Archivo de la categoría: Historia

Homenaje cabalístico a la mujer

Cuando Hadasá se convirtió en la reina Esther de Persia, hace unos 2500 años ya,el mundo estaba hundido completamente en idolatría y lejanía del espíritu. La NESHAMÁ de toda persona estaba en conexión con el Creador, obviamente y sin dudarlo,pero la conciencia de este hecho se mantenía en oscuro exilio. El EGO era aquel que […]

Noaj 5776-“Safá”, ¿idioma o al límite?

Dos son los relatos famosos de esta parashá: el Diluvio universal y la confusión de las ideas en la Torre de Babel.
Probablemente no conocemos exactamente los detalles de ambas historias e ignoramos la vastísima literatura de antiguos sabios y reconocidos exégetas al respecto; aunque son narraciones que forman parte de la memoria colectiva e identidad de las naciones.

En ambas encontramos algunas cuestiones en común, como por ejemplo, personas que creían controlar lo que en verdad no dominaban (ni podían o debían hacerlo) y por ello terminaron destruyendo sus vidas, las de otros, el entorno.
En la base de esta conducta estaba la rebelión contra Dios, de modo más o menos manifiesto, con excusas mejor elaboradas o abiertamente torpes; cada uno a su nivel destilaba desprecio hacia Dios. Por ello, faltaban a las reglas que Él había ordenado a Adam y sus descendientes; y que tras del Diluvio Elohim reiteró a Noaj y a todos sus sucesores. Mandamientos que están actualmente vigentes y conforman el llamado Pacto Noájico, o de las Naciones, que se suele simbolizar con el arcoíris. Siete mandamientos simples, pero al mismo tiempo profundos y trascendentes, que permiten llevar una vida armónica al ser orientada por la ética de origen espiritual. Son claves para la conexión con Dios y el prójimo y, por tanto, con uno mismo.
Esto era lo que rechazaban, por estar consumidos por el egoísmo, la pedantería, fantasías de grandeza y finalmente la nada.

Pero también hay puntos en las dos historias que son esencialmente diferentes.
La gente antediluviana se comportaba con violencia constante: robaban, mentían, agredían, asesinaban, calumniaban, eran inmorales, servían a ídolos, maldecían a Dios, corrompieron la justicia, en resumen un caos tremendo y sin indicio de que fuera a mejorar. Por sus acciones el ecosistema llegó a un extremo del cual no pudo recuperarse “por las buenas”, solamente un desastre de proporciones inimaginables equilibró la situación.

En la época de la construcción de la Torre las relaciones humanas eran por completo diferentes, porque tras mucho sufrimiento se forzaron a abstenerse de emplear la violencia. Se horrorizaban por la controversia, al punto que entre ellos se obligaban a sentir, creer, pensar de forma monolítica, sin admitir divergencias que fisuran la aparente unidad. Las ideas y las acciones siempre estaban subordinados al capricho de su líder, el astuto y violento emperador Nimrod, quien fue el creador de la primera religión organizada de la humanidad. Él gobernaba con mano de ardiente metal y demandaba obediencia ciega a sus deseos en rebeldía directa al Eterno. Detrás de tanta organización y máscaras de paz, abundaba el materialismo exagerado, el enojo, la ira, la violencia, que no tardaron en manifestarse en burlas, apatía, fanatismos y otras conductas que no mencionaremos ahora. Su catástrofe no fue otro cataclismo natural, sino la separación emocional e incomprensión entre los hombres. Las consecuencias de sus actos las seguimos sufriendo todavía.

¿Qué podemos aprender de todo lo que hemos expuesto aquí?

¿Yo tengo fe?

Nacemos tremendamente necesitados y en casi total impotencia. Por si fuera poco, todo el ambiente y modo de funcionamiento ha variado de un momento al siguiente.
El terror es sentido intensamente y no tenemos como mitigarlo, pues no contamos con elementos de comparación previa, ni un raciocinio que nos ubique en lo pasajero de nuestro malestar, ni palabras que identifiquen lo que nos sucede y nos brinden alguna orientación.
Estamos a merced del espanto y apenas provistos de unas muy básicas y primitivas herramientas para la supervivencia.
Esa pesadilla terrible queda grabada en lo más recóndito de nuestra memoria orgánica, en un lugar inaccesible al lenguaje, sin códigos compartidos socialmente para representarlo y mitigarlo, y por tanto con un poder destructivo inmenso y que apenas puede brota de una u otra forma.

Nuestra forma natural de supervivencia es llamar la atención, por medio del llanto, especialmente del grito, y el pataleo; para así obtener así satisfacción a nuestras necesidades. Si por algún motivo no funciona el llamado, entramos en estado de desconexión con la realidad, como una forma de preservar la energía, y fantasear que estamos protegidos y calmar un poco el terror; para luego volver a sentirlo y reiniciar el alboroto reclamando ser atendido.
Además. tenemos un limitado pero útil repertorio de movimiento reflejos; todo encarado a la misma finalidad, sobrellevar la impotencia y mantenerse con vida.
Es tan maravilloso, en su simpleza. Es espantoso, en su sumisión.
Estas herramientas dependen de porciones profundas de nuestro cerebro, que compartimos con otras especies animales.
Nosotros le hemos dado el nombre de EGO, aunque en las neurociencias este vocablo no tiene cabida.
En la Tradición se le denomina comúnmente como IETZER HARÁ.

Las reacciones nacidas del EGO a la necesidad e impotencia se va repitiendo sucesivamente, creando así por encima del reflejo del instinto también un hábito, una conducta que de tanto repetirse se automatiza.
Entonces, de forma natural nos vamos entrenando para obtener un sorbo de satisfacción, de poder, de seguridad cuando hacemos uso de estas herramientas toscas pero efectivas.
Aprendemos a “controlar la realidad” sin siquiera darnos cuenta.
En verdad, no es más que una ilusión de poder, puesto que es la debilidad que usamos para que alguien con “poder” nos resguarde de nuestros sufrimientos.

De este modo, quedan inscriptos en lugares profundos y míticos de nuestra inconsciencia los patrones de conducta que nos movilizarán y serán también la base sobre la que se sostendrán las creencias por medio de las cuales modelamos nuestra realidad.

En una síntesis muy esquemática:
sentir impotencia –> reacción automática de manipulación –> obtención de cierta satisfacción –> creencia de control.

Pero, podría ser también:
sentir impotencia –> reacción automática de manipulación –> no hay satisfacción –> aumento del sentir impotencia –> reacción automática de manipulación aumentada –> etc.

Cuando crecemos, no varía sustancialmente este cuadro.
Podemos añadir conductas, que son ramificaciones de las herramientas básicas del EGO.
Podemos actuar con mayor uso de la inteligencia, pero si en la base se encuentra el EGO, se repite una y otra vez el modelo infantil, primitivo, que a esta altura ya es enfemizo.

Pero, podemos aprender modos alternativos, que no dependen del EGO, sino de otras fuentes en nuestro interior. Pero, como sobre esto ya hemos trabajado en demasía, ahora seguiremos por otra lado.

Toda religión surge como adhesión sumisa al EGO.
Tal vez de manera difusa la religión sea un camino entreverado y complicado para encontrar al verdadero Uno; pero en su origen y desarrollo podemos afirmar que no hay orientación espiritual en la religión, sino solamente adoración al EGO; el cual es sentido como un salvador milagroso, la fuente misteriosa de vida, la figura mágica que todo lo puede y rescata de la muerte y del dolor. El EGO, quien controla la realidad y mueve los elementos para que se orquesten a satisfacer las necesidades y deseos del siervo del EGO.
Cambia la palabra EGO por el nombre de cualquier dios, y verás que es una descripción fiel de la religión.
Recordemos, ni el judaísmo ni el noajismo son religiones, aunque tristemente muchas personas las vivan como tales, y lleven a sí mismos y a otros a espantosas confusiones. Es que, ser judío y noájida no quiere decir estar libre del influjo del EGO.

