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Ahora, ¿cómo contarás lo que te sucede?

Como cuentas las cosas, tiene su importancia en los resultados.

Según reporta la “Journal of Psychological Science”, un estudio de la Universidad de Columbia, del año 2005, indica que las personas que cuentan sus malas experiencias pasadas en tercera persona, como si le hubiera ocurrido a otro, presentan mayor confianza y optimismo, en contraste con aquellos que las contaron como recuerdos personales.

Es un dato interesante.
Pareciera contradecir a ciertas corrientes de psicología que demandan que se cuente todo en primera persona, como forma de apropiarse de sus conductas, sentimientos, recuerdos, deseos, etc.

Creo que ambas opciones son acertadas, de acuerdo al uso que hagamos.

Veamos un poco lo que quiero enseñarte.
(Es oportuno que leas antes esto: http://fulvida.com/fortalecimiento/feliz-septimo/yo-soy-el-que-soy)

Tú haces, no hay relatos, sino acciones.
Pueden ser acciones internas, de las que ni tienes conciencia (funcionamiento de los órganos, fluir sanguíneo, etc.), o de las que sí tomas conocimiento.
Acciones externas, conscientes (un acto voluntario, por ejemplo) o no (tamborileo de los dedos como tic, movimiento de las piernas al caminar, etc.).
Es el mundo del hacer, sin más.
No hay cuento.

Luego, sientes, percibes y te comunicas.
Allí cuentas TU historia. Eres el personaje. A ti le suceden, a ti te hicieron, tú fuiste y volviste.
Estás envuelto en la narrativa, eres la narrativa, eres el mundo.
Te afectas por tu relato, tu relato te afecta.
Tu cerebro no distingue entre relato y realidad, entre recuerdo y suceso. Se entreveran tus hilos narrativos, te emocionas, actúas el pesar, ya no sabes si estás contando o siendo contado.
Estás en un tobogán, ¡no! Es una montaña rusa.
Todo gira en torno a “yo”, mí, mío. Sí, allí están los demás, pero son títeres, no tienen consistencia real, no son personas.
Hay expresión, hay relato, hay manipulación, pero siempre centrado en el yo.
Hay un cuento en primerísima persona.

Pero entonces subes un peldaño.
Te separas un poco de ti mismo y te duplicas (sin saberlo estás viajando el denso viaje hacia la unificación, hacia la unidad).
Ahora distingues los personajes, ya no eres el único intérprete de la obra. Estás tú, está el otro, estamos nosotros, y ellos.
Está el dar, el recibir, el compartir, el negar, el mendigar, el reclamar, el demandar, el exigir… la relación es lo que prevalece.
Juzgas, perdonas. Eres generoso, retienes. Te relacionas y te ubicas al relacionarte.
Entonces el relato ya no se hace midiendo lo que sientes, lo que haces, sino lo que estás siendo en tu relación con otros.
Hay un cuento ambivalente, en primera persona con participaciones estelares de los invitados a la fiesta.

Y allí subes otro peldaño en la integración de tu personalidad multidimensional, aunque aún está en el mundo de las dualidades, de las polaridades, de la confusión.
En este grado logramos hablar en tercera persona, aún de los sucesos personales.
Porque la mente permite tomar distancia, a la vez que acerca lo lejano.
En este plano analizamos, encasillamos, encuadramos, relacionamos con mayor perspectiva.
Vemos las causas y consecuencias… tomamos distancia, aunque no sé si tomamos conciencia.
Es una herramienta poderosa, porque se involucra la fantasías, la imaginación, la creatividad. Pero al mismo tiempo se inventan excusas, se rebuscan justificativos, se amparan errores, se somete al frío y la lógica aquello que debiera ser cálido y tierno.
Aquí hay un cuento aséptico, impersonal, en tercera persona.

Por último, se alcanza el peldaño de la unificación, de la unidad.
Uno es uno, pero es todo.
Se está en conexión permanente.
Se es consciente, más allá de los pensamientos y las razones.
Se deja de lado el juicio, la manipulación es intolerable, las mentiras son derretidas, las máscaras pierden sustancia.
Es el plano de la verdad absoluta, de la autenticidad plena.
El dolor y el gozo se encuentran, pero no afectan.
Aquí el relato existe como total aceptación.

Con esta breve descripción que proviene de lo más profundo de las enseñanzas cabalísticas, estarías en condiciones para comprender el resultado de la investigación que te mencioné al comienzo, así como los dictados de las corrientes de psicología también señaladas.

De paso, esta enseñanza te podría habilitar a conocerte un poco mejor, por tanto a amarte un poco más, y así acercarte a la meta sagrada de la persona: ser feliz por llevar una vida de servicio al Eterno, por medio del amor a sí mismo y al prójimo.

Ahora, ¿cómo contarás lo que te sucede?

