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Usted es noájida

Si ha nacido de madre que es judía (realmente judía, no “judía por fe”, no “judía porque le parece”, no “judía por apellido”, no “judía por Cristo”, no “judía porque me parece que desciendo de sefaraditas”, no “judía porque alguien me lo dijo”, no “judía mesiánica/netzarita”, no el “Israel espiritual”, no “judío cristiano”, no “cabalístico”, entre otros que se creen o se hacen pasar por judíos SIN serlo),
si ha nacido de madre que es judía,
entonces usted es judío.

Si ha nacido de madre gentil pero ha realizado un proceso legal y leal de conversión al judaísmo, (NO esas falsas conversiones mesiánicas, evangélicas, por internet, reformistas, creerse judío por sentirse uno, entre otras que no tienen ninguna validez),
entonces usted es judío.

Si ha nacido de madre gentil y no ha realizado su proceso de conversión leal y legal al judaísmo,
entonces usted es gentil.
¡Qué bueno que así sea!
Significa que es hijo de Dios, hecho a “imagen y semejanza” del Padre, sin necesidad de tener fe en nada ni nadie para ser salvo. Quiere decir que ha recibido un don maravilloso, el de ser beneficiario de los bienes de este mundo y estar dispuesto para gozar los bienes del mundo eterno. Sin necesidad de rituales, sin obligaciones extrañas, sin tener que aprenderse libros enteros incomprensibles, sin poner su fe en cosas absurdas, sin necesidad de seguir a ningún clérigo o líder iluminado. No precisa nada de ello, porque usted ES hijo de Dios y tiene al acceso allanado hacia Él.
Usted es miembro del 99.98% de la humanidad, con una senda propia y sagrada hacia Dios, la cual es el noajismo.
Esto es tal cual lo que Dios ha dispuesto.

Como gentil que es, ha nacido con una identidad espiritual propia, que le representa auténticamente, que le une con el Padre Celestial, que es su Yo Esencial, que es su espíritu de vida en este mundo y en el mundo más allá.
Es su espíritu enlazado a Dios por el dorado hilo noájico.

El espíritu del noájida, que así es como podemos denominar al gentil, se expresa en su plenitud a través del cumplimiento de los Siete Mandamientos para las Naciones:

  1. No servir a dioses falsos.
  2. No maldecir a Dios.
  3. No asesinar.
  4. No tener relaciones sexuales prohibidas.
  5. No robar.
  6. No comer parte de animal con vida.
  7. Establecer sistemas de ley y justicia.

Estos son los preceptos básicos, fundamentales, de los cuales se derivan diferentes reglas y costumbres.
Están todos estos mandamientos basados en dos grandes pilares: la bondad y la justicia. Pues ambos deben estar contemplados en la conducta habitual de la persona. Que todos los actos sean buenos y justos, pues así se construye shalom. Así se ordena el caos, se alumbra la oscuridad, se sana a los enfermos, se da vida a los que mueren, se trae la Presencia de Dios a nuestras vidas.
Haciendo así es como cada uno contribuye a restablecer el Paraíso en la Tierra, a promover que vivamos en la Era Mesiánica.

Cada gentil ES un noájida.
No precisa conversiones, ni confirmaciones, ni documentos que lo habiliten, ni tribunales que lo sancionen, ni aplausos, ni recitaciones.
Por el hecho de haber nacido ya uno es noájida.
La cuestión estriba en saberlo y entonces actuar conscientemente de acuerdo al Plan de Dios (el noajismo).

Así pues tenemos distintos grados de cercanía del noájida con su identidad espiritual:

  1. El que no sabe que es noájida y tampoco vive los preceptos.
  2. El que no sabe pero los cumple porque son éticos, parte de la vida corriente en la sociedad moderna.
  3. El que lo sabe pero elige otra cosa.
  4. El que lo sabe, pero los cumple en parte.
  5. El que lo sabe, los cumple, pero los mixtura con religiones o con judaísmo.
  6. El que lo sabe y los cumple esperando recibir premios a cambio.
  7. El que lo sabe y los cumple porque para ello está en este mundo.

Usted, ¿en cuál de estos grados se encuentra en este momento?
Me agradaría mucho que dijera que en el séptimo, pero si no es así, cualquiera está bien en tanto se comprometa a estudiar y conocer para aplicar con conocimiento y pureza.

Espero que haya quedado claro,
usted ES noájida, sin importar lo que le hagan creer o le hicieron creer. No es cristiano, ni musulmán, ni ateo, ni umbandista, ni sintoísta, ni nada de esas cosas; usted ES noájida. Las religiones (incluida la atea) son máscaras que entorpecen el reconocimiento del propio rostro, son producto del EGO y no regalo del Cielo.

Usted ES noájida, porque esa es la condición natural de todo gentil.
Así pues, cuando descubre la senda sagrada del noajismo y decide andar por ella,
no está “naciendo” de nuevo,
ni afiliándose a una nueva religión,
ni en tránsito para convertirse al judaísmo,
ni en un movimiento que alguien puso de moda,
ni en una secta extraña,
ni formando parte de una doctrina,
ni cambiando nada en su propia esencia,
simplemente está volviendo a usted mismo,
a ver su propio rostro sagrado,
a redescubrir su identidad,
a encontrar quien es realmente
y así poder encontrar realmente a Dios (y no a los dioses, que todos son producto del EGO).

En su enorme mayoría,
con sinceridad,
lleno de buenas intenciones,
deseando la conexión sagrada con el Padre,
el gentil ha intentado por muchos medios descubrir su llama espiritual,
hacer que la Luz brille en su ser,
abrazarse al Padre,
ciertamente que mucho ha probado el gentil,
religiones y dogmas, doctrinas y creencias, fe y rituales, simulaciones de judaísmo y misticismo variado, supersticiones y renuncias,
sí, llevado por su deseo por el Padre mucho ha hecho el gentil,
pero todo ello lo desvía del sagrado sendero.
El gentil fracasa, una y otra vez.
Repito, no por malicia en su gran mayoría, no por odio a Dios o deseo del mal,
¡todo lo contrario!
Es su deseo del bien, su amor al Padre, pero la ignorancia de su identidad espiritual así como las trampas del EGO lo que lo llevan siempre al extravío y el fracaso.

Pero ahora, está usted en posesión de la clave para su felicidad, para su bendición, para su salvación, para su plenitud.
Es simple, es sencillo, es sagrado, es real.
Es el noajismo.
Es el RETORNO a su propia identidad, no a convertirse en algo diferente, sino dejar de lado los disfraces para ser usted mismo.
Regresar al HOGAR, al Yo Esencial, a ser auténtico, a estar conectado con sí mismo, con el prójimo y con el Padre.
Es un despertar, no una conversión.

Usted es noájida, ¡sea feliz por ello!
Ahora, es tiempo de despertar, de ser.
De actuar con bondad y justicia, sin religiones, sin seguir a líderes religiosos, sin rituales, sin repetición de lemas, sin vestirse diferente, sin hablar raro, sin predicar cosas que parecen “espirituales” pero poco tienen que ver con el camino que Dios ha trazado para usted.

Usted es noájida, vívalo a pleno. Solo cosas buenas obtendrá de ello.

Excusas que empequeñecen tu vida

El EGO cuenta con una herramienta muy útil para manipular, procrastinar (dejas las cosas para después), engañarse, negar las evidencias, sumergir en vapores de fe y falsas esperanzas y limitar el desarrollo multidimensional de la persona; es la desconexión de la realidad, en cualquiera de sus vertientes y matices.

La persona genera excusas para eludir obligaciones o disculpar omisiones, como la invención de una “realidad” alternativa y paralela, en la cual uno queda de cierta forma liberado de sus deberes o de hacerse cargo por sus errores.

Esto no es nada nuevo, todo lo contrario.
Desde el primer hombre hasta la fecha así nos hemos querido quitar de encima la responsabilidad por nuestras acciones y omisiones.
Mira:

"Le preguntó Elokim: -¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que te mandé que no comieses?
El hombre respondió: -La mujer que me diste por compañera, ella me dio del árbol, y yo comí."
(Bereshit / Génesis 3:11-12)

Yo comí del árbol que Tú me habías prohibido, pero esa no es mi culpa, es TU culpa Dios, sí, Tuya. Sí Dios, a Ti te estoy acusando, porque la mujer que me diste es la que me hizo comer de él. Así que si quieres acusar a alguien, acúsate a Ti, pues, ¿quién te mandó darme una compañera fallada y que me hiciera errar? Si Tú hubieras hecho bien las cosas, Dios, entonces yo no estaría en esta situación tan extraña.”
Algo así es la desvergonzada acusación con la cual el primer hombre se quiso excusar de no haber respetado el mandamiento particular que había recibido del Eterno.
Excusas groseras, violentas, fraudulentas, nocivas. Actitudes que mantienen y aumentan el daño y no aportan elementos para la recuperación y el restablecimiento.

A todo esto, ¿la primer mujer actuó mejor?
Atiende:

"Entonces el Eterno Elokim dijo a la mujer: -¿Por qué has hecho esto?
La mujer dijo: El serpiente me engañó, y comí."
(Bereshit / Génesis 3:13)

Yo tampoco tengo culpa, Dios mío, yo soy una víctima en todo esto. No entiendo porqué mi marido me acusa de algo que no hice, ni porqué él te agrede a Ti. Es evidente que toda la culpa la tiene ese sujeto, tan simpático y ameno, el serpiente es el que debe pagar los platos rotos. Él me hizo trampas, me hizo el cuento del tío y yo compré un buzón. ¿Es mi culpa acaso? Vamos Dios, Tú sabes que el culpable es el serpiente. Castígalo a él, o si quieres a mi marido, pero a mí… ¡déjame en paz!”.

Si nos lo permitieran los demás, podríamos dar excusas de forma casi indefinida, que es como si dejáramos que la vida sea manejada por “el destino”, por las pasiones del momento, por otros, por deidades paganas, por cuestiones de la suerte o casualidad, por el EGO, en una aparente falta de responsabilidad, sin hacerse cargo de las cosas, en un falso fluir con los acontecimientos. Ciertamente que esto también es una decisión que hemos tomado, una claramente errónea, negativa, que conduce al dolor y el malestar. Sí, cuando soltamos las riendas y dejamos que las cosas sean llevadas por los vientos y las corrientes, sin control, también somos responsables de los desastres que se acumulen en nuestra existencia y de los que nos rodean.
El no querer decidir, ya es en sí misma una decisión.
El escapar hacia el mundo de la irrealidad, sea en forma de sueños, drogas, fantasías, excusas, engaños, negaciones, fanatismo, necedad, lo que fuera, es un escape ilusorio, porque seguimos estando allí, en medio de los problemas, aumentando el caos en vez de colaborar para establecer el orden y el flujo de la energía.

Lavarse las manos, mirar para otro lado, esconder la mugre debajo de la alfombra, tapar la mancha de humedad con un cuadro, echar culpas, maldecir, invocar dioses y demonios, posponer la asunción de la responsabilidad y actuar en consonancia, está como factor que obstaculiza la paz y no como promotor de estabilidad.

Entonces, si en vez de involucrar a otros en nuestras equivocaciones,
si en lugar de esperar que vengan poderosos milagrosos a resolver los conflictos,
si no decimos que “el tiempo todo lo cura”,
si dejamos de pretender manipular a Dios con rezos y negociaciones,
si no nos hacemos más los desentendidos 
y nos hacemos cargo de lo que nos corresponde, por lo cual emprendemos el camino de la restauración,
seguramente que haremos grandes avances y encontraremos más disfrute.

