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Malvados llamados muertos

«los malvados aun en vida son llamado muertos«
(TB Brajot 18b)

¿Qué podemos aprender para nuestra vida diaria de este pasaje talmúdico?

Ante todo, tenemos que tomar en cuenta que no está mencionando al pecador “normal”, sino al malvado.
¿Quién es éste?
Aquel que peca por ánimo contrario a Dios, por anhelo de rebelarse, para oponerse a la divina Voluntad, para provocar daños adrede contra el bienestar del prójimo.
No se trata del que se equivoca o por ignorancia falla.
Ni del que sabiendo que peca, igualmente lo hace para obtener alguna ventaja material o por pereza, pero sin intención de perjudicar a nadie, ni para demostrar su rebeldía contra Dios y Su Voluntad.
El párrafo se refiere a una clase pequeña y específica de gente, que no hace a la generalidad.

Estos malvados llevan una vida sin sentido, carente de trascendencia, tal como la de los muertos.
Porque, ¿qué aportan para su disfrute en el Más Allá los que ya están muertos?
¡Nada!
El tiempo para sembrar es durante el transcurso de la vida terrena. Terminada ésta, ya no queda más actividad para realizar. Es el tiempo de la cosecha.
Lo que se sembró, eso se cosechará.
(Por ser Dios Bueno, además de Justo, Él se encarga de componer la hacienda de los que no pudieron realizar una tarea digna. Pero, es un tema que no corresponde a este post, y que además ya hemos tratado en varias ocasiones anteriores).

Aquel que a propósito plantó semillas podridas, llenas de espanto, ¿podrá recoger felicidad?
El que adrede mantuvo una postura belicosa, revoltosa y carente de mirada espiritual (trascendencia), ¿recibirá algo diferente a su justo y correspondiente pago?

Así pues, los malvados respiran, sus corazones laten, en el examen médico confirman su salud, hacen y deshacen, pero detrás de todo ello no hay nada de valor eterno para rescatar.
Al morir a este mundo, pasan a una vida vacía, probablemente tenebrosa, en el Más Allá.
La brújula que marca sus vidas no apunta al Norte (Dios, el bien, la justicia, la solidaridad, el shalom, etc.) que es la vida plena de sentido trascendente; por el contrario, directamente apunta hacia el otro lado (mal, corrupción, engaño, burla, destrucción, banalidad, etc.).
Con sus acciones no están formando recuerdos placenteros para la vida eterna, sino imágenes atroces, dolor, miseria, amargura, vacío.
¿En qué se diferencia esto de una vida similar a la muerte?

Podemos aprender que nuestros actos aquí tienen una tremenda repercusión, se preserva la memoria y su sensación correspondiente para la vida luego de esta vida.
Tenemos la libertad para escoger cómo vivimos.
Podemos construir shalom, de lo cual posiblemente obtendremos réditos en este mundo y recibiremos dicha luminosa en el mundo de la Verdad.
O podemos actuar arrastrando la confusión, desparramando el caos, agobiando al prójimo, burlándonos de las cosas sagradas, oscureciendo para nuestra conciencia la LUZ de nuestro Yo Esencial, adorando la falsedad, difundiendo la “mala” palabra, a la postre, ¿cuál será la cosecha que recogeremos?

Toda persona comete errores, más o menos graves, con mayor o menor voluntad de contender contra Dios.
Como sea, hasta el último instante de vida terrenal tenemos la puerta abierta para el arrepentimiento sincero.
Porque, nuestra esencia pura, la NESHAMÁ, esa chispa divina que es nuestra identidad verdadera, ese nexo con Dios, es incorruptible, indestructible. Ningún pecado corta el lazo que nos une con nuestro Padre. Estamos siempre ante Su Presencia, obteniendo Su LUZ. A causa de nuestros pecados vamos perdiendo la conciencia de nuestra belleza intachable espiritual, pero allí, en el lugar escondido que la cobija, sigue estando. A la espera del retorno, de poder alumbrar nuevamente cada recoveco de nuestra existencia.

El pecador que borra las manchas que tapan esa LUZ, obtiene una claridad espectacular, un lugar que ni siquiera el más perfecto justo puede ocupar.
Los que estaban sembrando una posteridad vacía, pueden también poblar de sentido su existencia terrenal y de plenitud su eternidad.
Depende de lo que decidan y cómo vivan.