Así surge la fe irracional, aquella de creer incluso en absurdos. Como dice el diccionario: “Creencia en algo sin necesidad de que haya sido confirmado por la experiencia o la razón, o demostrado por la ciencia”. (¡Ojo! La voz hebra “emuná”, aunque a veces lo traduzcan fe y lo confundan con ella, ¡no lo es!).
Desde la profunda oscuridad del EGO nace la fe.
Es el deseo de seguridad, de control, de satisfacción, a través de  manipular a la deidad (cualquiera fuera la fuerza sobrenatural).
”Piensa bien y te saldrá bien”, aunque la realidad no se deja manipular por nuestra ridícula pretensión. Entonces, se elaboran excusas, a la cual más malabarista y llamativa, para pretender justificar la evidencia en contra.
“Todo es para bien”, cuando es más que cierto que no todo lo es. Pero, no tardan en hilvanar frases, conminar al apego a la voz de “la autoridad”, para de esa manera adormecer el pensamiento, secuestrar a la mente y dejar la fe absurda como valor central.
Recuerda un dato esencial: el EGO secuestra el intelecto, por tanto, suele haber pintorescas elucubraciones para justificar lo que no tiene razón de ser, ni existencia real. Se arman inmensas catedrales teológicas, filosóficas, de supuesto pensamiento, con la única finalidad de seguir desprovistos de libertad de pensamiento.
Con la fe se recibe un letargo de la conciencia, que alivia momentáneamente el sentimiento de culpa, para luego agravarlo.
La fe entontece, por lo que quita temporalmente el miedo, pero al rato resurge con mayor ferocidad y descontrol.
(Revisa nuevamente la síntesis esquemática que puse más arriba).
Es un falso paliativo, cuando en verdad es la enfermedad y jamás la cura.
Es la bota de plomo, cuando ya estamos sumergidos y ahogados en el océano de impotencia.

La fe, en lugar de madurar el intelecto, la razón, la construcción de SHALOM por medio de acciones de bondad Y justicia, la aceptación, el agradecimiento, el análisis, etc.; la fe mantiene a la persona encerrada en su celdita mental.
La fe no construye conciencia, ni tiende lazos de entendimiento, ni ayuda en la edificación de un paraíso terrenal.
Por el contrario, embota, confunde, destruye.

Ciertamente hay gente llena de fe que actúa con bondad y es justa, pero esto es ¡a pesar de su fe! Si se libraran de la fe, y siguieran limpiando su hogar interno para quitar en la mayor medida de lo posible el mandato del EGO, seguramente que construirían infinitamente mucho más y mejor SHALOM.

Entonces, tengamos firme una simple propuesta, que a la vez es poderosa y nos dará fuerza, bendición y cercanía con el Uno.
Dejemos de pretender que seguimos y sabemos las cosas de Dios, cuando tan solo repetimos las cosas de nuestro EGO, al que endiosamos y llamamos con el nombre del dios de moda.
Abandonemos la pretensión de bailotear en asuntos teológicos, rebuscando en extrañas conjeturas para apaciguar nuestra impotencia y angustia.
Soltemos la droga que nos perturba la conciencia, intentemos conectarnos a nuestra NESHAMÁ y no a nuestras caretas que representan la nada misma.
Desentendámonos de la fe, de la superstición, de las palabrerías y creencias banales; no son dignas de hijos de Dios.
Al Uno no se llega con la convicción en lo que no se ve, ni en adorar cosas muertas o de muerte.

No miremos a otros con superioridad, creyéndonos mejores y libres, cuando probablemente somos esclavos esclavizados de otros esclavos.
Mejor, atendamos con humildad y no desde arriba de un falso pedestal, para crecer y elevarnos junto a otros, no por medio de fe, sino de la verdad y la construcción de SHALOM.

La blasfemia de Palestina

israel El origen del término Palestina se remonta al año 130 después de la era común. Palestina es una región denominada como tal por los romanos. Era una provincia Romana que sometía o tapaba al reino de Israel o de Judea.

Palestina, es un recurso más de Roma por querer imponerse en la historia para confrontar la voluntad de Dios, aniquilar, y someter a la humanidad a un imperio universal. A los ciudadanos nacidos en tal región se los  llamó palestinos como toponimia de la región.

Haciendo una analogía, cuando no existía Argentina, existían los pueblos  precolombinos, luego con la llegada de Colon a estas tierras y posteriormente con el arribo de los imperios o corona de los reinos catolicos españoles en conjunción con las misiones eclesiásticas que dan el poder a tales reinados, muchas zonas geográficas fueron nombradas por los dichos reinados. Antes de la existencia de las provincias de Mendoza, San Juan y San Luis del actual pais de Argentina, dicha región era la región de Cuyo, a los habitantes de tal región se los llamaba cuyanos. Antiguamente Cuyo estaba habitada por los aborígenes huarpes, quienes fueron exterminados con la llegada del reinado católico de España. Cabe destacar que nuestras tierras fueron literalmente conquistadas y lo que sucedió en esta región del mundo fue sanguinario. No solo en los comienzos de la conquista sino también refiriéndonos a la esclavitud a la que fueron sometidos muchos habitantes o etnias nativas o lo que hoy se conoce como latinoamérica.

gobernacion de cuyo

Es decir, antes del establecimiento de la jurisdicción de las provincias de San Luis, San Juan y Mendoza, existía Cuyo. Mendoza, su capital fue una ciudad donde el principal motivo de implantación fue la de servir de tránsito entre el actual Chile. Muchos esclavos nativos eran utilizados por los gobiernos criollos españoles y sus representantes, ya sea los virreyes, gobernantes y demás cargos dentro de la  jerarquía real de la corona española para realizar tareas forzadas. Mendoza ciudad en la antigua región de Cuyo funcionaba como lugar de estadía de los esclavos que eran llevados a las minas a extraer  minerales.

Volviendo a palestina, los palestinos son como lo eran los cuyanos de estas zonas. Los palestinos no son un pueblo o nación es decir, palestina era una provincia, una región conquistada por el imperio romano. La confrontación  se acrecentó cuando se difundió la llegada del falso profeta Mahoma, hecho ocurrido 400 años y tantos años más después de la era común. Con ello Palestina fue transformándose en una zona de convergencia de intereses romanos y del imperio de los árabes musulmanes y es hoy por hoy utilizada como una doble embestida contra la voluntad de Dios.

Palestina fue una región, una provincia, no un pueblo, su identidad se liga al nombre impuesto por un emperador romano, no por los habitantes de tal región en si misma, conservan el mismo nombre, ni siquiera hubo un renombramiento para proclamar la independencia de tales ciudadanos.

Palestina sigue siendo un recurso más del Imperio Universal Romano y de los extremistas Musulmanes para robar, arrebatar y aniquilar la voluntad de Dios.

Palestina es una blasfemia que la ONU y de muchas organizaciones que la  utilizan como una forma más de oponerse a Dios, a su voluntad. Es el producto de una organización de poder que se  rebela contra Dios y denota su perversión y transgresión a su autoridad y sus leyes.