Por ello la pregunta del Eterno hacia Adam no fue una acusación, ni siquiera una amenaza de castigo, sino una invitación a la reflexión, a que tras el error tome la decisión correcta y se haga responsable. Que el hombre responda por su error, por lo cual haría un proceso de TESHUVÁ, sincero y completo arrepentimiento o reparación.
Mira:

"el Eterno Elokim llamó al hombre y le preguntó: -¿Dónde estás tú?"
(Bereshit / Génesis 3:9)

¿Dónde estás tú?
En todo este lío que armaste, ¿dónde estás?
¿Estás escondido detrás de máscaras, de muecas del Yo Vivido, de malabarismos del EGO?
¿O te presentarás realmente TÚ, desde tu Yo Esencial, para tomar las riendas y corregir el asunto?
¿Dónde estás Tú y no dónde están tus excusas y justificaciones?
Para que desde el error pueda emerger lo mejor de ti, porque también en el momento oscuro es tiempo para que alumbre la Luz, aunque parezca más tenue y lejana.
Eso quería el Eterno, y si así hubiera sido la respuesta del hombre y de la mujer, seguramente que otra hubiera sido la conclusión del episodio.
Pero ellos prefirieron seguir jugando a las escondidas, a las excusas, a las acusaciones, a la falta de respuesta sincera y real… y así les fue.

A Caín, su hijo primogénito, el inventor de la proto-religión y del asesinato, no le fue mejor:

"Entonces el Eterno preguntó a Caín: -¿Dónde está tu hermano Abel?
Y respondió: -No sé. ¿Soy yo acaso el guarda de mi hermano?"
(Bereshit / Génesis 4:9)

Acababa de asesinar a su hermano pero responde que no sabe, además se desentiende y de cierta forma agrede al Eterno con su respuesta.
¿Qué te piensas que soy, Dios, el guardián de mi hermano? ¿Qué te hace suponer que yo puedo saber dónde está o qué es de su vida? ¿Cómo te atreves a preguntarme a mí? ¿De qué me acusas?’. Caín no tiene la culpa, la tiene otro, quizás el propio Dios por molestarlo con cuestiones.

Quizás te has dado cuenta de que cuando pones excusas y ellas implican el echar culpas a otros (que a veces hasta son inocentes), estás aumentando el alcance del daño que provocas, pues perjudicas a los que no tienen parte, no haces nada para resolver o mitigar la situación y para peor sigues perturbando el flujo saludable de la corriente energética.
Esto corre también cuando al que se culpa es a Dios (o a cualquiera de los dioses inexistentes en los que puedes creer).

Por supuesto que para el idólatra es más simple culpar a alguna de sus deidades, o a su deidad única. Esto es así pues bien en el fondo sabe que esa o esas deidades no tienen existencia real. Sabe que todos esos dioses y todas las religiones son productos del EGO. En ese lugar de pureza intachable que nos conecta al Uno no hay lugar para la mentira, la idolatría pierde todo su encanto, los dioses son lo que son: nada. En ese lugar de pureza, de comunión, de unidad, de conexión, en nuestro Yo Esencial es sabido que los dioses no existen, solamente son imágenes del EGO, representaciones mentales, creencias basados en emociones, confusión, excusas. Se sabe, pero para que el rayo de Luz alcance la conciencia, es preciso correr las numerosas capas que hemos ido acumulando encima de nuestra esencia espiritual. Es necesario destapar los oídos para percibir la suave vos del Eterno que nos habla desde el interior de nuestro ser. Sin embargo, esa convicción está allí, la que afirma que todos los dioses son nada, pero el Eterno hizo el universo.
Por ello, es muy diferente cuando del Uno y Único se trata, pues tu Yo Esencial está ligado a Él. Allí, bien oculto en ti está esa Luz brillando, que proviene directamente de Dios y se mantiene encendida en ti por Su Voluntad. El Yo Esencial que no puede ser dañado ni modificado por el EGO, que nada lo perturba. Ese Yo Esencial tiene plena conciencia de Dios así como de lo que acontece.
Es el EGO el que interpone a los falsos dioses, a esos supuestos salvadores y redentores, quien comulga en religiones y te envuelve en rituales y dogmas.
Es el mismo EGO que usa a los dioses y las doctrinas como excusados para las excusas, o infernales acusadores que te someten a sentimientos tenebrosos de impotencia.
Allí donde está el EGO se encuentra la impotencia, recuérdalo, y está la violencia en alguna de sus formas, sea activa o pasiva, hacia fuera o hacia dentro.

Allí donde hay excusas, sin dudas hay una situación de impotencia (real o percibida) que no ha sido resuelta.
Donde hay impotencia, la respuesta automática es el EGO.
Queremos encontrar un ilusorio poder a través de la desconexión de la realidad, o atenuar el impacto que el sentimiento de impotencia nos genera.
Como fuera, al desconectarnos a causa del EGO, estamos limitando nuestra existencia, perjudicando las alternativas para recomponer las circunstancias, evitando reponer lo que hemos dañado.

¿Qué podemos hacer en lugar de esto?
Cuando estamos ante la situación problemática, que siempre es de impotencia (real o percibida), hemos de tomar el control de la respuesta automática del EGO.
Es decir, hacer un esfuerzo para lo que nuestro instinto dispara no se manifieste. Ni gritos, ni llantos, ni pataleo ni desconectarse de la realidad, como tampoco ninguno de sus derivados.
Aunque sintamos que explotaremos en algunas de estas cosas, no permitirlo. Repito, hacer el esfuerzo de tomar el control de lo que es una respuesta automática. Se logra dominar la conducta, en estas situaciones, tras pocos segundos, puesto que las vías neuronales más evolucionadas tardan unos instantes más en funcionar que aquellas primitivas que corresponden al EGO.
Por supuesto que serás más fácil si tenemos entrenamiento en el auto dominio, en ejercer el control de aquello que podemos controlar (dejando fluir aquello que no podemos controlar).
Probablemente las primeras veces fracases en tu esfuerzo por dominar tu respuesta, lo cual conllevará que aumente tu sensación de impotencia. Es por ello necesario que sigas ejercitándote, entrenando tu voluntad, aprender a dejar fluir sin reaccionar desde el EGO pero convertirte en un ente indiferente y sin respuesta. El justo equilibrio, que promueve la paz interna, esa es la meta.

En lugar de las reacciones automáticas tendrás ante ti alternativas que harás surgir a partir del análisis de la situación de impotencia que te provocó el malestar.
Debes plantearte al menos tres alternativas, que sean todas ellas en la senda del bien y la justicia, del constructor de Shalom. Al menos tres, pero tampoco te desanimes si no alcanzas ese número, ni te esfuerces por demás en elaborar decenas y decenas de alternativas. Aprende a limitar tus energías hacia la construcción de Shalom y no hacia los malabarismos del EGO.

En un paso inmediato, para el cual no debes consumir mucho tiempo, deberás decidir cuál de las alternativas escoges para realizar. Nuevamente, que sea hecho en base al bien y la justicia, no para obtener falsos éxitos, ni las victorias presumidas del EGO.
Al tiempo que decides debes desechar dos cosas: las otras alternativas que te supiste plantear así como aquellas que no pensaste hasta ese momento y particularmente desecharás las reacciones del EGO ante la impotencia. Es decir, no te sumergirás en culpas, agresiones, victimización, reproches, miedos, dudas, obsesiones, excusas, fe, vanidad ni ninguna de las otras burlas que el EGO hace de ti.

Y luego aplicarás aquellas alternativa que has escogido al tiempo que aprendes la lección que todo esto lleva encerrada para ti.

Como ayuda para tu memoria, recuerda: IEADA.

  1. Impotencia.
  2. Ego.

Hasta allí es lo típico, lo “natural”, lo que seguramente vienes haciendo. Entonces, en medio de ambas, quitando la “E”, haces que se realice:

  1. Alternativas, Análisis.
  2. Decisión, Desechar.
  3. Aplicar, Aprender.

Por supuesto que para el que desconoce el funcionamiento del EGO, para aquel que no tiene noción de su verdadera identidad (Yo Esencial), para el que lleva una vida de rituales y religión, para quien es servil al EGO aunque le llame “Hashem”, todo esto es prácticamente imposible de realizar.
Si bien es cierto no es necesaria una maestría en psicología multidimensional, en Cabalaterapia, ni ser experto en descubrir la presencia del EGO en nuestra vida cotidiana; también es cierto que al no tener idea de estos asuntos, es virtualmente imposible romper las cadenas del EGO.
Por más buenas intenciones que se tengan, por más libros que se lean, por más palabras en hebreo que se repitan, por más disfraces de lo que se cree judío se usen, por más perorata anti misionera que se escupa, poco y nada puede la persona para quebrar el dominio del EGO sobre su vida.

Es necesario el conocimiento en esta materia que lleve a una vida real de construcción de shalom, de plenitud, de gozo de la bendición, de bondad y justicia, de lealtad, de responsabilidad.

Con humildad, que es el reconocimiento del lugar en el cual uno realmente está, sabiendo lo correcto e incorrecto que hacemos, sin engaños, sin excusas, con el compromiso por la construcción de shalom, es posible avanzar, ejercitarse en el perfeccionamiento integral de la personalidad y de ese modo perfeccionar la sociedad.

¿Te equivocaste? Pide disculpas sinceramente.
¿Rompiste algo? Trata de repararlo.
¿Robaste? Devuelve.
¿No fuiste promotor de la vida? Construye shalom.
¿Quieres controlar y predominar? Aprende a gozar de lo que tienes permitido y apártate de lo prohibido.
¿Sufres? Ve qué puedes hacer para que domines lo que está en ti dominar.
¿Quieres respeto? Respeta.
¿Quieres el poder? Controla tu EGO.

Jesús y nuestra sagrada relación con el Padre

Cualquier lector promedio de la Biblia, sea judío o gentil, puede decir con cierta facilidad qué pidió el Creador, Padre Celestial, el Eterno, Dios de la humanidad al comienzo de la misma.

Por supuesto la frase más evidente, aunque no del todo correcta, será algo así como: “no comas de ‘la manzana’ que tienes prohibida, porque si comes de ella morirás inmediatamente”.
No es del todo correcta porque ciertamente:

  • NO ERA una manzana, sino el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal;
  • ni el que comiera del fruto prohibido moriría al instante, sino que se convertiría en mortal;
  • y no fue el primer pedido, o más bien orden, que Dios dio a la especie humana, ya que la primera fue:

"Tomó, pues, el Eterno Elokim al humano y lo puso en el jardín de Edén, para que lo trabajase y lo guardase."
(Bereshit / Génesis 2:15)

Sí, trabajar y cuidar la tierra, con todo lo que había en ella, puesto que la había dado para que el Hombre pudiera disfrutar a plenitud y con bendición de la misma.
El Padre ordenó esto al Hombre con “palabras dulces”, según es explicado en la Tradición, no al estilo del rigor de los reyes, ni con advertencias o severidad. Más bien, con la ternura del padre que encamina con firmeza pero dulzura a su amado hijo.
¿Cómo podría ser de otra manera, si recién había nacido la especie humana?
Éramos nuevos en el mundo, con la conciencia recién despierta, sin conocimientos, sin experiencias memorizadas, sin códigos ancestrales, como bebes que han abierto hace un ratito los ojos a este mundo.
Por ello el Padre nos ordenó esto, sin emplear la palabra dominante del Amo, sino la voz tierna del Padre.
Aunque fuera pronunciada con ternura esta frase no deja de ser un mandamiento de Dios, una orden que el Hombre debía de asumir con integridad.

Si el hombre cumplía como el Padre declaraba, por lo cual trabajaba y cuidaba la tierra, entonces:

"el Eterno Elokim mandó al humano diciendo: ‘Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que comas de él, ciertamente morirás."
(Bereshit / Génesis 2:16, 17)

El “premio”, la consecuencia directa y lógica del cumplimiento del mandamiento de trabajar y cuidar de la tierra, sería que el Hombre estaría facultado para comer de todo lo que estuviera en el jardín, con la excepción del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal.

