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Resp. 988 – hacerse oficialmente benei noah

Wandacv nos consulta:

1- Que hay que hacer para ser oficialmente un noahide?
2- Lei en wikinoah que uno tiene que testificar ante tres rabinos ortodoxos y firmar unos papeles para eso.
3- Es asi o simplemente reconocer y aceptar las 7 leyes de Noe uno es un noahide?

4- Queria tambien preguntar si un noajida es mejor comer carne kosher o no importa, pues dice que no debe comer la sangre que es su vida?
Wanda Castro, 57 años, comerciante, San Sebastian, Puerto Rico

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Los “santos” estafadores

Estamos en una época lamentable.
Ahora hasta entre los que se sienten y creen fieles al Eterno ha surgido la moda de aferrarse a hombres, intermediarios, “santos”, “tzadikim”, “babas”, cabalisteros varios, “rebbes”, para que les sirvan de canal y conexión con Dios.
Bajo diversas excusas, amparándose en tal o cual concepto o frase de la antigua y sagrada Tradición, se han empecinado en doblegar su voluntad a los deseos y mandatos de otro, uno al que consideran superior en todos los aspectos a sí mismo.
Se degradan, rechazan la conexión con Dios, dependen infantilmente de lo que otro escoge.
En una total infantilización del ser, en una forma de vida ausente, son dogmáticos en predicar a su líder, reverenciarlo, defenderlo, sostenerlo económicamente, seguirlo hasta la muerte, cometer cualquier acto con tal de obtener su aprecio, etc.
Es casi como una paganización, o cristianización, fanática de lo que debiera ser una vida de simpleza, de bondad, de justicia, de lealtad a Dios, de autoconocimiento, de amor al prójimo, de respeto por los mayores, de saludable guía de algún maestro de vida sabio.
Es la desconexión con Dios y con el hombre, porque se desconecta de sí mismo para vivir apegado a su “santo líder”.
Muchas veces esta persona, el “tzadik”, es bien intencionada, honesta, estudiosa, pero sin embargo permite que se cree y preserve este sistema de adulación y reverencia.
Pero otras veces, infinidad, son artistas del engaño los que se presenten y son aceptados como el gurú a seguir. Demandan dinero en abundancia, rompen y arman familias, inventan enfermedades y curaciones inexistentes en la realidad, se hacen pasar por agentes divinos o deidades en sí mismas, presionan, amenazan, aconsejan de acuerdo a su egoísmo, etc.
Estamos plagados de supersticiones, rituales, mejunjes varios que son obra de este sistema corrupto de vida.
Rebes y babas que ponen precio a sus bendiciones, maldicen si no les pagan suculentos miles de dólares por supuestas sanaciones espirituales, que amenazan con males de ojo, que inventan enfermedades ficticias y curas que nunca llegan, que prometen matrimonios e hijos que nunca se dan, que se rodean de personas violentas que presionan, que son apoyados por el silencio cómplice de los que saben y deben hacer algo pero que no lo hacen.
Doctores cabalisteros, mekubalim, falsos rabinos, supuestos santos, todos ellos artistas del engaño, ávidos de dinero, de poder, de influencia… Charlatanes, parodistas, émulos de pastores de religiones idolátricas, sedientos de adorar a sus EGOs.
Pero también están los que siendo honestos igualmente han caído en ese remolino de creerse en el rol de sagrados mediadores entre Dios y el hombre, de ser canales exclusivos de bendición, de ser los que otorgan beneficios porque saben como manipular a Dios, etc.
Pongan en el buscador google, o cualquier otro, las palabras “mekubalim” y “fraud”, en inglés porque encontrarán muchos más resultados que en español. Si no entienden el idioma usen el traductor de google, o algún otro. Se encontrarán con centenas de casos de fraudes, extorsiones, entre otros aberrantes delitos que se cometen en el nombre de “dios”, por gente que está usando a Dios para sus negocios turbios. Se aprovechan de la necesidad de la gente, de la ignorancia, del miedo, de la manipulación, de la mentira, de la estafa, en fin, se aprovechan, cosa que es terrible, pero lo hace infinitamente peor que sea en nombre de “Dios”, del judaísmo, de la Torá, etc.

En nuestra época, pues se ha intensificado en las últimas décadas, abundan estos gurúes, que en muchas ocasiones se visten y comportan como “tzadikim”, hombres justos íntegros. Usan barbas, sombreros, ropas negras, vestimentas sagradas del judaísmo, tienen libros tradicionales, hasta pueden portar el título de rabino antes del nombre –sean títulos originales o inventados-.
Usurpando algunas de las funciones del verdaderos “tzadik” hacen su negocio.
Se enriquecen, detentan el poder, ejercen sus pasiones, todo en el nombre de “dios”.
Y las personas los adoran, los buscan, defienden, niegan los evidentes actos de corrupción y estafa, les regalan hasta sus vidas enteras con tal de seguir a la sombra de estos personajes.
Es terrible, pero tan cierto.
Afecta a muchos de los jaredim, aquellos judíos que son llamados “ultra-ortodoxos”, que cada vez se cierran más en torno a ciertos conceptos rígidos, extremos, que se imponen como de la tradición, pero ciertamente no son originales y ni siquiera deseables. Así rezan al “rebe” tal o cual, peregrinan a la tumba del sabio éste o aquel, usan amuletos con justificaciones más o menos complicadas, rechazan aspectos admisibles dentro de la Ley con tal de vivir en su gueto mental y material que los aísla y esclaviza a sus dogmas y a su líder. Se llenan de religión y apariencias en vez de espiritualidad a la vieja y sagrada usanza.
Pero también este cáncer sicosocial afecta a otras secciones del pueblo judío, y a los gentiles.
Entre estos últimos es quizás más “normal”, puesto que han vivido siglos, milenios en el pozo de la idolatría, de la negación de Dios, en relación con ángeles e intermediarios sagrados –irreales pero que ellos igualmente veneran-, sin la Luz de la Torá y los verdaderos tzadikim. Sin embargo, tampoco esa “normalidad” es saludable, puesto que el Eterno también quiere integridad de parte de los hijos de las naciones.
Así pues, es hora de tomar conciencia de esta espantosa realidad que nos rodea o de la que somos parte.
No echar culpas ni quejarse, no hacerse la víctima, no enojarse con quien señala el mal, sino hacer algo para ser libre del EGO, romper las cadenas de la idolatría y la superstición, dejar de prestar oídos a los mercaderes de la fe, denunciar a los fetraficantes que actúan de modo similar a los narcotraficantes.
Pero, sé que pocos lo harán, hay miedo en varios niveles, ignorancia, ceguera, apego a la religión en vez de a la espiritualidad.
Sin embargo, si uno despierta y se libera y entonces deja de lado la superstición, los fanatismos, los extremismos necios, podrá ayudar a otro a despertar y así se multiplicarán las personas que vivan en lealtad al Eterno, sin doctrinas de supuesta santidad que en realidad son cárceles para el alma.

