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De sinonimos y antonimos: humilde-soberbio

  Hay más de lo segundo que de lo primero en este mundo y es un gran mal que nos penetra hasta los huesos, ese mal se hereda, competimos por poseerlo, y se transforma en muchas cosas como la vanidad. ¿Quiénes somos?, somos ante nuestros ojos incluso, una mascara más en este concurso de mascaradas, de la cual hasta nosotros mismoscreemos que es verdad y la vivimos como tal; Humildad, disciplina, entrega, dificiles de llevar a la practica, pero más dificil es incluso admitir que estamos equivocados y que llevamos como vida una apariencia, FALSA, pues decimos que hacemos pero en verdad no hacemos más que decir y no hacemos nada, admito señores que carezco de los elementos necesarios para cambiar este mundo y no me atrevería ni por un instane a tratar de hacerlo pues ese no es menester que me incumba, y… sí puedo cambiarlo sin embargo, hciendo lo que a mi me corresponde, pero haciendolo ahora, no mañana y tomando los elementos que a mi alcance estén y pidiendo ayuda si no soy lo suficientemente apto para hacer lo que debo e incluso admitir que carezco de esas aptitudes y reconocer que jamás las he tenido, entonces y solo entonces mi acttud cambiará el mundo, comenzando por mi entorno y mostrandole a los demás mi aspecto real, sin mascaras, sin falsedades y mostrando también mis limitaciones, que harán que llegue más lejos en mis alcances, y de esa forma dar luz con mi luz a todo cuanto la necesite y ser feliz con D-s por todo esto. Es mi primera vez escribiendo aquí, les invito a comentar acerca de esto y con todo el respeto del mundo les invito también a que nos quitemos todos esas mascaras y nos mostremos realmente omo somos, primero ante nosotros mismos y despué ante los demás, desenmarañemos la madeja que en nuestra vida se ha enredado con tanta vanidad y falsas poses de soberbia pura. Gracias y espero sus cmentarios.

Compañerismo

  Que importante es valorar a la persona que tienes a tu lado, y puedes pensar: ¿Quién, este latos@? Justamente creo que valorar consiste en encontrar la grandeza de lo que pensamos que es insignificante, valorar es reconocer que quizá es@ persona que está ahí algún día pudiera ser la única que este cerca de ti, quizá sea la unica que te vea y solo ponga su mano en tu hombro; porque no siempre es necesario un gran sermón para sentirse apoyado, puede ser un largo silencio o una larga charla, pero sabes que llega cuando más lo necesitas y de quien menos lo esperabas. Cierto siempre hay «los mejores amigos», los «compañeros del alma», sin embargo algunas veces te verás completamente sol@, y aún así ahí va a estar.

¿Te dejarías ayudar? O solo porque no es quien tú quieres que te ayude mejor nada gracias.

Ahí estan muy cerca las bendiciones, esa gran amistad, ese hermano, ese compañero, ese confidente; en fin no sé que podrías necesitar pero ahí muy cerca…. de hecho no comenzó este día sin que tuvieras alguien cerca con quien contar, a quien amar, sí, pero recuerda que no solo se ama a la pareja, aunque que bien que también esten ahí para nosotros. Hoy puedes ser ese alguien que otro está esperando, ese abrazo, ese cariño, ese amigo.

Se más Noajida cada instante, se más FULVIDA.

Entre Mentiras, Engaños y Estafas…


«Entrar en la religión es entrar en lo inexplorado, en lo desconocido. Los ladrones pueden medrar ahí muy fácilmente, pueden esperarte… y están esperando. Y algunas veces, aunque la persona no te esté engañando, tú quieres ser engañado. Entonces serás engañado. Nadie puede engañarte si, en el fondo, tú no estás dispuesto a ser engañado.

Hace tan solo unos días, un joven vino a mí y me dijo: Un sabio me ha engañado, y es un gran sabio. Yo le pregunté: ¿Y qué ha hecho? Él contestó: él puede hacer oro con cualquier metal. Me lo ha enseñado, yo lo he visto con mis propios ojos. Luego me dijo que le debería traer todo el oro y que él lo multiplicaría por diez. Así que le entregué todas mis joyas y él huyó con ellas. Me ha engañado.

