Procura que no hables acerca de los demás de mala manera.
Condúcete de la forma –honrosa- en que quisieras que se condujeran contigo.
La energía negativa que pones en el universo te regresa amplificada.
La energía positiva, también.
#Noajidas/#
Procura que no hables acerca de los demás de mala manera.
Condúcete de la forma –honrosa- en que quisieras que se condujeran contigo.
La energía negativa que pones en el universo te regresa amplificada.
La energía positiva, también.
Respeta a todas las criaturas del Eterno.
Él les ha dado un rol y un lugar y son parte de la Orquesta Cósmica que Él dirige.
No dañes o perjudiques las obras de Sus manos si no tienes algún motivo éticamente válido.
Trata de ser tolerante contigo mismo,
pero no te des excusas que te paralicen u obstaculicen tu desarrollo integral.
Tú también tienes manchas espirituales que estorban el alumbrar vivificante de tu Luz.
Encuéntralas,
límpialas y crece armoniosamente.
No hay lugar espiritual más brillante
que aquel que ocupa
quien se arrepiente sinceramente.
Trata de juzgar favorablemente al prójimo.
La agresividad,
el orgullo,
la ira,
los celos,
la avaricia,
la codicia,
todas y cada una de las cualidades negativas
provienen de un alma dolida;
de una persona
cuya Luz está bloqueada por sus manchas espirituales,
residuos tóxicos de sus pecados y errores.
Cuando se arrepienta sinceramente
y por tanto
pueda quitar esas máculas de sobre su alma,
volverá a ser alumbrado por la Luz.
Trata de juzgar favorablemente al prójimo.
El EGO maneja astutamente diversas herramientas para mantenerte bajo su dominio.
Una de ellas es el miedo.
El miedo esencial, del cual se derivan los cinco miedos básicos, y luego el resto de los miedos, es el miedo a la impotencia, al no poder.
Así, todo miedo esencialmente es miedo a “no poder” algo.
Por supuesto que ese “no poder” se traduce en cada circunstancia de manera diferente, con otras palabras, otras acciones, otras ideas, pero al quitar todas las capas cobertoras de la realidad, encontramos el sentimiento de impotencia.
Antes de continuar con la lectura, te solicito que hagas una pequeña pausa, releas el párrafo anterior, te interiorices de su sentido y posteriormente hagas un honesto y necesario autoanálisis. Encuentra aquello que te mueve a miedo, descríbelo con detalles para ti, luego intenta descubrir que es lo que “no puedes” que te esconde o revela el tal miedo.
¿Lo harías, por favor?
Gracias.
Ahora que ya has procedido a conocerte un poco más, te daré un pequeño ejemplo, que creo es bastante frecuente (por desgracia) en nuestras sociedades.
Aquí (Uruguay) se habla mucho en los últimos años de la “inseguridad”, que robos, asaltos, rapiñas, secuestros, vandalismo, desapariciones, violaciones, asesinatos, riñas, disputas, violencia en canchas deportivas… inseguridad por donde quiera que uno esté, en la calle, en la plaza, en el banco, en la propia casa… inseguridad…
Supongo que por donde tu vives debe ocurrir algo similar. En algunos países ya es común y desde hace décadas, en otros lugares, como en mi país, es algo bastante reciente y que va recrudeciendo cada día más.
¿Qué es lo que se encuentra en el fondo de ese miedo a la “inseguridad”?
Sí, claro, la impotencia.
El no poder defenderse de los malandros, el no saber cuando le tocará a uno o a un familiar, el no tener recursos legales para protegerse, el estar a merced de locos-depravados-malvivientes-avivados, el no tener siquiera un resguardo en el hogar, otrora palacio inviolable de la persona.
La impotencia de que maten a uno por dos pesos, o que se quede inválido por la borrachera de un imbécil al volante, o el no contar con defensas en contra de los pillos menores de edad que son amparados por las leyes vetustas y enfermizas… ¿me entiendes?
¿Ves lo que te quiero enseñar?
Ahora, te plantearé otro ejemplo que considero bastante corriente también, pero que no desarrollaré aquí, sino que esperaré que tu lo hagas y compartas con nosotros lo que ves. Usa la zona de los comentarios aquí debajo para dejar tus ideas, así como también si lo deseas lo que hayas descubierto –o no- en el ejercicio que te propuse unas pocas líneas más arriba.
Gracias.
El ejemplo es el miedo a la muerte.
Ahora, piensa en ello, descubre la impotencia que se esconde detrás y comparte con nosotros.
Y si estás con ánimo, te presento otro reto para que analices: el miedo a dejar la idolatría (iglesia, secta, religión, fe, etc.), aún sabiendo que está basada en mentiras y engaños.
¿Cuál es la impotencia que se cobija detrás de esto?
Gracias por hacernos llegar tus comentarios.
