Quince minutos después de almorzar todo cambió. Estaba en la sala de urgencias luego de un dolor abdominal de valor diez en la escala del dolor. Luego de una tarde de exámenes el médico entro a la sala y nos dijo: «Traigo noticias nada alentadoras. La ecografia muestra que hay un asunto muy grave a […]
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Házlo!
¿Nos gusta que nos den órdenes?
Sinceramente, por mi parte, admito que siento la incomodidad al recibirlas. No sé si será porque desde pequeño puedo arrastrar ciertos traumas, pero de que está ahí, está. A veces, ha sido necesaria, como en casos de enseñanza o trabajo o incluso de vida. A veces a estado de más, cual consejo sin ser pedido.
Aunque a veces utilizo la frase «a sus órdenes», no me gustaría que literalmente se lo tomen como que prefiero el trato autoritario.
Entiendo que es un tema complejo y de muchas aristas. Me admito ignorante en temas de psicología o filosofía frente a esta situación. Sin embargo, también entiendo que parte de la vida cotidiana y el EGO está el mandar o actuar con impotencia frente a una orden.
Ahora ¿Nos gusta dar órdenes?
Si es así ¿Por qué? ¿Lo crees mejor que pedir o peor?
O ¿Cuál es la manera en que lo hacemos? ¿Es como lo hicieron contigo? ¿o como nos fijamos que otros lo hacían?
¿Acaso nos gustaría-o nos gusta- recibirlas de la misma manera en que las damos?
Si no es así ¿podrías igualmente pensar en el por qué?
Y siendo honestos ¿Alguna vez la haz sentido necesario dar o recibir alguna?
Sería genial leer tus ideas al respecto.
(Por la salud de Daniel hijo de Ilse Monroy)
Metzorá 5776
Tzaraat era una terrible enfermedad antigua que afectaba de manera severa la piel, pelo, carne, a veces ropas y paredes de las casas. No es lepra, aunque en ocasiones se traduce así. Tampoco la conocemos directamente pues desde hace siglos que no se manifiesta físicamente.
El aspecto del metzorá, enfermo de tzaraat, solía provocar asco, miedo, rechazo y por tanto se trataba de quitarlo de la vista y de todo posible contacto. Además, era obligación del cohén experto ordenarle que se separara de la comunidad, fuera a vivir aislado y apartado, sin contacto siquiera con su familia, hasta que eventualmente sanara.
¿Por qué se los trataba con tal crueldad? Ni siquiera a asesinos, traidores y otros graves pecadores se los destinaba al repudio solitario, a la marginación obligatoria.
Tratemos de responder a esto conociendo un poco más de las causas de esta enfermedad.
Probablemente intervenía alguna noxa biológica, quizás un hongo o bacteria, pero el factor principal que desencadenaba la enfermedad era una grave falta ética, que terminaba por afectar la salud física, emocional, social y mental de quien la padecía.
La infracción que se tiene por principal es el LASHÓN HARÁ, “mala lengua”, que es hablar y decir algo que puede ser más o menos cierto, en presencia o ausencia de la víctima, con mayor o menor uso de tono humorístico; pero lo que no falta es el hacer sufrir injustamente a alguien a través de la palabra. El lashón hará llena la mente de ideas prejuiciosas, destruye lazos sociales, corrompe la confianza, incentiva los rencores, amarga la existencia, hunde en la desesperación, lleva a todo tipo de acciones censurables y puede terminar en tragedias sin fin.
De acuerdo a la Tradición: “…es peor que una flecha filosa, porque mata a quien va dirigida, a quien la escucha y a quien la dice… incluso a gran distancia…” (Talmud, Arajín 15b).
Recordemos, la víctima es atacada injustamente, sin merecerlo. No son comentarios necesarios y justos, sino agresiones más o menos camufladas entre chismes y buenas intenciones.
Así pues, en la ecuación Divina, aquel que quiere perjudicar a alguien con mentiras, insultos, provocaciones, engaños, burlas, chismes, murmuraciones o cosas similares, termina dañándose también a sí mismo y a los que le prestan atención.
Así se responde a lo que preguntamos más arriba. El castigo era tan terrible, porque el metzorá recibía lo que él quería provocar a su víctima. Con lashón hará iba a excluir a un inocente, entonces terminaba siendo desterrado él. Iba a provocar injustamente el rechazo social, entonces recibía como castigo el llenarse de signos que le hacían desagradable.
