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Dios, te olvidaste de darme el vuelto…

DIOS PADRE TODOPODEROSO CAMINA POR MI CASA Y LLEVATE MIS PREOCUPACIONES Y CUALQUIER ENFERMEDAD . POR FAVOR VIGILA Y SANA A MI FAMILIA Y A MIS AMIGOS, BENDICE Y ALEJA A MIS ENEMIGOS. EN EL NOMBRE DE JESUS ¡AMEN!*** ESTA ORACION ES MUY PODEROSA. DETEN LO QUE ESTAS HACIENDO Y COLOCALA EN TU MURO POR LO MENOS POR UNA HORA. OBSERVA QUE DIOS TRABAJA DE MANERA MARAVILLOSA! LO QUE DEBES TENER ES FE!!! …AMEN

Lamento si te provoca nauseas, como a me ocurre a mí, perdóname por favor que haya comenzado este post con este mensaje tan lleno de idolatría, egocentrismo, falsedad, presunción, superstición, infantilismo, en fin… EGO.

Lo vi recién publicado en el muro de un “amigo” del Facebook, y no pude menos que sentirme bastante mal… digamos, decepcionado con la criatura humana, tan baja, pero tan engreída como para pretender controlar y manipular al Todopoderoso con estas frases llenas de infantilidad enfermiza. Porque una cosa es que un niño sea infantil, lo que está bien, pero otra muy diferente es que gente grande, hasta profesionales de renombre, se comporten enfermizamente como si fueran niños.

Quizás no te des cuenta de porque estoy siendo tan “agresivo” con la pobre persona que lo único que hizo fue una plegaria.
Bueno, déjame que te lo explique brevemente, pero antes por favor te tomas el trabajo de leer este par de links:

Ahora, comencemos un breve análisis.

Esta plegaria comienza “bien”.
Reconoce a Dios, reconoce que el es Padre, reconoce que es Todopoderoso.
Hasta aquí, totalmente compartible por cualquier alma pura.

Pero luego… ¡el terremoto!

Ese que es “dios”, “padre”, “todopoderoso” recibe una orden mía: “camina”.
Es tan tonto, insensible, pelele, torpe, ignorante que tiene que acudir a mi orden, debe cumplir mi reclamo: “camina”.
Traduzco el sentido detrás de esa orden: “¿Quién te crees que eres?
Si te crees un dios, ¡estás equivocado!
Aquí el dios soy yo, porque soy yo el que te dice lo que debes hacer.
Y te digo: camina”.

A ver, corazón mío, ¿cómo te parece que se ve esto así expuesto?
¿Te diste cuenta del lugar en que presumes estar y dónde estás ubicando al Eterno?
No, no te diste cuenta… si lo hubieras hecho antes no habrías actuado de esa manera soberbia, altanera, estúpida…
Cuando el EGO está al mando, la persona anda a oscuras, encerrada en su celdita mental.
En ella Dios es un dios, que está al servicio del hombre.
Por eso no suena blasfemo darle órdenes al Todopoderoso, porque para el siervo del EGO hasta Dios es menos que uno mismo.

Pero la cosa no termina ahí.
Porque si se le hubiera dicho que caminara solamente, bueno… es algo espantoso, como explique más arriba, pero se agrava mucho más cuando se exige que “camina por mí casa”.
A ver… a ver…
¿No tendrá Dios alguna cosa más importante, interesante, relevante, trascendente, cósmica, universal, que hacer con “Su tiempo” que andar caminando por tu casa?
Sí, yo sé que Dios está en todas partes, incluso allí en donde no se Le llama ni es bienvenido. Sí, también está en “tu casa”… pero… pero… ¿cómo decirlo?… Que vengas tú y le digas que se ponga a caminar por tu casa, como si El no supiera lo que hacer, como si El necesitara de tu orientación, como si El estuviera esperando a cumplir tus deseos… ¿cómo decirlo? Bueno, no tengo palabras, pero sí tengo en las entrañas una sensación que no sé como describirla. Quizás tú me puedas ayudar a poner en palabras esto que siento.
Un miserable humano, acomplejado, apocado, impotente, dando órdenes al Rey, al Padre, al Todopoderoso, para que venga a caminar por su casa… ¿cómo decirlo?

Ah… pero la cosa todavía pasa a ser peor.
”Llévate mis preocupaciones”…
Mira querido, si hubieras dicho “ven, mira al mundo, haz la paz”… ok, no sería lo más perfecto, habría cosas para criticar, pero al menos estaríamos ante un pedido importante, algo que ni tú ni nadie puede por sí solo hacer. Dudosamente estemos preparados aún para vivir en un mundo pacífico a causa de nuestras acciones para conseguirlo. Entonces, ok, perfecto, recurrimos a Dios, le pedimos amablemente que nos dé una gran mano… está bien, somos impotentes y El es Todopoderoso. Está bien, es un pedido altruista, generoso, solidario, humanitario, bueno, sensible.
Pero que mandes a Dios, al Supremo, que venga a tu casa, que la recorre, para que recoja la mugre que tú no quieres recoger… ¡cómo te atreves!
Sí, ya sé que en tu servilismo al EGO te crees una deidad y por eso mandas al dios que adoras, por eso te sientes al centro del mundo, ya sé que tu religión (como el 99% de lo que es religioso) te hace creer con el poder de controlar al cosmos si así lo sueñas o deseas, pero… ¿cómo explicártelo sin herir tu sensibilidad?
A ver, si tienes asuntos que te preocupan en casa, entonces… ¿no te parece mejor que hagas algo para que dejen de preocuparte?
Si son cuestiones que puedes solucionar… ¿para qué molestas a Dios con ello?
Si son cuestiones sin solución… ¿por qué no haces algo para no preocuparte? Piensa en alguna terapia, respira profundo, toma té de hierbas, aprende a poner las cosas en su lugar, reza con humildad y corrección, ayuda al prójimo que está en peor situación, encuentra la moraleja del asunto aunque sea terrible, reconoce tu impotencia como ser humano y apechuga tu condición de tal… no sé, hay opciones. Como viste, hasta rezar. Cosa que es muy linda, muy buena, muy provechosa.
Pero, rezar de verdad, comunicarse con Dios, abrir el corazón, encontrar el centro de uno mismo para armonizarse y sintonizar con el mundo y especialmente con la Divina Voluntad.
Rezar, que está en las antípodas de dar órdenes a Dios, de mandarle hacer tu tarea, de obligarlo a resolver tus cuestiones, de usarlo como tu esclavo.

Algo similar con el tema de que Dios se lleve cualquier enfermedad.
Puedes consultar al médico, seguir las prescripciones, llevar una vida saludable, consultar con otro médico, rezar, hacer buenas acciones, ayudar al necesitado, concentrarte en lo bueno que queda a pesar de la enfermedad… no sé, tantas cosas que se pueden hacer.
Sí, es cierto, gente buena sufre, muerte, es mutilada, etc. a causa de las enfermedades, ¿quién lo niega?
Sí, la ciencia aún no tiene todas las respuestas ni soluciones.
Sí, Moshé rezó por su hermana enferma.
Sí, rezar es una buena opción, a veces. Pero no la única.
Sin embargo, esto que publicó en su muro el “amigo”, difícilmente sea un rezo o una plegaria.
Es más parecido a la lista de compras del supermercado que tú le entregaste a tu empleada doméstica, a tu dios: “a ver, diosito, me sacas la basura, limpias los cuartos, pules los metales, pasa la aspiradora por la alfombra, no te olvides de cepillar a fondo el inodoro, perfuma mi casa, para eso te estoy pagando”.

Después una frase un poco menos insensible, porque se pide por la salud de familia y amigos.
Al menos ya no es todo yo… ¡pero alto!
Son MÍ familia, MÍS amigos.
No es lejano a poder decir que quiero que estén sanos para que YO no sufra a causa de ellos.
Sánalos, porque así alejarás de mí preocupaciones, sinsabores, tristeza, etc.