Te propongo que hagas el experimento. Cuenta un suceso “dramático” en primera persona. Luego cuenta el mismo pero como si le hubiera pasado a otro. Observa las diferencias en tus reacciones emocionales.
¿Lo harás y nos contarás?

De paso, recuerdo otra técnica que te he brindado hace un tiempo atrás, la de contar lo dramático pero en tono de humor. Como en un “stand-up”. Pruébalo, te resultará de sanidad.

Gracias por acompañarme en la lectura hasta aquí.

Soy exitoso… si quiero

Perdonen mi candor por lo que compartiré a continuación.

En mi diccionario (basado en la sagrada Tradición), por "éxito" se entiende la medida de cuanto bien y justicia se ha hecho (en el día, el período, la vida, etc.).

El “triunfo” es la lealtad a su esencia eterna (su espíritu), que se alcanza al sintonizar y armonizar todas las dimensiones de nuestra vida con ella.

Lo demás, son LOGROS, cuestiones pasajeras, y muchas veces trofeos del EGO.
La marca del carro, las habitaciones de tu casa, los parajes recorridos, las vacaciones costosas, la esposa modelo publicitaria, el marido musculoso y galante, el dinero en tu cuenta de banco, los adversarios vencidos, las disputas en las que tuviste la última palabra… logros, que te pueden dar un paladeo del placer, pero nunca la alegría.

Pero claro, en este mundo que el éxito se mide por lo económico, por el aplauso social, por el poder sobre otras personas, ¿vale de algo mi inocente idea?

¿A ti q te parece?
¿Cómo definen los “pastores” al éxito, según tu experiencia personal?
Esos que son muy religiosos porque reciben “dones y milagros”, porque su dios muere para salvarlos a ellos de sus propios pecados, ¿qué creen que es ser exitoso?


Real Academia de la Lengua:

éxito.

(Del lat. exĭtus, salida).

1. m. Resultado feliz de un negocio, actuación, etc.

2. m. Buena aceptación que tiene alguien o algo.

3. m. p. us. Fin o terminación de un negocio o asunto.

 

triunfar.

(Del lat. triumphāre).

1. intr. Quedar victorioso.

2. intr. Tener éxito.

3. intr. En ciertos juegos de naipes, jugar del palo del triunfo.

4. intr. Gastar mucho y aparatosamente.

5. intr. En la Roma antigua, dicho del vencedor de los enemigos de la República: Entrar con gran pompa y acompañamiento.

El arte de comunicar

Si lo puedes decir en pocas palabras, ¿para qué complicarlo?

Si lo puedes comunicar con sencillez, ¿para qué complicarlo?

"Pues de la mucha preocupación viene el soñar; y de las muchas palabras, el dicho del necio."
(Kohelet / Predicador 5:2)

Y en este caso “soñar”, no significa algo bueno, ni providencial, ni profético, ni que lleve a bendición.
El soñar de la mucha preocupación es:

"Porque cuando hay muchos sueños, también hay insignificancias y muchas palabras. Pero tú, pon tu conciencia plena en Elokim (Dios)."
(Kohelet / Predicador 5:6)

Te propongo un ejercicio.
Escoge un día de esta semana, por ejemplo hoy.
Hoy te comprometes a decir todo lo que quieres (y conviene, y es lícito) decir en no más de siete palabras por oración. (No vale añadir oraciones cortas para formar un discurso largo.)

Vamos, hazlo.
Luego me cuentas, BREVEMENTE con SIMPLICIDAD pero sin por ello falto de inteligencia y autenticidad.
¿Te animas?
¡Claro que sí!


Dedicado con mucho cariño a varios amigos, que espero se sientan identificados y aprendan la lección.
Con todo mi aprecio y respeto.

Acepta hoy la bendición

La gente, nosotros buscamos el camino fácil, y por esto nos complicamos tanto la vida.

Es paradójico.
Nos afanamos por alcanzar la comodidad, el placer instantáneo, el no tener que esforzarnos
PERO es precisamente esta actitud la que nos niega la alegría y nos cierra el paso al bienestar.
Entonces inventamos excusas en abundancia para negar lo que es evidente.
Nos llenamos de palabrería y creencias, para seguir sometidos a nuestra complicación en lugar de ser felices.

No me creas a mí, créele al santo predicador:

"Considera que solamente he hallado esto: que Elokim (Dios) hizo al hombre recto, pero ellos se han buscado muchas excusas.’"
(Kohelet / Predicador 7:29)

Dios hizo al humano y le dio el camino derechito hacia la plenitud, el bienestar, la alegría.
Estaba todo preparado para que el hombre fuera dichoso por siempre.
Pero el hombre no quiso andar recto por la senda de Dios, sino que de inmediato empezó con cálculos, conveniencias, jueguitos mentales para obtener el supuesto poder.
Y fracasó de manera estrepitosa.
Eso no le pasó solamente a Adam y Java (Adán y Eva), es algo que nos pasa cada día.
Piénsalo y te darás cuenta de que es así.