Preguntemos entonces: ¿qué pidió el Padre del Hombre?

La respuesta es una y única: ¡Qué cumpla con Sus mandamientos!

En este caso en concreto, trabajar y cuidar de la tierra lo que le daría como consecuencia la bendición en forma de abundancia de todo.
Esa plenitud del bien estaría limitado por otro mandamiento de parte de Dios, del árbol que tenía prohibido no debería comer.
Era un camino simple, sencillo, sagrado, completo, espiritual.

Te cuento que nada ha cambiado desde entonces en la forma que tenemos para encontrarnos con el Padre.
¡Nada!
Siguen siendo los mandamientos el camino para hallarLo en nuestra vida.

Te podrás llevar una sorpresa si te digo que incluso tampoco los mandamientos han cambiado desde aquella primera formulación hasta el día de hoy, ya que para el 99,98% de la humanidad (que son los gentiles) sigue siendo el mismo código espiritual el que dirige la relación de los hombres con Dios.

Según enseñan los Sabios, en este punto, en la orden de cuidar de nuestro mundo y trabajarlo, así como en el cuidar de no traspasar Su palabra es que se encuentra el origen de los Siete Mandamiento Universales, esos que siguen siendo el camino sagrado para todo gentil.
Te lo explico muy brevemente (en otros posts de este sitio encontrarás más información al respecto).

Si bien el Eterno explicitó a Adam solamente seis de los siete mandamientos, ya que no le declaró como orden el de no comer parte de animal con vida, porque el hombre era vegetariano y no había sentido de tal mandamiento. Cuando en la época posterior al Diluvio el hombre comenzó a comer carne, el Eterno reveló y ordenó este séptimo mandamiento que corresponde a las naciones.
Entiéndase que no fue explicitado a Adam, pero estaba contenido en el código dado a él; un código que no está escrito en la Torá (judía y escrita), puesto que no todo está declarado en ella. Hay cosas que el Eterno dictó a Moshé/Moisés para que escribiera, otras que dijo para que sean transmitidas como sabiduría oral.
Los Siete Mandamientos no forman parte de la ordenanza judía, sino de la gentil. Por lo cual no están codificados explícitamente en la Torá (judía). Los sabios judíos han preservado el recuerdo de este código, pero no son los creadores del mismo ni los responsables de su cumplimiento. Es cada uno de los gentiles del mundo quien debe conocer SU propio pacto sagrado y eterno con Dios, que se manifiesta por medio del conocimiento y cumplimiento de lo Siete Mandamientos Universales.
Convido a estudiar el texto que se abre haciendo clic aquí, luego compartirlo, hacer que alcance cada rincón del mundo para que sea restablecida la Luz en el mundo.

Como podemos corroborar, lo que el Padre dijo que quería del Hombre no era fe, ni sangre de sacrificios, no seguir líderes religiosos, ni ritual alguno, ni doctrinas religiosas, ni venerar personas o seres, tampoco peregrinaciones a lugar determinados, ni bailes, ni conocer algún idioma, ni difundir enseñanzas sectarias, ni convencer a nadie de nada, ni irse a la soledad para meditar, ni clamar a los cielos, ni predicar “su palabra”, en fin, nada de todo eso que hoy día encontramos en las religiones.

¿Qué fue explícitamente y sin dudas lo que Él pidió del Hombre?

Lo vimos: que el hombre cumpla con los mandamientos que Él le ha dado para que cumpla.

Si Dios hubiera querido la fe del Hombre, ¿no te parece que el mandamiento sería: “ten fe en mí”, en lugar de algo tan prosaico (vulgar) como “trabaja y cuida de la tierra”?
¿No crees que si el Padre pretendía que el Hombre viviera con alguna religión, eso hubiera Él declarado desde el comienzo?
Él perfectamente está capacitado para decirle al Hombre: “mira, como mi criatura me debes todo, así que te debes pasar el día diciendoalelusha hermano”, y luego me repites lo que el rebe Najman dijo, más tarde te encierras a meditar y cantar oraciones que no entiendes adorando a mi hijo Jesús, para finalizar el día adoctrinando a otros con videos del rabino Jacobo o del doctor Michael o del cabalista Yehudah. No te olvides de congregarte con tus hermanos y estudiar libros mágicos que te darán súper poderes, porque eso es lo que a mí me agrada, quiero que haya mucha magia en tu vida, que hagas milagros, que vivas de la caridad (de hombres o celestial) y no te olvides de mantener con dinero y elogios a todos esos que dicen hablar en mi nombre y forman sus sectas. Eso es lo que quiero y te ordeno, porque soy tu Dios. Si te quedan dudas, pregunta a cualquier clérigo religioso, ellos tienen la palabra autorizada. Y si no, pues meditas y en un rayo te iluminaré con mis ideas geniales, que para algo soy Dios el que te digo cosas solo a ti. Ah, me olvidaba, acuérdate de bautizarte en agua y espíritu santo, de usar muchos amuletos y te repito, no te olvides de dar dinero a los que te venden cosas religiosas, te predican cosas que ellos llaman espirituales y espera sentado a que haga milagros para ti.”

Sin embargo, en la realidad nada dijo de rituales, ni de misticismo extraño, ni de clérigos predicando sus doctrinas y exigiendo sus diezmos y contribuciones, ni tampoco habló nada el Padre de rezar tales salmos, o implorar a cuales seres celestiales.
Por el contrario, Él fue muy claro cuando dijo que el Hombre disfrutara de todo aquello que había en la tierra para su deleite, pero se cuidara de lo que no le beneficiaba.
En otras palabras, que son las que acostumbro a repetir humildemente: “goza de lo permitido y apártate de lo prohibido”.
Si el Hombre viviera de esa manera, cumpliendo en verdad con los mandamientos y alejándose de lo que daña, entonces estaría en el Paraíso, consciente de su identidad espiritual que lo une constantemente al Eterno.
Sería alumbrado a cada instante por la sagrada Luz del Padre, estaría en paz, gozando de la bendición que llueve en abundancia sobre él.
Serías alumbrado por la Luz de la Presencia y gozarías de la bendición constante que llueve sobre ti.
Mira lo que dijo Dios a través de su profeta:

"¡Oh hombre, Él te ha declarado lo que es bueno!
¿Qué requiere de ti el Eterno?
Solamente hacer justicia,
amar misericordia y
caminar humildemente con tu Elokim."
(Mijá / Miqueas 6:8)

Porque, precisamente eso es lo que declaró el Eterno que el hombre hiciera: bondad, justicia y fidelidad.

Exactamente el mismo núcleo, idéntica esencia a la de de aquel primer mandato suavemente pronunciado por el Padre a Adam.
Él no habla en secretos, ni esconde lo que es necesario que el Hombre conozca para su vida aquí y en la eternidad.
No juega Dios a las escondidas con lo que es fundamental para que todo hombre conozca.
Según dice el Padre a través del profeta:

"Desde el principio no he hablado en secreto; desde que las cosas sucedieron, allí he estado Yo"
(Ieshaiá / Isaías 48:16)

Para que la bondad sea buena,
para que la justicia sea justa,
para que la fidelidad sea fiel,
es necesario que el Hombre cumpla con Sus mandamientos.
Porque de otro modo se puede desviar y llamar bueno a lo que es malo,
justo a lo que está corrompido
y fiel a lo que se aparta de Dios.
Sí, lo vemos a diario, en todos esos “religiosos” que actúan con malicia, desprecian la corrección y sirven al EGO en sus múltiples formas (Jesús, dioses, santos, tzadikim, rebes, maestros ascendidos, espíritus ancestrales, etc.).

A los judíos se lo dijo claramente en la Torá de la siguiente manera:

"Guarda Sus leyes y Sus mandamientos que yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y para que prolongues los días sobre la tierra que el Eterno tu Elokim te da para siempre.’"
(Devarim / Deuteronomio 4:40)

Sí, para conocer al Padre, para unificarnos con Él, para sentir Su Presencia, para recibir Su salvación, para estar en gozo, para convertir al mundo en un Paraíso, el camino está en el cumplimiento de los mandamientos que nos corresponde cumplir.
No lo dice este modesto maestro, ni algún rabino, ni un grupo de “fariseos”, ni un profeta falso que clama en las aguas del Jordán, ni un líder sectario.
Para quien considera que la Torá tiene origen divino, esto es lo que Dios ha dicho y desea.
Cumple con los mandamientos que te corresponde, y entonces estarás en paz.
Lo dice Dios, presta atención que es Dios el que habla:

"Si andáis según Mis estatutos y guardáis Mis mandamientos, poniéndolos por obra… habitaréis seguros en vuestra tierra. Daré paz en la tierra; dormiréis, y no habrá quien os espante."
(Vaikrá / Levítico 26:3-6)

Tal es el camino para encontrar al Padre, la verdad, la vida, la salvación eterna, la respuesta a las dudas más terribles, la libertad y el gozo.
Recuerda, lo dice Dios, nadie más, Él es quien te lo enseña y te muestra el camino por el cual debes ir.

"Así ha dicho el Eterno, tu Redentor, el Santo de Israel: ‘Yo soy el Eterno tu Elokim que te enseña provechosamente, y que te conduce por el camino en que has de andar.
¡Oh, si hubieras estado atento a mis mandamientos! Tu paz habría sido como un río, y tu justicia como las ondas del mar.
Tu descendencia sería como la arena, y los que salen de tus entrañas como sus granos. Su nombre nunca sería eliminado ni borrado de mi presencia."
(Ieshaiá / Isaías 48:17-19)

Si eres gentil, tienes tus Siete Mandamientos, no otros, no otra cosa. Ni religión, ni judaísmo y mucho menos doctrinas religiosas de la idolatría. Tampoco bailecitos jasídicos, ni aprender hebreo, ni vestirte como te parece que se viste un judío, ni convertirte en judío, ni repetir sin sentido lo que algún “rabino” expresa en internet. Nada de eso es tu camino espiritual, porque nada de eso corresponde a tu neshamá ni es lo que Dios te pide y quiere de ti.
Recuerda, no es mi opinión, no es lo que me parece, es lo que explícitamente Dios ha dicho. Dios, no otro.

Si eres judío, tienes en el conjunto de los 613 mandamientos aquellos que está en ti cumplir. Al igual que el gentil, no precisas de vestidos europeos o asiáticos añejos, ni aprender de memoria citas célebres de líderes de sectas, ni peregrinar a tumbas, ni asfixiarte con rituales oscuros y sin sentido real, mucho menos precisas abandonar tu propia senda para sumarte a los pasos de los que vagan en la oscuridad. Tienes todo lo que precisas al alcance de tu mano, cerca de ti.

Entonces, un buen día, en el impero romano en decadencia a un grupo de astutos timadores a cargo del sostén del gobierno, se les ocurrió dictar estas ideas (libro de Juan, capítulo 14): “5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? 6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 7 Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. 8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. 9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? 10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. 11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras. 12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. 13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.”.

Sabemos que Jesús no existió, pero hagamos de cuenta que sí.
¿No son estas palabras una clara rebelión en contra de lo que Dios declaró es el camino sagrado para toda persona?
¿No es esta una manifestación absoluta de idolatría, en forma de egolatría?
¿No es esto un poema a la blasfemia, insultar y maldecir a Dios?
¿No es este párrafo una terrible desviación que llevan al hombre hacia el abismo en lugar de hacia Dios?
¿Cómo alguien que pretende ser fiel a Dios, dice amarLe, quiere servirLe, anhela la “salvación” puede tomar estas palabras como brújula para su vida?
¿Acaso no es este Jesús una espantosa arena movediza que se nos interpone en el camino que Dios abre para nosotros hacia Él?