Palabras duras, pero considero que necesarias. 
Como en su momento amonestara el Eterno por boca del profeta:

"Desde el profeta hasta el sacerdote, todos obran con engaño y curan con superficialidad el quebranto de mi pueblo, diciendo: ‘Paz, paz.’ ¡Pero no hay paz!"
(Irmiá / Jeremías 6:13-14)

Recomiendo el estudio del capítulo 13 de Iejezkel/Ezequiel, en donde vemos cómo estos vendedores de humo tóxico desde antaño usan similares estratagemas, trampas, mentiras para engañar, para hacerse pasar por santos, para vender sanidad y bendición, pero solamente entregan falsedad, superstición, no-paz.
Antaño contábamos con voces valientes que proclamaban la integridad del servicio al Eterno, en contra de tanta tramoya perversa, de tanto gurú santificado como semi-deidad.
Pero hoy…

Para finalizar quiero dejarles una historia de un verdadero tzadik, de alguien que podría servir como ejemplo:

En cierta ocasión un campesino y su esposa se presentaron ante el predicador de Koznitz para rogarle que rezara a favor de que tuvieran un hijo.
El sabio hombre les pidió 52 monedas de oro a cambio del milagro, y explicó que ese número correspondía al valor de la palabra ben, que en hebreo quiere decir "hijo".
El campesino rebuscó en sus bolsillos, y le entregó 10 monedas al maestro.
Éste rechazó esas monedas y recalcó, deben darme 52, sino no habrá milagro.
Un tanto alterado el campesino fue a la feria y allí vendió los objetos de valor que él y su esposa tenían. Con el dinero regresó a lo del rabino, y entonces le presentó 22 monedas, exclamando: "¡Esto es todo!, ahora rece por que tengamos un hijo".
El predicador no tocó las monedas, sino que impasible respondió: "52 monedas es lo que les he pedido, no menos".
Totalmente furioso el campesino toma a su mujer del brazo y sale gritando de la oficina del maestro: "¡Vámonos de aquí, le rezaremos a Dios directamente, sin necesidades de que haya en el medio intermediarios! El Todopoderoso nos ayudará igualmente".
Entonces los detuvo un momento el maestro y les explicó: "Ciertamente, ahora estás haciendo lo que les dará lo que tanto desean".
Y así fue.

El impulso del noájida “bien intencionado”

Comparto contigo una enseñanza judía, para judíos, en contexto judío, al respecto de la Torá y de los 613 mandamientos para los judíos.
NO ES para que te confundas y asumas que la Torá y los 613 son parte del tesoro de las naciones, pues no es así. Tampoco para que te creas en potestad para estudiar Torá como deben los judíos, ni para que te pongas a predicar “la Palabra”, ni para que te impongas limitaciones que Dios no quiere para ti.
Sino que es para que entiendas el mensaje universal que porta, aquel que es provechoso y de bendición para cualquier persona, sea judía o noájida, y a partir del sentido del mensaje puedas fortalecer tu propia identidad, crecer en todos tus planos, afianzarte y desarrollar todos tus potenciales.
Ahora, la enseñanza.

El rabino Gifter (en «Pirkei Torá», traducido libremente por nosotros) nos enseña:

«Dice la Torá:
No añadáis a las palabras que Yo os mando, ni quitéis de ellas, de modo que guardéis los mandamientos del Eterno vuestro Elokim, que Yo os mando.’
(Devarim / Deuteronomio 4:2).
La tendencia natural del hombre es de abstenerse a ser sometido a la voluntad ajena.
Nosotros queremos auto-gobernarnos.
Esta tendencia puede impedir grandemente nuestro servicio a Dios, ya que el verdadero servicio a Dios demanda una completa sumisión al gobierno de la Torá.
Añadir o quitar de los mandamientos -que son la manifestación de nuestro servicio a Dios- está para satisfacer la propia voluntad, pero no la voluntad de nuestro Creador.»

¿La voluntad de quien vas a cumplir?
¿La tuya?
¿La de tu pastor?
¿La de tu seudo rabino?
¿La de tu sociedad?
¿La de tu secta?
¿La de tus amigos?
¿La de tu pareja?
¿La de tus hijos?
¿La de tu patrón?
¿La de tu religión?
¿La de tu partido político?
¿La de aquel o ese otro?
¿La de los dioses?
¿La de DIOS?

El hombre saludable comprende y toma para sí el consejo de los sabios, aunque ni siquiera lo conozca:

“Haz que Su voluntad sea tu voluntad”
(Pirkei Avot 2:4)

Hacer nuestra la voluntad de Dios.
Estar en perfecta armonía con Él.

Esto implica que el noájida debe tomar conciencia de que Dios ha dictado solamente Siete Mandamientos Universales para él, ni más, ni menos.
Comprender que esos siete mandamientos son raíces de los cuales se enarbolan diversas reglas saludables de conducta, buenas para la persona y para la sociedad.
Tales son los mandamientos, no otros, ni más, ni menos.

Cuando el noájida asume mandamientos de los judíos como si fueran propios, está estafando a su ser, mintiendo para afuera, provocando el caos, llevando destrucción al mundo.

Sí, es cierto, hay mandamientos judíos que pueden ser tomados como buenas costumbres por el noájida, tales como rezar, dar caridad, respetar a los padres, amar al prójimo, entre otros, pero en modo alguno el noájida tiene derecho a decir que eso es lo que Dios le ha mandado, pues no es así.
Seguramente que se podría encontrar formas de sintonizar todas estas buenas acciones que son mandamientos para los judíos para que sean reglas de vida –opcionales- para el noájida. A excepción de aquellos mandamientos que expresamente dice la Ley que quedan absolutamente por fuera de los noájidas, tales como el Shabat con sus formalidades, el uso de tzitzit (digamos, el manto ritual, para comprendernos fácilmente), las festividades con sus modismos, el estudio de la Torá (solamente aquellas porciones limitadas que conllevan el reforzamiento de la identidad noájica están permitidas), entre otros que hemos expresado en otras ocasiones.

Así pues, querido hermano noájida, que nadie te lleve a añadir o quitar de tus Siete Mandamientos.
NADIE.
Pues nadie tiene la autoridad de Dios.
Él ha decretado, es Su Voluntad, que sean para ti los siete mandamientos universales, no otra cosa.
Por tanto, cuando algún “iluminado” oscuro te exija celebrar festividades judías como los judíos, actuar como judío, disfrazarte como judío, o hacer cualquier de los mandamientos para los judíos “o te vas al infierno”, debes ponerle un freno a tal persona, no caer en el error, fortalecerte en tu belleza interior y no corromperte detrás de las “buenas intenciones” sin conocimiento que suelen desmoronar al mundo.