Está todo listo para que seas bendito, pero decidiste dar esa vuelta de más, ese rebusque innecesario, esa cosita que nadie te pidió o te demandó el pastor… y entonces perdiste el rumbo.
Ya no te diriges más a la bendición, sino a la complicación, a bailotear entre la polaridad del dolor.

El ejemplo es evidente en el noajismo.
Dios ha dado Siete Principios básicos, fundamentales, simples de comprender, sencillos de transmitir, fáciles de cumplir, evidentes, naturales.
Son el camino de la humanidad para ser espirituales.

Pero, ¿qué hizo la gente, desde el mismo comienzo de la historia humana?
Se inventó religiones.
Impusieron creencias, dictaron dogmas, establecieron inquisiciones, encendieron hogueras para quemar herejes, erradicaron a los que pensaran diferente, jugaron a ser dioses, fueron payasescos con los rituales que elaboraron… y así seguimos actualmente.
La gente se complica innecesariamente.
Se llenan de rituales y de doctrinas en lugar de aferrarse a su verdadera esencia espiritual y a su camino de Luz.

Te propongo que seas simple en verdad, de forma auténtica.
Si eres gentil (no judío) entonces conoce los Siete Principios fundamentales y haz de ellos el parámetro de tu vida.
Así serás realmente espiritual.
Entonces, serás bendito y de bendición, serás feliz, tendrás alegría y, lo que para muchos parece indispensable, la promesa de una vida eterna llena de placer.

Hazlo por ti, sí hazlo de forma egoísta: vive como noájida para ser feliz aquí y en el paraíso.
No lo hagas porque eso es lo que te manda Dios.
No lo hagas porque es lo correcto, es la raíz de toda ética.
No lo hagas para ser auténtico, armonizado en ti mismo.
No lo hagas para beneficiar al prójimo, a la sociedad.
No lo hagas por nada trascendente. ((Todo esto ya te lo propuse antes y no lo admitiste ni integraste a tu vida))
¡No!
Hazlo para ser feliz, para ser bendito, para ser salvo, para obtener muchos bienestar.
¿Sí?
¿Lo harás entonces?
Vamos, es lo que Dios quiere para ti. Quiere que seas feliz. Ha diseñado todo para que lo seas. Pero tú tienes que abrirte a recibir esa Luz, esa paz, ese shalom.
¿Sí?
¿Lo harás?

Vamos, sé simple en verdad.
No a la manera del EGO, que todo complica pero hace creer que facilita.
Vamos, la bendición se derrama sobre ti a cada instante, ¿te negarás a recibirla en abundancia?

Abre tu corazón, deja de pensar en lo que te han enseñado en tus iglesias.
La salvación ya está lista para ti, con toda la bendición.
Pero la debes aceptar.

Yo soy el que soy

Hay un yo que hace.
Un yo que lo siente y lo cuenta.
Un yo que lo distingue, interpreta y relaciona.
Un yo que lo encasilla, dosifica, enumera, ordena y excusa.
Un yo que toma conciencia de que es uno, uno consigo mismo, uno con el prójimo, en constante comunión con Dios.

¿Cuál yo eres tú?

Toma conciencia.
Si deseas, respóndelo aquí mismo.
¿Sí?
Gracias.

(Te pido que me ayudes.
¿Qué entiendes de este texto?
¿Cómo te ayuda a construir shalom?
¿Te parece útil?
¿Lo puedes relacionar con enseñanzas previas?
¿Vislumbras la conexión cabalística de esta enseñanza?
Gracias.)

Piensa bien y saldrá bien

Se nos ha dicho de que “si piensas bien, te irá bien”.
Y no, realmente no es así.
Es una falsedad evidente.
Es demostración del pensamiento mágico, típico de la inmadura mente infantil (link).
(Sí, ya sé, hay grandes personalidades que lo han instruido y sus seguidores lo repiten y otros los defienden. Sí, lo sé).

Claro, el pensar bien, el verdadero pensamiento positivo es beneficioso.
¿Por qué?
Lo podemos resumir con un verso: “Apártate del mal y haz el bien; busca la paz, y síguela. ” (Tehilim / Salmos 34:15).
Primero, entendamos al comienzo de las palabras del salmista.
Apartarse del mal, también de pensamientos, de acciones, de reacciones que sean malas, adversas, negativas, contrarias, conflictivas, falsas. Lo que sea mal.
En gran medida porque enfocarse en lo negativo, buscar la oscuridad, llenarse de abatimiento, sumirse en desesperación, prohibirse disfrutar, vaticinar calamidades solamente, produce un efecto túnel en nuestra percepción. Estaremos solo pendientes a los signos adversos que parezcan demostrar nuestra pesadez mental, nuestra parálisis emocional, nuestra impotencia.
Enchufarse a lo oscuro no brinda conexión con lo luminoso.