Está claro que adorar a Jesús, tomarlo como modelo de vida, sembrar sus doctrinas, seguir a sus difusores, presentarlo como una opción espiritual válida, no son más que engaños, atentados letales contra la vida, la verdad y la unidad con el Padre.

Ciertamente el Padre dijo:

"si tu corazón se aparta y no obedeces; si te dejas arrastrar a inclinarte ante dioses ajenos y les rindes culto, yo os declaro hoy que de cierto pereceréis. No prolongaréis vuestros días en la tierra "
(Devarim / Deuteronomio 30:17-18)

Dios quiere obediencia a Sus mandamientos, no fe en ridículas doctrinas imperiales que someten al hombre al ilusorio poder del EGO.
Es Dios quien declara que si ponemos a Jesús como socio de Dios, como Su hijo, como guía, nos estamos yendo a la muerte segura, al “infierno”.
Jesús es un dios ajeno, no el que mandó a Adam que trabajara y cuidara la tierra, no el que mandó a Noaj/Noé y sus descendientes el pacto noájico, no el que dicto el Decálogo ante todo Israel en Sinai; sí, Jesús es un dios ajeno. Nunca fue mesías, nunca profeta, nunca rabino, nunca emisario de mensajes de paz o verdad, ni un “rebelde” con sentido positivo.

Y dijo Dios:

"No tendrás dioses ajenos delante de Mí."
(Shemot / Éxodo 20:3)

Si pones a Jesús en medio del Padre y tú, estás perdiendo tu vida, aquí y en la eternidad.
Tal como si pones a cualquier otra falsa divinidad, emisario celestial, supuesto santo, “tzadik”, rabino, iluminado o lo que fuera.

Tienes la posibilidad de encontrar al Padre a cada instante, haciendo lo que Él manda de ti.
Eso es lo que Él dijo, no lo que te quieren convencer que creas.

"Ciertamente muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas"
(Devarim / Deuteronomio 30:14)

Jesús, el mediador

En el idolátrico y corrupto rejunte imperial romano conocido como “Nuevo Testamento” encontramos la siguiente doctrina que se quiere presentar como sagrada y espiritual, pero que no es otra cosa que religión, idolatría, engaño, esclavitud al EGO (también conocido como Satán): “Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”, que está en 1 Timoteo, verso 5 del capítulo 2.

No hay mentira más peligrosa que aquella que se rodea de trazos de verdad, para ella misma hacerse pasar por verdadera.
Ni peor esclavitud que la que clama ser libertaria.
Ni más espantosa idolatría que la que usa a Dios y Sus cosas para promover la falsedad, el engaño, los dioses inexistentes.

Esta frase es una prueba de todo ello.
Tiene rastros de verdad, para confundir entre ellos a la mentira.
Pretende dar una clave de liberación, cuando de hecho es una pesada cadena sobre el cuello de quien se somete a ella.
Es idolatría terrible, pero que no tiene empacho en hablar de Dios y afirmar cosas acerca de Él.

Es decir, estamos ante una “obra maestra” de la maldad. Los artistas que diseñaron esta estafa, los hábiles manipuladores que gobernaban desde las sombras del poder en el imperio romano, se tomaron algún tiempo para elaborarla para que surtiera efecto y siguiera provocando daños siglos después de haberla concebido y publicado. Si bien el Nuevo Testamento está plagado de errores e inconsistencias, imposibles de desmentir o encajar desde lo histórico, espiritual y profético, es indudable que se pueden encontrar algunas pequeñas porciones que alcanzan alturas máximas cuando de astucia para el engaño y ejercicio de la estafa se trata.
Esta frase que estamos comentando es una de ellas.

Veamos solamente un poquito, nuestro interés es desenmascarar el engaño, liberar al preso, dar luz al que está en sombras, abrir los ojos a los cegados, para que puedan andar por sí mismos erguidos y felices de la mano con Dios y el prójimo. No es nuestra intención dañar al inocente, ni burlarnos del extraviado, ni oponernos por mero afán contrario. Más bien queremos ser parte de la tarea sagrada que el profeta declaró:

"Yo, el Eterno, te he llamado en justicia, y te asiré de la mano. Te guardaré y te pondré como pacto para el pueblo, y como luz para las naciones, a fin de que abras los ojos que están ciegos y saques de la cárcel a los presos, y de la prisión a los que moran en las tinieblas."
(Ieshaiá / Isaías 42:6-7)

Sí, queremos que salgan de la cárcel del EGO todos los oprimidos, de la religión todos los conturbados por sus falsos dioses y vacíos redentores.
Sí, anhelamos ser miembros del grupo de trabajadores mesiánicos, que allanan el camino para que alumbre con fuerza la Luz del Mesías.
Sí, estamos trabajando desde hace mucho para servir como luz para las naciones.
Por ello, estamos construyendo shalom, también por medio de señalar la falsedad y malicia de la idolatría que se quiere presentar como santidad y en su desfachatez se pretende como de Dios.

Vamos pues a la frase del libro de Timoteo.

Es absolutamente cierto y verídico que hay un solo Dios, el cual es Uno y Único. Creador y sostén del universo. Señor de señores pero al mismo tiempo es Padre de todos.
Hasta ahí la frase es impecable.
El problema se presenta a partir de lo que sigue, que es una terrible mentira y que se constituye en un paredón que corta la relación directa que tenemos con el Padre.
Recuerda,  cuando se usa alguna verdad para introducir una mentira, se está haciendo un doble daño:

  1. se miente, y
  2. se prostituye la verdad.

Es decir, no solamente se inyecta el veneno del engaño sino que además se corrompe lo saludable, se degrada lo sano, y de ese modo se impide obtener el antídoto para la toxina.

¿Y dónde está esa verdad en la frase del libro Timoteo?
La primera está cuando se afirma que hay un solo mediador entre Dios y los hombres.
Y la segunda, que es monstruosa, es cuando se declara que ese único mediador es Jesús, al cual además le regalan el título de rey del pueblo judío pues se le dice “cristo”, que significa “rey de los judíos” en idioma griego.

Así pues, primer paso te dan a probar del dulce sabor de la verdad.
En seguida te introducen una tremenda mentira.
E inmediatamente, sin darte tiempo para pensar o reaccionar, te insertan una espantosa dosis letal de idolatría y dependencia tóxica a la religión (que siempre es producto del EGO).

Pero, ¿qué tiene de mentira que hay un solo mediador entre Dios y los hombres?
Bueno, de hecho es una doble mentira en sí misma.
Ya que, no hay necesidad de ningún mediador, porque cualquier cosa que medie entre Dios y los hombres es una interrupción de lo que no se interrumpe.
Y para peor, afirman que hay un solo mediador, sin dar lugar a otro.
A poco de analizarlo nos vamos dando cuenta cómo en tan pocas palabras encontramos la corrupción y podredumbre del EGO que se adosa a la palabra “Dios” para infiltrarse de contrabando y hacer su tarea nefasta.

Atiende al profeta de la Verdad cuando asegura que no hay, ni debe haber, ninguna cosa que intermedie entre Dios y Sus hijos:

"’Vosotros sois Mis testigos, dice el Eterno, y Mi siervo que escogí, para que Me conozcáis y Me creáis, y entendáis que Yo soy, antes de Mí no fue formado dios, ni lo será después.
Yo, Yo soy el Eterno; fuera de Mí no hay quien salve.
Yo anuncié y salvé; Yo proclamé, y no algún [dios] extraño entre vosotros. Vosotros sois Mis testigos, y Yo soy Elokim, dice el Eterno.
Aun antes que hubiera día, Yo soy, y no hay quien pueda librar de Mi mano. Lo que hago, ¿quién lo deshará?’"
(Ieshaiá / Isaías 43:10-13)

Es Él, solamente Él.
No hay otros,  ni antes, ni después.
El Eterno es quien salva, el Eterno es quien anuncia la salvación.
No dioses extraños, que los judíos no vieron, ni conocieron, ni testimoniaron a la Salida de Egipto.
Solamente Dios, quien salvó a Israel y es con Él con quien todos tenemos una relación directa, DIRECTA, sin intermediarios ni mediadores.

En palabras del amado salmista:

"Con mi voz clamé al Eterno, y Él me respondió desde su santo monte.
Yo me acosté y dormí. Desperté, porque el Eterno me sostuvo.
No temeré a las decenas de millares del pueblo que han puesto sitio contra mí.
¡Levántate, oh Eterno! ¡Sálvame, Elokim mío! Porque a todos mis enemigos has golpeado en la mejilla, y has quebrantado los dientes de los impíos.
Del Eterno viene la salvación. ¡Sobre tu pueblo sea tu bendición! "
(Tehilim / Salmos 3:5-9)

Del Eterno viene la salvación, de nada ni nadie más.
A Él se dirige el salmista, directamente a Él.
En el Padre es quien confía el rey David y todos los fieles.
Es el Padre quien bendice, quien libera de las calamidades, quien da paz y prosperidad.
El Padre, solamente Él, sin nadie que interceda, puesto que no es necesario.
Porque los intermediarios son escollos, trampas, obstáculos, necedad.

Porque cuando algo se interpone, ya no nos relacionamos para nada con Él, sino que ese intermediario nos obstruye nuestra comunión sagrada.
Todo lo que se pone en el medio entre el Padre y nosotros es EGO y sus derivados.
Son las murallas que rodean al Yo Esencial y no le permiten irradiar su luz, la Luz del Eterno, en todos los confines de nuestro ser.
Son las trampas de Satán, que en el caso de Timoteo se llama “Jesús, el mediador”.
Ese falso mediador, ese tal Jesús, es un obsceno intento de Satán, del EGO, para quebrar nuestro lazo eterno con el Padre.
Este supuesto mediador en realidad nos lleva para cualquier otro lado, por sendas de discordia y maldición, en vez de continuar unidos amorosamente al Padre.

Como está declarado por el profeta de la Verdad:

"Desde la tierra de Egipto Yo soy el Eterno tu Elokim; no reconocerás otro dios aparte de Mí, ni otro Salvador, sino a Mí."
(Hoshea / Oseas 13:4)

Y está dicho por el príncipe de los profetas, cuya palabra es verdadera:

"Vosotros sois hijos del Eterno vuestro Elokim"
(Devarim / Deuteronomio 14:1)

¿El hijo precisa de un extraño, de alguien inexistente, para hablar con su Padre?

Y canta el inspirado salmista, lleno del espíritu santo:

"Espera en el Eterno. Esfuérzate, y aliéntese tu corazón. ¡Sí, espera en el Eterno!"
(Tehilim / Salmos 27:14)

Que el hombre espere en el Eterno, que en Él ponga sus esperanzas, directamente, sin nada que se interponga.
¿O no es eso lo que una y otra vez comprobamos en las sagradas escrituras?
Nada de mediador, ni menos único mediador, y menos que menos el mitológico Jesús.
Por el contrario, los hombres de Dios lo declaran sin doble sentido: tienes un lazo directo con Dios, no introduzcas en medio nada que interfiera.

Lee, estudia, date cuenta de tu relación directa y eterna con el Padre Celestial:

"¡Dad gracias al Eterno! ¡Invocad su nombre! Dad a conocer entre los pueblos sus hazañas.
Cantadle, cantadle salmos; hablad de todas sus maravillas.
Gloriaos en su santo nombre; alégrese el corazón de los que buscan al Eterno.
Buscad al Eterno y su poder; buscad continuamente su rostro.
Acordaos de las maravillas que ha hecho, de sus prodigios y de los juicios de su boca"
(Tehilim / Salmos 105:1-5)

Nada de Jesús, ¡nada!
Ni de ningún mediador.
Ni de ningún ritual, ensalmo, librito que te venden en sectas, amuletos, palabras mágicas, ropitas extrañas, cosas enloquecidas. Nada de eso.
Solamente tú en tu relación directa con el Padre.
Busca Su rostro, allí lo encontrarás.
Dentro de ti, en tu Yo Esencial, que es el nexo constante que tienes con Él.
Limpia las capas de mugre que ha puesto el EGO entre tu conciencia y tu ser, entre tu pensamiento y tu Yo Esencial y entonces te darás cuenta de la burda estafa que es Jesús, del engaño espantoso de cualquier religión.