Cualquiera estaría de acuerdo en que lo ha engañado, pero yo le dije: Lo que te ha engañado es tu avaricia. No le eches la culpa a nadie más. Tú has sido el estúpido. La avaricia es estúpida. Eras tú quien quería que las joyas se multiplicaran por diez. Esa mente te ha engañado, la otra persona simplemente ha aprovechado la ocasión. Él no es más que una persona lista, eso es todo. El verdadero problema eres tú. Si no te hubiera engañado él, lo hubiera hecho cualquier otro.

Así que la cuestión no es quién engaña. Yo he observado que si alguien te engaña, es porque en ti hay cierta propensión a ser engañado. Y que si alguien puede mentirte, significa que tú tienes cierta afinidad con las mentiras. Un hombre sincero no puede ser engañado. Un hombre que vive en la verdad no puede ser víctima de mentirosos. Un mentiroso sólo puede engañar a otro mentiroso; es la única manera. Hay millones de personas dispuestas a ser engañadas, que simplemente están esperando que venga alguien y las engañe: por sus creencias, por sus deseos viciosos, por su avaricia… Tú quieres que alguien multiplique por diez tu oro; eso es avaricia. Si alguien te dice: «Yo puedo hacer que te ilumines», y tú caes inmediatamente. Eso también es avaricia.

Y yo te digo: Es mucho más fácil multiplicar el oro por diez que hacer que otra persona se ilumine. Porque eso no es un juego. El camino es arduo. En efecto, nadie te puede iluminar; te iluminas tú mismo; el otro, como mucho, puede ser un agente catalizador, nada más. Pero en realidad todo ocurre dentro de ti…

En manos de los tontos cualquier cosa puede ser peligrosa


Un hombre le preguntó a su psicoanalista tras muchos días de psicoanálisis… Dijo:»Creo que el verdadero problema no es mi mente, el verdadero problema es la gente con la que trabajo: mi jefe, mi tesorero, los empleados. Las personas con las que trabajo son el verdadero problema. De manera que psicoanalizar sólo mi mente no va a ayudar».

El psicoanalista preguntó: «¿Cuál es exactamente el problema con las personas con las que trabajas?».

Él dijo: «Son absolutamente holgazanas. Nadie quiere trabajar, todos siguen posponiendo». El psicoanalista dijo: «Haz una cosa: prepara carteles bonitos. Escribe en los carteles con mayúsculas: ¡HAZLO AHORA! ¡MAÑANA NO LLEGA NUNCA! MAÑANA ES LA MUERTE, LA VIDA ES HOY. Y pon este cartel en todos los rincones de tu oficina, para que lo encuentren miren donde miren. Esto hará mella en ellos».

Después de tres días, el psiquiatra telefoneó a su paciente. Su mujer contestó la llamada y dijo: «Está en el hospital porque sus compañeros le han dado una buena paliza».

Él dijo: «¿Por qué?»

La mujer dijo: «Creo que ha sido debido a tu consejo».

De manera que se apresuró al hospital. El hombre estaba con muchos dolores, tenía fracturas en todo el cuerpo.

Le preguntó: «¿Qué ha sucedido?»

El hombre dijo: «Es por ti y tu estúpido consejo. El tesorero se escapó inmediatamente con todo el dinero: ¡HAZLO AHORA! ¡MAÑANA NO LLEGA NUNCA! ¡MAÑANA ES LA MUERTE!. Simplemente dejó una nota: «He estado pensando en escaparme con el dinero durante muchos años, pero si es así, que mañana es la muerte, entonces ahora es el momento». Mi Jefe se ha escapado, se ha fugado con la mecanógrafa. Y los demás trabajadores se abalanzaron sobre mí y empezaron a pegarme. Dijeron: «Siempre habíamos querido pegarte, y estábamos posponiendo».
Recuerda siempre: puedes tergiversar, cambiar el significado, imponer tus propias ideas a las mayores enseñanzas y destruirlas. Todo depende de ti».