La gente suele (solemos) acurrucarnos en nuestras pequeñitas celdas mentales, pareciera como si estuviéramos a gusto allí dentro, en la oscuridad, en la confusión, en la decadencia.
Aunque nos abran de par en par las puertas, nos empecinamos para no salir, para quedarnos bien encerraditos dentro de las paredes opresivas de nuestras celdas mentales.
¿Te has dado cuenta de ellos?
La gente parece adorar sus pequeñitas celdas mentales y elaboran excusas de todo tipo y forma para hacernos creer, hacerse creer, que están bien, que están en paz, que están en lo correcto, que son libres… pero no dejan de ser pordioseros que se niegan a aceptar la herencia que los podría elevar hasta alturas inimaginables.
Y este amor por la estrechez de la celda mental, ¿de dónde crees que surge?
Pues sí, has acertado, es un recurso que tiene el EGO para seguir sometiendo a la persona.
La llena de miedo, de sentimiento de impotencia, para que siga atrapada entre sus paredes terribles.
”Mejor malo conocido que bueno por conocer”, dice la absurda estupidez popular que se vende a precio de lingotes de oro.
¿Desde cuando es mejor lo malo solamente porque es conocido?
Tal proverbio es una manifestación velada de ese sentimiento de impotencia nuclear.
Es el EGO que te retiene, que te prohíbe que seas libre.
Y tú, pobre alma a oscuras, te haces compinche del que te maltrata, te quieres hacer pasar por amigo de tu Faraón, te engañas sinceramente, para seguir vejado y esclavizado, por miedo a “no poder”.
Te ofendes con quien porta la LUZ, insultas, repudias, ofendes a quien habla con mesura y verdad, porque tienes un miedo horroroso a “no poder”.
Prefieres herir al que te abre la puerta, morder la mano que te da de comer, tirar piedras al pozo que te sació por un rato la sed, todo ese mal agradecimiento simplemente para seguir bajo la pata del EGO, sumiso, dócil, obediente y así hacer de cuenta que eres alguien, que tienes “poder” y no temes a “no poder”… pobre alma…
Cuando se está despertando, el EGO moviliza ingentes cantidades de recursos para mantenerte atrapado.
Surge incesante aluvión de sentimientos, recuerdos, ideas, sueños que te pretenden inmovilizar, mostrándote lo débil que eres, lo inútil, lo perverso, lo mal persona, etc.
Y es común que por uno u otro, la persona se quede nuevamente en su celda pequeñita.
Eso sí, inventará excusas y justificaciones que hasta suenan plausibles…
Ejemplos cotidianos: Me fui de FULVIDA porque el Moré dice que no nos dediquemos a estudiar Torá… me fui porque el moré me borró un comentario –que en realidad era agresión y patanería, pero eso no lo puedo admitir-… me fui porque nadie me elogió como creo que me merezco… me fui porque no obtenía diezmitos y otras limosnas como cuando era pastor… (fill the blank)…
Ah, las excusas, algunos son tan hábiles para inventarlas.
Y otros son tan hábiles para creerles…
Y en el fondo, riendo a carcajada limpia está el EGO, manejando como títere a la persona.
Está el miedo a “no poder”, que resulta siempre en la impotencia del miedoso.
(Te agradecería que las dos últimas frases las memorizaras y las aplicaras a ti en cuanto te sea posible. Gracias. )
Pero, si eres honesto contigo mismo, leal, humilde, firme, podrás comprobar que al tiempo, todo eso que argumentabas, todos esos miedos, eran superables y no tenía la importancia que el EGO te transmitía.
Nelson Mandela dijo:
“Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados. Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos más allá de cualquier medida. Es nuestra luz, no nuestro lado oscuro lo que más nos da miedo. Nos preguntamos a nosotros mismos: ¿quién soy yo para ser brillante, bello, con talento y fabuloso? En realidad, ¿Quién eres tú para no serlo? Eres un hijo de Dios.
El hecho de que juegues a ser insignificante no le sirve de nada al mundo.
No hay nada de iluminado en encogerse para que la gente a tu alrededor no se sienta insegura. Se supone que todos tenemos que brillar, tal como lo hacen los niños. Hemos nacido para manifestar la gloria del Dios que tenemos dentro. Y no, esto no está sólo en algunos de nosotros: está en todos.
Y así cuando dejamos a nuestra luz brillar, inconscientemente estamos dando permiso a otros para hacer lo mismo. Y así cuando nos liberamos de nuestro miedo, nuestra presencia automáticamente libera a otros”.
Recuerda que no eres esclavo del EGO, abre la puertita de tu celdita mental y emprende el camino a la liberación integral de tu alma.
No te prometo que no vaya a haber dificultades, por el contrario, te prometo que las habrá. Pero también tengo la certeza de que tú puedes andar y ayudar a otros a hacerlo.