Así pues, si fuera solo para esto, para evitar caer en un pozo estimulado por la pesadez de pensamiento, ya estaríamos contentos con el pensamiento positivo.
Porque nos estaríamos apartando del mal.

Pero, mira el detalle significativo, el salmista inmediatamente después no te dice que te acerques al bien, tampoco que pienses bien, él te recomienda (con su inspiración divina al mando) a que HAGAS el bien.
Hacer. No divagar, fantasear, desear, anhelar, añorar, recordar, convocar con pensamientos, agitar con ensalmos… nada de superstición o magia, ni mandar a Dios para que sea Él quien nos haga los mandados.
Sino HACER el bien.
HACER el bien.
¿Y qué es el bien?
Aquello que te lleva a unificarte, a sintonizar tus dimensiones, a conectarte contigo y con el otro y con Dios.
Bien es lo que Dios ha declarado que es bien.

Así y todo, haciendo el bien, no es suficiente para el salmista.
Te aconseja que busques la paz, que la sigas, que la conviertas en tu meta, en tu destino.
La paz, que es la plenitud, la completitud, la armonía, la unificación del ser, la salud multidimensional, la conexión sin máscaras.
Tú debes buscar el Shalom afanosamente, es tu misión en la vida.
Construir shalom no es un mero ideal nacido entre nosotros, sino un imperativo sagrado de todos los tiempos.
Está implícito en el ser humano, en nuestra esencia como especie.
Construir Shalom, comenzando por dentro y luego con el afuera.
Unificarnos. Conectarnos. Despojarnos de la mentira. Ser auténticos.

Es lo que dice el salmista, al menos así lo vemos nosotros.
No se nos dice de pensar bien, ni de esperar milagros, ni de dejar que Dios haga todo.
Somos nosotros que tenemos el imperativo triple de accionar así:

  • alejarnos del mal
  • hacer el bien
  • construir Shalom.

No cuenta pensar bien como si fuera todo lo anterior.
Pensar bien es bueno, es saludable, en tanto no sea una excusa para dejar de hacer lo que nos toca hacer, lo que es deber hacer.

Andar por la vida con un ánimo optimista, confiando en Dios y en las propias potencias y en el prójimo, suele tener buenos resultados, mejores que andar esperando desastres, penurias, maldiciones, etc. Es cierto, el pensar bien es muy saludable. Yo no me atrevo a negarlo.
Pero si tenemos la certeza de que haremos “milagros” a través del mero pensar, de que la vida cambiará radicalmente solo por esperar que nuestro pensamiento controle al universo… estamos lejos de haber madurado y andar por la senda de la cordura.
Estamos más próximos a los niños, a los supersticiosos, a los que creen que una cintita roja los protege de algo llamado “mal de ojo”, los que creen que si dan caridad recibirán automáticamente un tanto por ciento, los que pretenden manipular a Dios con oraciones o creencias.
No, ese no es el camino indicado para el leal a Dios.

Entonces, adelante, llena tus pensamientos de Luz, pero no te creas el que controla todo, el que decide todo, el que a través del pensamiento adquirirás aquello que deseas.
También habrás de esforzarte, de trabajar, de comprometerte, de levantarte y seguir luego de tropezar… sí, deberás hacer tu parte y no aguardar milagritos ni magia.
¡Qué pena si no te gusta!
Pero no soy yo quien lo dice, solo lo repito para ti.

Y por si no fuera claro, el salmista reitera y amplía: “Apártate del mal, y haz el bien, y vivirás para siempre.”  (Tehilim / Salmos 37:27).
Ciertamente no es una promesa tonta de vida eterna en este mundo limitado, en el cual la muerte es una realidad constante, en la cual las desgracias ocurren, en la cual las fallas y deterioros acontecen sin por ello ser “castigos divinos”.
El “vivir para siempre” es una promesa de superación, de dejar de estar limitado por nuestra condición material, de unificar nuestro ser y gozar en el más allá de los placeres que cosechan los que actúan en sintonía con los dictados de Dios.
Sí, la promesa del “paraíso”, de la “salvación”, que no se adquiere por creer en dioses crucificados, ni por peregrinar a tumbas, ni por cosechar reliquias, ni por venerar líderes religiosos.
Se adquiere muy fácilmente, apartándote del mal y haciendo lo que Dios te ha dicho que es bueno.
Encontrando la unificación. Siendo uno. Conectándote, contigo, con el otro, con Dios. Dejando libre el dolor. Dejando de imponer tus miedos. Asumiendo tu impotencia y no adorar al EGO a causa de ella.