El presente ausente

La mayor parte de los problemas y dificultades que atravesamos se arraigan principalmente en nuestra actitud egoísta hacia la vida.
Nuestro pasado tiene su peso en nuestro presente, por ejemplo a la hora de determinar nuestras decisiones, nuestra elección de prioridades, pues de cierta forma el pasado nos marca.
Igualmente opera en el presente nuestra imagen del futuro, con las expectativas, esperanzas, ideales y propósitos que nos planteamos para nuestra existencia.
Singularmente, el único tiempo y lugar que tenemos, el aquí y ahora, nuestra única realidad, está zarandeada por mundos fantasmales, poblados por fantasías de recuerdos o de fantasías de lo que nunca ha acontecido.
Dramáticamente nuestra vida se suele reducir a un escape del pasado y/o del futuro, que nos vacía de contenido real nuestra única realidad: el aquí y ahora.
Te ruego que si no has comprendido lo que he expresado hasta aquí, tengas a bien releer hasta que sea fácilmente comprensible para ti.
Es importante que tengas asegurado este conocimiento.
Como repaso, te regalo una pregunta para que respondas, y si quieres compartes la respuesta en la sección de comentarios aquí debajo: ¿Cómo solemos vaciar de existencia nuestra vida?
Y una pregunta extra: ¿Por qué el presente se llama así?

¿Preguntas?

El otro día me encontré con esta frase colgada en el Muro de FB de una persona:
”Me pregunto; Porqué cerrarse a una sola posibilidad? Habiendo mil caminos que conducen al centro de la unicidad.”

Es muy bueno preguntar y preguntarse, claro que sí.
Es más, tengo la certeza de que las escuelas debieran tener programas extensivos para enseñar y entrenar a los niños y jóvenes en el arte de investigar, analizar, preguntar y no meramente responder o repetir lemas de memoria.

Ahora, ¿cómo se llaman las (aparentes) preguntas que uno hace para responder lo que ya uno se ha respondido previamente?
Creo que se denomina “pregunta capciosa”.
En una definición de diccionario leemos que es “capcioso”: “Se aplica a la pregunta o al razonamiento que se hace con habilidad para conseguir que el interlocutor dé una respuesta que pueda comprometerlo, o bien que favorezca los intereses del que la ha formulado.”

También podrías informarte en esta entrada de Wikipedia, para analizar a cuál aplicarías la pregunta del Muro: http://es.wikipedia.org/wiki/Falacia_de_las_muchas_preguntas
Y si tienes tiempo y muchas ganas de profundizar en el tema, te recomiendo: http://es.wikipedia.org/wiki/Falacia

La mayoría de las personas, tengo la impresión de que, no sabemos realmente preguntar.
Nuestros cuestionamientos son generalmente superficiales, faltos de amplitud, estrechos de mira, afirmaciones entre signos de interrogación, trampas al solitario para confirmar aquello que uno pretende aseverar, entre otras maneras de eludir la verdad, apartarse del estudio, negar los hechos todo para seguir bajo el dominio del EGO.

Es muy bueno preguntar, cuando se quiere atender a la respuesta que se encontrará.
Es muy bueno, cuando se pretende avanzar en conocimiento y verdad, y no meramente para aferrarse a la fantasía de preferencia.
Es muy bueno preguntar, cuando se pregunta y no cuando se disfrazan afirmaciones como interrogaciones.
Es muy bueno que cada día te tomes unos minutos para entrenarte en el arte/ciencia de formular preguntas con valor.
Puedes hacerlo sobre el asunto que desees, desde lo más banal hasta lo que consideres prioritario y fundamental, de ti depende lo que cuestionarás y cómo lo harás. No precisas dar respuestas, ni angustiarte por no encontrarlas, sino solamente ejercitarte en preguntar, ir afinando tu mirada, perfeccionando tu mente, aguzando tus sentidos, limpiando de disfraces tu Yo.