¡Bueno Moré Yehuda! Te has puesto fanático. Deja en paz al pobre tipo, ¿qué tiene de malo que pida por la salud de la gente querida por él?
No tiene nada de malo.
Pero hay algo en el contexto, que si lo analizas fríamente, sin pasiones, podrás reconocer como realmente perturbador.

Y llega la hora del hipócrita… “bendice a mis enemigos, pero mantenlos lejos”.
Por una parte, loable el desear el bien del enemigo.
Verdaderamente está muy bien.
Y hasta se podría decir que estamos de acuerdo con aquello de mantener alejado al enemigo.
Pero… ¿no sería mejor que hiciéramos algo para que muera la enemistad y surja la paz?
En lugar de que el otro se vaya lejos, apartarlo por decisión mágica y acción divina, ¿por qué no pedir a Dios que me ayude, que nos ayude, a encontrar caminos de entendimiento, de reconciliación, de convivencia?
¡No! ¿Para qué?
Si el genio mágico que es tu dios lo puede apartar de ti para que no moleste más.
No importa que siga la enemistad, que él siga siendo tu enemigo, lo importante es que no te lo cruces para que no se peleen, no te sientas mal, no te perturbe tu calma mágicamente obtenida.
¡Hipócrita! Deseas el bien de tu enemigo, pero lo mantienes como enemigo pudiendo pedir que no lo sea más, o mejor aún tratando de dar los pasos necesarios para el reencuentro. Quizás no se logre, quizás él tenga el corazón de piedra, quizás haya mucho daño de por medio, o muchos mal entendidos… pero al menos podrías intentarlo y ser un constructor de shalom y de paso pedir a Dios una mano para tener la fuerza y el coraje para hacerlo… pero… no… mejor me lo bendices y que me lo apartas…

Y al terremoto se le suma un tsunami junto a una explosión nuclear: “En el nombre de Jesús”.
A ver… yo entiendo que tu religión –carente por completo de espiritualidad- te exige meter al ídolo en el medio o el final de la invocación mágica a tu dios.
Pero, piénsalo un poquito… (me llamo a silencio, que cada cual lo llene como quiera o pueda).

Corazón mío, tu rezo ya fue espantoso pero al meterle el condimento de Jesús se ha convertido en todo lo que un rezo no debe ser.
Hay EGO, hipocresía, blasfemia, idolatría, egoísmo, enemistad, pereza, inacción, manipulación de tu dios y del prójimo… ¿esto es un rezo?
¿Esto es algo que se pueda considerar sagrado?
Yo creo que de sagrado no tiene ni una letra, aunque se hable de Dios, Padre, Todopoderoso y Amén…
Pero parece que para ti y el millonario número de personas que lo copian en sus muros y ponen “me gusta”, esto es un excelente ejemplo de santidad…
¿tan bajo hemos caído?

El análisis podría continuarlo y despedazarlo, pero me cansé y no quiero privarte de la oportunidad de que lo puedas hacer tú.
(Si quieres lo compartes aquí, en la zona de los comentarios que son bienvenidos. Además puedes incluir otras reflexiones y comentarios que te hayan surgido leyendo lo anterior y lo que viene).

Otro pedido en Facebook.
Es por completo diferente en que no está sumergido en la idolatría de Jesús.
Es diferente porque propone hacer algunas buenas acciones, aunque no veo ninguna que sea caridad, visitar enfermos, ayudar al desvalido, dar de comer al necesitado, alentar al triste, abrazar al solitario, abrigar al desprotegido, en fin, ni una sola acción noble de constructor activo de Shalom.
Pero, ¿ves que tenga alguna similitud con la anterior?

Aumentemos en mitzvot para REFUA …
Hace click en asistire y ya ganaste una mitzva! Ni hablar de encender las velas, y mas que mas 30 minutos antes… 
…  necesita de nuestras tefilot. Todos podemos aportar, no solo con las velas.. Separando Jala, diciendo las berajot con cavana, asher iatzar, estudiando tora o solo pidiendole a Hashem que le mande refua shelema. Quiera HAshem, el que cura a todos, que podamos ver a … sanita y en su casa con sus papas y hermanos.
QUE hashem los recompense con todo lo que ustedes necesiten, que Él escuche todas sus tefilot

Tu dios, tu siervo

¡Qué trastornada está la gente cuando tienen al EGO como norte!
Lamentablemente, así estamos la mayoría de los humanos… apresados por nuestros EGOs.

Seguramente te ha pasado, o conoces a alguien, o escuchaste de aquel que hace arreglitos con su dios, algo así como: “yo creo en ti, te adoro, me congrego con tus fieles, doy el diezmo al líder que te predica, me quedo en la ruina para enriquecer al pastor que te profetiza, renuncio a todo por ti, pero a cambio me DAS… (viene larga lista que incluye, por supuesto, dinero, amor, salud, sanación, salvación, prosperidad, éxito, fracaso de enemigos, enfermedad de la suegra, etc. varios, según gusto del consumidor)”.

Vamos… dime que así procediste en el pasado, o así haces ahora…
Ok, tú no… te creo, pero alguien de tus allegados seguramente que sí.

Dios, el verdadero Uno y Único o cualquiera de esos dioses que la gente sigue con fanatismo, parece estar al servicio de la persona.
Es como un abombado comerciante que vive del trueque, tú le das unas migajas para que él te dé buena mercadería.
Es tu esclavo, tu servidor, tu sirviente, ese que está para darte, satisfacerte, cuidarte, protegerte, lo que sea que a ti se te ocurra reclamar.
Tú eres el centro del universo, tu dios está anhelante por tus gritos, alelushas, plegarias, manos alzadas, lemas repetidos, palabras mal escritas en hebreo en tu Facebook, que compres libritos religiosos, que te congregues, que hables de dios todo el tiempo, tu dios está desesperado por no ser olvidado, para no perderse en el anonimato, para no morir como han muerto los dioses del pasado de Grecia, Filistea, Roma pagana, entre otros que han mordido el polvo del olvido.
Tu dios muere si tu lo dejas de lado, así que él corre para tenerte contento, para halagarte, para que lo tengas en cuenta, para que no te vayas y lo abandones… pobre miserable dios que no es nada sin tus gritos en congregación, sin tus plegarias, sin tus diezmos, sin tus ofrendas, dios es nada sin ti…

Vamos, piénsalo un poco, sé honesto contigo mismo, lo que te estoy describiendo ¿está muy lejos de lo que pasa?
Sí, puedes mentir, no te culpo, no te juzgo, puedes mentirte y negar la realidad… haz lo que te plazca, como haces en tu relación con tu dios, con tu prójimo…
Vive en la negación, porque eso es lo que puedes hacer. No puedes hacer otra cosa, ¿o sí?
Creo que no.
Porque tu vida está en desconexión.
Desconectada de Dios, el Uno y Único.
Desconectada de tu prójimo, hasta el más próximo a ti.
Porque estás desconectado de ti mismo.
Crees que tu identidad se resumen las máscaras del Yo Vivido, porque no sabes, ni quieres saber nada de tu Yo Esencial.
No te conoces, te desprecias, huyes de ti, para seguir cómodo aunque padeciendo a pleno; cómodo en la negación que no te compromete a nada.

Entonces, aparentas estar conectado a tu dios ese que es tu siervo. Ese que es capaz de morir para que tú vivas y seas salvo.
Ese que corre para darte lo que reclamas, que tiene que someterse a tus deseos.
Entonces, manipulas a los demás, así como haces con tu dios.
Lloras, pataleas, gritas, engañas, tal y como un bebe grandote, lleno de mañas, plagado de estafas al solitario.