Tú que dices ser “de Dios” y querer que todo provenga de la Biblia, bueno, aquí lo tienes.
Porque eso es Biblia, y no el cuento imperial romano que se han empeñado en añadirle al final, ese que llaman Nuevo Testamento, con toda su sarta de disparates y desviaciones pecaminosas. Ese Nuevo Testamento es Satanás (figura retórica) en forma de libro.

¿Cómo se atreve el nefasto degenerado de Pablo (supuesto autor del libro Timoteo) a contradecir a Dios, a poner a su propio dios el EGO en el lugar de nuestro Salvador?
¿Quién que se crea leal a Dios seguirá promocionando esta espantosa mentira, esta declarada guerra contra el Padre?

Pero nosotros, los constructores de shalom, quienes actuamos con bondad y justicia siendo leales al Eterno, decimos:

"¡Alabad al Eterno, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia!
Y decid: ‘¡Sálvanos, oh Elokim de nuestra salvación! "
(1 Divrei Haiamim / I Crónicas 16:34-35)

No precisamos rituales, ni religiones, ni ropajes, ni otros idiomas, ni rezos complejos, ni sangre, ni diezmo, ni iglesias, ni líderes religiosos, ni a Jesús o cualquier otro mediador que entorpezca. Nada del EGO precisamos para sostener nuestro abrazo sagrado con el Padre, con nuestro Salvador.

Vamos, alaba al Eterno, porque para siempre es Su misericordia.
El es Bueno, y no ese viejo vengativo y malvado que te pintan en la religión.
Él salva, Él auxilia, Él es vida.

Vamos, comparte esto a través de palabras, pero especialmente con tu conducta llena de bondad y justicia.
Vamos, sé tú mismo, que resplandezca la Luz del Eterno desde tu interior, desde tu neshamá.

Mashiaj / Mesías personal HOY

Mesiánico viene de la voz hebrea MASHIAJ que significa ungido, es decir, se ha derramado sobre él (persona u objeto) el aceite consagrado para designarlo en determinada tarea.
Su uso más corriente y habitual es para señalar a aquella persona que ha sido coronada como rey, en particular de Israel, del pueblo judío.
No cualquiera podía ser ungido ni cualquiera podía ungir. Hay estrictas reglas que deben ser tomadas en consideración pues importantes cuestiones de gobierno, sociales, de vida y muerte dependen de mantener el orden legal establecido y no pervertir la autoridad y la estabilidad.

El primero fue el rey Shaúl (1 Shemuel / I Samuel 10:1), el segundo el rey David (1 Shemuel / I Samuel 16:13), el tercero el rey Shelomó (1 Melajim / I Reyes 1:39). Luego se sigue la línea con decenas de reyes que gobernaron el reino de Yehuda e Israel.
Pero tenemos registrados a reyes gentiles que también fueron ungidos para mandar sobre sus respectivos reinos, por ejemplo Jazael de Asiria (1 Melajim / I Reyes 19:15) y Ciro de Persia (Ieshaiá / Isaías 45:1).

El Mashiaj tan esperado es otro rey más, el que retomará el mandato político del pueblo judío, uno que deberá cumplir estrictamente con las normas requeridas para su unción y que completará en su vida con todas las profecías que refieren a su reino.
Sobre esta temática hemos abundado en otras oportunidades, demostrando como NADIE, absolutamente NADIE, ha cumplido con las profecías que son REALMENTE MESIÁNICAS, por lo que te sugiero que si estás interesado en profundizar indagues aquí:

Es claro, si somos precisos y honestos al interpretar las profecías que son verdaderamente mesiánicas, que se trata de un asunto muy terrenal, político, nacionalista, que implica la reunión de los judíos nuevamente en su tierra patria, el gobierno del rey (mashiaj) sobre su pueblo, las relaciones pacíficas con los vecinos, la prosperidad material de sus habitantes, el desarrollo y avance de multitud de aspectos que permiten llevar un estilo de vida apacible, satisfecho que deja tiempo para el estudio, la reflexión, el despliegue también de la faceta espiritual.
No es una utopía irreal, ni la espera de un superhéroe mitológico, ni un dios convertido en hombre, ni un reino espiritual, ni un rabino en el exilio adorado por sus seguidores, ni cosas por el estilo. La demarcación territorial, la presencia del poder terrenal desde el trono de Jerusalén, las relaciones cordiales con los otros países, el establecimiento del orden jurídico de acuerdo a la Torá no son metáforas, sino profecías que deben materializarse y sirven como demostración sin dudas de que se está en la Era Mesiánica.
Así lo demuestra el análisis objetivo y sensible de las verdaderas profecías mesiánicas. Ojo, los especuladores de la fe inventan falsas profecías a las que les atribuyen mesianismo, así como niegan la materialidad del mesianismo.

Por otra parte, hay también un proceso mesiánico individual, que corresponde a cada persona y no a la nación judía como conjunto.
El mashiaj, en esta faceta, es la denominación del reinado de la neshamá, el espíritu, el Yo Esencial, por sobre la persona.
Es decir, que el individuo no esté más en el exilio interno, víctima del rey déspota, del exilio, de la opresión, de la mentira, de la falsa identidad que es el EGO, sino que se termine la diáspora representada por las caretas del Yo Vivido para reluzca dentro y fuera del ser su Yo Esencial.
Que el mashiaj reine en tu ser, dentro tuyo, y establezca el reino de paz, de armonía, de prosperidad, de gozo de la bendición, de amor al prójimo, de amor y veneración al Eterno. Esto es el fin del exilio interno en el cual todos nos encontramos. Que reine el mashiaj, tu Yo Esencial. Que el Ietzer haRá, el Satán, el EGO, deje de someterte a la impotencia, a la desconexión de la realidad, a la religión, a la falsa piedad, a la idolatría, a lo malo.
Sí, eso es también la Era Mesiánica.

Podemos conseguir que reine el mashiaj en nuestro ser.
Lo mesiánico se relaciona con hacer la voluntad de Dios en este mundo, cumplir con los mandamientos que Él te ha dado para que sigas.
De esta forma se manifiesta la Divina Voluntad a través de nosotros en este mundo.
Hacemos carne los mandamientos, convertimos el Deseo de Dios en nuestra realidad cotidiana.
No por medio de magia, ni de rezos, ni de pactos extraños, ni amuletos, ni rituales, ni cualquier otra cosa que sea religión, sino por el cabal cumplimiento de los mandamientos que te corresponden a tu cumplir.

En este caso, mesiánico es Dios presente en nuestras acciones diarias.
En la construcción de Shalom, que son actos de bondad Y justicia.

El Yo Esencial se despliega en acciones materiales de amor y comprensión y justicia.
Hacer a Dios presente en nuestro día a día también está más allá de los 7 mandamientos para las Naciones, que son los pilares para la construcción de una sociedad justa.
Está en permitir que sea Dios el que dirija tu vida, pero recuerda, no como un asunto religioso ni para obtener “poderes” especiales manipulando al Creador.
Sino que en la construcción de shalom por medio de la acción constante en bondad Y justicia, es que hacemos espacio para que reine el Mashiaj en nuestro interior y tengamos una vida de plenitud.

Atiende a lo dicho por el gran sabio Salomón, que inspirado por el Eterno nos expresó:

"(13) También he visto esta sabiduría debajo del sol, la cual me parece grandiosa:
(14) Había una ciudad pequeña con pocos hombres en ella, y contra ella vino un gran rey y la rodeó edificando contra ella grandes torres de asedio.
(15) Y se encontraba en ella un hombre pobre, pero sabio, el cual con su sabiduría libró a la ciudad. Pero nadie se acordaba de aquel hombre pobre.
(16) Entonces dije: ‘Mejor es la sabiduría que la fuerza, aunque el conocimiento del pobre sea menospreciado y sus palabras no sean escuchadas.’
(17) Las palabras del sabio con sosiego son oídas, y son mejores que el grito del que gobierna entre los necios.
(18) Mejor es la sabiduría que las armas de guerra, pero un solo pecador destruye mucho bien."
(Kohelet / Predicador 9:13-18)

Te lo explico brevemente a la luz de lo que venimos enseñando del EGO (también conocido como Satán y Ietzer haRá) y el texto presente.

Verso 13: nos dirá Salomón una gran enseñanza.

14: la pequeña ciudad es el hombre en sus primeros instantes de vida, el rey que vino a asediar es el EGO, las murallas en torno son las cáscaras, máscaras, falsas identidades, creencias, dogmas, miedos, todo lo que el EGO pone alrededor del Yo Esencial para que su Luz Divina quede opacada y no alumbre al resto del ser.

15: el pobre hombre sabio es el Yo Esencial, pobre porque no despliega los recursos de manipulación y control salvaje del EGO, sabio porque está en constante y eterna conexión con Dios. Es el Yo Esencial el verdadero rey de esa ciudad, el libertador, el salvador, pero nadie lo recuerda ya que está tapado por la mugre que acumuló a su alrededor el EGO. Es el EGO quien se presenta como el rey, como el salvador, como el dios, como la verdad, como la vida, como lo único válido dentro del ser y fuera en sus representaciones externas tales como religiones, dioses, santos, “tzadikim”, líderes, políticos, etc.

16: el sabio Salomón entiende que es el Yo Esencial la clave para una vida de integridad, de plenitud, de verdad, de santidad, sin embargo, el EGO con sus primitivas herramientas logra silenciar la suave voz de la verdad del Yo Esencial, se impone con sus mentiras, con sus excusas, con sus predicas, con sus biblias, con sus lemas religiosos, con sus miedos repetidos hasta el cansancio. Allí en nuestro interior tenemos la llave a la felicidad, a la salvación, a la dicha aquí y en la eternidad, pero está perdida debajo de tantas costras que acumula el EGO, al cual adoramos y respetamos y tememos.

17: el Ego emplea sus herramientas violentas, ingratas, engañosas, las que ya hemos señalado en muchas ocasiones. Pero el Yo Esencial murmura en voz pausada, silenciosa, difícil de advertir entre el griterío ensordecedor que produce adrede el EGO. Es que el EGO sabe que si oímos la voz de Dios en nuestro interior, se quiebra su poder, se termina el exilio, se acaba la religión, pierden sentidos los ritos, las supersticiones se desnudan en su real nulidad, todo el falso poder y autoritarismo del que hace gala el EGO queda inutilizado si el hombre sintoniza con su Yo Esencial.

18: sí, mejor es cualquier cosa que ofrezca nuestro mashiaj personal, nuestro redentor verdadero, el Yo Esencial que es la conexión sagrada y perenne con nuestro Padre Celestial; cualquier cosa del mashiaj personal es más valioso que lo que provenga del EGO, pero éste se aprovecha de cualquier cosita pequeña para corromper, para destruir prontamente. Cualquier descuido ya es aprovechado para sumergir a la persona nuevamente en la sensación de impotencia, en sentirse asediado y sin salvación, por lo cual ofrece el EGO promesas de bienestar que son completamente falsas pero que la persona suele terminar aceptando y adoptando como vida.

Bien, hemos visto la interpretación de la enseñanza del gran sabio Salomón.
Es hora de comenzar el despertar de la conciencia espiritual, o de mantenerlo.
Construye shalom sin religión.
Ésta es cosa más mesiánica que puedes hacer hoy, para tener al masiaj vivo en ti hoy, para que la Era Mesiánica colectiva se haga realidad.
Construye shalom, sin rituales ni palabrería.
Porque es la consigna de toda persona que se crea mesiánico y anhele vivir en paz, plenitud, bendición.

