendría ese niño varón que yo había soñado varias veces. Pero no fue así. El Eterno nos bendijo con una niña, Jaya.

Después de concluido el postdoctorado de mi esposo regresamos a Ecuador, con nuestros tres hijos. Pero el sueño de que yo era madre de un varón nuevamente se repetía.

Cuando Jaya tenía 4 años nuevamente quedé embarazada, pero este embarazo no prosperó y tuvieron que hacerme un legrado (véase https://jmayorga.wordpress.com/2013/03/20/no-asesinar/). Mi salud después de esto quedó afectada y el médico me recomendó ya no tener más hijos; así que, después de analizarlo bien decidí que debía hacerme la ligadura.

Busqué un médico especialista para que realizara esta intervención. Producto de los exámenes rutinarios ordenados por él, para mi sorpresa, se descubrió que tenía un problema de hipertiroidismo que estaba afectando mi corazón. Por esta razón la ligadura debía esperar hasta solucionar ese problema. El tratamiento involucró una pequeña dosis de yodo radiactivo y el médico indicó que no podía tomar ningún anticonceptivo.

Me preparé durante tres meses para el tratamiento con yodo. Después de tomar el yodo tuve que permanecer aislada diez días. Hasta saber que el yodo había provocado el efecto deseado, lo cual tomaría unos tres meses, no podía tomar otros medicamentos; así que, para no quedar embarazada, durante este tiempo use el método de control de fechas fértiles para prevenir un embarazo.

Luego de dos meses recibí con gran alegría la noticia de que el problema de mi tiroides estaba resuelto. Comencé a asistir a un gimnasio con una amiga noájida para mejorar mi salud hasta que llegara el día de hacerme la ligadura…

Pasó un mes más y Juan me pidió que le acompañe en un viaje de trabajo. Cuando regresamos me dio una infección intestinal muy fuerte que atribuí a algún alimento pasado que podría haber ingerido durante el viaje. Producto de los exámenes médicos, llegó una noticia como balde de agua helada: nuevamente estaba embarazada, y ya era un mes de embarazo. El problema está en que, de acuerdo con las cuentas, el tiempo no era el pertinente para que una mujer que haya pasado por el tratamiento de yodo radiactivo pueda quedar embarazada – lo recomendable era esperar por lo menos seis meses. El cuadro era tan complicado que estuve hospitalizada una semana, teniendo muy claro que la probabilidad de perder el bebé era extremadamente alta…

Después de lo que calificó mi médico ginecólogo como un verdadero milagro, el embarazo continuó. Acudí tan pronto como fue posible a una cita médica con mi endocrinólogo, quien hizo sus estudios de especialidad en Israel, con miedo e inquietud de que el tratamiento con yodo pudiera haber afectado de alguna manera a mi bebé. Sin embargo, con sus aproximadamente cuarenta años de experiencia, me dio ánimo y me dijo que hace poco había tenido un caso similar y que el niño había nacido bien, “así que confíe en que todo va a salir bien”.

En aquel tiempo, yo veía preocupada como se me habían presentado tantas dificultades pero en realidad eran milagros tras milagros. Una secuencia de causas y efectos que salvaron mi vida, que salvaron a mi bebé. Pero la secuencia no había terminado…

En uno de los exámenes rutinarios, ordenados por mi ginecólogo, aparecieron indicios de que nuevamente algo no andaba bien con mi tiroides. Al abordar el caso con mi endocrinólogo apareció un problema mayor pues me detectaron cáncer, un nódulo cancerígeno que debía ser extraído  lo más pronto posible. De hecho, si no hubiera estado embarazada, la intervención se la hubiera realizado inmediatamente. La operación se programó para el tiempo en que yo estaría finalizando el cuarto mes de embarazo ya que, por el cuadro, era lo más recomendable – teniendo en mente que la probabilidad de perder el bebé era altísima pues sería necesaria anestesia general.

Fueron momentos muy duros y fue el tiempo en que tuve que recargar mi cabeza con todas las enseñanzas que había aprendido durante mi vida como noájida: los consejos que había leído en artículos de Fulvida, AishLatino, Jabad, JudaismoHoy, los cds y libros que había oído y leído de Breslev, la fortaleza que me daba mi esposo, etc.