Esperemos que muera el pecado, pero no el pecador.

El consejo diario 421

Al nacer no tenemos nada que sea propio, ¡ni siquiera el cuerpo!
Lo que somos en ese momento es lo aportado por el ADN de nuestros padres, más lo que fuimos recibiendo como nutrientes a través del cordón umbilical. Fueron procesos automáticos los que permitieron crecer y desarrollar nuestro organismo, sin que interviniera en nada nuestra voluntad o la de otras personas.

Nuestra neshamá, el espíritu, tampoco es nuestro, ya que proviene directamente de Dios.

El consejo: con lo que te regalaron haz tú propia vida, de la que puedas estar satisfecho y en paz, contigo y con tu prójimo.

Cuando partas de este mundo, devuelves el cuerpo, la neshamá sigue siendo de Dios, pero tu vida es lo que legas y lo que disfrutas en la eternidad.

NOAJISMO EN PDF

amanecer

Hola les compartimos una sección en pdf sobre noajismo.

Esperamos que les sea de utilidad ya que la misma sección, la utilizamos durante las sesiones en Fulvida México.

El extracto esta elaborado por maestros peritos en la materia. Fulvida México integra estas secciones en un manual que puede revisar haciendo click en el siguiente linK:

LUZ DE IDA PARA EL ALMA SECCION NOAJISMO FINAL

«Luz de Vida para el alma sección noajismo»
Elaborado por Ing Ramon RQ
Que sepamos construir Shalom

Att Ramon RQ
Fulvida México

Mucho miedo

Está escrito:

«Entonces Iaacov [Jacob] tuvo mucho temor y se angustió.»
(Bereshit / Génesis 32:8)

Habla con el Eterno, y en un momento Le dice:

«Rescátame, Te lo ruego, de la mano de mi hermano, de la mano de Esav [Esaú], porque le temo. No sea que venga y me mate, madre junto con hijos.»
(Bereshit / Génesis 32:12)

Enseñamos en varias oportunidades que todos los miedos se reducen a uno solo: “el no poder”.
Éste se ramifica en cinco, por cada uno de los planos de existencia del Hombre:

  • No poder físico: enfermedad, incapacidad, discapacidad, defecto, lesión, miseria, muerte.
  • No poder emocional: soledad, abandono, rechazo, angustia.
  • No poder social: anonimato, fracaso, pobreza, ridículo, escarnio.
  • No poder mental: confusión, ignorancia, error, locura, demencia.
  • No poder espiritual: no tener certeza de lo que nos trasciende.

El miedo es normal, es natural. Es una señal de alarma, que nos lleva a actuar o precaución, para no encontrarnos de pronto en situaciones lamentables que podrían haber sido evitadas o minimizadas con la debida atención.
Todos tenemos más o menos cada uno de ellos, con mayor o menor consciencia de su presencia, pero el miedo siempre está allí. Aunque algunas personas muy entrenadas en doblegar al EGO tengan mayor capacidad de resistirlo, no es lo habitual.
No debemos ver el miedo como una debilidad especial, un estado alterado, alguna cuestión pecaminosa, defecto emocional, o algo parecido. Es una alarma, y como tal debemos usarla.

Pero, el EGO se aprovecha del miedo y lo transforma en un factor paralizante, para dejarnos desvalidos, en impotencia, a su merced.
Llegamos a tener miedo de aquello que es irrelevante, de cosas inexistentes, de creencias, de fantasías, de lo que no produce malestar real alguno. Hasta tenemos miedo de tener miedo.
Hábil el EGO para usar las herramientas positivas en sentido contrario, para dañar y someter a su esclavitud. Como ocurre con él mismo, que es un recurso natural que contamos para situaciones de extrema necesidad e impotencia, y que sin embargo se desfasa y ocupa lugares que no le corresponden, se activa en situaciones que no le competen, terminando por asumir un rol de conducción que le es ajeno y provoca conflictos, malestar, amargura e infinidad de otros pesares.
Cuando el miedo atormenta, más allá de su función específica, es que suele aparecer el EGO como presunto salvador, nos ofrece alguno de sus trucos para rescatarnos quedando así nosotros como sus deudores, y el precio para cancelar la deuda es nuestra libertad.
Ante el miedo gritamos, lloramos, pataleamos y/o nos desconectamos de la realidad (con cualquiera de sus variantes y derivados). Tal cual acontece cuando el EGO comanda y nos sentimos en impotencia. Quizás alguna de estas reacciones nos libere de una situación incómoda, nos espante el miedo por un rato, nos sintamos en control… pero claro, es solamente una ilusión de poder, algo pasajero que solamente nos retiene en nuestra celdita mental.