Sé humilde, sé sabio, sé bueno, sé justo, al aceptar con alegría tu sagrada porción que se llama “noajismo”.
Que no es sucursal del judaísmo, que no es mala copia del judaísmo, que no es un paso hacia la conversión al judaísmo, que no es el hermano bobo del judaísmo, que no es servil del judaísmo, que no depende del bastón del rabino judío.
Sé feliz con la sagrada herencia que Dios mismo ha diseñado para ti y te la ha regalado.
No pretendas saber más que Dios, no hagas caso a tu EGO que te indica que eres tú el que decide cómo debe ser la realidad.

Sométete a la Voluntad de Dios, en lugar de presumir que eres “religioso” porque te pones algún gorrito, farfullas palabras hebreas, dices predicar en nombre de algún rabino, pones a algún rabino como pretexto para sostener con vida a tu sectita…

Dios no quiere tus disfraces, ni tu palabrería, ni tu jasideismo, ni tu cabalismo, ni tu torpe locución en algo parecido hebreo, ni tu aspiración a ser un ser especial… nada de eso quiere Dios de ti.
Él te ha indicado lo que quiere: que cumplas los Siete Mandamientos.
Que seas humilde, que seas bueno, que seas justo.

Sí, para el que está sometido al EGO estas palabras duelen, porque les obliga a ponerse en su lugar.
Se armarán mil invenciones para mantener al EGO en el poder, para seguir ejerciendo la prostitución de la religión en vez de santificar la vida con espiritualidad.

Ahora, haz tu vida.

Dios, te olvidaste de darme el vuelto…

DIOS PADRE TODOPODEROSO CAMINA POR MI CASA Y LLEVATE MIS PREOCUPACIONES Y CUALQUIER ENFERMEDAD . POR FAVOR VIGILA Y SANA A MI FAMILIA Y A MIS AMIGOS, BENDICE Y ALEJA A MIS ENEMIGOS. EN EL NOMBRE DE JESUS ¡AMEN!*** ESTA ORACION ES MUY PODEROSA. DETEN LO QUE ESTAS HACIENDO Y COLOCALA EN TU MURO POR LO MENOS POR UNA HORA. OBSERVA QUE DIOS TRABAJA DE MANERA MARAVILLOSA! LO QUE DEBES TENER ES FE!!! …AMEN

Lamento si te provoca nauseas, como a me ocurre a mí, perdóname por favor que haya comenzado este post con este mensaje tan lleno de idolatría, egocentrismo, falsedad, presunción, superstición, infantilismo, en fin… EGO.

Lo vi recién publicado en el muro de un “amigo” del Facebook, y no pude menos que sentirme bastante mal… digamos, decepcionado con la criatura humana, tan baja, pero tan engreída como para pretender controlar y manipular al Todopoderoso con estas frases llenas de infantilidad enfermiza. Porque una cosa es que un niño sea infantil, lo que está bien, pero otra muy diferente es que gente grande, hasta profesionales de renombre, se comporten enfermizamente como si fueran niños.

Quizás no te des cuenta de porque estoy siendo tan “agresivo” con la pobre persona que lo único que hizo fue una plegaria.
Bueno, déjame que te lo explique brevemente, pero antes por favor te tomas el trabajo de leer este par de links:

Ahora, comencemos un breve análisis.

Esta plegaria comienza “bien”.
Reconoce a Dios, reconoce que el es Padre, reconoce que es Todopoderoso.
Hasta aquí, totalmente compartible por cualquier alma pura.

Pero luego… ¡el terremoto!

Ese que es “dios”, “padre”, “todopoderoso” recibe una orden mía: “camina”.
Es tan tonto, insensible, pelele, torpe, ignorante que tiene que acudir a mi orden, debe cumplir mi reclamo: “camina”.
Traduzco el sentido detrás de esa orden: “¿Quién te crees que eres?
Si te crees un dios, ¡estás equivocado!
Aquí el dios soy yo, porque soy yo el que te dice lo que debes hacer.
Y te digo: camina”.

A ver, corazón mío, ¿cómo te parece que se ve esto así expuesto?
¿Te diste cuenta del lugar en que presumes estar y dónde estás ubicando al Eterno?
No, no te diste cuenta… si lo hubieras hecho antes no habrías actuado de esa manera soberbia, altanera, estúpida…
Cuando el EGO está al mando, la persona anda a oscuras, encerrada en su celdita mental.
En ella Dios es un dios, que está al servicio del hombre.
Por eso no suena blasfemo darle órdenes al Todopoderoso, porque para el siervo del EGO hasta Dios es menos que uno mismo.

Pero la cosa no termina ahí.
Porque si se le hubiera dicho que caminara solamente, bueno… es algo espantoso, como explique más arriba, pero se agrava mucho más cuando se exige que “camina por mí casa”.
A ver… a ver…
¿No tendrá Dios alguna cosa más importante, interesante, relevante, trascendente, cósmica, universal, que hacer con “Su tiempo” que andar caminando por tu casa?
Sí, yo sé que Dios está en todas partes, incluso allí en donde no se Le llama ni es bienvenido. Sí, también está en “tu casa”… pero… pero… ¿cómo decirlo?… Que vengas tú y le digas que se ponga a caminar por tu casa, como si El no supiera lo que hacer, como si El necesitara de tu orientación, como si El estuviera esperando a cumplir tus deseos… ¿cómo decirlo? Bueno, no tengo palabras, pero sí tengo en las entrañas una sensación que no sé como describirla. Quizás tú me puedas ayudar a poner en palabras esto que siento.
Un miserable humano, acomplejado, apocado, impotente, dando órdenes al Rey, al Padre, al Todopoderoso, para que venga a caminar por su casa… ¿cómo decirlo?