.imperio romano

Abraham el buen hombre de acción divina

Lot, el pariente de Abraham fue tomado como prisionero de guerra.
El patriarca de los judíos, un ejemplo para todos, ni lento ni perezoso, armó un pequeño ejército entre la gente de su confianza y salió inmediatamente al rescate.

Sabía que su vida estaba especialmente en peligro, pues Amrafel (también llamado Nimrod), el rey que lideraba el bando agresor tenía cuentas pendientes con él, estaba en su mira. Igualmente, Abraham no se detuvo en su cometido salvador, tenía una sagrada misión y no la pospondría ni daría excusas de ninguna especie. No se detendría para sacrificar animales al Eterno, ni se escudaría en malabarismos filosóficos, ni argüiría que como “hombre de Dios” no estaba destinado a empuñar armas para salir a la guerra defensiva. Por el contrario, precisamente por ser leal al Eterno y amar Sus caminos, es que emprendió rápidamente su tarea de rescatar al secuestrado, devolver la libertad al oprimido. ESA era la única tarea sagrada en ese momento, ESA y no otra.
Tal vez podría haber recurrido a palabrería mágica, esperando que cayera un milagro inesperado que hiciera el trabajo, o que un escudo protector metafísico alcanzara a los agresores y devolviera con bien a los secuestrados. Quizás pensaba en esas cosas, yo no lo sé, lo que si sé es que actuó como debía hacerse con la mirada puesta en restablecer el bien, aun a riesgo de su vida e integridad.

La guerra fue desigual  feroz, sin embargo el poder estuvo del lado de Abraham quien obtuvo una sobresaliente victoria militar y también política, pues fue reconocido como líder y dignatario para los habitantes de Canaan, que es la que conocemos desde hace milenios como tierra de Israel.
Por supuesto rescató a su pariente, así como a los otros que habían sido apresados, recogió pertenencias como botín de guerra, pero no para él, sino para quienes le ayudaron en su corta pero efectiva campaña. Abraham no pretendía ganancias, ni que de alguna manera la obtención de ventajas materiales le dejara en estado de sumisión o dependencia respecto a personas de baja moralidad.
Él quería restablecer el bien y que el nombre del Eterno sea alabado a través de su conducta digna y ejemplar.

¿Cuáles son las enseñanzas para tu vida cotidiana que obtienes (y puedes compartir con nosotros) de este sencillo pero profundo y eterno relato?

Kedoshim קְדֹשִׁים 5774

Texto escrito originalmente para SERJUDIO.com pero que guarda enseñanzas éticas y espirituales de valor para los noájidas.

La parashá presenta importantes enseñanzas (ama a tu prójimo, no te vengues, no guardes rencor, no mientas, no engañes, paga cuando debes, actúa con decencia siempre, entre otras varias más), pero quisiera detenerme en ésta: "Como a un natural de vosotros consideraréis al extranjero que resida entre vosotros. Lo amarás como a ti mismo, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto. Yo soy el Eterno, vuestro Elokim." (Vaikrá / Levítico 19:34).

Nos recuerda que la terrible experiencia de ser esclavos debe ayudarnos a mejorar nuestra conducta en los hechos cotidianos. Tenemos la obligación de considerar y ayudar, amar al diferente en su diferencia, precisamente porque hemos padecido la segregación, la actitud discriminatoria, persecuciones, maltratos, entre otras cosas adversas; sin olvidar que también disfrutamos de positivas. Como sabrás, la Familia judía, ha morado en diversas tierras, por variadas causas y circunstancias. Nuestro destino en estos más de 33 siglos de existencia ha sido cambiante. A veces fuimos bienvenidos, otras no tanto. Se nos ha perseguido; también se nos ha protegido. Construimos países a la par de nuestros hermanos gentiles; pero también se nos trató como extranjeros, diferentes, parias, imposibilitados de acceder a los derechos básicos por el mero hecho de pertenecer a la familia judía. Como en el antiguo Egipto, en donde al principio se nos recibió con honores, pero al mismo tiempo excluyéndonos. Pudimos crecer y encontrar la abundancia, pero también se nos esclavizó, martirizó, apenó con numerosas fatigas. País que nos encerró con tormentos de todo tipo, al punto de llevarnos a la desesperación. Por intervención divina fuimos rescatados, y, a pesar del sufrimiento y de los amargos recuerdos, la Torá ordena que NO tengamos rencor hacia los egipcios, según leemos: “no aborrecerás al egipcio, porque fuiste extranjero en su tierra.” (Devarim / Deuteronomio 23:8).
Podemos tener diferencias. Aprendamos a que no obstaculicen la convivencia en paz, sin descuidar de nuestra identidad. Ser firmes y leales no significa ser fanáticos ni necios, ni prohibirse cambios favorables. Pero, nuestra lealtad no es excusa para negar al otro que mantenga su otredad, con sus propias cualidades positivas que lo identifican.

Sabemos qué y quién nos liberó, pero ¿sabemos qué nos llevó a ser esclavos?
Una respuesta la brinda el midrash, la sabiduría de nuestros Sabios, que cuenta que los hijos de Lea y Rajel molestaban a sus medio hermanos, los hijos de Bilhá y Zilpá, por ser ellas concubinas de Iaacov y no esposas. No había unidad, ni respeto, ni amor (tal como lo que motiva el duelo en el período de Sefirat haOmer, cuestión que queda para conversar en otra ocasión). Este irrespeto culminó con todos los hijos de Israel siendo esclavos en Egipto, para que en el momento de su liberación todos pudieran decir: “esclavos fuimos”. La penuria vivida los obligaría a encontrar el respeto que no supieron tener cuando eran libres y soberanos.
Es una lección terrible, ¿la hemos aprendido?

Esta explicación me recordó el testimonio de un sobreviviente de la Shoá, que parafraseo: "Cuando a un judío lo hacían entrar a un campo de exterminio no le preguntaban a que corriente del judaísmo pertenecía, les bastaba que fuera judío. ¿Por qué nosotros nos diferenciamos si los enemigos no lo hacían?".
Excelente pregunta, ¿tú qué opinas?

En 1959, la Kneset decidió que el 27 de Nisán se conmemorara anualmente el Iom haZikarón lashoá vehaGuevurá, el Día del Recuerdo por el Holocausto y sus Héroes. Ellos habían manejado como primera opción la fecha del 14 de Nisán, día que comenzó la sublevación de un grupo heróico de judíos del Gueto de Varsovia, sin embargo, por coincidir con el inicio de Pesaj decidieron posponerla para el 27, que además es ocho días antes de Iom HaAtzmaut, el Día de la Independencia del moderno Estado de Israel. Misma cifra que separa el nacimiento del niño judío de su circuncisión. (Cuando cae en domingo, como en este año, se pospone la conmemoración para el lunes).

Es nuestro deber no olvidar y trabajar para que no se repita nunca más.
¿Puedes aportar ideas de cómo hacerlo?

Como vimos, la Torá propone una vida de bondad y justicia que permiten el SHALOM, con uno mismo y con el otro. Cada una de las enseñanzas es para apartarnos de odio, de la injusticia, de la indiferencia, de la burla, de la venganza, de la inmoralidad, de las máscaras engañosas, de todas las cosas negativas que perturban; y así poder acercarnos a la vida, al bien, a la bendición. Una buena manera de lograrlo es cuando los mayores (padres, maestros, etc.) narran (en palabras y especialmente en hechos) con amor a sus menores (hijos, alumnos, etc.) y por consiguiente éstos querrán las tradiciones y aprenderán a interrogar con alegría y sed de acercarse a sus mayores y su identidad.