Jesed, mishpat utzedaká. Profeta Jeremías.

El Eterno declara a través de Su profeta de la Verdad:

"(2) ¡Quién me diera una posada de caminantes en medio del desierto, para abandonar a mi pueblo e irme de ellos! Porque todos ellos son unos adúlteros, una asamblea de traidores.
(3) Dispusieron su lengua como arco; se hicieron fuertes en la tierra para el engaño, no para la fidelidad. ‘Procedieron de mal en mal y no me han conocido, dice el Eterno.
(4) ¡Cuídese cada uno de su prójimo! En ningún hermano tenga confianza; porque todo hermano suplanta, y todo prójimo anda calumniando.
(5) Cada uno engaña a su prójimo, y no hablan verdad; enseñan su lengua para hablar mentira. Se han pervertido hasta el cansancio.
(6) Su morada está en medio del engaño. Y a causa del engaño rehúsan conocerme’, dice el Eterno.
(7) Por tanto, así ha dicho el Eterno de los Ejércitos: ‘He aquí que yo los fundiré y los probaré. Pues, ¿de qué otro modo he de proceder con la hija de mi pueblo?
(8) Flecha asesina es la lengua de ellos; hablan engaño. Con su boca habla de paz a su prójimo, pero dentro de sí pone emboscada.
(9) ¿No habré de castigarles por esto?, dice el Eterno. ¿No tomará revancha mi alma de una nación como ésta?’
(10) Prorrumpiré en llanto y lamento por los montes, en canto fúnebre por los pastizales del desierto. Porque han sido devastados hasta no quedar quien pase, ni se escucha el mugido del ganado. Desde las aves del cielo hasta el ganado huirán y se irán.
(11) ‘Yo convertiré a Ierushalaim [Jerusalén] en montones de piedras y en guarida de chacales. Convertiré las ciudades de Yehudá [Judá] en una desolación, sin habitantes.’
(12) ¿Quién es el hombre sabio que entienda esto? ¿A quién ha hablado la boca del Eterno, de manera que lo pueda declarar? ¿Por qué ha perecido la tierra y ha sido devastada cual desierto, de modo que nadie pase por ella?
(13) Y el Eterno dijo: ‘Porque dejaron mi Torá, la cual puse delante de ellos. No obedecieron mi voz, ni caminaron conforme a ella.
(14) Más bien, fueron tras la porfía de sus corazones y tras los Baales, como sus padres les enseñaron.

(23) Así ha dicho el Eterno: ‘No se alabe el sabio en su sabiduría, ni se alabe el valiente en su valentía, ni se alabe el rico en sus riquezas.
(24) Más bien, alábese en esto el que se alabe: en entenderme y conocerme que yo soy el Eterno, que hago bondad, juicio y justicia en la tierra. Porque estas cosas me agradan, dice el Eterno."
(Irmiá / Jeremías 9:2-24)

Muy fuerte lo que profetiza Irmiá, extremadamente duro.
Hasta vemos que Dios dice que está harto de los pecados de los judíos, al punto de querer irse lejos de ellos, apartarse, dejarlos.
Si no fuera que Él se obligó a un pacto eterno con el pueblo judío, quizás ésta hubiera sido una ocasión para dejar de estar a nuestro lado.
Pero alejarse no implica terminar la relación.
Sabemos que Dios no miente, así que cuando juro que el pacto con los judíos es inquebrantable, Él lo cumple.
Y lo vimos, porque años después de ocurrida esta profecía, los judíos retornaron a la tierra patria, reedificaron el Templo, estuvieron en paz, en tanto las condiciones lo permitieron.
Nada ni nadie puede terminar la alianza sagrada que existe entre Dios e Israel (el verdadero y único, no el delirante Israel por fe, o los injertados o los falsos descendientes), y este capítulo es una prueba más de ello.
El pacto de Dios con los judíos es perpetuo, nada puede quebrarlo.

Esta situación de extrema tirantez se debió a los terribles pecados de aquella generación que finalmente llevaron a la devastación del reino de Israel, a su casi desaparición de la tierra sagrada, a la destrucción del Primer Templo, al exilio y muerte espantosa de muchos de ellos.
Quizás queda todo resumido en lo que resaltamos en la cita: “Porque dejaron mi Torá, la cual puse delante de ellos”.

Es algo espantoso, dejar la TORÁ que el Eterno entregó como legado eterno para los judíos.
Si dejamos la frase así, nuestros pensamientos contaminados por el EGO y por los estereotipos, probablemente imaginaríamos que aquellos judíos de hace 2500 años atrás colgaron sus sombreros de fieltro negro, cortaron sus barbas y guedejas, se quitaron los sacones negros, dejaron de hablar en idish, ya no siguieron detrás de su rebe, comieron chancho, anduvieron en auto en shabat, no se pusieron más los tefilín, regalaron todos los libros de Torá que tenían en su poder y cosas por el estilo.
¿O no es eso lo que suponemos al oír las palabras “dejar la Torá”?

Pero, no imaginemos, no sigamos dogmas, no seamos presos de la ilusiones, no dejemos que el EGO marque nuestra existencia.
Seamos simples y honestos.
Veamos lo que el propio Dios dice, a través del profeta Jeremías, que significa abandonar la Torá.
No vamos a ir a ninguna parte, solamente remitirnos al texto que tenemos enfrente.

Veo infidelidad, calumnia y traición.
Actos de maldad de uno con el prójimo.
Habladuría, mentiras, engaños, burlas y difamación.
Gente que dice hablar de shalom, en nombre de Dios, de “Torá”, pero que son asesinos con la palabra y los actos.
Las acciones maliciosas llegaron al punto que hasta del hermano hay que cuidarse, no sea que se termine enredado en sus trampas.

Por más que busco y rebusco no encuentro que Dios mencione pecados “rituales”, falta de fe, no repetir lemas de rabinos, no adorar “tzadikim” ni peregrinar a sus tumbas, ni comer cerdo, ni profanar el Shabat ni otros similares como causa del “enojo” divino ni de la destrucción que vino posteriormente.
Compruebo que al igual que ocurre con otros profetas, ¿con todos?, la queja mayor está puesta en la conducta malvada de un hombre con su prójimo. En las faltas de respeto, en las agresiones, en no construir shalom en el mundo.

Sí, construir shalom es la solución para el tormento descrito.
Tal como si la construcción de shalom fuera exactamente a seguir la Torá, y el resto fueran comentarios o extras.
Como dijera el gran Hilel haZaken:

"Lo que es odioso para ti, no se lo hagas a tu prójimo. Esto es la totalidad del Torá; todo lo demás es comentario. Ve ahora y apréndelo."
(TB Shabbat 31a)

Porque lo dice claramente el Eterno, no hay divergencia, qué es lo que a Él agrada en el hombre:

“…bondad, juicio y justicia en la tierra. Porque estas cosas me agradan, dice el Eterno."

Bondad Y justicia, construcción de shalom.
No palabras, no rezos, no sacrificios, no atuendos, no rituales, no repetir y repetir frases, ni amuletos ni bailecitos.
Jesed, mishpat utzedaká”, bondad, juicio y justicia/caridad.
Quizás a partir de hoy éste sea el eslogan que repetiremos y haremos los que somos constructores de shalom, leales del Eterno. (Bueno, de hecho, es lo que decimos y hacemos hace mucho tiempo, pero tal vez no te habías dado cuenta del origen, alcance y profundidad de nuestra consigna: construir shalom, que es bondad Y justicia).
Deja de lado toda la cháchara, la Palabra es clara en su dictado: JESED, MISHPAT UTZEDAKÁ.
Construir shalom.

No pidas estudiar Torá, si eres gentil, ni saber párrafos de memoria, o cuentitos mágicos de rabinos milagreros.
Mejor pide VIVIR TORÁ, tal como Dios quiere.
¿Cómo es eso?
Construir shalom.

¿Quién es el que te lo pide y declara como TORÁ?

Receta para la ALEGRÍA mesiánica

El amigo Luis Diego publicó ayer un texto que se le ocurrió a partir de un artículo anterior de mi autoría.
En un agudo comentario llega a algunas conclusiones interesantes, que pueden ser compartidas o no, a la luz de la Tradición milenaria o de acuerdo al propio entendimiento. Como noájida consciente tiene derecho a pensar, a no dejarse llevar por la palabra de su “pastor”, a estudiar y encontrar cómo se aplican las enseñanzas a su vida personal, en resumen, dotar de vida a la palabra.
De mi modesta parte, me parece oportuno destacar es que, en modo alguno el amigo noájida pretende enseñar Torá (judía), ni imponer otros sentidos a los ya sostenidos por las autoridades respectivas, ni tampoco modificar los mandamientos para los noájidas. Es su proceso de pensamiento, sus ideas, lo que quiso compartir con nosotros, como un ejercicio, como una forma de entablar un diálogo productivo que lleve a fortalecer la identidad espiritual noájica de cada uno, para actualizar los mandamientos sin modificar ni un gramo de ellos, como él mismo se encarga de expresar.
Hay que andar con mucho cuidado cuando el noájida se pone a “estudiar” y luego a predicar o adoctrinar a partir de la herencia eterna de Israel que es la Torá, porque numerosas sectas y desgracias acontecieron cuando los que no pertenecen al pueblo judío y además no están en condiciones se atribuyeron el “derecho” a tomar la Torá y usarla para sus propios beneficios. Afortunadamente el texto del amigo Luis Diego no tiene nada que ver con esas cuestiones doctrinarias, usurpadoras, peligrosas. Muy por el contrario, es un ejercicio de razonamiento, una invitación a no dejar que se nos embauque con palabrería religiosa, una necesidad personal de encontrar el sentido y el sentimiento en los mandamientos noájicos. Cosa que es bienvenida.

Además de lo dicho, me gustaría dejar en claro, el sentido que podemos encontrar para los noájidas de la frase talmúdica: “La Divina Presencia reposa en el lugar de la alegría a causa del cumplimiento de un mandamiento” (Pesajim 117a).
La frase completa dice así: “La Divina Presencia no reposa en la pereza, ni en la tristeza, ni en la chanza, ni en la liviandad intelectual, ni en cosas sin valor, sino en la alegría por el cumplimiento de un mandamiento”.
En otra parte del Talmud, en una frase casi identidad se añade a lo que no da lugar a que repose la Divina Presencia a: “ni la palabrería” (Shabat 30b).

La alegría que expresa la sentencia es a causa de cumplir con los mandamientos, no la del chiste, ni la de parlotear cualquier cosa, o dejar que la mente divague sobre tonterías, ni por escapar de la realidad y sumirse en diversas perezas. Nada de eso abre el corazón para que repose la Divina Presencia.
Tampoco está mencionada la alegría porque el noájida tiene prohibido servir a otros dioses, ni blasfemar, ni asesinar, ni robar, ni relaciones sexuales ilícitas, ni comer parte de un animal con vida. No es la alegría porque uno se prohíbe ciertos actos que tal vez tenga deseos de hacer.
Sino que la alegría brota por acatar los mandamientos, por cumplirlos, por hacer que no sean solamente palabras sino realidades en la vida personal.

Esta alegría no deriva del mandamiento en sí, sino del cumplimiento del mismo.
La alegría no está por privarse de algo que está prohibido por Dios (y que es perjudicial para uno, para otro, para otros), sino por tener la voluntad y el dominio sobre el EGO (también conocido como Satán o Iezer haRá) porque se quiere realizar la obra de Dios.