Ah… pero la cosa todavía pasa a ser peor.
”Llévate mis preocupaciones”…
Mira querido, si hubieras dicho “ven, mira al mundo, haz la paz”… ok, no sería lo más perfecto, habría cosas para criticar, pero al menos estaríamos ante un pedido importante, algo que ni tú ni nadie puede por sí solo hacer. Dudosamente estemos preparados aún para vivir en un mundo pacífico a causa de nuestras acciones para conseguirlo. Entonces, ok, perfecto, recurrimos a Dios, le pedimos amablemente que nos dé una gran mano… está bien, somos impotentes y El es Todopoderoso. Está bien, es un pedido altruista, generoso, solidario, humanitario, bueno, sensible.
Pero que mandes a Dios, al Supremo, que venga a tu casa, que la recorre, para que recoja la mugre que tú no quieres recoger… ¡cómo te atreves!
Sí, ya sé que en tu servilismo al EGO te crees una deidad y por eso mandas al dios que adoras, por eso te sientes al centro del mundo, ya sé que tu religión (como el 99% de lo que es religioso) te hace creer con el poder de controlar al cosmos si así lo sueñas o deseas, pero… ¿cómo explicártelo sin herir tu sensibilidad?
A ver, si tienes asuntos que te preocupan en casa, entonces… ¿no te parece mejor que hagas algo para que dejen de preocuparte?
Si son cuestiones que puedes solucionar… ¿para qué molestas a Dios con ello?
Si son cuestiones sin solución… ¿por qué no haces algo para no preocuparte? Piensa en alguna terapia, respira profundo, toma té de hierbas, aprende a poner las cosas en su lugar, reza con humildad y corrección, ayuda al prójimo que está en peor situación, encuentra la moraleja del asunto aunque sea terrible, reconoce tu impotencia como ser humano y apechuga tu condición de tal… no sé, hay opciones. Como viste, hasta rezar. Cosa que es muy linda, muy buena, muy provechosa.
Pero, rezar de verdad, comunicarse con Dios, abrir el corazón, encontrar el centro de uno mismo para armonizarse y sintonizar con el mundo y especialmente con la Divina Voluntad.
Rezar, que está en las antípodas de dar órdenes a Dios, de mandarle hacer tu tarea, de obligarlo a resolver tus cuestiones, de usarlo como tu esclavo.

Algo similar con el tema de que Dios se lleve cualquier enfermedad.
Puedes consultar al médico, seguir las prescripciones, llevar una vida saludable, consultar con otro médico, rezar, hacer buenas acciones, ayudar al necesitado, concentrarte en lo bueno que queda a pesar de la enfermedad… no sé, tantas cosas que se pueden hacer.
Sí, es cierto, gente buena sufre, muerte, es mutilada, etc. a causa de las enfermedades, ¿quién lo niega?
Sí, la ciencia aún no tiene todas las respuestas ni soluciones.
Sí, Moshé rezó por su hermana enferma.
Sí, rezar es una buena opción, a veces. Pero no la única.
Sin embargo, esto que publicó en su muro el “amigo”, difícilmente sea un rezo o una plegaria.
Es más parecido a la lista de compras del supermercado que tú le entregaste a tu empleada doméstica, a tu dios: “a ver, diosito, me sacas la basura, limpias los cuartos, pules los metales, pasa la aspiradora por la alfombra, no te olvides de cepillar a fondo el inodoro, perfuma mi casa, para eso te estoy pagando”.

Después una frase un poco menos insensible, porque se pide por la salud de familia y amigos.
Al menos ya no es todo yo… ¡pero alto!
Son MÍ familia, MÍS amigos.
No es lejano a poder decir que quiero que estén sanos para que YO no sufra a causa de ellos.
Sánalos, porque así alejarás de mí preocupaciones, sinsabores, tristeza, etc.

¡Bueno Moré Yehuda! Te has puesto fanático. Deja en paz al pobre tipo, ¿qué tiene de malo que pida por la salud de la gente querida por él?
No tiene nada de malo.
Pero hay algo en el contexto, que si lo analizas fríamente, sin pasiones, podrás reconocer como realmente perturbador.

Y llega la hora del hipócrita… “bendice a mis enemigos, pero mantenlos lejos”.
Por una parte, loable el desear el bien del enemigo.
Verdaderamente está muy bien.
Y hasta se podría decir que estamos de acuerdo con aquello de mantener alejado al enemigo.
Pero… ¿no sería mejor que hiciéramos algo para que muera la enemistad y surja la paz?
En lugar de que el otro se vaya lejos, apartarlo por decisión mágica y acción divina, ¿por qué no pedir a Dios que me ayude, que nos ayude, a encontrar caminos de entendimiento, de reconciliación, de convivencia?
¡No! ¿Para qué?
Si el genio mágico que es tu dios lo puede apartar de ti para que no moleste más.
No importa que siga la enemistad, que él siga siendo tu enemigo, lo importante es que no te lo cruces para que no se peleen, no te sientas mal, no te perturbe tu calma mágicamente obtenida.
¡Hipócrita! Deseas el bien de tu enemigo, pero lo mantienes como enemigo pudiendo pedir que no lo sea más, o mejor aún tratando de dar los pasos necesarios para el reencuentro. Quizás no se logre, quizás él tenga el corazón de piedra, quizás haya mucho daño de por medio, o muchos mal entendidos… pero al menos podrías intentarlo y ser un constructor de shalom y de paso pedir a Dios una mano para tener la fuerza y el coraje para hacerlo… pero… no… mejor me lo bendices y que me lo apartas…

Y al terremoto se le suma un tsunami junto a una explosión nuclear: “En el nombre de Jesús”.
A ver… yo entiendo que tu religión –carente por completo de espiritualidad- te exige meter al ídolo en el medio o el final de la invocación mágica a tu dios.
Pero, piénsalo un poquito… (me llamo a silencio, que cada cual lo llene como quiera o pueda).

Corazón mío, tu rezo ya fue espantoso pero al meterle el condimento de Jesús se ha convertido en todo lo que un rezo no debe ser.
Hay EGO, hipocresía, blasfemia, idolatría, egoísmo, enemistad, pereza, inacción, manipulación de tu dios y del prójimo… ¿esto es un rezo?
¿Esto es algo que se pueda considerar sagrado?
Yo creo que de sagrado no tiene ni una letra, aunque se hable de Dios, Padre, Todopoderoso y Amén…
Pero parece que para ti y el millonario número de personas que lo copian en sus muros y ponen “me gusta”, esto es un excelente ejemplo de santidad…
¿tan bajo hemos caído?

El análisis podría continuarlo y despedazarlo, pero me cansé y no quiero privarte de la oportunidad de que lo puedas hacer tú.
(Si quieres lo compartes aquí, en la zona de los comentarios que son bienvenidos. Además puedes incluir otras reflexiones y comentarios que te hayan surgido leyendo lo anterior y lo que viene).

Otro pedido en Facebook.
Es por completo diferente en que no está sumergido en la idolatría de Jesús.
Es diferente porque propone hacer algunas buenas acciones, aunque no veo ninguna que sea caridad, visitar enfermos, ayudar al desvalido, dar de comer al necesitado, alentar al triste, abrazar al solitario, abrigar al desprotegido, en fin, ni una sola acción noble de constructor activo de Shalom.
Pero, ¿ves que tenga alguna similitud con la anterior?