Ya más fortalecida llegué al día de la operación. Duró cuatro horas. Gracias al Eterno sacaron todo el cáncer y yo me encontraba bien. El cirujano me dijo que se oían latidos del corazón del bebé, pero que no me podía asegurar nada hasta que pase un tiempo prudencial y sea evaluado por un especialista. En la noche del mismo día llegó el especialista con todo su equipo para revisar al bebé en mi vientre y para su sorpresa el bebé estaba vivo, con su corazón funcionando de forma normal. Al parecer las cuatro horas que duró la operación no le afectaron en nada. Mi familia y yo lloramos de alegría y le dimos las gracias Dios.

En medio de todo esto recuerdo que mi ginecólogo, cuando supo lo del cáncer, me dijo, “Me saco el sombrero delante el cirujano que le va a operar porque en la mayoría de los casos, el médico no le opera si no se provoca un aborto antes”. Y también me dijo, “si su niño sobrevive a la operación es porque Dios quiere hacer algo grande con él”.

Mi embarazo continuó. Fue milagro tras milagro.

Por mi misma situación, al final del embarazo me dio preclamsia y fue muy duro el parto. A mi bebé lo llevaron a la unidad de neonatología, el pasó ocho días allí. A mí me dieron el alta a los cinco días.

Pero los milagros nunca pararon. Dentro de mi hospitalización requerí dos pintas de sangre en una madrugada. Juan fue al Banco de Sangre, para recibir las dos últimas pintas allí disponibles de mi tipo de sangre, AB+.

Mi cuarto hijo, el bebé soñado, se llama Jaim Gamliel y tiene tres meses. No toma ningún medicamento si bien requiere un control mensual de un urólogo pediatra pues tiene un pequeño problema que en muchos casos se resuelve por sí mismo durante el primer año de vida. Por mi mente nunca se me hubiera ocurrido circuncidarle a mi hijo, pues tengo bien claro que soy noájida y no judía, pero el urólogo tuvo que realizarla para evitar posibles infecciones.

Respecto a mi salud: como parte del tratamiento para el cáncer me dieron una nueva dosis de yodo radiactivo, mucho más potente que la vez anterior. Todo esto lo estoy escribiendo en estos 15 días de aislamiento que tengo que pasar. Creo que compartir esta historia con ustedes es una forma de agradecerle al Eterno por todo lo bueno y por todo lo aparentemente malo que nos ha sucedido.

Ahora he comprobado en mi vida que todo está en manos del Creador, que Él tiene el control y que cada cosa que nos sucede tiene un propósito. Este es el mayor de los conocimientos que haya podido vivenciar.

______

Notas.

[1] Para este tiempo, a más del libro de Rabí Bindman, Juan había traducido “El Camino del Gentil Justo” (Clorfene & Rogalsky) y “¿El Verdadero Mesías?” (Kaplan).

ENTREVISTA A FULVIDA MÉXICO EN EL PERIÓDICO ENLACE JUDÍO.

ENLACEJUDIO

Hola a todos,

En esta ocasión fuimos convocados por el periódico Enlace Judio para dar un mensaje principal.

El mensaje principal es Noajismo NO ES JUDAIZARSE.

Noajismo es:

1. Que la persona reconozca los derechos que hacen que su vida sea más plena
2. Hacer que la persona trabaje en tener una mejor vida a través de estos derechos
3.Luego lograr que los individuos protejan su vida a través de los siete principios universales los cuales son las armas para defender la vida plena que se va construyendo en todas las facetas de la persona.
Noajismo no tiene que ver con judaizarse o convertirse u observar leyes judias sin ser judío.

ALZO LA VOZ

Hace poco se publico en serjudio.com un artículo que surgió debido a un E-mail que fue enviado al señor Ribco plagado de una intolerante violencia[1], y que me hizo pensar (y recordar) los múltiples ataques que ha recibido tanto el More Ribco como también el profesor Ortiz[2], a través de décadas de servicio gratuito y desinteresado que han brindado en serjudio.com y en Fulvida.com.

Pero también me ha hecho pensar la posición de indolentes y pasivos en que muchos de nosotros los no-judíos[3] nos atrincheramos, mientras observamos como a ambos los han querido conducir al “paredón de fusilamiento” debido a sus luchas para que el espíritu humano no se extinga en los hornos de la religión.