Los demás tienen que servirte, sino, los desechas.
Lo mismo que tus dioses.
Porque un día eres católico, al otro evangélico, al otro mesiánico, al otro te crees judío ortodoxo, luego te haces pasar por noájida leal, más tarde eres noájida mesiánico, después supuesto converso al judaísmo por la rama reformista o quizás hasta conseguiste un “rabino” ortodoxo que te vendió una ilegítima conversión judaica, pero luego vuelves a tu vida de gentil resentido con la vida, y paseas por los babas cabalisteros, y te internas en un ashram, después paseas tu cuerpo por las drogas, para volver a confesarte con el curita de la otra cuadra… patética tu vida, aunque no sea tan trajinada y te quedes en algún punto intermedio.
Vagabundo, por no tener conciencia ni amor por tu verdadera identidad espiritual.
Porque desechas si no te sirven, dejas de lado a la gente como a los dioses, solamente te tienen que servir, de lo contrario pa’fuera.

Pides plata, pides salud, pides amor, pides, pides y a veces das, pero si es que a cambio tendrás alguna ventaja real o fantaseada.
Eres bueno, porque te conviene.
Eres justo, para no marchar preso.
Eres religioso, para sentirte mejor, como un drogado que se instala en su adicción para anestesiar su conciencia con la maldición que consume.
Eres ateo, porque no sabes qué hacer con tu vida.
O crees saberlo, pero si es que la vida se acomoda a tus criterios y a los dogmas que tu adoras, sean religiosos de nombre o de hecho.

Luego excusas, justificaciones, racionalizaciones, explicaciones, apologías, mascaradas, apariencias, tonteras, negaciones, mentiras para seguir aferrado al pastor que te saca hasta el último centavo, preso del EGO que te esclaviza con temor, sentimiento de culpa, angustia por el futuro, ideas peregrinas que tu consideras verdaderas.

Para finalizar, quizás lo sintetizo en una frase:

El propósito de servir a Dios no es para recibir “bendición” (dinero, amor, fama, salud, éxito, el paraíso, hijos, etc.);
sino que el propósito de disfrutar de la bendición es servir con más capacidad a Dios, a través de la bondad hacia el prójimo.

¿Eres parte de una secta?

Las estafas funcionan porque hay algún hábil vendedor de ilusiones y algún ingenuo con dinero para comprar lo que sea.

Las estafas religiosas funcionan porque existen personas que ofrecen:

  • esperanza hacia el futuro
  • a la vez que llenan de culpas por el pasado
  • y terrores por lo que vendrá

si el “comprador” no cuenta con la protección que ellos ofrecen.
Por supuesto que estos mercaderes se complementan con los ingenuos que:

  • sienten culpas (reales pero la más de las veces fantaseadas),
  • tienen miedos diversos y no hacen nada saludable para solucionarlos,
  • y  se angustian por lo que no existe,

por lo cual se desesperan para conseguir –al precio que sea- ese remedio milagroso que el traficante de la fe les ofrece.

Si el remedio no funciona, la culpa siempre es del comprador, del que no tiene suficiente fe, que no ha dado suficiente dinero, que sigue siendo poco fiel al gurú de turno y su sistema de creencias.
Si el remedio funciona, vaya uno a saber porque cosa ajena al mismo, entonces el exitoso responsable es el gurú y sus doctrinas.

Algunos de estos comerciantes religiosos dicen venir en nombre, protegidos, enviados, escogidos, por dioses, ángeles, fuerzas místicas, maestros ascendidos, espíritus, rabinos famosos, entre otros cuentos irreales pero que el comprador quiere creer.
Dicen tener poderes, aunque son reservados para momentos privados.
Dicen contar con cartas de recomendación dadas de puño y letras por tal autoridad, pero nunca nadie las vio.
Dicen tener contactos importantes en gobiernos, empresas, rabinatos, instituciones, pero no se encuentra jamás evidencia de ello.
Dicen contar con el aval de tal o cual ilustre personaje, pero lamentablemente falleció, o está en el extranjero, o es imposible contactarlo.

Dime, ¿te suena conocido?
Tu líder “noájico”, jasideo, cabalistero, místico, carismático, pentecostal, mesiánico, judaico, o lo que fuera, ¿te dijo algo parecido?
¿Se maneja contigo a través de amenazas de lo que te pasará si lo dejas, si crees otras cosas diferentes, si te vas para otro grupo, si lees otros textos, si no crees en lo que te ordenan, si no asistes puntualmente a TODAS las reuniones que él proponga?
¿Te hace dar dinero, aunque no tengas ni para comer, con la excusa de que eso te hará más rico, serás consagrado, será usada en “tzedaká”, algún enfermo secreto la recibirá, es tu diezmo obligatorio, le estás robando al “señor”, te irás al infierno si no lo das, te irás al paraíso y tendrás muchas bendiciones aquí si lo das?
¿Te hace sentir culpas por cosas que ni siquiera son malas, ni siquiera hiciste, pero igualmente debes sentirte culpable y sin otra forma de solucionarlo que seguir los rituales y creencias que este líder te demanda?
¿Pretende controlar cada aspecto de tu vida, hasta las cosas íntimas y que nada tienen que ver con la esfera lógica para su consejería?
¿Se hace pasar por “espiritual”, “sagrado”, se viste de modo “diferente”, te predica muchas cosas razonables y un montón más que son incomprensibles, pero a la hora de la hora demuestra que no es ni tan puro, ni tan bueno, ni tan cuerdo?

Si alguna de estas cosas te suenan conocidas, si es lo que estás viviendo con tu “rabino”, “líder noájico”, gurú, pastor o lo que fuera, debes saber que probablemente estás metido en una secta o en un grupo con características de tal. Ese líder es un traficante de la fe, te vende mentiras, te lleva al desastre multidimensional.

Ahora que lo sabes, lo más probable es que no vuelvas a ingresar ¡AQUÍ!
Porque la Luz te duele, la verdad te hace temblar, te sientes mal contigo mismo por reconocerte un tonto, un esclavo, un sometido, un estafado. Entonces… tu EGO te doblegará, negarás la realidad, inventarás excusas, borrarás de tu mente las incongruencias de tu líder y volverás a repetir lemas, levantar manos, adorar dioses, seguir como borrego las malas enseñanzas que has hecho parte de tu vida.

Como sea, te deseo lo mejor.

Soy bueno…

Recién vi publicado esto en el muro de uno de mis “amigos” del Facebook:

Dicen por ahí «…que para que lo bueno llegue a uno, primero debe uno deseárselo a los demás»,
por eso es que de todo corazón les deseo que la abundancia llegue a todos y a cada uno de ustedes.

A primera vista es como para hacer clic en el botoncito de “me gusta” y quizás hasta decir, “gracias” o algo parecido.
Pero luego de la reacción inicial de buena onda, cuando uno se permite analizar con mesurada crítica, surgen otras ideas.
¿Te tomas tu tiempo para analizar y luego sigues leyendo?

Creo que bien valdría preguntarse: ¿por qué uno actúa bien hacia los demás?
Las respuestas podrían ser múltiples, tales como:

porque Dios manda,
porque está bueno,
porque el otro se beneficia,
porque me deja contento,
porque así el otro queda en deuda,
para que el otro me pague de algún modo,
para ser bien visto por la sociedad,
para ganarme el paraíso,
para sentirme bien,
porque así me lo enseñaron y no me lo cuestiono,
porque filosóficamente es lo correcto,
porque me sale comportarme así,
porque quiero hacer del mundo un mejor lugar,
porque sigo el ejemplo de tal o cual personaje,
y así podríamos ir pensando más y más respuestas, con mayor o menor originalidad, más o menos honestas.

Lo que el buen señor del Facebook, seguramente que siguiendo a otros buenos señores que lo hicieron antes,
en realidad no pareciera ser “de todo corazón”, como expresa, su deseo de que le vaya bien a los demás,
sino que con “medio corazón”,
pues su interés no está en el beneficio real del otro,
sino en como el desearle eso
repercute para bien en uno mismo.

Pongámoslo de otra manera,
te deseo todo lo mejor
para que A MÍ me vaya bien.