Y, presta atención, el salmista, inspirado por Dios, no te dice que si haces el mal eres un demonio, o un fracaso espiritual.
El salmista, por ser un hombre de Dios, sabe que tienes que luchar contra tu EGO, que no la tienes fácil, que en la vida del hombre es natural la tendencia al mal y que muchas veces caemos, nos resbalamos hacia la mala acción.
El salmista, un hombre de Dios, lo sabe, él también tuvo que luchar esa batalla diaria contra sus tendencias, contra las presiones sociales nocivas, contra la pereza, etc.
No te condena por haber errado algún paso. No eres un demonio por equivocarte. No eres “condenado” por pecar.
Sino que el salmista, en su sagrada sabiduría te recomienda que te apartes del mal, que hagas el esfuerzo necesario para no caer.
Eres humano, así que eso es lo que debes hacer.
Luego, cuando te has fortalecido, o mientras lo estás haciendo, es que debes hacer lo posible para construir Shalom, por supuesto.

¡Cuánta diferencia con el mundo plagado de infierno y maldición de la idolatría que se hace pasar por santidad!
Mira el enorme contraste: “Amado, no imites lo malo sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; el que hace lo malo no ha visto a Dios.” (Libro idolátrico tercero de Juan 1:11).
¡Mira que malicia, petulancia, ignorancia, falsa santidad!
Este señor te dice que si haces lo que él te dice, entonces eres “de Dios”, sea lo que ellos signifique en su doctrina oscura.
Pero, pobrecito de ti, si haces lo malo eres alguien sin Dios, desconectado, en falta eterna, en pecado original, carente de salvación, un hijo de Satanás.
No te reconoce en tu dimensión humana. No se identifica contigo. No admite que todos tenemos que esforzarnos para alejarnos del mal.
Este santulón te exige que seas perfecto, que no metas la pata, ni un poquito, porque si haces algo malo entonces es demostración que eres de Satanás y te vas al infierno, con tu padre…

¡Es TERRIBLE!
Es inadmisible, pero a pesar de esto sigue siendo predicado por todos lados, sigue siendo considerado un libro santo, sigue siendo adorado como único modo para alcanzar “la salvación”.

El profeta de la Verdad ha declarado firmemente la cuestión:

"(11) Dice el Eterno: ‘¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados. No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos.
(12) Cuando venís a ver mi rostro, ¿quién pide esto de vuestras manos, para que pisoteéis mis atrios?
(13) No traigáis más ofrendas vanas. El incienso me es una abominación; también las lunas nuevas, los shabatot y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva!
(14) Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y vuestras festividades. Me son una carga; estoy cansado de soportarlas.
(15) Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos. Aunque multipliquéis las oraciones, yo no escucharé. ¡Vuestras manos están llenas de sangre!
(16) ‘Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de mis ojos. Dejad de hacer el mal.
(17) Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda.
(18) ‘Venid, pues, dice el Eterno; y razonemos juntos: Aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
(19) Si queréis y obedecéis, comeréis de lo mejor de la tierra.
(20) Pero si rehusáis y os rebeláis, seréis consumidos por la espada; porque la boca del Eterno ha hablado.’"
(Ieshaiá / Isaías 1:11-20)

Lee lentamente el párrafo del profeta.
De a poco, entiende cada palabra, cada una en su contexto.
Des-aprende lo que te hayan introducido como dogma religioso (específicamente cristiano, recordemos que los mesiánicos o netzaritas son cristianos también), para permitir que el sentido espiritual te sea claro.

Te lo resumo, si quieres me lo agradeces luego: apártate del mal, haz el bien, construye shalom y vivirás por siempre.

No fe, no pensamientos mágicos, no rituales, no repetir lemas, no memorizar párrafos, no llenarse de mitología, no ahondar en cabalistería, no servir líderes religiosos, no ser fanático irracional… no, nada de eso…
Es lo que dijo el profeta, lo que sintetizo el salmista, lo que permea la Sacra Tradición desde el mismo comienzo de la humanidad.

Ahora, un dato de la investigación de psicología científica.
En un serio estudio reciente (link) se ha arribado a un inesperado resultado.
La visualización positiva NO ES efectiva para alcanzar éxitos, y además muchas veces es contraproducente.
Básicamente se explica de la siguiente manera.
El cerebro no tiene cómo reconocer si lo que percibe es un pensamiento, una actuación, una broma, un hecho real y verídico, un delirio. El cerebro recibe la información primaria y la procesa como original y dispara las reacciones automáticas oportunas.
Ejemplo, estás viendo una película de terror y aquella escena te paralizó, realmente te llenaste de pavor. Pero oye, dime, estabas en el cine o en tu sala, sabías que no era real, que era una película, entonces, ¿por qué sentiste miedo? Porque tu cerebro no discierne si es cuento o fáctico, simplemente lo toma y reacciona para preservar su existencia como mejor pueda.

