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Tú eres salvo

"Los padres no serán muertos por los hijos, ni los hijos serán muertos por los padres; sino que cada cual será muerto por su propio pecado."

(Devarim / Deuteronomio 24:16)

Esto puede ser comprendido en su sentido más directo, el cual expresa muy bien el profeta Iejezkel:

"El alma que peca, ésa morirá. El hijo no cargará con el pecado del padre, ni el padre cargará con el pecado del hijo. La justicia del justo será sobre él, y la injusticia del impío será sobre él.”

(Iejezkel / Ezequiel 18:20)

Cada uno es responsable por sus actos y las consecuencias de los mismos recaen sobre el que los ejecutó.

Hay un Juez que es en extremo justo, infinitamente justo, por lo cual no hará maldad ni condenará al inocente a causa del culpable.

Los hijos no son reprobados por las acciones de sus mayores, al igual que estos no lo son por lo que hacen o dejan de hacer sus descendientes.

En la mente saludable esto es claro, por lo cual es impensable suponer que algún otro vaya a cargar con la culpa del pecado ajeno, o que exista una culpa intergeneracional, o que pudiera haber algo así como un pecado original que mancha a toda persona, o que un presunto salvador místico lava los pecados de los que le tienen fe.

Es la palabra de Dios, la directa contenido en Su Torá tal como la expresada con cabalidad por un profeta de la Verdad.

Pero no faltan los religiosos, los traficantes de la fe, los menesterosos del alma, los hábiles manipuladores tendenciosos que te dirán que si tienes fe en tal o cual redentor tus pecados te son quitados, puesto que el “Hijo” carga la culpa de los pecados de sus fieles.

Esos mismos payasos de la fe te inducirán a sentirte mortalmente culpable y pecador, no por algo que realmente hayas hecho, sino por lo que supuestamente hicieron tus antepasados, cualquiera de ellos, hasta el mismísimo Adán.

Te harán sentir un paño de inmundicias tanto por tus ideas, por tus dudas, por tus actos, por tus omisiones pero también por aquello de lo cual no tienes ninguna responsabilidad ni culpa.

Para esos predicadores, pastores, “rabinos” mesiánicos y otros de similar calaña tú eres un pecador que irás al infierno, a no ser que tomes la píldora mágica de Jesús, el cual se hizo cargo de tomar para sí tus pecados, ser castigado por ellos, y entonces su “Padre” lo condenó a terribles dolores y padecimientos inhumanos solamente para que tú seas “salvo”. Su sangre te lava, dicen ellos con total desparpajo y religiosidad, carentes por completo de espiritualidad, amor, respeto, o lealtad a Dios.

Ya puedes tú corroborar lo que Dios realmente afirma y lo que esos malabaristas de la fe te enseñan.

Tú no eres culpable de nada de lo que ellos te endilgan, así como tampoco tienes esa protección mágica del impotente dios que ellos adoran.

Dios, el verdadero, no quiere la muerte del que pecó, ni desea el dolor. Tampoco maltrata al inocente injustamente para darle carta blanca al que tiene fe en un muchacho colgado a causa de sus propias rebeliones.

Dios te juzga por tus actos, no por tus sentimientos, ni por tu fe, ni por lo que piensas, ni por lo que crees, ni por lo que hicieron otros, sino simplemente por lo que tu haces o dejas de hacer.

Dios es infinitamente justo, al mismo tiempo es infinitamente misericordioso, por lo cual tus errores tienen una verdadera solución.

No se trata de magia, ni de fe, ni de adorar a un intermediario, ni de procurar que un santo te proteja, ni que un difunto rabino acuda a tu auxilio porque peregrinas a su europea tumba.

Cuando pecas, cuando te equivocas, cuando te apartas de la buena senda, tienes un modo de conseguir la rectificación, se llama Teshuvá, el completo y sincero arrepentimiento.

Ya hemos escrito al respecto muchas veces, nuestra última enseñanza la encuentras al hacer clic aquí.

Ahora, te lo sintetizo en las propias palabras de Dios a través de Su profeta Iejezkel:

“Si el impío se aparta de todos sus pecados que cometió, guarda todos Mis estatutos y practica la justicia y la misericordia, ciertamente vivirá; no morirá.

No le serán recordadas todas sus transgresiones que cometió; por la justicia/misericordia que hizo vivirá.

¿Acaso quiero Yo la muerte del impío?, dice el Señor Elokim. ¿No vivirá él, si se aparta de sus caminos?"

(Iejezkel / Ezequiel 18:21-23)

Esa es la verdadera misericordia de Dios, y no el fantasioso cuento de que le nace un hijo por medio de una virgen, que el chico se hace maravilloso, es crucificado, y entonces quien tiene fe en él se salva de los crímenes que haya cometido. Esta es una historia patética, ni siquiera congruente para la mágica mente infantil, ni siquiera coherente con el caos mental del demente.

Pero la verdad es muy claro, simple, cierta.

Pecas, te arrepientes, hace lo bueno, entonces Dios es misericordioso contigo.

Él no es el dios mediocre, sanguinario, violento, vengativo, de pacotilla que te hacen creer en las religiones.

Él no anhela el dolor del que ha pecado.

No se regocija con condenar a nadie a la “hoguera eterna”.

No precisa de manipular y extorsionar con amenazas de castigos eternos.

No envía mediocres salvadores para que por medio de la fe y el negociado te solucionen la vida aquí y en la eternidad.