Aumentemos en mitzvot para REFUA …
Hace click en asistire y ya ganaste una mitzva! Ni hablar de encender las velas, y mas que mas 30 minutos antes… 
…  necesita de nuestras tefilot. Todos podemos aportar, no solo con las velas.. Separando Jala, diciendo las berajot con cavana, asher iatzar, estudiando tora o solo pidiendole a Hashem que le mande refua shelema. Quiera HAshem, el que cura a todos, que podamos ver a … sanita y en su casa con sus papas y hermanos.
QUE hashem los recompense con todo lo que ustedes necesiten, que Él escuche todas sus tefilot

Tu dios, tu siervo

¡Qué trastornada está la gente cuando tienen al EGO como norte!
Lamentablemente, así estamos la mayoría de los humanos… apresados por nuestros EGOs.

Seguramente te ha pasado, o conoces a alguien, o escuchaste de aquel que hace arreglitos con su dios, algo así como: “yo creo en ti, te adoro, me congrego con tus fieles, doy el diezmo al líder que te predica, me quedo en la ruina para enriquecer al pastor que te profetiza, renuncio a todo por ti, pero a cambio me DAS… (viene larga lista que incluye, por supuesto, dinero, amor, salud, sanación, salvación, prosperidad, éxito, fracaso de enemigos, enfermedad de la suegra, etc. varios, según gusto del consumidor)”.

Vamos… dime que así procediste en el pasado, o así haces ahora…
Ok, tú no… te creo, pero alguien de tus allegados seguramente que sí.

Dios, el verdadero Uno y Único o cualquiera de esos dioses que la gente sigue con fanatismo, parece estar al servicio de la persona.
Es como un abombado comerciante que vive del trueque, tú le das unas migajas para que él te dé buena mercadería.
Es tu esclavo, tu servidor, tu sirviente, ese que está para darte, satisfacerte, cuidarte, protegerte, lo que sea que a ti se te ocurra reclamar.
Tú eres el centro del universo, tu dios está anhelante por tus gritos, alelushas, plegarias, manos alzadas, lemas repetidos, palabras mal escritas en hebreo en tu Facebook, que compres libritos religiosos, que te congregues, que hables de dios todo el tiempo, tu dios está desesperado por no ser olvidado, para no perderse en el anonimato, para no morir como han muerto los dioses del pasado de Grecia, Filistea, Roma pagana, entre otros que han mordido el polvo del olvido.
Tu dios muere si tu lo dejas de lado, así que él corre para tenerte contento, para halagarte, para que lo tengas en cuenta, para que no te vayas y lo abandones… pobre miserable dios que no es nada sin tus gritos en congregación, sin tus plegarias, sin tus diezmos, sin tus ofrendas, dios es nada sin ti…

Vamos, piénsalo un poco, sé honesto contigo mismo, lo que te estoy describiendo ¿está muy lejos de lo que pasa?
Sí, puedes mentir, no te culpo, no te juzgo, puedes mentirte y negar la realidad… haz lo que te plazca, como haces en tu relación con tu dios, con tu prójimo…
Vive en la negación, porque eso es lo que puedes hacer. No puedes hacer otra cosa, ¿o sí?
Creo que no.
Porque tu vida está en desconexión.
Desconectada de Dios, el Uno y Único.
Desconectada de tu prójimo, hasta el más próximo a ti.
Porque estás desconectado de ti mismo.
Crees que tu identidad se resumen las máscaras del Yo Vivido, porque no sabes, ni quieres saber nada de tu Yo Esencial.
No te conoces, te desprecias, huyes de ti, para seguir cómodo aunque padeciendo a pleno; cómodo en la negación que no te compromete a nada.

Entonces, aparentas estar conectado a tu dios ese que es tu siervo. Ese que es capaz de morir para que tú vivas y seas salvo.
Ese que corre para darte lo que reclamas, que tiene que someterse a tus deseos.
Entonces, manipulas a los demás, así como haces con tu dios.
Lloras, pataleas, gritas, engañas, tal y como un bebe grandote, lleno de mañas, plagado de estafas al solitario.

Los demás tienen que servirte, sino, los desechas.
Lo mismo que tus dioses.
Porque un día eres católico, al otro evangélico, al otro mesiánico, al otro te crees judío ortodoxo, luego te haces pasar por noájida leal, más tarde eres noájida mesiánico, después supuesto converso al judaísmo por la rama reformista o quizás hasta conseguiste un “rabino” ortodoxo que te vendió una ilegítima conversión judaica, pero luego vuelves a tu vida de gentil resentido con la vida, y paseas por los babas cabalisteros, y te internas en un ashram, después paseas tu cuerpo por las drogas, para volver a confesarte con el curita de la otra cuadra… patética tu vida, aunque no sea tan trajinada y te quedes en algún punto intermedio.
Vagabundo, por no tener conciencia ni amor por tu verdadera identidad espiritual.
Porque desechas si no te sirven, dejas de lado a la gente como a los dioses, solamente te tienen que servir, de lo contrario pa’fuera.

Pides plata, pides salud, pides amor, pides, pides y a veces das, pero si es que a cambio tendrás alguna ventaja real o fantaseada.
Eres bueno, porque te conviene.
Eres justo, para no marchar preso.
Eres religioso, para sentirte mejor, como un drogado que se instala en su adicción para anestesiar su conciencia con la maldición que consume.
Eres ateo, porque no sabes qué hacer con tu vida.
O crees saberlo, pero si es que la vida se acomoda a tus criterios y a los dogmas que tu adoras, sean religiosos de nombre o de hecho.

Luego excusas, justificaciones, racionalizaciones, explicaciones, apologías, mascaradas, apariencias, tonteras, negaciones, mentiras para seguir aferrado al pastor que te saca hasta el último centavo, preso del EGO que te esclaviza con temor, sentimiento de culpa, angustia por el futuro, ideas peregrinas que tu consideras verdaderas.

Para finalizar, quizás lo sintetizo en una frase:

El propósito de servir a Dios no es para recibir “bendición” (dinero, amor, fama, salud, éxito, el paraíso, hijos, etc.);
sino que el propósito de disfrutar de la bendición es servir con más capacidad a Dios, a través de la bondad hacia el prójimo.

¿Eres parte de una secta?

Las estafas funcionan porque hay algún hábil vendedor de ilusiones y algún ingenuo con dinero para comprar lo que sea.

Las estafas religiosas funcionan porque existen personas que ofrecen:

  • esperanza hacia el futuro
  • a la vez que llenan de culpas por el pasado
  • y terrores por lo que vendrá

si el “comprador” no cuenta con la protección que ellos ofrecen.
Por supuesto que estos mercaderes se complementan con los ingenuos que:

  • sienten culpas (reales pero la más de las veces fantaseadas),
  • tienen miedos diversos y no hacen nada saludable para solucionarlos,
  • y  se angustian por lo que no existe,

por lo cual se desesperan para conseguir –al precio que sea- ese remedio milagroso que el traficante de la fe les ofrece.