Cuando la persona por medio de la técnica de la visualización positiva induce a su cerebro a creer que ha alcanzado la meta buscada, entonces se dispara una respuesta de relajación, tal y como si hubiéramos conseguido lo anhelado.
Se pierde fuerza, concentración, intención. Se fracasa por haber “pensado bien”.

Claro, el EGO está detrás de esto.
Usa cualquier recurso para someterte, para hacerte sentir impotente.
Sí. también el pensamiento positivo. Sea en su versión mágica, para que te quedes quieto y no cambies tu mundo. Sea en su versión “visualiza exitoso”, para que tu cerebro se lo crea y te desarmes. Para que en la realidad nada mejore y entonces la realidad sea la que te denuncie como impotente.
Como sea el EGO es astuto.
El EGO juega con la mente, se crean excusas a una velocidad impresionante. Todo suena plausible, hasta lo ridículo, en tanto sigas sometido al EGO.

Me he extendido muchísimo más de lo que era mi intención inicial.
He tocado muchos puntos, demasiado importantes e intensos.
Creo que de tan largo y complejo podría resultar confuso o perder poder, así que te pido me hagas el favor de releerlo, de estudiarlo y de compartirlo para poder conversar con otros al respecto y ver si estás de acuerdo, si encuentras algún error, si deseas expresar tu opinión, etc.

Quedo de ti, hasta luego.

Bienaventurados los…

No se trata de saber,
sino de ser.
Ser uno. Unificado. En armonía.

No se trata de haber leído muchos libros, ni de repetir frases,
sino de hacer carne el conocimiento 
para que esto te lleve a la unidad del ser.

No se trata de ser sumiso a un líder y a una doctrina, sino de ser tu propio amo, en bondad, en justicia, en autenticidad.
Atiende a tus maestros, respeta a tus guías, encuentra la enseñanza que proviene de toda criatura.
Que tu conciencia se amplíe y siempre agradece.

No se trata de meditar sobre espiritualidad,
sino de hacer que lo material reluzca en su propia espiritualidad.
Ser uno. En armonía. Ser uno mismo.

No es en la religión que se encuentra Dios,
sino en vivir de acuerdo a Su Voluntad, tal como Él la manifestó para ti.

Se trata de amarte a ti mismo.
Sí de amarte, a ti, a quien eres en esencia, a quien estás siendo.

Así,
solamente así puedes amar al prójimo y amar a Dios.

El resultado será tu dicha, alegría sincera.

Rabino Oved Abrej: noajismo, un camino sagrado (Video)

El camino sagrado de los noájidas y el camino sagrado de los judíos.
Cada uno tiene su esencia espiritual, bendita, perfecta.
Al conocerla, al asumirla, al vivir de acuerdo a ella, uno alcanza la plenitud.
Se sirve a Dios de muchas maneras, aprende cuales.

Un video para aprender, para disfrutar, para compartir.

Míralo, compártelo.

 

 

 

Cabalá noájida: ese tesoro oculto

Alguien, un nuevo amigo del hogar FULVIDA, me preguntó hace un rato si existe la “Cabala noájida”, tal como existe la “Cabala judía”.

La respuesta no tardó en llegar: no, la Cabalá noájida no existe.
(Cabalá con acento y tilde en la última “a”.
Cábala, es otra cosa.
Y Cabala, no existe, al menos en hebreo o español).

Y luego vino la breve pero concisa explicación.

Primero, aprendamos el significado de la voz Cabalá.
Cabalá proviene del verbo hebreo lekabel, que es recibir.
Por lo tanto, significa “recepción”, “acogida”.
Ver en el Traductor de Google : http://translate.google.com/#iw|es|%D7%A7%D7%91%D7%9C%D7%94

Es también sinónimo de Tradición, en el sentido del mensaje que se transmite de una generación y se recibe por la siguiente.
Ver en el Wikimilon: http://he.wiktionary.org/wiki/%D7%A7%D7%91%D7%9C%D7%94

Pero, ¿qué es tradición?

Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:

tradición
  1. f. Comunicación de hechos históricos y elementos socioculturales de generación en generación:
  2. Conjunto de lo que se transmite de este modo:

Pues, exactamente lo que habíamos dicho recién que es Cabalá, ni más ni menos.

En sí misma la voz Cabalá no hace referencia a nada “místico”, ni misterioso, ni oculto, ni “teológico”, ni filosófico, ni reservado, sino a lo que es propio de una determinada tradición.
Téngalo siempre presente: Cabalá = Tradición.