Quiera el Eterno que no precisemos más experiencias oscuras para encontrar esa LUZ que brilla constantemente en nosotros y para nosotros.

No tengo fe, no la preciso, no la quiero

La gente religiosa (por tanto no judía ni noájida) por lo general usa el concepto fe con la siguiente acepción: “Creencia en algo sin necesidad de que haya sido confirmado por la experiencia o la razón, o demostrado por la ciencia”.
Fe, que es una ciega creencia que se desespera para abrazarse alegremente con lo absurdo, tal como los propios padres de su religión sostienen. Recuerda a Tertuliano, a quien se atribuye que predicó: “credo quia absurdum” – “creo, porque es absurdo”, con el sentido que se debe tener fe precisamente porque no hay razón posible.
Siendo así, se rechaza el razonamiento, se lo menosprecia, se inventa toda clase de justificaciones para aferrarse a lo irracional e imposible. Se realizan volteretas mentales para no caer estrepitosamente, y, por supuesto, se emplea muchísima emotividad para acallar la reflexión a impulsos de la emoción.

Esto hace de la fe una interesante herramienta de dominación de personas y masas.
Típico recurso del EGO, tanto en lo interno como en lo externo.
¿Te parece infantil creer que una virgen pare un hijo al que concibió de un dios, y que el vástago es a su vez un dios? Precisamente por ello debe ser cierto, dice la fe. Y si no lo crees, algo mal hay en ti. Eres incapaz de recibir el don divino, estás en pecado, eres impuro o cualquier otra excusa para acallar tu pedido de un mínimo de sentido común y evidencias palpables (o verificables).
Eres un “hijo de tu padre Satanás”, si te niegas a admitir lo absurdo que te quiere imponer el mazo de la fe. Como el falso dios, falso salvador, falso rabino, falso profeta, el mítico Jesús, agredió a personas sabias que no podían (y no debían) creer en los disparates que él afirmaba, entonces él, en su “gran amor” disparó: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” (Juan, capítulo 8, verso 44).
Ante esta diatriba, ante tanto odio descargado, ante tanta demanda de fe en lo absurdo, la gente simple y manipulable se sometería, temerosa de vaya uno saber qué castigo terrible. Pero gente preparada intelectual, emocional y espiritualmente no se inmuta con estas alucinadas maldiciones, reconocen su nulidad. Por lo cual, la gente preparada no se deja emboscar por las trampas de la fe. Pero, la gente simple cae, se golpea, se somete y después se mantiene a sí misma encerrada en su celdita mental; ¡no sea cosa que el hablador les envenene nuevamente con sus feroces palabras de muerte!

Como estas buenas gentes, los religiosos, tienen fe en sus dioses, dogmas, libros sagrados, convicciones, mundos imaginarios, tienden a suponer que el resto de los “creyentes” en algún dios también comparten esa forma de relacionarse con su deidad, es decir, por medio de la fe.

Entonces asumen que los judíos tienen fe en el Eterno.
Fe en lo que la Torá expresa es cierto.
Fe en que ocurrieron los hechos descritos en el Tanaj.
Que el judaísmo depende sustancialmente de la fe, porque si no, ¿cómo se explicaría?

Debemos admitir que por desgracia hay judíos y noájidas que no tienen claro los propios conceptos y que al estar inmersos en una mayoritaria sociedad cristiana asumen que judaísmo y noajismo son religiones, y que sus creencias son sustentadas en la fe.
Por supuesto que al realizar un análisis, hasta simple del asunto, pronto se descubre que no es posible que el judaísmo y el noajismo sean religiones, ni que sus creencias dependan de la fe.
Sobre la no-religión de judaísmo y noajismo hemos escrito anteriormente y está publicado. Te convido a que busques en el sitio.
Sobre la diferencia entre EMUNÁ (confianza) y fe, también ya hemos enseñado, pero quisiera dejar ahora un par de ideas nuevas o que refuerzan las ya ofrecidas anteriormente.

Adam no precisó en lo absoluto de fe.
Él tenía una comunicación directa con el Eterno.
Él sabía de la existencia del Eterno y de Su intervención en el mundo.
Incluso luego de su salida del huerto de Edén, aunque pudiera no mantener esa conversación fluida de antaño, el conocimiento de la Presencia estaba marcado en su memoria.

Sus descendientes confiaban en el relato de las generaciones previas, era innecesaria la fe.
Sin embargo, su hijo Caín inventó la religión, es decir, el intento pusilánime por religarse con una deidad a la que se siente lejana, desconectada.
Caín no tenía fe, él también sabía de Dios, pero le faltaba sentir que nunca estamos ausentes de Dios.
Su invento fue una gran piedra de tropiezo de ahí en más. No en vano el acto inmediato posterior de la religión fue el asesinato, inventado por el inventor de la religión.
(Sobre esto ya explicamos en más de una ocasión, también, busca si gustas y te interesa).

Cuando el relato que pasó de Adam a sus descendientes se fue tergiversando, las manifestaciones de la religión se fueron fortaleciendo.
Está plasmado en la Torá con la frase: "Entonces se comenzó a invocar en nombre del Eterno." (Bereshit / Génesis 4:26).
Ya las personas sentían que estaban por completo desconectados de Dios y que precisaban de intermediarios celestiales, sacrificios, rituales, castas sacerdotales, etc. La religión a todo vapor. El resultado, de esto más la corrupción total en lo moral, ético, social, fue la gran devastación del Diluvio.
Quizás esta gente perversa, apartada del bien, tenían fe en sus dioses… ¿cómo saberlo? Lo cierto es que no siguieron el camino de lo que llamaríamos hoy noajismo, que en aquel momento se llamaba adamismo, es decir, el pacto de la humanidad y Dios expresado en el código de mandamientos que Él ordenó a la persona cumplir.

Noaj no precisó la fe.
El era un hombre recto, justo, con ello se ganó “la salvación” de la catástrofe.
El Eterno se comunicaba con él por medio de la profecía.
Noaj sabía de la existencia de Dios, lo comprobaba en sus charlas, en los hechos, en las promesas que se cumplían.

Los tres hijos de Noaj no tenían fe en Dios, ellos eran testigos directos de Su actuación en el mundo.

Quien sería el patriarca de los judíos, Abraham, no tenía fe, ni la precisaba.
Según narra la Tradición, él razonó desde muy pequeño y descubrió que el politeísmo, impuesto por el poder político-militar de Nimrod, no tenía asidero.
Él descubrió, gracias a la reflexión y el análisis, que la fe en dioses y cuentos mitológicos es una planta marchita y hedionda, que la adoración de dioses y otros amuletos es un hecho infantil, carente de valor, propio de gente ignorante y débil. Activó con diligencia en una campaña contra la idolatría y la manipulación política, hasta el punto de poner en riesgo su vida y la de sus familiares, y merecer terribles castigos de parte del gobernante cínico.
Tal cual es descrito en la Tradición, no es mi idea ni lo que quiero creer, sino el relato del Midrash.
Pero no se quedó solo con sus conclusiones inteligentes , ya que recibió directamente de Noaj el conocimiento de la existencia de Dios.
Noaj, su antepasado aún vivía y se encontraron. Noaj quería que su conocimiento de Dios no se perdiera a causa del terror que imponía Nimrod y su obligatoria divulgación de la fe en la idolatría. Así pues, en silencio, sin alertar a los espías del gobernante, Noaj enseñó a su tataranieto acerca de Dios. No eran cuestiones de fe, ni creencias, ni dogmas bizarros, ni asuntos irracionales. Sino las vivencias del anciano, las palabras del pacto noájico que Dios selló con la humanidad para todas las generaciones, los relatos de la gran catástrofe. (La segunda gran catástrofe, la de la Torre de Babel, la vivieron ambos en carne propia).