Pide del Eterno, haz tu parte, construye Shalom y encontrarás que eres más poderoso de lo que te imaginabas.
¿Lo harás?
¿Lo quieres?
En las ciencias que estudian el alma se encuentra la idea (correcta) de que hay contenidos, sensaciones, recuerdos, pensamientos, sonidos, imágenes, etc., que han sido “desheredados», esto es, que hay facetas de la personalidad de un individuo que él mismo no sabe que tiene.
No los reconoce.
No los admite.
No los asume.
No se apropia de ellos.
Niega su existencia, puede que en general, pero específicamente en sí mismo.
Puede haber alguna sensación/pensamiento/etcétera que es tan repugnante para mí, que no puedo admitir que sea capaz de tener algo tan abominable en mi interior.
Y esta falta de admisión, este ocultamiento de la verdad, esta ceguera es incluso para mí en privado, aunque no la comparta, aunque sea un asunto íntimo y sin testigos, igualmente queda desheredada, fuera de existencia.
Quizás lo que te estoy diciendo te suena conocido, puedes pensar rápidamente en ejemplos tanto en ti como en otros; pero, es probable que no puedas verlo en ti, pues precisamente, es algo que no accede a la conciencia, que no se reconoce, que permanece hundido en sombras e ignorancia.
Por mi parte, podría brindarte decenas de ejemplos, pero prefiero que tú te tomes tu tiempo para meditar, para desenmascararte, para conocerte, sin censuras, sin condicionamientos.
Te desafío a hacerlo.
Las ideas y los sentimientos de este tipo pueden ser reprimidos, es decir, que están enterrados en la parte que la mente consciente no accede.
Pueden permanecer allí debajo, desheredados por tiempo indefinido, hasta que la muerte los separe a ti y a ellos (¿o quizás permanezcan unidos incluso después de la muerte?).
Pero, el contenido desheredado no sólo permanece en estado latente.
Más bien, trata de irrumpir en la conciencia.
De una u otra manera procura emerger, como la mugre barrida debajo de la alfombra sigue ensuciando, estorbando, quizás provocando mal olor, así el contenido desheredado va a reclamar por su porción de atención.
Esta pretensión implica que la persona deba ejercer energía con el fin de mantener la idea reprimida, lo que genera un mayor desequilibrio en el sistema de planos de la persona, un desgaste, un debilitamiento y empobrecimiento de la vida.
En ocasiones también se despliegan uno o más mecanismos de defensas con el fin de mantener a raya el contenido perturbador.
Esta lucha constante por reprimir lo que tememos, lo que nos desagrada, lo que deseamos pero nos parece terrible, lo inapropiado, esta guerra más nuestras defensas son a menudo la causa de los síntomas psicológicos.
Hay una manera mucho más eficiente para la gestión de ideas y sentimientos que nos resultan inaceptables.
El ser humano es un ser compuesto, formado por cinco plano de existencia: físico, emocional, social, mental y espiritual.
Sobre este aspecto no me extenderé ahora, pues he escrito en abundancia en ocasiones anteriores.
Esencialmente es la aleación de sus aspectos animales, humanos y espirituales.
En el cuerpo residen los deseos y los impulsos animales, que no son “malos” de por sí, pues son necesarios para la vida individual y de la especie.
Sin embargo, lo “malo” es cuando se exagera la importancia de estos impulsos, o se permite que sean estos los que controlen la existencia de la persona.
Pongamos algún ejemplo, que suelen permitir comprender mejor.
Comer es una necesidad esencial, pero la gula es una exacerbación enfermiza.
Disfrutar es parte de la naturaleza humana, que brinda bienestar, energiza, ayuda a socializar, etc., pero el hedonismo es una lapidación de los bienes que están a nuestro alcance y nos lleva hacia el declive.
Así pues, esa fuerza impulsora de la vida, nuestra esencia más baja, ha de ser empleada para los fines por los que fue creada.
La función del espíritu es dominar los impulsos y canalizar sus potencias hacia fines armónicos con las leyes objetivas universales.
Para esto se emplean numerosas herramientas, algunas de ellas radicadas en el plano mental, otras en el social e incluso en el emocional.
Con el concurso de estas herramientas y capitaneando la nave-vida ha de estar el plano espiritual, con el mapa que es la Torá, con las acciones enmarcadas por ella.
(Torá para judíos, Torá noájida para gentiles).
De esta forma, la ira puede ser convertida en intolerancia de la injusticia, la envidia puede ser dirigida a trabajar para alcanzar grandes alturas espirituales, etc.
A esto se le denomina “sublimación”.
Ya no se esconde lo sentido como terrible, sino que se lo ve directamente a los ojos, se admite su existencia, se lo ubica en el lugar que le corresponde y se usa su energía –así como la que está libre por no luchar para reprimirlo- para construir un mundo de armonía interna que repercute en un mundo de shalom.