Ahora, en cuanto a la pregunta del Muro que te cité, ¿dónde está la falacia, la trampa?
Una de ellas es esconder dentro de la pregunta una afirmación dudosa, sino falsa directamente: “habiendo mil caminos, etc.”.
¿Realmente hay MIL caminos, MUCHOS caminos, que conducen al centro de la unicidad?
¿No habría que comenzar por preguntarse eso ante de cuestionar el por qué cerrarse a una sola posibilidad?
¿Es verdad que todos los caminos llevan al centro de la unicidad?
¿Hay modo satisfactorio de comprobarlo, que no repose en delirios, deseos, mitos, creencias populares?
Porque fácilmente alguno responderá: “Ah, pero todos los caminos conducen a Roma”… ¿es eso cierto? ¿Lo fue alguna vez? ¿Literal o figurado? Preguntas válidas que están para preservar la vida, para demoler las pamplinas del EGO.
Por supuesto que el buscador no se quedará con estas interrogantes, hay muchas más para formular.
Por ejemplo, ¿qué es el dichoso “centro de la unicidad”?
No tengo idea, entonces habría que investigar, ¿no te parece?
¿Será una manera indirecta de decir “Dios”?
No lo sé, aunque eso parece a la primera impresión.
Podríamos continuar el análisis, preguntando una y otra vez, pero hasta aquí es suficiente, al menos para mí por hoy.

Lo cierto es que quien pregunta lo que aparentemente pregunta, de hecho ya se está dando una respuesta: No, no te cierres a una sola posibilidad, si hay mil caminos y etc.

Entonces, ¿por qué no plantear el asunto como una afirmación directamente?
Interesante… pero es algo que quien expresó lo que expresó debiera preguntarse, con plena sinceridad, para encontrar alguna respuesta que no falsifique su existencia sino que quite la bota del EGO de sobre su alma.

Para finalizar, No, no hay mil caminos hacia Dios.
Esta el judaísmo para los judíos.
El noajismo para los gentiles.
¿Cómo me atrevo a afirmar algo tan categóricamente?
¿Acaso soy un fanático que pretendo imponer mis ideas porque sí?
No no soy un fanático… los fanáticos jamás te estimulan a pensar, a preguntar, a cuestionar todo, menos que menos a lo que ellos afirman…
Y me atrevo porque las evidencias ya las tienes publicadas aquí, en más de una oportunidad.
Te animo a que busques, que dejes de engañarte, que dejes de someterte al EGO.

¿Te atreverás a ser auténtico?

El silencio y el habla

Rabban Shimón ben Gamliel decía: Toda mi vida he crecido entre los sabios y no he encontrado nada mejor para el cuerpo que el silencio” (Pirkei Avot 1:17)

Interesante observación realizada por un sabio, de progenie de sabios, que pasaba sus días rodeado de sabios.
El silencio como gran aliado en el perfeccionamiento del hombre, por tanto de la sociedad.
Pero, ¿qué clase de silencio?
¿El de los timoratos que callan cuando debieran hablar?
¿El de los traidores que ocultan su identidad en sombras mudas?
¿El de los “místicos” que cierran su voz para hacerse pasar, o creerse, más “espirituales”?
¿El de los que calman el impulso para tomarse un tiempo para la reflexión y la inteligente decisión?
¿El de los que contienen la agresión surgida de la impotencia y manipulada por el EGO, para no engrosar el dolor con sus torpes palabras?
¿Cuál silencio?

Atendamos al Talmud para quizás develar esta duda: "¿Cuál es la tarea del hombre en el mundo? Hacerse tan silencioso como los mudos" (Julín 89a).
¿Ésta es la tarea del hombre en el mundo?
¿Tal es el propósito de la vida?
¿No existe algo más valioso a lo que pudiéramos dedicar nuestros días, energías, recursos?