Hemos sido muchos (cientos, miles o millones; no lo sé) los no-judíos que nos hemos visto beneficiados de manera gratuita. Unos han abandonado sus vicios eclesiásticos, otros han encontrado sendas apropiadas para la vida; unos otros han confirmado sus sospechas razonadas de que la religión de turno los estaba estafando (y matando literalmente), mientras que otro tanto han encontrado una fuente de Moral y de Ética (¿y por qué no decirlo? de espiritualidad también. Porque bueno… hasta los ateos nos hemos espiritualizado).

Pero lo cierto es que sin obligación alguna, el compromiso de ambos ha sido notablemente visible a lo largo de los años.

¿Será que el judío tiene obligación con un no-judío de mostrarle su camino e identidad, y tras de eso soportar sus insultos?

No. Suficiente con sus propias obligaciones. Es más, en el caso del señor Ribco, sus padres milenios antes lo comprometieron con un adeudo serio con Dios, Israel y con él mismo[4] ¿Qué se gana con una obligación “de hecho” y no legal que ha asumido para con el no-judio? Nada, exceptuando el cariño y amor de muchos.

Y del Profe Ortiz, ¿tendrá obligación para con el no-judío también, en mostrarle la senda correcta; la vía jurídica divina de su proceder y vida?

Tampoco. Suficiente con las obligaciones divinas y legales que ha asumido para con él, su familia, y su identidad. Y al igual que el More, el profe Ortiz no gana nada, exceptuando el cariño y amor de muchos.

Pero como en ambos casos, por los buenos sentimientos de unos despiertan el lado negativo en otros.

¿Y por qué?

Envidia en el caso de Yehuda pareciera ser la respuesta[5].

Estar chismeando en lo que hace el profesor pareciera ser la respuesta en su caso[6]

O tal vez, eso es lo que personalmente quisiera yo creer.

Pero sea cual sea la respuesta a tan innecesarias preguntas, lo cierto es que nuestra posición no debería ser pasiva, observadora, arremetedora de inactividad, de espectador circense.

Hoy en día, somos más que hace décadas atrás. Ya tenemos una voz más fuerte y sonora por ser muchos los que defendemos nuestra libertad que como no-judíos tenemos.

No deberíamos permitir más esos arremeteos de violencia que quieren callarnos o intimidarnos; ni contra Yehuda, ni contra el Profe, ni contra de ninguno de nosotros.

Y que éste sea uno de muchos de los artículos que alzan la voz.

 

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[1] http://serjudio.com/sitra-ajra/jesus/malabares-del-circo-religioso

[2] http://serjudio.com/personas/re060306.htm  solo por poner un ejemplo de los muchos más que se pueden leer en la página web de antaño http://fulvida.com/nosotros/sernoajidacom/

[3] Si me permiten, usaré el término “No-Judio” en lugar de otro, para incluir a todos lo que se han beneficiado de las paginas web en mención. Sea los que creen que el noajismo o judaísmo es una religión, lo que hacen de ambas identidades una religión, lo que nos hemos identificado a pesar de no tener una religión, los que tienen religión y a pesar de eso nos siguen leyendo, los que se han identificado como noajidas pero se comportan como religiosos, los ateos, los agnósticos, los cristianos, los musulmanes, los judíos, y todos aquellos de todas formas siguen visitándonos y beneficiándose del buen alimento que ambas paginas desinteresadamente tiene servido.

[4] “…Los judíos, recién liberados de la esclavitud de Egipto, vieron a los Cielos y dijeron al Eterno: ‘Si Tú nos entregas tu Torá, nosotros te entregamos a nuestros hijos’. Respondió Dios: ‘Ya que ustedes me ofrecen a vuestros hijos, Yo les entrego mi Torá’”. Rabbi Meir en http://serjudio.com/personas/pueblo-judio/secreto-de-continuidad

[5] http://serjudio.com/sitra-ajra/idolatria/¿que-descendio-para-los-gentiles-en-sinai-cuando-descendio-la-tora-para-los-judios

[6] http://fulvida.com/2013/01/08/el-no-vivo/

Tu terumá para elevarte

Una amable y atenta señora que concurre y participa activamente en cuestiones de mi comunidad (Sefaradita del Uruguay) me dijo esta semana:

“… cada uno de nosotros somos importantes, únicos e irrepetibles y cuando estamos en el templo (beit kneset, sinagoga) buscamos estar más cerca de Hashem (Dios) y encontrar la paz espiritual que todos necesitamos…”

Podría hacer una análisis detenido de la hermosa frase, pero no es intención, sino simplemente leerla en su literalidad, contemplarla, compartirla y también encontrarle una relación directa con la parashá que leemos esta semana “Terumá”.