Vayamos al ejemplo con el que comenzamos este encuentro.
El patriarca Iaacov podría tener motivos para temer.
Su hermano era un bravucón que venía acompañado por 400 muchachotes. Él había prometido matarlo. Era conocido por su violencia y falta de límites. Y Iaacov venía con su familia, con pequeños, con animales, probablemente en desventaja numérica y estratégica.
Por otra parte, el Eterno le había prometido protección, por lo cual debiera haber encontrado manera de encaminar el miedo hacia una actividad proactiva.
Pero, el miedo le estaba atormentando. Se sentía en franca desventaja, en camino a su demolición.

De acuerdo a la Tradición el patriarca Iaacov se preparó para el encuentro que tanto miedo le generaba de tres maneras:

  • Rezó al Eterno.
  • Envío regalos para apaciguar a su hermano.
  • Se preparó para la guerra contra su hermano.

Como primer respuesta está el construir shalom, con acciones de bondad y justicia.
Rezar, por supuesto, pero sin dejar de hacer lo que es necesario en los otros planos para establecer la armonía y el entendimiento. Porque El Eterno no nos puso en este mundo para que Él nos haga los favores a cambio de rezos.
En caso de que el camino de la concordia no funcione, porque de la otra parte se insiste en la destrucción, en el caos, en el mal; el constructor de shalom NO ES un pacifista que vive en una turbia nube de falsa paz, que reniega de los derechos y la justicia. Sino que como verdadero pacifista está preparado para hacer valer la ley incluso a través del uso de la fuerza. Dentro de los límites necesarios, con una conducta ética, sin moverse con el afán de conquistar o destruir, sino para que reine el bien y la justica.

La Historia de todos nosotros

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Es chistoso como nos empecinamos en eludir las responsabilidades (y me incluyo).

Parece más sencillo que otro sea el que supla, explique, aclare, haga, deshaga, corrija, ejecute, nutra, de, etc, y así ad infinitum….

¡Pero claro…¡ Ego humano sobrelimitado, haciendo creer que la responsabilidad de pensar, hacer o analizar es del otro y nunca propia¡¡ Ego humano insuflando el placebo (sensación poderosa) que necesita la persona para calmar el dolor que produce la impotencia..¡

Y lo más curioso de todo es que es de las profundidades psíquicas de uno mismo desde donde se da este fenómeno.

Nadie estimula directamente el Ego a otro para que el Ego “inyecte ilusión poderosa” en la persona estimulada; sino que en fracciones de segundo el fenómeno se da en un único y solo individuo ante lo que sea que le cause la molestia de la impotencia.

Digo esto por las observaciones objetivas de mi propia conducta, y porque lo noto en otros también.

Por ejemplo, cuando se nos presenta algún religioso, o bien, alguien con algún credo distinto al propio intentando convencer de su credo, se inicia una aparente guerra entre 2 sobre quien lleva la razón.

Digo que es aparente, porque en realidad hay más implicados: Yo y mi Ego herido por la amenaza, y el Otro con su Ego herido por la misma amenaza; y cada quien pujando hacia su lado, que no lleva a ningún lado; excepto a generar más caos, odios, venganzas y desequilibrios.

No hay comunicación asertiva, raciocinio, análisis o lógica; lo que hay es sensación poderosa que me haga suponer cierto control sobre el otro, y desconexión de la realidad cuando veo que no puedo controlarlo.

Los que nos hemos dejado educar por las enseñanzas sobre nuestro Ietzer Hará[i] y que hemos identificado claramente como la raíz de la mayoría de problemas existenciales, intentamos de algún modo abandonar las contiendas innecesarias egocéntricas para no generar más caos del que de por sí pudiera existir[ii].

No es que nos retiramos de la contienda resentidos con el oponente deseándole que en algún momento de su vida entienda, pero en el fondo deseándole el mal.

Tampoco es que nos retiramos de la contienda sintiéndonos superiores por estar en “la verdad” y en otro en “la mentira”.

Nada más alejado de la realidad.