¿Suena de auténtico y desinteresado cariño hacia el prójimo?
Quizás para ti sí, esto sea algo bueno y sin ningún interés secundario por detrás.
Pero en mi humilde opinión,
no se está genuinamente interesado en el bienestar del otro,
sino solamente como mecanismo supersticioso, mágico, misterioso
para que el bien me llegue a mí.

Ojo, no estoy juzgando a la buena persona que con toda buena intención puso el mensaje en el FB, ni a los que andan por la vida pensando, creyendo, sintiendo cosas parecidas.
Por lo general, así nos comportamos casi todos los humanos.
Cuando empezamos a pelar las capas de cebolla de nuestro Yo Vivido, vamos descubriendo que no solemos ser tan auténticos, tan buena onda, tan desinteresados, tan misericordiosos.
Con un honesto ojo podemos vernos procurando obtener réditos, manipulando, haciendo arreglitos con el prójimo o pretendiendo hacerlos con Dios, nos vamos descubriendo como personas poco claras en su soñar, pensar, desear, actuar.
Y… no es que tenga nada malo desear para uno prosperidad, bienestar, comodidad, placer, buen pasar, disfrute, etc. No tiene nada de malo, en lo absoluto.
Lo que no es tan bueno es “ser bueno” porque de esa forma voy a ganar algo.
Eso es EGO, y el EGO no lleva a buen puerto.

¿Cómo me hubiera gustado el mensaje en el FB?
A ver… podría ser algo así como:

Dicen por ahí «…que para que lo bueno llegue a uno, primero debe uno deseárselo a los demás»,
¡no creas todo lo que dicen!
De todo corazón les deseo que la abundancia llegue a todos y a cada uno de ustedes,
porque si a ti te va bien, para mi es suficiente motivo de alegría.

No se si me gusta mucho tampoco esta formulación.
Quizás es una apariencia de bondad, quizá sería mejor decir simplemente:

Deseo que puedas disfrutar de la bendición constante que desde lo Alto te hacen llegar.

No lo sé.
¿Tú qué crees?

En resumen, la idea de este breve post era reflexionar los motivos por los cuales actuamos bien.
¿Te ha servido para ello?
¿Descubriste algo nuevo acerca de ti?

Para finalizar:

Ben Azai dice: «El pago por el cumplimiento del bien es el bien mismo. El correspondiente al mal, es el mal mismo.
Dichoso aquel que oye un insulto y simula ignorarlo, pues evita un centenar de males.»
(Pirkei Avot)

Dar sentido a la vida

Hola amigo noájida, nuevamente te ofrezco el gratuito pan espiritual que satisface tu alma.
En la ocasión te comentaré brevemente sobre la porción de lectura de Torá para los judíos que corresponde a esta semana en curso.
Recuerda, es la Torá judía, para los judíos, con mandamientos y enseñanzas judíos. Es bueno conocerlo para estar con los pies sobre la tierra y la cabeza en los cielos, también para tomar conductas saludables a partir de las antiguas y sagradas enseñanzas de Israel.
La sección se denomina Vaetjanán, de la cual he seleccionado los siguientes puntos de interés:

1. El rezo es una poderosa herramienta de comunicación entre el hombre y Dios. Podemos alabar, agradecer, pedir, conversar con Dios, conocernos profundamente por medio de buscar el canal del vínculo sagrado, pero no debemos esperar que Él nos dé todo aquello que nosotros pretendemos.

2. La comodidad, o el deseo por la misma, suele llevar a las personas a cometer errores.

3. Cuando la persona peca tiene un camino siempre abierto hacia Dios, se llama: TESHUVÁ, el arrepentimiento sincero.

4. Se recuerda la Revelación ocurrida en Sinai de Dios ante los judíos, con la consiguiente entrega de la Torá y las Tablas del Pacto para sellar la unión especial entre Dios y los judíos. Leemos la segunda forma del Decálogo.

5. Dios es Uno y Único, leemos la porción muy famosa y sagrada del “Shemá Israel”.

6. Podemos amar a Dios por medio de conocer y cumplir lo que Él desea que hagamos.

7. Todo tipo de disfrute de la bendición está disponible para aquel que se entrena en andar por la buena senda, aquella diseñada por Dios.

8. Apartarse de las malas influencias, los malos consejeros, los malos amigos, es muy saludable.

9. Dios quiere lo mejor para nosotros, lo prepara, lo entrega, pero no siempre sabemos recibirlo y aprovecharlo. Lo mejor para el noájida es el noajismo, sin dudas, pues es el legado eterno que Dios ha conferido a las naciones del mundo.

 

Relato: El hombre veloz

José iba en su nuevo automóvil a mucha velocidad. Rápido… correr… más metros devorar… velocidad… a algún lugar quería llegar…
Ah, José amaba a su auto nuevo. Reluciente, hermoso, moderno, un bólido, seguro, para que le envidiaran, para presumir, para ser alguien, el súmmum de la felicidad según la entendía José.
Avanzaba por las calles, que pasaban casi borrosas ante sus ojos, hasta que un fuerte golpe a un costado lo hizo detener la marcha por completo.
Descendió, ya con el rostro surcado de ira, rencor, angustia, presentimientos. Su gesto se enturbió a un más cuando pudo descubrir la causa del tremendo ruido que le había obligado a parar: un ladrillo había lesionado un lado de su belleza.
Observó atentamente los alrededores y descubrió allí a un niñito, con cara de asustado y culpable… ¡sí había sido él el criminal que le destrozó el alma que dañó su auto!
Corrió hasta el niño, lo zarandeó, lo sacudió, le gritó, le dijo cosas imposibles de reproducir aquí. El odio, el enojo, la impotencia, todo junto estallaron en contra del pequeñito.
El niño llorando, asustado, casi sin voz le dijo: “Mi hermanito está caído y no respira. Nadie se detuvo a ayudarme. No sabía qué hacer. Perdón… ¡ perdón! ¿Pero alguien me puede ayudar? Usted… ¿usted me puede ayudar?”.
José salió disparado hacia la casa, allí estaba el niñito, lo tomó entre sus brazos, corrió hasta su bello auto golpeado, a la carrera comenzó a devorar metros, rápido, a mucha velocidad rumbo al hospital más cercano…

Preguntas para repasar y reflexionar

1. ¿Cómo crees que terminaría este cuento?

2. ¿Cuál es la diferencia entre la carrera del principio y la del final?

3. ¿Cuál es la moraleja?

4. ¿Estuvo bien lo que hizo el niño para llamar la atención?

5. ¿Cómo relacionas este relato con el contenido de la parashá?

6. ¿Te parece que esta enseñanza tiene alguna relevancia para la vida cotidiana?

7. ¿Conoces algún otro relato o anécdota que tenga similar contenido?

¡Te deseo un feliz séptimo! Moré Yehuda Ribco

Volver y arrepentirse

Uno de esos misioneros mesiánicos, aquellos que usan un disfraz judío pero que no son otra cosa que cristianos, pretendió demostrar la necesidad de su “dios, mesías, rabino” (o el rol que le quieran inventar, de acuerdo a con quien están hablando) al mostrar un versículo de la Torá en el cual parece (recalco: parece) que el arrepentimiento no es suficiente para obtener el perdón divino. Por tanto, el “cordero de Dios” es imprescindible, su sangre derramada en brutal muerte, su sacrificio por el pecador, es lo único que “salva” del pecado.
El misionero, que se hace pasar por “rabino, haham, moré, roé, ioresh, líder” o lo que le venga en gana, estaba sumamente feliz por su descubrimiento “teológico”.
Ahora sí, para él quedaba perfectamente vendido el paquete promocional de “Jesús, Ieshu, Yeshuah, Yahushuauahua” (o la pamplina que inventen según el consumidor) como único camino para la vida, la salvación, el paraíso, el perdón de Dios de todos los pecados.