Porque, en la parashá el Eterno solicita que la gente done generosamente los materiales para la construcción del Templo portátil, el Tabernáculo, el Mishcán, que acompañó a los judíos en el desierto y fue centro de la vida ritual/espiritual hasta la construcción del Templo en Ierushalaim por parte del rey Shelomó.
Se enumeran los elementos necesarios y entonces hay una frase famosa, pero al mismo tiempo enigmática, pues dice el Eterno: “me harán un santuario y reposaré en ELLOS”.
No dice que Su Presencia estará en el templo.
Claramente dice dos cosas muy diferentes:

  1. Él será quien more y no Su Presencia.
  2. Morará en ELLOS, es decir, en las personas que participan activamente (directa o indirectamente) de la construcción y mantenimiento del Templo.

Dios no precisa del templo, somos nosotros.
Dios se encuentra en todas partes, aunque no Lo sintamos. Por ello, somos nosotros los que debemos abrir nuestro corazón para darnos cuenta de que Él está con nosotros.
La forma de estar dispuestos a percibirLo es cuando dejamos de actuar de forma egoísta, para dedicarnos de lleno a construir shalom, por medio de bondad Y justicia.
Entonces, con nuestras buenas acciones no solamente elevamos el nivel de vida de los receptores de nuestro beneficio, sino también el nuestro. De esa forma, estamos convirtiéndonos en lo que somos desde el nacimiento: templos para el Eterno.

¿No es exactamente lo que ha dicho la amable señora?

Algunos encuentren que trabajar por el bien de la comunidad es su forma de elevarse y elevar a otros.
Otros puede ser que lo hagan con actividades de beneficencia.
Otros estudiando Torá.
Otros respetando normas rituales.
Otros salpicando con unas cosas y otras.
Otros de otras formas, que todas ellas terminan siendo en su base lo mismo: construcción de Shalom.

Pongámonos a trabajar en ello.

(Escrito originalmente para SERJUDIO.com, con gran valor para la espiritualidad noájica).

¿Hay algo más espiritual que esto?

En la parashá Mishpatim se nos brindan leyes que fueron dadas por el Eterno antes de la Revelación en Sinaí, que se cuenta en la parashá anterior, Itró.
Pero también se dan detalles que no fueron mencionados anteriormente y que hacen al momento único e irrepetible de la Revelación.
Entre los puntos de la narrativa encontramos una descripción impresionante de la visión imaginativa de lo que el Eterno manifestó de Sí:

«Luego Moshé [Moisés], Aarón, Nadab, Abihú y setenta de los ancianos de Israel subieron, y vieron al Elohim de Israel. Debajo de sus pies había como un pavimento de zafiro, semejante en pureza al mismo cielo.
Y no extendió Su mano contra los principales de los Hijos de Israel. Ellos vieron a Elohim, y comieron y bebieron.»
(Shemot / Éxodo 24:9-11)

Recuerda a la visión profética que tuvo Iejezkel / Ezequiel, y queda relatada en el capítulo primero del libro que lleva su nombre.
Aquí y allí no hubo visión material de Dios, porque Él no es materia, ni forma, ni se aparece en este mundo con cuerpo o figura; aunque los mitómanos e idólatras así lo expresen y lo vociferen.
El Eterno se niega a “ser” una cosa, ni siquiera para revelar Su Ser ante los testigos fieles.
Tal como se encarga con precisión de declarar la propia Torá:

«Entonces el Eterno os habló de en medio del fuego. Vosotros oísteis el sonido de Sus palabras, pero aparte de oír Su voz, no visteis ninguna imagen.»
(Devarim / Deuteronomio 4:12)

Pero, basta de “teología”, porque abundar en estas cuestiones no aporta demasiado y por el contrario, puede llevar a lugares inhóspitos.
Por ello, te propongo que nos detengamos en las palabras finales del párrafo citado: “Ellos vieron a Elohim, y comieron y bebieron.”