Pero, la educación en espiritualidad, en conocimiento de Dios y del código noájico no se quedó allí.
Abraham se encontró reiteradamente con Shem, el hijo de Noaj, con el cual estudió varios años las leyes y doctrinas sagradas de su tiempo. También su abuelo Eber participaba del conocimiento secreto de Dios. Recordemos, mantenido en sombras no para tener un poder sobre los ignorantes o hacerse los superados, sino porque el emperador Nimrod los asesinaría a ellos y sus familias si se enteraba de que preservaban el recuerdo de Dios, del noajismo y de las vivencias del mundo anterior al imperio de la religión.
Como siempre, los dictadores de la fe tienen torturas y genocidios listos para lanzar contra los fieles del Eterno.
(Como dato al margen, Nimrod inventó aquello que él era un dios, hijo de EL gran dios de los cielos que había preñado a una virgen, que nació al comienzo del invierno, que murió y resucitó, que solamente la gente se salvaría teniendo fe en él, que era el cordero de dios, entre otras menudencias. Si te suena conocido, solamente ten en cuenta que Nimrod fue milenios anterior al cuento de Jesús. ¡Pequeño dato al margen!).

Regresando a Abraham y su conocimiento de Dios, ya que no fe, recordemos que el título más famoso de Shem es "malki-tzedek", supongo que la gente cristiana lo tiene oído… ¿no?
Así que fe, lo que se dice fe… ¡no! Abraham no la tenía ni la precisaba.
La fe era lo que aportaba la idolatría y el imperio del mal. En cambio el tenía confianza en Dios, una confianza basada en su propio razonamiento, en el relato fidedigno de los mayores a los que respetaba y mantenían con lealtad la Tradición.
La confianza es la base de nuestra vida de sociedad, e incluso de nuestra identidad social. En la confianza reside en gran medida nuestra salud emocional.
Pero no podemos confundir confianza con fe.
La confianza emplea la razón, el estudio, la duda, la pregunta, la crítica, para finalmente reposar.
La fe cree, omite la pregunta, cancela el razonamiento, detesta la pregunta, trata de necio al que critica, reposa antes de cualquier intento de ser plenamente humanos.

Hay un pasaje que se traduce incorrectamente y que a menudo es usado por los portadores de la fe para “demostrar” que Abraham era “justificado por la fe” (sea lo que ello represente).
Donde dice: "Él creyó al Eterno, y le fue contado por justicia." (Bereshit / Génesis 15:6).
Si ponemos el versículo en su contexto, rápidamente descubrimos que no hay ninguna fe aquí, sino plena confianza en Dios.
Abraham está recibiendo un mensaje por vía profética, está en ese momento comunicándose con Dios. No precisa de fe, para él es un hecho que Dios existe, que actúa, que interviene y que está en contacto personal con él. ¿Para qué precisaría fe teniendo el teléfono marcado y a Dios en línea?
Así pues, lo que el pasaje expresa es que ante una promesa hecho por Dios, Abraham la aceptó sin remilgos, sin vueltas raras, sin pedirle pagares o comprobantes.
Él creyó que Dios no cambia de parecer ni engaña, y por tanto recibió como recompensa lo mismo que dio, o sea, ser considerado por Dios como un hombre justo, que no engaña.
Creo que hay más de esto explicado en el sitio, busca si quieres.

Podríamos seguir con Abraham y los otros patriarcas y matriarcas, pero pasemos rápidamente a Moshé.
Él fue criado de muy pequeño con creencias hebreas, las que fueron sepultadas por el enorme adoctrinamiento en varias áreas recibido en palacio de Faraón.
Quizás tenía cierta fe en los dioses egipcios, no lo tengo claro, o quizás era un agnóstico… ¿el primero de ellos? No lo sé.
Lo cierto es que Moshé tuvo el mérito de recibir la revelación directa del Eterno, Él le habló, y sin embargo Moshé dudo de Dios.
Obviamente no tenía fe, ¡ninguna!
Ni siquiera teniendo a Dios hablándole al oído bastó para que el gran hombre admitiera que estaba ante Dios (Shemot/Éxodo capítulos 3 y 4).
Finalmente, a fuerza de evidencias, de demostraciones, de la imposición de la realidad, es que tuvo que reconocer que el Todopoderoso se había comunicado con él y le había encargado el mandadito de servir como Su embajador ante el poderoso Faraón.
Pero, hasta último momento se negó Moshé… y de fe… ¡nada!
La fe no era el nexo entre el Eterno y Moshé, ni en el primer encuentro, mucho menos en los posteriores.
Moshé dejó de lado su incredulidad, su agnosticismo, para saber que era efectivamente Dios la voz que retumbaba en su interior, Aquel que le llevó a realizar obras que ni en los más fantásticos sueños hubiera imaginado.
Sin un rastro de fe, porque era totalmente innecesaria.

Para ir terminando, y para conectarlo con la parashá que precisamente se lee esta semana Beshalaj, por favor, atiende: "Cuando Israel vio la gran hazaña que el Eterno había realizado contra Mitzraim / Egipto, el pueblo temió al Eterno, y creyó en el Eterno y en su siervo Moshé [Moisés]." (Shemot / Éxodo 14:31).
Las diez plagas que castigaron a Egipto, no sirvió para que ellos tuvieran "fe”.
Ni los otros sucesos maravillosos hasta ese entonces.
Solo cuando el grupo de elite del ejército se hundió, tras la apertura y cierre del Mar de las Cañas, recién entonces pudieron creer en Dios y en Moshé.
Hasta ese momento no sabían qué pasaba, si era de Dios o alguna especie de magia.
Si se hubieran guiado por la fe, pronto hubieran aceptado cualquier disparate, como golpeados por un haz de luz caído de una nube que de un instante al siguiente los convierte en gente de fe. Pero no, pasaron meses, quizás algún que otro año, y nada movía su reticencia a creer en lo que Moshé les ofrecía. Para ellos no era cuestión de fe, sino de hechos. Cuando se cumplió lo que debía cumplirse, y el razonamiento les demostró que era la Presencia del Eterno quien actuaba, sin lugar a dudas, entonces creyeron/confiaron, porque ya sabían racionalmente que era lo correcto.

Podríamos seguir dando ideas y explicando, pero para quien le interese tiene material publicado aquí, y para quien prefiera seguir en su celdita mental de la fe, nada le servirá.
Por lo cual, me retiro a descansar, tranquilo de conciencia, feliz con la vida, agradecido al Eterno, en paz conmigo y con mi prójimo.
Que durmamos bien y despertemos mejor, para poder construir a full shalom el día de mañana.

Disfruta de:

http://serjudio.com/creencias/ti040928.htm

http://serjudio.com/creencias/ti040928b.htm

http://serjudio.com/creencias/ti040928c.htm

y busca, hay cientos de buenos textos más para ti. Todo gratuito, todo generosamente ofrecido. Pero si quieres agradecer, hazlo, con un gracias o con una donación para ayudarnos a continuar trabajando en esta causa: http://serjudio.com/apoyo

Luz en las naciones: Bushido

– Primero:

Saludo cordialmente a toda la comunidad Fulvida

– Segundo:

Me presento

Mi nombre es Hugo Ramirez y a partir de hoy seré un colaborador activo en la redacción de artículos para la pagina de Fulvida.com y en algunas ocasiones (cuando se considere adecuado) para serjudio.com

Publicando las siguientes secciones:

1.- Ciencia, Tecnología y Shalom: Resumen de los avances científicos de la semana y como nos ayudan a construir shalom.