Enseñó el sabio rey Shlomó/Salomón: «La muerte y la vida están en el poder de la lengua, y los que gustan usarla comerán de su fruto.» (Mishlei / Proverbios 18:21), sea éste amargo y mortal, o dulce y bendito. ¡Cuidemos lo que decimos y lo que aceptamos escuchar!
Esta parashá nos sirve para reflexionar ¿qué preferimos? En nosotros está la opción de contribuir a que haya SHALOM, con bienestar, salud, alegría, progreso; o colaborar con el caos.
Te deseo Shabbat Shalom umevoraj y todo lo bueno para ti y tu familia.
Tradición y Dengue
Este texto lo escribí para publicar en SERJUDIO.com, allí pertenece.
Pero me encantaría que los noájidas lo analizaran para descubrir aquello que les corresponde y me dieran una mano en difundir la bella vida noájica, la espiritualidad sagrada que les concierne por amorosa y sabia decisión del Eterno.
¡A construir SHALOM!
Tristemente está “de moda” la enfermedad Dengue en mi país, Uruguay.
Podría parecer que no tiene mucha, o ninguna relación, con la Tradición espiritual del judaísmo; ya que para muchos el judaísmo es cuestión de ciertas creencias, rituales, sinagoga, festividades o cosas similares. Sin un contacto vital y con sentido con la vida cotidiana. Sin embargo, la Tradición espiritual abarca todos los aspectos de la existencia, por ello te invito a que encontremos algunas relaciones entre ambas: Tradición y Dengue.
El único requerimiento es que sean asociaciones coherentes, nada traído de los pelos.
Piensa y comparte más abajo, en la sección de los comentarios aquí debajo, será un placer leerlos.
Luego si deseas puedes ver las que se me ocurrieron a mí en el lapso de tres minutos.
- Es ley judía preservar la salud y la vida.
Cuando nos enteramos de que estamos expuestos al contagio de un causante de una enfermedad y que tenemos a mano acciones para prevenirlo, es nuestra obligación judía hacer lo posible para cumplir con las recomendaciones de los expertos. En el caso del Dengue, el Vector es el mosquito Aedes aegypti, las autoridades de salud pública nos indican procedimientos para evitar su propagación. Asimismo nos informan de mecanismos para evitar su picadura. Más que buena voluntad, es obligación judía hacer caso a estas indicaciones. - En Shabat está prohibido matar, a no ser en caso de extrema necesidad. ¿Es permitido matar los mosquitos en Shabat? Es una duda halájica que fue respondida hace unas semanas por un rabino en Brasil, el cual autorizó a matar mosquitos en Shabat, lo cual hasta el momento era una acción prohibida.
- En Shabat no se permite usar ungüentos, cremas. etc., para la piel.
En este caso, ¿sería permitido usar repelentes? - ¿Si uno siente los síntomas y percibe los signos de la enfermedad, puede consultar al médico en Shabat?
¿Debe hacerlo rompiendo así con las reglas de “reposo” sabático? - Los repelentes, ¿deben contar con alguna certificación de kashrut?
- ¿Cómo manejarse en Pesaj con los repelentes y otras cremas indicadas por los expertos?
- Hay personas que no tienen acceso a los repelentes, sea por dificultades económicas, o la carencia de los mismos en su zona. Es una norma judía ayudar al prójimo necesitado, especialmente cuando está en riesgo la salud y la vida. Por lo cual, sería apropiado donar los productos adecuados a los que no pueden adquiridos, así como también realizar campañas de solidaridad al respecto.
- Pero el ocuparse por el bienestar del prójimo no se reduce a lo material, sino que también es oportuno informar a los que no tienen conocimiento del tema, o aclarar las dudas, o remitirlos a fuentes de información confiables. No es un asunto menor, pues depende en gran medida el bienestar del individuo y de la población y los instrumentos para evitar el daño son bastante accesibles.
- En caso de sospechar haber sido contagiado, es obligatorio consultar al médico especialista y seguir las indicaciones del mismo. No se debe quedar con la buena voluntad de las vecinas, ni con las opiniones de los indoctos, sino requerir el dictamen de los expertos.
- Si conocemos gente que está enferma de Dengue, es aconsejable hacer tefilá por su pronta recuperación.