Nos alejamos porque sabemos que si nos mantenemos en un “dime que te diré” es porque nuestro EGO tomo control de nuestro intelecto, y nos hará sentir que debemos defender a ultranza nuestra zona segura a costa de lo que sea; incluso al grado de desear el mal en el otro para que entienda nuestro punto, para así traerlo de nuevo “al redil de los buenos”.

Y esto no es teoría, es experiencia vivida.

Hace poco me toco identificar la sensación poderosa que insufla mi Ego y que me hace creer que estoy en “una guerra santa contra infieles”.

Resulta ser que un querido amigo judío sube a su muro de Facebook una fotografía de un fanático cristiano-mesiánico, en plena práctica de sus ritos religiosos. Rito irreverente e irrespetuoso no solo de la tradición de la gran familia del querido amigo judío; sino que también irreverente e irrespetuoso, y “contra legem”, de nuestra identidad y de la orden divina de Prohibición a la Idolatría de nuestra santo Código Noájida.

A pocos segundos de haberla publicado, empezaron las reacciones y los comentarios.

Bajo el estricto respeto, unos opinaban basados en las enseñanzas antiquísimas propias de los judíos; otros opinábamos basados en las enseñanzas de nuestro sitio, enseñanzas que vienen de nuestro guía. Otros preguntaban y sus dudas eran aclaradas por los orientadores.

Pero todos, al fin, queriendo desenmascarar el error para hacer la corrección y la orientación de sus vidas.

No paso mucho tiempo cuando…!!.. ZAZZZ…¡¡¡ Me entra por in box un mensaje del autor de la fotografía. Del religioso disfrazado de lo que se supone es un “iluminado”.

Sin que nadie lo invocara, llamara o mencionara, el autor de la fotografía se presenta ante mí, un ególatra que intenta destronar al Ego de su vida, dándome explicaciones confusas y carentes de todo lo que se le denomina “sano juicio”, para poder justificar la fotografía en cuestión.

El buen señor de la fotografía, autoproclamado Efraim, sostuvo la siguiente conversación conmigo:

 

Efraim: “Don luis con todo respeto tenga buena tarde, deseaba aclararle acerca de la fotografía que subio XXX, lo que observa no es un judío disfrazado, nosotros NO SOMOS JUDIOS NI PRACTICAMOS JUDAISMO, NOSOTROS SOMOS EFRAIM, CASA DE ISRAEL, NO PRACTICAMOS HALAHA SOLO TORA. Nosotros creemos en una sola voluntad y en un solo amor, a través de la Bendita Tora. gracias!”

Yo, el ególatra: “Saludos Señor XXX. Muchas gracias por la aclaración. De mi parte y desde mi ideología, no hay problema de que practiquen lo que les hace feliz o completos.”

Efraim: “Gracias, ahora que venga el Mesias todo se aclarara, al final la verdadera espiritualidad consiste en amar al único que es y que fuera de Èl no hay nada. pero ese amor debo mostrarlo al que veo y percibo ese es usted! nuevamente Gracias.”

Yo, el ególatra: “Descuide. Como le indico, no soy hombre religioso o de fe; así que el concepto de espiritualidad es diametralmente opuesto al suyo. Pero muchas gracias por la aclaración.

Efraim: “paz y vida. gracias!”

 

Imagino que el buen señor “efraim” mando mensajes privados a cada comentarista, más o menos parecidos a los que me envió.

Ya no solo a través de la fotografía muestra su confusión, sino que desde sus palabras se hace muy evidente.

¿Qué se hubiera logrado si hubiera entrado en un “dime que te diré”, en una guerra de argumentos con el señor Efraím?

Nada. No se hubiera logrado nada; por el contrario se hubiera perdido mucho y se hubiera creado más caos.

Pero he de confesar que mi primera reacción no fue la más amorosa, como equivocadamente supuso el buen Efraim.

Pero lo cierto es que luego de algunos días de la publicación de la fotografía, y de las explicaciones que dio el señor Efraim y que nadie le pidió, y luego de pensar un poco en su situación y en la mía, quise publicar mis conclusiones, basándome en sus propias palabras, pero también en mi propia experiencia en el camino hacia la corrección.