La alegría del judío por cumplir el mandamiento (de los 613 de la nación judía) porque eso es lo que Dios le ha ordenado, solamente por ello.
No por hacer “pactitos” con Él, ni esperar beneficios a cambio de actuar el mandamiento, ni soñar con el rédito que deriva del cumplimiento, ni por administrarse para el paraíso o calculando la ganancia en este mundo.
No es el mandamiento un mecanismo mágico para manipular la realidad, ni un control remoto sobre Dios, ni una adquisición de propiedades terrenales o extraterrestres, el mandamiento es lo que nos corresponde y acatarlo es lo que debemos hacer.
Si doy caridad, no lo hago pensando en cuánto Dios me devolverá a cambio; si levanto al caído, no es para recibir premios y elogios, ni una porción de paraíso; si estudio Torá (el judío), no es para asegurarme el pasaje al paraíso y un asiento contiguo al de Moshé Rabeinu; si me pongo tefilín no es para que mis campos den su fruto en su tiempo y mi ganado sea fecundo; si hago alguna de las cosas que me corresponden, es porque tengo mi voluntad en sintonía con la Divina Voluntad. Esto es lo que produce esa sensación de plenitud, de abrir la conciencia para gozar de la bendición constante que recibimos de lo Alto.
Nada de amuletos, rituales misteriosos, negocios turbios con Dios, supersticiones o pretensión de manipulación de Dios y a través de Él de mi situación. Solamente humildad en la tarea, sometimiento a Dios, andar por el camino del AMOR y no por el del EGO.
Como expresa la Torá:

"No sea hallado en ti quien haga pasar por fuego a su hijo o a su hija, ni quien sea hechicero, ni agorero, ni encantador,
ni quien hace sortilegios, ni quien pregunte a los espíritus, ni adivino, ni quien consulte a los muertos.
Porque cualquiera que hace estas cosas es una abominación al Eterno. Y por estas abominaciones el Eterno tu Elokim los echa de delante de ti.
‘Serás íntegro para con el Eterno tu Elokim.
(Devarim / Deuteronomio 18:10-13)

Ni aunque te lo diga un rabino, o te lo venda un “cabalista”, ni aunque miles de seguidores lo hagan, ni aunque te parezca que no daña, ni aunque te lo griten desde estrados religiosos, ni aunque venga en hebreo… nada de ello vale cuando se trata de superstición, magia, pócimas secretas, palabras que pretenden dominar a Dios, ensalmos, encantamientos, amuletos, símbolos cabalísticos, todo está prohibido y es abominable. Porque afea tu alma, bloquea tu neshamá, te separa del Eterno, te llena de falsa piedad, te enorgulleces de la nada misma, dejas de ser íntegro en tu relación con el Padre.
Lo que Él quiere es algo diferente a todo ese circo y mercadeo, a tanta religión y doctrinas extravagantes sazonadas de manipulación.
Es una utopía… lo sé…

El poder que se manifiesta en este control verdadero, aquel que es sobre lo que se puede controlar, es lo que produce esa satisfacción interna.
El doblegar la pasión negativa y el instinto hacia lo prohibido, todo ello por someterse a la Ley de Dios, es lo que genera el gozo. Un gozo verdadero y no la risotada falsa, la mueca en el rostro, o el deleite que brinda el EGO para luego sumergir en oleadas de displacer e impotencia.
Es la alegría de ser poderoso y no sentir esa impotencia que dispara miedos, dependencias, malestares.

Repito, la felicidad por cumplir el mandamiento forma un “nido” para que se pose la Divina Presencia. En nuestras palabras, conectarse al Eterno, estar unificado, en unidad, en armonía. Cuando porciones del Yo Vivido representan al Yo Esencial, por lo cual caen las caretas que tapan al verdadero rostro. Uno está pleno, gozoso, en paz.

Comprendamos bien.
Si uno no roba porque lo están viendo, porque tiene miedo a la cárcel, porque cree que se irá al infierno, por lo que sea, entonces realmente no hay lugar allí para que repose la Divina Presencia, porque no hay alegría, sino impotencia, desánimo, deseo negativo censurado de manera cruel, miedo, EGO.
Pero si uno  no roba solamente porque acata el mandamiento que Dios le ha dictado, y no por miedo a nada, ni a la policía, ni al castigo “infernal”, ni al remordimiento de conciencia, sino simplemente porque el mandamiento de Dios es “no robar”, entonces seguramente que hay una explosión espontánea de gozo interno, una paz que irradia desde la neshamá hacia fuera.
Esa es la idea cuando la Torá expresa:

"amarás al Eterno tu Elokim con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas."
(Devarim / Deuteronomio 6:5)

Con todo el corazón, con todo el ser, con todo lo que se posee. No con lo que sobra, no con lo que uno a despecho entrega, no como negocio para obtener beneficios. Desde el AMOR y no desde el EGO.
A ver si se entiende: se ama a Dios con todo, porque eso debe ser hecho, no para obtener algo a cambio o para evitar alguna calamidad de no hacerlo.
Dios no es ese patético dios de las religiones, el viejo sádico que desea destruir a los hombres, que se alegra con el sufrimiento de sus leales, que agrede a los buenos pero dota de bienestar a los malvados, que quiere la muerte de la gente para atormentarlos en algún infierno.
Dios NO ES ese viejo detestable y furioso de las religiones, aunque lo digan señores barbados con kipá.
Él es Señor de señores y también nuestro Padre Celestial.
Al cual debemos venerar, que es tener sumo respeto y amar.
¿Amar?
¿Qué es eso?

"Amarás, pues, al Eterno tu Elokim y guardarás su ordenanza, sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos, todos los días."
(Devarim / Deuteronomio 11:1)

El amor al Eterno se manifiesta cuando la persona guarda y cumple con los mandamientos que Él le ha dado, todos los días, no solamente los sábados, domingos, festivos o cuando se le ocurra tener ganas. El amor aquí claramente delimitado no es un sentimiento, ni palabras, ni alabanza, ni rezos, ni ropas, ni bailes, ni congregación de fieles, ni estudios, sino que con precisión científica se indica que el amor es el cumplimiento de los mandamientos que corresponde a cada quien.

Es triste pero habitual, la gente se somete a las prohibiciones no para ser leales a Dios, sino por miedo, por impotencia.
Cuando tenemos la oportunidad de actuar mal, e incluso sin resultados adversos para nosotros, pero nos refrenamos solamente porque Dios dijo NO, entonces, somos poderosos, tenemos dominio sobre el EGO, lo que es señal que somos felices y conectados con el Padre Celestial.
Tal como está indicando la frase del Talmud que dio pie a esta conversación.

Al respecto, en otra parte del Talmud se enseña:

"¿Quién es fuerte? Quien domina sus tendencias."
(Avot 4:1)

Eres fuerte porque dominas tu EGO. Eres débil cuando el EGO te domina.
Eres feliz porque te sientes fuerte, pero la felicidad pasa a tu lado y se escurre cuando te sientes impotente y por tanto a merced del EGO.
Para continuar comprendiendo sobre la temática, por favor sigue aquí: http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/parashat-vaer-5766 .

Entonces, haz tu parte, controla lo que puedes controlar, disfruta de lo permitido, no pretendas ser lo que no eres ni ocupar sitios que no te pertenecen.
Sé un constructor de shalom y con ello obtendrás lo que ya tienes: bendición, alegría, “salvación”, plenitud aquí y en la eternidad.

Ahora, en el título dije “alegría mesiánica”.
¿Mesiánica?
¿Quién me lo explica?

Socio de Dios en tu felicidad

“…ellos [los hombres] fueron formados no de acuerdo a Su poder sino de acuerdo a Su deseada finalidad. Él los creó imperfectos para que ellos puedan perfeccionarse a sí mismos, por lo cual su perfeccionamiento pueda ser su premio, en su mérito por haber laborado para conseguirlo…”
 Rav Moshe Jaim Luzzatto, “Daat Tevunot

El Creador, Todopoderoso y Perfecto, por Amor y Sabiduría nos hizo imperfectos, nos puso en un mundo imperfecto, para que de ese modo podamos hacer nuestra parte, cada uno la suya, para elevarnos a pesar de nuestros defectos y faltas. Esa elevación es nuestro mérito, es el motivo de nuestra dicha y placer.
Cuanto más hacemos para construir shalom, cuanto menos nos dejamos caer en las redes del EGO, entonces más actuamos como socios del Padre y mayor es nuestra porción de merecido gozo aquí y en la eternidad.
Al respecto dijeron nuestros Sabios:

“El lugar del que se ha arrepentido sinceramente no lo puede ocupar ni siquiera un justo perfecto”
(Sanhedrín 99a)

¿Comprendes la idea?
No es negar que uno es imperfecto, ni dar excusas para serlo.
Tampoco está en quejarse por los defectos o dramas.
Ni aspirar a ser lo que uno no es.
La idea es que tienes trabajo para hacer, tu propia tarea sagrada, que básicamente es perfeccionarte en todo aquello que está a tu alcance.
En lo que nosotros, humildemente, hemos dado en llamar “construir shalom”, que comienza desde dentro y se continúa en forma expansiva hacia fuera.
Arréglate, es la manera de arreglar al mundo.
Asóciate a Dios y no esperes milagros, porque Dios no hace tu tarea ni está para servirte.

Cuando haces tu parte, cuando por ello eres socio del Padre Celestial, cuando gozas de la parte que adquieres con tu esfuerzo, entonces puedes estar seguro que eres feliz.
No porque alguien te obligue a serlo, o porque tengas que tener una sonrisa hipócrita en tu cara, o porque te llamen pecador si no representas el papel de feliz.
Por el contrario, la armonía interna, el shalom de estar unificado, esa conexión que logras auténticamente con el Eterno y con el prójimo, es lo que te provee de ese rayo de verdadera felicidad.
Al respecto enseñaron nuestros Sabios:

“La Divina Presencia reposa en el lugar de la alegría a causa del cumplimiento de un mandamiento”
(Pesajim 117a)

No dice del que bailotea sin sentido, ni del que se obliga a actuar que está feliz, ni del que se droga o toma sustancias para anestesiar su entendimiento y entonces aparentar felicidad, ni el que dice ser feliz pero llora en las sombras, o del que enloquece por el sentimiento de culpa de estar triste pero dibuja una sonrisa en su rostro.
Sino el que ha hecho su parte, ha cumplido su mandamiento, y por tanto está en paz interna y con el entorno, en unidad con el Padre, con la Divina Presencia reposando en Él.

Así pues, ya lo sabes, a hacer tu tarea.
Tú ganas, todos ganan.
No dejes que el EGO siga dominando tu vida, permite que entre aquello que ya tienes dentro, el AMOR.

¿Religión o bendición?

Caín fue el precursor de la religión.
Sí, el mismo que inventó el asesinato.
¿Coincidencia?
No lo sé, aunque no me parece que lo fuera.
(Si quieres saber más, toma tu tiempo y busca en este extenso y gratuito sitio lleno de sorpresas notables y buen pan espiritual, porque ya hemos trabajado en otras ocasiones sobre la temática).