Por algún motivo no muy claro para mí, en algún punto de la historia judía reciente se ha identificado la voz Cabalá con el conocimiento místico judío, como si solamente se aplicara a éste y no a todo el conocimiento y práctica que se comunica de una generación a la siguiente.
Esta deformación, o tal vez debiera decir estrechamiento del sentido, es lo que suele provocar confusiones en el público general, confusión que supongo fue la que motivó la consulta del amigo que dio origen a este breve artículo.

Pero, entonces, ¿por qué dije tan enfáticamente al principio que no existe una cabalá noájida, tal como sí existe una judía?
Es lo que paso a explicar ahora.

Cabalá no quiere decir otra cosa que «tradición», ya lo aprendimos, y la única tradición ESPIRITUAL que se ha preservado hasta hoy, desde su origen en el momento en que Dios la manifestó a la humanidad, es la tradición judía.
Dios expresó Su Voluntad con respecto a las naciones a Noaj/Noé, éste se la trasmitió a sus hijos. Ellos eran los encargados de respetarla y trasmitirla a su vez. Pero bien pronto dejaron de cumplirla y de encomendarla a sus descendientes. Lo que debía ser la Cabalá/Tradición espiritual de los noájidas se perdió. A causa del EGO. De ir detrás de la comodidad, de los placeres, de la inoperancia, del invento de las religiones, de la adoración de los poderosos, de la sumisión a amos y reyes. Las naciones se inventaron sus propias “espiritualidades”, todas falsas, desconectadas en mayor o menor medida de la Fuente original. Esas tradiciones falsificadas en su faceta espiritual fueron las que trasmitieron, ordenaron cumplir, adoctrinaron a sus hijos. Tradiciones religiosas corruptas, llenas de idolatría, de engaño, de EGO. Infinidad de esas tradiciones religiosas se han perdido también, junto a las naciones y culturas que las crearon o adoptaron. Algunas otras lograron subsistir más tiempo. Se adaptan, cambian, mutan, como astutos parásitos se hacen inmunes a la medicación (verdadera espiritualidad) que las puede erradicar. Todas ellas tradiciones religiosas corruptas, ninguna conectada a la Fuente, ninguna sincronizada con la Voluntad del Padre, todas producto del EGO.
Así pues, no existe una Cabalá noájida, porque la tradición noájida la esfumaron los propios gentiles hace milenios, la taparon con escoria religiosa, la disfrazaron de religiones, la silenciaron para perder el contacto con el Padre y con Sus Mandamientos para las naciones.

Es triste pero cierto, los gentiles no tuvieron el amor y respeto necesario para preservar su memoria espiritual, su apego al modo de vida espiritual que Dios les comandó.
se inventaron religiones, supersticiones, sectarismos, ateísmos, adoraciones a humanos y numerosos etcéteras.
En su vanidad, en su esclavitud al EGO perdieron la senda a su propia tradición espiritual.

Pero, no todo se perdió de su tesoro sagrado para los gentiles.
El tesoro permanece oculto. Los piratas (de la fe) lo robaron, se lo llevaron y lo enterraron lejos, muy lejos, para que nadie se acordara de su existencia. Así ellos podían seguir con sus imperios, con sus tráficos de la fe, con sus iglesias y denominaciones.
Pero, gracias a Dios el mapa que lleva a ese tesoro oculto quedó resguardado en las bibliotecas sagradas del judaísmo.
Entre sus propios tomos de sabiduría, allí resguardado se encuentra el mapa del tesoro de los noájidas.
No porque lo hayan escondido los judíos, o hayan robado el mapa.
Sino que al guardar su propio tesoro, al mantener con vida su propia Cabalá/Tradición, mantuvieron con vida el recuerdo, el mapa, y el modo de llegar al tesoro de los gentiles.
No para los judíos, sino para restituirlo a sus verdaderos dueños: los gentiles

Tal como algún Indiana Jones, así debe actuar el noájida que despierta y se hace consciente de su verdadera identidad.
Debe pedir a los guardianes una copia del mapa al tesoro sagrado de los noájidas.
Con el mapa en mano es su obligación aventurarse hacia el descubrimiento de su propia identidad espiritual.
Retomar el nexo con Dios de la manera que Él ordenó.
Por supuesto que los enemigos de Dios pondrán obstáculos de todo tipo. Mentirán, engañarán, complicarán, desviarán, cansarán, presionarán, seguirán queriendo tener escondido y lejos el tesoro espiritual. Pero el Indiana Jones noájida correrá mil aventuras, subirá y bajará, pero seguirá en su afán de desenterrar el sagrado tesoro y devolverlo a su belleza original.
No por fama, ni por dinero, ni por alcanzar poder, sino porque eso es lo que siente que debe hacer para sintonizar su espíritu con su existencia.

Los judíos cultos en este asunto le pueden dar una mano, mostrar dónde está el mapa, pero recorrido lo debe hacer el noájida. La aventura de auto descubrirse es del noájida. La liberación está en manos del propio noájida, no del judío ni del judaísmo.