Él te da el camino, la hoja de ruta, la brújula, el método para retornar y alcanzar el buen hogar.

No es con Jesús, ni con fe, ni con iglesias, ni con repetir salmos, ni con vestirse divertidamente, ni con danzas mesiánicas, ni con palabras en hebreo, ni con rituales.

El camino a la vida, la salvación, la eternidad es vivir una vida de bondad y justicia, y en caso de haber errado algún paso, entonces retornar al buen camino.

Dedicarse a construir Shalom, por medio de llevar una vida digna.

Simple, cierto, sagrado, tan lejos de las fanfarrias de los líderes de las religiones.

Tan bueno y sin embargo tan despreciado por la mente de las personas atribuladas por su esclavitud a sus EGOs.

Tú puedes ser salvo, hoy mismo.

Es cuestión de que hagas el bien y practiques la justicia.

Nada más.

¿Lo harás?

Recuerda que ese el único camino que Dios claramente ha afirmado y confirmado.

Te da una y otra vez oportunidad para que te rectifiques, para que te arrepientas, para que seas espiritual y no religioso.

Por ello Él sentencia:

"Yo soy el Eterno tu Elokim, un Elokim celoso que recuerdo la maldad de los padres sobre los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación de los que me aborrecen.”

(Shemot / Éxodo 20:5)

Él guarda el recuerdo de lo hecho por los padres, por los hijos, por los nietos, porque aguarda “paciente” a que los hijos rompan la mala costumbre que le transmitieron los padres. Él anhela que los hijos, los nietos, pueda quebrar el yugo del adoctrinamiento al que fueron sometidos.

Él recuerda y espera.

Pero, si a la cuarta generación la maldad sigue su camino, si la cadena del mal no se cortó, entonces está claro que es una familia de personas rebeldes contra Dios, que odian al hombre por aborrecer a Dios.

En ese caso, la maldad es tan profunda, en los hijos de la cuarta generación, que pareciera que la senda de la Teshuvá está bloqueada.

Tienen tanto odio enquistado en sus almas, tanto EGO pululando, tanta manipulación, tanta religión y tan poca religiosidad, que pareciera que la Teshuvá es imposible para ellos.

Es hora, amigo mío, de que atiendas a Dios, de que repruebas las doctrinas de muerte de tus mayores y te lances a la aventura de ser libre, de ser leal, de ser bueno, de ser justo, de ser un hombre de Dios.

No dejes que sea demasiado tarde.

Él es paciente, pero todo tiene un límite.

La oportunidad es ahora, vive hoy de acuerdo a los mandamientos que te corresponde.

Sé bueno, sé justo, sé espiritual, desprecia la mentira.

Eres tú quien te salva o quien te hunde.

Espero que escojas la vida.

Hasta luego.

Consejos para fortalecer los vínculos con tus hijos

Te presento aquí unos pocos consejos que desde la sagrada Tradición nos llega para fortalecer los vínculos con tus hijos.

Síguelos, aprovéchalos y toda tu familia será la que vivirá con dicha y bendición.

  1. Habla, no precisas ladrar. ¿Acaso eres perro o lo son tu hijos?
  2. Mantén en un tono mesurado tu voz. ¿Crees que te escuchan mejor si gritas?
  3. Endulza tus palabras. ¿Te parece que beneficies a la autoestima de tu hijo si lo desprecias con tus dichos?
  4. No mientas. ¿Te sientes seguro cuando sabes que el que te habla de podría estar mintiendo?
  5. No exijas ni demandes. ¿Sabes que se conquistan imperios con ternura?
  6. Sé respetuoso. ¿A ti no te gusta que te respeten?
  7. Sé amable. ¿No te gusta cuando te tratan con amabilidad?
  8. Sé coherente. ¿Cómo te sentirías si a cada rato tu padre cambiara de opinión?
  9. Cumple con tu palabra. Si no estás seguro de poder hacer algo que has dicho, ¿no te parece más prudente si guardas silencio?
  10. Aprende a escuchar. ¿Acaso solamente tú tienes la voz en tu casa?
  11. Aprende a comprender. ¿Comunicarse es solamente emitir aire por la boca y que pase por los oídos?
  12. Manifiesta tu amor. ¿No te das cuenta de que tus hijos te saben más fuerte y recio cuando más tierno y justo eres con sinceridad?
  13. Sonríe. ¿No es contagioso el humor? Sea bueno o malo, siempre se contagia.
  14. No juzgues a tus hijos. ¿Acaso ellos son perfectos, o tú lo eres? Puedes juzgar sus acciones concretas, pero no sus intenciones ni su personalidad.
  15. Admite tus errores. ¿No sabes que creces como persona y a ojos de tus hijos cuando reconoces tus faltas y haces algo positivo para corregirlas?
  16. No compares a tus hijos. ¿Recuerdas cuando te comparaban con tu hermanito, primito o vecinito?
  17. Ten confianza en las capacidades de tus hijos. ¿Cómo crecerán si no les permites experimentar con seguridad el mundo?
  18. Sé generoso. ¿Todo tiene que tener un precio, todo está para comerciar?
  19. Sé justo. Ni demasiado estricto, ni demasiado permisivo. Tanto el látigo como la caricia perenne carcomen el alma de tu hijo.
  20. No presiones por demás. El camino del medio, severidad con bondad, ¿no es éste el modo de que las cosas funcionen?

