Romano nos consulta:
1- Llamar a cualquier religión no judia idolatría ¿de que manera ayuda a la paz?
2- Lo pergunto porque me llama la atención el uso reiterado en este sitio del término
3- y al mismo tiempo el querer establecer la paz en el mundo
De antemano les agradezco sus respuestas
Atentamente
Cesar Romano, 45 años Monterrey, México
Buen día.
1- Primero, ni judaísmo ni noajismo son religión.
Segundo, llamar a las cosas por su nombre es parte de andar por la vida de manera recta y justa. A la idolatría se le llama idolatría, no tiene otra forma. A no ser que usted sea de los que prefieren mentir, estafar, engañar, como lo suelen hacer los clérigos y fanáticos de todas las religiones.
Sepa que aunque sea con buenas intenciones, lo malo sigue siendo malo y sus resultados a corto o largo plazo son malos.
Por tanto, si le molesta que se diga que las religiones son idolatría, lo siento, es su problema que no tolera oír la verdad. No nos pida que seamos cómplices de la mentira, porque no va con nuestra manera de ser ni con nuestra lealtad a los Mandamientos eternos del Señor.
2- En este sitio encontrará muchas cosas, usted quiere ver las cuestiones que hacen a nuestra firme y sustanciada oposición a la idolatría.
Por otra parte, la idolatría es la materia prima de todas las inmoralidades y maldades que se cometen en el mundo, especialmente esas que se hacen pasar por «maldades espirituales o sagradas», tales como guerras por doctrinas, conquistas en nombres de dioses, etc.
El foco del mal es el egoísmo, pero su mayor herramienta son las religiones.
Sépalo, entiéndalo y colabore con llamar a las cosas por su nombre, para de esa manera empezar a colaborar con las filas de la Luz y no más con los socios del caos y la corrupción.
3- Supongo que usted es uno de esas buenas personas que considera sagrada la palabra de los profetas verdaderos.
Por tanto, aprenda este párrafo y úselo a discreción: «Aborreced el mal y amad el bien.» (Amos / Amós 5:15).
Es obligación perpetua del leal a Dios odiar el mal, pero amar el bien.
Si no odia al mal, entiéndase idolatría como uno de sus mayores componentes, entonces no está viviendo como Dios quiere de usted, por tanto, está haciendo cosas incorrectas, por tanto es socio del caos y la corrupción.
Pero, si con toda su alma y energías odia al mal, pero ama al bien, entonces es socio del bien, es un constructor de Shalom.
Para construir Shalom no se precisa solamente ir por la vida con caricias y cariños, sino también con la estricta vara de la justicia. Es necesario arrancar de raíz el mal, quebrar los yugos sanguinarios, romper las tablas de pactos maléficos, destruir templos de corrupción, para que de ese modo el bien sea establecido firmemente y la paz reine en todos los confines del orbe.
Pero, mientras haya gente que se conduela por el mal, e insista en proteger a los malvados, seguiremos en un mundo sufrido, caótico, plagado de contaminaciones en todos los planos de existencia.
Todo aquel que quiera contribuir con la Era Mesiánica, todo aquel que desea actuar como hijo de Dios, debe trabajar con constancia y humildad como constructor de shalom, recordando que a veces el shalom precisa la erradicación de las plagas. No teme llamar al cáncer- cáncer, no teme llamar al político demagogo- demagogo, al dictador- dictador, y a la idolatría-idolatría.
Sabido es que el cristianismo, en todas sus facetas, con todas sus caras, en todas sus denominaciones, incluso en esas prostituciones llamadas «mesianismo», «netzarismo», entre otras, es idolatría.
Por supuesto que tiene acciones buenas, a veces ayuda a los necesitados, a veces protege a los débiles, a veces tiene buenas obras solidarias, pero no deja de ser idolatría, con todo el veneno mortal para el alma que eso implica.
Sabemos que el 99% de las personas que se clasifican como cristianas son buenas personas, con buenos valores, con buenas intenciones, pero eso no quita que o son cómplices o esclavos de manipulaciones tremendas que los apartan en alguna medida del Eterno y Su eterna Bondad.
Sabemos que la gente que adora a Jesús, en su inmensa mayoría, no quiere ser rebelde en contra del Eterno, anhelan ser buenos hijos del Padre, pero andan perdidos en las tinieblas, comidas sus almas por el monstruo de la religión idolátrica… es a estas buenas personas que podemos y debemos ayudar, para que sean ellos los liberados, los despiertos, los salvos… es a estos buenas personas sometidas al caos espiritual de la idolatría a los que queremos dar un abrazo redentor y ayudarlos a crecer en verdad.
Así pues, señor Romano, si usted tanto anhela la paz, será un constructor de ella, para lo cual aniquilará todo rastro de perdición que encuentre a su paso.
Para que muera el pecado pero viva el que era preso del mismo.
Y, si quiere seguir siendo socio del caos, bueno… es su decisión, es su libre albedrío, es su trago amargo que beberá cuando sea juzgado con justicia perfecta llegado su momento.
Por último, si quiere saber lo que quiere decir idolatría, lea: Idolatría.
Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar.
Que sepamos construir Shalom.
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