- Cuando es posible, se debería cumplir la mitzvá de bikur jolim, que es visitar al enfermo y ayudarle en lo que precise, en la medida de nuestras posibilidades. La presencia debe ser positiva y no ocasionar molestias al enfermo. Podemos darle una mano en cuestiones prácticas, o a veces con conversar y estar presente ya es de gran importancia.
- Debemos estar atentos a no incomodar al enfermo, a su familia, al personal que lo atiende. A veces las personas no captan que están molestando cuando tienen toda la buena voluntad de ser cooperadores.
- No se debe visitar al enfermo si eso está contraindicado por los especialistas. Consultar previamente pues en el caso del Dengue podría estar en cuarentena el enfermo, por su seguridad y la de otros.
- Si el enfermo debe permanecer en aislado, ¿cómo hace con la lectura de la Meguilat Ester?
- ¿y con el toque del Shofar?
- De hecho, ¿de cuales mitzvot queda exento en tanto se encuentre en cuarentena?
- Y si no consigue alimentos kasher en el lugar de aislamiento, ¿cómo deberá comportarse?
- Cuando hay una persona enferma, la familia puede atravesar todo tipo de dificultades, por lo cual es regla del judaísmo ponerse a disposición de ellos, de acuerdo a las posibilidades, para ayudarles en lo que se pueda
- Está muy bien confiar en Dios y esperar que Él nos ayude, tanto a protegemos como a curarnos, pero no podemos depender solamente de milagros; por lo cual, las tefiIot y la emuná deben ser acompañadas por todas las acciones necesarias para prevenir y curar.
- En la historia judía muchas veces se nos ha acusado, maligna e injustamente, de ser los agentes que provocan plagas que afectan a la población general. Aprender de nuestra historia y estar alertas para que no aparezcan estos otros focos infecciosos, que no son causados ni por virus, ni por bacterias, sino por el EGO del ser humano.
- Los consejos a seguir para prevenir la proliferación del mosquito son bastante sencillos. Sin embargo, muchos conociéndolos no los respetan. ¿Explica el judaísmo clásico esta conducta autodestructiva del hombre?
- La manera tradicional judía de vestir, con tzniut, protege determinadas zonas del cuerpo de la mirada de otros así como de picaduras de insecto; sin embargo, el mosquito igualmente puede agredir al humano y transferirle el virus. Por tanto, sea vestidos con tzniut o no, se debe usar repelente y los otros métodos indicados por los expertos, así como proceder de acuerdo a los consejos de los sabios en la materia.
- Podría haber gente que supusiera que el Dengue es un castigo enviado por Dios, por lo cual es necesario evaluar nuestras acciones y ver si tenemos que hacer teshuvá, como otro mecanismo para disminuir el riesgo de infectarse y/o sufrir. Pero esto no evita seguir las consejos de los expertos en las Ciencias Biológicas.
- ¿Habrá algún midrash u otro relato de fuentes antiguas que refiera a enfermedades similares?
- ¿Y alguna cura o ritual que se pudiera emplear para estas ocasiones?
- ¿Y alguno que haya advertido que somos parte de un ecosistema muy complejo?
- ¿Dicen algo los sabios, antiguos o modernos, acerca del cuidado que se debe tener cuando se proceden a cambios drásticos en los ecosistemas? Por ejemplo, si se quisiera aumentar la población de murciélagos para combatir al mosquito, y eso derivara en una modificación del equilibrio dinámico peor que la situación actual.
- ¿Para qué Dios habrá hecho enfermedades?
- ¿Cómo explicar que si Dios es Todopoderoso, existan tantas cosas que nos hacen sufrir en el mundo?
- ¿Hay experiencias en Israel de haber combatido contra infecciones similares? ¿Tenemos algunos modelos para tomar en cuenta de allí?
Recuerdo que tortura
Vuelve el amargo recuerdo y te malogra el presente.
¿Hiciste lo necesario para completar el proceso de TESHUVÁ?
Hablar del problema, sinceramente, conscientemente, buscando acomodar las piezas en su lugar, puede ayudar.
Si lo haces con una persona receptiva, atenta, comunicativa, seguramente te dé un gran apoyo; aunque nada te aconseje, aunque no te proponga ninguna solución mágica, sino simplemente por escucharte auténticamente.
Pero eso no es todo, solo una parte y que pudiera llegar a ser contraproducente si se convierte en un hábito, o al menos en un tópico habitual.
Ten presente que si no te despegas de imágenes negativas, tu mente se sincroniza a ellas. Si además de visualizarlas en la imaginación las expresas, estás ahondando el pozo que drena tu energía vital.