Un Hombre en el Espejo

Hoy, Michael Jackson cumpliria años.
Quisiera dedicarle una cancion de èl, al Morè que es un hombre que nos motiva a crecer dia a dia.
Se llama Hombre en el Espejo y aqui va la letra traducida:

VOY A DAR UN CAMBIO
POR UNA VEZ EN LA VIDA
VOY A SENTIRME REALMENTE BIEN
VOY A MARCAR LA DIFERENCIA

AL SUBIRME EL CUELLO
DE MI ABRIGO DE INVIERNO FAVORITO
EL VIENTO ME CONFUNDE
VEO LOS NIÑOS EN LA CALLE
SIN LO BASTANTE PARA COMER
¿QUIÉN SOY YO PARA HACERME EL CIEGO
PRETENDIENDO QUE NO VEO SUS NECESIDADES?

UNA MALA PASADA DEL VERANO
UNA BOTELLA ROTA
Y EL ALMA DE UN HOMBRE SOLITARIO
SE SIGUEN UNOS A OTROS
SOBRE EL VIENTO, YA SABES
PORQUE NO TIENEN A DONDE IR
POR ESO QUIERO QUE SEPAS QUE

ESTOY EMPEZANDO POR EL HOMBRE DEL ESPEJO
ESTOY PIDIÉNDOLE QUE NO SEA ASÍ
Y NINGÚN MENSAJE PUEDE SER MÁS CLARO
SI QUIERES HACER DEL MUNDO UN SITIO MEJOR
ÉCHATE UN VISTAZO A TÍ MISMO Y CAMBIA

HE SIDO VÍCTIMA DE
UN AMOR TAN EGOÍSTA
ES HORA DE RECONOCER
QUE HAY ALGUIEN SIN HOGAR
SIN UN CÉNTIMO QUE DERROCHAR
¿PUEDO SER REALMENTE YO
PRETENDIENDO QUE NO ESTÁN SOLOS?

UN SAUCE RESQUEBRAJADO
EL CORAZÓN ROTO DE ALGUIEN
Y UN SUEÑO OLVIDADO
SIGUEN LA PAUTA
DEL VIENTO, YA LO VES
PORQUE NO TIENEN A DONDE IR
POR ESO ESTOY EMPEZANDO CONMIGO MISMO

ESTOY EMPEZANDO POR EL HOMBRE DEL ESPEJO
ESTOY PIDIÉNDOLE QUE NO SEA ASÍ
Y NINGÚN MENSAJE PUEDE SER MÁS CLARO
SI QUIERES HACER DEL MUNDO UN SITIO MEJOR
ÉCHATE UN VISTAZO A TÍ MISMO Y CAMBIA

ESTOY EMPEZANDO POR EL HOMBRE DEL ESPEJO
ESTOY PIDIÉNDOLE QUE NO SEA ASÍ
Y NINGÚN MENSAJE PUEDE SER MÁS CLARO
SI QUIERES HACER DEL MUNDO UN SITIO MEJOR
ÉCHATE UN VISTAZO A TÍ MISMO Y CAMBIA

ESTOY EMPEZANDO POR EL HOMBRE DEL ESPEJO
ESTOY PIDIÉNDOLE QUE NO SEA ASÍ
Y NINGÚN MENSAJE PUEDE SER MÁS CLARO
(SI QUIERES HACER DEL MUNDO UN SITIO MEJOR)
(ÉCHATE UN VISTAZO A TÍ MISMO Y CAMBIA)
(TIENES QUE HACERLO BIEN, MIENTRAS HAYA TIEMPO)
(PORQUE CUANDO CIERRAS TU CORAZÓN)
NO PUEDES CERRAR TU…
(ENTONCES CIERRAS TU MENTE)
TU MENTE

ESE HOMBRE, ESE HOMBRE, ESE HOMBRE, ESE HOMBRE, ESE HOMBRE
ESE HOMBRE, EL HOMBRE, YA SABES, ESE HOMBRE

SI QUIERES HACER DEL MUNDO UN SITIO MEJOR
ÉCHATE UN VISTAZO A TÍ MISMO Y CAMBIA

VOY A SENTIRME BIEN DE VERDAD, SÍ
NO, NO, NO, NO
VOY A HACER ESE CAMBIO
ME VOY A SENTIR BIEN DE VERDAD
VAMOS

LEVÁNTATE
LO SABES, TIENES QUE PARARLO TÚ MISMO, HERMANO
TENGO QUE HACER ESE CAMBIO, HOY
NO PUEDES, NO TE PUEDES DEJAR, HERMANO
TIENES, TIENES QUE MOVERTE
VAMOS, VAMOS

TIENES QUE
LEVANTARTE, LEVÁNTATE, LEVÁNTATE
LEVÁNTATE Y ELÉVATE SOLO, AHORA
VAS A HACER ESE CAMBIO, VAMOS

LO SABES, LO SABES, LO SABES, LO SABES

HAZ ESE CAMBIO

EL ARCO IRIS, SEÑAL DE MISERICORDIA

Estimados amigos Noájidas.  Quiero en esta oportunidad compartirles una reflexión que un amigo me envió por correo electrónico, sobre la señal del Pacto entre Dios y Noé, ese arco iris que se convirtió en el sello de dicho compromiso eterno.  Esto lo encontramos en Bereshit 9:12-17.