Recuerda algo que hemos explicado hasta el cansancio: religión es un producto del EGO (también conocido como IETZER HARÁ en la jerga tradicional), es una impostura, una falsa conexión con el Eterno, un disfraz y no el verdadero rostro, algo que usurpa el rol de la espiritualidad. Religión es confusión, ritualismo, dogmas, mandatos carentes de trascendencia, pompa, falsedad. Hasta aquella que tiene visos de buenas obras, de solidaridad, de amor virtuoso, en tanto provenga de la religión contiene en cierta medida el estigma del EGO.
Entre estas se incluyen las religiones laicas o ateas.
¿Cómo? ¿Religión laica o atea?
¡Eso es un contrasentido!
Pues no, si relees lo que dijimos recién acerca de las religiones.
Todas, con un dios, con más de uno, con miles de dioses, o sin ellos, con dioses anónimos o bien etiquetados, con hombres venerados o procedimientos e instituciones que detentan el poder supremo, todas las religiones y sectas adoran, sirven, se aferran al mismo “dios” aunque le llamen de diferentes maneras, aunque le inventen diferentes rituales, aunque le recen en hebreo o idish o chino catalán, o aunque no recen y se opongan en su discurso a las doctrinas eclesiales.
Todas ellas adoran al “dios” EGO.
El EGO, que es una función normal y necesaria del ser humano, se exterioriza como salvadores y dioses, como déspotas ilustrados y héroes revolucionarios, como padres de la nación o líderes infalibles, como aquello que es el único camino para la salvación, la respuesta a los males, el fin del caos.
Sí, allí esta siempre el EGO, el dios de todas las religiones, incluso de las no confesionales.
Para ejemplo, basta una muestra:

Para los campesinos de mi patria
quiero la voz de Lenin.
Para los proletarios de mi patria
quiero la luz de Lenin.
Para los perseguidos de mi patria
quiero la paz de Lenin.
Para la juventud de mi patria
quiero la esperanza de Lenin.
Roque Dalton – http://www.psuv.org.ve/temas/noticias/21-enero-89-anos-muerte-lenin/#.UX8oNUpyxHU

¿No es esto una clara manifestación religiosa en una ideología que se presenta como carente de dioses y opuesto a las “religiones”?
Si tienes ganas puedes encontrar innumerables ejemplos laicos y ateos de religión, que se endiosa a sus líderes, a sus héroes, a sus mitos, a sus sistemas, a sus partidos, a sus patrias, a sus pueblos, a sus… pero siempre, siempre es lo mismo: el EGO.

Otro más:

Después de la muerte de Chávez, hemos escuchado a los herederos de la "revolución" ensalzar, alabar, enaltecer y glorificar la vida y obra de su líder. No sólo por la conveniencia electoral de mantenerlo vivo en el recuerdo y en los corazones de quienes votaban por él. No me canso de repetir que, como Maduro no es Chávez, de alguna manera u otra, el chavismo necesita conservar "activo" y en campaña al difunto presidente. Posiblemente, eso es lo que los ha llevado a extremos tan inusuales de devoción.
A viva voz se la pasan repitiendo que "Chávez no está muerto porque su esencia permanecerá entre nosotros". A más de un chavista le he oído decir: "Chávez está ahora al lado de Cristo" o "Chávez es como Dios que está presente entre nosotros pero no lo vemos". Si así es como los chavistas estiman sostener este desastre, asegurando que "Chávez es como Dios", no me extrañaría que dentro de poco alguien salga diciendo que el difunto le hizo el milagrito. ¡Y eso sí sería el colmo del fanatismo!
Lo cierto del caso es que, la sarta de ponderaciones divinas hacia el comandante no cesa. Hace poco, en algún periódico vi la foto de un rosario rojo rojito que el oficialismo estaba repartiendo entre sus seguidores, con la imagen de Chávez. Y en otro diario publicaron un trabajo con la foto de la vitrina de una tienda de santería, la cual lucía el busto del comandante -con boina roja y vestido de verde- para que desde ya quienes practican estos rituales, lo incorporasen a sus altares y comenzaran a prenderle velas.
http://www.eluniversal.com/opinion/130329/cristo-y-chavez

Cambia Lenin o Chávez por Hitler o Kim Jong-un o Jesús o Freud o San Jorge o tal Rebbe/Tzadik o la Ciencia o lo que tú consideres oportuno, tienes miles y miles de opciones que entran exactamente dentro de esto. Sean dioses conocidos o anónimos, líderes o maestros ascendidos, legendarios o que alguna vez pisaron la tierra, que en vida se atribuyeron poderes mágicos o luego se inventaron historietas, todos ellos dioses para sus seguidores, todos ellos hipóstasis del “divino salvador” del inicio de tu vida, del EGO.

Desde Nimrod (verdadero padre de la institución religiosa como tal) en adelante, se sigue vendiendo el mismo viejo producto corrompido que se lo quieren hacer pasar por algo más auténtico.
En la desfachatez suprema, se atreven algunos a hacer del Uno y Único otro ídolo más. Como por ejemplo, cuando se pretendió que había bajado a la tierra en forma de “su hijo”, o que Él es representado por supuestos maestros ascendidos que controlan y manipulan a sus servidores con todas las astucias propias del EGO. Maestros (incluso los hay judíos) que forman sus sectas, que adoctrinan en sus ideologías, que parlotean su léxico confuso pero “inspirador”, que se pretenden siguen vivos a pesar de estar muertos, que se debe peregrinar a sus tumbas, en fin, otros dioses falsos, más representantes del EGO, pero que en su desvergüenza blasfema dicen hablar en nombre del Eterno y ser Sus verdaderos emisarios.

Como ya denunciara hace milenios el profeta de la Verdad:

"Entonces el Eterno me dijo: -Mentira profetizan los profetas en Mi nombre. Yo no los he enviado, ni les he mandado ni les he hablado.
Os profetizan visión mentirosa, adivinación vana y el engaño de sus propios corazones."
(Irmiá / Jeremías 14:14)

¿Terrible?
Sí, pero es una realidad que viene sucediendo desde tiempos perdidos en la oscuridad de la memoria.
También hoy día, por supuesto.
Estos payasos religiosos hacen su espantoso circo que se llena de espectadores y fieles. Cobran diezmos y contribuciones, venden supuestos milagros, prometen aquello y esto, profetizan, se anuncian como “tzadikim” sobrehumanos, y no deja de ser el mismo EGO que sigue vigente y manipulando con su corrupción.

Mucho cuidado de apartarse de la senda de la pureza de los Siete Mandamientos que el Uno y Único marcó para sus queridos hijos de las naciones.
Mucho cuidado en despreciar la senda de la Torá, si eres judío.

Porque, según testimonia el profeta de la Verdad:

"Vuestras malas acciones son las que hacen separación entre vosotros y vuestro Elokim.
Vuestros pecados han hecho que Su rostro se oculte de vosotros para no escuchar."
(Ieshaiá / Isaías 59:2)

Contempla, comprende.
No es la falta de fe.
No es no seguir a un rebe, pastor, gurú, maestro ascendido.
No es por no usar tal o cual ropaje.
No es por no rezar o santiguarse.
No es por no hablar en hebreo, idish, arameo o alguna lengua extraña.
No es por no poner banderitas de Israel y poner música supuestamente judía.
No es por no usar barba ni pelitos desde las sienes.
No es por no congregarse en sinagogas o templos.
No es por no saber de memoria pasajes de textos sagrados.
No es por no comprar el libro que promociona la secta de tu esclavitud.
No es por no ser judío.
No es por no usar cintas, amuletos, llaveros, manitos, ojitos y otros suvenires que te venden los mercaderes de la fe.
No es por pertenecer a centros cabalísticos y murmurar ensalmos cabalisteros, ni por hacer predicciones y meditaciones trasnochadas.
No, nada de eso, nada de eso provoca la “separación entre tú y Dios”.
Sino, tus malas acciones, tus pecados, que el Eterno se encarga de definir con exactitud, presta mucha atención, depende tu vida eterna de ello:

"Porque vuestras manos se han contaminado con sangre, y vuestros dedos con iniquidad. Vuestros labios hablan mentira, y vuestra lengua murmura maldad.
No hay quien clame por justicia, ni quien vaya a juicio con integridad. Confían en la insignificancia y hablan falsedades. Conciben afanes y dan a luz iniquidad.
… Sus obras son obras de iniquidad; hechos de violencia hay en sus manos.
Sus pies corren al mal, y se apresuran a derramar sangre inocente. Sus pensamientos son pensamientos de iniquidad; destrucción y ruina hay en sus calzadas.
No conocen el camino de la paz, ni hay justicia en sus sendas. Sus senderos son torcidos; cualquiera que vaya por ellos no conocerá la paz.
Por esto el derecho se ha alejado de nosotros, y no nos ha alcanzado la justicia. Esperamos luz, pero he aquí tinieblas. Esperamos resplandor, pero andamos en la oscuridad."
(Ieshaiá / Isaías 59:3-9)

Es Dios el que habla, no un simpático rabino en internet, o un predicador en su show televisivo.
Es Dios el que claramente expresa que es la construcción de Shalom lo que Él quiere de ti, y no otra cosa.
Que actúes siempre con bondad Y justicia.
Sin malabarismos emocionales, sin palabrerías, sin zalamerías, sin adoración de hombres o sectas, sin disfraces, sin rituales, sin nada de eso que tu persigues con afán y es religión.
Dios, Él y no otro, te dice que es la construcción de Shalom la senda para la “salvación”.
¿Lo quieres aceptar y vivir así? ¡Perfecto!
¿No quieres? ¿Sigues empecinado en querer cosas religiosas? Bien, es tu elección, es tu sometimiento al EGO.

Construcción de Shalom, que es nuestra constante prédica y nuestra voluntad de hacer a diario.
Con altibajos, con caídas y recuperaciones, atormentados también por el EGO, pero esa es la obra cotidiana. Porque no nos vendemos a falsos profetas, ni adoramos hombres o salvadores. Porque queremos al EGO en el lugar natural que le corresponde y no usurpando el Trono del Señor.
Podemos equivocarnos, sin dudas, pero tenemos en claro que queremos vivir con bondad Y justicia, entonces los errores se empequeñecen, la libertad aumenta, la felicidad es una realidad.

Para delimitar correctamente las cosas, ten presente que ni el noajismo ni el judaísmo son religiones, aunque se pueden denominar erróneamente así en ocasiones, aunque la gente las pueda encasillar como tales, aunque te parezca que tienen tantas cosas en común con las religiones que ameritan ser consideradas como parte de ellas, igualmente siguen sin ser religión. Por el contrario, son la expresión de la espiritualidad, la una que es acorde a los gentiles, la otra que se adecua a las personas judías (judío=nacido de madre judía o que se ha convertido legal y lealmente al judaísmo siguiendo los procedimientos que la reglamentación judía prevé para tales efectos).

El espíritu, nuestro Yo Esencial, es el que nos une con el Todo, que nos hace verdaderamente únicos y a la vez nos permite unificarnos.
Es la chispa que cada ser humano alberga y que proviene del Hacedor.

Dejar ver la luz que irradia esa chispa de divinidad, requiere un trabajo personal para despojar esas cáscaras que la obscurecen y opacan.
Cuando logramos extirpar las cáscaras y manchas que ha provocado el EGO, cuando sintonizamos el Yo Vivido con nuestro Yo Esencial, entonces irradiamos luz, alumbramos nuestra existencia y ayudamos a iluminar a otros.

¿Ves que simple es?
Todos somos en esencia buenos, pero actuamos a instancias del EGO, lo que nos lleva por caminos oscuros.
Cuando hacemos buenas acciones, realmente buenas y no como estrategias de manipulación, cuando son buenas en verdad hasta en nombre de alguna religión o deidad falsa, las hacemos a pesar del EGO. El EGO no permite el accionar de la bondad y la justicia, a no ser que sea para adquirir dominación por sobre otros. Entonces, cuando vemos a alguna persona religiosa actuar con bondad sincera, ¡que bueno! Allí está su esencia actuando, rompiendo las trabas que puso el EGO, ejerciendo su verdadera identidad por sobre las marcas de la religión.

Cuando limpiamos la mugre de alrededor de nuestra neshamá (esencia espiritual, Yo Esencial) estamos haciendo que resplandezca la era mesiánica en nuestros días.

En resumen, siente, piensa, hablar, actúa con bondad y justicia. Esa es la senda del Shalom, de la era mesiánica, de la “salvación”.
No importa tanto el ritual, la palabrita mágica, sino lo que Dios realmente te ha mandado que hagas para tu propio bien.