Por tanto, empeoras en lugar de crecer. ¡Cuánto peor si tu oyente además es un reverberador de mala onda, uno que magnifica con su lupa distorsionada y terrible!
Así pues, mucho cuidado con lo que dices, porque lo que pudiera ser terapéutico podría convertirse en iatrogénico.
Sé precavido para que tu “espacio terapéutico” no se transforme en un fango que te retiene en una zonita de confort, en tu celdita mental.
Porque el eco de la lástima y quejas no fortalecen ni impulsan a la buena vida.
Por otra parte, hacer de cuenta que el recuerdo no existe y abarrotarte de palabrería seudo positiva, de milagrosas curas palabreras, de lemas místicos, de cháchara alegrona, probablemente tape con un decorado brillante la tremenda angustia que te consume y desgasta.
Es bueno rodearse de gente positiva, que habla de manera realista-optimista, que impregna de saludable confianza, que alegra vivamente la existencia. Pero no confundir eso con huir de los inconvenientes para no esforzarse en resolverlos.
¿Está claro?
Más allá de hablar, toma conciencia de que mientras no hagas tu parte posible de TESHUVÁ, algo quedará ardiendo y listo a consumir tus energías.
Por tanto, si el mal recuerdo es de una acción negativa tuya, ya tienes a mano una respuesta: TESHUVÁ, lo más completa posible.
¿Y si el recuerdo oscuro es por algo que te provocaron, que sufriste, de lo que fuiste real víctima?
Porque sin dudas esa memoria estresante está agazapada por allí, provocándote a impotencia, a encierro en tu celdita mental que percibes como si fuera un refugio.
Lo que mencionamos unos párrafos antes también es válido en esta situación.
No debes esconderte de tu dolor, sino admitirlo. Admitir tu impotencia de aquella ocasión lastimosa. Admitir que te ha provocado un daño que mantiene una herida que cada tanto arde y te amarga con su feo recuerdo. Admite.
Pero, no eres ese recuerdo.
Por más terrible y traumático que haya sido el evento, o los eventos, tú eres mucho más que eso.
Además, puedes descubrir motivos, causas, cadenas de acontecimientos, etc. que llevaron a eso.
Dar luz allí donde hay oscuridad.
Poner orden, en donde hay revoltijo.
Sufrir, por última vez; al cerrar la herida, cauterizarla.
Perdonar, cuando ello sea posible.
No aferrarse a excusas ni disculpar lo que debe ser corregido.
Lo que no ha de retenerse, deberá fluir, escurrir, irse.
Eventualmente, alguna vez podrías llegar a narrar esa historia oscura con tonos luminosos, sin engañarte, sin huir de la realidad, pero sí con la convicción de que manteniendo un recuerdo angustiante con vida no te dará a ti vida, sino que te la absorberá y drenará tus energías. Que lo nefasto te impulse a alzar vuelo, a elevarte, para que encuentres aquí y ahora un reservorio de vitalidad y felicidad.
De cierta forma, es un camino de TESHUVÁ, porque retornas a un punto en el cual no hay herida, donde estás ileso.
No estás negando la realidad, ni esperando que una goma de borrar mágica elimine tus recuerdos.
Estás usando el mal verdadero para llenarlo de luz auténtica.
Y, si hay algo para hacer, como por ejemplo la intervención de la justicia; pues, habrá que hacerlo.
El pasado no desaparece, pero queda solamente como un dato archivado para uso mental; ya no es una llaga sangrante que reclama atención de manera dolorosa.
Y eventualmente, el recuerdo ya no brota, reposa en calma en su cajón en el archivero de la mente.
Tú puedes elegir, o puedes seguir sometido al caos del EGO.
Te aconsejo elijas ordenar tu existencia a la LUZ de la NESHAMÁ.
Aprendizaje
Si, sería bueno recibir ese golpecito de suerte, esa noticia (buena) inesperada, esa herencia o ese depósito incógnito, que el familiar que se hizo millonario se acuerde de mí, ese pozo que lleva semanas acumuladas, ese billete con varios ceros tirado en el piso, o qué se yo, ese momento especial que no llega por más que lo deseamos.