Si el remedio no funciona, la culpa siempre es del comprador, del que no tiene suficiente fe, que no ha dado suficiente dinero, que sigue siendo poco fiel al gurú de turno y su sistema de creencias.
Si el remedio funciona, vaya uno a saber porque cosa ajena al mismo, entonces el exitoso responsable es el gurú y sus doctrinas.

Algunos de estos comerciantes religiosos dicen venir en nombre, protegidos, enviados, escogidos, por dioses, ángeles, fuerzas místicas, maestros ascendidos, espíritus, rabinos famosos, entre otros cuentos irreales pero que el comprador quiere creer.
Dicen tener poderes, aunque son reservados para momentos privados.
Dicen contar con cartas de recomendación dadas de puño y letras por tal autoridad, pero nunca nadie las vio.
Dicen tener contactos importantes en gobiernos, empresas, rabinatos, instituciones, pero no se encuentra jamás evidencia de ello.
Dicen contar con el aval de tal o cual ilustre personaje, pero lamentablemente falleció, o está en el extranjero, o es imposible contactarlo.

Dime, ¿te suena conocido?
Tu líder “noájico”, jasideo, cabalistero, místico, carismático, pentecostal, mesiánico, judaico, o lo que fuera, ¿te dijo algo parecido?
¿Se maneja contigo a través de amenazas de lo que te pasará si lo dejas, si crees otras cosas diferentes, si te vas para otro grupo, si lees otros textos, si no crees en lo que te ordenan, si no asistes puntualmente a TODAS las reuniones que él proponga?
¿Te hace dar dinero, aunque no tengas ni para comer, con la excusa de que eso te hará más rico, serás consagrado, será usada en “tzedaká”, algún enfermo secreto la recibirá, es tu diezmo obligatorio, le estás robando al “señor”, te irás al infierno si no lo das, te irás al paraíso y tendrás muchas bendiciones aquí si lo das?
¿Te hace sentir culpas por cosas que ni siquiera son malas, ni siquiera hiciste, pero igualmente debes sentirte culpable y sin otra forma de solucionarlo que seguir los rituales y creencias que este líder te demanda?
¿Pretende controlar cada aspecto de tu vida, hasta las cosas íntimas y que nada tienen que ver con la esfera lógica para su consejería?
¿Se hace pasar por “espiritual”, “sagrado”, se viste de modo “diferente”, te predica muchas cosas razonables y un montón más que son incomprensibles, pero a la hora de la hora demuestra que no es ni tan puro, ni tan bueno, ni tan cuerdo?

Si alguna de estas cosas te suenan conocidas, si es lo que estás viviendo con tu “rabino”, “líder noájico”, gurú, pastor o lo que fuera, debes saber que probablemente estás metido en una secta o en un grupo con características de tal. Ese líder es un traficante de la fe, te vende mentiras, te lleva al desastre multidimensional.

Ahora que lo sabes, lo más probable es que no vuelvas a ingresar ¡AQUÍ!
Porque la Luz te duele, la verdad te hace temblar, te sientes mal contigo mismo por reconocerte un tonto, un esclavo, un sometido, un estafado. Entonces… tu EGO te doblegará, negarás la realidad, inventarás excusas, borrarás de tu mente las incongruencias de tu líder y volverás a repetir lemas, levantar manos, adorar dioses, seguir como borrego las malas enseñanzas que has hecho parte de tu vida.

Como sea, te deseo lo mejor.

Soy bueno…

Recién vi publicado esto en el muro de uno de mis “amigos” del Facebook:

Dicen por ahí «…que para que lo bueno llegue a uno, primero debe uno deseárselo a los demás»,
por eso es que de todo corazón les deseo que la abundancia llegue a todos y a cada uno de ustedes.

A primera vista es como para hacer clic en el botoncito de “me gusta” y quizás hasta decir, “gracias” o algo parecido.
Pero luego de la reacción inicial de buena onda, cuando uno se permite analizar con mesurada crítica, surgen otras ideas.
¿Te tomas tu tiempo para analizar y luego sigues leyendo?

Creo que bien valdría preguntarse: ¿por qué uno actúa bien hacia los demás?
Las respuestas podrían ser múltiples, tales como:

porque Dios manda,
porque está bueno,
porque el otro se beneficia,
porque me deja contento,
porque así el otro queda en deuda,
para que el otro me pague de algún modo,
para ser bien visto por la sociedad,
para ganarme el paraíso,
para sentirme bien,
porque así me lo enseñaron y no me lo cuestiono,
porque filosóficamente es lo correcto,
porque me sale comportarme así,
porque quiero hacer del mundo un mejor lugar,
porque sigo el ejemplo de tal o cual personaje,
y así podríamos ir pensando más y más respuestas, con mayor o menor originalidad, más o menos honestas.

Lo que el buen señor del Facebook, seguramente que siguiendo a otros buenos señores que lo hicieron antes,
en realidad no pareciera ser “de todo corazón”, como expresa, su deseo de que le vaya bien a los demás,
sino que con “medio corazón”,
pues su interés no está en el beneficio real del otro,
sino en como el desearle eso
repercute para bien en uno mismo.

Pongámoslo de otra manera,
te deseo todo lo mejor
para que A MÍ me vaya bien.

¿Suena de auténtico y desinteresado cariño hacia el prójimo?
Quizás para ti sí, esto sea algo bueno y sin ningún interés secundario por detrás.
Pero en mi humilde opinión,
no se está genuinamente interesado en el bienestar del otro,
sino solamente como mecanismo supersticioso, mágico, misterioso
para que el bien me llegue a mí.

Ojo, no estoy juzgando a la buena persona que con toda buena intención puso el mensaje en el FB, ni a los que andan por la vida pensando, creyendo, sintiendo cosas parecidas.
Por lo general, así nos comportamos casi todos los humanos.
Cuando empezamos a pelar las capas de cebolla de nuestro Yo Vivido, vamos descubriendo que no solemos ser tan auténticos, tan buena onda, tan desinteresados, tan misericordiosos.
Con un honesto ojo podemos vernos procurando obtener réditos, manipulando, haciendo arreglitos con el prójimo o pretendiendo hacerlos con Dios, nos vamos descubriendo como personas poco claras en su soñar, pensar, desear, actuar.
Y… no es que tenga nada malo desear para uno prosperidad, bienestar, comodidad, placer, buen pasar, disfrute, etc. No tiene nada de malo, en lo absoluto.
Lo que no es tan bueno es “ser bueno” porque de esa forma voy a ganar algo.
Eso es EGO, y el EGO no lleva a buen puerto.