Todos sabemos que las claúsulas de los acuerdos entre los seres humanos suelen sellarse.  De esta manera entendemos que como Dios quiso mostrar a Noé y sus descendientes la inmutabilidad de su designio, entonces confirmó su pacto con un sello. El sello de este pacto fué algo muy natural: El Arco Iris. Respecto a este sello del pacto observamos lo siguiente:

1.  Este sello está impreso con toda la seguridad de que es cierta la promesa a la cual estaba destinado:  MI ARCO HE PUESTO EN LAS NUBES ( v.13);  SE DEJARA VER EN LAS NUBES (v.14) y SERA LA SEÑAL DEL PACTO (vv 12-13) Y ME ACORDARE DEL PACTO MIO..NO HABRA MAS DILUVIO DE AGUAS PARA DESTRUIR TODA CARNE (v. 15)

2. El arco iris aparece cuando las nubes están mas cargadas de lluvia y se retira después de que esta cesa.  De esta manera Dios aparta nuestros temores cuando mas razón tenemos para temer que prevalezca la lluvia.

3.   Cuanto mas densa es la nube, mas nítido se destaca en ella el Arco Iris.  De igual modo, cuanto mayor es la amenaza de nuevas aflicciones , tanto mayor es el estimulo de abundantes consolaciones.

4.  El Arco Iris aparece cuando ya está clara una parte del firmamento, lo cual insinúa el recuerdo de la misericordia en medio de la ira, y parece como si las nubes estuviesen cercadas por el arco para que no se extiendan por el cielo, pues el arco es la lluvia en color o como la orla ricamente festoneada de una nube.

5.  Un arco inspira terror, pero este arco no tiene cuerda ni flecha y un arco desnudo poco puede hacer.  Es un arco pero está apuntando al cielo, no a la tierra, porque las señales del Pacto no están destinadas a atemorizar, sino a consolar.

Este pacto que EL ETERNO hizo con Noé y su descendencia nos muestra su gran amor por la humanidad, nos hace sentir la certeza de que será cumplido pues Dios no miente.

Este pacto hace que mi amor por el Creador se incremente día a día, que le respete en toda su Majestad y que guarde sus preceptos, esas Siete Leyes Universales que nos dejó a los Noájidas.

 

Resp. 994 – ¿SI SOY ATEO ME VOY AL INFIERNO?

Sebastián nos consulta:

HOLA, ES LA PRIMERA VEZ QUE HAGO UNA PREGUNTA.
1- DEACUERDO A LOS QUE HE LEÍDO EN ESTE SITIO, SOY NOAJIDA, PERO SOY ATEO,
2- ¿ME IRÉ AL INFIERNO?.
3- TRATO DE SER BUENA PERSONA, NO ROBO NI HE MATADO Y TRATO DE SER UN BUEN CIUDADANO,
4- PERO SI NO ACEPTO LA CREENCIA EN UN SER SUPERIOR EN MI CORAZÓN, COMO EN EL CRISTIANISMO, AUN ASÍ UN DIOS ME JUZGARÁ Y HARÁ QUE YO ARDA EN UN INFIERNO?
5-  O A ¿DONDE VAMOS LOS NOAJIDAS JUSTOS, PERO ATEOS CUANDO MORIMOS,DESDE EL PUNTO DE VISTA JUDÍO?
espero su respuesta y desde aho
sebastian sanabria, 20 años,polítologo ciudad de méxico

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Mundo venidero

Debemos preocuparnos por cada cosa en su justa medida. El tema del mundo venidero con todo lo que eso conlleva es causa de preocupación en muchas personas. ¿Herencia del cristianismo, de sus miedos?, tal vez.
Mantuve una conversación con una persona sobre el tema, obtengo algunas reflexiones que comparto con vosotros.
En lo personal, llevo mas de 14 meses sin trabajo, viviendo en un país donde la tasa de desempleo supera el 20 % y la de paro juvenil el 46 %. Mi hijo mayor con casi 25 años ha perdido hace tiempo ya su trabajo y no encuentra otro, debió vender de urgencia su coche y lo sigue pagando sin tenerlo. Tengo una hipoteca de la cual me quedan aun 15 años por pagar, sobre la cual pedí dos años de carencia y abono solo los intereses. Tengo dos prestamos personales, la amenaza de acciones judiciales esta a la vuelta de la esquina. Vivo en un lugar que no me agrada, gris lluvioso con nieblas, deprimente, con una calidad humana bastante baja. Tengo incertidumbre por mi futuro y el de mis hijos. Debido a mi carácter o EGO, me enfado y a veces me desboco. A todo esto vamos a sumarle los problemas del entorno de amistades, que pueden afectar en mayor o menor forma a la vida diaria.
A todo esto sumemos la situación en el mundo, guerras, hambrunas, crisis económica, delincuencia, drogas y un largo etc, y por si todo esto fuera poco, estemos pendientes de lo que ocurre en el sur de Ysrael con los terroristas de hamas.
Tal vez me quedaron cosas en el tintero, ¿ os digo esto para contaros mi vida ?, en realidad no, pero, con todo esto, ¿ debemos preocuparnos por el mundo venidero, como o donde sera o que hará cada uno alli? mas bien ¿ no debemos buscar las herramientas para hacer de este mundo que vivimos un lugar mejor para nosotros y nuestros semejantes ? ¿ tal vez no sea una especie de entrenamiento para el mundo venidero ?.
No lo se, y realmente no me preocupa el saberlo, ¿ voy a agregar mas preocupaciones a las que ya tengo ?, sería masoquismo.
Que pronto podamos estar en el Olam haba, cuando estemos allí, ya se nos dirá lo que debemos hacer, donde y como.