¿Notas algo raro en esta frase?
¡Yo sé!
Ellos estaban presenciando, en su vívida imaginación, a Elohim y la reacción fue “comieron y bebieron”.
¿Entiendes?
No dice que se enclaustraron a adorar a Dios, ni que se convirtieron en fanáticos ascetas, ni que se dedicaron a predicar la teología revelada, ni que renunciaron al mundo para ser del “otro mundo”, ni que despreciaron la buena vida del “más acá”.
Dice: “comieron y bebieron”.

Los Sabios explicaron esto de diversas maneras:

  • El poder espiritual fue tan tremendo que les sirvió también para satisfacer sus necesidades biológicas, sin recurrir a lo natural. Es decir, la energía espiritual fue suficiente para nutrirles, tal como si hubieran bebido y comido materialmente. Ejemplos de esto encontramos en otras partes del TANAJ, sin ir más lejos, con los cuarenta días y noches que Moshé estuvo sin comer ni beber, por estar recibiendo la Torá directamente de Dios.
  • Los que critican amargamente a este grupo de ilustres, que no estuvieron a la altura de su situación, y pronto dejaron de lado la visión espiritual para hundirse en el fango del materialismo más corriente.
  • Y están aquellos que encuentran un mensaje claro, positivo, de vida, para compartir y aprender: estamos en un mundo en el cual debemos espiritualizar lo material, materializar lo espiritual. Ellos vieron la visión de Elohim, pero también tenían necesidades físicas que cumplir, y lo hicieron. El solo hecho de alimentarse, para nutrirse, y con la energía realizar buenas y justas obras, ya eso es un hecho sagrado, de espiritualidad plena. Si además se le suma agradecer por el alimento antes y después, preocuparse del necesitado, y todo el resto de actividades positivas que rodean al acto de comer, entonces mucho mejor aún.
    Por tanto, ver a Elohim, comer y beber no eran cuestiones antagónicas, separadas, divergentes, mutuamente excluyentes. Eran ingredientes necesarios para una única receta: ¡construir shalom!

La enseñanza que comparto contigo es la que ha compartido la familia judía desde siempre: la vida espiritual se vive en los hechos cotidianos, desde lo simple y necesario para sostener la existencia, hasta lo menos cotidiano y accesorio.
Así, no hay fiesta judía sin comida y bebida. Ni tampoco duelo en el cual no participe de una u otra forma.
El rezo también se vincula al comer. El comer al rezo.
Cada acción debiera estar llena de materialidad y espiritualidad, no de religión o abstención innecesaria. Tampoco de mera animalidad, sea en su aspecto positivo o en su aspecto negativo.

Así pues, a disfrutar de lo permitido.
A apartarse de lo prohibido.
A vivir a pleno.
A materializar lo espiritual y espiritualizar lo material.
A descubrir la santidad en las cosas corrientes, porque, tal como enseña el gran Rav Kook: la santidad de lo profano es mucho más elevada que la santidad de lo santo.
A construir shalom, por medio de acciones de bondad Y justicia.

¿Hay algo más espiritual que esto?

(Texto original publicado en SERJUDIO.com compartido aquí por su gran valor para la identidad noájica).

Enemigos de Dios

[1]“ …(Al Monte Sinaí) no se le denominó “monte de la luz”, ni “monte del encuentro con Dios”, ni “monte de la recepción de la Torá”… se le llamó y se le conoce luego de milenios como “monte donde descendió el odio/envidia de los gentiles en contra de Israel“…”

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Parece impensable que alguien, en su uso de razón y lógica, se declare enemigo de Dios.

Algunos posiblemente no han medido las consecuencias de sus palabras; otros se han declarado enemigos de Dios y los judíos abierta y conscientemente por razones ideológicas o políticas [2] .

Pero lo cierto es que la gran mayoría no lo hacemos por temor, otros por prejuicios religiosos, otros por su ateísmo, o bien, por las razones que convengan.