¿Cómo me hubiera gustado el mensaje en el FB?
A ver… podría ser algo así como:

Dicen por ahí «…que para que lo bueno llegue a uno, primero debe uno deseárselo a los demás»,
¡no creas todo lo que dicen!
De todo corazón les deseo que la abundancia llegue a todos y a cada uno de ustedes,
porque si a ti te va bien, para mi es suficiente motivo de alegría.

No se si me gusta mucho tampoco esta formulación.
Quizás es una apariencia de bondad, quizá sería mejor decir simplemente:

Deseo que puedas disfrutar de la bendición constante que desde lo Alto te hacen llegar.

No lo sé.
¿Tú qué crees?

En resumen, la idea de este breve post era reflexionar los motivos por los cuales actuamos bien.
¿Te ha servido para ello?
¿Descubriste algo nuevo acerca de ti?

Para finalizar:

Ben Azai dice: «El pago por el cumplimiento del bien es el bien mismo. El correspondiente al mal, es el mal mismo.
Dichoso aquel que oye un insulto y simula ignorarlo, pues evita un centenar de males.»
(Pirkei Avot)

Volver y arrepentirse

Uno de esos misioneros mesiánicos, aquellos que usan un disfraz judío pero que no son otra cosa que cristianos, pretendió demostrar la necesidad de su “dios, mesías, rabino” (o el rol que le quieran inventar, de acuerdo a con quien están hablando) al mostrar un versículo de la Torá en el cual parece (recalco: parece) que el arrepentimiento no es suficiente para obtener el perdón divino. Por tanto, el “cordero de Dios” es imprescindible, su sangre derramada en brutal muerte, su sacrificio por el pecador, es lo único que “salva” del pecado.
El misionero, que se hace pasar por “rabino, haham, moré, roé, ioresh, líder” o lo que le venga en gana, estaba sumamente feliz por su descubrimiento “teológico”.
Ahora sí, para él quedaba perfectamente vendido el paquete promocional de “Jesús, Ieshu, Yeshuah, Yahushuauahua” (o la pamplina que inventen según el consumidor) como único camino para la vida, la salvación, el paraíso, el perdón de Dios de todos los pecados.

El versículo es:

"Entonces volvisteis y llorasteis delante del Eterno, pero el Eterno no escuchó vuestra voz ni os prestó atención."
(Devarim / Deuteronomio 1:45)

Con los habituales malabarismos, piruetas, falsedades, ocultamientos, medio verdades, prestidigitación de mago, este señor mostraba a quien quisiera ver que los judíos “volvieron”, es decir (según él: “se arrepintieron”) y no solo eso, también lloraron delante de Dios, pero no fue suficiente. Él no los perdonó. Lo cual demostraba, para este señor mesiánico, que a Dios no le sirve el arrepentimiento de la gente, sino que es requisito indispensable es el sacrificio de Jesús en la cruz para redimir de pecados.
Para ponerle un moño al regalo teológico, el muchacho se tomó la molestia de hacerse pasar por sabio bíblico con manejo del hebreo de la Torá, por lo que también demostró que la palabra usada para decir “volver”, es la misma que se usa para “arrepentirse”.
Gracias a San Google Traductor, caso cerrado para este payaso de la religión.

Debo confesar que con el versículo así mostrado, me costó unos cinco segundos poder darle la respuesta correcta, aquella que desarticula por completo la estúpida maldad que este señor pretende vender como iluminación sagrada.
Porque, de verdad, el versículo “pelado” parece confirmar lo que el sujeto manifiesta, en lo que respecta a que a veces Dios no perdona al que se arrepiente.
Parece confirmar eso, repito: parece.
Pero, NO, EN ABSOLUTO NO, confirma o siquiera señala que sea Jesús la solución a la “falta de perdón” por parte de Dios. Eso queda por completo excluido, puesto que si en verdad el versículo indica que Dios no perdonó en aquella oportunidad ante el arrepentimiento de los judíos, en modo alguno eso implica que sea Jesús la solución.

Como dije, el impacto me tomó cinco segundos para desbaratarse por completo.
Fue tan simple como poner en contexto al texto:

"Entonces el Eterno me dijo que os dijera: ‘No subáis ni peleéis, porque Yo no estoy entre vosotros. No seáis derrotados delante de vuestros enemigos.’
‘Yo os hablé, pero no escuchasteis. Al contrario, fuisteis rebeldes contra lo que había dicho el Eterno; actuasteis con arrogancia y subisteis a la región montañosa.
Pero los amorreos que habitaban en aquella región montañosa salieron a vuestro encuentro, os persiguieron como lo hacen las avispas, y os destrozaron desde Seír hasta Horma.
Entonces volvisteis y llorasteis delante del Eterno, pero el Eterno no escuchó vuestra voz ni os prestó atención."
(Devarim / Deuteronomio 1:42-45)

¿Qué es lo que dice el texto?
Que un grupo de judíos, no todos ellos de paso lo explico, recibieron la orden de no ir a tal lugar, porque Dios les advirtió que Él no quería eso, que sería un fracaso.
Pero ellos fueron.
Pasó lo que tenía que pasar.
Fueron destrozados.
Entonces “volvieron”.
Cuando llegaron nuevamente, lloraron por la derrota dolorosa.
Dios no los perdonó.

¿Ya viste el error del misionero que se las viene de educador y santo maestro?
Equivocó, por ignorancia y maldad, el verbo “lashuv” (volver y/o arrepentirse).
En donde claramente, dado el contexto y el sentido del relato, el verbo debe entenderse como regresar a un determinado sitio, del cual se salió, el traficante de la fe interpreta y enseña e inventa teología a partir de explicarlo como “se arrepintieron”.

Claramente, no fue lo que hicieron.
Y no es cuestión de opinión, me parece, me conviene, me suena, el “señor me dijo al oído”.
Es mera comprensión del texto, tal y como se debe comprender en su sencillez.

El grupo de judíos no lloró como parte de un proceso sincero de arrepentimiento, sino por dolor, por frustración, como niño chico, títere del EGO.
El grupo de judíos no regresó en el sentido espiritual, emocional, de conducta, ético, como sinónimo de arrepentimiento, sino que retornó físicamente después de haber ido adonde no debían.
Ellos no estaban implorando perdón desde el abismo, sino llorando para liberar presión o para tratar de manipular a Dios, algo que es imposible.