2.- Luz en las naciones: Extractos, explicaciones y citas de la sabiduría de las naciones. De filósofos y filosofía. Espacio abierto al dialogo, debate y enriquecimiento.

3.- Justos de las naciones y constructores de Shalom: Biografías.

4.- Poemas para noajikids

Muchas gracias por darme la oportunidad de participar. Estoy a sus ordenes y cuento con su cordial colaboración.

– Tercero:

Pasemos pues al artículo del día de hoy.

LUZ EN LAS NACIONES: EL BUSHIDO

En la tradición japonesa, el bushidō (武士道) es un término traducido como «el camino del guerrero».

Hace poco un usuario de la comunidad Fulvida expreso lo siguiente “…pongamos a ejercitar al espíritu con los preceptos, tan básicos, tan simples y eficaces”. Fuertes, fortísimas palabras en mi opinión. Inmediatamente recordé que generalmente el aprendizaje de las artes marciales viene acompañado del estudio de algún código de ética; el Taekwondo tiene su código, el kung fu lo tiene, el karate lo tiene y naturalmente, los guerreros samurái lo tenían.

1.- ¿Cuál era ese código?

2.- ¿Por qué conocerlo?

3.- ¿Contradice a las siete leyes universales?

4.- ¿Carece de valor real por su origen gentil?

A continuación, les presento las siete virtudes del camino del guerrero:

Gi – justicia (decisiones correctas)

勇気 Yuuki – Coraje

Jin – Benevolencia

Rei – Respeto, Cortesía

Makoto – Honestidad, Sinceridad absoluta

名誉「名譽」Meiyo – Honor

忠義 Chuugi – Lealtad

Antes de proceder a explicar cada una de estas virtudes, quiero pedirte que hagas una pausa en la lectura y reflexiones sobre las siguientes preguntas:

5.- ¿Qué significan las palabras arriba enlistadas para ti?

6.- ¿Despierta alguna emoción en ti alguna palabra en particular?

7.- ¿Crees poseer alguna de estas virtudes o te has esforzado anteriormente en ejercitar alguna? ¿Ninguna?

8.- ¿Crees qué exista alguna relación plausible entre las virtudes del Bushido y las siete leyes universales?

Por último me despido hablando un poco sobre el espíritu del samurái.

Imagen del guerrero japones por excelencia, fiel hasta la muerte a su señor feudal, con un alto sentido del honor y el deber. Arriba he enumerado el ideario que debía guiar a estos guerreros en sus vidas. Sin embargo abundan anécdotas de samuráis crueles y despiadados, que abusaban de aquellos sin poder ni estatus y claro, hay también muchas historias de aquellos que luchaban por ideales nobles y elevados, de aquellos que unieron sus espadas y estandartes por el sueño de un japón unificado, de aquellos que buscaron el equilibrio entre su alma, mente y cuerpo ejercitando dichas virtudes por medio de las artes marciales y las artes zen tales como la caligrafía, la ceremonia del té, arreglo floral, bonsái, etc.

Te dejo estas últimas preguntas:

9.- ¿Tienes tú, como noajida, un gran ideal que alcanzar?

10.- Si lo tienes ¿Qué estas dispuesto a sacrificar para alcanzarlo?

11.- Si no lo tienes ¿Qué estas haciendo para encontrarlo?

Muchísimas gracias por su tiempo y lectura, espero su retroalimentación y respuestas a las 11 preguntas enumeradas en la sección de comentarios. Nos leemos en dos semanas para esta misma sección de LUZ EN LAS NACIONES donde explicaré ya en detalle cada una de las virtudes del Bushido y que relación tienen (a mi parecer) con cada una de las siete leyes universales.

Hasta entonces, suyo afectísimo Hugo Armando Ramirez Valtierra.

¿Diez Tribus Perdidas? La mentira del Anglo-Israelismo y el Israel perdido

Una de las ideas más difundidas  por los mesiánicos,mormones, natzratim, además de otros cristianos, es que después de la deportación de  Israel en el reinado de Oseas, las 10 tribus  del norte fueron asimiladas y,por lo tanto, actualmente están perdidas y muchos de ellos son, por ejemplo, «efraimitas», sin tener base alguna más allá que su fe o los textos escritos por sus pseudo-maestros.

 

Para entender bien el asunto, hay que remontarse en el tiempo histórico posterior a la muerte del rey Salomón.

 

Como sabemos, las 10 tribus  del Norte formaron el reino de Israel y las 2 restantes el reino del sur,conocido también como Judá. Cuando el reino unificado se dividió luego de la muerte de Salomón, hubo israelitas de las tribus del norte que se unieron al Reino del Sur y siguieron manteniendo su identidad, sin perder su origen tribal  y ahora siendo parte del Reino de Judá.

 

En los libros de Crónicas, se deja en claro que la tribus del norte continuaron existiendo en esos miembros que se fueron al R eino de Judá.

 

Un texto clave para entender esto, es 2 Crónicas 11:14-16, en donde dice lo siguiente:

 

» Los levitas abandonaron sus campos de pastoreo y demás posesiones para irse a Judá y a Jerusalén, ya que Jeroboam y sus hijos les habían impedido ejercer el sacerdocio del Eterno. En su lugar, Jeroboam había nombrado sacerdotes para los santuarios paganos y para el culto a los machos cabríos y a los becerros que había mandado hacer. Tras los levitas se fue GENTE DE TODAS LAS TRIBUS DE ISRAEL que con todo el corazón buscaba al Eterno, D-os de Israel. Llegaron a Jerusalén para ofrecer sacrificios al Eterno, D-os de sus antepasados«.

 

 

Si se fijan, en esta parte vemos que, por un lado , la tribu de Leví, decide unirse a Roboam,dado que el rey Jeroboam no les permitió ejercer el sacerdocio, pero también dice en el versículo 16 que con ellos se fueron personas de TODAS las tribus del norte a Jerusalén para servir a Hashem.Esas personas se establecieron allí. Luego, en 2 Crónicas 15:9 vemos que hubo otros de los israelitas que se unieron al reino de Judá, en tiempos de Asa, padre de Josafat, porque veían que el Eterno estaba con él.Eran del reino del norte, pero pasaron a formar parte de Judá, sin perder su identidad tribal.Se mencionan israelitas de Simeón,junto con Efraín,Manasés,además de los que se unieron en aquella época al reino del sur.

 

De manera que vemos que hubo israelitas del Reino del Norte (es decir, Israel), que se unieron al reino de Judá, mucho antes de que Israel fuera enviado al exilio.Ahora, fíjense en lo siguiente: la caída y cautiverio del reino de Israel se produjo durante el reinado de Ezequías, hijo de Ajaz,en el año sexto de su reinado, como puede leerse en 2 Reyes 18:9-12. Sin embargo, vemos en tiempos de Josías, en 2 Crónicas 34:9 nos dice algo bien interesante:

«Ellos vinieron al sumo sacerdote Hilcías y le entregaron el dinero que había sido traído a la casa de Dios, y que los Levitas guardianes del umbral habían recogido de Manasés y de Efraín y de todo el remanente de Israel, y de todo Judá y Benjamín y de los habitantes de Jerusalén«.