Pero también es muy bueno y maravilloso, que al no llegar esa «bendición», pensemos en nuestra parte, responsabilidades, planes, anhelos o sueños y mediante nuestras posibilidades busquemos la manera de llevarlos a cabo. Que al dejar de esperar regalos mágicos, podemos agradecer sobre algunas maravillas que vemos a diario, o simplemente por el placer de vivir un día más para hacer aquello que está REALMENTE bajo nuestro control.
Y si no sabemos cual es, si nunca nos preguntamos sobre nuestra vida, si es que hay un propósito para cada Ser, sea pequeño o con «poder»…
Aunque no suena a bendición, créeme que lo es. Yo he querido verlo así, podrás tú?
Salud y bienestar
La NESHAMÁ, nuestro espíritu, nuestro Yo Esencial, es aquello que permanece, que no cambia, que no se modifica. Es nuestra identidad original, perfecta, eterna. Es paz, es bienestar, es conocimiento, es conexión, es LUZ.
Pero está detrás de un velo impuesto por nuestro Creador, tal como la cortina en el Templo que separa el Santo de los Santos del resto del Templo y del mundo.
Además, queda más oculto aún a causa de la suma del barullo e incomprensión provocada por nuestra agitada vida mundana.
Está bien, así es como somos creados, así debemos vivir.
Por su parte, nuestra identidad más superficial y pasajera, la que denominamos Yo Vivido se nos presenta como nuestra personalidad, siendo que es meramente un traje que estamos usando y que vamos modificando a voluntad o imperceptiblemente.
Es un caos que organizamos como podemos, está en medio del incesante flujo indetenible e inasible el mundo, sometido a constante cambio.
Nos guarecemos en la imaginación de ser estables, de ser una identidad inalterable, pero no lo somos. Es nuestro refugio aparente en medio de la tormenta real.
Sin embargo, esta creída estabilidad nos brinda confianza, seguridad, posibilidad de trabajar con nosotros mismos y el entorno de cierta forma medida y saludable.
Es una necesidad, y está bien que usemos estas máscaras para de esa forma no dejarnos arrastrar por el caos y la desesperación.
Pero mucho mejor sería encontrar las máscaras que estén en armonía con esa identidad real pero desconocida de nuestra NESHAMÁ.
Porque entonces, las máscaras no estarían en conflicto sino que serían representaciones coordinadas y poderosas de nuestro ser.
Sin embargo, ¿cómo lograrlo?
Si la NESHAMÁ, con su LUZ, están detrás del pesado cortinaje impuesto por Dios.
Si hay multitud de manchas, costras, cáscaras y máscaras que se han abarrotado a su alrededor e impiden el pasaje de su LUZ.
Si la NESHAMÁ pertenece a una realidad por completo diferente a lo que podemos llegar a conocer o entender, ya que estamos limitados al tiempo/espacio.
El Creador nos ha dado la respuesta.
Ha dado siete mandamientos para los hijos de las naciones, los gentiles. No son un código ritual o religioso, sino el manual de vida ética esencial.
Ha dado 613 mandamientos a los hijos de Israel, para que se entrenen de manera mucho más intensa y esforzada, de tal forma de poder servir como luz para los hijos de las naciones. No por medio de misionerismo, ni convirtiendo a la gente al judaísmo, o enseñando porciones de Torá que no son apropiadas para la espiritualidad noájica. Sino que cumplen esa tarea al vivir a pleno de acuerdo a su propia identidad espiritual. Entonces, los gentiles al ver la integridad, bienestar, prosperidad, plenitud de la vida acorde a los mandamientos que los judíos fielmente cumplen, encuentran guía y modelo para aceptar amorosamente su propia identidad espiritual como noájidas y vivir de acuerdo a ella.
Recuerda, no es cuestión de religión, de palabrería de maestros repetida hasta el cansancio, ni de bailoteos o poses atrevidamente místicas. Sino de llevar una vida de construcción de SHALOM, por medio de acciones concretas de bondad y justicia, tanto en lo interno como en lo externo.
Así, estaremos llevando al Yo Vivido a estar en armonía con la dimensión ética/espiritual, la de la NESHAMÁ.
Gracias a la TESHUVÁ se limpian las manchas producidas por el pecado.
Con la conducta positiva se corre un poquito, en la medida de lo posible (bien poquito, para no intoxicarnos y llevarnos a la terrible muerte –hazme acordar de contarte más de esto, por favor-), el cortinaje que separa el Yo Esencial del Yo Vivido, y resplandece entonces la LUZ en nuestra vida.