 

Señor Efraim:

  • La fotografía que subió XXX si es de alguien disfrazado. Esa es la verdad y la realidad de dicha fotografía. Sin escusas y sin maquillar la situación admítalo. Muchos hemos vivido por años con mascaras de “yoes vividos” que habíamos creído que es nuestra identidad. Pero la realidad es que dichas mascaras no eran “nosotros”. Eran disfraces que ocultaban nuestra real y pura esencia, a la que intentamos retornar.
  • Es cierto; ustedes no son judíos; pero tampoco son “efraim, casa de israel”. Ese calificativo que usted usa para identificarse es una “cosa” que le han hecho creer personas igualmente de confundidas como usted; que oculta su identidad y que atenta, ridículamente, contra su instinto natural gregario o social. Usted es una persona individualizada, que ocupa un espacio y un tiempo limitado. No lo desaproveche creyendo que es una especie nueva humana o extraterrestre inventada por algún desviado mental.
  • Si ustedes creen en una sola voluntad…¡¡¡qué bueno!! Pero déjeme aclararle que esa única voluntad es la suya. Usted no es un ser autómata que se rige con alguna programación, como si lo es un robot. Usted es un ser que tiene libertad y libre albedrío, y desde esa libertad usted es un ser responsable de usted mismo y de su vida. Nadie tiene la capacidad de interferir en su voluntad. Si ustedes creen en un solo amor…¡¡¡qué bueno!! Pero déjeme aclararle que el amor no es un sentimiento barato, como equivocadamente hemos pensado muchos. El amor es un lenguaje, un medio comunicativo; tal como el español u otro idioma, tiene sus signos, reglas, excepciones y límites. Que algunos lo ignoramos ese es otro tema; pero que de cuando en vez lo entendamos es indiscutible. Por otro lado, déjeme aclararle que la Tora (escrita y oral) es patrimonio único y exclusivo del pueblo judío; el cual la recibió por herencia perpetua directamente de Aquel Que Ostenta La Máxima Autoridad, a través del inigualable Moisés. Pero que no lo desanime mis afirmaciones. Usted puede tener acceso a ella bajo ciertos límites, claro está. Tiene que enseñársela un maestro idóneo; y solo aquellas partes referentes a su identidad y obligación. Ya que si no es así, llamará “voluntad” y “amor” a cualquier cosa; tal y como lo especula, corriendo el riesgo de confundirse aun más de lo que ya de por sí está.
  • Por otro lado ¿Por qué supone que cuando llegue el Mesías todo se va a aclarar? ¿No será al revés mejor dicho? Es decir ¿Aclarar las cosas antes de que llegue el mesías para fomentar su llegada al mundo y con él la anhelada era mesiánica? Como ve, nosotros desde nuestra impotencia egocéntrica suponemos más sencillo que otro sea el que supla, explique, aclare, haga, deshaga, corrija, ejecute, nutra, etc. Creemos que la responsabilidad de nuestra destartalada vida y confusión es de otro y nunca propia. Usted, y solo usted, es el responsable de hacer su parte para aclarar “los nublados del día”. Pero déjeme decirle que disiento con usted, radicalmente, en su concepto sobre la espiritualidad. ¿¿Si en lugar de buscar la espiritualidad “amando al único” la buscara siendo una persona buena y justa, siendo un buen ciudadano, o acercándose algún maestro judío que nutra de ética sus actos, podría generar mejores y mayores réditos para usted y su entorno?? Pero en fin, la decisión va a ser siempre suya y únicamente suya.

 

Estimado amigo, pueda ser que esté equivocado. Pero lo cierto del caso es que se lo digo con toda la buena onda posible. Al fin y al cabo, todos estamos y seguimos aprendiendo a conocernos.

Que esta sea mi parte de mi contribución para ayudarle al señor Efraim en nuestra misión de hacer del mundo, un mundo mejor.

Gracias.

 

 

[i] http://fulvida.com/2012/01/31/del-ietzer-har/

 

[ii] http://fulvida.com/2011/07/03/romper-el-crculo-vicioso/

Noajismo como identidad espiritual

arco iris por el cieloEl noajismo es un nuevo concepto que tiene como premisa el reconocimiento de los siete mandamientos universales. Es una suerte de nueva identidad que nace de la lectura y el estudio de la Torá hecha por muchos expertos, maestros y sabios judíos.

