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Siete mil millones de mundos

Permíteme una pregunta; ¿estás despierto o dormido?

A diario veo personas hablando, paseando, murmurando, criticando, sonriendo, a veces llorando, a veces gritando.

Cada uno en el centro de su mundo.

Miles de creencias, supersticiones, suposiciones y “certezas”; miles de ilusiones, sueños, esperanzas. Miles de acciones buenas, malas y regulares. De envidias y de amores.

Hay tantas “realidades” como seres vivos y cada uno es el protagonista de la suya. Con sus aciertos y sus errores. Con sus juicios y prejuicios, con sus exclusiones e inclusiones.

Así, a través del filtro de nuestro propio mundo, vemos los millones de otros mundos que igualmente nos observan a través de sus personales filtros,  repitiéndose  por cada una de unas siete mil millones de personas y de aún muchos más seres vivos.

Miles de millones de intereses, de verdades y mentiras, de distracciones y grandes dosis de futilidad y de egoísmo.

Te voy a pedir que te respondas a las siguientes cuestiones:

¿Sobre qué basas “tu realidad”?, ¿sobre qué apoyas “tu mundo”?. Y los otros siete mil millones de “mundos”, ¿qué haces con ellos?

¿Qué importa realmente en la vida?                                                                           

 Tómate unos segundos. Mira a tu alrededor. Respira profundamente. Oye atentamente los sonidos que te envuelven, siente lo que te rodea y en especial a quienes te rodean aunque no estén en el mismo lugar que tú.

Y ahora… ¿Cuántas realidades hay y cuántas te han vendido?

“Los hombres despiertos no tienen más que un mundo, pero los hombres dormidos tienen cada uno su mundo.”

Heráclito (535 AEC- 484 AEC aprox.)

Filósofo griego

Nuevamente te pregunto;  ¿estas dormido o despierto? ¿Estás en “tu mundo” o en el mundo? ¿Estás en uno de esos siete mil millones de mundos o en el mundo de esos siete mil millones?

Si sabes donde te encuentras, verás que hay mucho trabajo por hacer para que este lugar único y único lugar sea cada día un mundo mejor para todos y cada uno de los que en él estamos.

Si todavía sigues encerrado en “tu mundo”, salte y únete al nuestro, al de todos y  ayuda a convertirlo en el paraíso que puede llegar a ser.

Por favor, no busques más excusas y empieza a trabajar ya en ello. Haz hasta donde puedas, hasta donde sepas, pero haz algo. 

¿Es difícil?

Es difícil.

Es difícil levantarse cada mañana en un país y en una región en la que todo está impregnado de idolatría.

Es difícil intentar caminar recto cuando todos tratan de desviarte. Cuando todas las costumbres, las tradiciones, las festividades, los usos y las creencias giran en torno a los principios idolátricos que confunden a tantas personas.

Cuando la mayoría de las veces, las reuniones familiares son motivadas como consecuencia de esas mismas creencias.

Cuando corres el riesgo de que las personas que te quieren y a las que quieres, te vean como alguien extremista e intransigente, no ya por impedir que ellos participen de tanta confusión, sino por no querer ser cómplice de  ello.

El caso es, que los seres humanos somos costumbristas. Incluso sin creer en una determinada creencia ni entender lo que implica o significa, nos resistiremos a alejarnos de las rutinas que ésta ha impreso en nuestro ser.

Nos da sensación de seguridad, aunque sea falsa.

Desde que somos niños crecemos haciendo caso y siguiendo las enseñanzas de nuestros mayores y de nuestro entorno. En general será ciertamente para nuestro bien, pero cuando no es así, persistiremos en el error porque es lo que nos inculcaron.

La comunidad en la que uno se desarrolla ejerce un poderoso efecto moldeador en la persona, para bien y para mal.

Remar contra corriente es verdaderamente agotador, si no imposible. El riesgo de quedar desconectado de la gente que te rodea no es algo a menospreciar ni algo deseable.

Supongo que la mayoría os identificareis con la situación descrita y cada uno a su manera habrá hecho lo posible por solucionarlo y adaptarse.

La cuestión es; ¿Cómo permanecer fieles a las 7 Leyes y a la vez no fracturar el resto de aspectos que conforman tu vida?

Creo que no hay respuesta fácil.

Quizás a veces la solución no está entre bueno y malo sino entre malo y menos malo, o dicho de otra manera, entre bueno y menos bueno.

¿Cómo llenar ese espacio social- mental- familiar que han ocupado ceremonias como bautizos, comuniones, procesiones idolátricas, etc. de una manera efectiva?

¿Y como hacerlo cuando para tu entorno y las personas más cercanas a ti, estos ritos siguen teniendo vigencia?

Este post es una reflexión abierta en la que busco sugerencias e ideas para llenar esos vacíos que antes refería  de manera acorde con el Noajismo.

En todo caso, un bombero apaga el fuego y no quiere decir que a veces no sufra quemaduras, un mecánico arregla cosas y a veces puede golpearse al reparar alguna máquina.

Si tuvieran miedo de sufrir alguna quemadura o  algún golpe, ¿podrían realizar su labor?