 

Aquí ya había ocurrido años atrás el destierro y exilio de Israel,pero se nos habla de Efraín,Manasés y TODO EL REMANENTE DE ISRAEL.Es decir, no todos habían sido enviados al exilio por Asiria y fueron a reparar el Templo, para posteriormente conmemorar Pesaj, como dice el siguiente capítulo.

 

Por ende,incluso después del exilio del Reino del Norte tenemos antecedentes de las tribus exiliadas con miembtros de éste formando parte del Reino del Sur y conservando su identidad.Es decir, seguían siendo de las tribus pertenecientes al ahora exiliado Reino del Norte,como he venido señalando.Por ende, no hay 10 tribus perdidas completamente, por la sencilla razón de que no todos los miembros de ellas fueron enviadas al exilio,sino que antes se habían unido a Judá algunos de ellos (repito,sin perder su linaje y conservando su identidad), y tenemos noticias de que en tiempos de Josías había un remanente de este destierro.

 

Algunos citan 2 Reyes 17:24-41 como prueba de que las 10 tribus fueron enviadas al exilio y,por tanto, estaban perdidas. Flavio Josefo, respecto a este punto, en su libro «Antigüedades de los Judíos», libro 9, capítulo 14, sección 1,dice lo siguiente:

 

«Cuando Salmanasar, rey de Asiria , se le hubo dicho que [Hoshea] el rey de Israel había enviado en privado a So, rey de Egipto , deseando su ayuda contra él , se enojó mucho,e hizo una expedición contra Samaria , en el séptimo año del reinado de Oseas , pero cuando no fue admitido [en la ciudad] por el rey, sitió Samaria tres años, y la tomó por la fuerza en el año noveno del reinado de Oseas , y en el séptimo año de Ezequías, rey de Jerusalén, y destruyó completamente el gobierno de los israelitas, y trasplantó a todo el pueblo en Media y Persia entre los cuales  llevó vivo al rey Oseas , y cuando movió a esta gente de su tierra, trasplantó otras naciones  fuera de Cuta… Así que las diez tribus de los hijos de Israel fueron removidas de Judea novecientos cuarenta y siete años después de que sus antepasados salieron de la tierra de Egipto, y  se apoderaron del país , pero 800 años después de que Josué había sido su líder, y , como ya he observado , doscientos cuarenta años siete meses y siete días después de que habían rebelado contra Roboam , nieto de David , y le hubieren dado el reino a Jeroboam…«.

 

Los anales de Sargón II, encontrados durante el siglo XIX, dicen, por otro lado,en la inscripción encontrada en el palacio de Khorsabad, en la línea 7,el acontecimiento de  la caída de Samaria:

 

«Sitié y ocupé la ciudad de Samaria y tomé 27.280 de sus habitantes cautivos. Tomé de ellos 50 carruajes, pero les dejé el resto de sus pertenencias. Puse mis lugartenientes sobre ellos, renové la obligación impuesta por uno de los reyes que me precedieron«.

El rey al que aquí alude Sargón II  es Tiglatpileser, al que no reconoció como monarca y que fuera el   padre de Salmanasar V, el rey mencionado en 2 Reyes 17:1-6,que sitió Samaria durante 3 años.Según revisaba, es posible que  Salmanasar hubiera fallecido y quien efectuara finalmente el cautiverio fuera Sargón, aunque,como sabemos, fue Salmanasar el que inició el sitio y NO Sargón y por ende, éste se atribuyera algo  realizado por un predecesor, lo cual no es de extrañar en las crónicas de los antiguos reyes del Oriente.

 

El problema con la afirmación de que las diez tribus que conformaban el Reino de Israel desaparecieron completamente con la deportación,es que no todos los israelitas estaban en el reino del Norte,ni tampoco todos fueron llevados al exilio, sino que una parte fue deportada, mientras otra se había unido a Judá tiempo antes y otra permaneció en dicha tierra y probablemente se mezcló con las naciones,como Cuta, que se mencionan en dicho texto. Sumado a eso, el mismo Flavio Josefo nos indica, en el libro XI, capítulo 5, sección 2 la ubicación de los miembros dispersos de estas diez tribus del Norte:

 

«Cuando Esdras había recibido esta epístola, estaba muy alegre, y empezó a adorar a Dios, y confesó que había sido la causa de gran favor del rey hacia él, y que por la misma razón agradeció por todo a Dios. Entonces leyó la epístola en Babilonia a los Judios que estaban allí, pero guardó la misma epístola, y envió una copia de la misma a todos los de su nación que se encontraban en Media. Y cuando estos Judios habían entendido  que piedad tuvo rey  hacia Dios, y  la bondad que tuvo por Esdras, todos estaban muy complacido; más aún, muchos de ellos tomaron sus efectos consigo, y llegaron a Babilonia, ya muy deseosos de bajar a Jerusalén, pero luego todo el cuerpo del pueblo de Israel permaneció en ese país, por lo cual no hay más que dos tribus en Asia y Europa sujetas a los romanos, mientras que las diez tribus están más allá del Éufrates hasta ahora, y son una inmensa multitud, que no pueden ser estimados por números«.

Por tanto, ya se conocía el destino de los israelitas deportados por Sargón II y no estaban tan perdidos como parecía.

 

Hasta aquí se ha hablado de lo que pasa antes del exilio de Judá, pero después del exilio de Israel.Después de dicho acontecimiento, el mismo libro de 1 Crónicas 9.3 nos dice que volvieron israelitas de Judá,Benjamín,Efraín y Manasés para establecerse en Jerusalén.Además, el profeta Amós indica en su libro que de aquellos israelitas residentes en el Reino del Norte, que serían llevados capturados y, posteriormente,enviados al exilio, habría un remanente de una décima parte de la población del Reino del Norte que volvería luego del cautiverio y seguiría en dicha tierra, como está escrito:

«Porque así dijo el Eterno D.os: «La ciudad que sale  a la guerra con mil, se quedará con cien;y la que sale con cien, se quedará con diez en la casa de Israel«. (Amós 5:3)

 

Sumado a lo anterior, en Esdras 6:17 se nos menciona que se ofrecieron sacrificios por las 12 tribus, entendiéndose que en aquel momento había miembros presentes.

Ahora,  incluso el NT desmiente la idea de las 10 tribus perdidas, porque se mencionan personas que NO eran de Judá y Benjamín en el tiempo de Jesús.Lucas 2:36 por ejemplo nos informa de una ancia de la tribu de Asher, que era parte del reino del Norte:

 

» Y había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Ella era de edad muy avanzada, y había vivido con su marido siete años después de su matrimonio».Luego Pablo se reconoce como judío, siendo parte de la tribu de Benjamín y sabemos además que Bernabé era de la tribu de Leví, según dice el libro de los Hechos«

 

En Hechos 26,7 se nos menciona a las 12 tribus por parte de Pablo en tiempo presente.Santiago 1:1, además, dice que la epístola está destinada a los israelitas de las 12 tribus que se encuentran en el exilio, lo que indica que no sólo había personas de las 10 tribus del norte fuera de Israel en esa época, sino también de las 2 tribus del sur.

 

 

Vemos que incluso el NT da noticias de que había personas de otras tribus en tiempos de Jesús.El asunto es que, si bien hubo una parte de las tribus del reino del  Norte que,efectivamente fue deportada y/o asimilada, también hubo una parte que NO sufrió esto, pues se unieron siglos antes al reino del sur y por ende, nunca fueron desterrados en esa época y hubo otra parte que después regresó con las tribus de Judá y Benjamín del exilio y no sólo eran dos tribus, sino personas de cada una de las tribus de Israel y dado que esas personas habitaron en la región y provincia de Judea,esos israelitas pasaron a ser judíos y por eso es incorrecto creer que el término se limite a los miembros de  la tribu Judá solamente, dado que también era el gentilicio asignado a cada israelita que habitaba la provincia o país de Judea,sin importar si era de Judá o no y en textos como el libro de Ester vemos que el término es aplicado a personas de otros tribus, como Mardoqueo (Ester 2:5), que era proveniente de la tribu de Benjamín.En Esdras pasa algo parecido.