Podemos seguir en oscuridad, con las cosas caóticas de siempre, convertidas en pesada rutina de amargura, ira contenida, enojos, reproches, culpas, manipulación, violencia, negación, idolatría, religión, y todo el resto que es pesada carga de muerte en nuestra vida.
O podemos empezar a andar el camino de la LUZ.
No es magia, no es milagros, es simplemente construir SHALOM.
¿Para quién es la ganancia sino para ti y aquellos que amas?
NEFESH y NESHAMÁ
El alma (NEFESH) NO debe ser confundida con el espíritu (NESHAMÁ).
NESHAMÁ es nuestra identidad espiritual, el Yo Esencial, la chispa divina que somos aquí y en la eternidad.
La NESHAMÁ no depende de nuestras acciones, ni de nuestras creencias o voluntad, ni se afecta por nuestros pecados o incordios. Su existencia pura y exclusivamente de Dios, y nada más que de Él. No se forma con materia, ni se transforma con mitzvot, ni se desbarranca en la desesperación del pecado. Su lugar y tiempo es fuera del aquí y ahora, aunque está absolutamente presente aquí y ahora.
La NESHAMÁ es de otro plano de existencia, completamente por fuera de nuestro tiempo/espacio, y por tanto incomprensible.
Podemos darnos algunas ideas con metáforas, tratar de explicar confusamente, pero ciertamente que no tenemos herramientas cognitivas y cognoscitivas para penetrar su realidad.
Entonces, quédate con este simple hecho: el tú que más eres, es ese tú que más desconoces, esto es tu NESHAMÁ.
Y sin embargo, también somos Yo Auténtico y el Yo Vivido, este último es el más pasajero y cambiante pero al cual reconocemos habitualmente en el espejo y en nuestra vida cotidiana.
Como te decía, alma no es espíritu ni se confunde con él.
El alma no tiene adicción al espíritu, más por el contrario, en este mundo está su sentido. Por ello, una de las maneras tradicionales de comprender el NEFESH es como “energía vital”, aquella fuerza que nos impulsa a mantener con vida en este mundo, para este mundo.
Se nutre con materia y energía, la que proviene de nuestros alimentos. No comes, o tu dieta no es saludable, tu alma se resiente. Sea la comida kasher o no (en la comida apta para judíos o la que es apta para noájidas, cada cual según sus reglas).
Precisa de luz, ejercicio físico, reposo, cuidados corporales, abrigo, medicamentos, suplementos nutricionales, dormir; es decir, lo que cualquier profesor de biología te puede indicar y el médico recetar para llevar una calidad de vida adecuada.
Si tu brújula ética/espiritual, que proviene de la NESHAMÁ, te anda desorientando, entonces probablemente afectes a tu NEFESH, pero no en un plano místico, ni cuestiones metafísicas, o de índole espiritual. Será afectada porque vivirás estresado, amargado, angustiado, mintiendo, robando, delinquiendo, consumiendo drogas, en relaciones con personas tóxicas, en fin, pon tú aquí en la lista todo lo que nos puede maltratar por no seguir la senda de la ética/espíritu.
Pero no, no será el espíritu el que se afecte si se afecta el alma, aunque puede que sea el alma la que se vea afectada si desoyes la guía silenciosa y poderosa del espíritu.
Sin embargo, el NEFESH no tiene conciencia ni predisposición por la NESHAMÁ.
El NEFESH alimentará con su energía vital otras áreas de tu ser para posibilitarte tomar conocimiento y conciencia de la necesidad de una vida ética/espiritual.
Pero, no por una voluntad sobrenatural, sino por el sencillo procedimiento de brindar energía a tus células para que realicen los procesos que habilitan el pensamiento, el cual llega a conectar de manera despierta con la conciencia espiritual.
Todo tu ser depende de la NESHAMÁ, tal como del NEFESH.
Pero, los animales siguen su vida sin ser NESHAMÁ, y hasta tuvimos antepasados y contemporáneos antiguos en todo idénticos a la especie de Adam, hasta en cultura y obras, pero que carecían de NESHAMÁ.
Sin embargo, el día que el NEFESH se desprende de tu organismo, ese día pasas a ser solamente NESHAMÁ, un difunto para este mundo.
Cuidemos mucho nuestra NEFESH, porque es la que posibilita que la NESHAMÁ tenga una presencia material en este mundo, y así pueda ejercer la tarea sagrada que Dios le ha encomendado.