Si aquel grupo rebelde hubieran dejado de lado la rebelión, se hubiera hecho cargo de su error, se hubiera encaminado en un proceso de arrepentimiento sincero, en el cual uno regresa a la buena senda, entonces ciertamente que Dios les habría perdonado, tal como Él hace siempre que la persona se arrepiente por completo y se quita de encima el morral perverso y se compromete a llevar una vida de fidelidad.
Tal y como expresa con extrema claridad y verdad el profeta:

"¡Vuelve Israel al Eterno tu Elokim, porque por tu pecado has caído!
Tomad con vosotros palabras y volved al Eterno. DecidLe: ‘Quita toda la iniquidad y acéptanos con benevolencia; en lugar de vacunos te ofrecemos [el fruto de] nuestros labios.
No nos librará Asiria; no montaremos sobre caballos, ni nunca más diremos a la obra de nuestras manos: ‘Dioses nuestros’; porque en Ti el huérfano alcanzará misericordia.
‘Yo los sanaré de su infidelidad. Los amaré generosamente, porque Mi furor se habrá apartado de ellos."
(Hoshea / Oseas 14:2-5)

Entonces, me tomó cinco segundos descubrir la trampa del misionero y desactivarla.
Pero, ¿qué te hubiera sucedido a ti?
¿Hubieras caído en la sucia astucia del tramposo?
Te lo dejo para que pienses.

Ahora, te cuento que la variada significación del verbo “lashuv” no pasó inadvertida a los sabios verdaderos.
Por supuesto que en el contexto se nota claramente lo que te explique, pero cómo se puede explicar en sí mismo el versículo, y en específico el verbo “regresar”.

Sforno (R. Ovadia ben Iaakov Sforno, c. 1470-c. 1550) nos fundamenta que en ocasiones el arrepentimiento no es suficiente en sí mismo, según él,:

  1. incluso el arrepentimiento sincero no habría sido aceptado, ya que el pecado de los exploradores incluye una profanación del nombre de Dios (Jilul Hashem), este pecado gravísimo requiere de arrepentimiento pero sólo a la muerte del transgresor es que se rectifica por completo del pecado (ver Ioma 86a y Rambam Leyes del Arrepentimiento 1:4). Dios lo perdona con el arrepentimiento, pero el efecto del perdón solamente se alcanza tras la muerte.
  2. el decreto de Dios era irreversible ya que se combinó con un juramento (ver Rosh Hashaná 18a; Ievamot 105). Dios lo perdona al arrepentirse pero el efecto negativo no se modifica, pero seguramente que sí se dulcifica, se empequeñece, se mitiga.
    Como ocurrió con David: "David respondió a Natán: -He pecado contra el Eterno. Y Natán dijo a David: -el Eterno también ha perdonado tu pecado; no morirás.
    Pero como en este asunto has hecho blasfemar a los enemigos del Eterno, el hijo que te ha nacido morirá irremisiblemente."
    (2 Shemuel / II Samuel 12:13-14).
    El mal ya estaba incubado, ya no se podía cambiar su presencia, ni siquiera con el arrepentimiento sincero. Pero se disminuyó, no causó tantos daños como hubiera acontecido sin el arrepentimiento sincero.
  3. el grupo pecador no se arrepintió realmente, sino que trató de negociar el perdón por medio de las lágrimas y apariencia de arrepentimiento. No tenían conciencia del daño provocado, ni compromiso de rectificarlo, ni deseo de andar por la senda del bien, sino temor al castigo, lo que los llevó a un falso arrepentimiento, o al menos parcial.

Es interesante notar que las dos primeras opciones parecieran ser muy severas por parte de Dios, pero cuando lo vemos con una mirada más amplia y espiritual podemos descubrir que es otra manifestación de la infinita misericordia de Dios.
Para nosotros, menudos seres finitos y limitados, el sufrimiento de este mundo nos parece insoportable, terrible, un castigo de Dios. Pero para Dios el “castigo” es parte de la rectificación, del proceso para equilibrar aquello que el pecador ha trastocado con su incorrecta acción.
A veces el balance se consigue con un procedimiento sencillo, en oportunidades se precisa de mucho más esfuerzo y en algunas oportunidades aunque el perdón divino haya sido concedido igualmente el efecto negativo –el castigo- debe ocurrir, es parte del proceso de rectificación, de limpieza, de arreglar lo que el pecado corrompió.
A ojos nuestros puede resultar doloroso, imposible de tolerar, demostración de la “ira de Dios”, pero para la mirada espiritual obtenemos un orden superior.

Algo así es lo que se desprende del enigmático comentario de Rashi al versículo citado en primer término:

“Es como si ustedes hubieran hecho del atributo de la Divina Misericordia como si fuera cruel”

Sí, a nosotros nos puede parecer cruel, porque somos ínfimos, nuestros pensamientos no son los de Él.
Pero ciertamente Él es Misericordia, aunque a nosotros nos parezca cruel.

Comprendamos, Él hace Su parte, pero nosotros debemos hacer la nuestra.
Cuando nos afiliamos al caos, provocamos el desorden, traemos el mal, corrompemos nuestra vida, usurpamos, molestamos, servimos al EGO, etc., es imprescindible hacer todo lo que esté a nuestro alcance para hacer regresar las cosas a su orden, rectificar, construir shalom.
Pero nuestro arrepentimiento no siempre logra recuperar lo que hemos destruido, no daremos vida al abortado o matado, no devolveremos la salud al que perjudicamos, no restañaremos el honor del que blasfemamos, etc., en estos casos (no solo en los que mencionamos, en todos los que no podemos volver las cosas a su cauce) cuando el proceso iniciado o amplificado por nuestra acción es imparable, debemos asumir las consecuencias. Éstas serán mitigadas por Dios, pero las consecuencias allí estarán.
Ningún ritual mágico, ni sacrificio, ni sangre, ni fe, ni voltereta intelectual sirve para equilibrar lo que hemos trastabillado.

Hasta aquí nuestro encuentro.
¿Qué aprendimos?

  • Los mesiánicos mienten, es esencia, su destino, su vida.
  • Los textos se deben leer en su contexto.
  • Saber leer letras en hebreo, o usar el traductor online, no es sinónimo de saber hebreo o traducir correctamente.
  • Las enseñanzas espirituales se deben tomar de buenas fuentes, para no envenenar la vida.
  • Las palabras de los mesiánicos deben ser silenciadas, no permitir que los incautos se contaminen.
  • Dios ama a Su creación.
  • Dios desea que el pecador se arrepienta.
  • El arrepentimiento sincero es el mecanismo para rectificar el pecado.
  • En ocasiones el pecado es tan grave que es totalmente perdonado al morir la persona.
  • En ocasiones el pecado es perdonado luego del arrepentimiento sincero, pero las consecuencias ya se han puesto en marcha y no se pueden evitar, aunque sí mitigar por la Divina Misericordia.
  • Las patrañas religiosas, idolátricas, no tienen razón de ser para el que lleva una vida de espiritualidad sincera.
  • El arrepentimiento es hacer lo posible para retornar al camino correcto y equilibrar lo que hemos trastocado.
  • Dios no suele hacer actos de magia, ni siquiera para el que se arrepiente sinceramente. Él ha dictado leyes y hace que se cumplan.

¿Algo más que hayamos aprendido?