Tristemente algunos Indianas se pierden también, porque confunden a los guardianes del mapa con los poseedores del tesoro. Se quedan en las bibliotecas, se empiezan a apropiar del tesoro que no les pertenece, se escapan de despertar y crecer en su propia identidad para volver a perderse, ahora no detrás de religiones, pero sí detrás de una tradición que no le pertenece, que no le corresponde, que no le identifica: la judía. Se hacen religiosos nuevamente, pero ahora noajUdas, noájidas que perdieron la senda para travestirse de judíos. Siguen tan perdidos como antes, tan carentes de conexión como antes, tan religiosos como antes, tan esclavos del EGO como antes, pero se defienden diciendo que saben y aplican tal y cosa del judaísmo, como si eso les fuera propio o Dios se los hubiera entregado a ellos… pobre gente…

El tesoro noájida, ese que es parte de esa Cabalá noájida perdida y ocultada por los piratas de la fe, no tiene NADA de místico, de complejos espirituales, o similar. No trata de sefirot, ni de explicaciones oscuras acerca de energías vitales, o sobre qué ocurre después de la muerte o antes del nacimiento.
El tesoro noájida es historias del origen humano, de la entrega de los Siete Mandamientos por parte de Dios a las naciones.
Son los Siete Mandamientos para las naciones.

Así pues, las Cabalá noájida no existe, porque nadie se ha encargado de cuidarla, de amarla, de vivirla, de transmitirla.
Hoy que hay un despertar de la conciencia espiritual, hoy cuando cada vez son más los que descubren el noajismo, es el tiempo de desenterrar el tesoro, de retomarlo y lo más importante, de volver a hacerlo tradición, porque se le enseña a los hijos, para que la vivan, la amen, la respeten y a su vez la trasmitan a sus hijos, por todas las generaciones.
Así renace la Cabalá noájida, si es que usted, querido amigo noájida, lo acepta y lo hace realidad.

Por otra parte, cada cual tiene a mano otro tipo de tradición, muy valiosa aunque no sea la original y espiritual.
Usted tiene la tradición de su país, de su región, de su etnia, etc. que no es la Cabalá en su sentido espiritual, pero es otro tipo de tradición que vale la pena igualmente vivirla con amor y respeto a pleno, en tanto no sean costumbres contrarias a los Siete Mandamientos universales.
Las costumbres de alimentación, vestimenta, fiestas, idiosincrasia, etc. que cada uno ha recibido de sus mayores y que es parte de la identidad propia y comunal.
Reitero, son para recibir y vivir también, siempre y cuando no impliquen o lleven a la idolatría.

¡Amar SU tradición, es amarse!
Así pues, ámese.
Conozca acerca de las costumbres propias, las familiares, las culturales y… ahora que lo sabe, redescubra el tesoro espiritual de los noájidas: los Siete Mandamientos Universales.
No vuelva a cometer los errores espantosos del pasado.
No vuelva a perder el contacto con Dios, tal y como Él quiere que sea.

Excusas habrá siempre.
Negación y retorno a la idolatría, no faltarán.
Escupir lemas religiosos, frases del Nuevo Testamento, lealtad a ídolos, seguirán perturbando el despertar de la conciencia noájica.
Pero no tiene derecho a echar culpas a los otros por no aventurarse a ser usted mismo.

Rescatemos a más hermanos

Te las ingenias para llegar hasta lo más profundo de la prisión de pesadillas.
Con habilidad engañas a los carceleros que mantienen secuestrado a su rehén.
Te escabulles de la mirada asesina de los guardianes, esos rufianes.
De alguna manera encuentras la llave de la celdita oscura y amarga.
Abres la puerta.
Alumbras con tus bengalas su interior, se hace rápidamente la luz en aquel lugar tenebroso, lleno de telarañas y dolores.
Sí, allí está al que tienen secuestrado, lo ves, pobrecito, en harapos, en un estado de abandono y miseria que te espanta.
Le muestras el camino, le brindas tu mano para ayudarle a salir a su libertad… esa libertad por la que tú has luchado y te has arriesgado… es tu hermano, tu prójimo, uno que está tal como estabas tú hace un tiempo atrás. Lo animas con tus palabras y mirada confiada. Le das tu calor humano, tu sincera oportunidad de salvación.
Pero él se queda acurrucado en las sombras, paralizado, temeroso, agonizante, esclavo. Te mira al pasar, de reojo, refunfuña… ¿te maldice? Te da la espalda, se aferra a los barrotes de su celdita, se niega a salir…

No se puede liberar a nadie, solamente uno se libera a sí mismo.
Por esto, ¿dejaremos de hacer nuestra parte en la tarea sagrada de rescatar hermanos secuestrados por el EGO?