El versículo es:

"Entonces volvisteis y llorasteis delante del Eterno, pero el Eterno no escuchó vuestra voz ni os prestó atención."
(Devarim / Deuteronomio 1:45)

Con los habituales malabarismos, piruetas, falsedades, ocultamientos, medio verdades, prestidigitación de mago, este señor mostraba a quien quisiera ver que los judíos “volvieron”, es decir (según él: “se arrepintieron”) y no solo eso, también lloraron delante de Dios, pero no fue suficiente. Él no los perdonó. Lo cual demostraba, para este señor mesiánico, que a Dios no le sirve el arrepentimiento de la gente, sino que es requisito indispensable es el sacrificio de Jesús en la cruz para redimir de pecados.
Para ponerle un moño al regalo teológico, el muchacho se tomó la molestia de hacerse pasar por sabio bíblico con manejo del hebreo de la Torá, por lo que también demostró que la palabra usada para decir “volver”, es la misma que se usa para “arrepentirse”.
Gracias a San Google Traductor, caso cerrado para este payaso de la religión.

Debo confesar que con el versículo así mostrado, me costó unos cinco segundos poder darle la respuesta correcta, aquella que desarticula por completo la estúpida maldad que este señor pretende vender como iluminación sagrada.
Porque, de verdad, el versículo “pelado” parece confirmar lo que el sujeto manifiesta, en lo que respecta a que a veces Dios no perdona al que se arrepiente.
Parece confirmar eso, repito: parece.
Pero, NO, EN ABSOLUTO NO, confirma o siquiera señala que sea Jesús la solución a la “falta de perdón” por parte de Dios. Eso queda por completo excluido, puesto que si en verdad el versículo indica que Dios no perdonó en aquella oportunidad ante el arrepentimiento de los judíos, en modo alguno eso implica que sea Jesús la solución.

Como dije, el impacto me tomó cinco segundos para desbaratarse por completo.
Fue tan simple como poner en contexto al texto:

"Entonces el Eterno me dijo que os dijera: ‘No subáis ni peleéis, porque Yo no estoy entre vosotros. No seáis derrotados delante de vuestros enemigos.’
‘Yo os hablé, pero no escuchasteis. Al contrario, fuisteis rebeldes contra lo que había dicho el Eterno; actuasteis con arrogancia y subisteis a la región montañosa.
Pero los amorreos que habitaban en aquella región montañosa salieron a vuestro encuentro, os persiguieron como lo hacen las avispas, y os destrozaron desde Seír hasta Horma.
Entonces volvisteis y llorasteis delante del Eterno, pero el Eterno no escuchó vuestra voz ni os prestó atención."
(Devarim / Deuteronomio 1:42-45)

¿Qué es lo que dice el texto?
Que un grupo de judíos, no todos ellos de paso lo explico, recibieron la orden de no ir a tal lugar, porque Dios les advirtió que Él no quería eso, que sería un fracaso.
Pero ellos fueron.
Pasó lo que tenía que pasar.
Fueron destrozados.
Entonces “volvieron”.
Cuando llegaron nuevamente, lloraron por la derrota dolorosa.
Dios no los perdonó.

¿Ya viste el error del misionero que se las viene de educador y santo maestro?
Equivocó, por ignorancia y maldad, el verbo “lashuv” (volver y/o arrepentirse).
En donde claramente, dado el contexto y el sentido del relato, el verbo debe entenderse como regresar a un determinado sitio, del cual se salió, el traficante de la fe interpreta y enseña e inventa teología a partir de explicarlo como “se arrepintieron”.

Claramente, no fue lo que hicieron.
Y no es cuestión de opinión, me parece, me conviene, me suena, el “señor me dijo al oído”.
Es mera comprensión del texto, tal y como se debe comprender en su sencillez.

El grupo de judíos no lloró como parte de un proceso sincero de arrepentimiento, sino por dolor, por frustración, como niño chico, títere del EGO.
El grupo de judíos no regresó en el sentido espiritual, emocional, de conducta, ético, como sinónimo de arrepentimiento, sino que retornó físicamente después de haber ido adonde no debían.
Ellos no estaban implorando perdón desde el abismo, sino llorando para liberar presión o para tratar de manipular a Dios, algo que es imposible.

Si aquel grupo rebelde hubieran dejado de lado la rebelión, se hubiera hecho cargo de su error, se hubiera encaminado en un proceso de arrepentimiento sincero, en el cual uno regresa a la buena senda, entonces ciertamente que Dios les habría perdonado, tal como Él hace siempre que la persona se arrepiente por completo y se quita de encima el morral perverso y se compromete a llevar una vida de fidelidad.
Tal y como expresa con extrema claridad y verdad el profeta:

"¡Vuelve Israel al Eterno tu Elokim, porque por tu pecado has caído!
Tomad con vosotros palabras y volved al Eterno. DecidLe: ‘Quita toda la iniquidad y acéptanos con benevolencia; en lugar de vacunos te ofrecemos [el fruto de] nuestros labios.
No nos librará Asiria; no montaremos sobre caballos, ni nunca más diremos a la obra de nuestras manos: ‘Dioses nuestros’; porque en Ti el huérfano alcanzará misericordia.
‘Yo los sanaré de su infidelidad. Los amaré generosamente, porque Mi furor se habrá apartado de ellos."
(Hoshea / Oseas 14:2-5)

Entonces, me tomó cinco segundos descubrir la trampa del misionero y desactivarla.
Pero, ¿qué te hubiera sucedido a ti?
¿Hubieras caído en la sucia astucia del tramposo?
Te lo dejo para que pienses.

Ahora, te cuento que la variada significación del verbo “lashuv” no pasó inadvertida a los sabios verdaderos.
Por supuesto que en el contexto se nota claramente lo que te explique, pero cómo se puede explicar en sí mismo el versículo, y en específico el verbo “regresar”.

Sforno (R. Ovadia ben Iaakov Sforno, c. 1470-c. 1550) nos fundamenta que en ocasiones el arrepentimiento no es suficiente en sí mismo, según él,:

  1. incluso el arrepentimiento sincero no habría sido aceptado, ya que el pecado de los exploradores incluye una profanación del nombre de Dios (Jilul Hashem), este pecado gravísimo requiere de arrepentimiento pero sólo a la muerte del transgresor es que se rectifica por completo del pecado (ver Ioma 86a y Rambam Leyes del Arrepentimiento 1:4). Dios lo perdona con el arrepentimiento, pero el efecto del perdón solamente se alcanza tras la muerte.
  2. el decreto de Dios era irreversible ya que se combinó con un juramento (ver Rosh Hashaná 18a; Ievamot 105). Dios lo perdona al arrepentirse pero el efecto negativo no se modifica, pero seguramente que sí se dulcifica, se empequeñece, se mitiga.
    Como ocurrió con David: "David respondió a Natán: -He pecado contra el Eterno. Y Natán dijo a David: -el Eterno también ha perdonado tu pecado; no morirás.
    Pero como en este asunto has hecho blasfemar a los enemigos del Eterno, el hijo que te ha nacido morirá irremisiblemente."
    (2 Shemuel / II Samuel 12:13-14).
    El mal ya estaba incubado, ya no se podía cambiar su presencia, ni siquiera con el arrepentimiento sincero. Pero se disminuyó, no causó tantos daños como hubiera acontecido sin el arrepentimiento sincero.
  3. el grupo pecador no se arrepintió realmente, sino que trató de negociar el perdón por medio de las lágrimas y apariencia de arrepentimiento. No tenían conciencia del daño provocado, ni compromiso de rectificarlo, ni deseo de andar por la senda del bien, sino temor al castigo, lo que los llevó a un falso arrepentimiento, o al menos parcial.

Es interesante notar que las dos primeras opciones parecieran ser muy severas por parte de Dios, pero cuando lo vemos con una mirada más amplia y espiritual podemos descubrir que es otra manifestación de la infinita misericordia de Dios.
Para nosotros, menudos seres finitos y limitados, el sufrimiento de este mundo nos parece insoportable, terrible, un castigo de Dios. Pero para Dios el “castigo” es parte de la rectificación, del proceso para equilibrar aquello que el pecador ha trastocado con su incorrecta acción.
A veces el balance se consigue con un procedimiento sencillo, en oportunidades se precisa de mucho más esfuerzo y en algunas oportunidades aunque el perdón divino haya sido concedido igualmente el efecto negativo –el castigo- debe ocurrir, es parte del proceso de rectificación, de limpieza, de arreglar lo que el pecado corrompió.
A ojos nuestros puede resultar doloroso, imposible de tolerar, demostración de la “ira de Dios”, pero para la mirada espiritual obtenemos un orden superior.