Resp. 991 – Ceremonias religiosas

Mauricio Gallego nos consulta:

Espero se encuentre bien querido Moré, mi inquietud es la siguiente;
1-  es correcto por parte de un noajida asistir a una ceremonia religiosa cualquiera, es decir, una boda o un bautizo?
2- La pregunta se debe a que dos muy buenos amigos míos las van a realizar, uno es cristiano evangélico y se casa en diciembre y quiere que asista a su ceremonia
3-  y el otro, y mas difícil para mi es católico y quiere que sea padrino de su bebe recién nacido, espero me pueda ayudar, gracias.
Mauricio Gallego, 28 años, Tec. Maquinaria textil, Valencia, Venezuela

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Soledad: miedo, religión, solución

Hemos escrito en otras ocasiones sobre el tremendo impacto que el trauma del nacimiento representa para la vida de la persona.
Hablamos de la impotencia, de la sensación de terror invasivo, del miedo primordial del cual derivan todos los otros miedos que nos petrifican durante nuestra existencia.
Entre éstos encontramos el miedo al abandono, a la soledad, al desamparo, a la pérdida.
¿Quién no lo ha sentido?
¿Quién está libre de él?
En ocasiones podemos hacernos los distraídos, mentirnos, engañarnos, fantasear con la intención de desprendernos de la realidad: estamos solos, aunque estemos rodeados de gente.
¿Nunca lo sentiste?
¿Nunca pensaste al respecto?
Te aseguro que en más de una ocasión el frío cosquilleo de la soledad, del abandono, del desamparo te ha recorrido; más de una vez has hecho hasta lo improbable para no estar aterrado en soledad.
¿Me equivoco?

Cosas que se han hecho para no sentir el abrazo de la soledad:

  • quedarse en una relación matrimonial violenta, infiel, enfermiza,
  • soportar el maltrato de un progenitor, tutor, “amigo”, etc.,
  • admitir tener relaciones sexuales prematrimoniales con el novio/a cuando no se quería hacerlo,
  • sonreír cuando los “amigos” se burlan de ti,
  • congregarte con los de tu “secta” –la cual aborreces- con tal de tener un grupo,
  • admitir y aplaudir cada disparate de tu pastor, “rabino” mesiánico, gurú de turno, para sentirte amado, tenido en cuenta, cobijado por su “poder”,
  • rezar, negociar, pactar con alguna deidad con tal de asegurarte de que ella esté a tu lado,
  • salir con una mujer/hombre diferente a cada rato, para no tener que sufrir el fin de alguna relación seria y significativa,
  • no divorciarte por miedo a no tener a nadie después,
  • querer terminar alguna relación más o menos estable –sentimental, laboral, terapéutica, comercial, amistad, etc.- pero no saber cómo hacerlo,
  • pagar por sexo,
  • dar obsequios a hijos, nietos, amigos, etc. con la finalidad de tenerlos “cerca”,
  • hacer sentir culpa al hijo, nieto, etc. por no estar pendiente de uno,
  • recluirte y aislarte, porque inconscientemente supones que es “menos mala” la soledad provocada que la que te sobreviene,
  • pasar por constantes abandonos, abandonando y siendo abandonado,
  • no comprometerte seriamente, formalmente, con nadie, porque así “mágicamente” no habrá posibilidad de que te dejen,
  • amenazar al otro para que no se vaya,
  • hacerte la víctima para que le otro se quede contigo por culpa,

Podrías tú regalarnos otros ejemplos que conozcas, que hayas vivido, que te hayan contado, que te surgen a la mente. Gracias.

¿Puedes visualizar lo que quiero compartir contigo?
Quizás es a ti a quien le está ocurriendo, o a alguno de tus allegados, o a alguien que conozcas.
Pero, no mires para fuera, mira en ti.
¿Reconoces que tienes un tremendo miedo a la soledad?
¿Te das cuenta de lo que hiciste y haces para manipular a los demás para no estar solo/a?

Ah, más de uno negará que está en este trance… pero la vocecita de la conciencia está gritando para que la atiendas.
Si meditas y eres sincero, encontrarás que tú también estuviste y probablemente estés enlazado por el miedo a la soledad, al abandono, al desamparo.
Mirar para otro lado, acusarme de estar delirando, auto engañarte, puede dejarte tranquilo por un rato… ¿pero te dará la paz y el bienestar que no tienes?

Es un hecho que la soledad es parte intrínseca de nuestra existencia terrena.
En tanto somos cuerpo, somos separación.
Ni siquiera en los instantes de mayor compenetración física de dos seres humanos (en la gestación y en la relación sexual genital), se acorta la distancia que los separa y aísla.
No es el cuerpo el lugar para dejar de sentir la soledad como dolorosa… aunque los abrazos calmen, las caricias contenten, los besos endulcen el ánimo, el cuerpo del amado a un lado se sienta como el embrujo que quiebra el mal hechizo de la soledad.
Pero es el cuerpo el canal que podemos emplear para que nuestra unidad espiritual se ponga de manifiesto.
Espiritualmente no hay espacio ni distancia, en tanto la acción sea armoniosa entre los seres.
Cuando dos o más personas están en la misma sintonía de acciones, de pensamientos, de sensaciones, están alcanzando la unificación.