Quizás el mensaje detrás de ambas afirmaciones está más allá de lo evidente.
Quizás sea necesario reconocer varios planos de comprensión.
Por un lado el obvio, es sano y bueno esmerarse en aprender el arte del sabio silencio (cuál, cómo, cuándo, etc., es cuestión de irlo aprendiendo).
Por otra parte, tal vez haya que reflexionar profundamente para conectar las frases con otras ideas más allá de las visibles.
Pensemos juntos un momento.
Vayamos al génesis del universo… viajemos allí al misterio del origen, al momento inicial…: "Dios dijo: ‘Hágase la luz… que haya firmamento… que las aguas se reúnan… que la tierra emerja… que la tierra produzca vegetación… que haya lumbreras… que se llenen las aguas… que produzca la tierra animales… hagamos al hombre…" (Bereshit/Génesis 1).
Fue dicho y fue hecho.

No tenemos realidad desconectados de aquella “voz” generadora de Dios.

Volvamos entonces al asunto del silencio y su excelso valor.
Nuestra palabra tiene el poder de crear realidades, como un acto de divina creatividad reducido a nuestra limitada humanidad.
Luego de expresar algo, eso ya tiene existencia que en apariencia es independiente de nosotros, pero sin embargo sigue vinculado a nuestro acto generador.
Si fue una creación surgida del EGO, plagada de oscuridad, sus efectos dudosamente puedan ser de liberación y luz.
Si son voces agresivas, atormentadoras, punzantes, darán lugar al caos, dolor, destrucción, etc.
Por el contrario, si están enraizadas en lo que es bueno y justo, serán obras de bendición.
Tenemos el poder de crear nuestra realidad a través de cómo modulamos nuestros pensamientos y los plasmamos.
Media una infinita separación entre el poder ilimitado de Dios y nuestra minúscula capacidad, por lo cual no es real ni saludable considerar que somos artífices mágicos, que con nuestra palabra haremos que sucedan asuntos espectaculares que alteren el orden del mundo natural, ni que podemos parecernos a Dios haciendo surgir un mundo completo de la nada. Si bien hay mentes infantiles que siguen creyendo en esos poderes mágicos, en ensalmos, en encantamientos y otras cuestiones similares, lo cierto es que el poder del hombre es sumamente limitado.

Sin embargo, tomemos con cuidado el efecto que nuestro discurso puede provocar, las realidades que puede formar.
Un mal sujeto, como el malvado déspota austríaco (germano) de hace unas décadas atrás, quien con sus palabras trajo al mundo desolación, locura, miseria, dolor, espanto enorme.
Los medios de des-información masiva, con su evidente parcialidad a favor del poder económico del imperialismo árabe-musulmán, no dejan pasar un día sin armar mundos de fantasía para promover el odio a los judíos, el desprecio a lo judaico, la aniquilación del Estado de Israel y la desconexión del mundo con Dios. ¿Cómo? Con las palabras necias, enfermas, mortales, envenenadas, llenas de vicio y de EGO fraudulento.
La palabra viciada de EGO que satura de estrés, enojo, miedo, aversión, dudas, conflictos… ¿no hacen mella en el mundo?
De paso, ¿no suelen provocar reacciones igualmente nocivas?
Además, ¿no tenemos la tendencia a ir sumando más y más negatividad en sucesivas frases que sirven como excusa, o quizás como gasolina a las agresiones que provocamos con nuestra falsa comunicación?

Pero, también podemos ir haciendo del mundo un paraíso por medio de la palabra.
Al construir Shalom constantemente, sin pausa, en cada oportunidad, aunque parezca difícil, con acciones buenas y justas y con palabras plenas de Luz y en lo posible desprovistas de EGO.
El grito, el insulto, la pretensión, la petulancia, el agravio, la mentira, la murmuración, el caos, la corrupción, el desvío, la malicia, los podemos cambiar por caricias verbales, palabras suaves, discursos claros, enunciados verdaderos, compañerismo, afecto, elogio sincero, crítica válida, razonamientos abiertos, bendiciones, etc.
Con la palabra podemos crear o destruir mundos, sin hacerse pasar por magos o místicos cabalisteros.
Es poderosa la palabra, al punto de poder modificar la realidad, lo queramos a no.