Lo cierto es que en nuestra Tora, la de los Hijos de Noe, existe un mandamiento que explícitamente prohíbe la blasfemia, donde no solamente debe de entenderse como inadecuado referirse (o específicamente actuar) negativamente hacia el Creador, sino que además reglamentariamente puede entenderse como prohibitivo constituirse enemigo de Dios y de sus elegidos[3]

Pero por otro lado resulta totalmente ilógico que alguien se quiera constituir enemigo de Dios o los judíos, y que ponga la razón que quiera el lector

Resulta ilógico e innecesario constituirse enemigo con alguien a quien no va vencer, ni con otros que posiblemente no le han declarado la guerra primeramente.

Pero parece que la cosa no es tan simple.

Pues si objetivamente la cara que mostramos a la sociedad es ser socios de Dios y los Judíos, subjetivamente y en nuestro mundo interno y de sentimientos existe grados de disconformidad con lo que somos. Disconformidad que nadie quiere aceptar, pero que los hechos externos los ponen en evidencia.

Pareciera que las palabras de los sabios que se mencionan el texto trascrito arriba son atemporales, ya que están completamente vigentes al día de hoy.

Seguimos envidiando, odiando, maldiciendo y celando a Israel, a Dios y a los Judíos; pero no de forma expresa y explicita; sino que camuflada por actos inconscientes, o bien intencionados, pero lo que demuestra es celos por la tradición judía, sus costumbres, historia, nacionalismo y unión.

Seguimos guerra contra Dios, los judíos y la Torá cuando “de facto” insistimos en usar nombres judíos, comprar cosas judías, imitar a los judíos, querer ser judíos por “amor” a Dios, por creerse judíos mesiánicos, por negar las leyes universales, por ver el Código Noajido soso o escaso en comparación a la Tora de Israel, por negar la identidad, y por otras razones más que dejo abiertas como “Numerus apertus” para los que quieran poner sus opiniones en los comentarios.

Porque lo que refleja algunas actitudes de TODOS nosotros es una lamentable envidia y un lamentable celo, que lejos de una sana admiración por la fortaleza judía que ha soportado de todo, nos carcome la pasión insana por formar parte de ellos (aunque fuese un poquito) a cualquier costa o precio, porque no nos queremos e invalidamos nuestra identidad y, por ende, no los queremos pero deseamos su identidad, sus tradiciones, sus fiestas, sus dichos, sus nombres, sus costumbres… deseamos ser ellos y no nosotros.

En definitiva, no nos gusta ser nosotros y queremos ser ellos. Así usamos sus dichos, sus locuciones idiomáticas, los nombres que utilizan para referirse a Dios[4] en los actos propios de sus costumbres y obligaciones, etc; que reflejan una pasión celosa y envidiosa que hay que admitir, erradicar y corregir con alguna humildad y con la ayuda apropiada.

Antes de terminar, y antes de cualquier (contra)ataque, quiero aclarar que lo que escribo es para llamar la atención hacia lo que por derecho nos corresponde.

Tenemos una identidad que hay que nutrir, hacer valer, dar a conocer, ejercer y desarrollar; tenemos un Compendio Legal que, al igual que el de los judíos, fue dado divinamente; tal vez no a 3 millones de personas, pero sí a las UNICAS personas que existieron en su momento de dación.

Y en la entrega de la Tora Noaj, no descendió la envidia; sino el Derecho y la Justicia; la identidad y el sentido de la existencia; la fórmula del paraíso y de la Era Mesiánica:

http://fulvida.com/2008/03/27/un-texto-fundamental/

Queda en nosotros su robustecimiento

Y que sirva yo de mal ejemplo si fuera el caso, pero hagamos algo.

Gracias por sus comentarios, observaciones y opiniones.

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[1] El resaltado en negro es del original. http://serjudio.com/sitra-ajra/idolatria/¿que-descendio-para-los-gentiles-en-sinai-cuando-descendio-la-tora-para-los-judios

[2] http://serjudio.com/sitra-ajra/idolatria/¿que-descendio-para-los-gentiles-en-sinai-cuando-descendio-la-tora-para-los-judios

[3] Véase a modo de ejemplo los reglamentos del 1 al 8 sobre la Ley de Prohibición de la Blasfemia, en  http://fulvida.com/2008/02/01/reglamentos-de-los-mandamientos/

[4] En estos momentos acabo de ver en mi Facebook una invitación realizada por un grupo de noajidas que en propaganda a su reunión, postearon una fotografía donde se utiliza el nombre de Dios que en lo personal no creo que debiera de usarse.