Algo así intuyen, o les instruyen, a los pastores, a los traficantes de la fe, a todos los que usan la manipulación en todo su espectro para conseguir someter a los demás a sus malvados deseos.
Por ello es tan común que ordenen cantar al grupo himnos repetidos, una y otra vez la misma frase, el mismo lema. Por eso ordenan levantar al unísono la mano derecha. Ponerse de pie todos juntos. Gritar incoherencias bien alto, todos a la par. Por ello es tan importante para estos pastores que todos concurran a todas las “celebraciones” y reuniones, y hacen hasta lo imposible para tener a todos actuando como marionetas acompasadas al mismo ritmo todo el tiempo.
Es una forma de quebrar voluntades, anular el pensamiento crítico, estimular las sensaciones primitivas, potenciar el EGO, infantilizar, todo esto es cierto. Pero también está el truco de hacer vibrar en una misma frecuencia a la masa de enceguecidos seguidores. Ellos intuyen, o han sido instruidos por sus maestros del mal, que la comunidad, el rebaño de “ovejitas”, tiene que actuar como tal, como rebaño, como una mente, como un cuerpo, como un ser, gobernados por el “pastor”. Eso les da la sensación de unidad, de ser parte de algo más grande, de narcotizar su sentimiento de soledad… que sigue vivo y cada vez más angustioso, pero ellos esconden detrás de los harapos hábilmente confeccionados por el pastor, falso rabino, gurú, cabalistero, jasideo, etc.
Cuando algo o alguien puede quebrar la frecuencia de dominación, rápidamente se ponen en juego otros instrumentos de dominación, para erradicar la fuente de distorsión, para que el sentimiento angustiante de soledad no salga a la luz.
Para los pastores es esencial mantener al rebaño unido, haciendo idioteces una y otra vez, con tal de que sigan pagando el diezmo, dando a sus hijas para su disfrute sexual, compartiendo a sus esposas para lo mismo, etc.

Hasta aquí hemos esbozado el problema de la soledad, del miedo a la soledad.
Hemos apenas rozado cómo hacer frente a esto.
Y hemos visto cómo los sanguinarios traficantes de la fe, entre otros especuladores (como políticos, por ejemplo) se aprovechan del miedo y de lo que parece una solución al mismo para acentuar el daño y sacar grandes réditos personales.

Me encantaría que pudieras compartir tus ideas aquí, en la zona de comentarios.
También que compartieras este texto, como el resto del buen pan espiritual, que tenemos gratis para todo el que desee. Puedes difundirlo por tus redes sociales, copiarlo y enviarlo como email, hacer presentaciones, imprimirlo, como tu prefieras, pero no olvides mencionar el link y autor, para hacer correctamente las cosas.
De paso, puedes apoyarnos económicamente también, porque aunque no lo creas también tenemos que comer, vestirnos, pagar la luz, entre otras pequeñas cosas que a personas religiosas parece que no las atormentan.

Así pues, aquí estamos, para seguir estudiando y compartiendo.
Si Dios permite, iremos ampliando sobre esta temática muy importante e interesante, pero depende en buena medida de cómo respondas tú.

Todo mi cariño y respeto para ti.

Superar el miedo es poner en su lugar al EGO

En numerosas ocasiones hemos trabajo el tema del miedo.
Hemos llegado a la conclusión de que TODO miedo es en su origen el terror a la impotencia, aquella que se padeció como catastrófica al momento del nacimiento.
Esta raíz de terror a la impotencia, de no regresar a sufrir la pesadilla aquella, se ramifica según las dimensiones de la persona (física, emocional, social, mental, espiritual), encontrando un núcleo fundamental de miedo en cada plano, el cual a su vez se ramifica en otros miedos terciarios.

Podríamos diagramarlo, en un simple bosquejo para nada completo de la siguiente manera:

Todos padecemos, en mayor o menor medida, cada uno de estos miedos.
Para algunos serán más constantes los miedos sociales, o los físicos, o los mentales, etc.
Para otros habrá un carrusel de miedos, o un licuado de varios sabores, o una creencia mágica de haber superado todos los miedos y ser imbatible.
Pero siempre, allí agazapados están los miedos.
A cuya cabeza, en su raíz, el intenso, oscuro, profundo terror a la impotencia que ya se sufrió al comienzo de la vida en este mundo, desde momentos antes del nacimiento hasta meses o semanas después.
Esa impotencia que carcome, que corroe, que paraliza, que alienta a la desconexión con la realidad que se siente como tormentosa, o que impulsa al surgimiento del EGO con sus herramientas primitivas de manipulación del entorno, tales como gritos, llanto o golpes.

Tú también eres así.
Si te contemplas con sinceridad encontrarás que cada uno de estos miedos, con sus múltiples derivados, operan en ti.

Ahora, ¿tú tienes consciencia de cuál es tu mayor miedo? O, más correctamente expresado, ¿cuál es el miedo que mayor presencia tiene en tu vida?

¿A la locura?
¿A la falta de control?
¿Al no saber?
¿Al no poder?
¿A fracasar?
¿A que te señalen como fracasado?
¿Al rechazo?
¿Al anonimato social?
¿A no tener la razón?
¿A que otro te venza?
¿A que nadie te quiera?
¿A amar y no ser correspondido?
¿A querer sin alcanzarlo?
¿A decidir?
¿A equivocarte?
¿A cambiar?
¿A la confrontación?
¿A lo desconocido?
¿A lo que ignoras?
¿A lo que hay más allá?
¿A lo que esconde la oscuridad?
¿A ser exitoso?
¿A quedar paralítico?
¿A tener cáncer?
¿A la muerte?
¿A la muerte de un familiar?
¿A la pobreza?
¿A la miseria?
¿A la vida?
¿A ser feliz?
¿A casarte?
¿A tener hijos?
¿A que nadie te quiera?
¿A que tu pareja te sea infiel?
¿A que te engañen?
¿A ser falso?
¿Al desempleo?
¿A la soledad?
¿Al dolor?
¿A que te rapten?
¿A que a un hijo le pase algo malo?
¿A que te violen?
¿A tomar riesgos?
¿A…?