Nuestra realidad se forma por la palabra, Dios hablando y nosotros hablando.
Uno que habló y Su “voz” reverbera constantemente para mantener en existencia el mundo; otros que llenamos ese mundo de palabras, muchas veces enviciadas por nuestro servilismo al EGO.
Cuando aprendemos el valor de la palabra, para crear mundo de luz o de oscuridad; para construir o destruir, entonces podemos apreciar también el poder del silencio reflexivo, inteligente, comprometido, maduro, carente de adoración o sometimiento al EGO.

Aprendamos a medir nuestras palabras.
Eduquemos nuestra alma a valorar más el silencio que la respuesta dura, que la voz destemplada por el orgullo o el enojo, que nos hace sentir que ganamos una discusión, que tuvimos la última palabra, que no nos dejamos pisotear, que somos más “vivos”, que tenemos la razón, que podemos demostrar nuestro poder… valoremos más el silencio… porque la palabra desgraciada suele ser una demostración de nuestra interior impotencia, de nuestra debilidad, que no encuentra otra forma de sobresalir que no sea a través de la rudeza de palabras y actos.
El constructor de Shalom comienza pacificando su alma, trayendo bálsamo a sus más profundas heridas, domesticando el EGO, siendo poderoso en verdad y no en apariencias.

Aprendamos a ser breves, concisos, claros, efectivos en nuestras palabras, porque seremos partícipes de un gran cambio favorable en nuestra existencia y en el entorno.
Callemos para apreciar la grandeza y bondad de Dios.

Pero no seamos mudos cuando es necesario que se haga sentir nuestra palabra y presencia.
Para combatir al mal, para alentar al que desfallece, para alegrar al perdido, para sostener al que cae, para consolar al que sufre, para motivar al necesitado, para guiar al que busca la Luz, para oponerse a la mentira, para detener al corrupto, para cancelar el imperio del EGO, para agradecer, para acariciar, para valorar…

Que tu vida sea equilibrada en silencios y voces, pruébalo, luego nos cuentas.

la felicidad como vivencia y reto personal.

Las dificultades que tenemos que enfrentar a diario tocan nuestro bienestar interior, no hay nada tan bueno como un sentirse bien siempre. La vida es muy complicada para no alterarse o no estar inalterable como dicen algunos orientalistas, debe ser por eso que tienen que vivir en un retiro permanente para sentirse inmutables. Pero la felicidad debe ser algo como un fresquito al cual tenemos derecho de experimentar aunque todo este muy mal aparentemente. Creo que debemos corregir nuestra percepción del concepto de la felicidad, para mantenernos como mas ventilados. Es un asunto de concepto y actitud. Es decir aquello que entendemos como felicidad y la forma de plantearnos el enfrentamos a las circunstancias para no amargarnos cuando el calor de las relaciones interpersonales sube. A veces son los malos recuerdos o una percepción sombría de nuestro destino cuando nos proyectamos a futuro mentalmente lo que nos hace tener una visión distorsionada del presente. Opino que debe sostenerse una perspectiva centrada en superar el vaivén emocional y esperar que pase para luego ver que a pesar de todo somos felices aun en la calamidad. No es necesario internarse en un monasterio, todo lo contrario me parece que es un asunto de practica, de entrenamiento continuo, si nos apartamos perdemos el sentido de lo coloquial, de lo sencillo. apartado en un lugar especial de meditación la gente con todas reflexiones teorices puede llegar a pensar que es un iluminado, lo cual parece que ocurre con cierta frecuencia, y vemos a personajes en poses de sabio, pero todo es teórico sin asumir esto en la vida corriente. Todos esos parapetos se caen en el tu a tu diario, alli es donde debemos ser felices, cuando todo el mundo t quiere arrancar el doradito que intuyen que ha en ti. Todo esto es muy dificil, pero como dice el More: ser felices depende de nosotros. Así entiendo que si depende de nosotros es por que lo podemos hacer.