Aparte de eso, para entender la aplicación de la palabra «judío» como gentilicio, es preciso estudiar bien la historia de Israel  a partir del siglo V AEC y lo que sucedió posteriormente con Israel durante el dominio romano, en donde  se crea una provincia, con el nombre de Judea, que no sólo se limitaba  a la región homónima, sino que incluía territorios como Samaria,los Altos del Golán,Galilea, la orilla oriental del río Jordán y ,por lo tanto, era más que el territorio del reino de Judá y de ahí se entiende que todos los habitantes de dicha zona, sin importar su tribu, pasaran a ser designados como judíos y que luego del segundo destierro fueron exiliados en distintas partes del imperio romano y, por ende, los judíos son personas de cada una de las 12 tribus que fueron deportadas durante cada uno de los exilios.No sólo son Judá,como señalan sin fundamento estos grupos. El Tanaj mismo nos da pistas sobre los verdaderos efraimitas, como lo señalado en Jueces 12:5-6, en donde se nos menciona la dificultad que tenían para pronunciar la «sh»,sumado a que una buena parte de  los efraimitas también se incorporaron a Judá antes del exilio y luego siguieron siendo parte de Israel.

 

En conclusión, la idea de que hay 10 tribus perdidas completamente de la historia de Israel, NO tiene un sustento basado en el Tanaj, ya que éste nos informa que incluso antes del exilio del Reino del Norte hubo israelitas que se unieron al Reino de  Judá y después hubo un remanente que se unió a Judá, en tiempos de Josías. Adicionalmente, después del regreso del primer exilio, vemos que hay personas de las tribus del norte que se establecieron en Jerusalén y en el territorio de Israel.

Eso NO significa que no haya israelitas que fueron asimilados, y, por ende, perdido su identidad. Tampoco es correcto decir que los judíos son sólo Judá, pues no es así, ya que Israel actualmente está formado por israelitas de cada una de las doce tribus de Israel, sin excepción alguna y en la era mesiánica,aquellos israelitas que descienden 12 tribus (no sólo del antiguo Reino de Israel) que fueron asimiladas durante los cautiverios o exilios ,serán reunidas y tendrán  al verdadero mashiaj como rey, de acuerdo a lo anunciado por los profetas en el Tanaj

Es decir, el anglo-israelismo NO tiene asidero en el Tanaj y ni siquiera en el NT….

 

FUENTES CONSULTADAS

  1. Anales de Sargón II. Texto disponible en inglés en los sitios: http://www.shsu.edu/~his_ncp/Sargon.htmlhttp://www.isaiah666.com/sargon_annals.pdf
  2. Josefo Flavio., «Antigüedades de los Judíos«,traducción al inglés por William Whiston, disponible  gratuitamente en: http://www.ccel.org/ccel/josephus/works/files/works.html

Éxodo 2:5

"Entonces la hija del faraón descendió al Nilo para bañarse. Y mientras sus doncellas se paseaban por la ribera del Nilo, ella vio la arquilla entre los juncos y envió a una sierva suya para que la tomase [o, estiró su brazo y lo tomó]."
(Shemot / Éxodo 2:5)

Si es axiomático que la Torá no tiene palabras accesorios, que todo en ella es necesario, ¿para qué nos cuenta que la princesa envió una sierva a tomar el arca con el niño dentro (o su brazo se estiró de manera sobrenatural, según consta en el Midrash –y que no es para ser tomado literalmente-)?
¿Es realmente éste un dato que aporta a la idea medular de la narración?
¿No era suficiente contarnos que el niño fue recogido?
¿Vivimos más felices y servimos mejor al Eterno al conocer el detalle que la princesa mandó a una de sus esclavas a recoger el arca con el niño dentro?

Algunas humildes ideas:

  1. Al involucrar a una de la servidumbre estaba protegiéndose de ser traicionada. Recoger y salvar de la muerte a un niño, evidentemente hebreo, sería una violación a una regla impuesta por su padre, el faraón. Hacerlo de manera individual, pero a la vista de las siervas la dejaría en situación de desventaja con respecto a ellas. Porque ellas tendrían un secreto con el cual extorsionarla. Ahora, todas serían cómplices.
  2. Eventualmente la orden del faraón de exterminar a los bebes varones se extendió a los pequeños de Egipto, no solamente a los hebreos. Recién nacidos y a los de poco tiempo. A la princesa contrariaba tal decreto, el cual incluso llegó a perjudicar a algunas de su servidumbre, gente a la cual ella apreciaba. Con este acto de misericordia compartida estaba ofreciendo a la doncella un compensación simbólica por la decisión sanguinaria de su padre. Perdiste un hijo por culpa de mi padre, ahora lo reemplazas gracias a mí.
  3. La princesa tenía una alta conciencia ética y al tener esta oportunidad magistral para salvar una pobre vida quiso que otros también compartieran con ella. Como el que en vez de dar dinero para caridad se lo entrega a sus hijos para que sean estos quienes se lo depositan en la mano al necesitado. Se cumple con la caridad, al tiempo que se educa a los pequeños en su valor, además de hacerlos partícipes de la mitzvá en la práctica.
  4. La princesa estaba dispuesta a ver el contenido del arca y hasta quizás rescatar al niño hebreo, aunque ello la pusiera como contraventora de una ley del padre, pero no estaba inclinada a sumergirse en las aguas del río y arriesgar su vida o dignidad para hacer el trabajo. ¡Qué paradójico! Arriesgar la vida o la integridad para salvar a un desconocido, pero no atreverse a hundirse en las turbulentas aguas.
  5. Ella era una idealista pero poco pragmática.
  6. De alguna manera llegó a despojarse de servir a la idolatría, era noájida consciente o al menos se aproximaba a ello. Tal vez era solamente monoteísta, o rechazaba la tremenda cultura politeísta de su cultura. El hecho es que tenía la oportunidad de salvar una vida y de “predicar” el valor de ser libre de los ídolos. Ésta era una ocasión especial, quizás única, para hacer comprender a su séquito un poco acerca de su ideología y forma de vida.
  7. La joven dio la orden a la esclava, pero ésta se negó aduciendo que no estaba dispuesta a contradecir un decreto del padre, de mucho mayor valor que el de la princesa. Ante el obstáculo inesperado la princesa iba a desistir, pero entonces oyó el llanto desde el arquita y venció las resistencias y se hizo con la barca y el niño.
  8. ¿Realmente ella pretendía salvar al niño? ¿O fue más bien a partir de la sugerencia de Miriam (Shemot / Éxodo 2:7) que a la princesa se le ocurrió tal idea?
    Entonces, si fue así, si no había ni temor a violar una orden faraónica, ni había deseo de ser heroica, ni cuestiones éticas en juego, ¿será simplemente que la niña estaba curiosa y como chica criada dentro de la nobleza hizo lo que sabía hacer, enviar a una criada a hacer el trabajo “sucio”?

Bien, tan solo una ideas que quise compartir contigo.
¿Quisiera decirme si te ayudan a comprender mejor cuestiones en tu vida cotidiana?
¿Podrás construir shalom mucho mejor con el estudio de estas posibilidades?