Vamos, tómate un tiempo, el que consideres necesario, piensa, toma consciencia, conócete, escribe cada miedo que te atraviesa, cada miedo que te atrapa.
No es fácil, pero es necesario.

Ya te adelanto que encontrarás que cualquiera sea el miedo, en el fondo, en su base, está el terror a la impotencia. Pero, no hablaremos sobre esto ahora.
Más bien quiero que te concentres y delimites el contorno de cada uno de esos miedos, pero en particular aquel que más te angustia y atormenta.
Vamos, hazlo.
Cuando lo tengas definido y escrito en una hoja ante ti, continúa con la lectura.

Ahora tienes que hacerte otra pregunta y responderla con similar sinceridad.
Pon tu respuesta por escrito.

¿Qué has perdido a causa de este miedo?
Piénsalo con serenidad.
Yo no espero ninguna respuesta, cualquiera que des sinceramente está bien.
Vamos, medita con calma.
Piensa en la gente que se fue de tu lado, los que desaparecieron, los que no quieren volver a verte, los que ya no están. Las oportunidades laborales, de estudios, de tener una mejor calidad de vida. Los viajes, hazañas, aventuras, amistades, cargos, rangos, títulos, etc. El dinero perdido o mal invertido o gastado. Los objetos rotos o desaparecidos. Los dolores y dolencias. El tiempo malgastado. Los años de psicoterapia estériles. Los miles de comprimidos psiquiátricos que consumiste. Las drogas –legales o no- con las que pretendiste tapar tu miedo. No sé con exactitud, tienes que ser tú quien se toma el trabajo de verse en el espejo del alma y reconocer aquello que has perdido a causa de este miedo que has señalado como el más persistente.
Cuando lo tengas escrito en la hoja ante ti, continúa con la lectura.

Como hemos enseñado, y en parte mencionamos en este texto, el EGO es un primitivo mecanismo de supervivencia. Sirve para llamar la atención de los otros sobre uno, para de esa forma “manipularlos” y obtener asistencia, que nos satisfagan, que nos rescaten de la muerte por hambre, que nos quiten el peso de la soledad, etc.
Cuando las cosas se salen de control, cuando la manipulación no tiene resultado, el EGO desconecta a la persona de la realidad circundante, en principio con el dormir, también con el fantasear y finalmente puede llevar al delirio, a la total vida irreal en un mundo real percibido como generador de impotencia.
El EGO, que cumple un notable rol en los primeros momentos de existencia terrena, se mantiene en funcionamiento cuando debiera quedar reducido a una mínima presencia, solamente útil en casos de extrema necesidad y ante la inaccesibilidad de otros recursos para dominar la impotencia sentida o real.
El EGO se impone como una deidad, la que busca luego dioses ajenos para adorar.
El EGO se presenta como un mítico salvador, quien viene al rescate de aquel que pone su vida, su fe, en él.
El EGO es el prototipo interior de todos esos dioses, semidioses, salvadores mágicos que pueblan las mentes y fantasías de las religiones y supersticiones.
El EGO está formado para manipular y para hacer vivir en la irrealidad, con tal de preservar al individuo con vida en la realidad (paradójico, amerita una relectura de tu parte).
El EGO te manipula a través de sus rústicos instrumentos, uno de los cuales es el miedo.
Así pues, cuando tienes miedo (que no es lo mismo que precaución, tampoco que susto), estás ante una imagen interna de impotencia, un someterte al control del EGO, por el terror de volver a experimentar ese espantoso momento inmediatamente previo al nacimiento, durante y luego del mismo.
Es un terror marcado en tus células corporales, ni siquiera en tus neuronas. No es un miedo que se explique con palabras, ni siquiera es racional, pues fue horriblemente vivido mucho antes de que tuvieras capacidad de palabras y de razón.
Por tanto, hablar del miedo es bueno, pero no llega a quitar su veneno que te paraliza, que te momifica, que te idiotiza, que te obliga a someterte al EGO, que no te permite avanzar, cambiar, tomar la decisión que te libere.
El miedo está al servicio del EGO, para que te retuerzas en impotencia y no accedas a la libertad que existe en tu esencia espiritual y te mereces disfrutar.
El EGO te hace creer que el miserable territorio conocido es lo único que te mereces, lo único que te sirve, lo único que puedes controlar.
Por lo cual, la mera idea de cruzar los límites de ese territorio dispara una señal de alerta, nace el sentimiento de miedo a tal o cual circunstancia que te pueda llevar a un cambio.