No nos salgamos del camino, pero si no podemos afinar en cada aspecto del mismo todo lo que desearíamos, que esto no nos impida hacerlo en lo que sea posible.

Como decía al principio; es difícil…pero para nada imposible.

 

Citando a Séneca:

“Las cosas no son difíciles, son difíciles porque no nos atrevemos”

 

¿QUÉ HAY DETRÁS DE TUS ACCIONES?

Te ha pasado que a veces te preguntas ¿por qué  algo es así, y no de otro modo?,  por ejemplo alguna vez tuve la inquietud que en un post reciente del moré  citaba acerca del orden del alfabeto en el teclado usado primero en máquinas de escribir y ahora en la de los computadores (http://fulvida.com/id-noajica/identidad/el-teclado-qwerty-y-las-religiones  ).  

Pero a pesar de haberme preguntado la razón de ese orden, ó si existía un modelo más práctico, deje pasar esa inquietud como tantas otras y guardarlas en un  baúl de cosas no importantes, Y simplemente acepte y creí que el orden existente era el correcto, y el más cómodo, porque  se había convertido en algo universal. 

He pensado que todo esto obedece a  algo,  que personalmente llamaría ó asociaría como   “entrenamiento masivo”.  El conocimiento que se recibe en el hogar, en el colegio, en la universidad, y que las religiones también imparten, realmente podrían ser vistos como entrenamientos para creer lo que dicen, lo que hacen, sin preguntar o analizar su veracidad ó coherencia.  Aceptamos lo que para el  mundo es  es algo que debe ser aceptado ya sea por la mayoría, si no hablamos de algo universal. 

Así por ejemplo  en el colegio recibí formación para ser secretaria, debía aprender mecanografía, y por ello recibíamos varias horas prácticas, antes de proceder a realizar un escrito, o transcribir un texto; todo con el  objetivo de memorizar el teclado juntamente con  el movimiento de nuestros dedos,  y de ese modo  lograr ubicar las manos correctamente en el teclado y usar  el dedo adecuado, esto permitía alcanzar agilidad y transcribir un texto, o recibir un dictado sin mirar las teclas…
 
Recuerdo  un programa  de la serie cosmos, y a  Carl Sagan su presentador, en  un episodio en el que él hablaba  de  PARADIGMAS,  y citaba  un paradigma comúnmente aceptado, que correspondía “al  modelo usado en las sillas de la bicicleta”.   Pese a que su diseño no es el más cómodo, y que se han hecho otros diseños alternativos, sigue ganando “el sillín incómodo” que es  aceptado y usado en todas la bicicletas del mercado. ¿Por qué?,  bueno por la misma razón que el viejo teclado de la máquina de escribir, mantuvo su orden aun pese a la modernidad y la tecnología de los computadores, (teniendo en cuenta que podía existir un modelo más cómodo), la razón:  porque  en últimas, hemos sido entrenados masivamente para aceptar , lo que aparentemente es bueno, bien visto y aceptado por los demás.
 
Podría decirse que MUCHOS VIVIMOS DE PARADIGMAS, es decir que seguimos modelos o patrones, ideas, creencias incorporadas a nuestra vida y que aceptamos como verdaderas sin cuestionar, sin indagar sin someter a alguna prueba.
 
Esa es la herramienta más usada y más destructiva de las religiones, nos venden paradigmas que se convierten en patrones, de los cuales se derivan otras ideas o conceptos, que luego son creídas, aceptadas aunque sean equivocadas, míticas, falsas, y sobretodo manipuladoras.
 
Es por ello que la religiosidad, las religiones, las doctrinas, y muchas creencias afectan la forma en que las personas perciben la realidad y la manera en que responden a ella.  Quizás por ello; es  tan difícil que una persona sea libre;  ó que alguien que este sumido en estas falsas creencias “reacciones, indague, cuestione, ó se atreva a ir más allá”, en busca de respuestas reales.  Porque son los paradigmas los que definen sus realidades para descalificar muchas verdades.

 
Bueno, yo también fui presa de muchos paradigmas, y me identifique con una religión idolatra y falsa.   Pero; gracias al Eterno tenemos libre albedrío y la posibilidad de romper paradigmas para buscar aquello que realmente es bueno, y no sólo lo que el mundo nos ofrece. 

Tristemente hay paradigmas como “el sillín de la bicicleta” que  no daña nuestra alma, pero el mundo está lleno de aquellos PARADIGMAS, Entrenamientos masivos para aceptar sin cuestionar, que menosprecian nuestra identidad y dejan de lado al Único y Verdadero, dañando también lo más precioso que tenemos  nuestra alma y con ello la relación que nos une con nuestro Creador.   

Nunca es tarde para ser libres, para romper esos  paradigmas que nos dicen: Que hacer y Como hacerlo, a la manera que el mundo quiere, que un líder quiere, pero que en su mayoría están lejos de lo establecido por Dios, de modo que evalúa cuales con esos “entrenamientos masivos” que te esclavizan, y no permiten que disfrutes tu verdadera identidad.

Un abrazo amigos y que sigamos siendo verdaderos constructores de shalom.