Si bien no es popularmente conocido, y hasta la palabra noajismo puede sonar extraña, distante ajeno ya que en la sociedad se tiene el concepto de espiritualidad asociado a los templos, la rendición de culto a estatuas que representen identidades imaginarias, dioses poderosos, rituales cuya explicación es incoherente, laxa, superficial, engañosa y hasta encierra mucha malicia, resumiendo casi todo lo que la iglesia universal ha sabido captar y generar un fenómeno que se ha instaurado en lo más profundo de nuestra psique como sinónimo de espiritualidad, que no es más que una falsa imagen de espiritualidad, un engaño.

Noajismo, a diferencia del judaísmo, no es una nación, está desligado de rituales religiosos, se basa en la acción positiva de hacer justicia y en la restricción de ciertas acciones que conducen a la infracción , en cultivar buenos valores, en el cumplimiento de la ley, en fomentar la solidaridad, en saber que la vida tiene un sentido transcendental, es un modo de vivir en armonía con Dios, con el prójimo, con nosotros mismos, noajismo es sinónimo de paz interior, de bienestar, de salud espiritual, además es un plus ya que supone la conciencia de un único Dios.

Es saber que no se necesitan intermediarios, ni puentes eclesiásticos, el único puente es el mismo arco iris que simboliza el reconocimiento de la ley ordenada por Dios, del pacto, de tener conciencia, de saber que el ser humano tiene tendencias negativas y que por más que estemos en infracción, sabemos con podemos en la intimidad tener un dialogo sincero con el Padre celestial y que él está paciente esperando por nuestro retorno, y quien concede perdón y en consecuencia castigo cuando hay verdadero arrepentimiento.

Resumiendo, noajismo es un concepto de espiritualidad, al no ser una nación en sí misma, es un modo de vida que trae paz y armonía al mundo, es la elección de Dios para los gentiles, es su voluntad por lo tanto esta en nosotros asociarnos con el Eterno y construir un verdadero paraíso en este mundo cumpliendo con sus leyes.

Dioses robados

Laván, tío y suegro de Iaacov, le dice a éste:

«Yo tengo poder para haceros mal,
pero el Elohim de tu padre me habló anoche diciendo: ‘Ten cuidado, no hables a Iaacov [Jacob] ni bien ni mal.’
Y ya que te ibas definitivamente, porque tenías tanta nostalgia por la casa de tu padre, ¿por qué me has robado mis dioses?»
(Bereshit / Génesis 31:29-30)

Yo tengo el poder para hacerte mal, a ti y a quienes te acompañan, dijo Laván.
En el plano material, es una afirmación temeraria pero cierta.
Laván contaba con un pequeño ejército que tenía la capacidad de infligir daños corporales a Iaacov y su gente.
Además, en el plano emocional y social, no conocían de impedimentos para llevar a cabo sus deseos sanguinarios.
Y, hasta cierto punto, en el plano mental estaba todo acondicionado para ejercer su dominio.
Sí, poder tenía.
No era un bravuconcito del barrio que pretendía lo que no poseía, que hacía gala de recursos de los que carecía. De un instante al otro él podía provocar un espantoso sufrimiento a su contendiente.

Sin embargo, un poder superior (Dios) le impedía ejercerlo, porque de hacerlo, las consecuencias que soportaría serían tremendas.
Entonces, ¿en qué quedó su poder?
¿Le reportaba beneficios, o se había girado en su contra y ahora podría explotarle en las manos y dañarlo?
En los hechos, ¿era poderoso o impotente?
¿Era realmente poderoso, y por ello hablaba desde el AMOR; o era impotente y sus palabras brotaban del EGO?

Si se contenía en sus cometidos malignos, porque el Eterno así le había mandado, y encontraba el camino para vivir en paz con ello, derivando su energía hacía fines constructivos, entonces estaría ejerciendo realmente el poder. Esta es la “magia” del perdón, el arrepentimiento, la Comunicación Auténtica, el admitir la debilidad, el agradecer, el dejar fluir lo indomeñable pero controlar aquello que está bajo nuestro dominio, el disfrutar de lo permitido, en resumen: construir shalom con acciones concretas de bien Y justicia. Tanto en lo interno como en lo externo, con uno mismo y con el/lo otro. Existiendo en la senda del AMOR.

Pero, de continuar en puja entre su poder real con su impotencia real, no tendría paz, ni estaría en paz.
El conflicto lo llevaría a malgastar las energías, a responder con los instrumentos del EGO, a doblegarse o querer doblegar.