¿Cambia, todo cambia?

Ni bien se termina de leer el Decálogo (los mal llamados “Diez Mandamientos”, puesto que son 14) en la parashá Itró, nos encontramos con un versículo que podría resultar curioso si nos detuviéramos a contemplarlo:

«Y el Eterno dijo a Moshé [Moisés]: ‘Así dirás a los Hijos de Israel: ‘Vosotros habéis visto que Yo he hablado desde los cielos con vosotros.»
(Shemot / Éxodo 20:19)

Recién concluyó el imponente espectáculo de la Revelación del Eterno para todo el pueblo de Israel en la zona de Sinai.
Todavía arden sus almas por el contacto con la Presencia.
Vibran aún por la conmoción de ser atravesados por las voces celestiales convertidas en ondas energéticas visibles.
No pasó inadvertida la Revelación, el mundo entero se estremeció hasta sus raíces, ¡cuánto más aquellos judíos allí presentes!

Ellos, nosotros, un pueblo entero, de unos tres millones de individuos, que testimonian haber experimentado la Divina manifestación.
No como un cuento, no por tradición, no por habladurías, no por fe; sino ellos mismos estaban allí presentes, nuestros espíritus también, en contacto directo y cierto con la expresión de Dios en la tierra.
No hubo, ni habrá, otra circunstancia parecida, única, de unificación de lo celestial con lo terrenal de manera tan masiva e incontrovertible.

Entonces… ¿a qué viene este versículo?

Pues, pareciera estar demás.
¿No?
¿Acaso ellos no sabían al 100% que era Dios el que se había manifestado allí, ante ellos, en ellos?
¿Podrían quedar dudas?
¿Dependerían de la vanidad de la fe, o de esclavizarse a ideologías, habiendo tenido recién esa única e irrebatible experiencia?

¿A qué viene esa frase entonces?

Sabemos que un concepto básico de la Torá es que no contiene nada extra, decorativo, carente de sentido.
Por ahí, nosotros no alcanzamos a comprender o desvelar algunos misterios. Está bien que así sea, pues cada uno alcanza al nivel que le corresponde.
Pero, una frase tan obvia, evidente, redundante, ¿cómo explicarla?

Una de las maneras es muy simple, a la vez que profunda.
La Torá la dio Dios al pueblo judío, Él es su autor, Él su codificador, Él quien decretó que tal fuera el texto.
Por consiguiente, solamente Él puede modificarla o anularla.
Pero, Él mismo se ha encargado de cancelar tales opciones, ya que fue Él quien declaró:

«No está en el cielo»
(Devarim / Deuteronomio 30:12)

Ya no depende más de Dios la Torá, ahora es del pueblo judío, el depositario, quien se encarga de preservarla, de estudiarla, de vivirla. De interpretarla y llevarla a la práctica de acuerdo a los parámetros acordados y consagrados.
Uno de los elementos claves es que la propia Torá se encarga de negar su posibilidad de cambio:

«Tendréis cuidado de hacer todo lo que Yo os mando; no añadiréis a ello, ni quitaréis de ello.»
(Devarim / Deuteronomio 13:1)

Así pues, ni Dios puede anular o cambiar la Torá; ni tampoco sus verdaderos dueños, que son el pueblo judío.
La Torá de Israel, es y será.

Pero entonces, ¿cómo entender la famosa profecía del profeta Irmiá/Jeremías?