Cuando no se lucha contra los impulsos, sino que se les admite su existencia, pero la persona no se deja llevar por ellos, entonces no se configura una batalla, en la cual sí o sí es la persona la perdidosa.
Se comienza un proceso de auto conocimiento, de crecimiento, de desarrollo, de despojarse de lo nocivo para dejar lugar a lo bueno.
Se emplea la fuerza del adversario en el beneficio propio en lugar de desgastarse en rencillas destinadas al fracaso.
No hay razón para renegar de cualquier pensamiento o sentimiento, por el contrario, sé libre, sé consciente, sé valiente para darte cuenta de que hasta eso tan abominable ha pasado por tu cabeza y es lo que anhela tu corazón (es una metáfora).
No barras la mugre debajo de la alfombra, mejor ¡vela, recógela y recíclala!
Tiferet Israel en la Mishná (fin de Kidushin) cita un Midrash en el que se narra de un rey que al oír hablar de la grandeza de Moisés envió a sus artistas al campamento israelita en el desierto para hacer un dibujo del líder. Cuando regresaron los pintores, le dio la imagen a su fisonomistas, los sabios que eran capaces de describir el carácter de una persona por un estudio de su rostro. Éstos informaron que de esta imagen descubrían que se trataba de una persona narcisista, arrogante, lujuriosa y capaz de la peor clase de comportamiento. Todo esto le pareció al rey incongruente con lo que había oído acerca de Moisés, por lo que decidió ver por sí mismo al líder judío. Seguramente sus artistas habían retratado cualquier cosa y por ello el diagnóstico tan disparatado de los sabios fisonomistas.
Al encontrarse con Moisés, notó que el retrato era como una foto, hasta el más mínimo detalle habían capturado los dibujantes.
Así pues, preguntó a Moisés si le podía explicar que pasaba, para lo cual le contó toda la espantosa descripción que de él habían hecho.
Moshé respondió que los sabios habían dado precisamente en la tecla, pero que habían olvidado un aspecto no menor.
Todas esas facetas aborrecibles de Moshé eran innatas, había nacido con todos esos rasgos.
Sin embargo, los transformó a todos por medio de canalizarlos hacia metas positivas y afines al plano espiritual.
Tenemos la fuerza y la capacidad de dominio sobre nuestro comportamiento, »Es muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón para llevarla a cabo.».
Puedes permanecer “confortable” en tu pequeña celda mental, puedes seguir inventando mil y una excusas, jugar contigo mismo, olvidarte de quien eres, disfrazarte de lo que no eres.
Puedes luchar contra impulsos que niegas, que temes, que te aterrorizan.
Puedes vivir en huida de ti toda la vida, y luego de ella –tal vez-.
O puedes comenzar a cambiar la pisada, a llevar las riendas de tu destino.
Puedes atreverte a controlar aquello que está a tu alcance y dejar de angustiarte por aquello que no puedes controlar.
Puedes disfrutar de la vida sanamente.
Puedes admitir tus errores, pero no para caer en el pozo de la autocompasión ni en el de la autoflagelación, sino para que a partir de tus errores te impulses hacia metas mucho más elevadas.
Tu cuerpo es bueno, tus deseos también.
Tienes el potencial para alcanzar alturas que ni siquiera sueñas.
Depende en buena medida de ti.
Puedes negarlo, o puedes elevarte gracias a ello.
Agradece al Eterno por cada nueva oportunidad de cumplir con tu parte de la Obra.
(Cada una de ellas.)
AgradeceLe por todo lo que te ha dado.
(Todo, es todo.)
Pide por las necesidades del prójimo y las tuyas, pero sin demandar nada.
(Primero las del prójimo, luego las tuyas.)
Habla con Él, ciertamente siempre te escucha cuando Le hablas.
(Quizás tú no entiendas cuando te responda.
Quizás no te agrade la respuesta.)
Vive aquí y ahora.
Aprovecha tu tiempo para construir Shalom en Este Mundo y sembrar gozo en la Perpetuidad.
La idea no es despojarse de lo corporal, físico, material,
sino
vincularlo con lo trascendente, elevarlo, encontrar la chispa de divinidad contenida en cada elemento del mundo.
La idea tampoco es explorar el placer por sí mismo,
sino
que encontrar el disfrute en cada instante,
el regocijo que nos energiza para fortalecernos en andar en la senda del Eterno.
jorgelsalazarc nos consulta:
el el libro de Exodo puede leerse que Moises vio la espalda de el Eterno, concluye el que Di-s si tiene por lo menos esa parte. le explico que cuando la escritura habla de esa forma lo hace en sentido figurado. que otro enfoque puede darse a esta expresion para que se entienda mejor, ya que se piensa que hay un sentido literal alli. que otro argumento valido puede darse.
jorge salazar