Por lo general, vivimos bajo la sombra del EGO, en conflicto entre poder e impotencia; o simplemente ahogados en impotencia sin más que chispazos de algún poder.
Esto es, en sufrimiento, en exilio, en desconexión.

¿Te suena conocido?
¿Hay algún mensaje para ti en esta enseñanza?

Otro tema.
Él ha recibido directamente el mensaje de parte del Eterno.
Dios le ha manifestado Su Voluntad y al mismo tiempo Su Presencia.
Sin embargo, el se lamenta porque cree que Iaacov le ha robado sus dioses. Esos maniquíes sin vida ni poder, pero que él adora y sirve y mantiene como sus dioses.
¿Puedes comprender esta impresionante paradoja?
Dios le ha hablado, pero él sigue aferrado a la muerte.

¿Te suena conocido?
¿Hay algún mensaje para ti en esta enseñanza?

Un Mago en Ti.

El trabajo del Mago es el engaño.

A mas grande sea el engaño , mayor es el aplauso.

Cada uno de nosotros posee un Mago (Ego) , utilizadoimagepara recibir el aplauso , aplauso de impotencia , debilidad , sufrimiento , vacio espirutual…

Como vivimos engañados , no percibimos el mal que nos hacemos al pecar.

Desconectemos ese Mago , no hay prueba del Mago que no podamos sobrepasar , aunque el Mago muestre mediante el engaño nuestra impotencia y debilidad.

Si nos creemos el truco de  la debilidad o abrimos los ojos de que somos FUERTES.

AMOR que no es amor

Es normal que ni bien llegados al mundo busquemos instintivamente que nos conforten, atiendan, sirvan a nuestras necesidades, contengan, nutran, cobijen, brinden seguridad, nos toquen, nos mimen, nos hagan sentir vivos, nos trasmitan sentido, contacten y conecten. En los primeros instantes terrenales, estamos sumergidos en una pesadilla espantosa, privados de todo poder, a merced de la impotencia más terrible y total. Dependemos casi absolutamente de la merced de algún otro que nos sostenga en vida. Por ello, contamos con un recurso natural, ubicado en la base de nuestro cerebro, que dispara señales de alarma, para atraer la atención, para movilizar al entorno para satisfacer nuestras urgentes demandas. Allí está el EGO, cumpliendo su natural función de rescatador en las situaciones de verdadera impotencia. Recurre a sus herramientas básicas y toscas, pero que tienen bastante efectividad: llanto, grito y pataleo, y/o desconexión de la realidad.

Sin demasiadas variaciones, en el fondo, continuamos así hasta el día en que partimos de este mundo.

Es seguro que esta búsqueda instintiva no pasa por el pensamiento, no se razona, no se negocia, no se cuantifica, simplemente se desea y se busca.
Aunque no lo parezca, lo que estamos buscando, de cierta forma, se le puede denominar “amor”.
Es el amor de base biológica, es el deseo de recibir de forma egoísta y carente de apreciación.
Estamos todo el tiempo buscando amor. En una máxima de Lacan: “La demanda (exigencia, pedido, reclamo) es siempre demanda de amor”. ¿Qué habrá querido decir el jeroglífico psicólogo? ¡Quién lo sabe! Al menos, yo no (y no pretendo saberlo, duermo bien así como estoy). Pero, podemos estar de acuerdo con lo que expresa llanamente la frase. Todo lo que te están reclamando, cada vez que se te quejan, cuando requieren algo, en el fondo solamente quieren amor. Desean recibir de manera egoísta.
Tu hija cuando no quiere comer. Tu hijo cuando se escapa de la tarea del hogar. Tu esposo cuando no lo dejas contento con nada. Tu esposa cuando se escapa al centro comercial a devorar el sueldo. Tu madre por reclamarte que la llames. Tu padre por obligarte a estudiar lo que a él le hubiera apetecido. Tu jefe cuando te niega tus derechos laborales. El que te hostiga por no tener suficiente valor personal. El político, el religioso, el dios, el gurú…

Advirtamos que éste NO ES el AMOR, cuyo origen es espiritual, y que se puede describir como el hacer lo favorable por otro, que no nos perjudique injustificadamente, y sin esperar nada a cambio.
El AMOR de base espiritual, es el deseo y acción de dar, de manera generosa, desinteresada.