«‘He aquí vienen días, dice el Eterno, en que haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Yehudá [Judá].
No será como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto, Mi pacto que ellos invalidaron, a pesar de ser Yo su señor, dice el Eterno.
Porque éste será el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Eterno: Pondré mi Torá en su interior y la escribiré en su corazón. Yo seré su Elohim, y ellos serán Mi pueblo.
Ya nadie enseñará a su prójimo, ni nadie a su hermano, diciendo: ‘Conoce al Eterno.’ Pues todos ellos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice el Eterno. Porque Yo perdonaré su iniquidad y no Me acordaré más de su pecado.'»
(Irmiá / Jeremías 31:30-33)

La respuesta es bastante simple, a la vez que profunda.
En la Era Mesiánica, el EGO (conocido en la Tradición como Ietzer haRá) estará sometido al AMOR.
Ya no dominará el miedo, ni la falsedad, ni la amargura, ni la malicia, ni la violencia, ni todo lo que afea nuestro hermoso mundo.
Por el contario, la LUZ de la NESHAMÁ irradiará y colmará los confines de la existencia individual y colectiva.
No viviremos en sombras, apartados de la LUZ, en tristeza y agonía, sometidos al EGO.
Ya no sentiremos la Torá y sus mandamientos como algo externo, que se nos impone desde fuera.
En la Era Mesiánica será comprendido que el camino de todo ser humano es el cumplimiento de los mandamientos que le corresponden de acuerdo a su identidad espiritual, los Siete Universales para la mayoría de la humanidad, los gentiles; los 613 de la Torá para el pueblo judío en exclusiva.
No será necesario apartar la idolatría, ni demostrar la mentira de las religiones, ni la torpeza de las supersticiones; puesto que será el espíritu quien comandará y no una pequeña porción de nuestro cuerpo (el EGO). Estaremos libres, y por tanto en sumisión a Dios, en armonía con Sus preceptos, aquellos que nos pertenecen por derecho de identidad espiritual.
Ciertamente será un nuevo pacto, aunque NO un “nuevo testamento”.
Será el pacto renovado, tanto para los noájidas como para los judíos.
La alianza eterna que se respetará por AMOR, por el deseo de cumplir la Voluntad, y no para obtener beneficios o codiciar librarse de castigos.
El conocimiento del Eterno será evidente, puesto que será la LUZ de la NESHAMÁ la que alumbrará, y no más los espejismos del EGO.
No será necesario que se nos tome de la mano para arrancarnos de las angustias, de los Egiptos, porque ya habremos madurado nuestra espiritualidad en la experiencia humana.
Seremos partícipes activos de nuestra tarea sagrada, de construir SHALOM en el mundo.

No se cambiará la Torá, se mantendrá vigente como el primer día.
No se reemplazará, tal como tampoco otra nación desplazará a Israel de su misión específica en este mundo, de su relación particular con el Padre y Rey.

Cada uno vivirá a plenitud, en bendición, disfrutando de su propia porción, en paz.
¿Cómo lo sé?
Porque nosotros, los judíos, hemos visto personalmente que desde los Cielos Dios nos ha hablado y nos ha ordenado Su Torá.
No es un cuento, no es una tradición sostenida en la fe, no es un mito, no es una creencia.
Es un hecho.

Ahora que lo sabes, ¿cómo cambiarás tú y ayudarás a cambiar a otros, para bien?

(Texto publicado originalmente en SERJUDIO.com, compartido aquí por tener sumo valor para el fortalecimiento de la identidad noájica).

POR LA ELEVACIÓN DEL ALMA DE MILTON VENEGAS ZUÑIGA

imagen1Estimados amigos,

Les informamos que El Eterno es su infinita misericordia recogió a uno de los alumnos de nuestra filial en México.

Milton Venegas Zuñiga, partió hacia el mundo por venir, el pasado vienes 23 de enero de 2015 en la ciudad de México. No sin antes haber conocido y aceptado el cumplimiento de los siete principios universales para las naciones. Que sea este merito entre muchos más lo que le de parte en el mundo por venir.

Queremos agradecer en especial al Rabino Aaron Ribco por su apoyo durante momento del fallecimiento de nuestro amigo Milton que desde Israel y a pocos minutos de iniciar el Sábado supo dar un consejo preciso sobre como atender esta situación y consolar a los familiares. También a nuestro Moré Yehuda Ribco por sus enseñanzas que sirvieron para atender los servicios necesarios en el proceso de despedida de Milton.

Les recordamos que en este momento la caridad, los actos nobles pueden ser de ayuda para la elevación del alma de nuestro amigo.

Que sepamos construir Shalom.