Algo así es lo que se desprende del enigmático comentario de Rashi al versículo citado en primer término:

“Es como si ustedes hubieran hecho del atributo de la Divina Misericordia como si fuera cruel”

Sí, a nosotros nos puede parecer cruel, porque somos ínfimos, nuestros pensamientos no son los de Él.
Pero ciertamente Él es Misericordia, aunque a nosotros nos parezca cruel.

Comprendamos, Él hace Su parte, pero nosotros debemos hacer la nuestra.
Cuando nos afiliamos al caos, provocamos el desorden, traemos el mal, corrompemos nuestra vida, usurpamos, molestamos, servimos al EGO, etc., es imprescindible hacer todo lo que esté a nuestro alcance para hacer regresar las cosas a su orden, rectificar, construir shalom.
Pero nuestro arrepentimiento no siempre logra recuperar lo que hemos destruido, no daremos vida al abortado o matado, no devolveremos la salud al que perjudicamos, no restañaremos el honor del que blasfemamos, etc., en estos casos (no solo en los que mencionamos, en todos los que no podemos volver las cosas a su cauce) cuando el proceso iniciado o amplificado por nuestra acción es imparable, debemos asumir las consecuencias. Éstas serán mitigadas por Dios, pero las consecuencias allí estarán.
Ningún ritual mágico, ni sacrificio, ni sangre, ni fe, ni voltereta intelectual sirve para equilibrar lo que hemos trastabillado.

Hasta aquí nuestro encuentro.
¿Qué aprendimos?

  • Los mesiánicos mienten, es esencia, su destino, su vida.
  • Los textos se deben leer en su contexto.
  • Saber leer letras en hebreo, o usar el traductor online, no es sinónimo de saber hebreo o traducir correctamente.
  • Las enseñanzas espirituales se deben tomar de buenas fuentes, para no envenenar la vida.
  • Las palabras de los mesiánicos deben ser silenciadas, no permitir que los incautos se contaminen.
  • Dios ama a Su creación.
  • Dios desea que el pecador se arrepienta.
  • El arrepentimiento sincero es el mecanismo para rectificar el pecado.
  • En ocasiones el pecado es tan grave que es totalmente perdonado al morir la persona.
  • En ocasiones el pecado es perdonado luego del arrepentimiento sincero, pero las consecuencias ya se han puesto en marcha y no se pueden evitar, aunque sí mitigar por la Divina Misericordia.
  • Las patrañas religiosas, idolátricas, no tienen razón de ser para el que lleva una vida de espiritualidad sincera.
  • El arrepentimiento es hacer lo posible para retornar al camino correcto y equilibrar lo que hemos trastocado.
  • Dios no suele hacer actos de magia, ni siquiera para el que se arrepiente sinceramente. Él ha dictado leyes y hace que se cumplan.

¿Algo más que hayamos aprendido?

¿Sólo Siete?

La pasión de las “buenas intenciones” que llevan al desastre nos acompaña desde que el hombre es hombre.
Cuando Eva asumió que comiendo del fruto prohibido las cosas serían mejor en adelante, siempre andamos pretendiendo saber más que Dios y terminamos desbarrancando por quebrar los límites.
Te brindaré una breve lista de ejemplos del Tanaj, aparte del ya mencionado.
Casos no faltan, pero para no extenderme ni aburrir me limitaré a dos que supongo son bastante conocidos.

Dios ordenó al rey Saúl que exterminase por completo al pueblo de Amalec, no se debía dejar con vida ni a los animales. Tampoco se podía traer botín de guerra. (Los motivos y explicaciones para tan drástica determinación no son tema para este artículo).
El rey Saúl dejó con vida al más perverso de todos, al propio rey de Amalec llamado Agag. Por si fuera poco, dejó escapar a la joven esposa de Agag, quien estaba embarazada y de cuyo seno saldría años más tarde el asesino y genocida Amán, aquel del relato de Esther.
También a instancias de las quejas del pueblo que lo siguió a la batalla trajo buen ganado.
Ambas cosas estaban prohibidas por el directo mandato de Dios dado a Saúl por intermedio del profeta Samuel.
Sin embargo, al regresar de la guerra el rey dice –honestamente- al profeta: "¡El Eterno te bendiga! He cumplido la palabra del Eterno." (1 Shemuel / I Samuel 15:13).
Sí, se presenta en nombre de Dios. Bendice en Su nombre. Dice haber cumplido Su mandato. Honestamente lo dice… ¿no?
Pero es evidente que no ha hecho lo que Dios ha mandado.
Sino que sus acciones fueron negativas, muy negativas.
Así se lo hace notar drásticamente el profeta, el que incluso le anuncia que Dios le ha quitado el cetro del reino y le fue entregado a otro. ¿Por qué? Porque Saúl no era apto, no era leal, no era un buen rey. Era un “buen tipo”, lleno de “buenas intenciones”, pero sin la adecuada fidelidad a cumplir con lo que debía cumplir.
Él añadió porque quiso, porque lo presionaron, porque lo engañaron, porque se dejó manipular, porque era débil emocionalmente, porque quería hacer algo más de lo mandatado pero en honor a Dios.
El resultado fue el fracaso personal, el descalabro familiar, la ruptura de Israel y eventualmente provocaría la amenaza casi cumplida de la desaparición del pueblo judío por medio de Amán, el descendiente de Agag que sobrevivió a pesar de que Dios había dicho que ninguno de Amalec viviera.
Sí, buenas intenciones tenía el rey, buenas excusas se inventó, muy “religioso” pretendía ser a pesar de contradecir a Dios, porque él dijo: "El pueblo perdonó la vida a lo mejor de las ovejas y de las vacas, para ofrecerlas en sacrificio al Eterno tu Elokim." (1 Shemuel / I Samuel 15:15).
Oh sí, el era religioso, no era culpable de nada, eran los demás los que hacían mal. Él tenía intenciones muy religiosas, quería elevar buenos sacrificios en honor a Dios, al mismo Dios que le había ordenado que no trajera esos animales, que nada quería de allí… pero Saúl pretendía saber mejor que Dios lo que era bueno.
Añadió al mandamiento de Dios, con la excusa de que era para mejor servir a Dios.
La clara respuesta de Dios fue: "Porque la rebeldía es como el pecado de adivinación, y la obstinación es como la iniquidad de la idolatría. Por cuanto tú has desechado la palabra del Eterno, Él también te ha desechado a ti, para que no seas rey." (1 Shemuel / I Samuel 15:23).
Así es, las buenas intenciones no cuentan cuando se hacen traspasando los límites impuestos por Dios.
El religioso, ese que añade lo que nadie le exige ni quiere, termina por despreciar a Dios, de tanto que dice amarlo.
Eso pasa tan a menudo, a cada rato.
Aunque no lo creas, la mayoría de los idólatras no están en ese estado de carcoma espiritual a causa de la rebeldía y oposición a Dios, sino porque de tanto “amar” a Dios sin conocimiento cabal y sin educación para dominar a sus EGOs, terminan andando por la senda de la derrota, del mal, de la enajenación, de la negación de Dios.
¡Terrible! Cierto.
Recuerda, la religión nace cuando se carece de sentido de lo espiritual.
¿Te pasa a ti?