Mira qué simpático.
La impotencia te genera miedo.
Ese miedo te lleva a la inacción o a la acción pobre y torpe.
Esto te somete a “no poder”.
Lo que es impotencia, y te confirma tu cualidad de impotente (que no puedes).
Lo que fortalece la sensación de miedo.
Lo que obliga a actuar para dejar de actuar o para fracasar.
Lo que demuestra tu impotencia.
Lo que recalca que eres impotente y todo lo que haces está mal.
Lo que te lleva a tener miedo.
Lo que…

Toma tu tiempo y responde por escrito en la hoja ante ti: ¿Puedes recordar al menos una ocasión en que este círculo vicioso haya acontecido en tu vida? ¿Lo podrías describir?
Tienes tiempo, medita con calma.
Enfócate en encontrar la respuesta.

Ahora viene la respuesta más importante que te pediré que escribas.
¿Quieres superar tu miedo?
Piensa bien lo que quieres responder, y luego ponlo por escrito.

Acompáñame ahora a crecer, a superarnos cada vez más, a construir Shalom desde dentro hacia fuera.

1>
Conoces a tu miedo.
Ya has visto el rostro del miedo.
Ya viste cómo opera en ti.
Te explique qué lo genera.
Le quitamos todo rastro de “enfermedad”, “maldición”, “hechizo”, “poder oculto”, “demonio”, puesto que descubrimos juntos que es un emergente del sentimiento primario de impotencia.
Reconocimos que el miedo es algo “normal”, inherente a la persona humana.
Descubrimos que el miedo es usado por tu EGO para convertirte en un títere, manipulado, prisionero, imposibilitado de cambiar y crecer.
Entonces, el miedo está ahí porque en verdad tú quieres el cambio positivo, tú quieres crecer, tú quieres ser más independiente, tú quieres y puedes, pero el EGO no te deja.
El miedo está ahí para ponerte un palo a tu rueda, bloquearte el camino, frenarte en tu crecimiento.
El miedo no es real.
Es una fantasía que promueve tu EGO para confirmarte que eres impotente, pero en verdad ¡eres poderoso!

Este primer nivel es confirmarte en tu salud, en tu armonía.
Tener miedo es normal.

2>
Cada vez que te surja un miedo, te sientas y respondes a estas preguntas:
a) ¿Qué has perdido a causa de este miedo en otras oportunidades?
b) ¿Cómo sería tu vida sin este miedo?
c) ¿Qué sería lo peor que pasaría si hicieras las cosas a pesar de este miedo?
d) ¿Qué sería lo mejor que pasaría si hicieras las cosas a pesar de este miedo?

Sería bueno que tuvieras una libreta o cuaderno en donde anotarás cada miedo en una página, con la fecha correspondiente, estas preguntas con sus respuestas y fueras viendo tu manejo de las situaciones a lo largo del tiempo.

Luego de consignado en la libreta, ahí se queda el miedo.
Ya no tienes más que pensar en él.
Le has prestado atención, lo has atendido, le diste importancia.

Ahora, cierras la libreta,la guardas y pasas al siguiente nivel.

3>
No le lleves el apunte al miedo.
Haz como te parezca, dentro de lo legal, dentro de lo permitido, dentro de lo precavido, ¡HAZ!
Si estás ponderando al miedo, no dejarás de estar sometido a él.
Avanza a pesar de él.
Romperás el círculo vicioso que te mencioné más arriba.
Te darás autoridad, dominio, poder, valor, dicha, te sentirás potente, porque no te quedarás encerrado en tu celdita mental, sino que darás un paso hacia la dirección correcta.

4>
Si a pesar de lo anterior aún te retienes, escucha este consejo.
Dibuja en tu mente una imagen hermosa, sea un paisaje, una residencia, una habitación, un cuadro, una persona, lo que tú consideras que te brinda belleza, armonía, placidez, paz.
Dibuja en tu mente esa imagen con precisión.
Ponte en algún lugar en esa imagen. Que estés cómodo, que te sientas a gusto, que seas el centro de atención, que seas el protagonista, disfrutando de todo lo bueno que hay para ti.
Ponle un título que te suene agradable, que retengas, que sea melodioso a tus oídos.
Saborea esa imagen de gozo.
Mientras lo haces te tocas el lóbulo de tu oreja derecha. Presiona con suavidad pero con insistencia. En tanto visualizas la imagen de placidez, lees su título armonioso, disfrutas sus melodías y sonidos agradables.
Sigue pulsando tu lóbulo y respira por la nariz profundamente y con calma.
Repite en voz apenas audible el título de tu imagen, a la que atesorarás en tu mente y a la cual recurrirás cada vez que te gane el desanimo, la angustia, la ansiedad.

Sumérgete en tu imagen ideal, tócate el lóbulo de la oreja, respira.
Cuando estés así, acomete la acción que te da miedo.
No pienses, solamente hazlo.
(Siempre tomando en cuenta que sea legal, permitido, precavido).
Hazlo sin pensar en otra cosa, solamente sonriendo tu corazón a la acción.

Luego, pasa al siguiente nivel.

5>
Reconoce tus méritos.
Lleva una lista de tus éxitos, de tus victorias, de tus pasos adelante.
Puede ser una lista que tengas a la vista en tu habitación, o como fondo de pantalla en tu computadora, o en algún lugar que tengas acceso fácilmente y a menudo.

Hasta aquí este sistema para superar tu miedo, al poner a tu EGO en su lugar.
Te pido que me recompenses, si te sirve lo que te he regalado hoy, de alguna de estas dos maneras (o de las dos):

1- Agradeciendo y compartiendo los resultados en la zona de comentarios aquí debajo.

2- Enviando tu apoyo económico para permitirnos continuar brindando de nuestro tesoro para tu bienestar.

Gracias por todo, hasta luego.