Cuando el amor (deseo de recibir) es obstaculizado, nos sentimos rechazados, desamparados, amargados, tristes, débiles, carenciados, entre otros sentimientos oscuros.
Ante la posibilidad, real o fantaseada, de no recibir se dispara el miedo.
Recuerda, el común denominador de todo miedo es la impotencia. Todo miedo es, en resumidas cuentas, la previsión de que no tendremos algún poder.
Al prever que no será satisfecho nuestro deseo de recibir, ¿cómo no sufrir de miedo? Porque, ¿no es esa la repetición de la peor experiencia de impotencia que hemos padecido (al momento de nacer)?

Recuerda cuando llegaba esa fecha “mágica”, en la cual como niño recibías regalos. Reyes, Navidad, Januca, día del niño, tu cumpleaños, cuando fuera que estuviera la esperanza y expectativa por un regalo.
Podría ser el objeto anhelado lo que disparara esa adrenalina; al fin lo tenías, podrías usarlo. Así como también enorgullecerte con él, mostrarle a los demás lo poderoso que eres, cómo recibes regalos que otros no son capaces siquiera de soñar. Sí, te daba disfrute no el mero hecho de tener ese juguete, sino todo lo que lo rodeaba. Eres poderoso, tal la ilusión que representa el obtener esos privilegios.
Pero, ¿quizás, además, en el fondo lo que importaba era saber que eras querido por alguien, que se te amaba?
¿Viste? Además de lo material y de lo social, estaba implicado el plano emocional. Tú eras alguien para otro alguien, lo suficiente valioso como para que se te prestara atención, como para que se te obsequiara alguna cosa distinguida.
¡Cuánto esconde esa falsa magia, producto del EGO! Que se empeora cuando está todo revistado de un halo de misterio y esoterismo cúltico, como en el caso de los regalos de Reyes, Navidad o el dinero del Ratón Pérez. Porque allí ya no son los padres o abuelos los que te aman y te otorgan poderes mágicos, sino que provienen de fuentes místicas y sobrenaturales. Es un dios, o un ángel, o un santo, o reyes, o personajes metafísicos, o el universo orquestando tu éxito lo que te empondera. ¡Cuánto disparate, todo producto del EGO! Y así están niños y mayores, enfrascados en estas mentiras que parecen piadosas, simpáticas, sin veneno, pero que resultan un abismo impresionante, caótico, maléfico, que ayudan a extender el dominio del mal sobre la vida personal y colectiva.
¡Haría que desterrar asuntos tales como Reyes, Navidad o el Ratón Pérez! Ya no solamente por estar, alguno de ellos, involucrado o fomentando la idolatría, sino por servir como instrumento de dominación del EGO!

Como comprenderás, el amor no es AMOR.

Entonces, por una parte si no aparecía mágicamente la bici o la consola de videojuegos, aparecía la decepción y la bronca; pero por otra parte, al menos alguien te amaba y lo estaba demostrando.
Dependiendo de tu educación, de tus aprendizajes, de tu situación vital, ganaba una y otra parte en este juego. Entonces, te quedabas con enojo pero disfrutabas de la sencilla pelota; o aventabas lejos la pelota, amargado y resentido con el mundo, que tan pobremente manifestaba el amor que “te merecías”.
Para pensar.

Es tan ambiguo, tan complejo.
Se nos enseña a esperar, y a depender, a demandar, quejarnos, obligar a dioses y ángeles a estar a nuestro servicio. Pero se nos enseña a no ser humillados y a obtener las cosas por nuestra cuenta.
Se nos dice que si somos buenos recibiremos nuestras demandas. Pero, “los reyes están pobres este año y aunque fuiste muy bueno solo pudieron comprarte esto”.
Se elogia el éxito personal, pero se aplauden las ventajas obtenidas con “viveza criolla”.
Se insiste en que es malo ser egoísta, que lindo es compartir. Pero, se nos agobia con consumismo, evasión de la realidad, y a creernos con derechos pero sin deberes.
Se alienta e insta a que el pequeño aprenda a decir sus primeras palabras. Pero, al rato se le obliga a callar porque molesta a la hora de ver la tele, o hace preguntas “inapropiadas”.
Se habla de la igualdad de las personas. Pero, se sigue viendo el encontrar pareja como salir de caza, conquistar, atrapar en la red del “amor”.

Hasta aquí por hoy.