Otro ejemplo de las santas escrituras del pueblo judío.
El profeta Jonás fue enviado por Dios a la gran ciudad para advertirles de que si no se arrepentían de su mal proceder, Él los destruiría pronto.
El profeta por varios motivos prefirió desoír a Dios (tampoco son tema de este estudio, así que no los pidas encontrar aquí).
Sin embargo Dios forzó al profeta a cumplir con su misión.
La gente de Nínive se arrepintió, el espantoso castigo no fue enviado, miles se salvaron del desastre gracias a la poco simpática intervención del profeta.
Éste, en vez de celebrar que miles no murieron, se enfadó.
En lugar de festejar que por un instante muchos gentiles encontraron el camino correcto al Eterno, el noajismo, se ofuscó.
El profeta se enojó muchísimo con… Dios.
¿Por qué?
Él mismo lo dice: "Porque sabía que Tú eres un Elokim clemente y compasivo, lento para la ira, grande en misericordia y que desistes de hacer el mal. Ahora, oh Eterno, por favor, quítame la vida, porque mejor sería mi muerte que mi vida." (Ioná / Jonás 4:2-3).
¿No te parece increíble?
A Jonás le molesta que Dios sea compasivo, que perdone, que no castigue al que se arrepiente, que tenga piedad del pecador –incluso aunque no crea en Él-.
¿Cómo se atreve Dios a actuar de esa manera tan bondadosa?
Tal sería la queja amarga del profeta.
Para vivir de esta manera, mejor la muerte, confiesa el profeta.
¿De qué vale una vida cuando Dios es misericordioso hasta con pecadores, que ni siquiera llegan a creer en Él, pero se arrepienten de la maldad que hicieron y prometen no volver a cometerla?
Para vivir así, mejor morir… ¿te parece amigo lector?
Yo creo que no, pero bueno… de esta clase de religiosos abunda el mundo. Los fanáticos religiosos, que nuevamente por carecer de sentido espiritual se enfrascan en teología, rituales, dogmas, extremismo, odio… desprecian al hombre, desprecian a Dios.
Jonás tenía “buenas intenciones”, no hacia el prójimo gentil, pero sí hacia Dios. Al menos eso era lo que él creía.
Para él era indispensable que esos malvados gentiles tuvieran fe en Dios, e incluso que fueran sacrificados, ¡aunque hubieran comprometido su honor a no volver a maltratar al prójimo!… con tal de que Dios fuera alabado y adorado por todos los demás, tal y como Jonás tenía en mente que debía ser.
Sus buenas intenciones, su religiosidad, le nubló el entendimiento, le oscureció el corazón, le llevó al fracaso.
Con ironías muy finas el relato del libro nos demuestra que a Dios en poco agrado ese extremismo, ese dogmatismo, esa religiosidad.
Dios prefirió el sincero arrepentimiento, aunque motivado por el miedo a la destrucción, de los idólatras de Nínive antes que el cuadrado fervor religioso del profeta.
Recuerda, la religión adora ídolos –aunque lo llamen Dios, el de Israel, el único-; la espiritualidad conecta con Dios.
¿Qué es lo que haces tú?

Ejemplos, podemos seguir mentando, pero hasta aquí por hoy.

En nuestra época, ¿qué pasa con los noájidas que sienten que “deben” bucear en Torá, enroscarse en supuesta Kabbalah (porque a la verdadera te aseguro que ni siquiera la rozarán) y fraguados “centros” cabalisteros, judaísmo en varios sabores y colores, sectas jasideas, supuestas conversiones al judaísmo, ponerse nombres en hebreo o algo que suena parecido, en refunfuñar para añadir mandamientos “de la Torá” a los Siete que ciertamente ha dado Dios para los noájidas?
Esos noájidas que bailotean y saltan de sitio web en portal judío o que parezca tal, que ponen candelabros y estrellas en sus perfiles personales, que compran libritos y libretes, que se inscriben en cursos y seminarios, que se la pasan mensajeando noticias de Israel o de rabinzagos aquí y allá, que repiten como lelos lo que rabinos o gente que se hace pasar por tal predican… ¿qué vacío emocional y corruptela mental tratan de llenar con estas buenas intenciones plagadas de ignorancia supina?
(Sí, los que estamos estudiando sabemos que es el EGO lo que se encuentra por detrás, pero no nos quedemos con la respuesta simple y cierta. Indaguemos un poco más.)
¿No siguen el mismo patrón de los bien intencionados que a lomos de la ignorancia acarrean el desastre?

¿Quien se anima a continuar este artículo?

No a la religión

La religión es la subversión de la espiritualidad.

¿Subversión?
¿Qué es eso?
¿Acaso una versión minimalista o inferior de algo?
¿Quiere decir que la religión es como una versión mínima, básica, de la espiritualidad?

¡Ciertamente NO!
La idea es que la religión es lo que mina, socava, destruye, corrompe la espiritualidad.

El diccionario nos dice:

f. Inversión,desestabilización o revolución de lo establecido.
(Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe)

Interesante, al menos así lo veo yo.

Pero… ¿será cierta esta apreciación?
¿Tú también consideras que la religión invierte, desestabiliza, revoluciona, demuele, afea, perjudica lo espiritual?

Veamos.

¿Qué es religión?

El mismo diccionario que consultamos anteriormente nos trae:

  • f. Conjunto de dogmas,normas y prácticas relativas a una divinidad.
  • Cada una de las diferentes doctrinas según dichas creencias.

A lo cual podemos añadir la visión a partir de la etimología de la palabra, para descubrir qué significa en su origen:

  • Los que indican que en latín re-ligare es “volver a atar, volver a vincular”.
  • Los que expresan que re-ligare es “atar fuertemente a alguna deidad por medio de manipularla con rituales preestablecidos”.

Ambas ideas son absolutamente contrarias a lo que es la espiritualidad, y por tanto no tienen relación real  ni con el judaísmo ni con el noajismo.
En nuestro saber no existe un corte del lazo que vincula a Dios con el hombre. Nunca jamás esa esencia espiritual divina que hace parte del hombre deja de existir. Nuestro Yo Esencial es nuestro puente constante, sin cortes, sin interrupciones. 
Judaísmo y noajismo NO SON religiones, ni lo pueden ser, aunque muchos por confusión o modismos lingüísticos así las denominen.

Pero, el supuesto corte del lazo sagrado sí está expresado y es sustancial en la fantasía de todas las religiones, particularmente (y la que conocemos más por su vecindad) entre los cristianos en todas sus vertientes (sí también de esos que se hacen pasar por judíos, sea como mesiánicos, netzaritas, notzaritas, ebionitas, sefaraditas renovados, seudo bnei anusim, noájidas creyentes en yeshua-jesús-jebús, entre otras tantas sectas). Para ellos el “pecado original” constituye un quebrantamiento de todo hombre. Todo hombre nace pecador. Todos hemos caído a causa del pecado original. Sin la acción ritual, o sin la fe, según la doctrina, el hombre está abandonado de Dios, está solo, está en pecado, es hijo del infierno, está sin salvación. Por lo cual, necesita la religión, precisa de la fe, es indispensable que se subordine a su “salvador” y a los emisarios del mismo, para que sea “salvo”, para pueda ser un “hijo de Dios”.
Esta patraña nociva, este mito barato, este veneno mortal, es lo que sustenta a la religión. En todo contrapuesto a la espiritualidad. Falsifica la esencia de la persona, sustrae la Presencia de Dios del mundo, instala la necesidad mentirosa de “salvadores” mágicos. Esa tosca manipulación es la religión, todas ellas.

En la otra punta, en las antípodas, en el lado luminoso de la vida, se encuentra el entendimiento y aceptación de la propia identidad espiritual: sea como noájida, sea como judío.
No tenemos que hacer malabarismos, ni manipular, ni amenazar, ni maldecir, ni presionar, ni pactar, ni negociar, ni esclavizarse, para admitir que TODOS somos hijos de Dios, TODOS, sean personas que compartan la “fe verdadera”, o no. Sean que actúan bien o no. Sean amigos o lo contrario.
Para nosotros todos somos hijos de Dios, algunos lo saben y se comportan como tales. Otros lo saben pero se comportan de otra manera. Otros no lo saben ni se comportan como debieran (gentiles al cumplir sus Siete Mandamientos, judíos al cumplir lo que pueden de los 613 mandamientos de la Torá).