Y no cuidamos nuestra alma con estudio inspirados, ni con palabras filosóficas, ni con entreveradas resoluciones legales; sino simplemente llevando una vida ecológica, armoniosa, vital. Y si contamos con la activa guía de la NESHAMÁ, con su sentido ético/espiritual, entonces el NEFESH podrá precaverse de muchos inconvenientes y malestares.
Haz las cosas razonables para llevar una vida saludable. No precisas de maestros espirituales para ello, la ciencia y la experiencia sabia nos da grandes líneas de conducta.
Pero también, añade la guía ética de TUS mandamientos, aquellos que Dios te ha dado, así pones en armonía tu NEFESH con tu NESHAMÁ.
Siete que corresponden para los hijos de las Naciones, y para el judío aquellos que sean apropiados para él de los 613 de la Torá.
(Publicado originalmente en SERJUDIO.com)
Energía mental
Como cualquier otra máquina, tu cuerpo emplea energía para funcionar.
La energía que destinas a acciones poco provechosas, no la estás usando en tu beneficio, sino que la estás malgastando
Pensar es una de las actividades que tu cuerpo realiza y que por tanto consume energía.
Deberíamos aprender a enfocar nuestros pensamientos para obtener los mejores y mayores rendimientos.
Si te dedicas a estar pendiente de las opiniones ajenas, si te la pasas suponiendo lo que los demás están pensando/sintiendo acerca de ti, si te consumes en idear excusas o a fantasear proyectos que nunca se concretarán: ¿cuánto de tu tiempo y energía estás derrochando inútilmente?
Para empeorar la situación, no solamente echas a perder energía en pensamientos, creencias, imaginaciones, que son caóticos y sin fundamento, sino que además con ello contribuyes a aumentar el barullo mental, a llenar tu mente con baches y obstáculos que reclamarán más energía para existir, agotando así más rápido tus recursos.
Si aprendes a enfocarte, a concentrarte, seguramente sacarás mayor provecho de tus ideas, además de sumar calma y bienestar en tu vida.
Sube al tren que se dirige a tu destino.
Pero no te subas a cualquier tren de pensamientos que pasa por delante de ti, esos déjalos correr, que fluyan, los ves pasar y no dedicas nada de lo tuyo a darles notoriedad.
Cuando sea necesario reparar en algún asunto, hazlo, no lo dilates innecesariamente, para que no sea una mosca molesta rondando sin parar y atrayendo tu atención y energía penosamente.
Aprende a pensar y a actuar, en lo posible armonizando tu Yo Vivido con el Yo Auténtico para así ser reflejo saludable de tu Yo Esencial.
Plan para ser feliz
Algo te molesta.
Estás disconforme.
Sientes como que algo no encaja.
Te das cuenta que estás perturbado por alguna cuestión, pero no puedes identificarla. Quizás señales varios factores, e incluso crees que estás absolutamente en lo cierto, pero si analizas no lo tienes tan claro.
En resumen, es un algo difuso, confuso, desdibujado y que sin embargo tiene un poder sobre ti, como para dejarte en un estado de impotencia.
¿Cómo podemos mejorar?
Atiende estas ideas.
Situación.
Toma conciencia del instante en el cual te sientes fastidiado.
No lo dejes pasar.
Apunta qué estabas haciendo momentos antes, qué te decían, qué pensaste, que estaba sucediendo alrededor.
Trata de ser preciso en los detalles, porque muchas veces en ellos están las pistas para las respuestas.
Luego, como estarás llevando un registro por escrito, podrás reconocer si hay algún patrón que se esté repitiendo y que pudiera explicar la aparición de tu sensación desagradable. Tal vez no lo haya, podría ser un evento único o primerizo, lo sabremos al tener una memoria anotada para estudiarla.
Reacción.
¿Cómo respondes?
¿Cuáles son tus reacciones?
¿Es efectivo lo que haces?
¿Tienes un patrón habitual?
¿Puedes darte cuenta qué pretendes con tales conductas?
¿Remedia o mitiga tu malestar?
¿Tienes un repertorio de respuestas alternativas?
¿Intentaste otra cosa?
¿Empeora tu desagrado?
¿Qué efectos tiene en la gente que te rodea?
¿Son reacciones emocionales, físicas, mentales?
¿Cuáles resultan ser más efectivas?
¿Alguna de ellas es temprana, es decir, que impide una mayor potencia en el malestar antes de que suceda?