Nosotros no andamos enfocados en rituales, ni en manipular a dioses y hombres.
No condenamos a infiernos, no amenazamos con maldiciones, no provocamos el desaliento, no vendemos falsas ilusiones, no damos vacías esperanzas.
Andamos por la vida haciendo el bien y la justicia, tal como se nos ha indicado.

Cuando nos dejamos de alimentar espiritualmente, es que recurrimos a la religión.
Todo aquel que está vacío de espiritualidad, se hace toscamente religioso.
Se fanatiza, el esbirro del EGO, porque se siente desprovisto de la Luz divina.

Por supuesto es un tema muy interesante, pero creo que ha sido suficiente por el día de hoy.
¿Tú que crees?

Soledad: miedo, religión, solución

Hemos escrito en otras ocasiones sobre el tremendo impacto que el trauma del nacimiento representa para la vida de la persona.
Hablamos de la impotencia, de la sensación de terror invasivo, del miedo primordial del cual derivan todos los otros miedos que nos petrifican durante nuestra existencia.
Entre éstos encontramos el miedo al abandono, a la soledad, al desamparo, a la pérdida.
¿Quién no lo ha sentido?
¿Quién está libre de él?
En ocasiones podemos hacernos los distraídos, mentirnos, engañarnos, fantasear con la intención de desprendernos de la realidad: estamos solos, aunque estemos rodeados de gente.
¿Nunca lo sentiste?
¿Nunca pensaste al respecto?
Te aseguro que en más de una ocasión el frío cosquilleo de la soledad, del abandono, del desamparo te ha recorrido; más de una vez has hecho hasta lo improbable para no estar aterrado en soledad.
¿Me equivoco?

Cosas que se han hecho para no sentir el abrazo de la soledad:

  • quedarse en una relación matrimonial violenta, infiel, enfermiza,
  • soportar el maltrato de un progenitor, tutor, “amigo”, etc.,
  • admitir tener relaciones sexuales prematrimoniales con el novio/a cuando no se quería hacerlo,
  • sonreír cuando los “amigos” se burlan de ti,
  • congregarte con los de tu “secta” –la cual aborreces- con tal de tener un grupo,
  • admitir y aplaudir cada disparate de tu pastor, “rabino” mesiánico, gurú de turno, para sentirte amado, tenido en cuenta, cobijado por su “poder”,
  • rezar, negociar, pactar con alguna deidad con tal de asegurarte de que ella esté a tu lado,
  • salir con una mujer/hombre diferente a cada rato, para no tener que sufrir el fin de alguna relación seria y significativa,
  • no divorciarte por miedo a no tener a nadie después,
  • querer terminar alguna relación más o menos estable –sentimental, laboral, terapéutica, comercial, amistad, etc.- pero no saber cómo hacerlo,
  • pagar por sexo,
  • dar obsequios a hijos, nietos, amigos, etc. con la finalidad de tenerlos “cerca”,
  • hacer sentir culpa al hijo, nieto, etc. por no estar pendiente de uno,
  • recluirte y aislarte, porque inconscientemente supones que es “menos mala” la soledad provocada que la que te sobreviene,
  • pasar por constantes abandonos, abandonando y siendo abandonado,
  • no comprometerte seriamente, formalmente, con nadie, porque así “mágicamente” no habrá posibilidad de que te dejen,
  • amenazar al otro para que no se vaya,
  • hacerte la víctima para que le otro se quede contigo por culpa,

Podrías tú regalarnos otros ejemplos que conozcas, que hayas vivido, que te hayan contado, que te surgen a la mente. Gracias.

¿Puedes visualizar lo que quiero compartir contigo?
Quizás es a ti a quien le está ocurriendo, o a alguno de tus allegados, o a alguien que conozcas.
Pero, no mires para fuera, mira en ti.
¿Reconoces que tienes un tremendo miedo a la soledad?
¿Te das cuenta de lo que hiciste y haces para manipular a los demás para no estar solo/a?

Ah, más de uno negará que está en este trance… pero la vocecita de la conciencia está gritando para que la atiendas.
Si meditas y eres sincero, encontrarás que tú también estuviste y probablemente estés enlazado por el miedo a la soledad, al abandono, al desamparo.
Mirar para otro lado, acusarme de estar delirando, auto engañarte, puede dejarte tranquilo por un rato… ¿pero te dará la paz y el bienestar que no tienes?

Es un hecho que la soledad es parte intrínseca de nuestra existencia terrena.
En tanto somos cuerpo, somos separación.
Ni siquiera en los instantes de mayor compenetración física de dos seres humanos (en la gestación y en la relación sexual genital), se acorta la distancia que los separa y aísla.
No es el cuerpo el lugar para dejar de sentir la soledad como dolorosa… aunque los abrazos calmen, las caricias contenten, los besos endulcen el ánimo, el cuerpo del amado a un lado se sienta como el embrujo que quiebra el mal hechizo de la soledad.
Pero es el cuerpo el canal que podemos emplear para que nuestra unidad espiritual se ponga de manifiesto.
Espiritualmente no hay espacio ni distancia, en tanto la acción sea armoniosa entre los seres.
Cuando dos o más personas están en la misma sintonía de acciones, de pensamientos, de sensaciones, están alcanzando la unificación.

Algo así intuyen, o les instruyen, a los pastores, a los traficantes de la fe, a todos los que usan la manipulación en todo su espectro para conseguir someter a los demás a sus malvados deseos.
Por ello es tan común que ordenen cantar al grupo himnos repetidos, una y otra vez la misma frase, el mismo lema. Por eso ordenan levantar al unísono la mano derecha. Ponerse de pie todos juntos. Gritar incoherencias bien alto, todos a la par. Por ello es tan importante para estos pastores que todos concurran a todas las “celebraciones” y reuniones, y hacen hasta lo imposible para tener a todos actuando como marionetas acompasadas al mismo ritmo todo el tiempo.
Es una forma de quebrar voluntades, anular el pensamiento crítico, estimular las sensaciones primitivas, potenciar el EGO, infantilizar, todo esto es cierto. Pero también está el truco de hacer vibrar en una misma frecuencia a la masa de enceguecidos seguidores. Ellos intuyen, o han sido instruidos por sus maestros del mal, que la comunidad, el rebaño de “ovejitas”, tiene que actuar como tal, como rebaño, como una mente, como un cuerpo, como un ser, gobernados por el “pastor”. Eso les da la sensación de unidad, de ser parte de algo más grande, de narcotizar su sentimiento de soledad… que sigue vivo y cada vez más angustioso, pero ellos esconden detrás de los harapos hábilmente confeccionados por el pastor, falso rabino, gurú, cabalistero, jasideo, etc.
Cuando algo o alguien puede quebrar la frecuencia de dominación, rápidamente se ponen en juego otros instrumentos de dominación, para erradicar la fuente de distorsión, para que el sentimiento angustiante de soledad no salga a la luz.
Para los pastores es esencial mantener al rebaño unido, haciendo idioteces una y otra vez, con tal de que sigan pagando el diezmo, dando a sus hijas para su disfrute sexual, compartiendo a sus esposas para lo mismo, etc.

Hasta aquí hemos esbozado el problema de la soledad, del miedo a la soledad.
Hemos apenas rozado cómo hacer frente a esto.
Y hemos visto cómo los sanguinarios traficantes de la fe, entre otros especuladores (como políticos, por ejemplo) se aprovechan del miedo y de lo que parece una solución al mismo para acentuar el daño y sacar grandes réditos personales.

Me encantaría que pudieras compartir tus ideas aquí, en la zona de comentarios.
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Así pues, aquí estamos, para seguir estudiando y compartiendo.
Si Dios permite, iremos ampliando sobre esta temática muy importante e interesante, pero depende en buena medida de cómo respondas tú.

Todo mi cariño y respeto para ti.