Necesitarás también llevar anotaciones sobre esto, vinculadas a las situaciones que apuntaste anteriormente.
Deseo.
Al haber analizado cuidadosamente los apuntes de las dos anteriores, seguramente tendrás una mayor claridad y entendimiento de lo que está sucediendo, aunque tal vez no puedas especificar cual es el gatillo que dispara tu malestar.
Es hora de desear una experiencia mejor, más placentera, que te refuerce.
¿Cuál preferirías que fuera tu conducta en lugar de la frecuente?
¿Qué podrías hacer para alcanzar lo que deseas?
¿Puedes visualizarte en esa situación diferente a la habitual?
¿Puedes sentir lo que sentirías viviendo tu deseo?
¿Cómo lo podrías describir con detalles?
¿Cómo sería la foto de ese momento?
Escríbelo también. Se cuidadoso en los pormenores.
Prepara.
Llega el momento en el cual debes elegir una opción más provechosa para ti, que te mueva para alcanzar tu deseo y superar así las situaciones de malestar.
¿Qué paso estás dispuesto a dar y lo darás?
¿Cuál es el paso alternativo, si éste parece no funcionar?
¿Cómo seguirás adelante, luego de encontrarte en una nueva situación?
¿Cuáles podrían ser los elementos que te favorezcan a estar más relajado, confiado, calmado, seguro?
¿Estás aprovisionado de lo que precisas para tu aventura?
¿Tomaste en cuenta los consejos y lecciones de los que estuvieron antes en situaciones similares, o tienen conocimientos al respecto?
¿Quitaste peso a las excusas para enfocar tu mente en alcanzar tu meta?
¿Incluiste el rezo en tu plan, pero no para hacerlo la única herramienta a la espera de algún milagro, sino como un aporte más en tu colección de instrumentos?
¿Estás dispuesto a arriesgar, con precaución, para salir de tu zona de confort que termina siendo tan fastidiosa?
¿Adviertes los probables bloqueos y retrasos que pudieran amargar tu avance? ¿Tienes un plan para eludirlos, o mejor aún, para convertir los obstáculos en trampolines y alcanzar mayores logros?
Sí, también es buena idea que escribas la lista de elementos que te ayudarán a actuar, y que repases si estás listo.
Pero, no te quedes en evaluaciones y propuestas, tómate un tiempo limitado para luego obligatoriamente pasar a la acción novedosa. El dejar para luego es una excusa tan corriente que hasta da pena que la sigas usando. Si esperas a que todo esté orquestado como supones debe estar para actuar, seguramente te quedarás en tu celdita o pasarás a una peor.
Acción.
No permitas que las excusas y justificaciones te mantengan encerrado en tu celdita mental.
Haz lo que tengas que hacer, sin dedicarte a juzgarte severamente, pero tampoco te exoneres con facilidad.
Que tus obras sean de construcción de SHALOM, es decir, basadas en la bondad y la justicia.
Seguramente habrá errores, fracasos, logros a medias, retrasos, retrocesos, es decir cualquier cosa que te pone en estado de impotencia, o sentirte así. Lo sabes y por ello no te hundirás en auto reproches, ni en huidas a la celdita que tanto conoces. Tampoco estarás presuroso a señalar culpables ni a abandonar tu tarea. Tomarás los contratiempos como algo obvio, natural, parte de nuestra condición humana y no por ello justificarás vivir en derrota y pereza. Es decir, te caerás de la bici para volver a subirte y seguir pedaleando por la vida. Si te quedes desparramado en el piso, avergonzado por la mirada de otros, por lo que supones que ellos piensan de ti, apenado por tu debilidad, seguirás siendo impotente, inepto, sufridor compulsivo. Ríete, quiérete, respétate, vuelve a reír de ti, levántate y pedalea.
Evaluación.
¿Cómo te sientes con tu nueva estrategia y puesta en práctica?
¿Qué obtienes?
¿Qué evitas?
¿Es lo que imaginaste?
¿Quieres algo diferente también a esto?
¿Estás mejor?
¿Qué harás a continuación?
¿Cómo lo harás?
¿Qué cambiarás de tu planificación?
¿Sientes el poder que dispones?
¿Ya puedes identificar aquello que te mantenía preso en tus estados de malestar?
¿Puedes ayudar a otros, para de esa manera ayudarte poderosamente a ti mismo?
Escribe y analiza.
Comparte y agradece.